CAPITULO III
"UN BESO EN EL VIENTO"
Legolas estaba parado solo en un balcón de Minas Thirt. El viento levantaba su cabello dorado y caprichosamente jugaba con él. Miraba fijamente como el horizonte se oscurecía, a lo lejos veía una línea de gente aproximarse a la ciudad blanca. Poderosos príncipes entre elfos y hombres montaban, Maese Elrond, y al lado de él sobre un caballo gris, montaba Arwen, su hija, Estrella de la Tarde de su gente.
Arwen.
Su corazón temió ante lo que sabía era inevitable.
Venía a casarse con Aragorn.
********************************
Gimli encontró al elfo mirando fijamente a la gente que se aproximaba a la ciudad.
"Te ves muy serio, más de lo que acostumbras".- La voz de Gimli rompió el silencio.
"No pienses nada de este elfo, amigo. Es solo que estoy muy cansado y deseo ir a casa".- Contestó Legolas, pero seguía inmóvil.
"La verdad le miente a nuestros corazones. Pero ¿Cómo puede uno no estar enfermo por querer ir a casa en un día tan agradable?"
A esto Legolas no respondió.
"¿Has estado enamorado, Gimli?"
"Amor".- resopló por la palabra. "¿Quien puede afirmar haber experimentado tal sensación? Nay, nunca he estado tan privilegiado. Aunque puedo atestiguar con todo mi ser, que nunca había sentido una sensación igual como la que sentí cuando fui agraciado con la presencia de la Señora Galadriel."
Legolas sonrió por eso. De hecho era una maravilla que un enano estuviera enamorado de un elfo. Otra vez su relación con el enano era inesperada.
"¿Y tú Maese Legolas? De seguro con los muchos siglos que tienes alguna doncella te ha deslumbrado."
Legolas miró al cielo un momento, mientras Arwen alcanzaba la entrada de la cuidad. Exhaló lentamente y se quedó callado.
Gimli no sabía que pasaba por su mente, y la pequeña broma hizo que viera a Legolas seriamente. Legolas dio vuelta para hacerle frente al enano.
"No".- Fue la corta y simple respuesta.
*************************************
Gimli y Legolas fueron a las puertas a saludar a la gente que llegaba. Arwen fue abrazada primero por Aragorn y el encuentro sacudió cada fibra del corazón de Legolas. Ella fue después con cada miembro de la comunidad y los abrazó con gusto, susurrando palabras de gratitud y de alegría y el halago traía un nuevo brillo a sus ojos y comodidad a sus almas.
Finalmente estaba parada ante él.
La saludó con las antiguas costumbres de su gente. Y ella notó que apenas la veía a los ojos. En realidad su corazón estaba contentísimo simplemente por haberlo visto, estaba tan contenta que quería gritar e alegría, pero guardo la compostura. Y cuando lo abrazó pudo sentir como sus músculos se tensaron por su contacto. Lo abrazó fuertemente y enterró la cabeza en su hombro, negándose a aceptar una recepción tan fría y estéril de su amigo.
Viendo que no podía ganar, Legolas levantó lentamente sus brazos y la rodeó con ellos. La escuchó exhalar contra su pecho y él enredó la mano en sus cabellos. No dijeron nada, por un simple abrazo ellos sentían más de lo que las palabras hubieran podido describir.
Pocos fueron testigos de aquel encuentro, ya que había comenzado a ser embarazoso. Aunque los dos elfos sentían que había pasado una eternidad, el abrazo duró solo unos segundos. Entre los que habían visto esto estaban Aragorn y el Señor Elrond.
*****************************
La encontró sentada, sola, en el cuarto que había sido preparado para ella.
En el tiempo que había pasado desde la celebración de Sheelala, Legolas se había retirado a su casa en el Bosque Verde y no había vuelto a Rivendell, hasta que se efectuó el Concilio de Elrond. Había estado completamente decaído por sus sentimientos hacia Arwen, tuvo que explorar sus emociones y pensamientos completamente antes de verla. Y su conclusión final era simple. Tan simple que no supo por que no la había encontrado antes.
Amaba a Arwen de más maneras de las que podría imaginarse.
Y ella estaba enamorada de otra persona.
Y hoy era el día de su boda.
