CAPITULO 18.-   INSTINTO  MATERNO

Ya  había pasado una semana de la fiesta, Ron se había encontrado confundido, nadie le quería decir al principio si era ella en realidad la que había pasado a su lado cuando se encontraba besando a Mónica, pero cuando habló con Paulina le dijo todo, Hermione había estado ahí, la habían visto correr llorando desesperada. Ron trató  de hablar con ella, sin embargo sus amigas le impedían el paso, Ginny insistía que esperara un tiempo, ¿tiempo? El no podía esperar mas, tenía que decirle que la quería o sino seguiría sintiendo que se muere.

- ¿QUE DIABLOS  LE SUCEDE SEÑORITA GRANGER? TODO LO HACE MAL, - gritaba la profesora Robertson a Hermione  desesperada-  AUN NO PUEDO CREER QUE HAYA SALIDO DEL COLEGIO

- Los siento señorita Robertson, no creí que fuera a suceder esto – Hermione agachaba la cabeza, había tratado de hacer la poción multijugos para una sencilla práctica en el laboratorio, sin embargo esta había fallado sin que supiera la razón – si tan solo yo ... eché...

- SEÑORITA GRANGER POR EL AMOR DE DIOS – la profesora hablaba cínica hacia Hermione y hacia todo el salón – NO SE PORQUE LA ACEPTARON EN ESTA UNIVERSIDAD, HASTA EL MOMENTO USTED NO ME HA DEMOSTRADO QUE SEA UNA BRUJA COMO LO DECÍA SU CONSTANCIA DE ESTUDIOS.

- Las cosas no han ido bien desde... desde que ..- Hermione hablaba con los ojos llenos de lagrimas – desde que sucedió el ataque con el ....

- ¿Y CREE QUE ESO LE JUSTIFICA A USTED QUE NO PUEDA HACER UNA SIMPLE PÓSIMA PARA UN SIMPLE EJERCICIO DE CLASES?. He hablado miles de veces con el director de esta facultad – la profesora se dirigía hacia todo el salón – eso sucede ¿saben porque?,  porque en esta escuela aceptan a hijos provenientes de muggles, eso es todo.

- USTED QUE SABE RESPECTO A HERMIONE – alguien levantaba la voz en clases, alguien que nadie se imaginaría – USTED ESTABA AQUÍ DANDO CLASES MIENTRAS QUE ELLA SE ENCONTRABA ENFRENTANDO A LORD VOLDEMORT – todo el salón se estremeció al escuchar este nombre, por lo visto el que lo acababa de mencionar no tiene ni la menor idea de la fuerza de este nombre, mucho menos las consecuencias, pues si, era nada mas ni nada menos que Scott el que se levantaba (N/A: recuerden que este chico no creció en Inglaterra, no sabe el poder de esta palabra). ¿TIENE LA IDEA DE LO QUE ES SENTIR UNA MALDICIÓN Y SOBREVIVIR DE ELLA? ¿VIVIR DE ESAS CONSECUENCIAS?

- SEÑOR RICHARDSON NO LE ESTOY PIDIENDO SU OPINIÓN  RESPECTO A...

- ESA NO ES LA FORMA DE TRATAR A UNA ALUMNA,  - gritaba Paulina furiosa.

- LES PIDO RESPETO ANTE ESTA CLASE – gritaba la profesora –

- SI QUIERE RESPETO ENTONCES DEMUÉSTREMELO – gritaba Scott – SI QUIERE RESPETO MUETRELE TANTITO A SU ALUMNA, NO  POR LO QUE ELLA HIZO, SINO PORQUE GRACIAS A ELLA TIENE USTED UN TRABAJO DECENTE – Scott ya se había levantado de la mesa y se ponía al nivel de la maestra.

-  NO ME FALTE AL RESPETO Y NO SE META EN LO QUE A USTED NO LE IMPORTA, ASI QUE TOME SUS LIBROS Y SALGA DE MI CLASE – la furia de la profesora hizo estremecer al salón completo – Y AQUEL QUE NO ESTE DEACUERDO CON MI  MANERA DE DAR LA CLASE QUE  SIGA. AL SEÑOR RICHARDSON  – se volteó y se puso a escribir en el pizarron.

Scott tomó sus cosas, Hermione, Ginny, Silvia y Paulina hicieron lo  mismo impresionadas por la actitud de Scott, jamás lo habían visto actuar de esa manera, regularmente era calmado, respetuoso, pero estaban de acuerdo y lo apoyaban junto a Hermione. Salieron furiosos junto a ellos  un montón de chicos salieron igual, nunca imaginarían que casi toda la clase completa se saldría. Cuando dejó de escribir y volteó hacia sus alumnos y le sorprendió al ver tan solo a ocho alumnos sentados de los treinta que era, y luego una chica se levantó y le dijo:

- Mi familia es gente muggle, ¿acaso me cree tan incompetente? Me gané este lugar con sacrificio al igual que mis demás compañeros-  la chica tomaba sus libros y junto con dos alumnos mas se retiraba del salón.

- No puedo creer lo que acaba de pasar – Ginny volteaba a ver  a sus amigos - ¿viste a  esta tipa?

- Es odiosa – Paulina  se encontraba molesta –

- Gracias Scott por defenderme – Hermione agachaba la cabeza pareciendo que las lagrimas le pesaban.

- No hay de que, además alguien tenía que pararle el alto a  esa vieja – Scott se miraba furioso y luego miraba con cariño a Hermione.

- Gracias en verdad, y a ustedes también chicas – Hermione estaba apunto de llorar

- ¿Pero a nosotras porque?  Si ni siquiera dijimos nada – Dijo Silvia levantando los hombros.

- Pero nos acompañaron igual que el salón – dijo Hermione –

- Aaaa, tan solo no queríamos clase – Silvia soltaba una risita – no, no es cierto, es que en verdad me molestó lo que dijo esa vieja,  mi familia también es muggle, además no  me gustó la forma en que te trató.

- ¿Saben? La clase completa se salió, creo que hemos ganado – dijo Paulina en tono irónico –

- Pues creo que lo mas seguro es que nos cambien de maestra despues de esto – dijo Scott mientras seguían caminando.

- ¿Hermione esta bien? – Paulina había notado como su amiga se agachaba y se tapaba la boca  y movía la cabeza diciendo que no.

- Necesito ir al baño – fue lo único que se logró escuchar de Hermione y luego corrió al baño mas cercano. Ginny corrió tras su compañera entrando al baño junto con ella.

- HERMIONE ¿TE ENCUENTRAS BIEN? – la voz de Ginny se escuchaba preocupada –

- No gggauuuuuuuuaaa – Hermione volvía a vomitar –

- Hermione , ¿quieres que ayude con algo? – Ginny le decía desde atrás de la puerta del compartimiento del baño –

- Espe aaaaahhhhhhgggg  - Hermione no parecía escucharse bien  y luego se escuchó que se jaló la palanca de escusado. Tras esto Ginny abrió lentamente la puerta y encontró junto a escusado sentada a su amiga con los ojos cerrados y recargada en la pared.

- ¿te encuentras mejor? – Ginny se agachaba para quedar al mismo nivel  que su amiga.

- No – una pequeña risa  de desesperación invadió el rostro de Hermione – no me encuentro bien Ginny – tras esto Hermione la volteaba a ver.

- No estarás.....

- ¿embarazada? – contestaba inmediatamente Hermione al ver que su amiga ponía cara de asustada – Ginny eso no puede suceder, no es eso, tan solo es esto – Hermione levantaba su suéter dejándole ver la cicatriz que Hermione tenía justo a un costado de su estómago cerca de las costillas una cicatriz larga de cinco centímetros, la misma que lord Voldemort  hace mas de un año de había causado tras la maldición que le tiraba a Ron y Hermione se opuso a esta. Era la primera vez que se lo mostraba a Ginny – es esto lo que me hace vomitar cada vez que me siento mal.

- Es muy parecida a la de Harry – decía con tristeza Ginny –

- Con diferencia que cuando le tiraron la maldición a Harry  esta le iba a el y le rebotó, a mi me rozó la maldición, eso es lo que dice los médicos,  a mi me hubiera matado si  me hubiera dado – Hermione volvía  a vomitar, Ginny parecía asustada al ver el rostro de Hermione y luego se limpiaba – me causa un gran dolor que me hace vomitar, no te preocupes Ginny, yo ya me estoy acostumbrando a esto.

- Tienes que ver a los médicos Hermione – decía Ginny mientras le recogía el cabello a Hermione –

- No Ginny, no hay nada que se pueda hacer – Hermione con dificultad se paraba, caminaba a los lavabos y tomaba un poco de agua con sus manos –

- ¿Así lo crees? ¿todo esto tiene que ver con los sueños que haz estado teniendo desde que...

- Desde el ataque del- que-no-debe-ser-nombrado, si Ginny, desde entonces ¿y sabes que?  Aun no puedo recordar ese día

- No hay nada bueno de que recordar de ese día – decía Ginny seria – yo quisiera borrarlo de mi memoria, fue horrible.

- Y yo deseo recordarlo, creo que si pudiera recordar que fue exactamente lo que me sucedió, podría tal vez dejar esas pesadillas que tanto me consumen – Hermione volteaba a ver a su amiga que parecía encontrarse triste.

- Hermione, ese día fue peor que una pesadilla, en verdad

- ¿No deseas hablarme de ese día? – Hermione miraba a su amiga triste –

- No Hermi, no, deseo borrarlo, no sirve para nada conservarlo en mi mente – Ginny tomaba su medallón que tenía un color rozado en la piedra y jugueteaba un poco con el –

- Chicas  ¿Esta todo bien? -  Desde afuera gritaba Scott preocupado –

- Si, en un momento salimos – Hermione gritaba mientras se lavaba la cara.

Desde hace una semana que los hechos habían hecho que Ginny y Harry se separara un poco y dejaran de verse. Ginny había insistido en que tenía que apoyar a Hermione  y Harry a Ron, de en vez en cuando intercambiaban, pero esto los hacia mantener la distancia. Por otra parte los entrenamientos de quidditch  hacían que esta pareja no pudiera  seguir viéndose, al igual que Ginny en algunas de las tardes tenía que "ir a trabajar" (N/A: ustedes saben, de supuesta niñera). Pero esa tarde sería solo para ellos dos, después de un tiempo.

- ¿estas lista? – Harry abría la puerta del dormitorio de Ginny y se asomaba –

- Ya casi – Ginny tomaba del armario un suéter color verde y lo ponía sobre su cama – anda pasa.

- Llegaremos tarde a la función de cine – Harry se sentaba en la cama –

- Espera solo un momento, voltéate que me tengo que quitar esta blusa – Ginny le hacía señas a su novio para que se volteara –

- Espera – le dijo Harry acercándose a ella – la función puede esperar.

- Pero llegaremos tarde.

- No importa, por estar contigo todo vale – Harry se acercaba a ella con cierto encanto  y empezaba a besarla con ternura, la tomaba de la cintura y le levantaba la blusa  quitándosela suavemente sin percatarse que entre la prenda iba la cadena de plata con el medallón –

- Mmmm, que rico beso – Ginny se separaba de él y luego ponía sus brazos en el cuello – Pero tenemos que irnos, dejaremos esto para cuando lleguemos del cine.

