Capitulo 6º
LA NOCHE DE BODAS POR VERNON DURSLEY
(ATENCIÓN: Hay abundantes avances del quinto libro en este capitulo.)
Harry y Ginny se hallaban en su habitación, sentados en el suelo encima de una vieja manta, en un improvisado picnic. Acababan de comer lo poco, que se habían podido coger de la nevera sin levantar sospechas, y estaban riendo satisfecho de ellos mismos.
El viaje a la cocina havia sido fácil, Tía Petunia estaba en la salita espiando a sus vecinos con unos prismáticos, y en ningún momento havia sospechado de su presencia bajo la capa de invisibilidad.
Solo durante el viaje de vuelta, ya cargados con la comida, tía Petunia había interrumpido su vigilancia, ellos se habían quedado helados, temiendo que hubiera oído algún ruido, pero se limito a sacar un pequeño cuaderno y lápiz, y tomar algunas notas mientras murmuraba sobre sus vecinos.
Harry y Ginny esperaron hasta que reasumiera su vigilancia, para continuar aliviados, la noche anterior habían decidido extremar las precauciones alrededor de la mujer, si alguien podía descubrir que habían escapado del armario, era una bruja, sobre todo una Slytherin, aun que hubieran quebrado su vara hace años.
De camino a su habitación, se habían detenido en el dormitorio de Dudley, atraídos por sus ronquidos, atisbando por la puerta pudieron contemplar la enorme mole, que Harry tenia como primo, echada boca arriba, durmiendo a pierna suelta, con la misma ropa de la noche anterior.
Con una simple mirada, Harry y Ginny decidieron dar inicio a su venganza, tras dejar la comida, se dirigieron al baño, donde recogieron unas tijeras, espuma de afeitar, y una navaja.
Entrando sigilosamente en el cuarto del primo de Harry, se acercaron cuidadosamente al ebrio muchacho, observando con satisfacción, como convenientemente la cabeza le colgaba de la cama.
Harry havia contado a Ginny, ante la hilaridad de esta, como su primo havia teñido su pelo de rubio, y empezado a peinarlo hacia tras con abundante gomina, después de haber quedado prendado de la apariencia de Draco Malfoy, cuando el y sus tíos lo habían ido a recoger a la estación King Cross, al final del curso.
Vigilando atentamente a Dudley, Ginny empezó a cortarle todo el pelo por encima de las orejas, imitando las calvas de los monjes del medioevo.
Una vez hubo terminado, Harry extendió la espuma de afeitar, y procedió a terminar con la navaja el trabajo que Ginny havia empezado, finalmente la chica limpio la reluciente calva de Dudley con un paño, y los dos se alejaron para contemplar su obra maestra.
Un apresurado encanto de silencio lanzado por Harry, impidió que su primo despertara cuando los dos estallaron en carcajadas, la imagen de la reluciente coronilla rodeada de una corta melena, no era para menos.
Tras varios minutos de risa incontrolable, Ginny desvaneció los restos de su trabajo, y los risueños adolescentes regresaron a su habitación, tras haber devuelto las herramientas del crimen al baño.
Dudley havia sido el primero en empezar a pagar por los actos de la ultima noche, recordando lo ocurrido, Harry y Ginny se prometieron, que el resto de los Dursleys le seguirían pronto.
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Ginny salió del baño, para chocar con una enorme y maloliente masa de carne. Tambaleándose a causa del alcohol ingerido, Dudley Dursley se giro enfurismado, para quedarse con la boca abierta al contemplar a la esposa de su primo, cubierta únicamente con una toalla.
- Hola... ¿Has venido a ver al gran D pimpollo?. - Murmuro Dudley, y cogiendo a Ginny por la cintura con una mano, y acariciando la cara de la chica con la otra, añadió. -Voy a darte la mejor noche de tu vida, conejito.
- ¡¡¡Suéltame imbecil!!! - Grito Ginny propinándole una bofetada, e intentando escapar de sus garras.
Harry soltó su ropa, y se arrojo sobre su primo rojo de furia, dándole un empujón, le grito.
- ¡¡¡Déjala Dudley!!! O te prometo que vas a pasar el resto de tu miserable vida como un cerdo. - Lo amenazo Harry.
Dudley aparto bruscamente a un lado a Ginny, causando que Harry diera un traspié, y aprovechando la inesperada ventaja, estampo su enorme puño en la cara de su primo, arrancándole un gemido de dolor, y arrojándolo violentamente contra la pared. Ginny dio un gemido gemelo al de Harry, y sintiendo un fuerte tirón siguió la estela de su marido, para acabar tropezando, y cayendo al suelo entre los dos muchachos.
- Como te atreves a amenazarme monstruo. - Grito a pleno pulmón Dudley. - No eres nada mas que un animal, tu y todos los de tu especie deberíais estar encerrados en un parque zoológico.
Apartando a un lado a Ginny con una patada, Dudley clavo su puño en el estomago de su primo por dos veces, hasta que atontado, Harry se deslizo por la pared hasta al suelo, al lado de Ginny.
- ¡¡Levanta y pelea, Cobarde!! ¿No querías convertirme en un cerdo?¿Venga a que esperas?¿Que ocurre, te expulsarían de tu precioso colegio de monstruos? - Increpo Dudley a Harry, a voz en grito. - ¿No eres tan valiente cuando tienes que pelear como un hombre?¿Ehhh?¿No eres nada sin tus amigos anormales?
Dudley Dursley, púgil federado, campeón regional por dos años consecutivos, orgulloso de haber derribado a un oponente con cuatro veces menos peso, y dos cabezas mas bajo, fijo su mirada en Ginny, que rizada en el suelo al lado de Harry, gemía sujetándose el estomago con ambas manos.
Dudley la cogió por los hombros, y levantándola en vilo, la empujo contra la pared, y empezó recorrer lentamente con una mano la espalda de Ginny, mientras con la otra acariciaba su hombro desnudo.
- Ven muñeca, el gran D te va enseñar lo que es un hombre de verdad. - Dijo Dudley mirando con ojos hambrientos a Ginny. - Después de esta noche no volverás posar tus ojos en ese anormal.
- ¡¡¡No, suéltala!!! - Grito Harry, intentando con todas sus fuerzas levantarse.
Pero antes de que Harry pudiera hacer algo, Ginny usando los años de experiencia luchando con seis hermanos mayores, clavo sus dientes en la mano de Dudley, y cuando este retrocedía gimiendo, avanzo un paso, y aprovechando el impulso, le golpeo con la rodilla en la entrepierna, con todas sus fuerzas.
Dudley cubriéndose con ambas manos la zona agredida, emitió un prolongado aullido de dolor, hasta que con sendos puñetazos, Harry y Ginny lo enviaron al suelo, noqueado y con la nariz rota.
- ¡¡¡Dudleyyy!!! - Oyeron gritar a pleno pulmón, a sus espaldas, Harry y Ginny. - ¿Que le habéis hecho a mi pobre niño?
Pasando como una exhalación entre ambos adolescentes, Petunia Dursley se arrodillo al lado de su hijo, y cogiendo su cabeza coloco un pañuelo en su cara, intentando detener la hemorragia de su nariz.
- No te preocupes Dunleicito, mama esta aquí, y te protegerá de esos monstruos. - Dijo entre sollozos la tía de Harry. - Van apagar lo que le han hecho al pequeñito de mama.
