Hola.
Bueno hace mucho que no actualizaba y en realidad estoy muy abochornada por eso pero es que en el colegio nos traen en chinga (y me disculparán la palabra) pero es cierto, no tengo tiempo para nada, he olvidado lo que "tiempo libre" "hobby" y "actividades vespertinas" significan; así que en cuanto me vi libre comencé a pensar en el fic pero como terminé en un solo semestre aborreciendo a la computadora, tardé mucho tiempo en subirlo. Pero aquí está
En realidad siento mucho la tardanza y espero desde el fondo de mi alma que no vuelvan a pasar dos grandes meses sin actualizar. Estén seguras de que no pienso abandonar este fic y sus secuelas, ténganme paciencia.
Como ha pasado tanto tiempo estoy segura de que ya se les olvidó lo último que ha pasado, así que aquí les pongo un breve resumen de los últimos capítulos:
Harry y Draco jugaron con una snitch durante la tarde y al final olvidaron recogerla del campo. Dumbledore se molestó por eso y por que la snitch pareció volverse loca atacando a un Thestral y a un Unicornio; así que les puso un castigo de limpiar una torre de todas las cajas de libros que había ahí.
Durante el castigo, Zu (Gryffindor de séptimo) y Hedwig cambiaron de cuerpo y Draco las llevó con un brujo durante e viaje a Hogsmeade para que las volviera a sus cuerpos.; durante ese viaje Harry en cuenta una pequeña perrita y se la compra a Draco de cumpleaños.
A grandes rasgos eso fue lo que pasó en los últimos capítulos. Cabe aclarar que la idea de la perrita estaba desde el principio, no tiene nada que ve con que mi perra se haya muerto y bla bla bla. De hecho me la imagino como una labrador negra y cachorrita. Aunque al principio era un regalo de Draco para Harry preferí cambiarle.
Ahora si las dejo con el fic.
Invierno
Por: Gala
Navidad
-¡Hermione! ¿qué te pasó?- Escuchó la voz de Ron gritando desde un lado suyo, volteó y se encontró con su mejor amiga, aunque lucía diferente: traía el cabello lacio y agarrado en una cola de caballo, había cambiado su túnica escolar por un vestido blanco y rosa y por alguna razón traía una pelota en la mano; pero lo que más lo sorprendió fue la cara de la muchacha, no exactamente por que tuviera un ojo más grande que el otro o por que por alguna razón sólo se le veía un oído… sino por que su bronceado era… singular: parecía dálmata.
-No te burles Ron, tuve problemas con una poción de bronceado… mejor mantente alejado de Parvati por que ella fue la que más se expuso al sol… creo que podríamos mandarla a un circo de fenómenos.
-Yo creo que contigo tendrían suficiente.
-Cállate Malfoy y suéltale la mano a Harry ¿quieres?- Harry volteó y para su sorpresa vio a Malfoy a su lado y tomándole la mano.
-Lo haré cuando tu dejes de presumirnos tu levitación- Harry volvió a voltear a ver a su amiga y la vio levitando junto con todos los objetos a su alrededor… incluso Ron; Harry se preguntó por qué Malfoy quería que Hermione dejara de practicar su levitación si mañana tenían examen de Flitwick y aún él tenía que ensayar su Wingardium Leviosa.
De pronto Malfoy se le comenzó a acercar y le tomó la barbilla y comenzó a lamerle un oído. "Esto está mal" pensó "pero se siente tan bien" supo que algo ni iba bien cuando Malfoy comenzaba a olfatear su cabello.
Abrió los ojos.
Estaba en su habitación en la torre de Gryffindor y no le sorprendió ver a un par de ojitos brillantes a su lado y a la nariz perteneciente a ese pequeño y peludo cuerpo olfateando su cabello.
-Eras tú- Murmuró adormilado mientras tomaba a la pequeñísima criatura entre sus manos e intentaba incorporarse.
Se sentó a la orilla de la cama aún adormilado y sin ganas de moverse, por la ventana se veía el cielo en plena alba y el frío que sentía hacía que su cama lo invitara a acostarse una vez más pero unos sonidos a los pies de su cama lo hicieron incorporarse muy a su pesar.