Arwen podía sentir la tensión en la habitación cuando Legolas entró. Podía sentir la tensión en su relación. La tensión que había comenzado el día de la celebración de Sheelala. Su relación había cambiado de alguna manera, si es posible que el cambio ocurra sin la acción, por que ella no lo había visto ni había oído de él hasta que salió con los nueve para la búsqueda del anillo. Incluso antes, habían tenido una corta reunión, él había sido muy frío con ella, no en acciones ni palabras, pero se sentía tan. aislada de él. Él había ido a un cuarto al que ella no podía entrar, por que no la dejaría. Y mientras ella siempre estaba emocionada por verlo, su actitud indiferente lastimaba su corazón.
Y oh, como lo extrañaba.
Legolas no sabía por que estaba ahí. Quizá deseaba verla por última vez, como la conocía. No como la Dama de Rivendell, hija de Elrond, la Estrella de la Tarde de su gente, que pronto sería reina de hombres y de elfos. con ninguno de estos nombres la conocía. No, él quería ver a su Arwen.
Su Arwen. La pequeña niña que conoció hace siglos. A quien primero consideró como su mejor amiga. Quien salía de su habitación a altas horas de la noche e iría a pasar grandes aventuras con él. Quien besaba sus rodillas después de que caía cuando corrían. Quien lo dejaba tomar su mano cuando estaban solos en lugares oscuros. Cuando estaban demasiado grandes para los juegos de su adolescencia, caminaba con él en la comodidad de la naturaleza. Quien podía bailar y cantar para que sus preocupaciones y temores se fueran. Finalmente, la Arwen que amaba con su ser entero.
Deseaba recordara mientras estaba con él. Su Arwen que permanecería igual en su corazón aunque el tiempo los traicionara.
Arwen vio el remordimiento en sus ojos.
"¿Qué te preocupa amigo?"
"Perdóname, por que tu y yo no debemos estar enojados, sin embargo temo que los pensamientos en mi mente produzcan tal acción. Créeme que traería sufrimiento y miseria no aquí, si no a mí, aunque mi corazón dice que debo hablar."
Arwen lo tomó con sus manos y le rogó.-"No tienes que estar tan preocupado. Por favor, dime que esta atormentando tu mente."
"Las cosas están cambiando. Las cosas cambiarán entre nosotros.".-Él habló suavemente. "No quiero que te cases con Aragorn"
Arwen estaba sorprendida. Dejó caer sus manos y lo miraba llena de incredulidad.
"No creo que tu debas decidir con quien debo casarme."
"Arwen. él es mortal.".- Intentó hablar de nuevo pero fue interrumpido por Arwen quien se estaba molestando.
"Lo sé y lo entiendo. Lo que no entiendo es por que estás diciendo esto. ¿Como puedes decir tal cosa? Eres su amigo, suyo y mío."
"Soy."
"¿Entonces por que es que mi mejor amigo no puede estar feliz el día de mi boda? ¿Cómo es posible que no puedas compartir mi alegría?"
"Arwen, soy un egoísta. No puedo comprender tu felicidad por que no puedo superar mi propio dolor. No puedo soportar la idea de que te estoy perdiendo."
La luz de sus ojos cambió y su expresión se suavizó.
"Pero no me perderás."
"Nay, el tiempo nos traicionará a ambos. Hoy no nada más es el día en que tú y Aragorn se casan, es el día en que abandonas tu inmortalidad y tu gente. Quedarás perdida en el mundo de los hombres, y compartirás su condena.".- Su voz era triste, pues él nunca creyó pronunciar estas palabras.
"Pero Legolas, si solo sintieras lo que siento por él. si supieras como se siente. sabrías por que elegí este camino. Lo amo."
"No entiendo como puedes darlo todo tan fácilmente."
Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y ella no hizo nada por detenerlas.
"No hagas que parezca como si no sintiera nada por mi gente. es la elección más dura que he tenido hacer, de hecho, la más difícil que haré. Conozco muy bien el sacrificio que estoy haciendo y el dolor es más grande de lo que puedo describir. Quisiera tener lo mejor de ambos mundos, pero así no esta escrito mi destino."
"¿Y estás lista para hacer tal sacrificio? Para dejar a toda tu gente. a tu padre"
Las lágrimas corrían libremente por su cara y ella hizo una pausa, pensando en su decisión.
"Por mi amor.si."
"¿Y yo?"