- Tía... - Empezó a decir Harry intentando aclarar lo ocurrido, cuando dos gruesas manos lo cogieron a él y Ginny por el cuello ahogándolos.
- ¡¡¡Desagradecido!!! Después de haberte acogido bajo nuestro techo, haberte vestido, y dado de comer todos estos años, no tienes suficiente con traer, esta anormal muerta de hambre, para practicar vuestras depravadaciones en esta casa, no, tenias que intentar corromper a tu primo. - Vocifero Vernon Dursley, mientras apretaba con fuerza el cuello de Harry y Ginny. - ¿Que ocurrió? Dudley era demasiado hombre para dejarse seducir por este desecho que te acompaña, tuvisteis que recurrir a la violencia, y usar vuestras anormalidades en un pobre muchacho indefenso.
Vernon aflojo ligeramente su presa en los cuellos de unos morados Harry y Ginny, permitiéndoles respirar momentáneamente, y los arrastro escaleras abajo sin contemplaciones.
- ¿Pesáis que podéis hacer lo que queráis?¿Que esos monstruos que tenéis por amigos os protegerán? - Continuo increpándolos tío Vernon. - No sabéis como de equivocados estáis, vais aprender de una vez cual es vuestro lugar, no voy a tolerar vuestro comportamiento degenerado en esta casa.
Vernon Dursley arrastro a los recién casados, hasta el armario bajo las escaleras, que havia sido el hogar de Harry durante mas de la mitad de su vida, y soltando a la muchacha por un momento, abrió la puerta, y tras echar al suelo todos los cachivaches que había dentro, arrojo a su sobrino en el interior. Ginny arrastrada por la caída de Harry, consiguió efímeramente cogerse en el marco de la puerta, evitando desplomarse en el interior del armario, hasta que propinándole un fuerte empujón, Vernon Dursley la arrojo encima de su marido.
- Os vais a quedar allí el resto de la semana, sin comida, ni agua, ya veremos si cuando salgáis tenéis ganas de seguir con vuestras perversiones. - Grito Vernon Dursley, y antes que los dos adolescentes pudieran hacer algo, agarro sus piernas, aun colgando fuera del armario, y violentamente las introdujo dentro, cerrando la puerta, y asegurándola con un grueso candado. - ¡¡¡Ahhh!!! Se me olvidaba, disfruten de la noche de bodas, y la luna de miel.
Harry y Ginny se quedaron callados en la oscuridad del armario, mientras oía a Tío Vernon alejándose entre carcajadas. Poco a poco, con la experiencia del que lo a hecho en innumerables ocasiones, Harry se sentó apoyando su espalda en uno de los lados del armario, y tras estirar a duras penas sus piernas contra el otro, ayudo a Ginny a sentarse en su falda.
- Yo, lo siento... Perdóname Ginny... - Murmuro Harry rompiendo finalmente el incomodo silencio.
- ¿Perdón?¿Porque? - Pregunto Ginny con la voz alterada.
- Por... Lo que hizo mi primo... Y mi tío. - Respondió débilmente Harry. - Yo debí haberte...
- ¡¡¡Basta Harry!!! - Interrumpió Ginny alzando la voz. - No tienes que disculparte por esos... Monstruos.
Ginny busco a tientas la mano de Harry, y apretándola con las suyas continuo.
- Soy yo quien debería disculparme, yo y todo el mundo mágico. - Afirmo Ginny rotundamente. - Tu que nos diste la libertad, y la posibilidad de ser felices a los demás, has tenido que soportar esto toda tu vida, a pesar de haberlo visto, yo no había llegado a comprender realmente, por lo que has tenido que pasar.
- ¿Lo has visto? - Pregunto con un deje de terror en su voz.
- Sí... En el sueño, cuando nos fundimos, yo reviví algunos fragmentos de tu vida. - Contesto inseguro Ginny.
- Esperaba que no hubiera ocurrido. - Dijo Harry con tono abatido.
- ¿Tu también lo viste? - Interrogo Ginny inquieta.
- Sí. - Dijo escuetamente Harry.
- Supongo que es un intercambio justo. - Dijo lentamente Ginny.
Un tenso silencio siguió a la respuesta, pronto Ginny noto como Harry estaba empezando a temblar y su respiración se hacia más rápida.
- ¿Harry?¿Que ocurre te sientes mal? - Inquirió Ginny preocupada.
- No me ocurre nada, estoy bien. - Respondió con voz temblorosa Harry.
Esta respuesta no hizo mas que aumentar la preocupación de la chica, que nerviosa acerco la mano a la frente de Harry, para ver si tenia fiebre, pero a oscuras, Ginny alcanzo sus mejillas. Harry aparto rápidamente la cara, pero no antes de que la chica las notara ligeramente humedecidas.
- ¿Harry que ocurre?¿Por favor confía en mi? - Pregunto asustada Ginny.
- Ahora lo sabes. - Respondió lacónicamente Harry.
- ¿Que sé? - Pregunto cada vez más asustada Ginny.
- Que soy un fraude. - Respondió despacio Harry.
- ¿¿¿Que??? - Dijo incrédula Ginny. - Tu no eres un fraude, como puedes pensar eso.
- Es la verdad, tú lo has visto. - Respondió Harry, mientras una profunda tristeza se deslizaba por su voz. - Todo el mundo cofia en mi, piensan que soy un héroe, que puedo salvarlos, que soy alguien especial, el niño-que-vivió, pero no es verdad, todo es un fraude.
- Harry, ¿cómo puedes pensar eso? - Pregunto tristemente Ginny.
- Por que es verdad. ¿Que he hecho para merecer esa confianza? Yo no detuve a Voldemort cuando era pequeño, fue mi madre. - Dijo lúgubremente Harry. - Nunca he podido hacer frente a mis tíos o mi primo, nunca he sido capaz de defenderme, me he pasado la vida escondiéndome o huyendo, en Hogwarts todos me quieren por que soy el niño-que-vivió, pero aquí, donde no me juzgaban por lo que hizo mi madre, sino por mi mismo, todos me rehuían y despreciaban, nunca tuve ningún amigo.
- Oh Harry... - Murmuro Ginny acongojada por el profundo dolor que destilaba la voz de Harry.
- Cuando me ordené yo estaba aterrado, estaba seguro que el sombrero diría que se habían cometido un error, que yo no merecía estar allí, y me enviarían de regreso con los Dursley. - Confeso con tristeza Harry. - Quizás hubiese sido mejor que me hubiera devuelto aquí.
- ¡¡¡Harry!!! ¿Cómo puedes decir eso? - Dijo Ginny angustiada.
- ¿Por que no?¿Que he hecho realmente yo?¿Impedir que Voldemort robara la piedra filosofal? Fueron Ron y Hermione quienes superaron las pruebas, Dumbledore me enseño como conseguir la piedra, y otra vez fue la protección que me dejo mi madre lo que detuvo a Voldemort. - Siguió Harry vertiendo sus miedos y inseguridades. - ¿Salvarte en la cámara de los secretos?¿Matar un Basilisco de mas de mil años? Solo fue pura suerte, incluso deje que Tom Ryddle me cogiera la vara, sin Fawkes y el sombrero seleccionador no lo hubiera conseguido.
Ginny sintió su corazón romperse mientras escuchaba a Harry vaciar su alma.
