Capitulo 20
UN NUEVO NIÑERO
Estaba paralizada, sentada en una banca de un parque viendo hacia la nada, entre sus brazos traía a su pequeño que luchaba por bajarse y deshacerse de su madre para ir a jugar con algunos niños que se encontraban en algunos juegos del parque. Se preguntaba que era lo que iba a suceder ahora que Sirius la había visto, ni siquiera se dio la oportunidad de decir algo, de defenderse, no pudo hacerlo, temía porque sabría que Sirius iría corriendo a contarle a Harry lo que acababa de ver.
- Tu no puedes Jim, aun estas muy pequeño para ir a jugar, son juegos de niños grandes– decía la joven madre mientras el pequeño le dirigía una mirada y le señalaba el lugar en donde se encontraban los demás niños - anda James, bueno, tan solo caminaremos hacia allá.
Ginny tomaba de las dos manos a pequeño, al menos ya daba pasos el solito apoyado de las manos de su madre y se dirigía casi rápido hacia el lugar en donde estaban los niños con pasos un poco torpes y luego después de que Ginny lo sentaba en un columpio sobre sus piernas y sin ánimos empezaba a impulsarse.
No podía dejar de pensar, no sabría lo que vendría después de eso, ¿y si regresaba y le explicaba todo a Sirius? Le pediría que no dijera nada, le preocupaba la seguridad de James, o tal vez perder de nuevo a Harry, ¿qué haría Harry?¿y si no lo aceptaba? ¿si no le creería? Y luego el pequeño James insistía en bajársele de las piernas de Ginny, quería ser mas independiente ahora.
- No James, cuantas veces te tengo que decir, no puedes caminar sin mi, aun no – Ginny lo logró sujetar de una manita, el pequeño ya estaba parado a un lado suyo y trataba de caminar hacia los demás juegos.
- ¿acaso aun no camina? – Ginny escuchó la voz de n hombre que venía justo de detrás de ella, volteó y vio a alguien que inmediatamente tuvo la sensación de que lo conocía.
- Aun no, es muy pequeño para caminar – de contestó Ginny al hombre que aparentaba tener unos 28 años de edad, de pelo platinado ondulado y muy cortito, con rostro afilado, que le recordaba a su ahora amigo Draco Malfoy, con la diferencia que este tenía los ojos castaños y su rostro lucía con una que otra cicatriz que revelaba algunas peleas que habrá tenido tal vez en la calle. Su ropas eran obscuras y su mirada era algo fija, fría y segura –
- No sabes quien soy, ¿verdad? – se acercaba mas el hombre mientras Ginny miraba algo desconfiada y tomaba a James que se molestaba un poco porque quería irse –
- No, creo que no – le contestó al hombre algo nerviosa y cohibida –
- Si, era de esperarse, estabas casi inconsciente cuando ten ayude – dijo acercándose mas a ella – son Frank Lasswell, el mismo que te ayudo a quitarle a ese idiota.
- Ooh claro, mucho gusto, soy Ginny Weasley, la verdad es que no tuve tiempo para agradecerte por tu ayuda – dijo mientras subía a James sobre su cintura bien, pues se le resbalaba y le daba la mano –
- No te preocupes, ¿no te ha vuelto a molestar? No creo que lo vuelva a hacer,
- ¿quién? Aaahh, Colin, bueno...... no..... creo que le metiste un buen susto
- se lo merecía el estúpido – Ginny podía observar que el hombre tenía un carácter tal vez algo violento, salvaje y aventurero, se notaba que siempre se metía en problemas - cuando quieras te vuelvo a ayudar.
Ginny tan solo sonrió y se limitó a mirar a James que estaba mas calmado observando algo impresionado a Frank.
- No hay duda, esa mirada del pequeño es igual que la tuya, cuando te conocí no me imaginé que tuvieras un hijo – dijo el hombre mientras miraba a Ginny como esperando una respuesta alo que le decía.
- Ehhhh.......... este ......... – Ginny inmediatamente se puso algo roja, no quería mentir, no le gustaba decir que James no era su hijo, pero recordaba las palabras que siempre le decía el profesor Lupin: respecto a la seguridad. – No es mi hijo.
El pequeño parecía haberse dado cuenta de lo que decía su madre, pues ahora empujaba con fuerza y molesto queriéndose bajar de los brazos de Ginny.
- Soy su niñera – no muy segura dijo esto sosteniendo al pequeño – James, no empieces, no te puedes bajar .
- Espera – hombre le quitaba de los brazos a James y lo sacudía un poco hacia arriba algo divertido para que se despejara el pequeño que soltaba una risita de alegría – los niños suelen enfadarse a esta edad demasiado.
- Eso ha de ser – Ginny tomaba de nuevo al pequeño y luego el hombre volteaba a ambos lados viendo que nadie lo viera y sacaba su varita, mencionaba unas palabras y sacaba una pequeña paleta de fresa y se la daba – creo que eso bastará. Eres mago por lo visto.
- Así es, soy mago – decía Frank mientras miraba como el pequeño se llevaba a la boca la paleta y la agarraba no del palito, sino del dulce feliz y calmado - ¿te extraña?
Frank había notado que Ginny miraba extrañada.
- Si, bueno, tal vez no, lo que pasa es que no se me haces conocido
- Ahh, chica popular, déjame adivinar, eres de Howgarts ¿no?
- Así es.
- Fui a ese colegio por dos años, aaah lo recuerdo... dijiste ¿Weasley?
- Si, ese es mi apellido,
- Entonces no me equivoco de chica . dijo casi en un susurro,
- ¿A que te refieres con eso? – dijo Ginny tal vez un poco molesta
- Como no notarlo antes, el cabello rojo y las pecas, clásico de los Weasley – dijo Frank, mientras a Ginny no parecía caerle muy bien – Conocí a tu hermano Bill, es tu hermano ¿verdad?
- Si, es mi hermano
- Lo conocí en la estación de King's Cross, tu debiste de ser una bebé, pero en el segundo año me expulsaron. Después me fui a Bulgaria a un colegio de magia, estuve en Drumstrang.
- Así que eres mago y conociste a mi hermano.
- Ajá.
- ¿por qué te expulsaron de Hogwatrs?
- Porque les hice una pequeña broma al maestro de pociones y a la de transformaciones que no olvidaran en años, eso fue todo.
Ginny se quedó callada y tomó un leve color rojo en sus mejillas cuando el hombre la miraba con insistencia directo a los ojos, tenia una mirada penetrante e insistente.
- Bueno creo que será mejor que nos vayamos, te estamos quitando tu tiempo
- Claro que no, tan solo vine a caminar – dijo Frank mientras daba un paso al frente de Ginny, notando que ella se sentía un poco incomoda porque invadía su espacio.
El pequeño James dejaba caer la paleta que lo había mantenido cayado por un buen rato, Ginny se sentía mareada y un poco incómoda por la situación, no sabía porque razón en el estómago se le hacía un nudo.
- Es que... ¿cómo es posible?... no lo puedo creer – Sirius miraba a su amigo con asombro- es que me es casi imposible que todo esto haya pasado sin que nadie se haya dado cuenta.
- Bueno pues... yo también creía lo mismo. Se me hacía casi imposible, pero... creo que Dumbledore lo ha sabido manejar a la perfección toda la situación....
- ¿Y Harry? .... Sirius miraba a Lupin con cierta furia en su mirada – dime ¿y Harry? ¿crees que se merezca esto? ¿qué culpa ha tenido el chico? Ni siquiera le han dado la oportunidad que se haga responsable de sus actos... y claro.. como lo va a hacer si ni siquiera han tenido la bondad de hablar bien con el... ni siquiera Ginny que ahora es su novia.
- ¿Ginny? – No era algo que a Lupin le sorprendía darse cuenta de que la joven había vuelto con Harry – pero... ¿acaso esa chamaca no comprende? No debería de andarse arriesgando de ese modo.. luciéndose con Harry... dios...
- ¿vez? ¿cómo crees que me he sentido cuando dijo que ese niño era suyo? Inmediatamente se me vio la imagen de Harry con cara de estúpido por el amor... Harry me había avisado que ahora estaba con Ginny, en su carta se podía notar que era feliz.... pero después que recibí tu carta, diciéndome que me necesitabas, no creí que me encontraría con esto.... lo último que se me hubiera ocurrido sería que ese niño es de Harry..
- Por favor, tan solo es cuestión que lo veas y notarás su gran parecido – Lupin notaba como a su amigo le brillaban los ojos con una gran intensidad por la furia que llevaba dentro.
- No.. no lo ví y no me interesa verlo, ni a el ni a su madre- Sirius y Lupin guardaban silencio por unos segundos, hasta que el mismo Lupin volvió a hablar.
- Cambiarás de parecer cuanto te cuente todo.. ya te conté gran parte de lo que pasó cuando Ginny estaba en Hogwarts, ocultando su embarazo, pero aun no te he contado cual fue la razón por la cual ocultamos al pequeño.
- Me imagino que ha ser Harry – dijo Sirius sin rodeos y con una mirada desafiante –
- No, no lo es del completo.. ¿tienes conocimiento de los documentos que encontró hace tiempo Dumbledore? Las profecías.
- Si, si lo se.
- Se están cumpliendo – Lupin se detuvo por unos segundos para pasar saliva.
- Aaayyy por favor Remus. ¿cómo pueden creer en eso? Lo único que me he percatado de lo que ha pasado es de el ataque de Voldemort y..... – Sirius guardó silencio un momento y la primera imagen que se le vino fue la misma que hace menos de una hora acababa de ver: Ginny con el pequeño.
- ¿ves? – dijo Lupin levantándose - es la segunda, el embarazo de la mujer de fuego, Dumbledore lo notó demasiado tarde, ella ya estaba embarazada cuando descubrió quien era.
- Bueno son dos profecías, y tal vez...
- Son mas de dos... – dijo Lupin – James ha nacido con la marca de Harry.
- ¿LA CICATRIZ? – dijo incrédulo Sirius - ¿QQQQUUUUEEEE???? NO ESO NO PUEDE SER... LAS CICATRICES NO SE HEREDAN.
- Sirius, el pequeño tiene su cicatriz, parece como si hubiera sido una marca de nacimiento. En el mismo lugar, de la misma forma, tan solo que el no la lleva siempre.
- Esss quee.... no... eso no puede ocurrir – Sirius se negaba y no escuchaba lo que Lupin decía con claridad -¿dices que no la lleva siempre?
- No... tan solo cuando hay alguna manifestación de magia negra a su alrededor.. no sabemos con exactitud que tan cerca puede llegar a sentirla, pero el pequeño no esta bien Sirius.
- Heredó la cicatriz .... -Aun lucía incrédulo Sirius y miraba atónico una foto que estaba de James en el escritorio que estaban sentados – ¿cómo pudo haber ocurrido?
- No sabemos con exactitud. Tal vez fue el hecho de que Ginny se haya enfrentado a el-que-no-debe-ser-nombrado y...
- Voldemor Remus, se llamaba Voldemort, ya no hay que temerle mas, el ya no existe..
- Lo siento Sirius, es la costumbre, pero como te decía Dumbledore cree que haya sido la maldición Crucios misma que le fue hecha a Ginny cuando estaba embarazada y que casi hacía que perdiera a al pequeño.
- ¿crees que haya sido eso?
