Capitulo 5º

BAÑO A MEDIANOCHE POR LOS MERODEADORES

Era un día lluvioso en el numero 4 de Privet Drive, havia empezado a llover antes de la salida del sol, y havia continuado a lo largo de toda la mañana, solo ahora, cerca del mediodía, se habían calmado un poco los cielos, y unos tímidos primeros rayos de sol se habían atrevido a cruzar las nubes.

Uno de estos aventureros rayos, se había lanzado a través de una de las ventanas del segundo piso, para ir a bailar insistentemente en los ojos de un dormido quinceañero.

Despacio, Harry Potter se cubrió los ojos con una mano, tras unos momentos volvió apartarla confundido, mirando hacia abajo vio la fuente de su desconcierto, una tupida mata de pelo pelirrojo se apoyaba en su pecho, pronto los recuerdos de la ultima noche vinieron aliviar el perplejo joven, esta era Virginia Weasley Potter, su esposa.

Contemplando a su esposa dormida, Harry medito sobre los eventos de la noche anterior, hasta que un pequeño gruñido en su estomago, le dio otras cosas en que pensar.

Cuidadosamente aparto los suaves rizos de Ginny, hasta dejar al descubierto una de sus orejas, y lentamente empezó a soplar en ella.

- Fred, George, dejarme dormir, o le diré a mama donde guardáis el Firewhisky. - Murmuro Ginny soñolienta, empezando a revolverse.

Harry con una sonrisa, soplo un poco mas fuerte en su oreja, finalmente Ginny levanto la cabeza y lo miro fijamente, en un primer momento la muchacha pareció desconcertada, pero pronto, la luz del reconocimiento amaneció en sus ojos.

- Mi peluche se a despertado travieso esta mañana, ¿Eh? - Dijo con una sonrisa Ginny.

- Es mediodía, y estoy hambriento. - Dijo Harry. - Si te levantas, podríamos ir a buscar algo de comer.

- Mas tarde, estoy muy cómoda aquí, voy a dormir un ratito más. - Dijo Ginny apoyando su cabeza en el pecho de Harry.

Con una sonrisa maliciosa, Harry a punto su mano a Ginny.

- Wingardum leviosa. - Murmuro Harry, mientras ondeaba su mano, e inmediatamente la chica froto despacio hasta el techo.

- ¡¡¡Harry!!! Bájame ahora mismo. - Grito Ginny, ignorándola el aludido aprovecho para levantarse.

- ¡Ummm! ¿Sabes que aun no he podido verte apropiadamente? - Dijo Harry con una mirada traviesa.

- ¡¡¡Harry!!! No te atrevas, bájame de aquí inmediatamente. - Grito Ginny.

- Accio sabanas. - Dijo Harry, y cogiendo al vuelo las sabanas que cubrían a Ginny, las dejó a los pies de la cama.

Con un grito, Ginny se esforzó en mantener su corto camisón en su sitio, al tiempo que dedicaba todo tipo de improperios a Harry. Mientras, el objetivo de sus atenciones, se paseaba lentamente examinándola con atención.

- ¡¡¡Umm!!! ¿Sabes que no llevas ropa interior? - Pregunto inocentemente Harry.

- ¡¡¡Harry!!! Bájame inmediatamente. - Grito Ginny ruborizada, mientras se cubría los pechos con una mano, y sujetaba el camisón con la otra.

Harry con una sonrisa afectada, cogió una punta del camisón, y tiro despacio hacia arriba, Ginny inmediatamente volvió a sujetar el camisón con las dos manos, y Harry rápidamente se inclino para ver a través de su escote, pero ella fue aun más rápida, y volvió a cubrirse con una mano.

- ¡¡¡Harry James Potter!!! - Grito echando fuego por los dientes. - Como no me bajes en el acto, te vas arrepentir el resto de tu vida.

Harry retrocedió unos pasos, y por unos instantes, se entretuvo a contemplar las largas piernas de Ginny.

- Tienes unas piernas muy bonitas. - Afirmo Harry.

- Basta, ya te has vengado, bájame de aquí, por favor. - Suplico una Ginny completamente carmesí.

Dando una ultima mirada a sus piernas, Harry volvió a ondear su mano, y lentamente la floto de vuelta a la cama. Tan pronto como la deposito en la cama, Ginny salto de pie, y se encaro a Harry.

- ¡¡Nunca!! Nunca en la vida vuelvas hacer algo así. - Exigió Ginny, golpeando con un dedo el pecho de Harry.