- ¿Ganar el torneo de los tres magos? Aun con todas las trampas del falso Ojoloco, y la ayuda de Hermione, acabó ganando Cedric, simplemente era demasiado noble para aceptarlo, y con Voldemort no tuve ninguna oportunidad, podría haberme matado fácilmente, solo conseguí escapar por que, por azar nuestras varas eran hermanas. - Continuo con desesperación creciente. - Otra vez escape por pura suerte, quizás ese es el poder que tengo y Voldemort no conoce, la suerte, pero no fue suficiente para salvar a Cedric... O a Sirius. Caí en todas las trampas que me tendió Umbridge, fui incapaz de aprender Occlumency... Para lo único que sirvo es para volar, y no puedo derrotar a Voldemort con una escoba.
- Pero Harry la profecía... - Intento argumentar Ginny.
-La profecía, solo dice que Voldemort me eligió, que me transfirió parte de su poder, no dice que yo sepa usar ese poder, no dice que sea la persona adecuada, no dice que yo ganare. ¿Que ocurre si eligió al más débil?¿Qué ocurre si no soy capaz de hacerlo? - Harry concluyo completamente desanimado.
Despacio Ginny se giro, doblando las piernas se sentó de lado, y cogiendo a Harry por los hombros le dijo.
- Cuando yo era pequeña me enamore de la leyenda del niño-que-vivió, me enamore del poderoso mago, que con solo un año, había detenido al más poderoso lord oscuro de todos los tiempos, admiraba al héroe que me salvo en la cámara de los secretos, al campeón del torneo de los tres magos, al niño-que-vivió. - Dijo Ginny con voz suave y pausada. - Finalmente el verano pasado me di cuenta, que la persona que yo admiraba no existía, que solo era una leyenda, y encontré una persona real que admirar, no una leyenda, no un fraude, sino un verdadero héroe, con sus defectos y sus virtudes, pero un verdadero héroe, leal, valiente, honrado, sensible, altruista, y sobre todo humano.
Harry sintió su corazón caérsele a los pies con cada palabra de Ginny.
- ¿Sabes quien es esa persona, la persona que más admiro en el mundo?¿Quién es mi héroe? - Pregunto Ginny tras una larga pausa. - Mi héroe es Harry Potter, no el niño-que-vivió, no el buscador mas joven en cien años, no el héroe que me salvo la vida, no el campeón del torneo de los tres magos, sino Harry Potter, simplemente Harry Potter.
Harry se sintió completamente desconcertado, aunque sin darse cuenta extrañamente aliviado, por las palabras de Ginny.
- El muchacho que después de vivir diez años en el infierno, de ser humillado, maltratado, despreciado, durante diez años, cuando Draco Malfoy le ofreció ser parte de los opresores en lugar de los oprimidos, prefirió defender a otro muchacho que apenas acababa de conocer. - Continuo Ginny con vehemencia. - Al muchacho que cuando el sobrero seleccionador le ofreció el poder y la grandeza, Eligio seguir su corazón y sus principios.
Harry siguió escuchando a la muchacha hipnotizado por sus palabras, pero sin llegar a creerla del todo.
- Harry crees que Ron, Hermione, Neville, o yo misma, hubiéramos podido superar todo lo que tú has pasado, crees que nosotros o cualquiera, podría haber sufrido todo lo que tú has sufrido, y aun seguir adelante como tu. - Dijo con gran convicción Ginny. - Recuerda a Hermione en vuestro primer año, como lo afecto encontrarse sola y sin amigos, mira a Neville, piensa como solo ahora a empezado a superar lo ocurrido con sus padres, a pesar de, por muy estrictos que sean, tener una abuela y una familia que lo quieren, piensa en lo que me ha costado a mi, superar lo ocurrido en la cámara de los secretos.
Ginny soltó a Harry, y con suavidad le acaricio una mejilla.
- Si no piensa en Tom Ryddle, el mayor mago oscuro de todos los tiempos, su infancia fue similar a la tuya, pero cuando llego a Hogwarts, todo el mundo le respetaba y le admiraba, en cambio tu tuviste que luchar por tu vida cada año, soportar las burlas, el desprecio, y la desconfianza en innumerables ocasiones, y cual fue el resultado, en su sexto año Tom despertó el basilisco de la cámara de los secretos, para matar a los estudiantes con padres mugles como él, y tu estas preocupado de no poder salvar a los mismos magos y brujas, que se han burlado de ti. - Argumento Ginny con dulzura. - Harry James Potter tú eres una persona muy especial, y no por sobrevivir a Lord Voldemort con un año de edad, o por una profecía, sino por sobrevivir en esta casa, por aguantar la desconfianza, las burlas, y el desprecio, casi cada año en Hogwarts, y aun estar dispuesto a luchar y sacrificarte por los demás.
Ginny le dio un fuerte abrazo a Harry, y separándose tras unos instantes le dijo.
- Si yo pudiera escoger quien tiene que derrotar a Lord Voldemort, no escogería a nadie mas, ni al profesor Dumbledore, ni al mismísimo Merlín. - Dijo Ginny lentamente remarcando cada una de sus palabras. - No sé si vas a vencer o no, pero si sé que si tu no vences a Lord Voldemort nadie mas lo podría hacer, eres muy especial Harry James Potter, nunca lo olvides.
Siguió a las palabras de Ginny un largo silencio, hasta que finalmente Harry lo rompió.
- Ginny, no sé si ya tengo fuerzas para luchar, no sé si tengo un motivo para continuar luchando, Sirius esta muerto... Estoy solo, ya no me queda nada. - Dijo con tristeza Harry.
- Harry, tienes a Ron, a Hermione, a mi familia, al profesor Dumbledore, al Orden... A mí. - Dijo Ginny, mientras unas lágrimas empezaban a resbalar por su mejilla.
- Cuando eras pequeña soñabas con casarte conmigo, y correr grandes aventuras, yo soñaba con tener una familia, tener padres, hermanos, abuelos, y en Hogwarts los encontré, Sirius era mi padre, Ron y Hermione mi hermano y mi hermana, y el profesor Dumbledore mi abuelo, por un tiempo por lo menos. - Dijo Harry lentamente. - Sirius esta muerto, ya no sé si puedo confiar en el profesor Dumbledore, si puedo perdonarlo por lo que a ocurrido este año, o por todo lo que me a ocultado.
Harry hizo una pausa, reticente a continuar, como si temiese que diciendo en voz alta sus más profundos miedos estos se hicieran realidad.
- ¿Y Ron y Hermione? Ya no lo sé... Estas semanas, después de... La muerte de Sirius, todo parece volver a ser como antes. - Dijo Harry desanimado. - Pero durante el año, todo ha sido diferente, ya no teníamos tiempo de hacer nada juntos, cuando no tenían que cumplir sus deberes de prefectos, o Ron tenia entrenamientos de quidditch, o Hermione quería estudiar para los TIMOS, yo tenia clases de Occlumency, o estaba en una detención con Umbridge.
Ginny apoyo su cabeza en el hombro de Harry, y lo abrazo con fuerza.