- Esta bien, esta bien – Harry dejaba la blusa color rosa que traía Ginny sobre la cama y tomaba el suéter verde y cariñosamente se  lo ponía a Ginny acomodándoselo.

- Harry, me lo estas poniendo al revés.

- Disculpa – Harry  tomaba el suéter y lo acomodaba como iba y luego se lo volvía a poner a Ginny – Así esta bien.

- Mas perfecto no podía ir. – Y luego lo besaba. Después ponía su cabeza en su cuello oliendo su perfume – mmm hueles a bebé

- ¿En serio? – Ginny se ponía nerviosa tras el comentario de Harry - ¿cómo sabes que huelo a bebé?

- Bueno  eso creo, es que jamás he cargado uno, me imagino que así olerán, así como tu – y le sonreía a Ginny que luego le hacía una mueca y le devolvía la sonrisa a Harry

- Anda vamonos – Harry tomaba de la mano a Ginny y los dos se dirigían hacia la salida. Justo en el pasillo se topaban a Hermione como en los viejos tiempos, con una pila tremenda de libros que apenas y si podía ver. Harry tan solo hacía a un lado a Ginny y le abría la puerte a Hermione.

- Gracias Harry – Hermione volteaba hacia donde estaba Harry  y Ginny.

- De nada.  Por lo visto tienes mucho trabajo que hacer – dijo Harry mientras con una mano abrazaba a su novia.

- Bastante –contestó Hermione – es un resumen sobre los orígenes de la magia en Egipto. ¿ piensan salir?

- Si, iremos al cine – dijo Ginny - ¿quieres venir?

- Claro que no, ¿tu ya hiciste el trabajo? – inmediatamente Hermione hablaba en tono serio –

- Este... no lo he empezado todavía, pero ya tengo los libros de donde.... – Ginny se miraba un poco preocupada - ..... además es para el jueves, todavía faltan  dos días.

- Anda Hermione no me la preocupes que quiero despejarla un momento y tu que me la quieres poner a estudiar  - decía Harry mientras  le daba un beso a Ginny en la mejilla.

- Bueno pues,  váyanse antes que te reclute a tu  novia y por favor no vengan hasta tarde que lo que necesito es estudiar – dijo Hermione mientras levantaba la voz para que la pareja los escuchara mientras estos se dirigían hacia fuera del dormitorio.

- SI HERMIONE, NO LA REGRESARÉ HASTA MAÑANA EN LA MAÑANA- gritó Harry  desde afuera con una risa dibujada en los labios y luego su novia lo jalaba del brazo para que se apurara.

Tenía rato de estar leyendo  los libros sobre "la magia en el antiguo Egipto", "Magia Africana en nuestra era" cuando se escuchó que tocaron la puerta.

- ¿QUIÉN ES? – Hermione dejaba los libros a un lado y se levantaba para abrir la puerta-

- SOY YO, AUDREY –Audrey se encontraba en el otro lado de la puerta mientras Hermione le abría –

- Hola Audrey pasa , ¿y eso que vienes? – Hermione dejaba pasar a la chica de cabellera platinada y se sentaba en una silla cerca de su escritorio –

- Vine por Ginny, - dijo Audrey mientras se dejaba caer en la cama de Hermione –

- Te la ganaron.

- ¿No me digas que ese tal Potter? – sonreía irónica Audrey –

- Así es – dijo Hermione con una risita igual que su amiga.

- Me alegra que los dos estén juntos, si hay alguien que desea la felicidad de Ginny, esa soy yo.

- ¿Y a mi que me dices? – dijo Hermione mientras dejaba la silla del escritorio e iba a sentarse a la cama de Ginny para poder quedar frente a frente con Audrey – Yo mas que nadie deseo su felicidad, se ve que los dos se quieren mucho.

- ¿y a donde se la llevo? – Audrey  se acomodaba un mechón de su cabello

- Creo que al cine, los pobres no han tenido tiempo para estar juntos – Hermione agachaba la cabeza – y me siento un poco culpable por eso, ella ha tratado de no dejarme sola ni un solo momento despues de... bueno... tu ya sabes.

- Ginny es una excelente amiga,  hasta crees que te dejará en paz – Audrey le mostraba a Hermione una sonrisa confortadora – además nosotras no pensamos dejarte sola igual.

- Gracias. – un silencio invadió el cuarto y luego Hermione se animó a hablar - ¿lo haz visto?

- ¿a quien? – dijo Audrey tratando de no mencionar su nombre

- Aaaa... bueno... a  cierto pelirrojo

- Si hablas de cierto pelirrojo que pertenece al equipo de quidditch de la universidad, pues, no, no lo conozco y ni ganas de conocerlo.

- Audrey

- Bueno, si, si lo he visto. De hecho  todos los días lo he visto. El cree que si yo hablo contigo de él, el tenga una posibilidad, trató de hacer lo mismo con Ginny, pero ella no quiso ayudarlo, se gritaron de cosas, Harry no se quiso meter, Paulina y Silvia le voltearon la cara, Scott prefirió huirle, y el pobre cree que vengo contigo para convencerte, el se encuentra algo desesperado, quiere hablar contigo, pero si tu no quieres, pues ni te acerques a el.

- Y ¿qué te ha dicho? – la cara de Hermione lucía triste y compasiva –

- Bueno, hemos hablado de varias cosas, ¿sabes? Antes ni siquiera podíamos cruzar  una oración completa y ahora al menos podemos hablar una hora sin golpearnos. El se encuentra igual que tu, yo diría que peor pero como es hombre, tu sabes, trata de disimularlo, me dijo que el estaba borracho cuando Mónica se le acercó y que el se encontraba dolido.

- Si, se encontraba taaan dolido que  le habló por teléfono para que fuera a la fiesta – Hermione cruzaba los brazos –

- No Hermione, ella fue a la fiesta, tal vez esto tu no lo sepas, ella tiene amigas aquí en la facultad y ni te imaginas de quien es amiga.

- ¿De quien?

- De Cho, la mismita ex de Harry, fue así como ellos se conocieron hace un año.

- ¿DESDE HACE UN AÑO SE CONOCEN? – Hermione se encontraba desesperada y furiosa.

- Cálmate Hermi, ella antes tenía novio.

- Y me imagino que la dejó por Golfa – dijo furiosa Hermione

- No lo se y ni me interesa, el punto es que Ron me confesó que ella es una squeb

- ¿una que?

- Una squeb, no se que significa, es un término mágico.

- Dirás squib – decía Hermione-

- Eso

- Jajajajaja, ¿una squib? Jajajaja

- ¿qué es una squib? – Audrey se mostraba confusa

- Es un término que los magos utilizan para llamar a los hijos de magos que nacen sin magia en la sangre.

- ¿En serio? – decía Audrey impresionada –

- Si

- UUUUy  creo que por eso esta en la facultad de psicología

- ¿Toma clases contigo? – Hermione le preguntaba a Audrey

- Si  Pero ella va  dos cursos arriba que yo, de hecho es media rara, debí de imaginármelo.

Hermione se quedaba callada analizando lo que su amiga le acaba de contar, volteó y vio que sobre la cama se encontraba una blusa tirada y arrugada color rosa, era la misma blusa que traía Ginny antes de salir.

- Mira nomás,  Ginny como siempre dejando todo tirado – Hermione abarraba la blusa y cuando la tomó de ella salió el medallón hacia el suelo. - ¿qué es esto? -

- Es su medallón – dijo Audrey un poco asustada – lo dejó olvidado – Hermione se agachaba para agarraron.

- Que curioso ¿verdad Audrey? – decía Hermione mientras lo analizaba con la mirada –

- ¿qué curioso que? – la voz de Audrey lucía nerviosa.

- Si, mira el color que tiene la piedra del medallón, es color verde como la de los ojos de Harry, juro que antes la he visto de color rosado – Hermione volteaba a ver a Audrey que lucía un poco nerviosa tratando de ver la reacción de esta.

- Si verdad – se limitó a decir Audrey.

- La primera vez que lo vi, me pregunté que era lo que significaba las iniciales que tiene atrás el medallón y la fecha, pero lógico que cuando vi a Ginny se me olvidó por completo preguntarle. De hecho no me acordaba hasta ahora.

- Aaaaa

- ¿Tu sabes que significa? – Hermione volteaba a ver a Audrey que se miraba como si se encontraba entre la espada y la pared y sin saber como ella le contestó.

- Si – dijo automáticamente Audrey y luego en su rostro se mostró un arrepentimiento clásico.

- ¿De veras? ¿podrías decírmelo? – Hermione miraba a Audrey un poco preocupada –

- Bueno, déjame verlo – Hermione le daba el medallón a Audrey y luego esta lo miraba algo confusa como esperando que una idea le cayera del cielo – Bueno  dice J.A.P.  25 dic 98, eso dice.

- Si pero ¿que significa eso?

- Bueno significa ....... significa .... –Audrey se mostraba nerviosa de mas – significa la fecha que nos conocimos.

- ¿cómo?

- Si, el 25 de diciembre nos conocimos Ginny y yo, eso significa

- ¿y las iniciales? – No era lo que Hermione quería escuchar

- ¿J.A.P.?  bueno, el joyero se equivocó y de lugar de poner  Ginny con "g" puso Ginny con J, como si se escribiera Jenny, la "A" es de Audrey y la  "p" es de Petter el Segundo nombre de Colin.

- Aaaa – fue lo único que logró decir Hermione después de esto – creí que era la fecha de nacimiento de alguien.

- ¿Cómo crees Hermi? -  Audrey suspiraba por  la que acababa de salir.

- ¿Cómo se conocieron tu y Ginny? – esto ya lo sabía Hermione, pero quería escucharlo venir de Audrey –

- Colin la llevó en la navidad pasada a la fiesta de navidad –

- Aaa  - fue lo único que salió de Hermione.

- Bueno , creo que será mejor que me vaya,  creo que te estoy quitando el tiempo  para estudiar – Audrey se levantaba confundida  y abría la puerta.

- Bueno, esta bien, pero Audrey – Hermione miraba con Audrey confundida como si tratara de recordar algo  sostenía el medallón y lo observaba  - Audrey, creo que será mejor que me dejes el medallón de Ginny.

- Aaaaa, si ¿verdad? – Audrey se lo daba y luego dijo algo en voz baja que apenas Hermione con trabajos logró averiguar – verde, verde ¿qué diablos significa el verde? Verde es: enfermo.

- ¿Qué dices Audrey?

- No nada, será mejor que me vaya.

Salió de los dormitorios, se tapó  con su abrigo desde el cuello, el frío aire se estaba dejando venir junto con el otoño, el color que había tenido la piedra la preocupaba demasiado, y mas aun que ni siquiera Ginny se podía dar cuenta en ese momento de lo sucedido y tan solo pensar que todo el origen de todo esto venía desde la víspera del 25 de diciembre de 1998.

Una señora bien arreglada iba subiendo molesta las escaleras de su casa, los tacones  que encajaban sobre la madera  parecían retumbar en ambos pisos.  Llegó a la puerta y golpeo varias  veces  y parecía nadie escuchar del otro lado. Aun molesta la señora de vestido negro elegante con el pelo  platinado igual recogido con esa elegancia  abrió la puerta  bruscamente sin perder su pose ningún  momento, ahí estaba su única hija tirada en su cama con unos audífonos portátiles y cantando, si tan solo pudiera parecerse a mi, pensaba su  madre.

