Aclaración, esto empieza ya por POV de Severus.
3.- Don't Panic
Cena. Un pretexto mas para engrandecer la ambición asquerosa de un hombre. Sabia que esa cena había quedado pospuesta, no me imaginaba por que. Mi madre entro lentamente a la estancia donde yo estaba leyendo un libro, sus ojos negros me escrutaron queriendo saber que pasaba por mi mente en esos momentos. Su mano derecha paso lentamente por entre mis cabellos, cerré los ojos queriendo disfrutar de eso.
"¿Cómo estas hijo?" me pregunto con una sonrisa silenciosa, de aquellas que siempre me había sabido dedicar.
"Bien mama" dije dejando el libro entre mis sabanas y abrazándola.
Nos quedamos en silencio, algo en lo que éramos similares, era que no nos gustaba mostrar nuestros sentimientos, bastaba con un par de miradas para entenderlo todo. Jamás hable con ella de lo que me pasaba en el colegio, prefería olvidarlo antes de hacerle saber que era el blanco para bromas de niños estúpidos, aunque yo también era un niño.
Una sonrisa se poso en sus delgados labios, el abrazo se hizo mas estrecho y trate de disfrutarlo al máximo, amaba mucho a mi madre, sobre cualquier cosa. Se levanto un poco y me aparto un mechón de cabello de mi frente.
"Tu padre volverá en dos noches" dijo mi madre aun con su sonrisa, pero note un cierto desliz de tristeza "Aprovechemos este tiempo Severus para hacer algo"
"Volveré a Hogwarts en dos noches" dije mirándole "Justo unas horas antes de que llegue mi padre" ella aun me seguía mirando "¿Qué te gustaría hacer?" le sonreí.
"Me encantaría arreglar el salón de baile" me dijo ella con una expresión soñadora "De color azul, siempre me agrado el azul...Para que suenen las suaves músicas de un vals" entrecerró los ojos e imagine que se lo quería figurar.
"Eso haremos mama" le susurre mientras mis dedos atrapaban un mechón de su cabello negro "Será tu azul favorito, nadie tocara ese salón...te lo prometo"
"Esta bien" susurro ella quedándose dormida. Su cabeza reposaba en mi pecho, la abrace y también dormí a su lado.
Desperté cuando una luz me pego en los ojos, me moví tratando de abrir los ojos lo mas rápido que podía y note que mi madre ya no estaba, salí de mi habitación buscándola, temía que mi padre hubiera llegado en medio de la noche y le hubiese hecho algo. Pero la encontré en la cocina, donde habían varias cajas de madera y ella se encontraba sacando cosas de ahí, sonreí al ver su cabello recogido con un listón azul.
"Buenos días hijo"me saludo pasándose una mano por la frente "El desayuno esta listo, lamento haberme adelantado, pero esa idea de arreglar el salón de baile me tiene bastante entusiasmada"
"Desayunare rápido" le dije mientras cruzaba descalzo la cocina "Te iré a ayudar en un momento"
"Podremos empezar juntos Sev" dijo ella mostrándome una tela color azul mediterráneo "Aun tengo que escoger telas...será tan emocionante"
Sonreí y me limite a comer con rapidez. Cuando me reuní con ella en el salón de baile, habían varios elfos llevando botes de pintura y cosas parecidas, mi madre con la varita levantaba los enormes percheros con cortinas de color azul que había visto yo en la cocina, sonreí y me acerque para ver en que era útil. Ella me dio trabajo, me dedique a pintar a mano cada glifo de la pared, en los marcos de la ventana y en varios lugares mas, todos en latín, las frases eran de un libro que le gustaba mucho a mi madre. Para el atardecer, el salón tenia una mejor vista, los colores eran cálidos y la hacían ver mas acogedora, mi madre satisfecha se derrumbo en un sofá de tela negra y bebió de una copa, yo me senté en el piso, con mis libros de Defensa Contra Artes Oscuras y algunos pergaminos.
"Quizás mañana antes de irte me podrás conceder un baile" me dijo ella sonriendo.
"Pero yo no se bailar" me excuse sonrojándome, entre varias cosas que no sabia hacer, bailar era la que encabezaba la lista.
"No te preocupes, nunca se es demasiado tarde para aprender algo" dijo mi madre regalándome otra de sus sonrisas "No me quieras privar de ese pensamiento Severus"
"No mama" dije bajando la vista, algo avergonzado "Pero tan solo no te rías de mi si me equivoco"
"Tan parecido a tu padre niño mío" susurro ella mirándome fijamente "Pero eres tan distinto que podrían ser aceite y agua"
El escrepitar del fuego fue el siguiente sonido que nos invadió a ambos, decidido por algo, me levante del piso con mis piernas llenas de calambres y le ofrecí una mano, ella sorprendida parpadeo un par de veces, después como dudando, acepto mi mano y le ayude a ponerse de pie, no era tan alto pero ella tampoco, por lo que no hubo mucha diferencia de estaturas, caminamos tomados de la mano hasta el salón y ella hizo encender las luces con un solo movimiento sutil de su mano.
