Leyenda Urbana
Por Dark Wing Fairy
Capítulo dos
-SARA, PERO QUE DEMONIOS HACES AQUÍ,- preguntaron al unísono las muchachas.
-Ah, pues vengo a hacerles compañía,- dijo la chica de pelo dorado mientras les brindaba una tierna sonrisa.
-Pero no se supone que tú también te ibas a ir de vacaciones,- preguntaba Anna, mientras la miraba de reojo.
-Pues sí, pero mi querido Kalos me dijo que no quería que ustedes estuvieran solas,-
-Ah, que considerado es el jefe,- dijo Sora mientras se acercaba Sara.
-Bueno la verdad es que, él me pido que las vigilara, puesto que esta convencido de que si las dejamos solas, a su regreso no encontrará más que cenizas del Escenario, jijijiji,-
-…- las tres chicas quedaron mudas ante tal confesión.
-Esta bien, no importa,- intervino Mia con el fin de romper el silencio.
-Oigan¿qué se supone que están haciendo,- preguntó Sara al momento en que señalaba los vestigios de la guerra de almohadas.
-Ah, es que tenemos una pijamada¿quieres unirtenos,-
-CLARO QUE SI SORA, pero…-
-Qué cosa,-
-No les parece mejor si la cambiamos a mi habitación,-
-Y eso por qué,-
-Ah, es que mi recámara es mucho más grande, JEJE,-
-Por que será,- decía Anna por lo bajo a Mia y a Sora, mientras Sara le dedicaba una mirada de pocos amigos.
-Esta bien, nos mudamos a tú habitación,- contestaron las chicas al mismo tiempo.
Así pues las jóvenes cambiaron de lugar su fiesta, y con una integrante más la velada prometía ser de lo más divertida.
-Y qué se supone que estabas contando Mia,-
-Por qué lo preguntas Sara,-
-Ah, es que cuando llegue solo se escuchaban sus gritos, por eso me puse a cantar, la verdad es que no me gusta la oscuridad, y desde niña con el fin de no sentirme sola, emito cualquier nota con mi voz; creo que es mi defensa ante lo sobrenatural…- explicaba la chica rubia mientras los colores se le subían al rostro, no quería aceptar que era un poco cobarde y menos delante de una chicas que eran de menor edad.
-No te preocupes, yo estaba dispuesta a mandarte a descansar contándote uno de mis súper chistes,-
-Más bien lo que Anna pretendía era espantarte,- contestaba Sora mientras se acomodaba entre ellas.
-Ouch,- técnica del súper almohadazo marca Anna, -Y ahora tú porque me pegas,- reclamaba Sora mientras se sobaba la cabeza.
-Este… bueno, en que nos quedamos,-
-Que te parece si sigues contando historias Mia,-
-No, yo ya conté ahora les toca a ustedes,-
-Que cuente la que acaba de llegar,-
-YO,-
-Si Sara, tú nos asustaste y ese es el precio que tienes que pagar,-
-Esta bien, mmmm; ah¡. ¿Que les parece si nos tomamos un poco de vino-
-Otra que quiere ponerse borracha,- dijo por lo bajo Mia.
-SIIIIIIIIIIII, Sara tú si sabes, y qué es lo que podemos tomar,- decía Anna impaciente.
-Bueno pues ustedes tomaran un refresco mientras yo me tomo el sake que me trajo Sora cuando se fue a Japón en fin de año, JEJEJEJE,-
-Noooooo, eso no se vale yo también quiero sake,-
-No, el Sake es para mí, tú tomaras de jugo de frutas que hay en el refrigerador,-
-Este… Mia, no te sabes otra historia,- suplicaba Sora mientras Anna y Sara discutían por el consumo de bebidas embriagantes.
-Ahora que recuerdo, una vez mientras navegaba por la red, uno de mis amigos internautas, me contó una historia,-
-Es de terror,-
-Si,-
-Aaaaah, ya no quiero escuchar historias de terror,-
-Ay, Sora no seas tan miedosa; vez, hace rato ni paso nada, era solo Sara,-
-Pero si esta vez se nos aparece un fantasma,-
-Como crees, eso sólo pasa en la televisión,-
-Pero es que una vez me contaron que si relatas historias relacionadas con espíritus durante la noche, es como hacerles una invitación, para que se aparezcan..-
-Esas son tonterías, venga Mia, tú cuenta la historia,-
-Esta bien… jaaaaaaa(suspiro), efectivamente lo que Sora dice es verdad, en la noche mientras todos duermen y todo el mundo está en paz y en calma, se escuchan los pasos de aquellos que no han abandonado este mundo… y tocan a la puerta de quienes al igual que nosotras permanecen despiertos hasta entrada la noche, es por eso que cuando te vas a dormir tienes que cerrar tu puerta con llave, ya que los espíritus tocan a ella, y si no respondes tratan de abrirse paso para llevarte con ellos en su largo camino sobre este mundo,….-
-Nnnno, es verdad¿cierto, eso no es cierto,-
-Claro que no es cierto Sora, Mia solo está contando otra historia de terror,-
-A decir verdad esto le pasó a unas chicas, no muy lejos de aquí,-
-Q, qué, qué les pasó,- preguntaba Sora mientras se aferraba cada vez al brazo de Sara.
