El nido de Golondrinas
DONCELLAS EN EL SANTUARIO
Capítulo VIII
--------------------
Mü parece tan angustiado. ¿No piensas lo mismo, Aioria?
Se ha mostrado algo angustiado, así es. ¿Te confieso algo? Yo nunca creí que él resultaría ser tan complicado, y lo conozco desde siempre.
Marín se peinó el cabello con distracción, tenía un hermoso porte griego (era una expresión muy usada) y lo lucía bien sentada en la cúspide de la mitad que quedó de un pilar dividido hacía muchísimos años. Aoria estaba sentado al pie de la columna, su sombra eran las largas piernas de su compañera.
Era un sitio agradable para conversar. Y bueno, algo ajeno a las 12 Casas, las amazonas eran muy ariscas y casi ninguna dialogaba o pensaría en dialogar alguna vez con un caballero dorado. Eran así, simplemente. Pero Marín no, tenía amigos tan cariñosos y buenos¡qué importa, al demonio con lo que dijesen! ella no dejaría de hablarle a Mü o de ver a Aioria sólo por el código antiquísimo de su rango.
Sonrió para ella misma, «Guau, chica, qué rebelde »
¿En qué te has quedado pensando?
Claro que llevaba la máscara puesta, gracias al Olimpo, entonces Aioria no vio su expresión tonta. Se echó el cabello rojo hacia atrás, desperezándose al momento que apoyó los codos en la superficie pedregosa e incomoda. -- En que te ves terrible desde aquí arriba, y que además, tienes razón: Mü últimamente es un mártir, -- suspiró, -- ¿crees que ame a Shaka?
Aioria arqueó una ceja, quería refutar su primer comentario, pero la última pregunta era apetitosa e interesante como para obviarla. -- Ah, Shaka ama a Mü...
Eso puede ser¿pero qué tal él, Mü? -- es que Aioria no respondió algo concreto.
Yo... no lo sé. Mü es raro, muy raro... todos dicen que tiene una extraña relación con el Patriarca. ¡No quiero decir que ellos dos...¡Que ellos dos, pues, tú sabes... ellos...! -- qué hablador era, decir ese tipo de cosas por allí, en el Santuario. Si alguien lo escuchaba seguro lo degollarían por ofender a alguien tan importante como Shion. Quiso censurar o maquillar de alguna manera lo que había dicho sin mucho éxito, entonces Marín ayudó. Una piedra considerablemente grande cayó sobre su cabeza. Aioria chilló de dolor.
¡OOOYE! -- exclamó sobándose el cráneo.
Eres un tonto. Yo también he oído sobre eso, pero tranquilo, creo que es un rumor falso. Sin duda hay algo especial entre ellos... me temo que ni el mismo Mü sabe lo que es. Podría ser amor. Sí. ¿Por qué no?
Aioria se miró la palma después de haber recorrido con ella cada hebra de su cabello, no había sangre. Qué exagerada Marín. Sus facciones se aliviaron un poco. -- ¿Y tú por qué dices eso?
Instinto de mujeres. Nosotras lo sabemos todo. -- Marín aterrizó pronto frente Aioria de un salto breve. -- Adiós, más vale no asolearte demasiado.
Descuida.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
... no podía creerlo. Almorzaba otra vez solo, comía sin ganas, sin apetito, y veía el espacio vacío frente a él como si Mü pudiese hablarle en cualquier momento. ¿Cómo iba a ser posible? No después de haberlo echado. A veces se sentía tan mal, tan culpable.
Suspiró. Tenía que acostumbrarse a ese tipo de cambios, así era la vida. Su vida. Mü haría la suya también.
La soledad podía ser tan asquerosa. Daba nauseas y malestares. ¡Ah, qué maldito día Shion se llegó a enfermar antes de conocerlo a él, a Mü! siempre había vivido solo. Recordaba a sus amigos, a sus viejos compañeros de armas que ya habían muerto y no sentía nada. No los extrañaba. Incluso Nyu ahora era una memoria muy vieja, no la necesitaba.
Pero Mü...
