AMOR SIN BARRERAS
Un fanfiction de Slam Dunk, por Haruko Sakuragi
CAPÍTULO 2: "La visita al cine... Y un pequeño panorama de los personajes (P)"
—¿De verdad estoy bien así? —preguntó Hanamichi con mucho nerviosismo. Caminaba al lado de su mejor amigo, con dirección al cine en el que, dentro de quince minutos, tendría que ver a Haruko para, finalmente, ver realizado su sueño de tener una cita con ella.
—Déjate el cabello por favor, Hanamichi —recomendó Youhei, deteniéndose y sujetando las manos del pelirrojo para que dejara de alborotarse la cabellera—. Si sigues tocándolo así se descompondrá. Créeme: te ves bien —sonrió para tranquilizarlo.
Hanamichi sonrió un poco menos nervioso. Youhei tenía esa extraña capacidad de hacer que se calmara cuando lo necesitaba.
—Gracias.
Caminaron en silencio hasta llegar a la plaza comercial en la que estaban los multicinemas; había ya mucha gente, a pesar de que faltaba media hora para que la película iniciara. Takamiya buscó una mesa; cuando la encontró, él y sus amigos la ocuparon.
Hanamichi no podía estar más nervioso: lucía pálido, las manos le sudaban y no lograba articular una oración coherente.
—¿Qué te pasa, Hanamichi? —preguntó Okusu.
—Parece que viste un muerto —rió Noma por lo bajo.
—Sí; parece que en lugar de tener una cita con tu amada, vas a que te vacunen contra el tétanos —completó Takamiya, y los tres muchachos rieron. Youhei esperaba que el pelirrojo repartiera cabezazos, como era su costumbre, pero esta vez no lo hizo.
—Chicos, ya déjenlo. Está nervioso, eso es todo.
Los tres primeros volvieron a reír disimuladamente, y de pronto se escuchó una voz aguda y muy conocida...
—¡Hola! —saludó Haruko a lo lejos, agitando la mano, sonriendo entre nubes rosas de algodón de azúcar, luciendo el cabello en dos trenzas, con una falda rosa pastel, un suéter azul, zapatos de piso, sin calcetas, nada del uniforme de la preparatoria, tan linda, tan madura... O al menos eso fue lo que Hanamichi vio (°°)... Y con ella iban Kogure, Ayako, Ryota y, por supuesto, el capitán Akagi.
—¡Hola, Haruko! —sonrió Hanamichi, aproximándose a la chica, e ignorando al resto del mundo... Y un pesado golpe en su cabeza lo hizo darse cuenta de que no todo era como él lo imaginaba.
—¡Aléjate de mi hermana, estúpido!
—¡Ay, Gorila, no me pegues!
Y el capitán iba a golpearlo nuevamente, pero la chillona voz de su hermana lo hizo detenerse.
—Hermano, será mejor que nos acerquemos a la entrada. La gente está empezando a formarse.
Efectivamente, cuando todos voltearon ya se distinguía una pequeña fila de personas esperando su turno para entrar a la función. El singular grupo decidió acercarse, y tras ellos se formó una larga hilera que parecía esperar lo mismo que ellos: ver a la pareja más aclamada de la temporada.
Lo que nadie supo en aquél momento, fue que, confundido entre tantas personas, estaba también el chico más callado y de los ojos más fríos que jamás hubiera vivido en Kanagawa: Kaede Rukawa.
—A estas horas, debe estar estrenándose en Hong Kong, Kanagawa, Tokio, y Seúl —sonrió satisfecho el atractivo protagonista de "Amor sin barreras".
Estaba en compañía de Kyochi Mirayuki, director de la película, y de Haruka Takami, los tres en el departamento del primero, bebiendo licor y planeando la gira que realizarían la semana siguiente.
Dos semanas después del estreno de la famosa película "Amor sin barreras", Hanamichi Sakuragi, más que satisfecho por haberse mostrado tan sensible ante el amor que se profesaban los protagonistas, se sentía conmovido por la manera en que aquél trágico amor llegó a su fin, con la muerte de él tras quedar embarazada la chica dulce y enamorada, y se sintió identificado con aquella historia. Los días posteriores a la proyección, se preguntó infinidad de veces si él, a pesar de todo el amor que decía sentir por Haruko, sería capaz de dar la vida por ella y de renunciar a su felicidad para no hacerla sufrir por siempre... Estuvo callado y silencioso en las clases, obediente en el entrenamiento y tranquilo en cuanto a su comportamiento con Rukawa. Obviamente, más de uno de sus amigos y conocidos se sorprendió ante la actitud recientemente adquirida.
Haruko, por su parte, no hizo variar su idea de que Amano Kamiya era uno de los chicos más atractivos que había visto –"casi tanto como Rukawa", solía decirse ella misma–, y ese papel de enamorado fiel y capaz de todo por su amada, lo hacían parecer el hombre ideal ante sus ojos. "Estoy segura de que Rukawa-kun es como él", pensaba para reconfortarse. "Cuando se dé cuenta de que puede amarme, vamos a ser muy felices", sonreía. Fue feliz por algunos días, consolándose con la idea de que Kaede era un romántico tímido que se comportaba tan antisocial porque estaba enamorado y no se atrevía a confesarlo.