- AUDREY, AUDREY – la chica volteaba tras los gritos de su madre.

- Mamá ¿cuántas veces te he dicho que toques la puerta cuando quieras entrar? – Audrey se quitaba los audífonos  para escuchar a su madre –

- Mírate nada mas Audrey, mírate, estamos en plena víspera de navidad y tu acostadota en tu cama escuchando a ese fulano.

- Se llama Jamiroquai mamá, Jamiroquai.

- Como se llame, deberías de estar abajo igual que todos.

- ¿para que? ¿Para  recibir a tus invitados?

- Audrey, por favor no empieces – La señora se encontraba furiosa.

- Se supone que este día es familiar – decía Audrey mientras se levantaba de la cama – y me he de imaginar que ni siquiera invitaste a tu hermana, solo gente importante.

- Así es, así que por favor, Audrey compórtate, mira como te arrugaste el vestido – su mamá le acomodaba el vestido largo que traía-

- Señora – la sirvienta llegaba e interrumpía – Señora, acaban de llegar los McCarthney.

- Dios mío, por favor Audrey ya te dije, te comportas – La señora se retocaba con la mano su peinado – los McCarthey son gente muy importante, iré a saludar a Linda, me han de estar esperando para que los reciba.

Audrey se levantó y se acomodó su cabello, como cada víspera de navidad tenía que estar  presentable para la sociedad Londinense, se miraba triste al espejo y bajó las escaleras, a un costado de la sala se encontraba un salón en donde su madre hacían sus fiestas. Se topó con su papá y sin decir nada paso por un largo pasillo, sin embargo un ruido proveniente de la oficina de su padre hizo que se parara en seco, se acercó y puso y paró la oreja para escuchar.

- Demonios debí de haber aparecido en mi casa – era la voz de un hombre, le sonaba  familiar, pero hasta el momento no sabía de donde provenía.

- ¿QUIÉN ESTA AHÍ? – Audrey habló un poco asustada,  su padre era la única  persona que tenía la llave de esa oficina y no podía ser el, acababa de verlo hace un instante ir del otro lado de la casa. La puerta se abrió y un chico de cabellera rebelde de color castaño claro ondulado salió, se miraba muy asustado y por lo visto Audrey se encontraba mas asustada.

- ¡Colin! ¿qué demonios haces aquí? -  Audrey miraba a su primo que se encontraba  con un aspecto realmente malo – si mama te descubre no tienes idea del problema que tendrás que enfrentarte.

- Debí de aparecerme en mi casa, no se porque aparecí aquí – la voz de Colin se  escuchaba quebrada y muy nervioso –

- ¿qué no se supone que tienes prohibido hacer magia fuera del colegio? – dijo Audrey mientras se llevaba una mano en la cintura.

- ¿CREES QUE ESO IMPORTE EN ESTE MOMENTO? – Colin levantaba la voz desesperado.

- No  grites,  o me meterás en un problema – Audrey susurraba apenas se escuchaba su voz , pero se encontraba furiosa, nunca le había caído bien Colin como para  protegerlo.

- Audrey tienes que ayudarme -  Colin seguía con ese aspecto  horrendo

- Estas loco, es víspera de navidad me meteré en un problema si tan solo te hablo –dijo Audrey negándose –

- Tienes que ayudarnos a salir de aquí –

- No – dijo Audrey – y serás mejor que te salgas si no quieres meterte en un problema, además ya sabes como es mi mamá lo mas seguro es que...

- SI NO QUIERE UN PROBLEMA ME AYUDARÁS – Colin sacaba su barita y se la acercaba a Audrey.

- ¿Crees que le temo a una estúpida varita de madera? – Audrey no tenía miedo, de hecho lucía mas enojada que nunca.

- Lumus – Colin  tan solo de dio a Audrey una demostración de lo que era capaz de  hacer su varita, esto le causo mucho temor a Audrey que era la primera vez salir luz de una simple varita.

- Esta bien, esta bien – dijo Audrey asustada.

- Entra a la oficina – Colin la jalaba del brazo y tras ver algo se quedaba sorprendida observando lo que había en el suelo.

- No debí de haber hecho que viajara por polvos flu, fui tonto – se decía así mismo Colin.

- Claro que eres un tonto Colin, eres un completo inbécil, esta  mujer esta apunto de dar a luz – Audrey tenia la mirada desorbitada y miraba al suelo a la joven que se encontraba semiinconsciente con tremenda panza de nueve meses.

- YA LO SE, NO  NECESITO QUE ME LO VUELVAS A REPETIR – Colin parecía  desesperado, se pasaba sus manos por su cabellera despeinándola  - Dumbledore me matará, Dumbledore me matará por lo que hice.

- ¿Qué quien te matará? – Audrey lo miraba confundida.

- CALLATE Y DAME LAS LLAVES DE TU AUTO – fue lo único que logró sacarle a Colin.

- Estas loco claro que no te las daré, además deja de estar gritando al menos que quieras que alguien nos escuche. Además me quitaron el auto

- ¿QUÉ? –decía confundido Colin.

- Que me quitaron el auto, la semana pasada lo choque, no tengo licencia para manejar.

- DEMONOS AUDREY, SIEMPRE TIENES QUE SALIR TAN OCURRENTE. –decía Colin reclamándole a su prima.

- OYES, YO TENGO LA CULPA DE QUE....

- Vaja la voz, nos escucharán  maldita sea  - interrumpía Colin.

- Yo no tengo la culpa que una tipa se me haya atravesado mientras manejaba con dos , óyelo bien, con dos copas de licor.

- Maldición, serás mejor que consigas  unas llaves de otro auto.

- Haz lo que quieras pero no hagas que esa chica de a luz aquí – decía Audrey mientras observaba como la chica se contorsionaba del dolor y luego dejaba sacar un grito.

- AAAAAAAA

- Será  mejor que la saquemos antes que me busque un verdadero problema – decía Audrey mientras observaba.

Entre los dos y a escondidas sacaron a la chica que parecía estar inconsciente del dolor que le producían las contracciones. Salieron afuera. Audrey ayudaba a Colin a cargar a la chica, le dio las llaves de uno de los autos de su padre.

- Toma, aquí tienes y será mejor que después lo devuelvas si no quieres que te esté buscando la policía también aparte de ese dumbuldur- dijo Audrey dándose la vuelta.

- Espera – Colin la detenía tras ver algo en el auto-

- Y ¿AHORA QUE COLIN? – decía  Audrey molesta.

- Este carro es estándar (de cambios)

- ¿Y QUE? ¿TODOS LOS AUTOS DE MI PAPÁ SON ESTÁNDAR, NINGUNO ES AUTOMATICO.

- No se manejar estándar – decía Colin agachando la cabeza.

- Aparte de imbécil, inútil – decía Audrey entre dientes - ¿Y QUE DEMONIOS QUIERES QUE HAGA?

- Que tu manejes – Colin le apuntaba con la varita en el estómago y un grito de dolor por parte de la muchacha embarazada se dejó escuchar.

- Esta bien, esta bien – A Audrey no le quedó otra opción mas que subirse con él y llevarlo a  hospital mas cercano.

- ¿a dónde vamos? – decía la voz de la chica que apenas y podía hablar con el dolor que se cargaba.

- A un  hospital – le dijo Audrey mientras prendía el auto y metía reversa.

- Estas loca – contestó Colin mientras le apuntaba con la varita – me meterás en un lío si vamos a un hospital.

- Ya pues, ya, deja de apuntarme con esa cosa y dime a donde demonios quieres ir – decía Audrey molesta –

- No se solo maneja – decía Colin mientras observaba  por la ventanilla la casa de Audrey – Acaban de llegar dos lechuzas del ministerio de magia a tu casa.

- ¿Dos LECHUZAS?  Mi madre se pondrá histérica – decía  Audrey mientras observaba desde afuera – y yo no estaré para escucharla – luego la chica de cabello rubio arrancaba.

Por mas de diez minutos no dijo nada, tan solo escuchaba a su primo consolar a la tipa que traía atrás pues según Audrey gritaba tan feo que hasta a ella le dolía.

- Demonios Colin, sino me dices a donde llegar en este momento, tendremos a un bebe en el auto – dijo Audrey preocupada –

- Párate en esa gasolinera, hablaré por teléfono – Colin inmediatamente se bajaba

- No tardes – le gritaba su prima apagando el motor –

- Agarra la carretera – decía la joven con una voz apagada –

- ¿QUÉ?  - Audrey volteaba hacia donde estaba la chica  que apenas y tenía aliento para hablar.

- Maneja por la carretera, ve a las afueras de Londres, en la cabaña de  Atos Oldman.

- ¿Estas delirando? – le pregutaba Audrey –

- CLARO QUE  NO, QUE NO ENTIENDES, MANEJA POR LA CARRETERA ANTES QUE SE SUBA COLIN, EL ES LA UNICA PERSONA QUE ME  PUEDE AYUDAR A TENER A MI BEBE- la chica se sostenía la panza y luego dejaba soltar un grito de desesperación- AAAAAAAAAAAAA.

- Esta bien, esta bien – Audrey prendía el motor y arrancaba lo mas rápido posible sin que Colin se diera cuenta  hasta un minuto después que no vio el auto.

- AAAAAAAA DIOS MIO, DIOS MIO, - la chica respiraba y unas contracciones  fuertes le daban –

- Aguanta aguanta – le decía Audrey mientras manejaba casi al máximo – toma aire y  luego  exhalas, así – Audrey le daba una demostración tratando de calmar a la chica.

- Hay dios mío dios mío, - La chica se sujetaba de donde podía –

- Aguanta por favor, aguanta, oyes, chica, aguanta – le volvía a repetir Audrey.

- Me llamo Ginny – decía entre  el dolor mientras que tomaba aire – Ginny es mi nombre.

- Esta bien Ginny, nos vamos a calmar tu y yo, OK – Audrey se encontraba desesperada y también le hacia falta aire. – Esta bien Ginny, ya tomamos la carretera hacia las afueras de Londres, pero por favor Ginny no te me desmayes, anda dime que carretera debo de agarrar.

- La ocho, la ocho  . aaaaaaaaaaa. – Ginny gritaba fuerte, -

- Por favor no me digas que ya viene el chamaco, por favor – Audrey lucía y estaba apunto de ponerse nerviosa –

- Toma ese camino, toma ese camino – Ginny le señalaba un camino del cual  no estaba pavimentado, estaba cubierto los alrededores de nieve y en ese momento empezaba a nevar. Audrey dio una vuelta bombérica (N/A: aquellos que no sepan que es una vuelta bomberica , es dar una vuelta sin frenar ) –

- Yo tenía que estar en mi casa cenando, no estar recibiendo a un chamaco – Audrey estaba nerviosa, creía que no iba a llegar, los alrededores estaban tan oscuros que tan solo a lo lejos parecía ver las luces de lo que sería una cabaña, pero eran tan tenues que apenas y podían notarse.

- Casi llegamos ,. ¿verdad? – decía Ginny levantando la cabeza bañada de sudor –

- Si es la cabaña que alcanzo a ver, creo que en cinco minutos estaremos  - contestaba Audrey.