- Eso y que Harry es el padre – Lupin se levantaba y tomaba un libro de un estante y lo abría. Justo dentro había una hoja suelta que no pertenecía al libro y luego con voz un poco temblorosa leía para Sirius:
- "El elegido llevará la marca del niño que vivió, mas no será el, sino su fruto que será de su sangre y de una sangre limpia"
- ¿Son las profecías? – decía Sirius señalando el papel que estaba en las manos de Lupin -
- No – contestaba Lupin todavía con el pedazo de hoja entre sus dedos – es tan solo unas anotaciones que yo mismo hice y eso no es todo:
- " Resaltará su marca cada vez que la magia oscura esté penetrada en el aire" "Con su sangre levantará de las profundidades al mago mas tenebroso de los tiempos"
- No creo que eso sea cierto – Dijo Sirius cruzando los brazos –
- Se nota que no haz notado su cicatriz, tan solo ha ocurrido dos veces, el día que nació y hace una semana. Por eso te he pedido que vengas a apoyarme, no creo que Snape pueda el solo.
- ¿Qué es lo que harás? – decía Sirius con curiosidad.
- Veré que es lo que ha ocurrido, buscaré indicios de algún ataque que se haya hecho.
- Últimamente no ha habido ningún ataque, lo se por el propio ministerio, me mantengo bien informado.
- No confíes en el ministerio, entre Snape y yo hemos descubierto algunas irregularidades dentro de este, creemos que el último ataque fue hace unos días sin embargo aun no encontramos nada.
- Y ¿por qué Snape no es el que va a buscar? – Sirius parecía algo molesto por el hecho de quedarse con su ex compañero de Hogwarts.
- Porque el tiene que quedarse aquí. El es el único que puede preparar una poción para el niño, además pronto será luna llena y yo en estos días suelo ocultarme.
- ¿Una poción? ¿para que diablos?
- Para ayudar a cesarle el dolor a James – Dijo Sirius tristemente – te dije que ese niño no es muy sano, aunque cuando no sucede nada es demasiado activo. Yo diría que es de más, sin embargo hay algo que no te he comentado.. ni Ginny lo sabe pero... si los ataques a muggles o a brujos comienzan y no los podemos controlar... es niño no resistirá mas..... creemos que por lo mucho llegue a resistir hasta los dos años de vida si es que nos va bien.
Sirius guardó silencio. Vio como a su amigo le brillaron los ojos a causa de unas posibles lágrimas que pudieran salirle por la tristeza, en verdad el se había encariñado con el pequeño. Luego Remus volteaba a otro lado para ocultar sus ojos cristalizados.
- Creo que con mas razón deberían de decirle a Harry de la existencia de.. ¿dijiste James? –
- Si, se llama James – una leve sonrisa apareció en el rostro de Lupin – Pero te diré algo, eso no nos pertenece a nosotros, sino a Ginny decírselo.
- ¿Y cuando se lo dirá? Remus ¿cuándo? - Sirius levantaba la voz en protesta- ¿cuándo le lleve el cuerpo de el que fue su hijo?
- No digas eso – Inmediatamente se escuchaba una voz que le era familiar, volteaban y ahí estaba Snape. - ¿Tu que sabes Black si ni siquiera conoces bien lo que ha ocurrido?
- Para eso yo se lo estoy contando – decía Lupin con voz calmada y determinante con el propósito de que no se llegara a hacer mas grande el asunto. Sirius parecía mas enojado –
- No se porque Dumbledore te pidió a ti que viniera, en cambio yo tenía mas derecho por ser el padrino de Harry – dijo Sirius levantándose para quedar en el mismo nivel que Snape.
- Tal vez yo no hubiera venido, pero de algo si estuviera seguro es que hubieran visto a un hombre lobo en la ciudad muggle de Londres- Dijo Snape con algo de sarcasmo - ¿acaso tu hubieras podido realizar la pócima para Lupin?
- Desgraciado - Sirius caminó con furia hacia Snape pero intervino Lupin rápidamente –
- No te llamé para que vinieras a discutir con Severus – decía Lupin justo en medio de los dos.
- ¿Severus? ¿desde cuando tan amigo suyo? – dijo Sirius sentándose en silla sin voltearlo a ver.
- Juraría que estas celoso – dijo Snape con cierta risita burlona –
- AA MI NO ME ---
- YA POR FAVOR – decía Lupin tomando orden – NO ES MOMENTO PARA DISCUTIR ¿ACASO NO SABEN LA GRAVEDAD DEL ASUNTO?
Los dos se quedaban callados y luego Sirius volvía a hablar.
- No se cual es la finalidad de que le mantengan a Harry todo esto oculto
- Desde que conozco a Potter lo único que ha hecho es meterse en problemas – contestó Snape mientras Sirius amenazaba con levantarse de su silla e irlo a golpear hasta que una mirada de severidad por parte de Lupin lo calmaban y volvía a hablar.
- Entiende Sirius, James es blanco para los mortífagos que quedan, bastaría con averiguar un poco a Harry para encontrarlo. Por eso es que .... – Lupin prefirió guardar silencio, estaba a punto de decir su desacuerdo ante la pareja de Harry y Ginny- ... por eso es que tenemos que tomar medidas... hemos hecho lo que tuvimos a nuestro alcance con Ginny, para la sociedad muggle y del mundo mágico, ella tan solo es una bruja , hija del secretario del ministro de magia que estudia la universidad en Londres.
- No se para que le das tanta explicación – decía Snape mientras le echaba una mirada casi asesina a Sirius.
- Porque no confío en nadie mas - dijo Lupin mientras miraba a Sirius – espero que me ayudes, tan solo son tres meses los cuales yo me iré
- No lo se Remus, no me gustaría mentirle a Harry, me siento mal con el hecho de que me hayas confiado ese secreto y ocultárselo al muchacho –
- Te dije que no deberías de confiar en tu amigo – dijo Snape mientras Sirius se miraba aun mas molesto.
- Me quedaré – dijo Sirius.
- Perfecto.. mira, ese niño te caerá muy bien. Es buen muchachito, no da nada de lata. Tan solo son una que otra cosa las cuales tienes que estar atento.
- Claro - dijo Sirius pensando un poco - ... pero... una cosa.. ¿por qué crees que James está en peligro mas ahora que antes?
- Porque hace semanas atrás alguien atacó a Ginny.
- Estúpido muchacho de la cámara – dijo Snape - no se como Dumbledore pudo haber confiado en él después de que le borró la memoria.
- Pues en ti lo hizo – dijo Sirius mirando de reojo y entre dientes
- Lo se, pero creyó que no causaría peligro. Antes de que James naciera este joven amigo de Ginny se percató de su estado y Dumbledore por seguridad le borró la memoria. Por equivocación y mala elección Ginny terminó siendo su novia y ahora que ha terminado con el en este verano pasado ... por motivos que tu haz de saber - Remus se refería a la relación de Ginny y de Harry - creemos que alguien le ha ayudado a recobrarla y le dijo a Ginny, aun no sabemos si fue por dolido o por venganza de que andaban buscando a James para... traer con vida al –que-no-debe-ser-nombrado.
- Patrañas – dijo Sirius –
- Entonces ¿cómo pudo haber sabido ese chico lo de mas profecías?
- No lo se, pero creo que las cosas son mas complicadas de lo que parece, creo que deberíamos de....
- Aquí estas, hasta que encuentro a alguien– una voz femenina se escuchaba detrás de Sirius, justo en donde estaba la puerta, parada y asomaba su platinada cabellera con una gran sonrisa.
- Audrey ¿sabes para que son las puertas? – Lupin miraba tras unos anteojos que rara vez se ponía –
- Muchacha entrometida – dejó escapar Snape.
- Lo siento lo que pasa es que ......- Audrey se quedaba callada y miraba al señor que estaba sentado frente a Lupin y le sonreía dejando un poco embobado al hombre de ojos azules - .... es que.. quedé de verme con Ginny aquí para ir al parque, pero llegue tarde y bueno..... abrí la puerta ... tu sabes... como Fred y G...
- Si Audrey , si, Ginny se fue hace un buen rato, anda vete, me imagino que te ha de estar esperando en el parque. – Lupin le hacía señas con la mano para que se retirara pero la chica no parecía moverse del marco de la puerta y volteaba coquetamente con Sirius que estaba algo embobado.
- ¿Acaso no me piensa presentar a ese apuesto hombre? – decía Audrey sin descaro y con una gran sonrisa.
- No, anda vete.
- Sirius Black.- se escuchaba y luego le daba la mano para presentarse – mucho gusto.
- Sii..ssiriuuss ¿Black? – decía Audrey asustada entendiendo quien era y haciéndose para atrás, Sirius bajaba la mano algo decepcionado – emmm este... creo que me iré necesito buscar a Ginny.
- Audrey – la detenía Lupin – no, espera.
- ¿Sí? – decía algo preocupada Audrey.
- Mejor espérame afuera, tengo que hablar contigo.
- Esta bien. – Se daba la media vuelta y cerraba la puerta
- ¿quién era?
- Audrey, la amiga entrometida de Ginny.
- Creo que la asusté
- No, no es eso, es que sabe que eres el padrino de Harry.
- A esa chica, nada la asusta – terminó de decir Snape.
- Apuesto a que ha de tener herencia de alguna veela – dejó escapar Sirius tras un suspiro mientras Snape hacía un gesto como si algo apestara dentro del pequeño cuarto.
Una semana después parecía que todo era un caos completo, la facultad de sociología cultural se estaba preparando para recibir a un centenar de estudiantes que vendrían de todas partes del mundo para el campeonato universitario de quidditch, el ministerio de magia estaba involucrado para la seguridad, ya que las instalaciones de la universidad se encontraban justo en el centro de Londres. Los preparativos se miraban por todas partes de la universidad un caos, los estudiantes no dejaban de hablar de los próximos partidos de quiddich, las chicas no querían perder la oportunidad de conocer a chicos y los chicos igual.
Sin embargo algo raro estaba ocurriendo en los últimos días. Hermione se miraba demasiado rara e ida. Su rostro parecía pálido y ahora volvía a parar mas tiempo en la biblioteca como en los viejos tiempos, Harry creía que era por causa de Ron, ambos no daban su brazo a torcer. Por otra parte Ron parecía disfrutar su soltería; cada noche después de los cansados entrenamientos de quidditch el se iba con Scott y otros compañeros a un bar que estaba muy cerca de la universidad a disfrutar de lo que Ron decía que era su juventud.
Los tres chicos extranjeros de América que últimamente Harry se había hecho amigos suyos también sufrían de cambios. Scott parecía algo triste porque Paulina no le hacía caso, parecía que esta chica tenía sus propios problemas como para preocuparse por lo de los demás, estaba así desde que le habían comentado de que México asistiría a Londres para participar en el campeonato entre universidades. Scott se unía al grupo de los solteros y se iba también al bar, pero al igual estaba emocionado porque llegarían viejos compañeros suyos de América.
Silvia no dejaba de quejarse en todo momento del horrible frío de Londres, parecía afectarle y era ya clásico escucharla mencionar la ya trillada queja, y en su rostro se dejaba ver una nariz roja por los helados vientos.
Ginny parecía mas concentrada en los estudios, no era raro verla metida también en la biblioteca con un pesado libro de historia y la cabeza metida en este. Audrey, ella...... ella seguía siendo Audrey.
Sin embargo alguien se miraba demasiado contento entre los jóvenes que se escuchaban hablar de quidditch y de chicas.
- Es una lástima que no vengan muchas chicas, en verdad, me hubiera gustado conocer a una alemana – decía un chico algo robusto y bigotón para su edad.
- Tengo entendido que tan solo son dos equipos de quidditch tienen a chicas, uno es el de Australia y otro es el de México – contestó un chico alto de color
- Pero, ¿qué no México nunca ha aceptado a una mujer en su equipo?