- Oh, había el D.A., y las clases, pero apenas pasábamos tiempo los tres solos, y las pocas oportunidades que había... Era diferente... Desde el verano pasado... Ya no existía esa confianza, esa complicidad que siempre habíamos tenido. - Confeso abatido Harry. - Ron iba siempre con pies de plomo a mí alrededor, vigilando lo que decía, como si tuviera miedo de que fuera a estallar, y Hermione, siempre havia sido un poco estricta, pero este año parecía que desaprobaba todo lo que yo hacia, he tenido mas peleas con ella este curso, que los cuatro anteriores juntos.
- Harry, no fue nada fácil para ellos. - Dijo Ginny intentando justificar a su hermano y su amiga. - El año pasado no era muy fácil ser tu amigo.
- Sé que fue difícil tratar conmigo, que perdí los nervios en numerosas ocasiones, que mi reacción cuando llegue al numero doce de Grimauld fue muy dura. - Admitió Harry. - Pero no puedes imaginar lo que fue estar un mes aquí, sin ninguna noticia, sin saber que estaba pasando, temiendo lo que podría hacer Voldemort, con pesadillas sobre la muerte de Cedric cada noche, y todo con la única compañía de mis tíos y mi primo.
Harry hizo una pausa luchando con las lagrimas, mientras Ginny empezó a llorar silenciosamente.
- Tras el ataque de los dementores, las cartas mas largas y cordiales que recibí, eran las del ministerio expulsándome primero, y notificándome que me juzgarían, antes de expulsarme, después. - Explico Harry con voz entrecortada. - El resto de las cartas, solo decían que no hiciera ninguna tontería mas, todas parecían recriminarme que no hubiera dejado que los Dementores me besaran.
Lentamente Harry revoco sus sentimientos esa triste noche.
- Yo estaba aterrado, ¿Qué ocurriría si me expulsaban?¿Tendría que vivir el resto de mi vida con los Dursleys?¿Lejos del mundo mágico?¿Lejos de mis amigos? - Harry fue desgranando lentamente sus miedos. - Esa misma noche envié cartas a Ron y Hermione explicándoles lo ocurrido... Me fui a dormir convencido que la mañana siguiente recibiría largas cartas de ellos, consolándome, prometiéndome su ayuda, asegurándome que estarían a mi lado, que todo iría bien, animándome...
Harry hizo una larga pausa, como sino se atreviese a bucear mas profundo en sus recuerdos.
- Pase tres días en la más absoluta ignorancia, consumiéndome por la ansiedad sin una sola palabra de nadie, sin una sola palabra de mis mejores amigos. - Un gran dolor traslucía detrás de cada una de las palabras de Harry. - Yo había compartido todo con ellos, todas las aventuras, todos los secretos, incluso aquellos que havia jurado no decirlos, habíamos roto todas las reglas juntos, ni siquiera recuerdo en cuantas ocasiones podríamos haber sido expulsados...
Ginny abrazo a Harry aun más fuerte sin poder dejar de llorar, temiendo lo que venia continuación.
- Cuando yo mas los necesitaba, era más importante cumplir las reglas, ni siquiera lo intentaron, lo habían prometido a Dumbledore... - Ginny asustada, sintió como Harry temblaba de dolor a cada palabra que pronunciaba.
Fueron necesarios unos instantes, para que Harry se tranquilizara lo suficiente para continuar.
- Una vez en Hogwarts todo fue a peor... Ver la incredulidad, la desconfianza, el desprecio, en la cara de mis compañeros... Algunos dirían que debería estar acostumbrado... Pero esta vez era diferente, incluso había arrastrado al profesor Dumbledore en la infamia... - Dijo Harry con un hondo pesar. - Por mi culpa Voldemort tomaría al mundo mágico por sorpresa. ¿Cuantos magos y brujas morirían, por mí incapacidad de convencerlos, que había vuelto?.
- Harry no era tu culpa que no te creyeran, Fudge hizo todo lo que estaba en su mano para difamarte, y a pesar todo tú no te diste por vencido, seguiste luchando, y conseguiste convencer a muchas personas. - Dijo rotundamente Ginny.
- Aun así... Y solo había empezado el año, luego vino las detenciones con Umbridge... - Dijo Harry mientras instintivamente reseguía las cicatrices de su mano con los dedos. - La prohibición de jugar a quidditch, el ataque a tu padre, las clases de Occlumency con el profesor Snape... Las clases de Occlumency...
Harry tomo aire profunda y repetidamente antes de Continuar.
- Imagina revivir los peores momentos de tu vida, los más dolorosos, los más humillantes, lo que no quieres que nadie sepa, todos a la vez. - Explico Harry con voz temblorosa. - Imagina a tu peor enemigo allí viéndolos, riéndose, haciendo comentarios sarcásticos, burlándose de ti, humillándote... Si puedes imaginarlo, entonces sabes como eran las clases de occlumency, con el profesor Snape.
Perdido en sus pensamientos, Harry empezó a acariciar los sedosos cabellos de Ginny.
- Sé que no fue fácil convivir conmigo, y especialmente para Ron y Hermione, sé que siempre estaba irritable, y me enfadaba por cualquier cosa. - Concluyo con un hilo de voz Harry. - Pero el año pasado fue el peor año de mi vida, peor que los diez años con los Dursleys, peor que cualquiera de los anteriores años en Hogwarts, y por primera vez desde que fui a Hogwarts, me encontré solo.
- Harry, no es la primera vez que habéis tenido una pelea, y en cada ocasión vuestra amistad a salido reforzada, esta vez no será diferente. - Dijo con convicción Ginny. - Es la primera vez que tú te has peleado con los dos a la vez, y sé que asido especialmente duro para ti, sobre todo este año, pero piensa que también debió ser duro para Ron o Hermione, en su momento.
- Tengo miedo Ginny, este año con los ÉXTASIS tendremos clases diferentes, y están creciendo más íntimos, pronto descubrirán que tienen sentimientos el uno por el otro, y cuando lo hagan... - Un fuerte nudo en su estomago impidió continuar a Harry momentáneamente. - Ginny no sé que voy hacer si los pierdo, son lo ultimo que me queda.
- No los vas a perder Harry, pase lo que pase, significas demasiado para ellos, para todos. - Intento confortarlo Ginny. - Todos los que hemos tenido la oportunidad de conocerte, al verdadero Harry Potter, no la leyenda, hemos llegado a amarte, y vamos a estar allí para ti.
Con suavidad Ginny acaricio la mejilla de Harry y continuo.
- Ron, Hermione, Fred, George, mis padres, Neville, Luna, todos los miembros del D.A., los miembros del Orden del Fénix, incluso el profesor Dumbledore, van estar allí para ti. - Tras una pequeña pausa añadió con gran vehemencia. - Yo voy a estar aquí para ti, y no por los sueños locos de una niña pequeña, ni por que me salvases la vida, ni por la profecía, ni por el vinculo que hay entre nosotros, voy a estar aquí por que eres muy importante para mí, por que a pesar de lo poco que te conozco realmente, te has metido en mi corazón, porque quiero conocerte mejor, quiero ser tu amiga, quiero...
Ginny se quedo callada por un momento asustada de lo que iba a decir, pero antes de que pudiera reaccionar, Harry la tiro en un fuerte abrazo. Apoyando su cabeza contra la de Harry, Ginny sintió como sus mejillas se humedecían con las lagrimas de gratitud del muchacho, que tanto significo a ella, aun cuando no podía traerse a admitirlo ni a ella misma, y sintiéndose más feliz de lo que se havia sentido en mucho tiempo, le devolvió el abrazo con pasión.