- Es la única cabaña que hay – dijo Ginny mientras dejaba caer su cabeza y se volvía a quejar por los dolores.

- Ya falta poco, aguanta Jenny, aguanta – decía Audrey para darle ánimos –

- GINNY, ME LLAMO GINNY.

Después de un poco de tiempo llegaron a la cabaña, parecía estar abandonada y Audrey se bajaba e inmediatamente sintió que frío de la nieve sobre su piel, había olvidado su abrigo y su cara lucía roja por el frío. Tocó la puerta pero nadie parecía encontrarse dentro de la cabaña.

- ABRAN , POR FAVOR SE LOS SUPLICO, NECESITO AYUDA – Audrey gritaba para ver si alguien la podía oír. Alguien abrió la puerta,  que hizo que Audrey se sorprendiera al ver el tamaño de la persona.

- Las estábamos esperando – decía un hombre de apenas tres metros de altura y con una enorme barba, esto dejaba a Audrey sin habla  - ¿Dónde esta Ginny? – Audrey se limitó a apuntar con la mano hacia donde se encontraba Ginny dentro del auto. Iba y  sacaba a Ginny cargándola y luego se volvió a Audrey – Pasa al menos que te quieras congelar aquí fuera.

Ginny pasó ahí se encontraba una persona mas, era un hombre alto, delgado  y viejo, sin barba pero con el cabello sumamente blanco  y con lentes, traía una túnica color verde aceitunas y le daba señales al gigante para que metiera a la chica pelirroja a un cuarto. Audrey no podía ni hablar de la impresión, la cabaña parecía ser una  réplica de una casa de hace mas de dos siglos, no tenía ni televisión  ni otro electrodoméstico y los fuegos de la chimenea eran verdes. Se sentó y luego al ver que el viejo se le acercaba  muy cordialmente y le decía.

- Soy Athos Oldman – y le daba la mano a Audrey - ¿por qué habían tardado tanto?

- Eeeeee  - fue lo único que logró decir Audrey – Soy Audrey.

- Y ¿por qué vienes vestida de muggle? Además Albus  no me dijo que fueras tan joven.

- Ella no es la señorita Pomfrey – dijo Hagrid – es mas, ni siquiera se quien eres.

- Solo soy Audrey – volvía a repetir nerviosa Audrey sin saber en donde se encontraba.

- No importa ya quien eres – dijo Athos – necesito que me ayudes a que esta chica tenga su hijo, Hagrid calienta agua y  lleva en un momento unas toallas limpias y tu Audrey acompáñame.

- ¿Yo? – Decía Audrey asustada –

- Si, tu ¿quién mas? – Athos la dirigía hacia la habitación en donde se encontraba Ginny y ella ya estaba sobre la cama dando devueltas del dolor y bañada de sudor. Audrey miraba asustada al hombre que le mostraba algo de confianza y al lado de la cama estaba una mesa con instrumentos quirúrgicos que Audrey pudo observar que eran del año de la inquisición, y otros que nunca en su vida había visto.

- Dale la mano a Ginny – Athos se miraba tan serio y tan concentrado mientras que Audrey temblaba de los nervios le daba la mano mientras Ginny se sujetaba fuerte de ella -

- AAAAAAAAA- ambas chicas gritaron, una por las  contracciones y  la otra por el dolor que le causaba que Ginny le apretara la mano. Entonces fue cuando Atos levantaba la sabana y dejaba ver  una enorme mancha que había en la cama proveniente del útero de Ginny, Audrey sintió inmediatamente como la caja de los  bombones que hace  escasas dos horas estaba apunto de vomitarla. Como pudo se zafó de  la mano de Ginny que fuertemente la sujetaba y corrió hasta salir a la cabaña , ahí afuera vomitó la caja de bombones, y unos jugos que anteriormente se había tomado. Los copos de nieve le caían sobre la cabeza y luego sintió como una enorme mano recaía sobre su hombro causándole un temor y con cautela volteó a verlo.

- Será mejor que te metas si no quieres agarrar una pulmonía – era Hagrid con un rostro preocupado – los muggles son mas propensos a enfermarse.

Audrey se limpiaba la cara y sin decir nada entró a la cabaña, inmediatamente vio algo que antes ella se pudo asegurar que no estaba. Era un viejo alto  con una túnica azul con estrellas y lunas y un gorro curioso que Audrey miraba que solo en las caricaturas lo utilizaban y parecía mas para dormir. Tenia el pelo largo y blanco con unos lentes de media luna y una barba blanca y larga. Se preguntaba de donde había salido y en eso  ve que del fuego verde sale una mujer vestida de blanco y resongando.

- AAAA – gritaba Audrey asustada –

- Calma es soy Pomfrey – dijo Hagrid calmando a la chica .

- Odio viajar en polvos flu – renegaba la enfermera de Hogwarts –

- Poppy, será  mejor que vayas a ayudar a Athos – decía el anciano de  vestimenta chistosa  y luego cuando la enfermera se metió al cuarto volteo a ver a Audrey a través de sus anteojos – me imagino que tu haz de ser Audrey, la prima de Colin Creevey.

- Solo soy  prima sanguínea no por gusto – dijo inmediatamente Audrey justificándose.

- Yo soy Albus Dumbledore – y el viejo le daba la mano cortésmente a Audrey mientras esta también se la aceptaba –

- ¿Usted es el que  le va a poner una paliza a mi primo? – dijo Audrey con una risita.

- El director Dumbledore no se rebaja a eso – interrumpió Hagrid muy enojado – para eso estoy yo, ya verá  lo que le haremos cuando encontremos a ese tipo.

- Calma Hagrid , que asustas a la joven – Dumblerode volteaba a  ver a Audrey que se encontraba confusa.

- ¿Cómo sabe mi nombre? – dijo Audrey seria y temblando por le frío.

- AAA, nos enteramos que se había hecho magia en tu casa por medio del ministerio de magia, investigamos y resultó  que eras pariente de Colin, por lo tanto lo mas seguro es que Colin estuviera en tu casa. Nos aparecimos, creo que arruinamos la noche de tu  familia.

- ¿De veras?  - Audrey  abría  los ojos emocionada y luego hablaba entre dientes – chin, me perdí del espectáculo.

- Imagine que serías tu la que ayudaría a traer a Ginny – dijo Dumbledore ...

- ¿Cómo es posible esto? – dijo Audrey mirando un poco de severidad al profesor -   ¿y si no hubiera si do así? – le cuestionó.

- Yo ya sabía que tu llegarías a ayudarla, es pregunta todavía no te la puedo contestar pero tu interfieres mas de lo que crees en esta historia – Dumbledore le guiñaba un ojo dejando con la duda a Audrey que no dejaba de temblar –

- Ten ponte esto – dijo Hagrid mientras le dejaba caer a Audrey un pesado abrigo de topo sobre sus hombros, Audrey lo miró confundida.

- Gracias – fue lo único que salió de su boca, en verdad el abrigo era  muy caliente pero por momentos a Audrey se le afiguraba que el abrigo iba a cobrar vida.

- Iré con Athos  y con Poppy un momento – dijo Dumbledore y los dejaba a ambos sentados en un sofá que a Hagrid le quedaba demasiado pequeño.

Por primera vez en su vida Audrey había callado, no decía nada, comprobó que los temblores que tenía no era por el frío, sino por el temor de que no sabía en donde se encontraba,  sabía que estaba a salvo, pues ese  hombre de barba blanca que decía llamarse Albus le daba mucha confianza, pero ella sabía que no pertenecía ese tipo de vida. El hombre que medía mas de tres metros, pudo comprobar que tenía un enorme corazón de bonachón al verlo directo a los ojos, no dejaba de caminar de un lado a otro, parecía como si se tratara del padre de la criatura que iba a tener esa tal Jenny. Ella sabía que sus antepasados habían sido magos y brujas, pero ella no tenía ni una chispa en ella de magia,  rara vez se había topado con ese tipo de cosas en su vida. Esperaron mas de media hora, Dumbledore había salido tan solo dos veces para decir que el parto se estaba complicando. Cuando ya casi a media noche de la chimenea salieron unos fuegos verdes y tras de ellos un tipo que a Audrey no le pareció nada amigable. Con una túnica negra y el pelo grasiento miró a Audrey con cierto descontento, pero inmediatamente el gigante parecía alegrarle su vista pues se paro y le habló.

- Profesor Snape, que bueno que ha llegado – dijo Hagrid con preocupación y nervios – Lo han estado esperando. Dumbledore quiere que esté pendiente, por si acaso.

- ¿En donde están? – dijo Snape sin hacerle caso a Audrey que se encontraba sentada con el grueso abrigo de piel de topo –

- En esa habitación – apuntaba Hagrid – el profesor dijo que tenían dificultades.

Snape entró a la habitación. Hagrid observaba a Audrey que  no dejaba de temblar y de tener la vista en el piso, la miraba extrañado y luego trató de hacerle platica.

- Falta poco para medianoche, ya será navidad – fue lo único que dijo Hagrid y luego algo inesperado dijo Audrey.

- Mi mamá me va a matar  - y se llevaba las manos a la cabeza – mi mamá me matará   y no me traje el celular, ni quiero pensar en lo que me dirá – Hagrid la miraba extraño, la chica parecía muy  asustada y hablaba sola – no debí de dejar que Colin me amenazara, si tan solo le hubiera dado un golpe y no le hubiera hecho caso.

- ¿Colin te amenazo? – Hagrid miraba desconcertado

- Si, con una vara de madera, sacó luz de ella – dijo Audrey – me  hubiera lastimado.

- El no se hubiera atrevido a hacer eso – dijo Hagrid mirando a Audrey –

- Es que tu no lo conoces, no sabes de lo que es capaz, además no lo vistes como estaba – dijo Audrey

- Bueno tienes razón, nosotros no creímos que se fuera a llevar a Ginny y ya vez lo que paso – dijo Hagrid –

- ¿Qué paso¿ - Audrey preguntaba  curiosa

- Bueno , que tu primo sin decirnos nada tomó a Ginny y escapó del colegio – y luego el rostro de Hagrid se ponía rojo de furia – lo mas seguro era que hubiera también  amenazado a Ginny, pues encontramos su varita tirada en el suelo, pero yo no debería de hablar de esto contigo, no debería, mejor preparo te

- Eso me parece estupendo – Dijo Audrey. Después de un rato todo parecía encontrarse en silencio,  con excepción de dentro del cuarto, provenían algunas voces de exclamación y de preocupación que mantenían a Audrey y a Hagrid callados, pues el parto se había complicado y la chica no había gritado últimamente. Audrey se juraba que jamás tendría hijos, pues no quería pasar por algo así.

Entonces fue cuando sucedió, un grito de sufrimiento y de gran dolor hizo que a Audrey se le escalofriara la piel como nunca,  Hagrid miraba asustado a  la chica y luego algo extraño sucedió. Era como si un rayo dentro de la habitación cayera, pues por  tres segundos iluminó a tal grado que Hagrid temió lo que se esperaba. Audrey se asustó demasiado y Hagrid por un momento pensó  que posiblemente alguien estaba de mas en ese cuarto, pues tomaba su paraguas rosa y con temor se paraba. Fue cuando escucharon un llanto bastante fuerte, era el del bebé y  ambos se calmaban. Audrey volteaba y miraba a Hagrid con una sonrisa.