-¿Dobby?
-Señor Harry Potter, está usted despierto, Dobby no quería molestarlo.
-No me molestas, Dobby pero ¿qué estás haciendo?
-Dobby está poniendo los regalos que le han mandado este año, tiene muchos por lo que veo. El señor Harry Potter tiene muchos amigos que lo estiman, señor.
-Si…muchos- una extraña sensación de vacío lo había inundado de pronto y no tuvo energías para mantenerse en pie. Se sentó de nuevo en la cama mientras tomaba a la negra perrita entre sus brazos y le acariciaba la cabeza.
-¿Se encuentra el señor Harry Potter bien? Se le ve muy pensativo.
-Si Dobby, estoy bien, gracias.- Pero por alguna razón sabía que no era del todo cierto. De pronto su corazón le dio un vuelco mientras seguía pensando y viendo a Dobby hacer su trabajo.
Tuvo una repentina visión de unos ojos grises seguidos de mucha nieve que no hicieron más que confundirlo aún más de lo que ya estaba.
Cuando regresó a la realidad se dio cuenta de que Dobby se había ido dejándole todos sus regalos bien acomodados a los pies de su cama, y a un lado de él, la perrita dormía plácidamente.
La puerta se abrió de par en par y aparecieron sus demás compañeros de casa muy alegres y haciendo mucho ruido; a Harry le sorprendió ver a Zu feliz como si nada de lo pasado hubiera sucedido nunca y pensó en preguntarle más tarde que había pasado… a ella o a Malfoy.
-Buenos días, Harry- Kirian traía como los demás, su pijama y un sombrero navideño.
-Vamos a celebrar a la sala común y ahí abriremos todos nuestros regalos… que a al parecer son bastantes en tu caso. ¡AAYY! Que linda- Exclamó la única chica con voz aguda mientras abrazaba a la perrita (que intentaba huir) y salía por la puerta aventando confeti.
Harry la siguió y Kirian hizo volar los regalos hasta un árbol navideño situado junto a la chimenea, Harry pensó que eso era en caso de que se les acabara la leña.
En una mesa había muchos dulces y jarras de chocolate caliente que le llamaba con señales de humo.
Tomó una taza y se sirvió del humeante brebaje mientras escuchaba a Nick y a Zu peleando por el lugar más cercano a la chimenea.
-¿Hay algo que te moleste, Harry?- Preguntó Kirian con gesto serio mientras se servía también chocolate y pasteles en un plato.
-No, sólo estoy terminando de despertar- se excusó. En realidad no había nada que le molestara, entonces no entendía por que sentía esa pesadumbre.
Es navidad pensó tengo que dejar de preocuparme por nada Volteó a ver a sus compañeros; al parecer la chica había ganado el lugar junto a la chimenea a base de rasguños por lo que podía deducir de la cara marcada de Nick.
Estuvieron platicando, riendo y comiendo mientras abrían los regalos. Harry recibió de la Sra. Weasley el típico suéter tejido (tinto con una gran y elegante "G" bordada) y algunos dulces caseros; Ron le dio un estucha para lentes de auto limpieza "Para que no los tengas que volver a limpiar a mano" le había escrito en la carta, no se imaginaba de dónde había sacado el dinero.
Hermione le dio un estuche para cuidado de varitas que contenía un pulidor y una guía para mantenerla en las mejores condiciones Cualquiera pensaría que tengo mis artículos personales en desgracia ; los gemelos le mandaron un jabón en barra Otro artículo de limpieza y le mando una maldición a alguien pero para su sorpresa (o no) era un jabón de broma que hacía que al que lo usara le saliera un tupido y desagradable cabello Tal vez lo guarde para Tío Vernon que se está quedando calvo
Lupin le obsequió un rehilete que anunciaba el clima, la humedad en el aire y las posibles tormentas.