LA NOCHE DE BODAS POR VERNON DURSLEY
(ATENCIÓN: Hay abundantes avances del quinto libro en este capitulo.)
Harry y Ginny se hallaban en su habitación, sentados en el suelo encima de una vieja manta, en un improvisado picnic. Acababan de comer lo poco, que se habían podido coger de la nevera sin levantar sospechas, y estaban riendo satisfecho de ellos mismos.
El viaje a la cocina havia sido fácil, Tía Petunia estaba en la salita espiando a sus vecinos con unos prismáticos, y en ningún momento havia sospechado de su presencia bajo la capa de invisibilidad.
Solo durante el viaje de vuelta, ya cargados con la comida, tía Petunia había interrumpido su vigilancia, ellos se habían quedado helados, temiendo que hubiera oído algún ruido, pero se limito a sacar un pequeño cuaderno y lápiz, y tomar algunas notas mientras murmuraba sobre sus vecinos.
Harry y Ginny esperaron hasta que reasumiera su vigilancia, para continuar aliviados, la noche anterior habían decidido extremar las precauciones alrededor de la mujer, si alguien podía descubrir que habían escapado del armario, era una bruja, sobre todo una Slytherin, aun que hubieran quebrado su vara hace años.
De camino a su habitación, se habían detenido en el dormitorio de Dudley, atraídos por sus ronquidos, atisbando por la puerta pudieron contemplar la enorme mole, que Harry tenia como primo, echada boca arriba, durmiendo a pierna suelta, con la misma ropa de la noche anterior.
Con una simple mirada, Harry y Ginny decidieron dar inicio a su venganza, tras dejar la comida, se dirigieron al baño, donde recogieron unas tijeras, espuma de afeitar, y una navaja.
Entrando sigilosamente en el cuarto del primo de Harry, se acercaron cuidadosamente al ebrio muchacho, observando con satisfacción, como convenientemente la cabeza le colgaba de la cama.
Harry havia contado a Ginny, ante la hilaridad de esta, como su primo havia teñido su pelo de rubio, y empezado a peinarlo hacia tras con abundante gomina, después de haber quedado prendado de la apariencia de Draco Malfoy, cuando el y sus tíos lo habían ido a recoger a la estación King Cross, al final del curso.
Vigilando atentamente a Dudley, Ginny empezó a cortarle todo el pelo por encima de las orejas, imitando las calvas de los monjes del medioevo.
Una vez hubo terminado, Harry extendió la espuma de afeitar, y procedió a terminar con la navaja el trabajo que Ginny havia empezado, finalmente la chica limpio la reluciente calva de Dudley con un paño, y los dos se alejaron para contemplar su obra maestra.
Un apresurado encanto de silencio lanzado por Harry, impidió que su primo despertara cuando los dos estallaron en carcajadas, la imagen de la reluciente coronilla rodeada de una corta melena, no era para menos.
Tras varios minutos de risa incontrolable, Ginny desvaneció los restos de su trabajo, y los risueños adolescentes regresaron a su habitación, tras haber devuelto las herramientas del crimen al baño.
Dudley havia sido el primero en empezar a pagar por los actos de la ultima noche, recordando lo ocurrido, Harry y Ginny se prometieron, que el resto de los Dursleys le seguirían pronto.
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Ginny salió del baño, para chocar con una enorme y maloliente masa de carne. Tambaleándose a causa del alcohol ingerido, Dudley Dursley se giro enfurismado, para quedarse con la boca abierta al contemplar a la esposa de su primo, cubierta únicamente con una toalla.
- Hola... ¿Has venido a ver al gran D pimpollo?. - Murmuro Dudley, y cogiendo a Ginny por la cintura con una mano, y acariciando la cara de la chica con la otra, añadió. -Voy a darte la mejor noche de tu vida, conejito.
- ¡¡¡Suéltame imbecil!!! - Grito Ginny propinándole una bofetada, e intentando escapar de sus garras.
Harry soltó su ropa, y se arrojo sobre su primo rojo de furia, dándole un empujón, le grito.
- ¡¡¡Déjala Dudley!!! O te prometo que vas a pasar el resto de tu miserable vida como un cerdo. - Lo amenazo Harry.
Dudley aparto bruscamente a un lado a Ginny, causando que Harry diera un traspié, y aprovechando la inesperada ventaja, estampo su enorme puño en la cara de su primo, arrancándole un gemido de dolor, y arrojándolo violentamente contra la pared. Ginny dio un gemido gemelo al de Harry, y sintiendo un fuerte tirón siguió la estela de su marido, para acabar tropezando, y cayendo al suelo entre los dos muchachos.
- Como te atreves a amenazarme monstruo. - Grito a pleno pulmón Dudley. - No eres nada mas que un animal, tu y todos los de tu especie deberíais estar encerrados en un parque zoológico.
Apartando a un lado a Ginny con una patada, Dudley clavo su puño en el estomago de su primo por dos veces, hasta que atontado, Harry se deslizo por la pared hasta al suelo, al lado de Ginny.
- ¡¡Levanta y pelea, Cobarde!! ¿No querías convertirme en un cerdo?¿Venga a que esperas?¿Que ocurre, te expulsarían de tu precioso colegio de monstruos? - Increpo Dudley a Harry, a voz en grito. - ¿No eres tan valiente cuando tienes que pelear como un hombre?¿Ehhh?¿No eres nada sin tus amigos anormales?
Dudley Dursley, púgil federado, campeón regional por dos años consecutivos, orgulloso de haber derribado a un oponente con cuatro veces menos peso, y dos cabezas mas bajo, fijo su mirada en Ginny, que rizada en el suelo al lado de Harry, gemía sujetándose el estomago con ambas manos.
Dudley la cogió por los hombros, y levantándola en vilo, la empujo contra la pared, y empezó recorrer lentamente con una mano la espalda de Ginny, mientras con la otra acariciaba su hombro desnudo.
- Ven muñeca, el gran D te va enseñar lo que es un hombre de verdad. - Dijo Dudley mirando con ojos hambrientos a Ginny. - Después de esta noche no volverás posar tus ojos en ese anormal.
- ¡¡¡No, suéltala!!! - Grito Harry, intentando con todas sus fuerzas levantarse.
Pero antes de que Harry pudiera hacer algo, Ginny usando los años de experiencia luchando con seis hermanos mayores, clavo sus dientes en la mano de Dudley, y cuando este retrocedía gimiendo, avanzo un paso, y aprovechando el impulso, le golpeo con la rodilla en la entrepierna, con todas sus fuerzas.
Dudley cubriéndose con ambas manos la zona agredida, emitió un prolongado aullido de dolor, hasta que con sendos puñetazos, Harry y Ginny lo enviaron al suelo, noqueado y con la nariz rota.
- ¡¡¡Dudleyyy!!! - Oyeron gritar a pleno pulmón, a sus espaldas, Harry y Ginny. - ¿Que le habéis hecho a mi pobre niño?
Pasando como una exhalación entre ambos adolescentes, Petunia Dursley se arrodillo al lado de su hijo, y cogiendo su cabeza coloco un pañuelo en su cara, intentando detener la hemorragia de su nariz.
- No te preocupes Dunleicito, mama esta aquí, y te protegerá de esos monstruos. - Dijo entre sollozos la tía de Harry. - Van apagar lo que le han hecho al pequeñito de mama.