-Lo que les estoy contando, ellas tenían al igual que nosotras ahora, una pijamada, estaban solas en una casa, de pronto ya entrada la noche, más o menos por estas mismas horas, estaban jugando verdad o reto…-
-Y eso que tiene que ver con la historia que nos estas contando,- decía Anna haciéndose la valiente, pero como esta vez el rostro de Mia era muy serio, decidió no tomar a la ligera el relato de su amiga.
-Entonces, la dueña de la casa perdió. En esos momentos alguien toco a la puerta, y para que el juego fuera más interesante, le preguntaron a la que había perdido si aceptaba la verdad o el reto, la chica optó por lo segundo; el reto, el cual constaba de lo siguiente, si volvían a tocar a la puerta apagarían las luces, ella abriría y abrazaría a la persona que se encontrara en el umbral; para este caso, varias de las chicas se habían puesto antes de acuerdo y habían llamado al repartidor de pizza, y estaban seguras que era él, el que tocaba. La chica acepto y de pronto la puerta volvió a sonar, armada de valor, se dirigió al umbral, lo abrió y al momento salto sobre la persona que estaba en el, esperando…-
-Y qué sucedió,- pregunto Sara mientras Sora se abrazaba a ella.
-Ah, pues, lo que menos se esperaban, un rayo ilumino el firmamento, y era caso raro puesto que no estaban en épocas de lluvias. Las chicas que estaban dentro de la casa solo alcanzaron a ver a su amiga, abrazada a una figura empuchada de color negro. Aterrorizadas la llamaron, pero ella no respondió, un relámpago volvió a iluminar el cielo, su amiga giro su rostro hacia ellas, todas quedaron paralizadas ante lo que vieron; la cara de la chica había dado un cambio impresionante, sus facciones eran frías y su mirada vacía, su piel había adquirido un tono azul grisáceo, les sonrió, pero su expresión era inanimada como un juguete; en esos momentos otro relámpago ataco el cielo y el umbral quedo desierto…-
-Cómo,-
-Si, no había señas de la muchacha, ni de la otra persona, tal pareciera que se hubieran desvanecido en la noche. Gritaron su nombre, pero todo fue en vano, salieron a toda prisa con lámparas y linternas, pensando que era una broma de su amiga, pero no la encontraron, después de unas hora llamaron a la policía y decidieron salir a buscarla más allá de la colonia, en espera de que fuera un rapto; pero todo fue en balde, nunca más se supo de la chica. Desde entonces dicen que entrada la noche nunca abras la puerta de tu casa, puesto que los espíritus vienen por ti para que los acompañes en su eterno camino que tienen que recorrer antes de abandonar este mundo….-
Las chicas habían quedado mudas, esta historia les había puesto la carne de gallina, y ninguna emitió un ruido al momento en el que la chica de pelo naranja cerraba sus labios en señal de que el relato había concluido, pasaron unos cuantos segundos que a ellas les parecieron horas, y de pronto, un sonido las saco de sus ensimismamiento.
TOC, TOC,
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH,- gritaron todas, incluida Mia.
-Es, es… están tocando,- decía Anna mientras se abrazaba a su almohadón.
-Si, están, tocando,- ahora era Sara quien hablaba, pero su voz apenas y era un susurro; Sora ni reaccionaba estaba atónita.
-No es nada chicas; lo que les conté es solo una leyenda, vamos no sean miedosas,- Mia había recobrado algo de cordura, puesto que ella misma se estaba convenciendo de que el sonido que escucharon no había sido nada.
-Ah sí?; pues entonces abre la puerta,- dijo Anna en tono de reto.
-Esta bien, les demostraré que no es nadie, sólo es el viento,-
La chica se levantó de su lugar, se encamino hasta la puerta del dormitorio y antes de colocar su mano en la perilla, volteo hacia las chicas con una sonrisa burlesca en los labios.
-Ven, sólo era el viento,-
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSUUUUUUUUU,
De pronto la puerta se abrió, y Mia fue succionada como si nada, la chica de las coletas había desaparecido ante los ojos perplejos de sus amigas.
-MIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIAAAAAAAAAAAAAAAAA,- Grito Sora desesperada.
Fin de Capítulo Dos