Llegó a su vida para modificarla a su gusto. A su imagen y semejanza, como quien dice. De no haberle conocido su vida habría resultado sin duda un infierno más llevadero. Una agonía menos tortuosa.
Se sintió sutilmente mareado, apretó los ojos con fuerza. En los últimos días había cogido la costumbre de beber mucho. No era apropiado para alguien importante, no digamos a qué grado lo era para un Patriarca. Una autoría. ¡Bah! de seguir así quedaría convertido en un vago consumido por el recuerdo de su amor. Qué tontería. Él, el Patriarca. Nunca creyó que su miseria llegaría a causarle risa, pero rió muchísimo. Primero se echó hacia adelante, ahogando sus carcajadas entre los brazos cruzados, luego el humor le pareció muy placentero como para reprimirlo y lo mostró de lleno. Se puso de pie y rió liberando todo el aliento que podía haber en sus pulmones.
... soy el Patriarca, un jodido Patriarca enamorado del armero... -- paró de reír. Aun algo bebido su rostro era muy bello y expresivo, siempre lo fue así. Y no había dejado de reír por órdenes de su súbita locura, sólo se concentraba en algo. Unas diminutas hormigas que caminaban sobre las servilletas y rodeaban el vino derramado: seguían una hilera fiel que se dirigía a cualquier migaja grande de pan.
Volvió a cruzar los brazos y apoyó entre ellos la cabeza, observándolas de cerca. Algunas subían por la palma de su mano, una atrevida recorría su brazo entero para deleitarse en los rasgos perfectos de su rostro, surcando el arco de su nariz y cepillando con antenillas sus labios.
Shion no parpadeaba siquiera. -- Estás volviéndote loco, Patriarca. Estás volviéndote loco de amor. Has enloquecido, finalmente has perdido la razón... y Nyu siempre lo supo. Ella te lo advirtió, te pidió que no lo hicieras... -- lloraba, sus lágrimas estaban muy calientes, casi lastimaban su piel. -- Que no te enamorases. Pero tú fuiste muy orgulloso como para creer que te llegaría a pasar. Mü, ese pequeño niño ha desgraciado tu vida. Lo que queda de ella.
Las hormigas despedazaban el pan con asombrosa rapidez, cada vez había más, y tres se describían claramente en su rostro. ¿Qué le importaba? Pronto su piel estaría llena de puntitos negros que se movilizaban sin control. -- Pero quizá sólo tú tengas la culpa, Shion. Mü es demasiado inocente como para haber pensado alguna vez que te haría tanto daño. El único culpable es él, Shaka... -- entrecerró los ojos con furia, -- el hermoso rubio que siempre compartió con él en su niñez. Shaka de Virgo. A veces desearía... yo desearía... matarlo. -- Un dedo malvado aplastó una hormiga, -- entonces todos seríamos felices. Hasta Kiki.
Mató muchas otras hormigas, no era que el rostro de Shaka estuviese en cada una de ellas, pero... quién sabía. Shion veía y oía cosas muy raras cuando bebía. -- Eso mataría también a Mü, Patriarca, lo matarás de dolor. Por eso no lo harás, te quedarás simplemente aquí... bebiendo y... esperando, -- escupió las últimas palabras enfurecido, -- ¡ESPERANDO EL FIN MIENTRAS ÉL TE LO QUITA!
.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Sentía una desdicha tan grande en el cosmos de su maestro. No sabía qué hacer, qué decir ni a donde ir cuando usaba sus poderes para sentir el corazón de Shion. ¡Ah, y qué fácil era! Tan fácil como acurrucarse en su pecho y escuchar el palpitar de su órgano vital. Muchas noches lo hacía, cuando era un niño y tenía siempre un buen pretexto para dormir a su lado, oía atentamente, le encantaba, era mágico sentir algo tan frágil dentro de su maestro siempre severo, duro como una roca para con todos, pero tan suave y tierno con él.