- Tía... - Empezó a decir Harry intentando aclarar lo ocurrido, cuando dos gruesas manos lo cogieron a él y Ginny por el cuello ahogándolos.
- ¡¡¡Desagradecido!!! Después de haberte acogido bajo nuestro techo, haberte vestido, y dado de comer todos estos años, no tienes suficiente con traer, esta anormal muerta de hambre, para practicar vuestras depravadaciones en esta casa, no, tenias que intentar corromper a tu primo. - Vocifero Vernon Dursley, mientras apretaba con fuerza el cuello de Harry y Ginny. - ¿Que ocurrió? Dudley era demasiado hombre para dejarse seducir por este desecho que te acompaña, tuvisteis que recurrir a la violencia, y usar vuestras anormalidades en un pobre muchacho indefenso.
Vernon aflojo ligeramente su presa en los cuellos de unos morados Harry y Ginny, permitiéndoles respirar momentáneamente, y los arrastro escaleras abajo sin contemplaciones.
- ¿Pesáis que podéis hacer lo que queráis?¿Que esos monstruos que tenéis por amigos os protegerán? - Continuo increpándolos tío Vernon. - No sabéis como de equivocados estáis, vais aprender de una vez cual es vuestro lugar, no voy a tolerar vuestro comportamiento degenerado en esta casa.
Vernon Dursley arrastro a los recién casados, hasta el armario bajo las escaleras, que havia sido el hogar de Harry durante mas de la mitad de su vida, y soltando a la muchacha por un momento, abrió la puerta, y tras echar al suelo todos los cachivaches que había dentro, arrojo a su sobrino en el interior. Ginny arrastrada por la caída de Harry, consiguió efímeramente cogerse en el marco de la puerta, evitando desplomarse en el interior del armario, hasta que propinándole un fuerte empujón, Vernon Dursley la arrojo encima de su marido.
- Os vais a quedar allí el resto de la semana, sin comida, ni agua, ya veremos si cuando salgáis tenéis ganas de seguir con vuestras perversiones. - Grito Vernon Dursley, y antes que los dos adolescentes pudieran hacer algo, agarro sus piernas, aun colgando fuera del armario, y violentamente las introdujo dentro, cerrando la puerta, y asegurándola con un grueso candado. - ¡¡¡Ahhh!!! Se me olvidaba, disfruten de la noche de bodas, y la luna de miel.
Harry y Ginny se quedaron callados en la oscuridad del armario, mientras oía a Tío Vernon alejándose entre carcajadas. Poco a poco, con la experiencia del que lo a hecho en innumerables ocasiones, Harry se sentó apoyando su espalda en uno de los lados del armario, y tras estirar a duras penas sus piernas contra el otro, ayudo a Ginny a sentarse en su falda.
- Yo, lo siento... Perdóname Ginny... - Murmuro Harry rompiendo finalmente el incomodo silencio.
- ¿Perdón?¿Porque? - Pregunto Ginny con la voz alterada.
- Por... Lo que hizo mi primo... Y mi tío. - Respondió débilmente Harry. - Yo debí haberte...
- ¡¡¡Basta Harry!!! - Interrumpió Ginny alzando la voz. - No tienes que disculparte por esos... Monstruos.
Ginny busco a tientas la mano de Harry, y apretándola con las suyas continuo.
- Soy yo quien debería disculparme, yo y todo el mundo mágico. - Afirmo Ginny rotundamente. - Tu que nos diste la libertad, y la posibilidad de ser felices a los demás, has tenido que soportar esto toda tu vida, a pesar de haberlo visto, yo no había llegado a comprender realmente, por lo que has tenido que pasar.
- ¿Lo has visto? - Pregunto con un deje de terror en su voz.
- Sí... En el sueño, cuando nos fundimos, yo reviví algunos fragmentos de tu vida. - Contesto inseguro Ginny.
- Esperaba que no hubiera ocurrido. - Dijo Harry con tono abatido.
- ¿Tu también lo viste? - Interrogo Ginny inquieta.
- Sí. - Dijo escuetamente Harry.
- Supongo que es un intercambio justo. - Dijo lentamente Ginny.
Un tenso silencio siguió a la respuesta, pronto Ginny noto como Harry estaba empezando a temblar y su respiración se hacia más rápida.
- ¿Harry?¿Que ocurre te sientes mal? - Inquirió Ginny preocupada.
- No me ocurre nada, estoy bien. - Respondió con voz temblorosa Harry.
Esta respuesta no hizo mas que aumentar la preocupación de la chica, que nerviosa acerco la mano a la frente de Harry, para ver si tenia fiebre, pero a oscuras, Ginny alcanzo sus mejillas. Harry aparto rápidamente la cara, pero no antes de que la chica las notara ligeramente humedecidas.
- ¿Harry que ocurre?¿Por favor confía en mi? - Pregunto asustada Ginny.
- Ahora lo sabes. - Respondió lacónicamente Harry.
- ¿Que sé? - Pregunto cada vez más asustada Ginny.
- Que soy un fraude. - Respondió despacio Harry.
- ¿¿¿Que??? - Dijo incrédula Ginny. - Tu no eres un fraude, como puedes pensar eso.
- Es la verdad, tú lo has visto. - Respondió Harry, mientras una profunda tristeza se deslizaba por su voz. - Todo el mundo cofia en mi, piensan que soy un héroe, que puedo salvarlos, que soy alguien especial, el niño-que-vivió, pero no es verdad, todo es un fraude.
- Harry, ¿cómo puedes pensar eso? - Pregunto tristemente Ginny.
- Por que es verdad. ¿Que he hecho para merecer esa confianza? Yo no detuve a Voldemort cuando era pequeño, fue mi madre. - Dijo lúgubremente Harry. - Nunca he podido hacer frente a mis tíos o mi primo, nunca he sido capaz de defenderme, me he pasado la vida escondiéndome o huyendo, en Hogwarts todos me quieren por que soy el niño-que-vivió, pero aquí, donde no me juzgaban por lo que hizo mi madre, sino por mi mismo, todos me rehuían y despreciaban, nunca tuve ningún amigo.
- Oh Harry... - Murmuro Ginny acongojada por el profundo dolor que destilaba la voz de Harry.
- Cuando me ordené yo estaba aterrado, estaba seguro que el sombrero diría que se habían cometido un error, que yo no merecía estar allí, y me enviarían de regreso con los Dursley. - Confeso con tristeza Harry. - Quizás hubiese sido mejor que me hubiera devuelto aquí.
- ¡¡¡Harry!!! ¿Cómo puedes decir eso? - Dijo Ginny angustiada.
- ¿Por que no?¿Que he hecho realmente yo?¿Impedir que Voldemort robara la piedra filosofal? Fueron Ron y Hermione quienes superaron las pruebas, Dumbledore me enseño como conseguir la piedra, y otra vez fue la protección que me dejo mi madre lo que detuvo a Voldemort. - Siguió Harry vertiendo sus miedos y inseguridades. - ¿Salvarte en la cámara de los secretos?¿Matar un Basilisco de mas de mil años? Solo fue pura suerte, incluso deje que Tom Ryddle me cogiera la vara, sin Fawkes y el sombrero seleccionador no lo hubiera conseguido.
Ginny sintió su corazón romperse mientras escuchaba a Harry vaciar su alma.