No respondió, pero lo observó con ojos tristes mientras las lágrimas seguían corriendo por su cara.
"Envejecerás y morirás, dejándome solo. No habrá tranquilidad para mí. Nada de tranquilidad que permita pasar el dolor. En todo camino que recorra me seguirá una sombra por esta pérdida. Me quedaré en la oscuridad y la duda. Como una noche de invierno sin estrellas. Moraré limitándome a sufrir por el dolor, bajo los árboles desvaneciéndose, hasta que el mundo entero cambie y los largos años de mi vida terminen completamente. La muerte te apartará de mí y nunca nos volveremos a reunir. Éste será mi destino. Y aunque estés lista para aceptar el tuyo, le temo al mío."
Dio la vuelta para hacerle frente, en verdad esas palabras enfriaban su alma y traían lágrimas a sus ojos. Arwen entendía la magnitud de su pena. El peso del golpe lleno de fuerza y dolor que ella sentía por él en ese momento, nunca lo había sentido. Lo abrazó por la espalda y le habló entre sollozos.
"Solamente puedo esperar a que un día encuentres el amor que brille en la oscuridad de tu corazón. Que puedas experimentar también el amor que desvanezca tus penas y ahuyente tus sombras. Un amor que traerá tranquilidad a tu corazón y a tu alma. Entonces sabrás que no importa lo que pueda suceder, nunca me apartaré de ti. hay un lugar en mi alma que nadie puede tocar o quitar. y allí tu y yo viviremos hasta el final de los días."
*************
Y en el día del solsticio de verano Aragorn el Rey Elessar tomó la mano de Arwen Úndomiel y fueron desposados en la cuidad de los Reyes, y el cuento de su larga espera y sus trabajos se cumplió.
Legolas estaba parado silenciosamente entre los otros invitados y veía como el amor de su vida se le iba de las manos como arena entre los dedos.
Y como Hombres, Elfos, Enanos, Hobbits y Magos se abrazaban y ovacionaban a su nueva reina, el elfo de cabellos dorados sopló un beso, una oda al pasado y a la esperanza del futuro, en el viento.
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Espero poder subir un capitulo por día, ^_^. Siguen cosas más tristes. esto no es nada.
"UN BESO EN EL VIENTO"
Legolas estaba parado solo en un balcón de Minas Thirt. El viento levantaba su cabello dorado y caprichosamente jugaba con él. Miraba fijamente como el horizonte se oscurecía, a lo lejos veía una línea de gente aproximarse a la ciudad blanca. Poderosos príncipes entre elfos y hombres montaban, Maese Elrond, y al lado de él sobre un caballo gris, montaba Arwen, su hija, Estrella de la Tarde de su gente.
Arwen.
Su corazón temió ante lo que sabía era inevitable.
Venía a casarse con Aragorn.
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Gimli encontró al elfo mirando fijamente a la gente que se aproximaba a la ciudad.
"Te ves muy serio, más de lo que acostumbras".- La voz de Gimli rompió el silencio.
"No pienses nada de este elfo, amigo. Es solo que estoy muy cansado y deseo ir a casa".- Contestó Legolas, pero seguía inmóvil.
"La verdad le miente a nuestros corazones. Pero ¿Cómo puede uno no estar enfermo por querer ir a casa en un día tan agradable?"
A esto Legolas no respondió.
"¿Has estado enamorado, Gimli?"
"Amor".- resopló por la palabra. "¿Quien puede afirmar haber experimentado tal sensación? Nay, nunca he estado tan privilegiado. Aunque puedo atestiguar con todo mi ser, que nunca había sentido una sensación igual como la que sentí cuando fui agraciado con la presencia de la Señora Galadriel."
Legolas sonrió por eso. De hecho era una maravilla que un enano estuviera enamorado de un elfo. Otra vez su relación con el enano era inesperada.
"¿Y tú Maese Legolas? De seguro con los muchos siglos que tienes alguna doncella te ha deslumbrado."
Legolas miró al cielo un momento, mientras Arwen alcanzaba la entrada de la cuidad. Exhaló lentamente y se quedó callado.
Gimli no sabía que pasaba por su mente, y la pequeña broma hizo que viera a Legolas seriamente. Legolas dio vuelta para hacerle frente al enano.
"No".- Fue la corta y simple respuesta.