- Venga no asido tan malo, y me la debías, ya te advertí, no debiste burlarte de mí anoche. - Dijo Harry con una sonrisa conciliadora. - Al fin y al cabo, tu empezaste, no te quejes ahora de las consecuencias.

- ¡¡Gruggg!! - Gruño Ginny. - Bien ¿donde esta esa comida que decías?

- Espera un momento- Dijo Harry con un guiño.

Arrodillándose en el suelo, Harry saco la tabla suelta bajo la cama, donde guarda sus más preciadas posesiones, y cogió su capa de invisibilidad.

- Es... Es... Una capa de invisibilidad. - Exclamo Ginny maravillada.

- Si era de mi padre. - Explico Harry orgulloso. - Dumbledore me la dio en mi primer año a Hogwarts.

Harry echo la capa encima de los dos, mientras Ginny, con un gesto de su mano, deshizo el hechizo que mantenía cerrada la puerta, y cuidadosamente atisbaron fuera.

Cuando comprobaron que no havia nadie fuera, abrieron la puerta y se deslizaron en el descansillo cerrándola detrás de ellos, y volviéndola a sellar mágicamente con un rápido encanto.

Una vez habían bajado al vestíbulo, vigilando cuidadosamente que ningún escalón crujiera, Harry y Ginny echaron una mirada al armario bajo la escalera, y tras comprobar que la puerta aun estaba cerrada con un grueso candado, esbozaron una sonrisa recordando lo ocurrido la noche anterior, después de la salida del profesor Dumbledore.

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Harry y Ginny se quedaron mudos durante unos minutos, tras la sorprendente declaración del profesor Dumbledore.

- ¿Ginny? - Pregunto Harry sin apartar la vista del suelo.

- ¿Sí? - Contesto Ginny en un murmullo, sin mirarlo.

Tras una incomoda pausa, Harry intento continuar sin mucho éxito.

- Yo... Bien yo... ¡Oh Merlín! - Balbuceo Harry. - Creo que tenemos que hacer lo.

- ¿Tenemos que hacer que? - Pregunto Ginny con la cara completamente roja.

- ¡¡¡Tomar un baño!!! - Casi Grito Harry.

- ¡¡¡Oh!!! - Exclamo Ginny, y pregunto tras una pausa. - ¿Quieres decir los dos juntos?

A Harry le sobrevino un súbito ataque de tos.

- No es como haya muchas opciones, o nos bañamos juntos, o no nos bañamos. - Una vez recuperado, Harry contesto completamente ruborizado.

- ¡¡¡Oh!!! - Volvió a preguntar Ginny, ocultando su cara. - ¿Y como nos vamos a bañar?¿Desnudos?

A Harry le sobrevino otro ataque de tos.

- Normalmente la gente se baña desnudos. - Consiguió responder Harry.

- ¡¡¡Oh!!! - Volvió a decir Ginny, y con una voz suave como la miel pregunto. - ¿Y cuanto me vas a pagar?

Harry se atraganto, y estuvo apunto de ahogarse, al escuchar la pregunta de Ginny.

- No te voy a pagar nada. - Contesto asustado Harry.

Ginny se giro, y dio a Harry una mirada digna del profesor Snape.

- Si no vas a pagarme. ¿Por que me tratas como una prostituta? - Inquirió con voz de acero.

- Yo no... Yo no te trataría nunca como una prostituta. - Tartamudeo.

- ¿Crees que todas las mujeres se bañan desnudas con el primero que conocen? - Insistió Ginny.

- ¿Que? No, no lo creo. - Se apresuro a decir Harry. - Ginny, me conoces desde hace años, tus padres y tus hermanos me conocen, he estado viviendo en tu casa.

- Si, y nunca me has hecho el más mínimo caso. ¿Crees que soy una chica fácil? - Siguió Ginny. - ¿Crees que bastan un par de sonrisas y abrazos para que me derrita en tus brazos?

- No... Ginny... ¡¡Merlín!! Estamos casados. - Respondió Harry.

- No es que fuera por mi elección, y no llevamos ni una hora casados. - Afirmo Ginny. - Y yo tengo novio.

- Pero... No podemos separarnos... No hay otra solución. - Trato de argumentar Harry.

Levantándose y enfrentando a Harry, Ginny se inclino para mirarlo a los ojos, y apuntándole con un dedo entre ceja y ceja, le dijo.

- Claro que hay otra solución, si eres capaz de pensar con la cabeza, por un momento. - Dijo Ginny con voz letal. - Tu, te vas a quedar despaldas, fuera de la ducha, con los ojos vendados, mientras yo me baño, y cuando haya terminado, tu te ducharas, y yo me quedare fuera. ¿Queda claro?

