El INVIERNO QUE TE FUISTE capitulo 5

Entro silenciosamente a la oscura habitación. Un silencio sepulcral ahogaba la casa de los Asakura pero si ponía atención incluso podía escuchar los ronquidos de Yoh, allá, un par de habitaciones después de la suya.

Eran alrededor de las 11:00 p.m, y obvio que el muy holgazán ya estuviese en su quinto sueño.

No quiso llegar antes para no tener de darle una explicación a su prometido sobre su empapado cuerpo.

Mi prometido - susurró Anna con tristeza en las palabras. Recordando el motivo de su retraso..

Ahí estaba el, con esa cálida y estúpida sonrisa que la había enamorado. No tenía vergüenza, el estaba comprometido y aún así la abrazó y beso. Pero ella también había lo hecho, mucho antes de saber que le harían esto…su mente, de tan dolida que estaba comenzó a pensar en su actual compromiso con Yoh, que aunque no lo amaba, trataría de olvidar al chico Ainú.

De cualquier forma no importa.- dijo la confundida itako.-yo también estoy comprometida, tengo a Yoh y me casaré con el.- Se dijo a si misma mientras se despojaba de su negro vestido para luego cubrir su blanca piel con la yukata.

De mala gana se recostó sobre el futon.

Con cada excusa, con cada mentira, con cada palabra que el ainu pronunció se fue formando un nudo en su garganta.

De verdad….de verdad creí que me amabas.- logró articular Kouyama.- ….¿por qué me mentiste Horohoro?.- dijo la desconsolada sacerdotisa, su voz era apenas un débil susurro que desapareció y se disipó en el aire de la habitación.

Valientes lágrimas mojaron sus miradas, mientras su fría mirada se volvía distante…vacía.

Esa mirada tan triste y distante que se mantenía fija en la puerta del cuarto, esa puerta que…no recordaba haber cerrado.

De pronto, una presencia inundó sus sentidos obligándola a posar sus ojos negros en un rincón de la recámara. En un principio, solo pudo distinguir una sombra en la penumbra de la habitación pero conforme sus sentidos aunaban mas, pudo reconocer a alguien…El peliazul se hallaba ahí, resguardado en las sombras: expectante, callado…..dolido.

¿Cómo te atreves?.- dijo la Anna abandonando el futon y acercándose rápidamente al shaman de hielo, ese hombre al que amaba…el hombre que la había engañado y al que ahora dedicaba una mirada llena de dolor y desprecio.

Déjame explicarte…yo no…..-dijo desesperadamente el shaman sin poder terminar…

No quiero escucharte…¿Cómo se te ocurre venir después de lo que me hiciste-dijo la sacerdotisa dedicándole una mirada llena de odio.- además, si Yoh te viera aquí no se có…

No, no... eso era lo que menos le interesaba ahora.
Horo Horo quería arreglar las cosas, no podía soportar el desprecio de la itako, su rechazo. Y si esta llegaba a odiarlo simplemente se moriría de dolor... así que dejó que sus manos se abrieran camino hasta las suaves mejillas de la sacerdotisa, esas lindas mejillas que se encendieron en rojo al sentir las caricias del shaman.

Anna estaba tan confundida, quería odiarlo, culparlo, pero no podía; con un solo toque de sus varoniles manos la hizo estremecer... lo quería, lo amaba tanto.

¿Cómo hago para demostrarte que tú eres la única mujer en mi corazón-preguntó desesperado Horoken-. Anna, yo solo te amo a ti.- añadió el ainu.

N-no, no, ya no te creo, yo... achuu... –dijo la itako pero un débil estornudo no dejó que la rubia terminase de hablar.

Era cierto, la copiosa lluvia cayó sobre ella durante varias horas, su largo cabello aun estaba mojado.

Mira nada mas…por mi culpa de resfriaste.- dijo Horo; sus palabras eran tan suaves y venían cargadas con un pesado aire de culpabilidad.

Horo dejó que sus brazos se aventuraran a rodear la estrecha cintura de la itako, quien se estremeció y quedó totalmente inmóvil con la repentina cercanía del hombre que amaba.

Sus miradas se cruzaron sin poder romper ese intenso contacto visual. Y entre caricias y susurros de amor, Horohoro logró posar sus labios sobre los de Anna, degustando el sabor que la dulce boca de la itako tenia para él.
Cuando los labios de Kyouyama le correspondieron sin poderlo evitar, el ainú supo en que forma iba a demostrarle cuán profundos y sinceros eran sus sentimientos.
La deseaba como loco, lo único que pensaba en ese momento era en hacerle el amor, y era justamente lo que haría...

Su deseo por ella lo llevó a profundizar los besos y a recorrer las exquisitas curvas de ese frágil cuerpo. Lo único que lo separaba de la suave piel de Anna era la yukata que ella se había puesto pocos momentos atrás.
Sin darle tiempo de reaccionar, el peliazul deshizo el nudo que mantenía fija la prenda, deslizándola fuera de los fríos hombros de la mujer.
La sacerdotisa rápidamente sujetó la yukata, impidiendo su desnudes; tenia dudas, tenia miedo... y si él se iba y la dejaba aun después de esto, no!... no podría soportarlo.