Pero el regalo que más le sorprendió fue un pequeño león de peluche que rugía cuando lo aplastaba y lo único que lo acompañaba era una corta nota donde se leía "Para que recuerde que el león no es como lo pintan"
Como esa mañana el desayuno había sido en cada sala común tuvo que salir a buscar a Malfoy para agradecerle su regalo (después de luchar con Zu para que le regresara la perrita)
Vagó por los pasillos con el pequeño cachorro en brazos y cubierto con una parte de su túnica. Encontró al Slytherin atacando con bolas de nieve al calamar que estaba en la orilla intentando aprovechar los pocos rayos de sol que daban ahí.
-¡Hey! Tú, Slytherin- Malfoy volteó y vio el suéter que Harry traía puesto, era el que le había regalado la Sra. Weasley.
-No se por qué me da la impresión de que eres Gryffindor- Dijo con una ceja levantada
-Muy graciosos, quería…emmm- se rascó la cabeza mientras veía al muchacho; era más difícil decirlo de lo que se había imaginado. El sol sacaba débiles brillos plateados de su cabello y había algo en él que lo había dejado hipnotizado. Asustado sacudió la cabeza- emmm quería darte las gracias por el regalo.
-Oh, de nada- Dijo dándose la vuelta y lanzando una última bola de nieve al calamar.
-Emmm… yo también te compré algo- dijo sacando al cachorro de su túnica y estirando los brazos para que lo tomara- Al menos así tendrás a alguien que te caliente los pies en las frías mazmorras- Se sentía terriblemente estúpido; quería decir algo pero nada se le ocurría, tanto frío al parecer había congelado su cerebro y se quedó ahí, parado, pensando en todo lo que le podía decir Malfoy para negar un regalo tan tonto y ese pensamiento le creó un gran desasosiego.
Para su alivio, el rubio sonrió.
-Gracias; las mazmorras son realmente frías- y abrazó al cachorro n un gesto realmente humano y hasta (aunque luego se arrepintió de haberlo pensado así) tierno.
Anduvieron hacia el castillo comentando lo que habían recibido de navidad y al llegar al punto donde cada vez sus caminos se separaban, Harry preguntó:
-¿Vas a ir a la fiesta de ésta noche?
-Nadie me invitó, Potter; no tengo razón para estar ahí.
-Te estoy invitando, animal.
-No creo que sea buena idea, a nadie le caigo bien.
-Mientras no hagas ningún comentario racista y te limites a pasártela bien y dejas que las demás personas también disfruten no hay ninguna razón para que te corran.
-Está bien- Contestó Malfoy después de unos segundos- pero no pienso bailar contigo en el centro- terminó con un deje burlón.
Harry recordó su cuarto año cuando tuvo que bailar con Padma Patil y lo terriblemente abochornado que se había sentido.
-Degenerado- murmuró entre dientes mientras le daba un juguetón puñetazo en el brazo.
Esa noche hubo un gran banquete en el Gran Comedor con todos los alumnos, maestros y fantasmas que se habían quedado durante el invierno y al finalizar, todos los alumnos se había dirigido en caravana al bosque-no-tan-prohibido hasta llegar a un claro donde había una gran fogata circundada por varias sillas y sillones de diferentes colores y tamaños.
-¿Esto es seguro, Kirian?- Preguntó Harry receloso.
-Por supuesto que si, estamos protegidos por un círculo mágico creado por Dumbledore- Un poco más tranquilo se permitió apreciar el lugar.
Cada árbol de los que estaban cerca estaba adornado con cientos de pequeñas hadas vanidosas y el camino estaba alumbrado por velas anti-incendios.
Malfoy llegó unos minutos después grabando todo con la cámara de Harry.
-¿Al fin aprendiste a usarla?
-No molestes- Los dos caminaron hacia la mesa donde estaban las botanas (aún después de lo que habían comido en el banquete) y mientras seguían comiendo, la conversación fluyó.
-¿Cómo fue que Zu está otra vez en su cuerpo?- Malfoy dio un suspiro y comenzó a relatar.