- Si... Ginny, yo no... No havia pensado... - Intento hilvanar una disculpa Harry, completamente ruborizado.

- No, tu solo estabas pensando en poder verme desnuda. - Lo interrumpió Ginny.

- ¡¡¡No!!! Ginny te aseguro que yo no quiero verte desnuda. - Se apresuro a decir Harry. - Lo ultimo que querría es verte desnuda, créeme Ginny.

- ¿Que ocurre? ¿Te doy asco?¿O Que? - Dijo con irritación fingida Ginny. - ¿No soy suficiente bonita para que el gran Harry Potter quiera ver me desnuda?

- Ginny, no... Eres muy bonita... Una de las chicas más bonitas que conozco... - Dijo sumamente avergonzado Harry.

- ¿Pero no soy Cho Chang? - Concluyo Ginny.

- ¡¡¡No!!! Cho no me gusta. - Dijo completamente desconcertado Harry. - No hay ninguna chica que me gustaría más ver desnuda, que a ti.

- Vez como tenia razón, tu solo quieres ver me desnuda. - Exclamo triunfante Ginny, y echando a Harry una mirada más letal que la de un basilisco, añadió. - Como intentes tan siquiera atisbar un poco, vas a tener que pensar con la cabeza para el resto de tu vida. ¿Queda claro?

- ¡¡¡Sí!!! Ginny yo te aseguro... - Intento decir Harry, pero sin escucharlo Ginny se giro, y empezó a andar. Cuando noto que no podía continuar se volvió, y enarcando las cejas pregunto.

- ¿Vienes o no? - Dijo con impaciencia, mientras golpeaba repetidamente el suelo con un pie.

Harry se levanto en el acto, y siguió a Ginny, que se dirigió a su baúl, y abriéndolo saco tres toallas, un bote de champú, y una gruesa bufanda de lana.

-No hace falta que cojas nada. - Dijo Ginny, ocultando una sonrisa, cuando Harry fue abrir su armario. - Ya traigo una toalla para ti.

Harry no queriéndola irritar más, desistió de su intento, y siguió a Ginny, fuera de su habitación, al baño. Una vez los dos habían entrado, cerraron la puerta y corrieron el pestillo.

Ginny se dirigió ala ducha, y dejo la botella de jabón en el suelo, colgó las toallas, y con la bufanda en la mano se volvió hacia Harry.

- Gírate. - Ordeno Ginny.

- No hace falta que me vendes los ojos, te prometo que no voy a mirar. - Dijo Harry.

- Esperas que confié en alguien, que hace unos minutos ha intentado engañarme, para que me duchara con él. - Respondió Ginny. - Por no mencionar, que has reconocido que te gustaría ver me desnuda.

- Ginny... - Sin saber que decir, Harry dio un suspiro y se giro.

Conteniendo a duras penas la risa, Ginny procedió a vendar los ojos a Harry con la bufanda, cuando estuvo segura que no veía nada, lo cogió por el hombro, y lo hizo retroceder hasta tocar la ducha.

- Ahora quédate quieto. - Exigió Ginny.

Tras comprobar que Harry le hacia caso, Ginny se quito la túnica, la falda, la camisa, los zapatos y los calcetines, dejo su ropa bien plegada sobre el lavabo, entro en la ducha, y con las cortinas corridas, termino de desnudarse.

Con los ojos cubiertos, Harry pudo oír con entretenimiento, a Ginny tatarear una dulce melodía, mientras corría el agua y una fresca fragancia a lilas llenaba el baño.

Un cuarto de hora mas tarde, Ginny cerro el grifo del agua, y tras secarse, enrolló una toalla pequeña alrededor de su cabeza, y se envolvió cuidadosamente con una gran toalla de baño.

- Ya puedes sacarte la bufanda Harry. - Dijo Ginny mientras salía de la ducha con una gran sonrisa.

Harry se apresuro a quitarse la bufanda, y observo con detenimiento a la muchacha a su lado.

- ¿Ocurre algo? - Pregunto, tras unos segundos, Ginny tímidamente. - ¿Por que me estas mirando fijamente?

- Estoy esperando que te gires, para vendarte los ojos. - Respondió Harry con la bufanda en la mano.

Ginny herida, se llevo las manos al corazón, y dio una mirada de profunda tristeza a Harry.

- ¿No confías en mi? - Pregunto Ginny en un hilo de voz. - ¿crees que voy a intentar mirarte mientras te duchas?