Ahora, escuchaba su corazón. Lo escuchaba no en la noche, sino en la tarde. Casi había podido sentir el grito de Shion en su cabeza, fue como una daga especialmente terrible en su alma. Shion sufría tanto, y él nada podía hacer. Shion no se lo permitía… ¿pero por cuanto tiempo podría seguir soportándolo? Cada vez le parecía que su autocontrol estaba más extinto, y no hubo esperanza de llama que lo reviviese.
Regálame una estrella… -- cantó con mucha suavidad, mirando en anhelo el templo de su maestro, tan arriba como fuera de su alcance. -- Sólo una, cariño, yo prometo cuidarla bien. La amarraré. Sí. La amarraré con fuerza en mitad de mi corazón… y quizá deje de dividirse en dos.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Mü con sus deberes, Mü con sus estudios… después de días de relajo y sucesos inesperados ya Kiki debía centrarse un poco en su deber: trabajar duro para convertirse en caballero dorado.
Era una meta tremendo¡y a veces el entrenamiento era divertido! Pero había veces como esta en la que sólo podía sentarse en la sombra de un árbol para leer un aterrador libro teórico probablemente más pesado y duro que él.
Kiki sonrió con los ojos perdidos en las pequeñas letras del libro amarillento. ¡Pesado y Duro¡Ha¿A quién le recordaban aquellas palabras…? A cierto rubio, claro está. Por unos segundos se había estado preguntando cómo se vería Shaka dibujado con cabeza de libro. ¡De un libro especialmente fastidioso y pesado! Shion se reiría mucho de eso, y hasta a Mü le parecería gracioso. Pero nada más a ellos… Shaka probablemente no tendría reacciones similares.
O bueno… quién sabía. El tipo no había resultado tan malo, le prometió ir a ver algo interesante, eso lo hacía ver agradable, pero no se fiaría tan rápidamente. 'Guardad silencio' sabias palabras de Shion, con solo guardar silencio haría que Mü fuese feliz. ¿Sería suficiente estar callado¿Shion tendría siempre la razón¿Y si los dos, Shion y él, Kiki, estuviesen equivocados?
Mü a veces no lucía tan feliz…
Arrugó el ceño, pensativo.
Era verdad, muchas veces lejos de estar feliz Mü se ensimismaba en cualquier lugar, en cualquier situación, pensando en quién sería con seguridad su maestro. Todos sabían que Mü nunca había estado lejos de él (exceptuando aquella vez, cuando murió) Kiki estaba muy joven en aquel tiempo, pero imaginar el sufrimiento de Mü y a Shion muerto… ¡era como una bofetada fría en el rostro! Pensar, sólo pensar, imaginar estar leyendo allí él solo con la idea de que Shion no existiese para él ni para Mü. Era alguien vital en sus vidas, y en momentos como ése especial y aburrido tiempo se lo recordaban.
Disculpa niño¿me llevas a un Santuario donde hay caballeros con armaduras de oro?
Kiki levantó la mirada, soltó el libro con sorpresa y sus ojos brillaron emocionados. -- ¡Dhoko! -- Exclamó en sus brazos, el hombre mayor rió abrazándolo.
Yo también te he extrañado. -- Dijo con cariño. -- ¿Cómo están las cosas en Grecia?
Bien. ¡Pero las mías no han mejorado mucho!
Dohko arqueó una ceja con humor severo al notar que se refería al libro, -- no, obviamente no. -- Volvió a sonreír. – Te volveré a dejar solo, gracioso, tengo que ir con Shion ahora mismo.
Kiki se dio cuenta del sudor y el aspecto apresurado que se traía, parpadeó unos segundos antes de despedirse con un gesto de la mano. ¿Qué tendría Shion para necesitar verlo tan urgentemente?
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No había logrado un sueño tranquilo en toda la noche. La situación de verse pidiéndole ese tipo de cosas al Patriarca no era nada agradable.
En lo absoluto.
Era el más incomodo lugar en que podía imaginarse. Ante Shion él sólo era un tonto que estaba a manos de sus decisiones, pero ya estaba comprometido a visitarle para… solicitar el permiso, un pase de salida que sólo concedía el Patriarca del Santuario.