Horohoro, yo no...-dijo la confusa Anna.

Shhuuu...-respondió Horohoro, callándola dulcemente.- te dije que mis sentimientos por ti eran sinceros, quiero demostrártelo. Ayúdame a que este amor se mantenga vivo.-agregó el shaman de hielo, besando tiernamente los labios de Anna.

Ante las dulces palabras del shaman, Anna ya no pudo resistirse más y terminó por permitir que el joven la despojase de la yukata, dejando que ésta cayese al suelo. Entonces, Usui pudo admirar cada una de las finas curvas que delineaban aquel hermoso cuerpo de mujer.

Su mirada se concentró sobre los suaves senos de una sacerdotisa que se ruborizó sobremanera al ser objeto de la atenta y pesada mirada del muchacho, el mismo que tomó el rostro de la itako entre sus manos, posando sus apasionados labios sobre los de Anna, a quien no dejó de besar un solo instante.

El deseo lo llevó a que cada una de sus manos descansara sobre los pechos de la rubia. Al tacto suave y cálido de la piel femenina, Horo Horo se olvidó de todo aquello que no fuese la linda mujer.

-

Los rayos de sol se abrían paso a la habitación, y aún la casa permanecía en total silencio.

Abrió los ojos de par en par, desesperadamente miró a un costado suyo esperando que lo que sucedió horas antes no haya sido un sueño y si así lo fue, le hubiera gustado no despertar jamás…

Pero, para su decepción no había nadie…se había aprovechado de ella y luego se volvió a ir. Si, seguro eso había pasado, ya que su yukata yacía tendida en el suelo y las colchas del futon estaban inusualmente revueltas.

Resignada, se vistió y bajó a la cocina. Al instante se percató de un sonido que provenía de afuera.

Al instante pudo reconocerlo…era el, Horohoro…su Horohoro, quien parecía haberse levantado muy temprano para comenzar con los quehaceres. Anna no podía hablar, solo observarlo…observar detenidamente al primer hombre en su vida y era seguro que sería el último en tenerla de esa manera y por el cual tenía un profundo amor.

Anna…….- murmullo Usui mirándola y seguido se acerco a ella.- por que estas aquí? Crei que seguías durmiendo.- dijo abrazándola de la cintura y acariciándole una de sus mejillas tiernamente.

Desperté por que….-dijo la itako sin poder terminar…se había equivocado, un profundo terror la invadió al no encontrar a su lado al ainú .- Me asuste mucho Horohoro, creí….creí que me habías dejado de nuevo y yo…- dijo Anna sin poder terminar, ya que el apuesto chico de Hokkaido la besó apasionadamente.

Nunca mas…te prometo que nunca mas te dejaré, y menos después de que ya eres completamente mía.- dijo al separar sus labios de ella.

Lo siento.- dijo la sacerdotisa.- no quise…

Anna?.- dijo una voz.- que haces aquí tan temprano?... por…por que estas asi con Horohoro?.- exclamó un chico.

Manta! .- pronuncio Horohoro nervioso .- no..no lo mal interpretes, Annita…digo, la histérica se tropezó y ya sabes, eso le pasa por amargada.- dijo el ainu actuando la actitud que siempre había tenido para aparentar.

A quien le dices histérica! .- dijo furiosa la sacerdotisa .- aléjate de mi, no quiero golpearte, no vale la pena .- dijo tratando de alejarse de el, pues no quería lastimarlo.

Ya Anna, tranquila .- dijo un poco avergonzado Manta .- el solo te quería ayudar.

Esta bien, gracias de todos modos .- dijo con su carácter de siempre.- me voy a ver t.v .- agrego y se fue.

No te preocupes, ha estado rara desde hace un tiempo.- dijo Manta.

Asi parece.- respondió el Ainu.

Por cierto .- dijo el chico rubio.- como…como es que estas aquí? .- pregunto un poco sorprendido.

A…bueno…es que.- musitó el chico Ainu.

¿Qué podría responder? Si dice algo sobre lo que sucedió la noche pasada, sobre lo que hay entre el y Anna, quería…quería gritarle a los 4 vientos que era un chico enamorado pero eso podría sobresaltar a todos…

Continuara…

Hola hola! Después de muuuuucho tiempo subo este nuevo capitulo, u.uUU disculpen la tardanza (( Maeda Sensei ToT perdoneme, espero que no me odie)). Este capitulo, lo realice con ayuda de Maeda Ai, espero que les guste.

Dejen reviews por favor T.T opiniones, comentarios, lo que ustedes mis queridos lectores quieran xD, hasta pueden enviar ideas n.n. Bueno, me despido de ustedes, y…hasta el próximo capitulo!