- No, Ginny yo confío en ti. - Respondió Harry, cada vez mas desconcertado ante los rápidos cambios de humor de Ginny. - Fuiste tú quien dijo que nos vendáramos los ojos.

- Pero... Yo te pedí que tu, te vendaras los ojos. - Respondió Ginny decepcionada. - No quería que tuvieras ninguna tentación.

- Pero Ginny. ¿No es lo mismo? - Pregunto despacio Harry. - ¿Yo tampoco quiero que tengas ninguna tentación?

- Piensas que soy una cualquiera. - Exclamo Ginny apunto de llorar. - Tu habías dicho que te gustaría verme desnuda, y habías intentado engañarme para que nos ducháramos juntos.

- Ginny no es así.. - Comenzó a decir Harry, mientras pensaba, si debía o no, enviarle un búho al profesor Dumbledore para explicarle el extraño comportamiento de Ginny.

- Da igual Harry, lo entiendo. - Susurro Ginny girándose con la cabeza gacha, y dando un sorbido añadió. - Hazlo si quieres.

- No, Ginny. - Dijo Harry acongojado. - No hace falta, yo confió en ti.

Ginny se giro rápidamente, y con una sonrisa radiante, le ofreció su bote Champú a Harry.

- Ten usa mi Champú. - Dijo Ginny dulcemente.

- Gracias Ginny, tu champú tiene un aroma maravilloso, pero no creo que sea el más adecuado para mí. - Dijo Harry cada vez más desconcertado.

- De verdad te gusta su olor. - Dijo una excitada Ginny, ruborizándose al mismo tiempo.

- Sí, creo que mi madre debió usarlo, me recuerda a ella. - Dijo Harry con voz melancólica.

Ante la perplejidad de Harry, Ginny enrojeció aun más notablemente, a sus palabras.

- Ten úsalo. - Insistió Ginny. - Es un champú mágico, mi papá me lo regalo por mi cumpleaños, el olor es único para cada persona.

- Definitivamente Ginny no puedo aceptar, es tu regalo de cumpleaños, debes gastarlo tu. - Respondió Harry, pensando en lo que le habría costado al señor Weasley, comprar un champú mágico a su hija.

- Oh, venga Harry. - Dijo con voz melosa Ginny. - La Botella dura un año por mucho que gastes, y si tenemos que estar todo el tiempo juntos, es en mi beneficio, que huelas bien.

- Bien, si es para ti, acepto. - Claudico Harry, sonriendo a Ginny y cogiendo el Champú.

Ginny se giro alegremente dándole la espalda a Harry, este dejo el champú en la ducha, se saco los zapatos, los calcetines, y los pantalones, y tras entrar, y cerrar la cortina, termino de quitarse la ropa.

- Tenías razón, el olor del champú es diferente. - Dijo Harry tras unos minutos. - Me recuerda algo, no sé que es, pero me gusta.

- Huele como el bosque detrás de la madriguera, después de una tormenta. -Casi susurro Ginny, completamente roja de la cabeza a la punta de los pies, mientras mentalmente daba gracias de que Harry no podía verla.

- ¡Es verdad! Tienes razón Ginny. - Exclamo Harry alegremente. - Me gusta mucho, gracias por dejármelo.

- No tienes que agradecérmelo. - Respondió Ginny, y con voz inaudible añadió. - Ese es mi olor preferido.

- Igualmente, gracias Ginny. - Insistió Harry.

Ginny no respondió, y Harry continuo duchándose en silencio, finalmente tras unos minutos anuncio.

- Ya he terminado. - Dijo Harry, y mientras estaba girado cerrando el grifo del agua, oyó descorrer las cortinas, y la voz de Ginny detrás de él, decir.

- Bonito trasero. - Exclamo alegremente Ginny.

- ¡¡¡Ginny!!! - Grito un Harry completamente ruborizado, intentando simultáneamente, girarse, cubrirse con una mano, y cerrar la cortina con la otra, y consiguiendo resbalar, y acabar en el suelo con la cortina encima.

- ¡¡¡Ouchhh!!! - Se quejaron ambos jóvenes simultáneamente, para seguidamente, a la mortificación de Harry, Ginny empezará a reír a carcajadas.

- ¡¡¡Oh, Merlín!!! Si pudiera tomar una foto de tu cara. - Exclamo Ginny sin parar de reírse.

- ¡¡¡Cómo has podido!!! Yo havia confiado en ti. - Grito Harry ultrajado.

- ¡Oh, venga Harry!. Estamos atados juntos, algún día u otro, tenía que verte desnudo. - Exclamo Ginny entre carcajada y carcajada. - Además, no es como haya podido ver mucho.