Para entrar a la Sala del Patriarca no tuvo que hablar mucho, de hecho no lo hizo. Su armadura dorada hablaba por sí misma, y era una de las ventajas de su rango. Tenía prácticamente todas las puertas abiertas, y además, no contaba con un rostro que decía 'vengo a matar a Athena'
No se habría atrevido ni a imaginarlo. Pero en ese momento… ¡dioses, imaginó tantas cosas, quiso pensar en tantas otras cosas que no tuviesen que ver con Mü para no ofenderlo a él, a Shion!
Ya la parecía medio odiosa esa habilidad suya, la de saber lo que pensaba. Se preguntó si podía hacerlo en todo momento, quizá se lo tendría que plantear a Mü más tarde para saber cuando, qué y cómo pensar...
–– Adelante, Shaka.
Qué payaso era ese hombre. Pensando en tantas tonterías allí parado en lugar de entrar de una vez y hablarle de frente, como a él le gustaba. ¿Qué buscaría? Aún era muy temprano, se sentía la brisa calurosa del mediodía. Sin embargo, estaba bien. Debía estar disponible para cualquier caballero del Santuario, sin importar que se tratase de un cabezón insoportable.
Ya empezaba a amargarse cuando ni lo hubo escuchado, qué sería cuando lo fastidiase con algo más que su presencia.
Apretó los extremos de la silla con tensión.
–– Buenos días, su excelencia. Lamento ser inoportuno tan temprano, pero necesitó su autorización para asistir al festival de Wesak, en oriente. El templo de Virgo estará solo no más de un mes, puedo asegurarlo. –– Añadió, posteriormente ya lo había reverenciado con respeto.
Ah, conque por eso había ido a verlo. Quería asistir al festival ése, al que iba todos los años. Shion no tenía una excusa para negárselo, era vital para alguien de su religión, respetaba eso. Además, los hábitos del rubio eran disciplinados y correctos, confiaba en él… sólo en ese aspecto. –– Puedes asistir al festival con los peregrinos, recibe a tu maestro con los brazos abiertos, y por favor, no olvides pedirle una bendición para mí.
–– Lo haré.
–– Puedes retirarte entonces, –– dijo con cortesía forzada.
–– Pero hay algo más, su excelencia.
–– ¿Algo más? Dime qué es, Shaka…
–– Permítale a Mü salir conmigo. Será solo una noche.
Aquello fue como un balde de agua fría para Shion, era difícil no interpretarlo literalmente pues sus huesos ya helaban. ¿Cómo era posible tolerar que un hombre pidiese eso con tanta tranquilidad¡Y qué tranquilo se veía el desgraciado, simplemente allí, esperando su respuesta¿Una respuesta, un 'sí'" ¡No, un rotundo 'no' es lo que recibiría!
Sin embargo…
«Yo le pedí que lo hiciera feliz, que lo amase…»
Permítale a Mü salir conmigo. Será solo una noche.
Las palabras dominaban su cabeza, la sentía liviana, vacía. No se había percatado que ya estaba de pie y Shaka lo miraba con atención, precavido a una de sus reacciones. Entonces tendría que decirle que sí, ni siquiera él ahora tenía el derecho de negarse…
–– ¿Salir con Mü, eso has dicho?
–– Eso he dicho, excelencia.
–– Ah, –– Shion cruzó por su lado, Shaka notó que llevaba los puños apretados. ¿A quien creía engañar con su aspecto impasible? A leguas eran obvias sus ganas por hacerlo pedazos. –– No veo por qué necesitas mi autorización. Siempre te llevaste a Mü… ¡siempre lo has tenido! De una forma o… ¡o de cualquier otra¿Y alguna vez me pediste permiso¿Necesitaste mi autorización para enamorarlo? –– su enojo superó a la cortesía engañosa que había adoptado desde el principio.
Shaka alzó las cejas, –– no puede juzgarme de esa manera. ¡Yo no hice nada! –– siseó indignado.
–– Eres despreciable, Shaka. Un cínico sin escrúpulos tras una mascara de dulce compasión. Pero eso nunca funcionará conmigo. ¡Yo siempre te veré como el asqueroso descarado que eres ahora mismo¡Por qué vienes a atormentarte con ese tipo de autorización¿No te fue suficiente con arrancarlo de mi lado?