"No es tan difícil Severus" dijo ella mientras le tomaba una mano y su otra mano iba a mi cuello "Es solo dejar que la música entre a tus venas, dejarse llevar por algo tan sublime como lo es la música"
De alguna parte, comenzó a escucharse una suave música de piano, no sabia que hacer, pero sabia que no tenia por que temer, estaba con mi madre, la que siempre guardaría una sonrisa para mi, por que ella no sabia burlarse de nadie, ni denigrar a nadie, mi madre era simplemente tan inocente.
"¿Lo ves hijo?" me pregunto cuando por fin estuvimos moviéndonos lentamente por el salón "No es tan difícil, con practica seguro mejoraras"
"Espero que mi padre no se entere" solté preocupado "Me desollaría si se entera que me pongo a bailar en vez de estudiar"
"No te preocupes"dijo ella y su sonrisa decayó "Esto no tiene por que salir de aquí" me soltó y se quedo ahí de pie, me quede quieto con el corazón latiéndome tan rápido que pensé que se me saldría por la boca si hablaba, sus ojos negros me miraron una vez mas y me dejo solo en el salón. La había lastimado y eso me dolió aun peor que una maldición.
Fui a mi habitación y note que las luces de la suya continuaban encendidas, tenia el extraño sentimiento de querer a ir a pedirle una disculpa por mi actitud, pero era mas grande mi ego y mi orgullo que simplemente me limite a entrar a mi habitación. Me quede tumbado en mi cama, sin correr las sabanas y sin cambiarme, me quede dormido casi al instante.
A la mañana siguiente fui despertado por unos gritos, ¿gritos, me levante de la cama casi resbalándome por el piso y abrí a toda prisa la puerta, los gritos tomaban mas intensidad, no quería escucharlos mas, no quería saber por que eran esos gritos, encontré a mi madre en el piso, acurrucada contra la puerta que daba al enorme jardín, su cabello negro y lacio le cubría el rostro, soltaba pequeños gemidos y grititos. Mi padre estaba respirando como toro caminando de un lado a otro con el brazo temblándole.
"Tu" me dijo mi padre apuntándome con un dedo.
Intente apartarme, pero me dio una bofetada que me dejo en el piso, mi madre. No se como lo hizo, pero se levanto y con un movimiento de su varita, mi padre se quedo paralizado, con movimientos torpes me alcanzo, me trate de levantar y ayudarla, pero solo me aparto con la mano, sin ni siquiera tocarme, me dio la espalda.
"Déjanos solos Severus" su voz sonaba quebrada "Empaca tus cosas que te llevare a King Cross"
"Pero mama..." le replique queriendo acercarme de nuevo.
"Nada de peros Severus" me reprendió con voz dura "He dicho que empaques tus cosas, los elfos te prepararan algo para que comas en el camino, no me hagas repetirlo de nuevo"
Mi padre aun paralizado, me dirigió una mirada helada y le di la espalda, me dolía pensar que quizás yo era el causante de las constantes palizas que recibía mi pobre madre. Al mirarme al espejo, pude darme cuenta de lo parecido que era físicamente a mi padre, ambos con la cara afilada, la piel pálida como un muerto, pero había heredado el largo y lacio cabello negro como la noche de mi madre, al igual que sus ojos inexpresivos, tan parecidos a unos túneles sin fin, aquellos que no te dan desconfianza jamás.
Subimos al Rolls Royce que tenia mi padre, el chofer no nos dirigió palabra alguna, mi madre llevaban un sombrero de ala ancha que le cubría el rostro con un velo, su túnica era de color azul, como el de las cortinas del salón de baile, me quede mirando por la ventana, la lluvia golpeaba con fuerza las ventanas del auto, y me hizo sentir melancólico.
"Intenta no hacer travesuras ¿quieres Sev?" me dijo mi madre acomodando mi túnica y dándome un abrazo, el velo se le movió un poco. Tenia una horrenda cicatriz cruzándole media mejilla.
"Mama ¿qué te sucedió?" le pregunte en un susurro apartando el velo que tenia en su cara "¿por qué mama, ¿por qué permites que te sucedan estas cosas?" la abrace con fuerza.
"No lo se mi niño" murmuro ella abrazándose a mi "Supongo que debe ser por el destino, procura ser bueno, intenta no ser como tu padre, no juzgues a las personas a primera apariencia por que así será como te juzguen así hijo" me miro largamente "recuerda que siempre voy a estar contigo a pesar de que estemos lejos a tan grandes distancias"
"Volveré en navidad mama" le dije sintiendo que iba a llorar "Quiero que estés ahí, para mi"
"Estaré ahí para siempre Severus"
Me beso la frente y subí al tren rojo escarlata, para encontrarme de frente, con un pálido Sirius Black. Sentí un mar de emociones embargarme, primero sorpresa, después miedo por pensar que el Gryffindor había escuchado la conversación entre mi madre y yo, después enojo por creer que usaría eso para burlarse de mi. Como todos los demás hacían conmigo.
