Capítulo 1

Eran las ocho de la mañana.

Luka estaba sentado con un café en el banco de la entrada, aprovechando que había podido escaparse un poco sin que nadie le viera. No había tenido una buena noche y el ambiente del hospital le agobiaba un poco. Sobre todo, no quería entrar porque no quería ver a Sam. Desde la tarde anterior no le apetecía demasiado hablar con ella.

Había sido una discusión. Una como otra cualquiera. Pero lo que en otras ocasiones se arreglaba con unas cuantas palabras cariñosas y algo más, aquel días había sido un infierno. Él la había llamado por teléfono por la noche, tan pronto como había terminado el turno, pero ella ni siquiera se había puesto al aparato. Sólo le había contestado Alex, murmurando un excusa como mamá no puede ponerse, no se encuentra muy bien>> y había colgado. Seguro que ella estaba allí y le había dicho que le respondiera eso. Y eso es lo que Luka más odiaba, que no se atreviera a dar la cara y decirle que estaba enfadada con él y que no quería hablar.

Terminó su café de un trago, miró el reloj y suspiró resignado. Tenía que entrar, aunque no quisiera. Había escasez de adjuntos desde que Susan se había quedado embarazada. Y bueno, cuando ella pidiera la baja por maternidad, le tocaría hacer un montón de turnos extras. Era uno de esosdías en los que se sentía absolutamente harto del County, sólo le apetecía volver a Croacia y ver el mar, y a su padre en lugar de enfrentarse a las diez horas de turno que todavía le quedaban.

Se levantó y fue hacia la papelera para tirar el vaso de papel, cuando de repente una chica se cruzó corriendo en su camino. Él intentó sortearla, no pudo, y finalmente los dos se chocaron. El vaso se aplastó entre ellos dos y las pocas gotas de café que quedaban se estamparon contra la camisa de la chica.

Cuando se separaron, ella miró la mancha y suspiró.

¡Dios¿Es que no miras por donde vas?- dijo ella furiosa.

Bueno, podría decirte lo mismo a ti- contestó Luka también molesto- Al finy al cabo eras tú la que venía corriendo.

Corriendo. Claro.

La chica se apartó y miró su camisauna vez más. Se sacó un pañuelo de papel del bolsillo y lo frotó contra la mancha en un intento desesperado de limpiarla, pero fue inútil. Soltó un gemido de desesperación y avanzó unos pasos hacia la entrada para dar media vuelta, preocupada. Entonces Luka pudo mirarla detenidamente. Era joven, tal vez veinticinco años, treinta como máximo, alta, de cabellos rojizos y unos expresivos ojos grises. Era guapa, a su manera. Tal vez un poco demasiado impulsiva como para considerarla interesante.

¿Y ahora qué hago?- soltó ella de repente, volviéndose.

Le había sorprendido observándola. Luka retiró la vista, un poco avergonzado, y ella volvió a preguntarle.

¿Me quieres decir qué hago?Es mi primer díade trabajo, llego tarde, y encima vas tú... y me manchas la mejor camisa que tengo. Gracias.

No sé¿qué quieres que te diga?- contestó él.

Pues un remedio milagroso para volver atrás el tiempo, o una manera de convencer a la doctora Weaver de que no soy una incompetente.

Ah. Por fin comprendía qué hacía esa chica allí. Alguien nuevo, carne fresca en el County, y por una vez nada de estudiantes, o al menos eso parecía.

Creo que será más fácil volver atrás el tiempo- bromeó él- Soy Luka Kovac, creo que vamos a trabajar juntos.

Ella le miró, suspiró y pareció calmarse un poco.

Yo soy Nora. Y llego tarde, así que voy a entrar ya.

Weaver está en Trauma, o por lo menos lo estaba cuando yo salí- aclaró él- Así que tal vez no sepa que has llegado tarde.

No me consuela- contestó ella.

Dio media vuelta y entró sin decir nada más. Luka la miró alejarse. Bueno, tal vez no era precisamente un cielo, pero como nueva compañera sería cambiar un poco de aires. Tiró el vaso y entró tras ella.

Espera, creo que puedo conseguir algo para que te cambies- le comentó.

Nora no le había escuchado en absoluto. Se había saltado la cola de Admisión y había entrado directamente. Una chica lista. Luka decidió seguirla. Cruzó la puerta y de repente se encontró algo que no esperaba.

Sam. Allí, hablando con un paciente. Dios, no quería verla, no quería enfrentarse a los mismos reproches de siempre. Se resignó y fue hacia el tablón, a ver qué podía hacer para sacarla de su mente al menos por unos minutos.

¡Kovac¿Dónde te habías metido? Estamos saturados- la voz de Kerry Weaver le llegó desde atrás- Laceración craneal en la 3. Cógelo, vamos, no tenemos todo el día.

Él asintió y empezó a rebuscar entre las historias. Laceración craneal, ahí estaba. La levantó para mirarla detenidamente y entonces otra mano tiró también de ella. Bajó la historia para encontrarse con la melena rubia de Sam, y sus ojos. Levemente enrojecidos. ¿Había estado llorando?

Ah- dijo ella fríamente- Ya te encargas tú.

Sí.- contestó Luka, y evitó mirarla fingiendo concentrarse en las letras que llenaban el folio.

La oyó murmurar algo, y después sus pasos alejándose.

Y entonces se dio cuenta de algo. Algo que casi le hizo desear descargar un puñetazo sobre la mesa.

Estaba haciendo lo mismo que había odiado de ella. Huir.