Capítulo 7

Seis y media de la mañana.

Nora había preferido esperar lo máximo posible para salir de su dormitorio aquella mañana. Sí, había ido al baño, se había duchado, y a pesar de ser tan temprano ya estaba lista para salir. Pero cruzar la puerta del salón, donde Luka estaba durmiendo, era muy violento. Se sentía incómoda de pasear por su propia casa. Qué ironía.

Avanzó lentamente hacia el sofá, sin hacer ruido para no despertarle. Le hacía ilusión verle dormido, por alguna extraña razón. Rodeó el sofá y se sentó en una silla de cara a éste, lo que le permitía ver la escena perfectamente, como si fuera una película. Él estaba de lado, encogido en algo parecido a una posición fetal, con su pelo oscuro cayéndole desordenado sobre la frente, los ojos dulcemente cerrados y los labios entreabiertos, respirando de forma acompasada. Estaba profundamente dormido, incluso daba pena pensar que en unos minutos tendría que despertarle, ya que ambos entraban de turno a las ocho. "Trabajar un domingo, y con este tiempo" se lamentó Nora, mirando a la ventana, donde la lluvia seguía cayendo desde la noche.

Volvió a mirar a Luka y sonrió involuntariamente. A pesar de todo, lo que había pasado la noche anterior había sido increíble... fascinante.

En ese momento él abrió los ojos y miró a su alrededor, aún medio dormido, intentando situarse. Encontró a Nora sentada frente a él, completamente vestida, y se alarmó.

>>¿Qué pasa¿Qué hora es?- preguntó incorporándose.

>>No te preocupes, es muy temprano, sólo las seis y media. Sólo es que todavía estoy con la hora de California, y no soy de las que le gusta quedarse en la cama cuando ya se han despertado.

Él asintió y se dejó caer de nuevo sobre el sofá. Pero de repente recordó y volvió a levantarse.

>>Tal vez ya sí que debería irme- dijo.

>>No importa, ya llevas seis horas aquí, si quieres dormir media hora más a mí me da igual- le tranquilizó ella.

>>En serio, creo que ya he abusado bastante de tu confianza.

Cuando terminó la frase, le sonó mal. Se frotó los ojos intentando terminar de desperezarse y empujó las mantas para internarse en la helada primavera de Chicago. Apenas pudo reprimir las ganas de volver a tumbarse otra vez.

>>Quizá debí dejar la calefacción puesta- dijo Nora, dándose cuenta del cambio brusco de temperatura.

>>No pasa nada. Cuando vives aquí, tienes que acabar acostumbrándote.

Se levantó para buscar sus pantalones y justo cayó en la cuenta de que acababa de exhibirse ante Nora sólo con la ropa interior. A media noche había decidido que los vaqueros no eran muy cómodos para dormir y se los había quitado (Pequeño regalo para todas las enamoradas de Luka, incluida yo XD). Se giró lentamente para ver la reacción de la chica y vio que no mostraba ninguna emoción, o al menos lo fingía estupendamente.

>>Lo siento, yo... - intentó disculparse.

Ella se limitó a contener un ataque de risa. Nunca habría imaginado que eso le fuera a ocurrir. Hacía siglos de la última vez que había estado con un chico, y desde entonces ningún hombre había pisado su casa... hasta esa noche. Al pensar en ello recordó algo importante que quería decirle a Luka y se aclaró la garganta antes de hablar.

>>Escucha... desde ayer quería comentarte que normalmente no hago esto.

>>¿El qué?

>>Ya sabes... traer chicos a mi casa el primer día que les conozco. La verdad es que no sé por qué lo hice. Eso es todo.

Él sacudió la cabeza con un movimiento afirmativo. La entendía. Quería dejarle claro que aquello había sido una casualidad y que seguramente no se repetiría nunca.

>>No te preocupes, ni se me había pasado por la cabeza que esto fuera a volver a pasar- la tranquilizó él.

>>Al menos por el momento- concluyó ella.

Luka cambió de expresión al oír aquellas palabras. ¿Por el momento? Se dirigió a Nora sin poder disimular su desconcierto, por lo que ella se echó a reír y le dijo rápidamente:

>>Era broma. Puedes respirar tranquilo.

Él suspiró, soltando el aire que había retenido por un segundo. Aquello estaba resultando más confuso de lo que él podía soportar, demasiados sentimientos en sólo dos días. Primero la ruptura con Sam, luego el encuentro con Nora, la escena de la noche... sería mejor que se aclarara él solo antes de empezar de nuevo. Guardar ausencias por un tiempo, por así decirlo.

>>¿Quieres desayunar algo?- oyó entonces la voz de la chica interrumpiendo sus pensamientos.