- Ya nació – dijo Audrey mientras Hagrid le devolvía la sonrisa –

Hagrid miraba su reloj de bolsillo y  luego le decía.

- Son las doce de media noche  con trece minutos – Hagrid se mostraba feliz –

- No tardarán en salir  - y Audrey se paraba  y dejaba de temblar –

Una puerta se abrió y Audrey y Hagrid se mostraban algo desesperados y felices. Snape salía con el bebé, pero el rostro de  este  parecía asustado y tras el salía Athos aun mas preocupado y sin decir nada se llevaban  al bebé a otro cuarto.

- ¿Qué sucede? – le preguntaba Audrey a Hagrid –

- No lo se pero esto no me huele bien – dijo Hagrid que miraba como salía Dumbledore sumamente  preocupado –

- ¿Qué ha sucedido? – preguntaba Hagrid asustado –

- Ginny no está bien, el parto se complicó demasiado, Poppy está ahora terminando con ella. Ginny fue muy valiente pero...- Dumbledore tomó aire y luego volteo a ver a Audrey que se encontraba con los ojos desorbitados – será mejor que entremos a la cocina – Dumbledore guiaba a Hagrid a la cocina y  empezaba a hablar de nuevo.

- Por un momento creímos que Ginny no resistiría porque los dolores que ella estaba teniendo eran  sobrenaturales, pero hasta que  nació el bebé pudimos percatarnos de eso  - Dumbledore tenía un rostro de tristeza – tal vez fue tonto de mi parte llegar a creer que  la maldición que Voldemort le hizo a Ginny hace meses atrás  no le fuera afectar a tal grado como veo ahora.

- Pero se recuperara Ginny, ¿verdad? – preguntaba Hagrid  muy preocupado.

- Así es, pero lo que ahora  nos debe de preocupar mas es James .

Ha pesar de que  ellos se encontraban en la cocina, Audrey podía escucharlos, pero  de algún modo podía comprender  de lo que ellos estaban hablando.

- ¿Qué ocurre con el pequeño?

- Aún no logramos entender , creíamos que tendríamos un problema así, pero no de esta magnitud, sin embargo Athos y Severus  están con James  viendo que se puede hacer para salvarlo.

- Oh profesor  Dumbledore – Hagrid soltaba algunas lágrimas de tristeza –

Audrey se separaba de la puerta de la cocina y se sentía triste por  la joven que se encontraba en el cuarto y que acababa de ser madre, posiblemente el bebé falleciera y eso era triste, era navidad,  eso aun le conmovía mas a Audrey. Caminó hacia el cuarto de la joven que se encontraba  semiabierto, miraba a través de la puerta como la mujer con unas simples palabras  y con su varita en la mano cambiaba las sábanas sucias de la cama y  ponía otras limpias con la chica acostada. Pomfrey se miraba tan triste y la chica de los cabellos rojos, Jenny se miraba muy fatigada y mal, su rostro se mostraba como si hubiera ido al campo de batalla y se hubiera enfrentado a un demonio. Sin saber porqué entró a la habitación y la señora la vio con tristeza.

- ¿te quedarías un momento con ella? – le preguntó a Audrey

- Claro – Audrey observó como salía con las sábanas sucias y se dirigía hacia fuera. La chica abría sus ojos marrones  somnolienta  y le daba una leve sonrisa a Audrey.

- Gracias – decía Ginny sin ganas de hablar.

- Gracias ¿por qué? – Audrey estaba seria y triste.

- Por traerme aquí, ahora se que mi bebé y yo estaremos bien – dijo la chica de cabellos rojos.

- De nada – dijo Audrey  con mirada compasiva –

- Se que se  lo llevaron para revisarlo – decía Ginny con los ojos húmedos – pero ni siquiera dejaron que lo conociera –  y  unas lágrimas  cayeron por sus  mejillas – quiero verlo, quiero conocer a mi bebé – y luego la voz de Ginny se quebraba por el llanto.

- Mas tarde lo conocerás, es un bebé hermoso –  Audrey le acariciaba la cabeza a Ginny –

- ¿Ya lo viste? – dijo Ginny algo entusiasmada  y Audrey se limitó a mentir acertando con la cabeza –

- Cuando lo sacaron  le vi pocos segundos -  mintió Audrey

- ¿Está bien? – preguntó Ginny atenta y sobresaltada

- Si – volvió a mentir Audrey pensando que tal vez existiría la posibilidad de que el pequeño se aliviara – lo vi por un pequeño momento cuando  iban a cambiarlo y a bañarlo para traértelo.

- Dios mío -  un suspiro de alivio salió de Ginny - ¿cómo era? – Ginny la miraba con una mirada triste y feliz a la vez. -Anda dime,

- Es el niño mas bonito que he visto, tiene dos ojos , una boca, una nariz, un par e orejas – Audrey le arrancaba una sonrisa a Ginny – pero no le conté los deditos de la mano , ehh. Ya en serio, es hermoso James.

- ¿Cómo sabes que así se llama? – pregunto Ginny –

- Porque el tipo que lo traía me lo dijo cuando me lo mostró – Audrey mentía con una gran sonrisa, pe no era con malicia, era para que la chica de cabellos rojo no se sintiera mal

- Dime otra vez como es, ¿de que color tiene los ojos? ¿y el pelo? ¿lo tiene castaño o ..

- Y que castaño – mentía de nuevo Audrey – es un castaño casi negro.

- ¿En serio? – y a Ginny se le salían las lagrimas de nuevo

- Si y los ojos son bonitos también, tiene labios delgados y es muy blanco

- Quiero verlo -  la madre lloraba de tristeza por no tenerlo y por que en el fondo se sentía vacía.

- Lo veras pronto.

Después entro Pomfrey con una poción y la chica quedó dormida. Audrey sin  saber exactamente como se quedó profundamente dormida en el sillón que se encontraba al lado de la cama de Ginny, por alguna razón  Audrey se sentía mal por lo que le ocurría a la chica que aquella noche acababa de conocer había pasado por una experiencia de debió de ser bella, algo extraño  había ocurrido esa noche, algo que ni siquiera el viejo que Audrey le había causado tanta seguridad podía explicarse lo que le había sucedido el pequeño, por como ella lo miraba era un gran mago  que  se hacía llamar Albus Dumbledore.

Había abierto los ojos y ya era de día,  un frío invadió su cuerpo, volteó y vio a la joven Jenny dormida en la cama, se paró del sillón  y observó por la ventana la fría mañana del 25 de diciembre, la nieve cubría todo el suelo, el camino  por el cual habían llegado había desaparecido invadido por toda la nieve que en la noche había caído, el cielo estaba nublado, sin  embargo el día era hermoso, (raro porque a Audrey le fascinan los días soleados) y luego volteó a ver a la chica que dormía en la cama. No la había observado  bien y se sorprendió al verla, no lucía mas de 18 años de edad, se imaginó que posiblemente tuviera 17 años, su rostro todavía era  el de una adolescente, su rostro era casi perfecto, si no fueran por el montón de pecas que tenían el rostro según Audrey, otra de las cosas que le sorprendió fue su largo cabello tan rojo que nunca antes había visto ni en un pelirrojo. Parecía levantarse, aun estaba triste por el hecho de que tuvo que dormirse sin ver a su hijo.

- Buenos días – decía Audrey volteando a ver cómo unos ojos  marrones abrían sus ojos y luego  trataba de sentarse sobre la cama –

- Buenos días – Ginny contestaba y luego trataba de tomar el vaso de agua que se encontraba a un costado suya.

- Yo te lo daré – inmediatamente Audrey se movió para darle el vaso,

- Gracias – Bebió Ginny y luego la puerta se abría. Pomfrey estaba parada en la puerta cargando un bebé y el corazón de Ginny parecía latir demasiado fuerte.

- ¿Quieres conocer a tu bebé Ginny? -  la señora Pomfrey estaba se encaminaba hacia la cama –

- Claro que quiero – El rostro de Ginny  parecía mostrar los nervios y esa gran necesidad de madre que la impulsaba a abrazar su  pedacito de cielo, y sus ojos se cristalizaban por las lágrimas. A Audrey un especie de temor se le notaba en la mirada.

La señora caminó con el bebé en los brazos y luego se lo dio a su madre que se mostraba desesperada por tenerlo en sus brazos. El corazón de Ginny  le latía tan fuerte que parecía salírsele del pecho, sus ojos se le llenaban de lagrimas un sentimiento que nunca antes había sentido, ni cuando lo llevaba dentro de ella, le invadía todo su cuerpo y desde que lo tomó en sus brazos  supo que desde ese entonces las cosas no volverían a ser iguales.

Ginny le quitaba la cobijita que  envolvía su parte de su pequeño cuerpecito y le destapaba el rostro  e inmediatamente Ginny empezó a llorar,  pero no era un llanto de tristeza, sino un llanto de completa felicidad que invadía toda la habitación.

- Hola bebé – Ginny  lo observaba era lo mas hermoso que había visto en su vida. Un pequeño bebé de  escasos 3.600 kg,  de manos pequeñas, jamás había creído que fuera tan perfecto. El pequeño que aun se encontraba durmiendo   y que inmediatamente Ginny le acariciaba el blanco rostro tal como había dicho Audrey, en sus mejillas mostraba un color rosado y sus rasgos eran un poco delicados y bien delineados.

- Mami esta aquí – Ginny lo miraba con esa mirada que tan solo podía ver a su hijo – mami  te ama James – y luego Ginny comprendía el gran amor que sentía su madre por ella y ahora no lloraba por su hijo, sino por el gran amor que hasta ahora comprendía que le tenía su madre a Ginny y por el hecho de que ella no se encontraba ahí con ella apoyándola, le había quitado ese privilegio a  una de las personas que más quería, el de ser abuela.

- Es hermoso – Audrey  hablaba sorprendida y  conmovida  al ver al pequeño en brazos de su madre  y luego Ginny le acariciaba la cabecita a su hijo – mira, nació con bastante cabello – Audrey observaba el negro y abundante cabello del pequeño que  parecía moverse un poco –

- Igual que el de Harry – a Ginny se le escapaba este comentario de la boca  sin realmente importarle y  miraba orgullosa al pequeño. Pero luego algo llamó la atención de Ginny , algo que cambió su rostro de felicidad  por uno de preocupación, era un pequeño rasguño en la frente del pequeño en forma de lo que sería tal vez un rayo  y  le dirigió una mirada de miedo a Pomfrey que pareció comprender perfectamente el temor de Ginny .

- Es solo un rasguño – dijo Pomfrey con algo de temor – debió de ocurrir en el momento que nació – se justificaba. Pero luego un pequeño suspiro proveniente del pequeño llamó la atención de Ginny que miraba asombrada y llena de felicidad.

- Hola James – Un par de ojos grandes azules realmente hermosos observaba y reconocía  a la que era su madre  que lo miraba con una gran sonrisa – Si, yo soy tu mami James, mami esta aquí contigo, mami no te va a dejar nunca. –  y luego el pequeño hacía una mueca que posiblemente era una sonrisa y  trataba de enfocar la mirada a Ginny.

- Hola pequeño – decía Audrey mientras le tomaba una manita – es hermoso, ¿le pondrás solo James?