–– ¡Mü no es un objeto que puede reclamarse, tal y como usted lo está siendo¡No puede decir que me lo ha dado, que él es mío, PORQUE ÉL NO HA DEJADO DE PENSAR EN USTED NI POR UN SEGUNDO, SHION!
–– Esto es interesante, interesante en verdad, –– Shion sonrió para él mismo, –– primero vienes dispuesto a dar una especie de paseo romántico con él, y ahora…
–– Yo sólo digo la verdad. Digo lo que siento, y lo que creo que Mü siente. ¡Él está enamorado de mí, Patriarca, pero no me ama!
Shion rió a carcajadas, jactándose de sus últimas palabras antes de que fuesen terminadas.
–– ¡Boberías, no ves más allá de tus ojos!
–– No estoy mintiendo, –– el pecho de Shaka subía y bajaba, tratando de conservar una calma que colgaba de un hilito. –– ¿Cómo puede saber que no lo ama¿Por qué me pidió que lo amara, amarlo a costa de qué¡No puedo amar a alguien que ama a otro, porque estoy haciéndole daño, Shion¡Usted me obliga a hacer algo horrible, a lastimarlo, y no voy a tolerarlo!
–– Oh, tendrás que esforzarte un poco más para conmoverme, hermano Budista. –– Shion volvió a sentarse, ya sabía hasta donde quería llegar Shaka. –– Lárgate ya, y llévate a Mü contigo. Tienes todos los permisos que puedas necesitar, incluso ése tipo de permiso. –– Añadió entre sugestivo y burlón.
–– Qué enfermo. –– Shaka no podía creerlo, –– ¿aún así dice amarlo, ese era su sufrido amor, su estrella inalcanzable¡Qué vergüenza, (no lo conozco), pero siento vergüenza por usted!
–– Cállate insecto¡YO LO AMO Y NO PERMITIRÉ QUE NADIE LO CUESTIONE! –– bramó enfurecido, había sido un golpe bajo.
–– Tiene una particular manera de demostrarlo. –– No le tenía miedo, ya conocía su método de 'conversaciones delicadas' con otras personas. Qué lamentable no poder hacerle entender, parecía un adolescente rebelde.
–– Fuera de aquí y deja de pensar en payasadas.
«Déjale en paz, Shaka, el Patriarca ahora mismo es una roca»
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Durante su viaje se hizo mil preguntas sobre las melancólicas y raras letras de Shion en la carta que le envió, reflexionó que algo debía estar mal, no en el Santuario, quizá con él, y eso lo llevó a un estado de ansias y preocupación. Cruzó templo por templo, pasando intencionalmente desapercibido, sólo había ido para una cosa…
–– Apártense, quiero ver al Patriarca. –– Dohko joven finalmente llegaba y exigía una entrada fácil al sitio de su amigo. Los que guardaban la entrada pudieron reconocer el rostro familiar del antiguo amigo de Shion, sin embargo no le permitieron dar un paso.
–– El Patriarca está atendiendo a alguien más, –– dijo uno de los dos.
–– ¡Esas son tonterías, déjenme pasar!
El par de soldados prepararon sus armas para una defensa, pero antes de la reacción violenta de Dohko la puerta se abrió de un golpe, oportunamente. Era Shaka con un rostro inusualmente intranquilo y rudo, demasiado.
–– ¿Shaka? –– Dohko frunció el ceño, no de enojo, sino de confusión. No entendía nada. ¿Shaka en la Sala del Patriarca¿Qué vería ahora, un ratón cazando al gato? Desde siempre él había sido detestado por Shion, ahora, juzgando por su apariencia y por la manera en que apareció… esa no había sido una entrevista agradable. Una ola de frío miedo chocó en su pecho¿se habrían peleado? –– ¿Shaka, qué haces aquí?
–– Déjenlo entrar, –– dijo el rubio sin dirigirse a él, –– no le quitaré más tiempo a su excelencia.