Como quince minutos después de que te fuiste llegó el brujo de es lugar y transformó a tu amiga. Bueno, no fue así de sencillo. Para empezar se me ocurrió que sería una buena idea un brujo (que este más que nada es un chamán) por que trabajan muy en contacto con la naturaleza y un humano no deja de ser un ser sujeto a las leyes físicas de la naturaleza y por igual la lechuza. Cuando llegó las analizó y me dijo en resumidas cuentas lo que yo ya sospechaba: que no se habían transformado, sino que sus mentes eran las que de alguna extraña manera habían cambiado.
Para hacerte el cuento corto por que se que si te digo con lujo de detalles te vas a dormir, hizo un ritual muy extraño donde las puso a las dos en una mesa una frente a la otra y les estuvo echando algunas plantas mientras que prendía varias velas e inciensos y cantaba algo que daba miedo. Al final tu lechuza y tu amiga cayeron en un trance y el chamán hizo como si levantara el alma de cada una y la ponía en el lugar correcto
-Y se puede saber cómo es que sabías de la existencia de ese brujo
-Por que ya me ha sacado de varios problemas por el estilo- dijo un poco avergonzado.
Algunas personas veían con mala cara a Malfoy pero dando que venía acompañando a Harry prefirieron guardarse sus comentarios, lo cual el moreno agradeció.
La reunión estuvo muy bien; un chico de Hufflepuff había llevado Hidromiel y una chica de Ravenclaw alcohol muggle.
Harry se sorprendió al ver a su acompañante socializar; a fin de cuentas probablemente había sido una buena idea el invitarlo.
Días después Harry habría encontrado difícil decidir qué momento habría sido su favorito: si cuando Justin, ebrio a más no poder, se había puesto a contar chistes junto a la fogata; si fue cuando del castillo (visible entre los árboles) habían salido fuegos artificiales terriblemente parecidos a los Magifuegos Salvajes Weasley; o si fue cuando ya muy entrada la noche, se habían puesto todos a platicar los chismes de cada casa y unas que otras intimidades.
Pero sin lugar a dudas el premio se lo llevaba lo que había sucedido después de eso.
Iban él y Malfoy solos de regreso al castillo con algunas copas encima y platicando alegremente.
-Auch- se quejó Harry cuando una de esas copas le cayó y se rompió sobre su cabeza- Una vez leí un cuento así. Comentó viendo el reflejo de la luna menguante sobre la negra superficie del lago.
Malfoy lo volteó a ver muy confundido.
-Era sobre una niña que intentaba atrapar a la luna que se reflejaba en el agua de un pozo, y un día que por fin la había atrapado fue a verla por la mañana y la luna ya no estaba. Comenzó a llorar por que pensó que la luna se había hundido en el pozo y ahogado.
-Típico muggle- murmuró Malfoy
-¿Por qué lo dices?
-Por que pretenden controlar algo tan grande como la naturaleza con pequeños instrumentos creados por ellos y luego cuando lo echan todo a perder quieren compensarlo con lágrimas.
-¿No es eso lo que hacemos todos los humanos de una u otra manera?
El rubio no contestó y Harry notó que estaba completamente perdido en sus pensamientos con la vista fija en el lago.
-¿Malfoy, estás bien?
Como saliendo de un trance contestó que si.
Siguieron caminando y llegaron al ya tan conocido lugar donde sus caminos se separaban.
-Gra…gracias- murmuró Malfoy con la vista fija en el suelo y ruborizado.
-¿De qué?
-Por haberme obligado a ir; la pasé muy bien.
-De nada, creo. Hasta mañana.
-Hasta mañana- Contestó Malfoy, dudó por un poco pero luego se acercó a Harry y depositó un ligerísimo beso en su mejilla izquierda y sin decir nada más, giró y caminó a su sala común.
Harry se quedó ahí parado como tonto, Con una mano se tocó donde Malfoy había besado.
Quiso penar "¿Qué diablos fue eso?" pero lo único que llegaba a su mente era "¿Por qué?"
Intenté hacerlo largo para al menos compensar un poco la espera; gracias por su paciencia.
Nos vemos luego y ya saben que quejas al mail de Julili o de Azuza Takeda y los comentario al mío por que a fin de cuentas yo soy la escritora jajajaja.
Besos
Gala