- Se llamará James Alan – Ginny  miraba al pequeño con orgullo y luego  volteó a ver a Pomfrey – me imagino que podré alimentarlo, ¿verdad?

- Claro que si – le contestó Pomfrey mostrando una sonrisa -  Ginny es realmente  hermoso el bebé que acabas de tener, además  se parece mucho a... – Pomfrey no parecía estar segura a lo que diría – no hay duda de que tiene los mismos ojos que tu hermano Ron.

- Tiene razón – y Ginny volvía a  ver a James  incrédula por tenerlo  entre sus brazos y con ese sentimiento de amor que era incontrolable, creía que nunca podría querer al alguien de ese modo, sin embargo James parecía ahora ser el dueño de su corazón   y comprendió que el único amor incondicional que existía era el que sentía en ese momento hacia su hijo, sabía que jamás dejaría de quererlo, pasara lo que pasara

FIN DEL FLASH BACK

Había caminado por mas de 15 minutos, se encontraba preocupada por el color que tenía la piedra del medallón. Caminó hacia una colonia  del centro de Londres en donde se encontraban grandes casas y mansiones viejas  y las mas lujosas de la  ciudad, se paró justo en una  de gran cerco negro con grandes rejas y unas iniciales "DM" en letra cursiva. Su paso había sido rápido pues estaba preocupada, caminó por callejón que se encontraba a un lado de la casa que daba hacia  la parte trasera de la mansión. Había una puerta negra  que era la única y como ella no contaba con una varita, sacaba de su bolso una tarjeta de crédito que su madre desde la muerte de su padre le había cancelado, antes ella un hubiera podido siquiera abrir una puerta, pero desde que George, el hermano de Ginny le había enseñado, cada vez que se quedaba afuera recorría a ella. Pasaba la tarjeta entre el marco y la puerta y esta se abría y sin magia.

Entraba y se percataba que esta quedara bien cerrada. Dentro una gran mansión de piedra estaba, era un poco mas grande que la casa de Audrey, pero lo que era mas grande era el jardín que contaba con  plantas mágicas exóticas  bien cuidadas. Justo atrás de la casa había una pequeña cabaña al igual de piedra, no era lujosa pero era modesta, tan solo para lo necesario y de dos pisos. Caminó hacia ella y luego tocó la puerta con el corazón en un hilo temiendo lo peor.

- ¿Cómo se encuentra James? – Audrey observaba al hombre que le abría la puerta con preocupación –

- Esta mal, ¿por qué no ha venido Ginny? – el rostro de Severus estaba molesto y  unos gestos de preocupación antes nunca vistos mostraba a Audrey

- Ella dejó su medallón por error no sabe de lo sucedido – Audrey temblaba por el frío.

- Pasa,  Remus ha tratado de calmar a James pero esta vez al parecer los dolores han sido  mas fuerte – decía Severus  con voz algo quebrada –

- Dios mío  nunca antes lo había visto así – el rostro de Audrey  mostraba temor y preocupación al ver al pequeño sufrir de esa forma y lo peor, Ginny no estaba ahí.

Hace veinte minutos que Audrey  se acababa de salir, había tratado de estudiar, pero no podía  hacer, era  verdad que desde hace mas de 20 minutos lo único que hacia era  pensar en Ron. Cerró el libro por un momento, revisó sus apuntes de la libreta  y vio que estaban incompletos, tal vez por error o por no poner la atención suficiente en las últimas clases. Se paró y sin pensarlos dos veces fue hacia  la puerta por un impulso  y la abrió, observó el solitario pasillo de los dormitorios. Cerró la puerta y  respiró profundo, por un momento pensó en terminar ese trabajo, pero la  verdad es que no tenía cabeza para hacerlo. Entonces observó desde lejos el medallón de Ginny que ahora se encontraba en la pequeña mesa de noche, su color seguía siendo  verde. Fue hacia el y  lo tomó, era hermoso, se lo imaginaba ella con el, que tenía de malo ponérselo. Y entonces en eso algo la sacó de sus ideas, alguien tocaba la puerta y no dudo en ir a abrirla.

- Hola –  Hermione se quedaba petrificada, por un momento pensó en azotarle en la cara la puerta, pero ni siquiera se podía mover, era Ron

- Si buscas a Ginny no se encuentra – fue lo  único que salió de Hermione –

- No, este..... no quería hablar con ella....... -  Ron  por su  rostro pálido y por su mirada triste era de verse que venía arrepentido, con la vista caída como perrito perdido – yo.... este .. venía a verte, es que ....

- Aaa ,¿es eso? – Hermione  de la única manera que podía actuar era  sería e insensible aunque por dentro se estaba  muriendo, había notado que Ron se había cortado el pelo mas corto de lo usual, y no se miraba nada mal, -

- Si – Ron se mostraba  nervioso – es que no había podido  hablar... contigo.

- No te preocupes Ron, tu y yo no tenemos de nada que hablar y simepermitestengoque ..... estudiar así que yo le diré a Ginny que viniste – Hermione hablaba tan rápido que apenas  Ron pudo escuchar lo que decía  y luego cerraba la puerta inmediatamente. Se recargaba sobre ella aun con lágrimas en los ojos, estaba demasiado dolida y el palpitar de su corazón era tan fuerte que le hacía perder el equilibrio y luego la puerta volvió a retumbar un poco mas fuerte. Pensaba en no abrirla,  sentía que no tenía las fuerzas suficientes para enfrentarlo, pero  se volvía a escuchar  el toque de esta  y con otro impulso volvió a abrir la puerta; era otra vez el, parado frente a ella , callado  como pensando si  debería de hablar  o no y Hermione  tampoco podía hablar, hasta que el dijo algo.

- Me tienes loco desde que nos separamos – Ron estaba serio y parecía por primera vez en su vida hablar en serio, Hermione lo miraba  sin poder mover ni un solo músculo, su cerebro parecía no  obedecer – Sabes lo que me cuesta reconocerlo........... lo sabes porque me conoces..........   sabes que soy muy testarudo  y.......             desde que nos peleamos me he preguntado cada noche si puedes dormir bien, porque yo era el que te ayudaba a quitarte  las pesadillas........        y luego pienso..... si ella  no ha venido a ti es porque no te necesita.

- No digas eso -  hablaba tan rápido Hermione que ni siquiera había pensado en lo que decía – Ron.... yo..

- Déjame terminar Hermione – y  uno silencio proveniente de ambos invadía el pasillo y el cuarto de Hermione, ambos tenían los ojos cristalizados por las lágrimas, pero mas los de  Ron –  Déjame terminar,   por favor ..........  Me es difícil  imaginarme sin ti ......... me es difícil  verme en un futuro sin ti, Hermione si tan solo me escucharas.... esa noche  yo..... bebí demasiado  y.. no sabía lo que hacía, me encontraba molesto y ... mas porque habías salido con las muchachas, yo quería que hubieras ido,  creí que tan solo dejaríamos de hablarnos por  un momento, creí que todas las parejas pasaban por eso..... sin embargo después de lo que sucedió esa noche....

- No tienes porque decirlo...  yo lo vi Ron, yo estuve ahí – Hermione  estaba apunto de llorar.

- Por favor, no lo hagas, no llores  eso me hace que me sienta aun mas culpable – Ron se llevaba las manos a la cabeza y luego se acercaba tan cerca de ella  y le parecía que le permitía acercarse a él.

- Es que Ron ...

- No me digas nada, yo se que tuve la culpa, por favor por esto estoy aquí,  para pedirte que me disculpes, porque se  que te hice daño.

- Ron....... desearía que las cosas fueran como antes – Hermione  le pasaban tantas cosas por su cabeza, miraba  a Ron , no había duda que lo quería, él tenía razón, todas las noches se levantaba por las pesadillas que tenía, pero  había superado el temor al dormir sola, se encontraba confundida y aun  estaba tan enojada, pero lo tenía a un lado,  había planeado  todo lo que le diría cuando estuviera frente a el , pero nada de lo planeado parecía en ese momento salirle.

- Si, yo también  desearía que todo fuera como antes – dijo Ron mientras le acariciaba el rostro a Hermione.

- No entiendes Ron -  Hermione  le hacía a un lado la  mano y daba un paso para atrás, no podía quitarse de la mente la imagen de cuando lo había visto besándose con Mónica y ese mismo sentimiento  volvía  a sentirlo, por alguna razón no  quería que la tocara –  no entiendes lo que te digo.

- Claro que lo entiendo.

- No Ron  me refiero a que desearía que las cosas volvieran  a ser como antes, como en Hogwarts, cuando tu y yo éramos tan solo amigos.

- ¿A que te refieres? – Ron parecía confundido.

- Si Ron, cuando no teníamos que preocuparnos por nada, cuando no existía ninguna relación que  cuidar  mas que la amistad – Hermione mentía y unas lágrimas se le escapaban de los ojos, aún no sabía ni siquiera lo que ella decía – cuando éramos no dos, sino tres,  Harry, tu y yo, cuando jugábamos a investigadores, cuando  nos estimábamos

- Hermione – Ron bajaba la vista -  no entiendo nada,  es que todo estaba tan bien, no puedes decirme esto, es como si negaras que sientes algo por mi... y es como

- Lo siento Ron......- y luego pasaba saliva, lo miraba directo a los ojos y de nuevo su cerebro era el que hablaba mas, no su corazón -  pero ........ me he dado cuenta que.......  no te necesito     - Hermione trataba de controlarse, los ojos de Ron parecían salírsele  y  estaba pasmado  y luego la puerta se cerraba sin decir mas. Hermione no podía resistir,  una lluvia de lágrimas  invadían su rostro que se  deformaba de sufrimiento, ¿por qué diablos lo había hecho? ¿qué la había impulsado a decir eso? Pero por su mente aun estaba esa  escena que se repetía una y otra vez,  él besándola, el tocándola y no era ella,  por primera vez no era ella, era Mónica con la que el estaba.

- HERMIONE , NO PUEDES HACERME ESTO, no puedes dejarme así – Ron tocaba la puerta desesperado – NO PUEDES HACERME ESTO, POR FAVOR, YO TE QUIERO – y Hermione se derrumbaba, la voz de Ron se quebraba, tras decir esto, pero el orgullo de Hermione era tan grande que no podía abrir la puerta  y lloraba de nuevo, lloraba sin parar, sabía que el también estaba sufriendo y luego  dejó de escucharse su voz   y unos pasos  le informaban que se alejaba de la puerta.

 ¿Qué diablos había hecho? Se preguntaba, había hecho  llorar a Ron por primera vez, había sido ella,  o eso parecía, pero se sentía tan mal, el se había aprovechado de  ella, de la confianza que ella le tenía.  Y luego calló  en un pensamiento,  ¿por qué le había dicho eso a él si ni siquiera era lo que había planeado decirle?  Ella sabía su respuesta pero le dolía aceptarla, sabía que era un reto vivir sin el, enfrentarse a ese fantasma que no la dejaba dormir. Pero ¿qué locuras estaba pensado? Estaba terminando una relación que había durado muchos años, no era  una relación cualquiera, era una que había crecido bajo la base de la amistad, no había nadie que lo conociera tan bien con ella,  era tan solo un beso, un solo beso, ¿por qué diablos se dejaba vencer por un solo beso? Porque le dejaría el  camino libre a esa tipa. ¿Lo necesitaba? Era mas que eso, lo quería  y no quería hacerle daño, quería continuar a su lado y mas por lo que les esperaban, quería enfrentarse a la vida a su lado, y luego sin decir nada abrió la puerta con el fin de  y tras el, claro que lo haría, le gritaría  y le diría que  la perdonara por lo que le había dicho que lo quería  y que lo necesitaba para continuar  y salió de la habitación tan desesperada detrás de él, pero él hace escasos minutos se había retirado, corrió por el pasillo aun con las lagrimas sobre su rostro, subió las escaleras que le llevaban al segundo piso en donde estaba la habitación de Ron y de Harry, no le importó nada y  corrió por el pasillo  hasta llegar a una puerta  que reconocía como la de su otro cuarto en donde la mayoría de las noches había dormido a su lado.