Dohko no espero más, apartándolo con un brazo entró a paso veloz en busca de Shion. –– Shion, –– sólo un poco y empezaría a correr, –– ¡Shion! Oh, ahí estás. –– Sus facciones se alegraron al verlo junto a uno de los pilares, sosteniéndolo con una mano como si fuese a caer. –– Vi a Shaka salir de aquí, me asusté mucho creí que pudieron…
–– Dohko…
El tono de su voz hizo que el alivio de Dohko desvaneciese al instante. Shion se acercaba a él con lentitud, en un ritmo algo torpe. –– Sí has venido…
–– ¡Shion! –– Dohko se apresuró a sostenerlo antes de que cayese, su cuerpo tenía un peso vulnerable y frágil. –– ¿Qué pasa, qué te ha hecho Shaka?
–– ¿Shaka? –– musitó apoyándose en su hombro para incorporarse, ese hilillo débil que salía de sus labios no parecía el suyo. Caminó lejos de Dohko. –– Yo se lo he dado a él, Dohko… él ha venido a pedírmelo… ¡y yo se lo he dado¡Me quitaron a Mü¡ME LO HA QUITADO! –– su último grito fue una bomba de sollozos, un alarido de dolor.
–– Shion… –– Dohko comprendió todo, claro que tenía conocimiento sobre los viejos sentimientos de su amigo. Sin embargo, ignoraba toda esa situación, pero le bastó escuchar esa pobre explicación para entenderla a la perfección. –– Amigo, yo no sé…
–– No tiene el derecho. –– Shion le dio la espalda, liberando un par de lagrimas que se asomaron fuera de su máscara, salpicando en un mar de sangre obscura sobre la alfombra roja a sus pies. –– Yo soy el Patriarca. ¡El Patriarca, un elegido jerárquico! Puedo tomar grandes decisiones… ¡puedo tomar al mundo con la palma de mi mano¿Y para qué¡PARA QUE ÉL ME LO QUITE! –– penetró de un puñetazo profundo centímetros considerables en la pared. Al instante cayó de rodillas, su mano sangraba.
¿Qué podía hacer Dohko? Tuvo innumerables teorías, pero ninguna se acercaba a esta. Nunca estuvo listo para ver a su querido Shion así, a su poderoso Patriarca, fuerte, imposible, siempre resguardado en una coraza de seria amabilidad, muriendo de tristeza. Dohko resolvió arrodillarse a su lado, arrugó el ceño con dolor. Eso le resultaba difícil, conmovedor y triste.
Suspiró acariciando su cabello largo, –– Shion… algún día pasaría. Piensa en que él será feliz. Por eso le has dejado estar con Shaka¿verdad?
Shion sacudió la cabeza, negándose a cualquiera de sus intentos por darle alivio. –– No importa, no importa, no importa…
–– Amigo, por favor, entiéndelo… es seguro que cuando Mü experimente, cuando sepa qué es lo que quiera… él… quizá… pueda regresar…
Dices boberías solo para que yo me tranquilice¿verdad? Yo te agradezco, Dohko, en verdad, pero aún si él regresara… ya no encontrará nada aquí. No habrá nada, porque he decidido tener una compañera, voy a tener una mujer, Dohko.
Dohko no encontró una respuesta. No. De hecho no había encontrado una palabra humilde para romper el silencio, porque el universo mismo parecía estarse cayendo en él, llorando entre sus brazos y su ruido de muerte lo ensordecía.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
¿Qué tienes, Shaka?
Shaka pretendía cruzar el templo de Aries como una momia. La verdad, había salido de la recamara del patriarca sin medir sus pasos o adonde lo llevaban, sólo quería alejarse de esa mole enorme de amor confuso. ¡Pero qué amor! Shion era despreciable, no entendía cómo podía quererlo un niño dulce como Kiki o un ser angelical y bueno como Mü.