- No el equipo de la selección nacional, en el de la universidad si ha aceptado, de hecho tienen a una mujer como guardian.
- Te equivocas – le dijo el otro chico – Esa mujer es tan buen guardian que quedó en la selección nacional mexicana, de hecho es la primer mujer que entra, tu sabes, los mexicanos son algo machistas y bueno, era muy difícil que una mujer entrara, creo que ha de ser muy buena para que haya quedado.
- ¿Y como sabes tanto? – pregunto el chico robusto-
- Ahh, pues me mantengo bien informado, hay una revista que sale cada mes y que habla de quidditch y de varios equipos de............
Harry caminaba , por todas partes se escuchaba que hablaban de quidditch, era la novedad, sin embargo sabía que estaba prohibido hablar fuera de la facultad de todo aquello que tuviera que ver con la magia. Las cosas últimamente no eran muy buenas, sus amigos parecían separarse cada vez mas de él, tal vez creía que era momentáneo, después de casi ocho años de amistad era común que cada quien buscara cosas distintas.
El se sentía raro últimamente, tenía una gran ansiedad por siempre andar cerca de su novia, era distinto, con lo que había tenido con Cho (en esa relación ambos eran mas independientes de lo que se creía), ella siempre había sido la chica perfecta, linda, carismática, una excelente jugadora de quidditch y sobre todo buena amante, muy a pesar de las cosas, creyó que la amaba, y que estaba enamorado de ella por mucho tiempo, pues cada vez que la miraba sentida algo raro , pero lo que al final de cuentas descubrió fue que sentía una fuerte atracción por la joven de apellido oriental.
Sin embargo lo de Ginny era distinto, completamente distinto, por una extraña razón se sentía muy unido a ella, fuera de Voldemort y de los ataques que ambos tuvieron, era algo distinto que creía saber y que prefería ignorar y olvidar, quería empezar de cero, olvidar lo que sentía en Howgarts que era totalmente distinto a lo que sentía por ella ahora, olvidar a Cho (aunque esto no era algo tan fácil como parecía) olvidar lo que Ginny tuvo con Colin, cada vez que el se le atravesaba por la cabeza sentía unos celos terribles al joven y muchas veces había estado tentado a preguntarle a Ginny hasta donde había llegado con él, pero siempre se terminaba arrepintiendo, temía que terminaran peleándose y perderla, creía no soportarlo.
Ahí estaba él, acababa de salir de una clase de la que ni siquiera había puesto el mínimo interés, sin embargo fue el primero en salir de la aula algo urgido. Salió del pasillo y observó desde arriba hacia la explanada de la facultad que estaba llena de jóvenes y una voz le interrumpió.
- Oye, ¿haz visto a Ron? – decía una chica algo pequeña, encogida por el frío del que no estaba acostumbrado –
- Salió a mitad de la clase, ya no volvió, ¿para que lo quieres Silvia?
- Es que.. no lo se... Paulina y Audrey traen una loca idea, no se si pueda decírtela..
- ¿Loca idea? ¿ustedes? Que raro – dijo Harry con una sonrisa –
- Ayy Harry, no es mi idea, es mas de Audrey que nuestra.
- ¿de que trata?
- Parece que no te haz dado cuenta, pero se trata de Hermione.
- ¿Hermione? ¿qué le sucede?
- Oyes ¿qué diablos te pasa? – Decía Silvia molesta – tu conoces mas a Hermione que alguna de nosotras, creí que tu sabrías con exactitud que es lo que sucede.
- Aah, es lo de Ron. Creo que son sus problemas, además no hay nada que solucionar, es cosa entre ellos, yo ya desistí los dos son demasiado testarudos y orgullosos, por eso ni le muevo , porque los conozco.
- No, no me refiero a lo de Ron, o tal vez, lo que sucede es que ella ha estado muy mal, tal vez es física o emocional , pero creo que hay que apoyarla porque.... .. ¿Harry? ...... Harry
Harry parecía no ponerle atención a la chica de piel apiñolada. Pues estaba mas atento a ver a otra chica que le llamaba bastante la atención, la chica estaba al fondo del pasillo y hacía ademanes algo exagerados para llamar la atención mientras platicaba con un chico.
- ¿No es esa tu ex novia? – preguntaba Silvia con algo de coraje
- ehhhh??
- Aggggr,. Mejor me voy creo que andas en al luna... – la chica se daba la vuelta – quien diablos entiende a los hombres todos son una bola de.....
Con tan solo una mirada hizo que Cho se alborotara porque él le había visto. Harry se limitó a darle una gran sonrisa, tal vez no se dio cuenta del todo pues estaba demasiado contento.
Dio unos pasos y bajó por las escaleras que daban directo a el piso de abajo en donde estaba la explanada llena de chicos y no pudo impedirlo. Tenía como una especie de radar conectado a su mente, involuntariamente recorría toda la escuela entre chicos y las buscaba con la mirada. Ahí estaba, con su roja cabellera mas debajo de los hombros. Lucía hermosa y una sonrisa se dibujaba en él. Parecía explicarle algo a un chico, pues tenía un libro abierto y lo miraba sin dejar de hablar, en cambio el chico sin que ella se diera cuenta la miraba con asombro y no parecía ponerle atención.
- Nunca creí verte así - escuchaba una voz Harry bastante familiar y sin dejar de verla le contestó –
- ¿cómo?
- Jajajaja, ayy Harry, la verdad me sorprende que estés así y mira de quien es.
- Ay ya Ron, ¿qué tiene de malo? Si, quiero a tu hermana y que.
- Es que si vieras la cara que haces cada vez que la vez – Ron trataba de no soltar una risita al ver una mirada fulminante por parte de su amigo.
- Mmmjj, ¿en donde diablos te habías metido? – preguntó Harry mientras le echaba un último vistazo a Ginny –
- AA, es que ese viejo me enfadó con toda esa estúpida teoría –
- No, no era eso, te vi hoy en la mañana, te mirabas demasiado mal, creo que ayer se te pasaron las copas.
- Si sabes, entonces ¿para que preguntas? Salí porque el dolor de cabeza era insoportable y quería un gran vaso de agua.
- Creo que estas saliendo demasiado.
- ¿y que? ¿acaso hay alguien que me detenga?. No Harry, ya no hay nadie – Ron decía esto último con nostalgia y tristeza.
- ¿por qué no vuelves a buscarla y poner las cosas en claro? .
- Porque ya lo hice una vez y no funcionó me mando mucho a la.... bueno , tu ya sabes, además tu haz visto como ella me trata ahora, no le intereso.
- Yo no diría eso además deberías de buscarla, ella luce distinta como si no tuviera vida.
En ese momento una chica se despedía del chico al que le acababa de explicar unas cosas y caminaba hacia donde estaban ellos.
- Hola – la chica pelirroja se acercaba y unos ojos verdes inmediatamente brillaban con tal intensidad que no pudo resistirse a ellos y le dio un leve beso en los labios – mmm me da alegría verte – le dijo solo al chico de cabellos negros.
- ¿Sí? – le susurraba a Ginny mientras la tomaba de la cintura y la abrazaba.
- Oigan. Dejen de hacer eso.
- Si, no hay que comer pan enfrente de los pobres – dijo Ginny en son de broma mientras su hermano cruzaba los brazos-
- ¿Con quien hablabas? – Harry le decía con tal sutileza que no parecía reclamo.
- Con Joshua, quería que le explicara cómo sería el trabajo final de la clase que acabamos de tener –
- ¿Celoso Harry? – decía Ron para molestar a Harry mientras dejaba escapar una risita burlona.
- No tiene porque esta celoso, aparte Joshua no anda detrás de mi, sino de Hermione, - Ginny miraba como su Hermano tomaba en su rostro desde un color rojo hasta morado del coraje.
- ¿Quieres que te lleve a comer? – decía Harry ignorando a Ron que se encontraba ocupado dirigiéndole una mirada asesina al chico con el que acaba de platicar su hermana.
- Creo que no puedo – decía Ginny algo triste – tengo que pasar a la Biblioteca, es tan solo un reporte lo que tengo que hacer, no tardaré mucho, si gustas me podrías esperar en el merendero.
- ¿y si mejor te ayudo? – preguntó Harry con unas ganas tremendas de seguir a su lado.
- No quiero que te aburras
- No lo haré - le contestaba el ojiverde – contigo no me puedo aburrir
- Mejor quédate con mi hermano – y acercándosele al oído de Harry le dijo – tengo que hablar con Hermione, ella está ahí.
- Esta bien te acompañaré tan solo.
Ron aún miraba con coraje al joven que ni siquiera se daba cuenta de lo que sucedía y Harry con tan solo darle un leve golpe a Ron le daba entender que caminara. Harry tomaba de la mano a Ginny y la acompañaba hasta la biblioteca en donde la dejaba y casi se aseguraba que entrara a ella.
Una enorme biblioteca que se encontraba justo en el sótano de la facultad, era tal vez cinco veces mas grande que la de Hogwarts, con grandes estantes de casi dos pisos de altura con un montón de libros escritos, tanto como mágicos como libros muggles, todos tenían un seguro especial, no era fácil abrirlos y hojearlos.
Caminó buscando entre las mesas en donde podría estar su amiga, hasta llegar a una, un montón de libros la tapaban como siempre, estaba sentada escribiendo en un pergamino y tenía los dedos manchados por la tinta, lucía tremendamente mal. Tenía unas ojeras y su arreglo personal no parecía preocuparle mucho.
- Hola, perdón por la tardanza, es que me encontré a Harry y a Ron afuera y ...
- No te tienes porque preocupar Ginny, en verdad, esto aquí desde hace mas de tres horas.
- ¿En serio? , espera... ¿faltaste a clase?
- Esto es mas importante de lo que crees - decía Hermione mientras cerraba de golpe un viejo libro y lo ponía sobre un montón de libros.
Ginny echaba un vistazo a los títulos de los libros "la mujer y la anatomía" "9 meses y cómo combatirlos" "medimagia general".
- ¿Qué es lo que haces? – le preguntaba la pelirroja mientras la castaña hacía un leve gesto en la boca sin contestar y luego Ginny miraba una página de uno de los libros que estaba abierto, mostraba información de los tipos de abortos que había y de cómo les sucedía a las brujas.- Hermione, pero ... ¿qué significa todo esto?
- Pues ya vez .... decía Hermione no muy preocupada o conciente de lo que pensaba hacer, mientras Ginny parecía aterrada.
- No, es que no puede ser. No puedo creer que pienses de esa manera – y luego miraba a Hermione desesperada – cuando me dijiste que no sabías que hacer pensé que buscarías otra solución, no esta.
- Tengo que buscar todas las soluciones posibles Ginny – Hermione contestaba algo fría y luego volvía a incorporarse a otro libro.
- Pero... es que... no... no Hermione.. no puedo cree que pienses así.. .. ¿piensas abortar?
- No tengo salida Ginny – Hermione se detenía por un momento sin mirar a Ginny y luego volvía a sumergirse en la página del libro.
- ¿qué estas diciendo? –
Inmediatamente Ginny se imaginó cuando hace año y medio exactamente le ocurrió lo mismo, en cambio ella, con un año menos de edad de Hermione, con una familia de la cual se supone que la protegía, con una relación que parecía derrumbarse y con un año menos que ella, se estaba enfrentando al mundo tal y como era, sin contar que se había atrevido a enfrentarse al- que-no-debe-ser-nombrado para ayudar al padre de su hijo, y en ningún momento había pensado en el aborto, ella no se podía arrepentir de su decisión, y mas cuando miraba a James o pensaba en él.