- RON, RON,, ABREME POR FAVOR – La voz de Hemione no era lo suficientemente fuerte porque se le rompía tras el llanto. – SOY YO HERMIONE, ABREME, TE LO SUPLICO. RON.......... POR FAVOR, NECESITO DECÍRTELO, NECESITO DECIRTE QUE TE QUIERO...... RON, SOY YO , TU HERMIONE

- Ron, no ha llegado salió desde hace  aproximadamente 10 minutos – un chico que estaba parado en la puerta del cuarto de a un lado  la miraba algo asustado - ¿necesitas ayuda?

- No  - y Hermione se limpiaba las lágrimas de su rostro – Gracias  - le decía al chico y luego se daba la media vuelta para irse. Se acercó a las escaleras  y cuando estaba apunto de bajarlas se topó con la persona que menos quería toparse.

-  Hola Hermione , .. ¿te sucede algo? – Era Cho, su tono se escuchaba algo burlesco, al parecer sabía que lloraba por Ron –

- No – Hermione levantaba la cara y una ceja tratando de levantar su moral – es tan solo  alergia, es que me dio muy fuerte. -  y luego Hermione notaba la presencia de una chica mas  detrás de Cho  y el estómago le pegaba fuerte del coraje  y la sangre se le subía a la cabeza, era Mónica.

- Aaah – decía Cho – si venías a buscar a Ron, no creo que lo encuentres – la voz de Cho era algo cínica – quedamos de vernos en diez minutos en el merendero.

- Creo que me comentó algo hace  diez minutos – mintió  Hermione, que no pensaba dejarse ganar por Cho -  Tan solo subí porque Harry  me  dijo que si podía cerrar la puerta de su cuarto, olvidó ponerle el seguro, ya sabes Cho, desde que anda con Ginny   no sabe  ni  en donde deja su cabeza, ¡ Lo que hace el amor! ¿verdad?  -  Hermione la miraba con una risita mientras observaba cómo  Cho parecía tener un tic en el ojo  por el coraje.

Bajó las escaleras,  aun confundida y preguntándose a donde había ido ¿y si era verdad que se verían ellos ahí?, no lo sabía pero sería estupendo ir  al merendero, pero ¿si era mentira  y ellas irían al merendero y luego Hermione llegara? Ella se vería mal, y , ¿qué diablos estaba pensando? Estaba confundida- Entró  a su habitación sin cerrar la puerta bien, se sentó triste en la cama de Ginny con el rostro agachado  y aún caían lágrimas por su rostro y luego volteó a la mesita de noche,. Ahí es estaba el medallón que ahora tenía otro color en el  dije, lo tomó y lo observó, los brocados grabados que tenían eran bellos, parecían haber sido con tanto detalle. Hermione se paró y se observó en un espejo que tenían Ginny y ella,  se miraba tan mal, pensaba, para nada le favorecía llorar, pues su rostro estaba rojo y luego tomó el medallón y sin pensarlo se lo puso y luego vio lo hermoso que se miraba en su cuello,  eso al menos la calmaba y  sin pensarlo llevó su mano hacia el  dije para acomodárselo y sintió como desde  las yemas de sus  dedos hasta  su cerebro  una descarga eléctrica le recorría  en cuestión de milésimas de segundo  bloqueándole cualquier pensamiento que pudiera tener,  cayó al suelo   desmayada aparentemente golpeándose duramente en la cabeza.

 - Si  yo muriera, en este momento.......  no temería.....  porque nunca me he sentido tan completa ... como  me siento aquí... en tus  cálidos  brazos ....... amando cada respiro que das – una voz dulce y  cálida, un poco grave y bien entonada lograba escuchar cantar, su corazón palpitaba  y su cuerpo descansaba sobre una cama cálida al lado de la mujer que amaba – porque vivir  la vida   en sueño  en sueño    y temer el día....

Harry abría los ojos despertándose tras el canto, sobre el estaba descansando su Ginny, desnuda al igual que él, apoyando su roja cabellera sobre su pecho, la luz de la luna era la única que iluminaba el cuarto, le acariciaba su cabello y luego ella se percataba de que se encontraba despierto.

- Despertaste – dijo Ginny volteándolo a ver con una sonrisa

- ¿Qué cantabas? – decía Harry observándola con una sonrisa –

- Una canción que escuché hace años en la radio – Ginny le sonreía  mientras que Harry le contemplaba, el rostro de ella se miraba tan limpio, libre de maquillaje alguno mostrando sus pecas  - ¿qué tanto me ves?

- ¿Acaso no puedo hacerlo? – Harry la miraba y le devolvía una sonrisa-

- Claro que no , - bromeaba Ginny – Me gusta como te vez sin anteojos

- Lastima que no puedo ver lo suficiente – y luego le sonreía. Ginny se recostaba de nuevo sobre el pecho desnudo de Harry y guardaba silencio de nuevo.

- Me haces sentirme tan completa – Ginny decía esto sin temor por primera vez, nunca antes se lo había podido decir porque temía que Harry no sintiera lo mismo que ella, pero en escasas dos horas atrás él le había demostrado  lo que sentía amándola como nunca antes.

- Así me siento yo, tu también me haces sentirme completo – Harry  la miraba serio  y  la abrazaba fuerte – en este momento no me hace falta nada más.

Harry observaba el cuarto  de Scott  con la mirada. Habían perdido la función de cine y se encontraban ambos ahora gracias a Scott en la habitación de este. Había otra cama que era la del compañero de cuatro de Scott. Unos posters pegados de los Chudley Cannons, al parecer Ron le había hablado tanto de ellos que ahora hasta  los tenía en sus paredes y otro poster que le llamó bastante la atención, era de John Lennon , pero lo raro del poster era que tenía movimiento, John mostraba una sonrisa  y con  dos dedos mostraba el signo de amor y paz.

- ¿Por qué el poster de John Lennon tiene movimiento? – Rompía el silencio Harry y luego volteaba a ver a Ginny para que le contestara –

- ¿Cómo que porque tiene movimiento? – decía Ginny con duda – es  John Lennon, es un poster.

- Si, pero ¿por qué tiene  movimiento?  - volvía a preguntar Harry

- ¿Acaso no sabías que John tenía  magia en la sangre?- decía Ginny.

- ¿En serio? – Harry preguntaba sorprendido.

- Si Harry,  Lennon era de padre muggle y madre bruja -  decía Ginny.

- Pero Lennon,?? ¿ Los Beatles? –  Harry lucía sorprendido.

- Solo Lennon, bueno después George Harrison pero esa es otra historia – Ginny se volvía a recostar –

- ¿Acaso fue a Hogwarts? – volvía a preguntar Harry –

- MMM no, mira ,,   John  se quedó desde pequeño huérfano y vivió  desde  la edad de seis años con su tía  en Liverpool.

- Creo que eso ya lo sabía – decía Harry.

- Si,   desde pequeño le empezó a gustar la música, y su tía lo obligaba a que no tocara dentro de la casa, siempre fuera, su tía nunca lo trató muy bien que digamos. Así que cuando cumplió 11 años le llegó la carta de Hogwarts, sin embargo  el no llegó el día de clases. Dumbledore que en ese momento empezaba a ser director  fue a buscarlo y cuenta la historia que cuando Dumbledore le preguntó a Lennon que porqué no iba a clases, Lennon le preguntó : ¿Me enseñarán música?. Y Dumbledore le dijo que no, que sería un mago, y Lennon le dijo que no, que él prefería quedarse en Liverpool, que no le interesaba la magia, que el quería ser músico.

- ¿En serio? -  Harry creía que era un tonto por no saber esto, tanto tiempo viviendo en el mundo mágico y ni siquiera sabía esto.

- Si, tiempo después  John descubre y visita el mundo mágico. Yoko no fue la que separó a los Beatles como dicen, él decidió  separarse de ellos porque quería cantar también para el mundo mágico y  con los Beatles no podía hacerlo.

- Nunca me lo hubiera imaginado – decía Harry –

- Es normal Harry, se sabe muy poco de eso – decía Ginny  sonriéndole

- Es que soy un tonto  -decía Harry

- Si, eres un tontito – Ginny se burlaba de él y Harry la tomaba entre sus brazos besándola apasionadamente.

- Vamos a tu cuarto pues – decía  Silvia a Scott –

- NO – inmediatamente se oponía – no creo que sea buena idea, ¿y si vamos con Hermione? Creo que hace falta que la animemos un poco.

- Bueno – decía Paulina que caminaba a un lado de Scott –

- Sería bueno ir por ella, llevarla al merendero a cenar – decía Scott mientras se tapaba con su chamarra –

- Creo que sería bien, pero , ahora  me asustó un poco – decía Silvia - ¿no vieron como corría al baño a vomitar?  Audrey me comentó que Ginny le había dicho que en las noches ella solía levantase a  hacerlo y que se ponía demasiado mal.

- ¿Creen que sea bulímica o  anoréxica? Esas enfermedades están muy de moda – Scott hablaba –

- Creo que sabes  muy poco de eso  - contestaba Paulina – no lo creo que sea así, porque cuando ocurre los vómitos  por lo general son después de comer  algo, además yo creo que es otra cosa .

- No empieces  Paulina – dijo algo molesta Silva – el hecho que tu hayas pasado por eso, no significa que creas que lo sea.

- ¿A que se refieren? – Scott parecía confundido –

- A nada – contestaba Paulina – es un tonto comentario de Silvia.

Entraban al edificio de los dormitorios y se encaminaban  por el pasillo hacia la habitación de Hermione.

- Que raro, la puerta esta  abierta – decía Paulina  mirando que  la puerta estaba apenas emparejada

- Déjame  entro yo primero – Scott entraba y prendía la luz ya que el cuarto estaba   oscuro  y luego la  vio  tirada bajo la cama. – HERMIONE –

Scott, Paulina y Silvia corrían al verla tirada en el suelo, los tres lucían asustados sin saber lo que le había  ocurrido.

- ¿Qué le sucedió? – preguntaba  Silvia con un rostro de temor –

- Creo que esta desmayada – Scott la tomaba y la ponía sobre la cama de Hermione y miraba el rostro pálido -  esta respirando, pero ...

- ¿QUÉ SUCEDE? – decía Paulina  un poco aterrada - ¿no se habrá pegado en la cabeza? Fíjate Scott.

-  Creo que sí – la revisaba Scott, -

- Despiértala con la varita – decía Silvia a Scott –

- Ni se te ocurra a hacerlo -  interrumpía Paulina – si se pegó en la cabeza podría quedar dañada si  la levantas  con un conjuro.