Levantó la mirada y vio la suya interrogante, preocupada. Su corazón latió con fuerza, como usual. -- No es nada. -- Se adelantó un par de pasos más hasta pasar por su lado y se detuvo otra vez. -- ¿Sabes? He venido de hablar con Shion. -- Le hablaba a una columna maciza y fría, no se atrevería a mirarlo mientras hacía. Siquiera mencionar el nombre del patriarca… ¡qué coraje! Mencionarlo frente a Mü era incluso grosero, mencionar a un tipo que sentía algo enfermizo por él, algo tan retorcido que aún no podía darle un nombre, un sentimiento que era el garabato de un niño caprichoso, sólo eso. Eso era.
¿Y qué ha pasado con él, Shaka¿Por qué no me miras? -- Mü tocó su hombro en un gesto reconfortante, pero Shaka reaccionó como si su mano fuese eléctrica y se alejó más.
Estaba enloqueciendo, Shion había roto con su balanza de comprensión y ahora Mü ejercía más peso en la confusión. ¡Qué haré! Es lo que tenía en la cabeza. No quería estar con Mü sabiendo que él amaba a Shion, pero Shion… ¿Shion amaba en verdad a Mü? Antes no lo habría dudado, pero después del comportamiento que adoptó para él hace un rato…
Mü. -- Se le escapó, quizá fuese buen comienzo. – No te preocupes, estoy bien, no ha pasado nada.
Mü arqueó las cejas, porque si no había pasado nada¿qué le estaba haciendo comportarse así? -- Pero te ves extraño.
Te he dicho que hable con él, y bien… me ha dicho que tú y yo podemos salir. Fui a preguntárselo, te lo había prometido.
Sí, lo recuerdo Shaka pero…
Pero Mü, yo no quiero estar contigo si eso no te hace feliz. -- Se volvió para verlo directamente, -- Mü, deseo saber si tú… -- había estado a punto de decir algo que lamentaría más tarde antes de que fuesen abordados por un grupo de personas. Mü reconoció pronto a Torvald, ese mensajero que Shion tenía y formaba parte de su limitada confianza. Atrás de él unas cuatro siluetas se ocultaban bajo capas de viaje muy elegantes, pero la más sobresaliente fue la alta que venía frente a ellas, de hecho, el resto parecía estarla escoltando.
Caballeros. -- Dijo Torvald pasando por su lado. -- Excusen nuestra prisa, ya tendrán el tiempo de conocerse, pero el Patriarca necesita saber lo antes posible de nuestra presencia.
Shaka asintió y ellos continuaron caminando, la silueta llamativa estaba mirando a Mü, un par de ojos azules y femeninos brillaban con curiosidad extraña en su dirección, y continuó caminando sin decir nada.
Qué extraño. -- Shaka fue el primero en hablar. -- Parecían mujeres, para qué Shion querrá verlas. -- Fue un comentario intencional, estaba lleno de coraje todavía. Sí, ya tenía una idea de aquel espectáculo. Shion a parte de mentiroso y loco resultaba ser degenerado para cerrar su moral con broche de oro.
Algo estaba ocurriendo en el interior de Mü, fue un presentimiento que le pegó duro en el pecho. En todos sus sentidos. Sus ojos se nublaron y su cuerpo cayó hacia delante, Shaka lo sostuvo rápido. -- ¡Mü…!
Shaka…dame agua. -- Dijo, sentía que sus piernas pesaban una tonelada como para poder moverlas.
Shaka lo llevó adentro deprisa y le dio lo que pidió, agua y algo de descanso. -- Lo siento mucho, no sé qué me ha pasado. Creo que no he descansado bien últimamente.
En su habitación Shaka lo miraba sentado en el escabel, como antes había hecho Aldebarán. Mü se sentía un poco mejor, pero Shaka cada vez era más lastimado viendo a qué grado podía afectarle unos celos tan pobremente provocados. Eso significaba que Mü lo amaba en serio, lo amaba con intensidad. ¡Pero no era justo! No era justo que amase a Shion que no lo amaba, o eso es lo que había aprendido el día de hoy.
