Diez menos cuarto de la noche.
Luka había pasado cinco minutos parado frente a la puerta de su apartamento, con el abrigo doblado sobre el brazo, dudando si salir para ver a Sam, hablar con ella y aclarar las cosas de una vez por todas, o volver al sofá y dejarlo todo como estaba. Y si finalmente se había decidido a salir a la calle para terminar con aquello, no lo había hecho con su plena razón, simplemente había pensado "bueno, vamos allá".
Sin embargo, al llegar a la esquina, cuando apenas si había recorrido cincuenta metros, se encontró cara a cara con alguien que le saludó. Alguien a quien no esperaba ver en absoluto.
>>Hola.
Era Nora. La misma Nora que había contribuido a destrozarle el día y que, sin embargo, ahora parecía muy diferente. Suavemente maquillada, con el cabello alisado, vestida con una chaqueta larga de piel y una bufanda azul que le favorecía al tono de su rostro. Sonreía. Y para qué mentir, estaba guapa. Bastante guapa.
Luka se sorprendió pensando en ella de forma diferente y se lamentó de no haberse quedado en casa. No quería que pasara nada. Esta vez no, con ella no.
>>Hola- contestó él.
Los dos se quedaron mirándose por un segundo, él un poco cortado, ella divertida. Era una escena patética. Luka decidió ponerle fin a aquello.
>>¿Qué haces aquí?- preguntó.
Se arrepintió al momento. Aquello no había sonado demasiado bien.
>>Vuelvo a casa- contestó Nora, sin darle mayor importancia.
>>Ah. ¿Ya ha terminado tu copa de bienvenida?
Nora asintió.
>>Sí. Es que al final, como todos trabajamos mañana temprano, hemos decidido adelantarlo. Supongo que no ibas hacia allí¿no?- dijo.
Luka se sintió tentado a decir que sí, a quedar bien con ella. Pero luego se dijo que no tenía por qué.
¿O sí? La verdad era que se sentía un poco culpable de lo ocurrido por la mañana, después de la conversación con Carter y de haber reflexionado sobre ello, había cambiado de opinión. Nora no había sido la causante de todo. Él tampoco lo había hecho demasiado bien, y por eso debía disculparse... aunque no le gustara en absoluto hacerlo.
>>Oye, Nora... Creo que te debo una disculpa.- dijo armándose de valor.
Ella le miró, un poco sorprendida. Parecía que no lo esperaba. Pero se sobrepuso, sonrió y contestó con gran naturalidad:
>>Creo que más bien me debes un café.
>>¿Qué?
La sonrisa de Nora se ensanchó.
>>Un café. Es mucho más útil que una disculpa¿no? Y ya que no has venido a mi "copa de bienvenida", como tú la llamas, podrías invitarme a algo ahora.
Luka dudó.
>>Bueno, la verdad es que...
Se interrumpió. De repente ya no se sentía capaz de enfrentarse a Sam. Ella no querría hablarle, y no se sentía con ánimos para suplicar en su puerta. Tal vez era mejor arreglarlo todo con Nora y después, cuando al menos una cosa fuera bien en su vida, ir y hablar con Sam, llamarla, o quizá esperar a verla al día siguiente en el County.
>>La verdad es que es un buen momento- terminó la frase- Hay un cafetería por aquí cerca¿te parece bien?
Nora asintió.
>>No estará mal conocer un sitio nuevo.
Poco después, los dos conversaban sentados a una pequeña mesa junto a la ventana, al fondo del local.
>>Me han hablado de ti- dijo Nora entonces- Sobre lo de esta mañana. Me han explicado lo que pasaba... y lo siento.
>>¿Sobre qué?- preguntó él extrañado, temiendo que Carter hubiera inventado cualquier excusa estúpida para justificar su comportamiento.
>>Sobre tu novia. ¿Habéis cortado, no?
Luka asintió con cierto alivio. Por un momento había esperado cualquier cosa.
>>Bueno, todo lo que empieza tiene que terminar- dijo, intentando quitarle importancia, pero sonó muy poco consolador.
>>No digas eso. ¿Por qué tenéis los hombres que fingir que estas cosas no os afectan? Estabas bastante susceptible. Y es normal. Yo lo comprendo- replicó ella.