"Escuche lo que dijo tu madre" me dijo en un murmullo, no me miraba a los ojos
"¿Qué esperas para empezar a burlarte?" le pregunte tratando de contener las lagrimas, pero no pude "¿Eso querías no Black, Potter y tu ya tendrán un nuevo blanco en que fijarse después de Pettigrew"
"No Severus" me dijo en un murmullo mirándome a los ojos, note que él lloraba en silencio "Es solo que...desearía que mi madre fuera así conmigo"
¿Qué era lo que había escuchado, la lluvia golpeaba con fuerza el expreso y me vi obligado a entrar mas en el corredor del vagón, Black aun me miraba, no le dije nada y comencé a buscar un compartimiento, él me siguió.
"Tienes suerte" me dijo en la puerta del compartimiento "De tener a una persona que te ame de esa manera" estaba tan cerca que pude ver sus ojos grises, lentamente él con un dedo seco una de mis lagrimas "No llores, es seguro que la veras por las navidades"
"¿Por qué me dices eso...Sirius?" le pregunte en un susurro.
Se quedo callado, me miraba fijamente, aparto lentamente su mano de mi, James Potter le llamaba a gritos desde el principio del vagón, me miro de nuevo y un rubor le cubrió las mejillas, se aparto de mi despidiéndose con un gesto de su mano. ¿Acaso era real? ¿Un chico tratándome bien? ¿Un Gryffindor?.
"Hola" me saludo un chico de cabello negro y ojos verdes "Me llamo Evan, ¿piensas entrar?"
"Eh si claro" balbucee saliendo de mi ensoñación.
El chico se llamaba Evan Rosier y era un año mas grande que yo. Hablamos de muchos temas en el camino, sobre Artes Oscuras y sobre un tipo que comenzaba reunir gente infundiendo el socialismo de los sangre pura. Ambos coincidimos en que era una completa estupidez, pero jamás pensamos que ese tipo, llamado Lord Voldemort, llegaría tan lejos.
"¿Entras a segundo no Severus?" me pregunto Evan mientras bajábamos del tren "Eso no nos dará mucho tiempo para vernos, quizás podamos mandarnos notas para hablar en otra ocasión, eres un tipo muy interesante"
"Gracias Evan, en cuanto vea que tengamos alguna clase libre los dos, te mandare una nota, me dio gusto conocerte" le dije antes de que se alejara con los de su curso.
Avery el chico con el que había trabado una amistad de solo holas y adioses me alcanzo y hablamos durante el tiempo en que los carruajes nos llevaban al castillo, compartia el dormitorio con él y me pareció que debía conocerlo mas si tendríamos que estar juntos los cinco años que nos faltaban. Me comento que su padre había fallecido el mes pasado.
"Lo siento mucho" le dije tratando de levantarle los ánimos "Supongo que te debes sentir fatal"
"Si, mi madre esta muy desconsolada, pero mis hermanos se han por decirlo de alguna manera revelándose contra ella, le será difícil estar sola este año con ellos" dijo Avery mirando por la ventana.
"Todo se esta complicando últimamente" dije también perdiendo la mirada
Entramos al castillo hablando entre nosotros, casi la mayoría de los integrantes de nuestra pequeña bolita, eran Slytherins. Por lo que se nos hizo agradable la llegada al Gran Hall. Evan se sentó a lado de mi durante la cena y no dejo de criticar al Sombrero Seleccionador
"Estúpido cacharro de trapos" murmuraba divertido "no se como pueden sortearnos así".
"Es una forma de quitarse el trabajo" dijo Avery aburrido.
Me limite a hacer una entre sonrisa, mi mirada vago por varios lugares, hasta la mesa de Gryffindor, Sirius Black al parecer tenia una platica amena con el chico que parecía estar enfermo todo el tiempo, creo que se llamaba Lupin. De pronto reparo que yo le miraba, nos quedamos un momento, estáticos mirándonos el uno al otro, de pronto me dedico una sonrisa que se desvaneció tan pronto apareció la comida frente a nosotros.
"El jugo esta delicioso, mas con este calor" sentencio Evan sonriendo y tomando de su copa.
"Creo que probare un poco" murmure tomando una copa y bebiendo lentamente.
De pronto los sonidos de risas llegaron hasta nuestros oídos, cada integrante de la mesa de Slytherin, tenia la cara coloreada de un furioso color rojo, incluido yo. Las carcajadas venían muy sonoras de la mesa de Gryffindor. James Potter era el que mas reía en esa mesa, Evan se levanto furioso de la mesa y lanzando la copa al piso hizo un juramento, con paso digno salió del Gran Hall, seguido casi por la mayoría de los Slytherins. Nunca mas me volvería a confiar de un Gryffindor., menos del mejor amigo de Potter. Esto era una guerra.