Se levantó para sentarse en el borde de la cama. No dejaba de mirarlo, y Mü también lo miraba, seguro que se preguntaba lo que diría o haría. -- Mü, no debe afectarte que Shion tenga a alguien más. -- Dijo con el tono serio que siempre le tiraba a cualquier persona, -- no debe afectarte lo que ese hombre haga, porque ya no existe. Ya tú no tienes maestro, y el Patriarca se ha negado a atender cualquiera de tus entrevistas. ¿Entiendes lo que es eso? Shion dejó de amarte. Dudo que sienta algo por cualquier persona.
¿Shaka…?
Shikashi, -- continuó reafirmando una sonrisa tierna, -- tú me importas Mü. Me importas a mí y a toda una manada de personas¿por qué puede afectarte tanto que Shion esté con alguien más? A él no le afecta que tú…
«que tú estés conmigo» Eso pensaba decirle, pero no era nada apropiado por varias razones, y una de ellas fue que ellos no eran nada aún. ¡Aún…! Qué pretensioso. Suspiró y apretó la mano de Mü, estaba súper fría, levantó la mirada para ver sus ojos¡qué exhaustos y tristes! Era una colateral de amor que Mü no podía disimular. No era cansancio, no era cualquier cosa, Mü todavía no creía que eso estuviese sucediendo.
¿Y por qué Shaka lo miraba tan profundamente¿Por qué decía esas cosas de Shion?
Cuando vio aquella mujer…, o lo que pudo ver en ella no le había agradado nada. ¡Audacia pura como una centella¿Se habría asustado¡Claro que sí! Sólo concluir que Shion pudo haber llamado no sólo a esa mujer, sino al resto de ellas para que fuesen sus amantes había bastado para que su piel palideciese, entonces volvió a recordar lo que Shion le había dicho esa tarde horrible: ¡No te necesito, puedo tener las doncellas más hermosas¡TODAS LAS QUE QUIERA, TODAS!
Shion no te ama…
Mü se tapó los oídos con ambas palmas y se incorporó con brusquedad en la cama. -- ¡CALLATE SHAKA ESO NO ES VERDAD!
Sudaba y respiraba agitadamente¡y cómo no¡QUÉ PESADILLA! Todo sólo podía ser aquello¡una horrible y larga pesadilla que se negaba a dejarlo despertar! Ya quería caer, quería caer al fondo de esa tortura para que acabase pronto. No podía ser que antes de esos días de ultratumba hubiese tenido a su alcance a Shion, a su Shion, su maestro que estaba más cerca de él (y Kiki, Kiki) que de nadie más.
«Pero no tenías a Shaka. ¿Recuerdas eso? Él no te quería, y ahora está aquí.»
Volvió la mirada a Shaka que le devolvía un ceño profundo, pensante. Reparó en que apretaba su mano con tanta delicadeza que no lo había notado antes y en algún momento la llevó a sus labios para besarla con amor. -- Eres un tonto. ¿Sabías? Niño bonito y tonto.
Mü dividió los labios, perdiéndose de nuevo en sus propios pensamientos. «Está aquí a tu lado, ahora Shion no es un problema. Está contigo niño bonito… bonito y tonto.» Sacudió la cabeza para desechar el juego de palabras enseguida, había llegado a un punto tan grave… tan crítico y peligroso.
No sabía a quién amar. ¿Eso traería más problemas?
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Nota: ¡SEGURO QUE TRAERA MAS PROBLEMAS, MU, NO SEAS TAN CABEZON! CHICAS, CHICAS... PERDONEN QUE NO ACTUALICE EN MUCHISISISIMO TIEMPO, PERO ESTE ES EL INTENTO MIL DEL CAPITULO 8. ¿QUE QUIERO DECIR? QUE LO INTENTE MIL VECES ANTES DE LOGRAR ESCRIBIRLO, ASI DE MALA SOY XD Y CUANDO SABIA QUE ESCRIBIR NO TENIA TIEMPO, Y CUANDO HABIA TIEMPO NO TUVE INTERNET... EL DESTINO SE ENCARGO DE DEMORAR TODO, PERO AHORA TIENEN UN CAPI LARGO CON EL CUAL CONCEDERME UNA DISCULPA. ¡TRATARE DE VOLVER A SER PUNTUAL!
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS.