- ¿Ganar el torneo de los tres magos? Aun con todas las trampas del falso Ojoloco, y la ayuda de Hermione, acabó ganando Cedric, simplemente era demasiado noble para aceptarlo, y con Voldemort no tuve ninguna oportunidad, podría haberme matado fácilmente, solo conseguí escapar por que, por azar nuestras varas eran hermanas. - Continuo con desesperación creciente. - Otra vez escape por pura suerte, quizás ese es el poder que tengo y Voldemort no conoce, la suerte, pero no fue suficiente para salvar a Cedric... O a Sirius. Caí en todas las trampas que me tendió Umbridge, fui incapaz de aprender Occlumency... Para lo único que sirvo es para volar, y no puedo derrotar a Voldemort con una escoba.
- Pero Harry la profecía... - Intento argumentar Ginny.
-La profecía, solo dice que Voldemort me eligió, que me transfirió parte de su poder, no dice que yo sepa usar ese poder, no dice que sea la persona adecuada, no dice que yo ganare. ¿Que ocurre si eligió al más débil?¿Qué ocurre si no soy capaz de hacerlo? - Harry concluyo completamente desanimado.
Despacio Ginny se giro, doblando las piernas se sentó de lado, y cogiendo a Harry por los hombros le dijo.
- Cuando yo era pequeña me enamore de la leyenda del niño-que-vivió, me enamore del poderoso mago, que con solo un año, había detenido al más poderoso lord oscuro de todos los tiempos, admiraba al héroe que me salvo en la cámara de los secretos, al campeón del torneo de los tres magos, al niño-que-vivió. - Dijo Ginny con voz suave y pausada. - Finalmente el verano pasado me di cuenta, que la persona que yo admiraba no existía, que solo era una leyenda, y encontré una persona real que admirar, no una leyenda, no un fraude, sino un verdadero héroe, con sus defectos y sus virtudes, pero un verdadero héroe, leal, valiente, honrado, sensible, altruista, y sobre todo humano.
Harry sintió su corazón caérsele a los pies con cada palabra de Ginny.
- ¿Sabes quien es esa persona, la persona que más admiro en el mundo?¿Quién es mi héroe? - Pregunto Ginny tras una larga pausa. - Mi héroe es Harry Potter, no el niño-que-vivió, no el buscador mas joven en cien años, no el héroe que me salvo la vida, no el campeón del torneo de los tres magos, sino Harry Potter, simplemente Harry Potter.
Harry se sintió completamente desconcertado, aunque sin darse cuenta extrañamente aliviado, por las palabras de Ginny.
- El muchacho que después de vivir diez años en el infierno, de ser humillado, maltratado, despreciado, durante diez años, cuando Draco Malfoy le ofreció ser parte de los opresores en lugar de los oprimidos, prefirió defender a otro muchacho que apenas acababa de conocer. - Continuo Ginny con vehemencia. - Al muchacho que cuando el sobrero seleccionador le ofreció el poder y la grandeza, Eligio seguir su corazón y sus principios.
Harry siguió escuchando a la muchacha hipnotizado por sus palabras, pero sin llegar a creerla del todo.
- Harry crees que Ron, Hermione, Neville, o yo misma, hubiéramos podido superar todo lo que tú has pasado, crees que nosotros o cualquiera, podría haber sufrido todo lo que tú has sufrido, y aun seguir adelante como tu. - Dijo con gran convicción Ginny. - Recuerda a Hermione en vuestro primer año, como lo afecto encontrarse sola y sin amigos, mira a Neville, piensa como solo ahora a empezado a superar lo ocurrido con sus padres, a pesar de, por muy estrictos que sean, tener una abuela y una familia que lo quieren, piensa en lo que me ha costado a mi, superar lo ocurrido en la cámara de los secretos.
Ginny soltó a Harry, y con suavidad le acaricio una mejilla.
- Si no piensa en Tom Ryddle, el mayor mago oscuro de todos los tiempos, su infancia fue similar a la tuya, pero cuando llego a Hogwarts, todo el mundo le respetaba y le admiraba, en cambio tu tuviste que luchar por tu vida cada año, soportar las burlas, el desprecio, y la desconfianza en innumerables ocasiones, y cual fue el resultado, en su sexto año Tom despertó el basilisco de la cámara de los secretos, para matar a los estudiantes con padres mugles como él, y tu estas preocupado de no poder salvar a los mismos magos y brujas, que se han burlado de ti. - Argumento Ginny con dulzura. - Harry James Potter tú eres una persona muy especial, y no por sobrevivir a Lord Voldemort con un año de edad, o por una profecía, sino por sobrevivir en esta casa, por aguantar la desconfianza, las burlas, y el desprecio, casi cada año en Hogwarts, y aun estar dispuesto a luchar y sacrificarte por los demás.
Ginny le dio un fuerte abrazo a Harry, y separándose tras unos instantes le dijo.
- Si yo pudiera escoger quien tiene que derrotar a Lord Voldemort, no escogería a nadie mas, ni al profesor Dumbledore, ni al mismísimo Merlín. - Dijo Ginny lentamente remarcando cada una de sus palabras. - No sé si vas a vencer o no, pero si sé que si tu no vences a Lord Voldemort nadie mas lo podría hacer, eres muy especial Harry James Potter, nunca lo olvides.
Siguió a las palabras de Ginny un largo silencio, hasta que finalmente Harry lo rompió.
- Ginny, no sé si ya tengo fuerzas para luchar, no sé si tengo un motivo para continuar luchando, Sirius esta muerto... Estoy solo, ya no me queda nada. - Dijo con tristeza Harry.
- Harry, tienes a Ron, a Hermione, a mi familia, al profesor Dumbledore, al Orden... A mí. - Dijo Ginny, mientras unas lágrimas empezaban a resbalar por su mejilla.
- Cuando eras pequeña soñabas con casarte conmigo, y correr grandes aventuras, yo soñaba con tener una familia, tener padres, hermanos, abuelos, y en Hogwarts los encontré, Sirius era mi padre, Ron y Hermione mi hermano y mi hermana, y el profesor Dumbledore mi abuelo, por un tiempo por lo menos. - Dijo Harry lentamente. - Sirius esta muerto, ya no sé si puedo confiar en el profesor Dumbledore, si puedo perdonarlo por lo que a ocurrido este año, o por todo lo que me a ocultado.
Harry hizo una pausa, reticente a continuar, como si temiese que diciendo en voz alta sus más profundos miedos estos se hicieran realidad.
- ¿Y Ron y Hermione? Ya no lo sé... Estas semanas, después de... La muerte de Sirius, todo parece volver a ser como antes. - Dijo Harry desanimado. - Pero durante el año, todo ha sido diferente, ya no teníamos tiempo de hacer nada juntos, cuando no tenían que cumplir sus deberes de prefectos, o Ron tenia entrenamientos de quidditch, o Hermione quería estudiar para los TIMOS, yo tenia clases de Occlumency, o estaba en una detención con Umbridge.
Ginny apoyo su cabeza en el hombro de Harry, y lo abrazo con fuerza.