- Tu no entiendes Ginny, no entiendes en la situación en la que me encuentro, tengo que hacerlo, no tengo otra opción
- Te estas cerrando Hermione, estas mal, no, es que no puedo creer que pienses de esa manera, no puedes acabar así de fácil con una vida que apenas va comen.....
- No Ginny, tu no sabes nada- Hermione en ese momento volteaba con los ojos humedecidos y confundida, la verdad es que ni ella misma sabía que hacer, tan solo leía los libros para encontrar una sencilla solución, la que fuera.
- Tu no sabes nada de nada Ginny, no tienes ni la menor idea de estar en mi lugar. Estoy entre la espada y la padre, ¿te imaginas lo que sucederá en dos meses mas? ¿crees que le pueda dar un buen futuro a lo que estoy esperando? Ni siquiera llevo un año de la universidad, traeré al mundo un niño que ni siquiera tiene padre seguro, mis padres Ginny, ¿te imaginas lo que dirán mis padres cuando se enteren? ¿cómo lo alimentaré? Ni siquiera tengo trabajo, mucho menos un hogar, cuando en la universidad se enteren que estoy embarazada me expulsarán de los dormitorios, tendré que buscar un lugar en donde quedarme, ¿me dices que me estoy cerrando? – Hermione tenía los ojos cargados de lágrimas, Ginny entendió que le dolería deshacerse del pequeño y lo único que pudo decir ella fue una simple palabra.
- RON
- ¿QUÉ? – Hermione le miraba con dos lagrimas ya en las mejillas.
- Dile a Ron a ver si te piensa ayudar, pregúntale que, que opina
- Estas loca, no lo pienso hacer
- Si, porque sabes lo que hará, querrá casarse contigo, lo apuesto
- Así es, y esa no es la manera de solucionar las cosas,
- ¿Entonces cual? ¿se lo ocultarás? Ron cometió un error al haberse metido con una zorra, pero ¿crees que ese es el precio por haberte engañado? No Hermione, no seas así, dale la oportunidad que el también decida, te apuesto a que no tendrás que preocuparte por darle un techo al bebé.
- Eso es precisamente lo que no quiero, no quiero que el esté conmigo tan solo porque estoy esperando un hijo suyo, no quiero obligarlo a estar conmigo
- ¿OBLIGARLO? por favor Hermione
- shhh, ¿acaso no pueden guardar silencio? Si siguen hablando fuerte, mandaré a que las saquen – decía justo una de las señoras que trabajaba y Ginny siguió hablando, con la diferencia que tan solo susurraba.
- Por favor Hermione. No cometas una locura de la cual lo mas seguro es que te arrepentirás después, además ese bebé que esperas no es solo de tu sangre, sino mía también ¿sabes que es lo que te digo?
- Se me olvidaba que eras hermana de Ron, soy una estúpida al creer que podía contar contigo – Hermione azotaba el último libro que traía hacia la pila de libros que estaban en la mesa haciendo que un estruendoso ruido se escuchara en toda la biblioteca, la bibliotecaria volteaba molesta y Hermione sin darle oportunidad a que fuera a reclamarle salió corriendo tapándose el rostro con las manos.
Ginny se sintió culpable, por un momento una serie de sentimientos removidos le explotaban en su interior, Hermione estaba pasando por algo que ella ya había pasado ¿era fácil entenderla? Tal vez si, sin embargo la forma de ser de Hermione le impedía que hiciera muchas cosas. Conocía a su amiga lo suficiente para creer que no sería capaz de hacerlo, aunque temía equivocarse. La siguió hacia los baños de la biblioteca y ahí estaba, los baños estaban solos , tan solo una chica de cabellos enmarañados se lavaba la cara con insistencia para ver si así se le borraban las lágrimas del rostro.
- deja de tratar de llamar la atención – le dijo la pelirroja a Hermione mientras esta segunda cerraba los grifos de agua y la miraba a través del espejo del baño – deja de hacer eso que me haces que me dé un miedo terrible y una desconfianza hacia ti que nunca antes habías logrado.
- ¿qué? – decía Hermione hablando con un poco de mas libertad
- Si, por favor Hermione, ¿ crees que no me estoy dando cuenta? Lo haces porque estas desesperada y no sabes que hacer, pero en verdad no quieres deshacerte de él.
- Te equivocas Ginny – decía la chica mas calmada.- yo....
- Contéstame una pregunta, solo una pregunta por favor – Hermione se quedaba callada y miraba a su amiga como accediendo. – solo una pregunta, muy ha pesar de lo que haya pasado. Sin importar de cómo sea ahora, sin importar absolutamente nada., independientemente de lo estúpido que fue mi hermano.
- ¿qué quieres que te diga? – la voz de Hermione se mostraba calmada y accesible
- Tan solo contéstame y dime si en realidad quieres tantito a mi hermano.
Hermione se soltó a llorar como si fuera una niña, Ginny logró comprender exactamente que era lo que ella estaba sintiendo. Era terrible ver como se ahogaba no en su propio llanto, sino en su propio dolor de la herida que le había producido recientemente y Ginny se acercó a ella para poderla consolar, pero no se dejó y luego empezó a hablar sin parar de llorar.
- Lo amo, lo amo Ginny, no tienes idea de cuanto lo amo, pero entiende que no puedo estar cerca de él, no puedo y me duele demasiado.... me duele como nunca antes me había dolido ... te juro Ginny, me quiero morir, me quiero morir, no aguanto el dolor tan grande que siento por lo que me hizo – Hermione se aferraba ahora a Ginny y la abrazaba para poderla calmar, sin embargo la combinación de el llanto con el dolor era algo que Ginny no podía resistirse y ella también empezó a llorar, quiso contarle lo que ella había pasado, no tan menos mal, al menos Harry nunca se había enterado, pero , ni Ron tampoco, Ron no sabía del estado de Hermione.
- Por ese amor que sientes por él, por lo que sentiste, por el amor a Dios Hermione, ese niño que esperas es lo más puro de el y de ti, te juro que no te arrepentirás de eso – Hermione tenía el rostro lleno de lágrimas y no podía dejar de llorar – te lo dice alguien que ya pasó por eso y ...
Justo en ese momento entraba una chica a los baños y se quedaba quieta algo pasmada al ver la escena de Ginny y Hermione abrazadas en medio de los baños e inmediatamente se separaban, la otra chica las miraba extrañadas y con cautela y sin quitarles la vista se metía a uno de los baños.
- Creo que han creído que somos del otro bando – dijo Ginny mientras reía un poco – anda, deja de llorar y lávate la cara, te esperaré afuera, tengo algo que buscar.
Ginny salió del los baños, se limpió el rostro y se dirigió hacia la mesa en donde había dejado sus cosas. Después de un regaño por parte de la bibliotecaria tomo un viejo cuaderno que traía consigo en su bolso y que nadie lo sabía, con excepción de pocos, pero le había costado mucho trabajo conseguirlo y aun mas trabajo poderlo abrir. Subió las escaleras que daban a la segunda sección de la biblioteca, justo en donde decía:
"Libros de encantamientos y Pociones" sección: magia negra.
Ginny miró el cuaderno que era blanco con unas flores silvestres lilas y sacó su varita y mencionó la palabra que abriría el cuaderno: Lily Potter. La primera página se abrió y unos datos resaltaban: Lily Evans, 6to año, Gryffindor.
Llegó hasta las últimas páginas, nadie se esperaba que datos de ese tipo estuvieran justo ahí en ese cuaderno, venían los datos de unos libros que le llevaría a indagar sobre algo que la ayudaría. Viendo la bibliografía buscaba entre los libros hasta dar con uno. Volteó hacia abajo en donde estaban las mesas de estudio y Hermione se encontraba ya ahí, trató de hablarle para decirle en donde estaba, pero no le pareció conveniente, y la chica de cabellos castaños al ver que su amiga no se encontraba se marchaba. Ginny pensó que así era mejor, podría hacer muchas preguntas. Tomó otro libro mas, tal vez esos mismos libros la llevarían a descubrir con exactitud que hechizo protector utilizó lily Evans para proteger a Harry.
Se buscó una mesa de estudio que estuviera cerca, colocó tan solo los dos primeros libros que encontró y siguió su búsqueda. Se preguntaba aun cómo había conseguido Lily Evans lograr un hechizo tan eficiente, tal vez había sido un encantamiento, pero no conocía encantamientos que protegieran de un Avada Kedavra, mucho menos pociones, aunque Snape insistía que si se lograba mezclar estas dos, se podía lograr dos cosas, un éxito jamás visto o un chasco completo acompañado con una muerte, pero Ginny sabía a la perfección que no podía ser del todo posible, lo único que lograría sería un total fracaso.
Así paso unos quince minutos, sumergida viendo el montón de libros, hasta que se escuchó unos pasos avecinarse; sabía que si alguien la encontraba ahí inmediatamente se correría el rumor de que Ginny Weasley estaba en la sección de magia negra, esa sección era las mas abandonada de la biblioteca.
- BUUUU – decía una voz con el propósito de asustar a la pelirroja –
- Audrey – susurraba la pelirroja sin hacer un gran escándalo –
- Chin, no te asuste – una gran sonrisa se dibujaba en la chica platinada y luego como si nada tomaba un libro del estante – me encontré a Harry afuera de tu facultad y me dijo que estabas aquí ¿qué hace Ginny Weasley en la biblioteca? Me pregunto.
- Aaayy, Audrey, no empieces con tus bromas, así que ayúdame a cargar esto – Ginny le daba tres libros demasiado gruesos y pesados mientras ella agarraba otros tres – llevémoslos a aquella mesa.
- Oyes, están muy pesados ¿para que quieres tres biblias? – Audrey dejaba caer los libros a la mesa de golpe causando un fuerte ruido.
- ¡Audrey! – decía Ginny acompañada de una mirada fulminante –
- Lo siento, perdón, no lo vuelvo a hacer – y la chica se dejaba caer a una silla y simulaba interés en los libros. Sin embargo mostró mas interés en un cuaderno que descubrió como muggle que tenía unas flores en la portada. - ¿y esto? ¿qué es? – y lo tomaba, estaba abierto.
- ¿eso?
- Si. Lily Evans – leía la chica – sexto año, ¿gryffindor?, dime una cosa, ¿quién es lily evans?
- Shhh, no lo leas en voz alta, alguien nos podría oír – Ginny le arrebata el cuaderno –
- Pero si esta área esta sola, dime pues, ¿quién es esa chica?
- Era la mamá de Harry – dijo Ginny sentándose en la mesa.
- Y ¿tu que haces con eso? ¿no me digas que Harry te lo presto?
- No, Harry no me lo prestó, fue Sirius y ni me preguntes como lo consiguió, no me quiso decir.
- ¿Sirius? ¿el padrino de Harry? ¿desde cuando eres tan amiga de él?
- Desde ayer, tuvimos una platica muy cerrada, creo que logre que me comprendiera, por lo visto no le piensa decir nada a Harry, eso me mantiene mas tranquila, le dije lo que quería hacer y bueno, el me dijo que tal vez aquí podía encontrar alguna reseña de cómo ayudar a James - Ginny le mostraba el cuaderno a Audrey y luego lo dejaba para tomar un libro –
- Y ese cuaderno ¿qué es? - Audrey parecía demasiado curiosa –
- Es el último cuaderno que la mamá de Harry utilizó en su último año de colegio, Sirius cree que posiblemente aquí esta alguna clave para descubrir como fue que Lily pudo proteger a Harry contra.... bueno. Tu ya sabes contra quien, yo ya te lo conté, creo que eso ayudará a James.
