Saint Seiya no es mío, le pertenece al sensei Masami Kurumada.

Sumario: Si de por sí la vida de las amazonas no es fácil¿qué pasa cuando una decisión no sólo afecta el destino de una de ellas, sino también determina el futuro de quienes más le importan en la vida?

Parejas: MiloxOC, AioriaxMarín


Entre el amor, la gratitud y la amistad.

Capítulo 2. El principio de todo

A pocas semanas del torneo en que se decidiría la suerte de toda amazona que deseara convertirse en caballero, tanto Aioria como Milo decidieron realizar un enfrentamiento previo a la competencia, lo cual serviría para evaluar a sus aprendices. Para ello, Aioria escogió a Marín y Shaula mientras que Milo escogió a Shaina y Geist. El enfrentamiento consistiría primeramente en dos combates: Marín contra Geist y Shaula contra Shaina.

En el primer combate, Marín y Geist demostraron tener un nivel muy similar, pero la victoria se inclinó a favor de la primera.

Sin embargo, en el segundo combate las cosas no parecían andar tan parejas ni tan alentadoras.

"¡Vamos Shaula, tú puedes ganarle! Ten fe y confianza en ti misma". – Marín no dejaba de apoyar a su amiga en ese combate tan difícil.

"Te prometo dar lo mejor de mí Marín, no le será tan sencilla esta pelea a Shaina".

Ambas amazonas se colocaron en posición de ataque, mientras Milo y Aioria las observaban, un poco retirados del lugar.

Shaina fue la primera en atacar, su brazo derecho estaba listo para conectar el golpe al cuerpo de Shaula, pero ésta logró evadirlo y decidió mostrar una de sus mejores técnicas.

"¡Golpe de centella!" – gritó la amazona mientras que con una velocidad impresionante asestaba un fortísimo golpe al estómago de Shaina quien cayó al suelo tocándose con ambas manos el área afectada.

"¡Eso es!" – Marín y Aioria casi saltan de la emoción pues creían que Shaina no continuaría con el combate, sin embargo y para su asombro, la chica se levantó rápidamente considerando el golpe recibido.

"¡Ahora sí ya no tendré consideraciones contigo!"- gritó Shaina bastante herida en su orgullo mientras un aura de color rojizo salía de su cuerpo. - "¡A mí, cobra!"

"¡Shaina, no lo hagas!" –Milo gritó al darse cuenta de la técnica de la joven, la cual no obedeció y se elevó a una altura considerable al mismo tiempo que mostraba unas largas y negras uñas, mismas que apuntaban hacia Shaula.

"¡Que te detengas Shaina!" – el caballero gritó nuevamente a lo lejos, mientras corría en dirección al combate. Aioria hizo lo mismo al notar la situación.

Demasiado tarde. Shaula no puedo evadir los consecutivos y poderosos rayos rojos que en cuestión de segundos la golpearon en todo su cuerpo, uno de ello la alcanzó muy cerca de su ostro haciéndola caer inconsciente al suelo, boca abajo. En eso llegaron al lugar los caballeros de oro.

"¡Shaina, no tenías por qué realizar ese ataque!"- decía Milo al tiempo que, con ayuda de Aioria, levantaba a Shaula del suelo.

"¿Te encuentras...?" –Aioria no pudo terminar la frase. En el momento en que ayudaba a Milo a colocar boca arriba a la amazona, ambos no pudieron evitar ver el lindo rostro de la joven. Atónitos, no escucharon lo gritos de Marín y Geist que se acercaban al lugar.

Mientras corrían, Marín se detuvo, pues alcanzó a distinguir un raro objeto blanco a lo lejos: la máscara de Shaula.

"¡Oh no! debió desprendérsele con uno de los golpes de Shaina" – pensó la chica, preocupada al saber lo que significaba el que un hombre viera el rostro de una amazona. Pero en este caso eran dos los que habían visto su cara al mismo tiempo.

Tras unos instantes, Milo y Aioria reaccionaron de su asombro para tratar de reanimar a la joven desmayada. Dando un gemido de dolor, Shaula abrió lentamente sus ojos verde claro, los cuales lo primero que vieron fue a los dos caballeros junto a ella, posteriormente se enfocaron en Geist para terminar viendo a Marín quien iba llegando al lugar.

"Ay, pero ¿qué pasó?" – dijo mientras se tocaba la mejilla sin problemas - "¡mi máscara¡No la tengo!"

Aioria y Miloagacharon la cabeza y Marín sólo se limitó a señalarle el lugar donde había caído el objeto, el cual estaba siendo cubierto por tierra debido al fuerte viento que sopló en esos instantes, mientras un silencio se apoderó de todos. No había necesidad de decir más.


Continuará...