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Gimli y Legolas fueron a las puertas a saludar a la gente que llegaba. Arwen fue abrazada primero por Aragorn y el encuentro sacudió cada fibra del corazón de Legolas. Ella fue después con cada miembro de la comunidad y los abrazó con gusto, susurrando palabras de gratitud y de alegría y el halago traía un nuevo brillo a sus ojos y comodidad a sus almas.
Finalmente estaba parada ante él.
La saludó con las antiguas costumbres de su gente. Y ella notó que apenas la veía a los ojos. En realidad su corazón estaba contentísimo simplemente por haberlo visto, estaba tan contenta que quería gritar e alegría, pero guardo la compostura. Y cuando lo abrazó pudo sentir como sus músculos se tensaron por su contacto. Lo abrazó fuertemente y enterró la cabeza en su hombro, negándose a aceptar una recepción tan fría y estéril de su amigo.
Viendo que no podía ganar, Legolas levantó lentamente sus brazos y la rodeó con ellos. La escuchó exhalar contra su pecho y él enredó la mano en sus cabellos. No dijeron nada, por un simple abrazo ellos sentían más de lo que las palabras hubieran podido describir.
Pocos fueron testigos de aquel encuentro, ya que había comenzado a ser embarazoso. Aunque los dos elfos sentían que había pasado una eternidad, el abrazo duró solo unos segundos. Entre los que habían visto esto estaban Aragorn y el Señor Elrond.
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La encontró sentada, sola, en el cuarto que había sido preparado para ella.
En el tiempo que había pasado desde la celebración de Sheelala, Legolas se había retirado a su casa en el Bosque Verde y no había vuelto a Rivendell, hasta que se efectuó el Concilio de Elrond. Había estado completamente decaído por sus sentimientos hacia Arwen, tuvo que explorar sus emociones y pensamientos completamente antes de verla. Y su conclusión final era simple. Tan simple que no supo por que no la había encontrado antes.
Amaba a Arwen de más maneras de las que podría imaginarse.
Y ella estaba enamorada de otra persona.
Y hoy era el día de su boda.
Arwen podía sentir la tensión en la habitación cuando Legolas entró. Podía sentir la tensión en su relación. La tensión que había comenzado el día de la celebración de Sheelala. Su relación había cambiado de alguna manera, si es posible que el cambio ocurra sin la acción, por que ella no lo había visto ni había oído de él hasta que salió con los nueve para la búsqueda del anillo. Incluso antes, habían tenido una corta reunión, él había sido muy frío con ella, no en acciones ni palabras, pero se sentía tan. aislada de él. Él había ido a un cuarto al que ella no podía entrar, por que no la dejaría. Y mientras ella siempre estaba emocionada por verlo, su actitud indiferente lastimaba su corazón.
Y oh, como lo extrañaba.
Legolas no sabía por que estaba ahí. Quizá deseaba verla por última vez, como la conocía. No como la Dama de Rivendell, hija de Elrond, la Estrella de la Tarde de su gente, que pronto sería reina de hombres y de elfos. con ninguno de estos nombres la conocía. No, él quería ver a su Arwen.
Su Arwen. La pequeña niña que conoció hace siglos. A quien primero consideró como su mejor amiga. Quien salía de su habitación a altas horas de la noche e iría a pasar grandes aventuras con él. Quien besaba sus rodillas después de que caía cuando corrían. Quien lo dejaba tomar su mano cuando estaban solos en lugares oscuros. Cuando estaban demasiado grandes para los juegos de su adolescencia, caminaba con él en la comodidad de la naturaleza. Quien podía bailar y cantar para que sus preocupaciones y temores se fueran. Finalmente, la Arwen que amaba con su ser entero.
Deseaba recordara mientras estaba con él. Su Arwen que permanecería igual en su corazón aunque el tiempo los traicionara.
Arwen vio el remordimiento en sus ojos.
"¿Qué te preocupa amigo?"
"Perdóname, por que tu y yo no debemos estar enojados, sin embargo temo que los pensamientos en mi mente produzcan tal acción. Créeme que traería sufrimiento y miseria no aquí, si no a mí, aunque mi corazón dice que debo hablar."
Arwen lo tomó con sus manos y le rogó.-"No tienes que estar tan preocupado. Por favor, dime que esta atormentando tu mente."