- Bueno... dale algo para animarla  -  volvía a decir Silvia .

- Creo que será mejor que la llevemos al  hospital – decía Scott asustado – tiene el pulso bajo.

- ¿lo crees así? – preguntaba Paulina asustada –

- Será lo mejor, creo que tiene un golpe en la cabeza, podría ser algo arriesgado – Scott la cargaba de nuevo y luego  Silvia tomaba un abrigo para cubrirla, los tres salían asustados cerrando la puerta tras esto.

- Déjame bajar – Reía Ginny mientras Harry la tomaba de la cintura por atrás no queriéndose separar de ella –

- No quiero que te vayas aún – decía Harry aferrándose a ella con una gran sonrisa-

- No me voy,  además me acompañaras a  mi habitación -  Ginny le jalaba el brazo a Harry para que la acompañara.

- Hasta crees que te dejaré  irte sola – decía Harry caminándola abrazándola desde un lado.

Ambos bajaron las escaleras  tomados de la mano y cuando doblaron por el pasillo Ginny miraba que Audrey estaba sentada en el suelo a un lado de su puerta  y cuando la vio la saludó con una sonrisa, pero Audrey no parecía  regresársela.

- ¿Tienes mucho rato esperando afuera? – le preguntaba Ginny –

- Como una hora y media – le contestaba seria Audrey.

- Aaaaaa, perdón Aundrey , lo olvidé por completo – Ginny se llevaba la mano a  la frente, ellas habían quedado en salir juntas  a caminar en la tarde – disculpa lo que pasa es que...

- No hay problema Ginny – decía Audrey mostrando un rostro de descontento –

- Disculpa Audrey fue mi culpa – dijo Harry – yo le dije  que...

- No, en serio , no se preocupen , tan solo te esperaba porque quería hablar contigo – dijo Audrey

- ¿Y porque no pasaste al  cuarto? – pregunto Ginny –

- Estuve tocando pero Hermione por lo visto no se encuentra, ni tampoco Silvia y Paulina, creo que salieron juntos – dijo Audrey

- Bueno, será mejor que me vaya  - decía Harry volteando  para darle un beso a Ginny -  nos vemos Audrey.

- ¿Sucede algo? – preguntaba Ginny asustada –

- Solo pasemos al cuarto – dijo Audrey

Ambas entraban al cuarto y Audrey se sentaba sobre la cama de Hermione y miraba  muy molesta a  Ginny.

- Ya no me veas tan feo – Ginny miraba resentida a Audrey – los dos decidimos pasar un rato juntos, desde hace tiempo que no lo hacíamos.

- Me imaginé que estaban juntos en la habitación de Scott, por eso no fui a  molestarlos  - dijo Audrey y luego agachaba la cabeza – Severus esta molesto contigo.

-  ¿Por qué? – preguntaba Ginny algo confundida –

- Porque  me dijo que no haz estado  con James últimamente, dice que ni siquiera te preocupas por cargar el medallón.

- Claro que me preocupo por James, y  siempre traigo conmigo el medallón, mira – Ginny llevaba su mano al pecho para sacarse el medallón pero no estaba - ¡EL MEDALLÓN!

- No te preocupes  - decía despreocupada y seria Audrey – Hermione lo guardó, lo dejaste en la cama esta tarde.

- Creí que lo había tirado   -decía mas tranquila Ginny –

- Ginny ....... se que últimamente no haz tenido tiempo para  estar con James. Remus dijo  que apenas y pasas  un rato con él,  y que ya no lo llevas al parque como antes, el niño  parece extrañado tras esto, además me sorprende de que no les hayas dicho nada respecto a que volviste con Harry.

- ¿LES DIJISTE? – Ginny levantaba la voz

- Claro que no lo hice, es tu vida, además yo pensaba ni meterme ni meterte en  un lío, pero  Remos me preguntó que si mirabas mucho a Harry, creo que sabe algo pero no ha querido decir nada porque sabe que Severus pegaría el grito en el cielo. Creo que tienes que hablar con ellos

- No es tiempo, no ahora,  - decía Ginny negándose rotundamente

- Entonces ¿cuándo? – le preguntaba Audrey cuestionándola

- No me preguntes eso ahora Audrey – la voz de Ginny era golpeada y se empezaba a molestar – Estoy demasiado bien en este momento como para  empezarme a preocuparme por eso.

- ¿Qué espera Ginny? ¿qué Harry se enteré de lo de James? Porque lo único que lograras con todo esto que él se entere, y si quieres eso  será mejor que de una vez se lo digas, porque Harry no tardará en darse cuenta si te sigues involucrando de esa manera con él.- Audrey se encontraba molesta y Ginny se preguntaba que era lo que había hecho a su amiga cambiar de opinión,  si ella era una de las mas contentas.

- Claro que no le diré  - decía Ginny  molesta –  el no lo comprendería.

- Entonces ¿qué diablos estas haciendo? – Audrey levantaba la voz – estas jugando con fuego Ginny, y le quitas tiempo a James, lo descuidas.

- ¿A que te refieres con que le quito tiempo a James? –decía Ginny, - si trato de estar a su lado lo mas que puedo, si fuera por mi estuviera a su lado si no fuera por el profesor Dumbledore.

- Ginny – Audrey tomaba aire – James hoy se puso mal.

- ¿¿QUÉ??

- Hoy fui a verlo, no tienes idea de cómo se puso.

- ¿POR QUÉ NO  ME LO HABIAS DICHO? – Ahora si que Audrey se encontraba molesta y  de los ojos parecía llenársele de lágrimas –

- No me dejabas terminar.,  Snape tuvo que darle doble poción para calmarle el dolor  - los ojos de Audrey se llenaban de lágrimas y Ginny lucía desesperada y tomaba el primer abrigo que tenía  a la mano – Ginny, el ya esta bien.

- No – Ginny  se ponía el abrigo y se lo acomodaba – todo es mi culpa, debí de haber estado con él.

- Espera Ginny, por favor, el ...

- AUDREY DEJAME – Ginny lloraba y le ponía un alto – tienes razón, lo he descuidado, he sudo demasiado egoísta, tengo que estar a su lado, ver que se encuentra bien  - y sin decir nada se daba la media vuelta  para ir  con su pequeño hijo  acelerando el paso sin decir nada.

- GINNY, ESPERAME – Audrey salía tras ella  para acompañarla por la fría noche de Londres.

Esa noche  Ginny  se la pasó en vela con James. Al siguiente día apenas había llegado para bañarse y cambiarse para ir a desayunar, por lo visto Hermione no había dormido en  el dormitorio, se le hizo raro, tal vez había solucionado las cosas con Ron.

Ya estaba en la cafetería desayunando un platón de avena con fresas y unos panes tostados, estaba mas calmada después de haber estado con James toda la noche. Se encontraba sentada sola en la mesa, Scott, Silvia y Paulina parecían que no se habían levantado y se imaginaba que Ron llegaría de la mano de Hermione, al menos algo bueno estaba por suceder.

Vio entrar a Ron solo, sin nadie, tras el iba Harry, primero  llegaba Ron que se sentaba a un lado de Ginny.

- ¿Y eso?- Le decía Ginny - ¿y tu que traes?

- Nada  - decía Ron con unas ojeras en  los ojos – tan solo no dormí bien

- Me he de imaginar porque – dijo Ginny con una sonrisa pícara y luego volteaba hacia donde estaba Harry, por lo visto algo lo había detenido para que llegara a la mesa. Y luego supo la razón, era Cho.

Parecía platicarle ella como si siempre hubiera sido su amiga, Ginny sintió unos celos tremendos, Harry parecía hablarle también y Cho le coqueteaba, algo le decía pues Harry reía  por alguna razón  y luego él  hacía señas como que lo esperaban en la mesa, pero Cho parecía no empeñarse a soltarlo. Ron volteaba a ver a Harry   y con la mirada le decía que Ginny se estaba poniendo furiosa. Ginny agachaba la cabeza y se empeñaba a  seguir con su desayuno sin  mostrar ni siquiera su coraje, aunque estaba roja a causa de esto. Harry parecía  safarse de Cho y caminaba hacia la mesa. Se sentaba a un lado de Ginny y le daba un beso en su mejilla.

- Hola – decía Harry como si nada hubiera ocurrido. Ginny no contestaba, estaba seria.

- Creo que alguien esta enojada – decía Ron mirando a su hermana –

- No creo que haya motivos para que nadie este enojada – decía Harry mientras miraba a Ron. – pues  ella sabe cuando la quiero, además la  única que me importa es Ginny.

- No estoy enojada  - volteaba Ginny sonrojada y mirando con amor a Harry – es que.. tan solo estoy algo preocupada – metía Ginny –

- ¿Por qué? – preguntaba Ron.

- Oyes, - decía Ginny  con duda - ¿acaso no estuviste  esta noche con Hermione?

- ¿Por qué lo creerías así? – contestaba Ron

- Porque no paso la noche en el cuarto – dijo Ginny – al menos se haya levantado desde muy temprano y se haya ido a no se donde.

- ¿Cómo que  no durmió en el cuarto? – Ron se encontraba molesto  y luego recuperaba postura – bueno , creo que no debería de preocuparme por ella.

- ¿a dónde pudo haber ido? – decía Harry  preocupado.

- No lo se pero....

- Chicos que bueno que los encuentro  -  Scott llegaba  casi faltándole el aire  y con rostro pálido – anoche no pude dejarles una nota, salimos inmediatamente.

- ¿Qué ocurre? –  Ron, Harry y Ginny se mostraban preocupados.

- Ayer encontramos a Hermione  tirada en el suelo, desmayada y la llevamos al hospital de enfermedades mágicas.

- ¿QUEEE?

- ¿QUE LE SUCEDIÓ?  - decía Ron con un gran temor notorio en su rostro.

- El doctor nos dijo que posiblemente algún hechizo hizo que perdiera el reconocimiento, no ha despertado desde que la llevamos.

- ¿Un hechizo? ¿acaso alguien la atacó? – Harry  estaba algo confundido.

- No sabemos, aun no despertaba cuando yo salí del hospital, ya le avisamos a sus padres, ellos ya están ahí.

- Dios mío,   será mejor que vayamos – dijo Ginny viendo a su hermano pálido por la noticia.

- Vine por si querían ir  - Scott se mostraba preocupado,  - Paulina pasó a  su cuarto para tomar algunas cosas y volveremos.

- Vamos pues – decía Harry levantándose junto con Ginny – Ron, ¿no piensas ir? – Ron estaba sentado  sin decir nada

- ¿Crees que ella me quiera ver? – decía Ron triste –

- Creo que nos quiere ver a todos juntos – contestó Harry – ella es nuestra amiga, necesita de nosotros.

NOTAS DE AUTORA:

La canción que canta Ginny no es mía, es  un pedacito de la película de Moulin Rouge, mi peli favorita, se supone que esta en ingles, pero en español le quedaba mas.

Me ha costado un montón escribir este capitulo, por eso he tardado tanto en  mandarlo, lo que pasa es que me ha sido difícil describir un sentimiento que jamás en la vida he sentido: el de ser madre, así que  si hay algo mal, no duden en decírmelo,  y gracias, porque ustedes son los únicos que han hecho que continué escribiendo este ff ( y bueno también el de allá arriba).