Le miraba de una manera muy dulce, como si quisiera demostrarle su apoyo. No parecía en absoluto la misma persona que había conocido a las ocho de la mañana de ese mismo día, la misma que le recriminaba que le hubiera manchado la camisa. Luka se preguntó cuántas cosas más le habían contado sobre él. Tal vez esa era la razón de que hubiera cambiado de parecer.
>>Estás diferente- no pudo resistirse a comentar.
>>¿Por qué lo dices?- preguntó ella extrañada.
>>No sé... de repente estás tan amable, cuando esta mañana parecía que me odiabas.
>>Lo de esta mañana no fue objetivo- se disculpó ella- Yo estaba nerviosa porque era mi primer día, tú también tenías tus razones. Tómatelo como si hubiéramos empezado de nuevo.
Él esbozó una media sonrisa.
>>¿Ha sido Carter, verdad?
Nora tuvo que asentir. No le miró directamente, sólo removió su café con aire distraído y respondió:
>>Digamos que tú has sido el tema central de nuestra reunión.
Luka suspiró. Debía de haberlo imaginado. Tenía que haberse presentado allí al menos para evitar que las chicas se fueran demasiado de la lengua. Ahora no podía imaginarse qué ideas le habrían metido a Nora en la cabeza... o tal vez lo sabía demasiado bien.
>>No sabía que te habías liado con la mitad del personal femenino del County- comentó entonces Nora, conteniendo una carcajada.
>>Fue una mala racha. No sabía lo que hacía- intentó justificarse Luka, mientras rogaba mentalmente para poder cambiar de tema.
>>Vamos, seamos sinceros, eso no es excusa. El sexo no es forma de llenar un vacío espiritual. Es como utilizar una línea erótica como psicólogo.
Luka apartó la vista, repentinamente avergonzado. A pesar de la curiosa manera de expresarlo, sabía que Nora tenía razón. Durante esa época había vagado como un idiota de chica en chica, y tenía que admitir que eso no le había llenado para nada. En el Congo, y después con Sam, parecía haber llegado a estar en paz consigo mismo. Pero ahora la relación había terminado, Weaver le mataría si volvía a marcharse a África de un día para otro (ya había bastante con Carter y sus continuas visitas a Kem) y tenía miedo de volverse a sentir solo, sin encontrarle un sentido a su vida; a regresar a ese "vacío" que también había denominado Nora. Tenía miedo de volver a cometer los mismos errores y quizá por eso aquel día había sido tan difícil de afrontar.
>>También me han dicho cosas buenas- continuó ella al ver su reacción- No te preocupes, me he llevado una buena impresión.
Sonrió.
>>Me pareces una persona muy interesante. Y muy fuerte. Lo de tu familia y todo eso... no te creas que tanta gente puede superarlo como tú lo has hecho.
Él se obligó a asentir, pero sabía que en parte no era cierto. No estaba totalmente superado, eso era imposible. Sólo estaba dormido en alguna parte, y de vez en cuando despertaba y hacía regresar todo aquello. Pero no era un tema fácil de comentar ni siquiera con los más allegados, por tanto, con Nora ni se lo planteó. Simplemente decidió dar la vuelta al asunto.
>>Ya veo que lo sabes todo de mí, así que ahora te toca hablar a ti- dijo.
>>¿Yo? No tengo nada que contar. Ni secretos escandalosos ni nada parecido.
Luka la miraba. Su expresión había cambiado, aunque por un momento le había visto abatido, de repente estaba divirtiéndose con la conversación.
>>Bueno- comenzó ella- Vengo de San Francisco, si es lo que querías saber.
>>Ah. ¿Y dónde dices que trabajabas?
>>No lo he dicho- bromeó ella, antes de responder- En una clínica de desintoxicación.
Luka puso los ojos en blanco. Por fin lo comprendía todo.
>>Ahora entiendo lo del éxtasis. Eras una experta en el tema.
>>¿Sí¿Me habrías hecho caso si lo hubieras sabido?
Él no respondió. Se había encontrado con un buen elemento, que sabía lo que tenía que decir y cómo decirlo para causar un buen efecto. Muy lista. Pensó que sería mejor ir a por otra pregunta.