"Las cosas están cambiando. Las cosas cambiarán entre nosotros.".-Él habló suavemente. "No quiero que te cases con Aragorn"
Arwen estaba sorprendida. Dejó caer sus manos y lo miraba llena de incredulidad.
"No creo que tu debas decidir con quien debo casarme."
"Arwen. él es mortal.".- Intentó hablar de nuevo pero fue interrumpido por Arwen quien se estaba molestando.
"Lo sé y lo entiendo. Lo que no entiendo es por que estás diciendo esto. ¿Como puedes decir tal cosa? Eres su amigo, suyo y mío."
"Soy."
"¿Entonces por que es que mi mejor amigo no puede estar feliz el día de mi boda? ¿Cómo es posible que no puedas compartir mi alegría?"
"Arwen, soy un egoísta. No puedo comprender tu felicidad por que no puedo superar mi propio dolor. No puedo soportar la idea de que te estoy perdiendo."
La luz de sus ojos cambió y su expresión se suavizó.
"Pero no me perderás."
"Nay, el tiempo nos traicionará a ambos. Hoy no nada más es el día en que tú y Aragorn se casan, es el día en que abandonas tu inmortalidad y tu gente. Quedarás perdida en el mundo de los hombres, y compartirás su condena.".- Su voz era triste, pues él nunca creyó pronunciar estas palabras.
"Pero Legolas, si solo sintieras lo que siento por él. si supieras como se siente. sabrías por que elegí este camino. Lo amo."
"No entiendo como puedes darlo todo tan fácilmente."
Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y ella no hizo nada por detenerlas.
"No hagas que parezca como si no sintiera nada por mi gente. es la elección más dura que he tenido hacer, de hecho, la más difícil que haré. Conozco muy bien el sacrificio que estoy haciendo y el dolor es más grande de lo que puedo describir. Quisiera tener lo mejor de ambos mundos, pero así no esta escrito mi destino."
"¿Y estás lista para hacer tal sacrificio? Para dejar a toda tu gente. a tu padre"
Las lágrimas corrían libremente por su cara y ella hizo una pausa, pensando en su decisión.
"Por mi amor.si."
"¿Y yo?"
No respondió, pero lo observó con ojos tristes mientras las lágrimas seguían corriendo por su cara.
"Envejecerás y morirás, dejándome solo. No habrá tranquilidad para mí. Nada de tranquilidad que permita pasar el dolor. En todo camino que recorra me seguirá una sombra por esta pérdida. Me quedaré en la oscuridad y la duda. Como una noche de invierno sin estrellas. Moraré limitándome a sufrir por el dolor, bajo los árboles desvaneciéndose, hasta que el mundo entero cambie y los largos años de mi vida terminen completamente. La muerte te apartará de mí y nunca nos volveremos a reunir. Éste será mi destino. Y aunque estés lista para aceptar el tuyo, le temo al mío."
Dio la vuelta para hacerle frente, en verdad esas palabras enfriaban su alma y traían lágrimas a sus ojos. Arwen entendía la magnitud de su pena. El peso del golpe lleno de fuerza y dolor que ella sentía por él en ese momento, nunca lo había sentido. Lo abrazó por la espalda y le habló entre sollozos.
"Solamente puedo esperar a que un día encuentres el amor que brille en la oscuridad de tu corazón. Que puedas experimentar también el amor que desvanezca tus penas y ahuyente tus sombras. Un amor que traerá tranquilidad a tu corazón y a tu alma. Entonces sabrás que no importa lo que pueda suceder, nunca me apartaré de ti. hay un lugar en mi alma que nadie puede tocar o quitar. y allí tu y yo viviremos hasta el final de los días."
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Y en el día del solsticio de verano Aragorn el Rey Elessar tomó la mano de Arwen Úndomiel y fueron desposados en la cuidad de los Reyes, y el cuento de su larga espera y sus trabajos se cumplió.
Legolas estaba parado silenciosamente entre los otros invitados y veía como el amor de su vida se le iba de las manos como arena entre los dedos.
Y como Hombres, Elfos, Enanos, Hobbits y Magos se abrazaban y ovacionaban a su nueva reina, el elfo de cabellos dorados sopló un beso, una oda al pasado y a la esperanza del futuro, en el viento.
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Espero poder subir un capitulo por día, ^_^. Siguen cosas más tristes. esto no es nada.