- Y que hay de todo lo que has dicho antes. - Replico enojado Harry. - Que no eras una chica fácil, y que no te desnudabas delante de cualquiera.

- Realmente no me has visto desnuda, yo te he visto desnudo a ti, así que no puedes decir que soy una chica fácil. - Contesto Ginny riendo entre dientes, y dándole una sonrisa añadió. - Estabas tan avergonzado después de que se fuera el profesor Dumbledore, que no he podido resistirme, soy la hermana de Fred y George, llevo las travesuras en la sangre.

Devolviéndole la sonrisa, Harry le dio una mirada diabólica a Ginny, y agrego.

- ¿Sabes lo que esto significa?¿No? - Pregunto Harry. - Voy a tener que vengarme.

- ¿Quieres empezar una guerra de travesuras con un Weasley? - Pregunto Ginny haciéndose la asombrada.

- Dame la toalla y gírate. - Ordeno Harry. - Y no hagas ninguna tontería, o no respondo de las consecuencias.

Ginny le dio la toalla que havia traído a Harry, y le dio otro ataque de risa al ver la cara que ponía.

- Es una toalla para las manos. - Exclamo indignado Harry, al ver la pequeña toalla.

- Lo siento, pero no tenía otra toalla grande. - Dijo Ginny intentando parecer seria sin lograrlo.

- No va a cubrirme nada. - Dijo Harry avergonzado. - ¿Porque no me dejaste coger una, sino tenias?

- ¿Y perder me la vista? - Respondió Ginny con una sonrisa. - No te preocupes, no tienes nada de que avergonzarte.

- ¡¡¡Gírate de una vez!!! - Dijo Harry exasperado, y mientras se secaba sin apartar los ojos de Ginny, añadió. - Vas a lamentar haberte burlado de mí.

- ¿Un Potter contra una Weasley? -Contesto irónicamente Ginny. - No tienes ninguna oportunidad.

Tras envolverse con la toalla, Harry volvió a colgar la cortina.

- ¿Sabes quienes son los ídolos de Fred y George? - Pregunto inocentemente Harry.

- ¿Los Merodeadores? - Pregunto Ginny sorprendida. - He oído sus aventuras desde pequeña, me hubiera encantado conocerlos.

- Realmente, se podría decir que has conocido a los cuatro. - Respondió Harry, con destellos en los ojos.

- ¿Que?¿Cuando? - Pregunto Ginny asombrada. - ¿Tu sabes quienes son?

- Sí. - Respondió escuetamente Harry, saliendo de la ducha tras terminar de poner la cortina.

- Dime quienes son, por favor. - Pidió Ginny con voz zalamera, dándole una sonrisa a Harry.

- El primero Colagusano, era un traidor, un animagus con la forma de una rata, llamado Peter Pettigrew, aun que tú lo has conocido como Scabbers. - Explico Harry.

- ¿Pettigrew era la rata de Percy? - Murmuro Ginny.

- El segundo Lunático, era el cerebro tras los Merodeadores, un hombre lobo llamado Remus Lupin. - Siguió Harry.

- ¿El profesor Lupin? - Dijo Ginny no saliendo de su asombro.

- El tercero Canuto, era el corazón de los Merodeadores, un animagus con la forma de un gran perro negro, llamado Sirius Black. - Dijo Harry con orgullo.

- ¿Tu padrino? - Susurro Ginny anonadada.

- Y el ultimo Cornamenta, el líder de los Merodeadores, el mayor bromista en la historia de Hogwarts, un animagus con forma de ciervo, concretamente la forma que toma mi patronus, era mi padre, James Potter. - Dijo Harry triunfalmente.

Ginny se quedo con la boca abierta sin saber que decir, Harry dándole una sonrisa, que prometía mil torturas, continuo.

- Ahora. ¿Quién crees que lleva mas las travesuras en la sangre, la hermana de los gemelos Weasley, o el hijo y ahijado de los Merodeadores? - Pregunto con ironía Harry. - ¿Quién crees que ganara una guerra de travesuras, una Weasley, o un Potter?

Ginny se giro sin responder, recogió su ropa y el bote de champú, y se dirigió hacia la puerta, seguida por Harry que la imito. Antes de correr el pestillo, Ginny se volvió, y le dio una dulce sonrisa a Harry.

- Has olvidado un pequeño detalle. - Dijo suavemente Ginny.

- ¿Que detalle? - Pregunto curioso Harry.

- Ahora, yo soy una Potter. - Respondió Ginny triunfalmente.