- Pero, si James lo primero que ocupa es buscar una cura para lo que tiene – decía algo impresionada Audrey - ¿qué no tienes que buscar algo respecto a eso?
- No, Audrey, no, Snape se está encargando de eso, yo lo que quiero hacer es buscar un hechizo protector a James para que todo se resuelva.
- Pero.. Ginny... ¿ cómo crees que se resuelva ¿ ¿crees que con un hechizo protector no llamará la atención?
- No, creo que no terminas de entender, ..... tengo que buscar un hechizo protector para estar segura que James no corre peligro alguno ...tal vez no debería de decirte esto pero.... estoy preocupada por James, desde que Colin se le ocurrió venir a amenazarme y decirme que lo buscan, no he dejado de pensar en buscar algo para protegerlo- Ginny sacaba su varita y antes de mencionar algo, Audrey la miraba confundida – y bueno, la mamá de Harry utilizó un hechizo para protegerlo de pequeño y ya vez lo que ocurrió. Espero yo también encontrar algo.
- Lo ciento en verdad – decía Audrey agachando la cabeza.
- Pero ¿por qué lo haz de sentir? Yo tengo fe en que encontraré algo.
- No me refiero a eso, yo también tengo esperanzas que encuentres algo para Jim, me refiero a lo otro, tal vez no debería de hablar, pero... Colin es mi primo, eso me hace sentirme mas culpable.
- La única culpable soy yo, por haberle dado ilusiones y nada mas – dijo Ginny mientras sujetaba un libro enorme.
- Pe.. pero ... dime una cosa ¿si eso llegara a suceder? Me refiero a que si logras encontrar algo que ayude a James.... ¿des dirás a tus papás? Dime la verdad Ginny.
- Aun no lo se – admitió Ginny con algo de tristeza – no se si pueda, primero tengo que concentrarme en encontrarlo y luego ya sabré, no es nada fácil, tardaré bastante tiempo en descubrir, así que tengo mucho para pensar eso.
- ¿le dirás a Harry? – Ginny se quedó helada tras la pregunta de Audrey.
- No Audrey, no lo haré, no me preguntes porque pero temo por James, temo porque Harry no lo acepte.
- Aaay Ginny, no seas tonta, no creo que Harry lo rechace, ponte a pensar, chance y te ayude con todo esto.
Ginny le mostró una gran sonrisa a Audrey, eso podría ser cierto, los próximos segundos de silencio, Ginny se imaginó con Harry buscando entre libros alguna solución para ayudar a Jim, se imaginó a alguien que nunca antes había conocido, al Harry padre, al Harry cariñoso y excelente Padre.
- haayyyy - decía la joven de pelo platinado sacando de las ideas a Ginny - ¿cómo diablos se abre este maldito libro?
- Espera – Ginny tomaba el libro y pasaba su varita sobre el y mencionaba algo raro para Audrey – alohomora.
E libro se abría.
- aaaaa, es contra muggles – decía Audrey sorprendida - déjame intentarlo, anda, préstame tu varita – insistió Audrey.
- No creo que sea buena idea, nunca he visto como un muggle trata de utilizar una varita - dijo sin interés Ginny.
- Anda, se buena amiga y préstamela, tal vez si hago que un maldito libro se abra me compro una para diciembre – reía Audrey y Ginny no muy convencida le daba la varita a Audrey que se emocionaba al traerla consigo como niña pequeña . ¿Cómo dijiste para que se abriera el libro?
- Alohomora.
- Ok, alohomora, alohomora – decía la chica sin pasar aun la varita sobre el libro practicando – alohomora.
- No creo que lo logres Audrey, no tienes idea de cuanto tiempo tarda un niño para que un simple hechizo como ese le salga.
- Oooohhh tu déjame a mi - decía Audrey algo sonriente y con seguridad apuntaba a un libro que estaba en un costado – alohomra.
- Alohomora – volvía a decir Audrey mientras Ginny se aguantaba la risa y Audrey esperaba que el libro se abriera – allooohooomora – decía con gran fuerza y el libro nada.
- ¿ya vez? No podrás abrirlo – decía Ginny mientras aguantaba la risita. Audrey simulaba concentrarse para poder abrirlo – anda devuélveme la varita.
- No, espera, no es la varita ni soy yo, es el libro - y con gracia Audrey volvía a tomar otro libro - ALOHOMORA – gritaba fuerte.
- ALOHOMORA - varias personas que se encontraban cerca de la sección de libros se percataban de que no podía abrirlo mientras Ginny tomaba un color rosado en sus mejillas –
- Ya Audrey, no podrás.
- Alohomora – volvía a repetir y parecía exhaustarse y luego volvía a tomar otro libro.
- Ya Audrey, ¿qué no entiendes? Eres muggle no podrás..
- Alohomora .- dijo Audrey con fuerza y seguridad cuando Ginny le dijo que era una muggle y que no podría y el libro se abrió inmediatamente dejando impresionada por cuatro de segundo tanto como Audrey y Ginny, que la primera estaba apunto de dejar escapar una gran sonrisa cuando un chorro de un líquido viscoso salía por el libro directo al rostro de Audrey con tanta fuerza que la baño desde el pelo hasta la cintura y asustada tiraba el libro.
- Dios mío Audrey, ¿estas bien? – decía la chica mientras se acercaba a ella, parecía no respirar de la impresión y luego se miraba a ella misma algo aterrada.
- ¿qué.... es...... esto? - decía Audrey aterrada.
- No lo se, pero será mejor que te vallas a lavar , creo que es..... – Ginny tomaba el libro que ahora se encontraba cerrado y vio el título, dejó escapar una risita y volteó algo aliviada con su amiga - .. es petróleo crudo. Jajajaja
- Será mejor que me vaya – dijo Audrey mientras con cuidado se levantaba y se iba. Ginny no aguantaba y con la mano en la boca empezaba a reírse mientras su amiga se iba directo a los baños, para después de ahí irse de la biblioteca.
Después de una hora de lo sucedió, se encontraba sola, la mayoría de los libros no contenían masque pociones simples y encantamientos que ella antes en Hogwarts ya le había tocado aprender o estudiar, así que no era muy buena idea seguir leyendo los libros, con excepción de uno, ese era el mas interesante y mas oscuro de los demás,. En su pasta venía una especie de dragón mitológico, que jamás había visto en su vida. La piel parecía tener escamas y resaltaba de la piel una gran gamas de colores llamativos, desde amarillo, morado, y azulverde, y los ojos del dragón eran tan redondos y estaban saltados, Ginny podía asegurar que en verdad no era un dragón, pero en la primera hora aseguraba que lo era. El libro estaba en ingles.
Caminó hacia abajo, justo en donde se hacía el trámite para sacar los libros, con algo de temor y de vergüenza, aun insegura de sacar el libro de la biblioteca se detenía para observarlo y preguntarse si valía la pena.
- Ginny, eyyy, ¿sigues aquí? – le preguntaba Silvia – Harry me dijo que te estabas aquí desde hace un buen rato.
- Si, es que, sacaré un libro para una lectura – decía Ginny mientras se colocaba en la fila que había para sacar libros y trataba de no mostrar el libro –
- Aaa, a ver - decía Silvia mientras inmediatamente Ginny le preguntaba una cosa – oyes ¿y Paulina? , se me hace raro no verla contigo.
- Se fue con Audrey, la llevó al dormitorio, por lo de hace rato, ella nos contó lo que le sucedió – Silvia dejaba soltar una risita bastante suelta – la hubieras visto, estaba demasiado asustada.
- La vi cuando se fue, no parecía estarlo. – Ginny avanzaba conforme la fila lo iba haciendo –
- Si pero le dijimos que no era normal que la varita le hubiera obedecido – dijo Silvia mientras también caminaba –
- La varita no le obedeció, fue el sistema que tiene los libros de defensa - contestó Ginny mientras se detenía de nuevo.
- No, te equivocas Ginny, si el libro se abrió fue porque el encantamiento resultó, la varita si obedeció, el libro fue el que se dio cuenta que Audrey no era la dueña.
- Pero si Audrey es muggle – decía Ginny impresionada – ella, ella no pudo hacer algo así.
- Por eso está con Paulina, trata de ver que es lo que en realidad le sucede. ¿te imaginas que Audrey fuera una bruja? Sería todo un caso sorprendente y mas cuando tiene manifestaciones de magia ya de adulto.
- No creo que se a buena idea - Ginny guardaba silencio, no quería que Audrey se emocionaba ¿y si Paulina y Silvia se equivocaban? Posiblemente Audrey se sentiría mal si fuera una simple muggle, ella ya había superado eso.
- Señorita, señorita, si no piensa llevar el libro, retírese de la fila – decía la bibliotecaria cuando Ginny sin darse cuanta acababa de llegar al mostrador –
- Perdón. Voy a llevar este libro – decía Ginny en voz baja mientras pasaba discretamente el libro a la bibliotecaria –
El libro pasaba por una especie de varita colocada al lado del escritorio de la bibliotecaria, en donde se sellaba automáticamente y la pasta cambiaba de portada y de título, para que no le llamara la atención a los muggles.
- tu credencial niña – decía la bibliotecaria molesta al recordar que ella hace una hora traía un escándalo y extendía la mano para que se la pudiera dar. Ginny metía la mano en su pequeña mochila que traía siempre consigo para buscarla.
En su colegio anterior no pedían credencial de estudiante, pues no tenían necesidad de mostrarla, pues no eran tantos como ahora en la universidad y podían llevar un control, sin embargo aquí era distinto. Metió hasta el fondo la mano y no logró encontrar nada, y luego recordó que la había dejado en su dormitorio.
- La he olvidado – dijo Ginny algo preocupada –
- Perfecto – dijo la bibliotecaria mientras ponía el libro a un lado aun mas molesta– ni creas que te voy a prestar el libro, ve y luego regresas con tu credencial, sin ella no hay préstamo externo.
- Espere – interrumpió Silvia – yo sacaré ese libro y este también.
- Gracias Silvia – dijo Ginny mientras la chica morena le daba el otro libro y muy a escondidas le daba la credencial a la bibliotecaria para que nadie la viera-
- Es que no salí muy bien – dijo Silvia cuando Ginny se percataba que entregarla la credencial con la fotografía para abajo y algo colorada por la pena – la he de cambiar para el próximo semestre.
Ginny le sonrió y luego vio como la bibliotecaria sin cuidado tomaba la credencial y la pasaba por la especie de varita que también antes había pasado el libro mostrando la foto de frente. Pero Ginny no creyó que Silvia saliera mal, al contrario, era una foto sin movimiento como todas las fotos de las credenciales de la universidad de Londres, la única diferencia era que justo cuando pasaba por la varita, para comprobar que fuera legítima, la foto cobraba movimiento.
La foto de Silvia no era la excepción, sin movimiento se mostraba una chica sonriendo mostrando su perfecta y cuidada dentadura, sin embargo cuando empezaba a tomar movimiento, Silvia en la foto cerraba los ojos y se podía ver claramente como la chica de piel apiñolada daba un estruendoso estornudo tan fuerte, que de inmediato de su nariz salía toda una combinación tremenda de mocos para todos lados, a tal grado que parecían salirse de la foto, la bibliotecaria la miraba con asco y tocando lo menos posible la credencial se la devolvía.