Rukawa, en cambio, al ver a Amano Kamiya en un papel tan mil veces usado para películas cursis, se dio cuenta de la calidad histriónica del muchacho: le dio tal realismo y un toque tan mágico ante sus ojos, que, secretamente, deseó convertirse en un enamorado como él para hacer que la persona de sus sueños lo amara.
¿Quién imaginaría que un tipo tan serio, tan indiferente, tan apático como Kaede Rukawa, gustaría del tipo de películas de "Amor sin barreras"? Absolutamente nadie. Lo cierto era que Kaede nunca había dicho a nadie que su padre era uno de los más prominentes abogados de Japón, que se desenvolvía entre profesionistas, modelos y estrellas de cine, y que era el representante legal de mayor confianza para Amano Kamiya. Una vez, en una junta a la que había acompañado a su padre, Kaede lo vio a lo lejos, escuchó su timbre de voz, observó sus movimientos cautelosos, su andar elegante y sus finas maneras, y le gustó. Se aficionó al cine porque vio la docena y media de películas que el actor había protagonizado en un par de años, y "Amor sin barreras" era lo que más había esperado.
Tras varios meses de admirarlo, coleccionar fotografías, comprar películas y cualquier cosa que se refiriera al actor, llegó a la vida de Kaede el pelirrojo que inyectó nueva vida a sus días, que le llenó de alegría los entrenamientos y que, poco a poco, se fue metiendo en su cabeza primero, y después en su corazón: Hanamichi Sakuragi.
Asistió al estreno de la película por ver nuevamente a Amano, pero también porque, casualmente, escuchó que el pelirrojo asistiría. De verdad quedó impactado con la película, y se reiteró la idea de desear ser como aquél personaje, y de vivir un amor tan fuerte como el de los protagonistas, en el que fuera capaz de dar la vida por Hanamichi, de sacrificar su felicidad por no ver sufrir a su pelirrojo, y todo a cambio de una sonrisa, una mirada cálida... o un beso.
—¡NOOOOOOOOOO! —se escuchó un grito por la habitación.
Tras el escándalo, un joven de cabello negro y bigote lloraba siendo consolado por sus amigos.
El ejército se encontraba en casa de Hanamichi, después de un viernes aburrido, sin entrenamiento y lleno de golpes en la preparatoria Shohoku. El grito pertenecía a Noma, que se acababa de enterar de que Haruka Takami estaría en Kanagawa el fin de semana siguiente, justo los días en que él y su familia harían la visita anual a su abuela en Tokio... Se perdería una de las pocas oportunidades que tendría para ver personalmente a la mujer que más amaba en el mundo.
—Tranquilo, Noma —trató de calmar Hanamichi.
—Tendrás otras oportunidades —siguió Youhei.
—No es el fin del mundo —acertó Okusu.
—Le pediremos un autógrafo para ti —exclamó Takamiya, y una lluvia de almohadas y unos cuantos golpes, que llegaron detrás del nuevo llanto de Noma, cayeron sobre él.
Efectivamente, tanto la actriz como el galán Amano Kamiya, visitarían Kanagawa, como parte de una gira por varios estados de Japón, Hong Kong y Korea del Sur, en un intento por hacer publicidad para "Amor sin barreras".
Hanamichi, que por aquellas fechas ya se había vuelto admirador de ambos protagonistas, estaba entusiasmado por el hecho de conocerlos en una convivencia exclusiva para los miembros del club de admiradores (al que había sido inscrito por Youhei, casi a la fuerza), y se lamentaba por su amigo, pero se alegraba de saber que él podría asistir, pero claro, si quienes deberían estar honrados deberían ser ellos al tener el placer de conocerlo, ¿cierto?
Como fuera, la noche había caído ya; Okusu y Takamiya se ofrecieron a llevar a Noma a su casa para hacerlo sentir mejor en el camino. Youhei, en cambio, se quedó con Hanamichi porque, debido a que su madre estaban de viaje nuevamente, estaría solo hasta el miércoles de la semana siguiente, así que dormiría con él hasta entonces.
Se acostaron temprano. La noche pasó velozmente. El amanecer llegó... Y la hora de conocer a los actores estaba cerca.
CONTINUARÁ...
Notas de la autora
Excelente!!!
Un segundo capítulo igual de largo que el primero...
Es muy... ¿cómo decirlo?... El capítulo es algo "x". Es un pretexto para que la actriz conozca al amor de su vida... Ahora, ya podemos ver que Rukawa está medio interesado en el actor, y, sin embargo, su corazón le pertenece a Hanamichi, ¿no?
Esto pinta bien. Me agrada el panorama que le encuentro.
Nos vemos luego, en el siguiente capítulo.