- Oh, había el D.A., y las clases, pero apenas pasábamos tiempo los tres solos, y las pocas oportunidades que había... Era diferente... Desde el verano pasado... Ya no existía esa confianza, esa complicidad que siempre habíamos tenido. - Confeso abatido Harry. - Ron iba siempre con pies de plomo a mí alrededor, vigilando lo que decía, como si tuviera miedo de que fuera a estallar, y Hermione, siempre havia sido un poco estricta, pero este año parecía que desaprobaba todo lo que yo hacia, he tenido mas peleas con ella este curso, que los cuatro anteriores juntos.
- Harry, no fue nada fácil para ellos. - Dijo Ginny intentando justificar a su hermano y su amiga. - El año pasado no era muy fácil ser tu amigo.
- Sé que fue difícil tratar conmigo, que perdí los nervios en numerosas ocasiones, que mi reacción cuando llegue al numero doce de Grimauld fue muy dura. - Admitió Harry. - Pero no puedes imaginar lo que fue estar un mes aquí, sin ninguna noticia, sin saber que estaba pasando, temiendo lo que podría hacer Voldemort, con pesadillas sobre la muerte de Cedric cada noche, y todo con la única compañía de mis tíos y mi primo.
Harry hizo una pausa luchando con las lagrimas, mientras Ginny empezó a llorar silenciosamente.
- Tras el ataque de los dementores, las cartas mas largas y cordiales que recibí, eran las del ministerio expulsándome primero, y notificándome que me juzgarían, antes de expulsarme, después. - Explico Harry con voz entrecortada. - El resto de las cartas, solo decían que no hiciera ninguna tontería mas, todas parecían recriminarme que no hubiera dejado que los Dementores me besaran.
Lentamente Harry revoco sus sentimientos esa triste noche.
- Yo estaba aterrado, ¿Qué ocurriría si me expulsaban?¿Tendría que vivir el resto de mi vida con los Dursleys?¿Lejos del mundo mágico?¿Lejos de mis amigos? - Harry fue desgranando lentamente sus miedos. - Esa misma noche envié cartas a Ron y Hermione explicándoles lo ocurrido... Me fui a dormir convencido que la mañana siguiente recibiría largas cartas de ellos, consolándome, prometiéndome su ayuda, asegurándome que estarían a mi lado, que todo iría bien, animándome...
Harry hizo una larga pausa, como sino se atreviese a bucear mas profundo en sus recuerdos.
- Pase tres días en la más absoluta ignorancia, consumiéndome por la ansiedad sin una sola palabra de nadie, sin una sola palabra de mis mejores amigos. - Un gran dolor traslucía detrás de cada una de las palabras de Harry. - Yo había compartido todo con ellos, todas las aventuras, todos los secretos, incluso aquellos que havia jurado no decirlos, habíamos roto todas las reglas juntos, ni siquiera recuerdo en cuantas ocasiones podríamos haber sido expulsados...
Ginny abrazo a Harry aun más fuerte sin poder dejar de llorar, temiendo lo que venia continuación.
- Cuando yo mas los necesitaba, era más importante cumplir las reglas, ni siquiera lo intentaron, lo habían prometido a Dumbledore... - Ginny asustada, sintió como Harry temblaba de dolor a cada palabra que pronunciaba.
Fueron necesarios unos instantes, para que Harry se tranquilizara lo suficiente para continuar.
- Una vez en Hogwarts todo fue a peor... Ver la incredulidad, la desconfianza, el desprecio, en la cara de mis compañeros... Algunos dirían que debería estar acostumbrado... Pero esta vez era diferente, incluso había arrastrado al profesor Dumbledore en la infamia... - Dijo Harry con un hondo pesar. - Por mi culpa Voldemort tomaría al mundo mágico por sorpresa. ¿Cuantos magos y brujas morirían, por mí incapacidad de convencerlos, que había vuelto?.
- Harry no era tu culpa que no te creyeran, Fudge hizo todo lo que estaba en su mano para difamarte, y a pesar todo tú no te diste por vencido, seguiste luchando, y conseguiste convencer a muchas personas. - Dijo rotundamente Ginny.
- Aun así... Y solo había empezado el año, luego vino las detenciones con Umbridge... - Dijo Harry mientras instintivamente reseguía las cicatrices de su mano con los dedos. - La prohibición de jugar a quidditch, el ataque a tu padre, las clases de Occlumency con el profesor Snape... Las clases de Occlumency...
Harry tomo aire profunda y repetidamente antes de Continuar.
- Imagina revivir los peores momentos de tu vida, los más dolorosos, los más humillantes, lo que no quieres que nadie sepa, todos a la vez. - Explico Harry con voz temblorosa. - Imagina a tu peor enemigo allí viéndolos, riéndose, haciendo comentarios sarcásticos, burlándose de ti, humillándote... Si puedes imaginarlo, entonces sabes como eran las clases de occlumency, con el profesor Snape.
Perdido en sus pensamientos, Harry empezó a acariciar los sedosos cabellos de Ginny.
- Sé que no fue fácil convivir conmigo, y especialmente para Ron y Hermione, sé que siempre estaba irritable, y me enfadaba por cualquier cosa. - Concluyo con un hilo de voz Harry. - Pero el año pasado fue el peor año de mi vida, peor que los diez años con los Dursleys, peor que cualquiera de los anteriores años en Hogwarts, y por primera vez desde que fui a Hogwarts, me encontré solo.
- Harry, no es la primera vez que habéis tenido una pelea, y en cada ocasión vuestra amistad a salido reforzada, esta vez no será diferente. - Dijo con convicción Ginny. - Es la primera vez que tú te has peleado con los dos a la vez, y sé que asido especialmente duro para ti, sobre todo este año, pero piensa que también debió ser duro para Ron o Hermione, en su momento.
- Tengo miedo Ginny, este año con los ÉXTASIS tendremos clases diferentes, y están creciendo más íntimos, pronto descubrirán que tienen sentimientos el uno por el otro, y cuando lo hagan... - Un fuerte nudo en su estomago impidió continuar a Harry momentáneamente. - Ginny no sé que voy hacer si los pierdo, son lo ultimo que me queda.
- No los vas a perder Harry, pase lo que pase, significas demasiado para ellos, para todos. - Intento confortarlo Ginny. - Todos los que hemos tenido la oportunidad de conocerte, al verdadero Harry Potter, no la leyenda, hemos llegado a amarte, y vamos a estar allí para ti.
Con suavidad Ginny acaricio la mejilla de Harry y continuo.
- Ron, Hermione, Fred, George, mis padres, Neville, Luna, todos los miembros del D.A., los miembros del Orden del Fénix, incluso el profesor Dumbledore, van estar allí para ti. - Tras una pequeña pausa añadió con gran vehemencia. - Yo voy a estar aquí para ti, y no por los sueños locos de una niña pequeña, ni por que me salvases la vida, ni por la profecía, ni por el vinculo que hay entre nosotros, voy a estar aquí por que eres muy importante para mí, por que a pesar de lo poco que te conozco realmente, te has metido en mi corazón, porque quiero conocerte mejor, quiero ser tu amiga, quiero...
Ginny se quedo callada por un momento asustada de lo que iba a decir, pero antes de que pudiera reaccionar, Harry la tiro en un fuerte abrazo. Apoyando su cabeza contra la de Harry, Ginny sintió como sus mejillas se humedecían con las lagrimas de gratitud del muchacho, que tanto significo a ella, aun cuando no podía traerse a admitirlo ni a ella misma, y sintiéndose más feliz de lo que se havia sentido en mucho tiempo, le devolvió el abrazo con pasión.