- Eyy, esta bien fregona tu credencial ¿me dejas verla? – decía un chico que estaba atrás de Ginny asombrado al verla –
- No - contestó muy espontánea Silvia mostrándose muy apenada y luego volteaba a ver a Ginny y mas apenada le hablaba – Ese día traía una alergia muy fuerte y bueno, el señor que me tomó la foto era un muggle y no quiso volvérmela a tomar, tuve que dejarla así - todos alrededor se reían con excepción de Ginny
Caminaron juntas por los jardines exteriores de la facultad, Silvia iba encogida por el frío y algo apenada, Ginny ya estaba acostumbrada al frío de su país y caminaba mucho mas ligera, el cielo estaba nublado como también era de costumbre.
- ¿iras a los dormitorios? – preguntaba Silvia deteniéndose un momento –
- No, quedé de verme con Harry en el merendero, - contestaba Ginny mientras volteaba a su alrededor buscando algo –
- Yo también iría pero me conviene saber que ha pasado con Audrey, - decía Silvia mientras se frotaba las manos por el frío que le daba.
- ¿sabes? Te acompañaría pero quede de verme con él, pero por otra parte estoy algo preocupada por Audrey.
- No te preocupes, ni al caso, ella tan solo se sorprendió, además sería un caso único que documentar, una mujer ya adulta manifestando magia, sería estupendo.
- Ni tan adulta, si tiene 21 años – rió Ginny mientras se quitaba un mechón de la cara – además creo que fue pura suerte, por favor Silvia, no emocionen a Audrey, sería muy triste por su parte descubrir que fue pura coincidencia.
- Espero que no sea así – dijo Silvia mientras se retiraba – así que te dejo Ginny nos vemos mas tarde.
- Al rato Silvia – Ginny miraba a su alrededor y luego se disponía a caminar para ir al merendero, cuando sintió que alguien la jalaba justo de la cintura haciéndose que se volteara y que casi cayera al suelo. - ¡¡¡HARRY!!!
El joven la miraba con una gran sonrisa mientras la tomaba de la cintura.
- ¡¡Potter!!! Deja a mi hermanita – se escuchaba una voz entre reclamo y risa –
Pero Harry no escuchaba, tenía puesto los ojos sobre la misma chica que abrazaba y un brillo especial aparecían en los ojos de la pareja, estaban conectados y Harry movía los labios, diciéndole algo causándole una risita a Ginny y una miradas de complicidad.
- Apúrate Harry, tenemos en una hora y media entrenamiento – Ron se acercaba a la pareja – y tengo hambre.
- Cuando no Ron – reía Ginny –
- Aaay ya van a empezar de nuevo – dijo Ron mientras miraba a la pareja abrazados y sin separarse –
- Esta bien esta bien, vamos a comer pues - dijo Ginny a su hermano – pero primero tengo que ir a dejar este libro a mi cuarto – Ginny mostraba el libro ya sin pena.
- Ve tu Ron, acompañare a tu hermana para que deje el libro, nosotros te alcanzamos en 10 minutos, en lo que vamos y regresamos.
- Esta bien, me adelantaré, tan solo porque tengo hambre, pero no se tarden.
- No, no nos tardaremos – dijo Ginny con una leve risa en los labios.
Cuando Ron dio la vuelta y justo en ese momento con cara de niños traviesos, Harry tomó de la mano a Ginny y la jaló y se la llevo casi corriendo.
- Harry espera – decía alegre la pelirroja mientras el la jalaba y alegre corría hacia los dormitorios, burlando los estudiantes que estaban alrededor. El pasillo principal de los dormitorios estaba lleno, Harry jalaba con insistencia a Ginny contento burlando a los estudiantes que salían y llegaban a sus cuartos casi en multitudes. Harry la jaló tan rápido y ella se sentía tan contenta que ni siquiera se dio cuenta que había chocado con Cho, Ginny feliz y sin verle la cara le dijo un: lo siento, mientras la chica de cabellos ondulados vio como la pareja recorría el pasillo y asombrosa y tan molesta los miraba pasar.
Harry se subió hasta su dormitorio, abrió la puerta y la metió y con gran desesperación ya dentro la abrazó, Ginny tenía dibujada una sonrisa en sus labios al igual él. La sujetó y ambos cayeron sobre la cama, Harry abrazando a Ginny y sobre ella. Ambos se miraban directo a los ojos con insistencia.
- te extrañe – fue lo único que salió al principio de Harry –
- ¿en serio? – Ginny dejó escapar una risa que volvía loco a Harry –
- Sí, en serio – sentía embrujada por su mirada, y se perdía en esos ojos verdes –
- Si, es verdad, me moría por estar a solas contigo – El calló por unos segundos y de la única manera que puedes ver a la persona que tanto amas, él le acaricio la mejilla con cuidado, como si fuera un gran privilegio tenerla a su lado.
- Tal vez nunca antes te lo había dicho pero Harry, yo te....
- Shhhh, no digas nada – calló a Ginny y ella comprendió a la perfección mientras lo abrazaba, que no había nada, que absolutamente nada se podía comparar con estar entre sus brazos, entre sus ojos, en esa mirada penetrante que no había palabras exactas para describirlas.
El estaba sobre ella, no la había besado, era como una competencia para ver quien aguantaba mas tiempo viéndose directo a los ojos, sin embargo lo que en ese momento no dejaban de hacer era acariciarse, sin tocarse los labios, Harry recorría cada centímetro del blanco cuerpo de Ginny, y prenda por prenda le iba retirando y poco a poco ya no eran sus manos las que la tocaban sino sus labios que recorrían todo el cuerpo sin olvidar ningún rincón por mas profundo que fuera. El aroma de Ginny a flores que penetraba la piel de Harry era tan fuerte y excitante que lo volvía loco. Ella inmediatamente reconocía el olor de Harry, aquel que no tenía ni esencias de frutas o de alguna especie, tan solo olía a Harry no a mas, e inmediatamente sentía un calor que venía invadiéndole desde la nuca y le recorría toda la espina dorsal y ésa necesidad tremenda de encontrar sus labios, de llegar a ellos como fueran posible, aunque sabía que tenía que recorrer un camino, no le importó y lo tomó. Era increíble, ella jamás se había imaginado que cada parte de él, cada centímetro de su piel de su cuerpo lo quisiera y lo deseara tanto, hasta que llegó a ellos, una mirada penetrante de ojos verdes la detuvo, su respiración agitada al igual que la de él era de notarse, y sin pensarlo dos veces, lo besó, justo en los labios, ese lugar que tantas beses había besado y que ya no era necesario averiguar acoplarse a el, él deseo y el amor le invadían a tal grado que sentía como en s u pecho le sofocaba.
El impulso y el sentido la orillaron a abrir las piernas y dejar que Harry se acomodara entre ellas demasiado agitado,. Ahí estaba, sentía como poco a poco estaba apunto de acercarse el momento, sentía como chocaba entre los muslos de sus piernas y dejando sacar de lo mas profundo de su ser un suspiro vio los ojos de Harry sin anteojos y lo detuvo.
- ¿queee? – decía el joven todavía agitado y respirando grandes bocanadas de aire.
- Si Harry, no hemos tomado las medidas adecuadas lo hemos olvidado un montón de veces - Ginny respiraba aun también agitada.
- Esta bien - inmediatamente el joven se retiraba de el cuerpo de su novia y se levantaba desnudo y se ponía a revisar entre los cajones si podía encontrar uno, tan solo uno, pensaba y revisaba con tanta insistencia sus cajones y los de Ron, hasta llegar a una cajita de un paquete de tres, - no importa, después se los reemplazaría, esa era una emergencia.
- ¿Irás ahora al entrenamiento? – preguntó Ron a Harry mientras este se ponía los zapatos –
- Claro que iré, ya sabes, si faltamos un solo día es capaz de no dejarnos jugar – Harry tomaba su unos libros del escritorio mientras Ron habría uno de sus cajones para buscar unas tijeras –
- Ayer Llegaste tarde ¿dónde diablos estabas? – decía Ron algo molesto porque lo habían dejado plantado en el merendero –
- Te dije en la mañana que estábamos con Au....
- Espera - Ron sacaba un paquetito de anticonceptivos - ¿tomaste uno de estos? – Ron parecía empezarse a molestar
- ¿por qué yo he de tomar uno? – preguntaba Harry algo Rojo sin mirarlo a los ojos –
- estaban nuevos, estoy seguro de ello – Ron revisaba – falta uno, oyes, ayer tu y Ginny me dejaron plantados .......
- No pienses mal Ron, no pienses mal – Harry se ponía a la defensiva ante su amigo – te dije hoy en la mañana que ayer estuvimos con Audrey... a ... a lo mejor fue Scott... si fue tal vez Scott..
- ¿para que los querría Scott si ni novia tiene? – Ron miraba como su amigo le daba la vuelta y salía de la habitación para salir del problema, Ron tuvo que tragarse tu coraje.
- entonces ¿qué fue en lo que quedaron? – le preguntaba la chica pelirroja –
- Pues la verdad, no lo se, me hicieron las chamacas una serie de pruebas, no me quisieron decir nada – decía Audrey mientras miraba a su amiga.
- No tienes porque preocuparte de nada, tan solo fue coincidencia que el libro se abriera – decía Ginny mientras se abrochaba bien el abrigo.
- Eso mismo creo yo. ¿Irás ahora con James?
- Así es. ¿me quieres acompañar?
- No, no puedo, tal vez no te debería de decir nada, pero me hablo mi tía Rossy y......
- Oh – Ginny sabía a la perfección que su tía Rossy era la mamá de Colin, la misma que había dejado una gran casa para casarse con un lechero.
- Y bueno...voy a ir a su casa – esto último lo dijo como casi un susurro
- Y ¿para que?
- MMmmm, quiere que tomemos te – dijo mirando hacia el cielo, Ginny inmediatamente supo que su amiga mentía – sí, iré a tomar te.
- Esta bien Audrey, no tienes porque actuar así, tu tía no tiene nada que ver, es punto y aparte a lo de Colin.
- Si tu lo dices – Audrey parecía quererle decir algo a Ginny, pero recordaba su promesa que le había hecho a Remus.
- Mira, no te preocupes, eso ya paso, ahora será mejor que me vaya, creo que empezará a llover y aun tengo que caminar bastante para llegar.
- Bueno, nos vemos mas tarde en tu cuarto ¿te parece?
- Si, bueno , será mejor que me vaya – Ginny tomaba camino hacia el boulevard que colindaba con la universidad, para después partir hacia en donde estaba su bebé.
La pequeña casa era un caos completo. Ginny entraba a la casa sin que el pequeño James se diera cuenta que su madre había llegado, ella lo observaba sin él se diera cuenta. Estaba arriba de la andadera y justo a un lado de una jaula en donde se encontraba una lechuza blanca que parecía gritar histérica porque el pequeño movía la jaula de lado a lado asombrado por la lechuza y daba grititos de alegría cada vez que esta chillaba. Y luego el pequeño tomaba una varita y la pasaba por las rejas de lado a lado de la jaula haciendo que la lechuza aun se molestara y parecía pedir ayuda. Cuando Ginny vio la varita se asustó de verdad y corrió hacia en donde estaba el pequeño.
- NO JAMES – gritó Ginny al mismo momento que le quitaba la varita de las manos de James, mientras este volteaba sorprendido al ver que su madre se encontraba ahí. Con una carita de ángel manchada de chocolate hasta la frente, unos ojos azul índigo parecía preguntarle a su madre porque le quitaba su varita. – ESO NO SE AGARRA.
- No te preocupes, es de juguete – decía Sirius al mismo tiempo que iba saliendo de la cocina con un delantal puesto y con su varita de verdad en la mano – Tuve que comprársela cuando quería la mía.