>>No, ahora sí que me voy- dijo él mirando su reloj de pulsera- Tengo que ir a casa, ducharme y cambiarme de ropa antes de entrar.

>>Claro- dijo ella entonces, y se puso en pie- Entonces te llevo en mi coche.

>>No, de verdad, no hace falta.

>>Insisto. Llevo levantada desde las cinco y media de la mañana, no tengo otra cosa que hacer- vio que Luka iba a negarse de nuevo y no le dejó- ¿Qué pasa, eres de esos tíos que se sienten incómodos si una chica les lleva? No me esperaba eso de ti.

Buen argumento, pensó él. Definitivamente esa chica empezaba a caerle bien.

>>De acuerdo.- aceptó con una sonrisa.


Más tarde, Luka acababa de salir de la ducha y se estaba vistiendo mientras Nora curioseaba por el apartamento. No parecía especialmente peligrosa y de momento no se había oído golpes ni cristales rotos, así que podía dejarla dar una vuelta por el piso tranquilamente. Le había dicho que podía tomarse un café o coger lo que quisiera de la cocina mientras él terminaba de prepararse, y al parecer ella le había tomado la palabra. Se la oía moverse por la cocina. Luka se sintió un poco avergonzado al recordar que no tenía casi nada en la nevera, pero al fin y al cabo ella ya debía de estar acostumbrada a trabajar en turnos de doce horas y no tener tiempo ni para ir de compras... o al menos más le valía irse habituando si quería seguirel ritmodel County.

Justo cuando él estaba acabando de vestirse, oyó que llamaban a la puerta. Qué raro. ¿Quién iba a visitarle a las siete y media de la mañana? Se abrochó el último botón de la camisa y salió a abrir. Y al otro lado de la puerta encontró a alguien que nunca habría esperado ver en ese momento.

Carter.

>>Hola- le dijo él.

>>Hola- le respondió Luka- ¿Qué haces aquí?

>>Nada, sólo que... me pareció que ayer no estabas demasiado bien y he pensado que podíamos desayunar juntos y hablar.

>>Gracias, pero... - Luka se había quedado un poco sorprendido y no sabía cómo responder- no creo que me haga falta.

Carter asintió.

>>Pues podrías habérmelo dicho y me habría quedado durmiendo quince minutos más.- bromeó- Bueno, ya no importa. Te invito de todas maneras. Por una vez que no tenemos que darnos tanta prisa...

Entonces cazó a Luka mirando hacia atrás, en dirección a la cocina. De repente todo estuvo claro, su actitud tan extraña, los esfuerzos por hacer que se fuera tan pronto. Había una chica. Escondida en alguna parte del apartamento.

>>Dios- murmuró Carter- ¿Otra vez¿No te parece que hace demasiado poco que cortaste con...?

Se interrumpió al ver que Nora entraba en la habitación. Habría imaginado a cualquier chica, a cualquiera, menos a ella. Después del discurso que Luka había soltado sobre ella la tarde anterior, lo último que había pensado era encontrarla allí, en esa actitud que obviaba lo que había ocurrido.

Hola- saludó ella, despreocupada. Al ver la tensión entre los dos hombres, volvió a la cocina y decidió dejarles hablar.

Luka intentó explicarse en cuanto ella desapareció de la escena. No quería malentendidos, eso ya habría sido el colmo. Miró a Carter buscando las palabras más convincentes y que más verdaderas parecieran, que desmintieran lo que parecía una verdad tan segura. Pero éste le miraba con reprobación, como preguntándose cómo podía haber hecho aquello, con una chica que no tenía nada que ver con el resto de la historia.

>>Esto no es lo que parece. No ha pasado nada- dijo Luka antes de dejarle hablar.

>>Escucha, Kovac, creo que nos conocemos desde hace tiempo. Y sé que no eres de los que desaprovechan una oportunidad. ¿Pero estás seguro de que lo que has hecho está bien¿No piensas que...?

Nora volvió a irrumpir en la habitación. Volvió a mirarles y preguntó:

>>¿Pasa algo?

>>No, nada-respondió Carter- Sólo había venido a...

Miró a Luka.

>>A invitarnos a desayunar- terminó éste la frase.

>>Qué bien- dijo Nora entonces, un poco recelosa todavía porque notaba algo extraño entre ellos- ¿Yo también puedo ir?

>>Claro- afirmó Carter e intentó bromear- Supongo que me lo puedo permitir.

>>Pues gracias- dijo ella.

>>Entonces vámonos o se nos va a hacer tarde- dijo Carter.

Nora salió la primera intentando ignorar que allí estaba ocurriendo algo. Pero lo que no pudo ignorar fueron las miradas que Carter le dirigía hasta que salieron.