>>¿Y cómo decidiste venir aquí?
Nora se encogió de hombros.
>>Muy sencillo. Mi contrato terminó hace tres meses, desde entonces llevo enviando mi currículum como loca a todos los hospitales que conocía... y me contestasteis vosotros.
>>¿Conocías el County?- preguntó él extrañado.
>>Sí- respondió Nora, y añadió en un tono algo melancólico- Estuve saliendo con un chico que trabajaba allí. Nos conocimos donde yo trabajaba, en un seminario sobre tratamiento a pacientes toxicómanos... no sé si sabrás quién es. ¿Dave Malluci?
Luka tardó unos segundos en dar crédito a lo que había oído. Después lo recordó todo: un seminario en California, en el mes de julio, Malluci había regresado alardeando de haber pasado unas increíbles vacaciones gratuitas; sol, playa, una chica... pero nunca habría imaginado que era Nora. No parecía la clase de chica que su antiguo compañero buscaba.
>>¿Malluci¿De verdad estuviste saliendo con él?- dijo sin poder hacerse cargo aún.
>>Sí. ¿Qué pasa?
>>Nada, que... - Luka buscó la mejor manera de explicarse; era demasiado inteligente, demasiado sensata para el tipo habitual de las amiguitas de Malluci- que no parece tu tipo.
>>No lo era- respondió ella resignada- Duramos apenas dos meses. Las relaciones a distancia no son fáciles, y él tampoco era el paradigma de la madurez, de modo que...
Nora sacudió la cabeza como intentando olvidarlo y tomó un sorbo de su café. Al hacerlo miró distraídamente su reloj de pulsera y su rostro dibujó una expresión de sorpresa.
>>¿Las once y media? No me lo puedo creer.
>>Créaselo, señorita- dijo la camarera- Vamos a cerrar.
Luka se puso en pie y comenzó a ponerse su abrigo.
>>Será mejor que nos vayamos- dijo.
Cruzó una mirada de complicidad con Nora y se sintió mejor por un momento, como si hubiera respirado un aire nuevo, diferente, y hubiera logrado olvidar todos los problemas que le rondaban desde el día anterior. Dejó un billete sobre la mesa y se sintió tentado a ayudar a Nora a ponerse el abrigo, pero recordó que algunas chicas no se lo tomaban demasiado bien. El feminismo había acabado con la caballerosidad, pensó, y luego concluyó que, de momento, aquel acercamiento habría sido excesivo.
Los dos salieron de la cafetería con la reja a medio cerrar. Después permanecieron en silencio un segundo, el uno frente al otro.
>>Bueno, nos vemos mañana en el County- dijo Nora- ¿Mañana trabajas, no?
Él asintió.
>>Tengo libre el lunes y el martes empiezo de noches, justo cuando empezaba a acostumbrarme a trabajar por las mañanas- suspiró- Es lo malo de este trabajo.
>>Ya, olvidaba que también tendré que coger ese ritmo.
Luka sonrió. Pobre chica. Aún le quedaba mucho por ver.
>>Bueno- dijo ella- Me voy a casa. Hasta mañana.
Acababa de dar media vuelta para marcharse cuando él la detuvo.
>>¿Vas andando¿Sola?- le dijo.
Ella asintió un poco extrañada.
>>¿Pasa algo?
>>Sí, que esto es Chicago y no deberías ir sola a estas horas.
>>Vivo más o menos cerca, no me pasará nada- le tranquilizó ella.
>>Te acompaño- Nora abrió la boca para decirle que no era necesario, pero él no la dejó hablar- No lo discutas. Vamos juntos y ya está.
Ella se encogió de hombros, un poco sorprendida, pero le dejó ponerse a su altura. Los dos caminaron unos pasos en silencio.
>>Tengo mis razones para hacer esto- dijo Luka entonces- Verás, una vez iba con una amiga e intentaron atracarnos.
>>¿Con Abby? Conozco la historia- le aclaró ella.
A él no le costó adivinar quién se lo había contado. Iba a tener que hablar muy en serio con algunos compañeros al día siguiente.