- Ah, hola Sirius – decía Ginny mientras miraba mas detenidamente la varita de James – creo que no es buena idea que él la tenga, podría sacarle un ojo a alguien ¿esa es Hedwig?
- Si la misma – contestaba Sirius - y por lo visto James y ella no se han caído muy bien – la lechuza parecía demasiado molesta por la presencia del niño e indignada se volteaba para no ver a nadie.
- Ven James para acá – Ginny cargaba al pequeño que miraba a su mamá confundido con una carita aun manchada y las manos pegajosas, Ginny se imaginó que el pequeño trató de comer una rana de chocolate mientras esta todavía estaba bajo el hechizo para que se moviera.
- Se portó bien, este niño es maravilloso – decía Sirius mientras se acercaba a Ginny y al pequeño – si supieras, ahora vomitó a Severus, eso estuvo excelente – Sirius empezaba a reírse.
- ¿James vomitó? – Ginny lucía asustada
- Si... bueno.... es que creo que comió mucho, se comió tres huevos en la mañana aparte de su biberón- decía Sirius ingenuamente mientras Ginny se aterraba y miraba a su niño sorprendida y asustada, no había duda de que Sirius no era buen niñero.
- ¿QUUEEE? PERO SIRIUS, CON UN HUEVO BASTABA ¿dónde estaba el profesor Snape? - Ginny tomaba una toallita húmeda y empezaba a limpiarle el rostro al pequeño que se dejaba sin decir nada.
- El muy inútil me dejó esta mañana al pequeño, creyó que no me podía encargar de él, pero le salió el tiro por la culata – Sirius mostraba una gran sonrisa - el pequeño estaba demasiado feliz conmigo, no dejaba de gritar en la mañana, gritaba algo así como: eeeveooss, ¿sabes que significa?
Ginny se llevaba la mano a la frente y miraba algo desesperada a Sirius que se sentía muy contento por creer que había logrado cuidar el solo al pequeño.
- James gritaba eveus, significa Severus – Ginny miraba al pequeño mientras reía como si lograra entender lo que decía su madre –
- ¿en verdad? – Sirius lucía algo sorprendido por la inteligencia del pequeño – bueno, si logra decir Severus, creo que pronto podrá decir Sirius, ¿verdad James? Anda, ven con tío Siiii-riii-uuusss – el pequeño vio acercase al hombre y como si supiera que algún día fue un convicto y se aferraba de las ropas de su madre, negándose a ir con el tío. – bueno, creo que será mejor que me vaya a seguir preparando la merienda.
Algo decepcionado se daba la media vuelta.
- Sirius – decía la joven mientras sostenía al pequeño en sus brazos – Gracias por cuidar de James.
- No tienes porque agradecérmelo, lo hago con mucho gusto, es un niño excelente, además vasta verlo para darse cuenta que la sangre Potter abunda en el pequeño – Sirius se metió a la cocina mientras Ginny miraba al pequeño con amor y luego le hacía unas muecas que lo hacían reír.
- Si, Jim se parece a papá mucho – Ginny le hablaba a James mientras le empezaba a hacer cosquillas y luego el pequeño abrazaba fuertemente a su madre con sus delicados brazos – si, mamá también te quiere.
Ginny pasó un rato con su pequeño. Ambos jugaron un rato a acomodar grandes piezas una sobre la otra. Después de un rato, Ginny lo volvió a meter a la andadera y el pequeño se movía con gran agilidad de un lado para otro, caminaba hacia a donde estaba Hedwig y esta empezaba a ulular cuando el pequeño se acercaba demasiado, entonces Ginny iba a su ayuda y movía a James de la andadera para que no se acercara al ave. Snape llegaba y pasaba con indiferencia a un lado del pequeño, te este tan solo al verlo se alborotaba y levantaba los bracitos para que lo cargara y le pasaba a un lado y el pequeño lo seguía con la mirada. Ya que pasaba, iba detrás de él, como reclamándole que había olvidado hacer algo y sin que nadie lo notara, Snape empezaba a hablarle a James y a mirarle tiernamente, mientras que el pequeño empezaba a reírse alegre y emocionado.
Ginny en cambio, al entrar en la cocina, encontró un desastre total, Sirius había tratado de hacer comida, había puesto carne de cordero y se le había quemado, mientras una batidora brincaba como loca por toda la barrita de la cocina, el lavabo en donde ponían trastes sucios, escupía montones de burbujas de jabón. Sirius trató de mover el sartén y lo único que logro fue quemarse. Ginny con un simple movimiento de varita, calmaba la situación, se sentaba y empezaba de nuevo a levantar todo el desastre que había. Quince minutos después ya tenía todo bajo control. Ginny le daba instrucciones a Sirius de cómo se hacían las cosas de manera sutil. Mientras por alguna razón, el pequeño James afuera de la cocina reía y andaba de arriba para abajo en su andadera y se asomaba de envés en cuando a la cocina para que su nuevo tío le diera una galleta y luego se devolvía para seguir jugando con eveuus.
Un cuarto pintado de color azul cielo, algo amplio con una cama matrimonial a un lado de una cuna al otro, tan solo con pocas cosas, era en donde Ginny llegaba cuando dormía con James, una silla mecedora justo a un lado de una ventana en donde entraba en ese momento la luz de la temprana luna, justo en esos días empezaba a anochecer demasiado temprano. Ginny traía consigo a su hijo, lo cargaba y se sentaba en aquella mecedora que estaba reconstruida por Hagrid y que antes había estado en cierta casa en el valle Godric. Una tenue luz de una pequeña lámpara estaba encendida y ella tenía a su bebé entre sus brazos, ahora ya estaba mas fuerte y grande, era mas independiente de cuando su madre lo tuvo por primera vez, no podía creer que alguna vez estuvo dentro de ella, que había crecido y se había alimentado de ella por 9 meses. Aun estaba despierto, pero se encontraba muy cansado, y estaba recostado en los brazos de su madre. La mirada fiel, ingenua y amorosa del pequeño estaba en el rostro de su madre, mientras ella le cantaba.
- Close your eyes
- Have no fear
- The mounsters gone
- She's on the run and your momy's here.
Ginny le cantaba mientras cariñosamente le apretaba la nariz, le daba su biberón y él lo tomaba con una mano mientras con la otra el pequeño jugaba con los cabellos rojos de su madre. Ella se sentía bendecida y mientras se tomaba su leche miraba con un gran amor incondicional a su madre, con el mismo color de ojos azul índigo de su tío, él que aun no lo conocía ni sabía su existencia y con aquella mirada penetrante de su padre. No había duda que era lo único que había heredado de los Weasley, el color de ojos.
- Beautiful, beautiful, beautiful, beautiful boy
- Beautiful, beautiful, beautiful, beautiful Jim.
El pequeño caía rendido entre los brazos de su madre. Ginny esperaba tan solo unos minutos mas para que terminara de dormirse por completo mientras lo contemplaba.
- ¿por qué tienes que parecerte tanto a tu padre? – le preguntaba ella.
Después de dejar al pequeño en su cuna, con la pequeña lámpara encendida caminó hacia en donde había sido la recamara del profesor Lupin y que ahora estaba Sirius.
- james ya esta dormido, creo que será mejor que me valla ante si el despierta antes de que me vaya, llorará – Ginny estaba parada justo en la entrada mientras miraba a Sirius cómo tendía su cama para dormirse.
- Esta bien, Snape se hará cargo esta noche de él, no te preocupes, ya vete antes que se haga mas noche – Pero Ginny no se movió, estaba como embobaba viendo hacia el tocador de Sirius una figurita que se le hacía muy familiar.
Caminó mientras Sirius miraba cómo le llamaba la atención. Ginny reconoció la figura, era la misma que se encontraba en la portada del libro que había sacado el día anterior. Un dragón pequeño sumamente raro, parecía como si le hubieran implantado piel de diferentes colores demasiado llamativos y los ojos saltones, los colmillos de fuera y con una expresión de miedo. Tomó el objeto entre sus manos observándolo mas de cerca.
- ¿te agrada? – decía Sirius mientras miraba cómo Ginny lo observaba – es un alebrije, es de papel maché.
- ¿un que? – preguntaba Ginny
- Alebrije, lo traje en este último viaje que hice al caribe.
- ¿Qué es exactamente?, parece un dragón.
- Es un dragón pequeño alebrije, es de la cultura mexicana, los indígenas de México los hacen, ¿verdad que son únicos? Dime ¿cuándo veras algo así?
- Creo que vi uno igual en la portada de un libro de la escuela – decía la chica que por primera vez apartaba los ojos del objeto y volteaba a ver a Sirius.
- Tal vez, se sabe muy poco de ellos. Ginny, Esos animales son místicos, se sabe muy poco sobre ellos, no hay con control sobre estos animales, de hecho muchos magos creen que no existen, que tan solo son fábulas o parte de la mitología de una cultura perdida, pero en verdad existen.
Ginny miraba asombrada y no comprendía porque, pero parecía como si esa pequeña figura tuviera la respuesta a muchos problemas.
- Ginny, esto es mas asombroso de lo que tu crees. Estos animales no se dejan ver así de fácil, por eso creen los magos que no existen, de hecho los muggles son mas inteligentes en México y han tenido mucho mas avistamientos con estos animales. Y cómo no lo van a negar, ¿sabias que estos animales no se deja ver con cualquiera? Solo con aquellas personas que sean puras de corazón y pues es lógico que los magos se enojen porque no pueden verlos, así que prefieren negar su existencia, pero se ha visto reportes de niños muggles que han podido apreciarlos. Dicen que si ellos se dejan tocar por una persona, les cumple uno de sus mas grandes deseos, ¿entiendes porque cualquiera no los puede ver?, - Ginny miraba asombrada lo que le decía el padrino de su novio - si todos pudiéramos acercarnos a ellos sería un caos el mundo, entonces....
- Patrañas - se escuchaba una voz que venía de la puerta, era Snape - esos animales son tan solo una fantasía de un muggle loco, no mas que eso.
- Hay reportes ha través de la historia de estos animales – contestaba Sirius a Snape - sin embargo tan solo se encuentran en dos estados de México.
- Son estupideces, si esos animales existieran, el control de criaturas mágicas ya lo hubieran descubierto.
- Te digo Severus, estos animales existen, pero se encuentran en lugares inhóspitos difíciles de llegar para el hombre y para los magos.
- ¿Acaso te topaste con uno que te cumpliera un deseo? ¿acaso le pediste que de quitaran los cargos y te dejaran libre? Dime Sirius, ¿lograste ver uno en Azkaban?
- No creo que en tu vida logres ver uno de esos, por mas que trataras de abrir los ojos, no tienes ni una pizca de bondad, huirían cuando se enteraran que estas cerca de ellos.
- Patrañas, son mas que patrañas.
Después de escuchar la calurosa discusión que tuvieron Snape y Sirius respecto a esa criatura mística, y que estos se fueran a la cama, Ginny se regresaba a los dormitorios de la universidad, con la idea de que llegando podría leer el libro que había sacado, tal vez podría investigar con exactitud si esas criaturas eran realidad, como tan solo había dicho Snape, un sueño de algún muggle que los convirtió en artesanía para vender a los turistas.
La noche era bastante fría y el cielo que desde temprano amenazaba con lluvia, justo en ese momento empezaban a caer pequeñas gotas de agua y ella aumentaba el paso para no empaparse. Llegó al edificio de los dormitorios, que se encontraba vacío en ese momento, hasta que una chica morena salía de su cuarto y la detenía con preocupación a mitad del pasillo, antes que llegara para advertirle algo.
- Ginny que bueno que llegas – el rostro de Paulina lucía pálido y la preocupación rondaba en él
- ¿Qué ha sucedido? - preguntaba Ginny con alarma al ver como la chica se acercaba a ella.
- Aay Ginny, no se si sea yo la que deba de decírtelo, pero.... Lennon se acaba de enterar de todo, al igual que todos – Paulina tomaba de los brazos a Ginny –
- ¿de todo? ¿a que te refieres? – El rostro de Ginny se deformaba y un montón de ideas le saltaban por la cabeza. ¿de que se tenía que haber enterado Harry? Lo único que no sabía Harry era lo de James, pero, si la única que sabía era Audrey.
- Si Ginny, se enteró de que no fuiste con Audrey, de que te fuiste aparte y .... la pobre de Audrey, aayy pobre chica.... esta adentro del cuarto..... inconsolable.... aunque Lennon no dice nada... creo que esta esperándote adentro.
- ¿qué pasó Paulina? Dime ¿qué paso? - Ginny miraba a su amiga y justo en ese momento salía del cuarto Ron con una mirada de molestia y seriedad y sin decir nada , le daba entender que se metiera a la habitación.
Con mas miedo que otra cosa y dando pasos chicos Ginny entraba a la habitación. Ahí estaba en ella todos, Scott sentado en la silla del escritorio, parecía comerse las uñas, algo raro en el, Silvia en un rincón sin decir nada y viendo de reojo a Ginny. Ron entraba detrás de ella junto con Paulina y sentada inconsolable en la cama estaba Audrey, lloraba, y parecía ahogarse, Hermione la consolaba, y justo detrás de Audrey estaba Harry en una esquina al final, como no queriéndose ver, vio a Ginny algo molesto y parecía algo desesperado, inmediatamente se percató de que Harry no quería estar ahí, lo conocía lo suficiente. El la vio en inmediatamente dirigió su mirada hacia abajo con frialdad.
Lo primero que pensó Ginny fue que lo mas seguro era que Audrey había llegado a su habitación a buscarla, que Harry se había dado cuenta que Ginny no había salido con ella, como ella le había dicho a el y que le obligó a decir todo respecto a James, pues todos la miraban a ella como esperando que dijera algo, si Audrey lloraba era porque la había obligado a decir su secreto, fue lo primero que se le vino a la mente a Ginny, sin embargo no era eso. Todos estaban callados mientras Audrey no paraba de llorar, Ginny no entendía porque y los demás esperaban que Ginny preguntara lo que había ocurrido, pero si la chica lucía aterrada por algo. Fue en ese momento que alguien hablo.
- Que bueno que llegaste – dijo Hermione dirigiéndose a Ginny y dejando por un momento a Audrey –
- Creíamos que andabas con Audrey – dejaba soltar estas palabras Harry arrastrando las palabras y cruzando de nuevo sus brazos –
- Yoo.... yo ...- Ginny no sabía que hacer y agachaba la vista.
- Pero eso no importa, que bueno que no fuiste... – Hermione tomaba aire – hay algo que tienes que saber.
Harry volteaba la cara hacia otro lado para no ver a Ginny, como si se esperara lo que fuera a venir, las palabras que venían de Hermione hicieron que después todo alrededor de Ginny no tuviera sonido, era como si sus oídos se hubieran desconectado de su cerebro, sintió como la sangre se le acumulaba en la cabeza y se repetía constantemente en su cabeza: no es cierto, no es cierto, eso no puede ser, no puede estar ocurriendo. Por milésimas de segundo supo por lo que estaba pasando por la cabeza de Audrey. Una especie de culpabilidad, de angustia, de rencor , ternura se le venían encima. No pudo controlar sus emociones y cuando estuvo conciente de lo que le habían dicho a escasos segundos atrás, ella se encontraba sin decir nada, había caído de rodillas y por alguna razón sus ojos tenían lágrimas y su rostro también. No quiso voltear a ver a Harry, sabría que él sufriría, no por lo que le acababan de decir a Ginny, sino por lo que ella estaba sintiendo en esos momentos.
Alguien entró a la casa, logró escuchar desde su cama, tomó inmediatamente su varita y salió de su cuarto, Sirius con cautela miraba quien pudo entrar a cabaña, si se encontraba tras otra casa y nadie sabía de la existencia de esa pequeña cabaña. Caminó por el pasillo que llevaba a la sala y luego se topó con un hombre delgado y algo descuidado, e inmediatamente prendió la luz.
- ¿Remus? ¿qué haces aquí? – decía Sirius extrañado al ver a su amigo, luego notó el rostro de preocupación de Remus - ¿ha sucedido algo?
- ¿Dónde esta Severus, donde esta? Es urgente – Lupin lucía desesperado volteando a todos lados.
- Hey calma, despertarás a James –
- ¿James?.¿esta bien el pequeño? – decía Lupin corriendo a la habitación en donde estaba el niño.
Prendió la luz y ahí estaba el pequeño que inmediatamente se levantaba al ver que una luz le daba directo a la cara,
- Lo haz despertado - decía Sirius medio molesto - Ahora tendrás que dormirlo tu.
- Esta bien el pequeño – Lupin miraba a James como se paraba y se detenía entre los barrotes de su cuna y caminaba hacia él y lo tomaba – será mejor que no te separes de nosotros.
- ¿Me puedes explicar que es lo que sucede? – decía Sirius mientras iba detrás de su viejo amigo.
- Si, tan solo deja ver en donde diablos esta Severus –
- Evveuus, evveeuss – decía el pequeño somnoliento y apuntando hacia enfrente en donde estaba Snape con una pijama negra, vieja y horrible.
- ¿qué sucede? – el rostro de Severus parecía comprender mas que Sirius
- Necesitamos hablar, he descubierto algo, lo que creíamos que iba a suceder está empezando.
- ¿quién ha sido el primero? – preguntaba Snape como sabiendo lo que había ocurrido y mientras Sirius miraba confundido y se sentía excluido.
- Colin Creevey.
- Maldito muchacho, jamás me calló bien – decía Snape mientras caminaba hacia la sala. No se había dado cuenta pero el pequeño le daba los brazos al viejo maestro de pociones de Hogwarts.
- ¿qué diablos sucede? ¿quién es Colin Creeey? ¿en que ha sido el primero? – eran muchas preguntas las que venían de Sirius que seguía a los dos ex compañeros
- Colin Creevey era alumno de Hogwats, era novio de Ginny, el mismo que la secuestró el día en que nació James, el mismo que Dumbledore le borró la memoria para que no se enterara del pequeño. Hoy me he enterado que ha sido asesinado, ha sido el primero. – hablaba Lupin mientras le pasaba a James a Snape mientras el pequeño se acurrucaba entre los brazos del hombre aun con sueño.
- ¿Estas seguro que lo han asesinado? – preguntaba Snape mientras sin darse cuenta arrullaba a James con desesperación y tal vez con miedo-
- Seguro.
- ¿y que tiene que ver que lo hayan asesinado? – preguntó Sirius
- Estuve averiguando. Le pedí a Audrey que me investigara la dirección de Colin, Dumbledore lo había tratado de localizar pero nada. Audrey tuvo que ir con la mamá de Colin para que le diera la dirección y luego ella me la pasó a mi. Eran unos viejos departamentos muggles de un vecindario en el viejo Londres No le dijimos nada a nadie, ni a Ginny. ¡ Estúpida muchacha! ¡ estúpida muchacha! – caminaba de un lado a otro Lupin desesperado– le dije claramente que no fuera. Pero tenía que ir, tenía que ir de metiche para ver si era en donde vivía y fue antes que yo, para cuando yo llegue el lugar estaba lleno de policías muggles.
- ¿y que paso después? – Sirius se miraba bastante interesado –
- ¿Pues que crees? – Remus dejaba de caminar para poderle explicar mejor aun molesto - llego, me encuentro con policías, con una vecina metiche, y un una Audrey histérica, se impactó mucho al encontrar el cuerpo sin vida y en esas condiciones.
- ¿Cómo crees que lo habrán liquidado? – dijo Snape mientras el pequeño James apoyaba su cabecita en su pecho –
- No lo se Severus, no lo se, lo único de lo que pude percatarme fueron de dos cosas, el olor a podrido que era insoportable y parte del cuerpo descompuesto de Colin.
Severus parecía comprender, y mas que eso, parecía reconocer que pudo haber hecho eso.
- ¿Por qué el ministerio no supo antes? - interrumpió Sirius.
- Te dije que el ministerio esta pasando por muchas irregularidades, el único que parece estar atento es Arthur Weasley pero ni siquiera le hacen caso, además los policías muggles creen que Colin bebió o consumió alguna droga muggle.
- El ministerio no creo que se interese por el caso de Colin, no creo que crean que es importante, si hubiera sido así, desde hace mucho tiempo hubieran encontrado el cuerpo – terminó de hablar Snape mientras el pequeño James ya hacía dormido sobre él. Mientras Snape parecía muy pensativo – Remus, ¿qué tan descompuesto estaba el cuerpo de Colin?
- Como si hubiera muerto desde hace tres meses, sin embargo la vecina me dijo que ella vio como hace mas de una semana el chico tuvo una visita de dos hombres de vestimenta rara y de pelo platinado, por lo visto ellos tienen algo que ver con la muerte de Colin.
- Los Malfoy – dijo Sirius sin rodeos.
- No, ello son pueden ser, Draco esta en Hogwarts, Lucius murió hace mas del año y medio, sin embargo por lo que me dices creo que ya se de que maldición pudiera ser y temo que el ministerio no tomará encuentra eso.
- ¿Por qué lo dices Severus? – preguntó angustiado Remus.
- Porque no habrá señales claras, y tengo entendido que hay drogas muggles que logran una descomposición similar a la de esa maldición.
- ¿Y como la conoces tu? – dijo Sirius con mirada de sospecha como encontrando al posible asesino –
- Porque hace años conocí a una persona que su especialidad era lograr esa clase de maldiciones, pero eso no es posible, falleció hace mucho, aparte de que estuvo en askaban – contestó Severus mientras le echaba una mirada a James y l o ponía en uno de los sillones.
- Tal vez lo conozca – dijo desafiantemente Sirius.
- No lo creo, es de mucho antes de que tu fueras a askaban - Sirius guardo silencio.
Remus estaba callado y pensativo y luego volvió a interferir a la plática.
- No lo se, pero cualquiera que haya atacado al joven, sabemos que era lo que le quería sacar – dijo Lupin.
- Lo se, querían saber si en realidad existía el hijo de Harry Potter – Snape se quedaba callado, como meditando la situación - ¿crees que Colin haya recobrado su memoria? Si fue así, todavía hay que ver si Colin les dijo o no.
- De todas maneras tenemos que tomar medidas – Sirius parecía comprender, se dejaba caer al sillón de la sala.
- ¿saben? Creo que la visita de esos dos magos al departamento de Colin fue el mismo día en que James se enfermó - dijo Remus mirando a Snape.
- ¿Fue el mismo día que Ginny no vino porque Hermione estaba internada?
- El mismo - Lupin dejó escapar un gran suspiro – será mejor que no le digamos nada a Ginny, hasta que estemos seguros de saber exactamente lo que sucede, yo mañana iré a hablar al ministerio.
- Ten cuidado, nadie sabe sobre James y Arthur Weasley es el secretario del ministro. – dijo Sirius.
- Lo tendré, por el momento hay que asegurarnos de que James estará seguro.
Alebrije.
Ojala y puedan ver esta imagen, se trata de una artesanía 100% mexicana llamada alebrije hecha precisamente por artesanos indígenas mexicanos.
