Capítulo 22.
Touya no podía creer lo que veía. No podía ser cierto... Tenía que ser mentira...
Lily y Genzo, sin dejar de abrazarse, voltearon a mirarlo. Touya sintió que los celos lo destrozaban por dentro...
- ¿Qué es lo que están haciendo?.- gritó Touya, sin poder controlarse.
- Ésa es realmente una pregunta estúpida.- respondió Genzo, acostando a Lily sobre la cama. La chica inmediatamente se cubrió con las sábanas.- ¿Qué te parece que hacemos?
- ¡No puede ser que me hayas hecho esto! ¡Mi propio hermano!
- ¡Ja! ¡Mira quién viene a reclamarme! ¿Tengo que recordarte que fuiste tú quien hizo que mi novia me engañara? ¿Tengo que recordarte que fui yo el que se hizo a un lado para que fueras feliz con ella? ¿Tengo que recordarte que fuiste tú quien engañó a Lily?
Genzo se levantó y se puso los pantalones (y la ropa interior, pues =P) y se enfrentó a su hermano con la cara llena de satisfacción.
- Pero ya me cansé de no hacer nada por el simple hecho de que eres mi hermano.- continuó.- Ya era hora de que te pusiera un alto.
- ¿Pero por qué usaste a Lily? ¿Por qué con ella?.- los celos hacían que la voz de Touya temblara de rabia.
- Yo no usé a Lily. Yo la amo y mis sentimientos hacia ella son sinceros, no son como los tuyos. Y además, ella también me ama a mí.
- ¡Eso no es verdad!.- gritó Touya.- Lily, dime que eso no es cierto, dime que él te obligó a hacerlo...
- Genzo no me obligó a hacer nada.- respondió Lily, levantándose de la cama envuelta en las sábanas.- Y es verdad lo que él dice: yo lo amo.
- No, eso no es cierto... Tú me quieres a mí...
- Yo te quise, es cierto. Pero no podías esperar que mi amor por ti durara por siempre... Menos después de haber conocido a tu hermano...
Touya quiso lanzarse sobre su hermano y molerlo a golpes, pero se dio cuenta de que la camarera había estado observando toda la conversación desde la puerta, sin perderse detalle (como dije antes, hoy en día ya no hay camareras tan buena gente). Derrotado, se dio la vuelta y salió de la habitación hecho una furia. La camarera miró a los amantes por unos momentos antes de sonreír con picardía.
- ¡Bien hecho!.- les dijo.- Sigan en lo suyo.
Y se marchó cerrando la puerta tras de sí.
- Vieja metiche... .- murmuró Lily, recostándose nuevamente sobre la cama.
- ¿Estás bien?.- Genzo se sentó a un lado de ella y le acarició el cabello.
- Perfectamente. ¿Debería de sentirme mal?
- Dímelo tú.
- ¿La verdad?
- La verdad.
- Nunca me había sentido mejor en toda mi vida... La experiencia de anoche fue algo único...
- ¿En serio?
- Sí. Bien te lo dije anoche: eres todo un rey... (Jijiji, lean el Chapter L y entenderán de qué habla Lily =P).
- Eso me halaga.- Genzo sonrió.- Pero bien sabes que no hablo de eso...
- ¿Hablas de tu hermano, entonces? Bueno, pues he de decirte que me sentí algo avergonzada cuando nos descubrió, pero bueno, es de lo más natural, no estábamos rezando ni nada similar...
- Ajá...
- Pero si lo que quieres saber es si me sentí mal porque nos descubrió, la respuesta es no. Touya ya no significa nada para mí. Tú eres el único dueño de mi corazón... Y de mi cuerpo...
Genzo, por respuesta, tomó a Lily entre sus brazos y la besó con intensidad.
- ¿En verdad me amas?.- preguntó él, en susurros.- ¿En verdad puedo creer que eres mía?
- ¿Todavía me lo preguntas?.- reprochó Lily, jugueteando con un mechón del pelo negro de él.- ¿Qué más tengo que hacer para demostrarte que no miento y que te amo con todo mi corazón?
- Uhm... Se me ocurren un par de cosas...
- No me digas...
- Sí te digo...
Lily y Genzo volvieron a fundirse en un abrazo...
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Y la pregunta de los 64 millones es: Si se supone que Wakabayashi (Genzo) comparte la habitación con Misaki (Taro)... ¿En dónde estaba este último? ¿Espiando a Lily y a Genzo desde el clóset? ¿Grabándolos con una videocámara? ¿Haciendo apuestas con Alisse sobre quien se cansaba primero? Pues noooooooooooooooo. Lo que pasó fue lo siguiente:
¿Recuerdan que Taro le propuso a Alisse que fueran por una botella de vino tinto? Pues bien, después de conseguir no solo una, sino tres botellas (sí, tres), esta peculiar parejita se fue a esconder a un rincón muuuuuy apartado de la playa. Se llevaron un par de toallas, unos cuantos vasos desechables y servilletas y una bolsa de frituras (escojan ustedes el sabor de su elección), junto con las tres botellas de vino, obviamente.
Se sentaron a contemplar la puesta de sol, al tiempo que las botellas de vino iban vaciándose una tras otra... Al poco rato, cual más de los dos estaba ya algo jarra. Misaki no era muy dado a la bebida y Alisse tampoco era muy aguantadora que digamos...
- Oye, mi amor.- dijo Misaki, como quien no quiere la cosa.- ¿Te molesta que te diga mi amor?
- Naaa, tú dime como quieras.- respondió Alisse, encogiéndose de hombros.- Pero si te golpeo no te enojes...
- Malvada. Bien sabes que te adoro y que me muero por ti y por eso te aprovechas...
- ¡Ah! ¿Me adoras?
- Con locura.
- ¿Te mueres por mí?
- Me falta el aire si no estás a mi lado...
- No seas tan cursi...
- Y tú no seas tan bella...
Alisse sentía que el rubor subía por su rostro bronceado. No sabía si se debía al alcohol o a las palabras de Misaki...
- La verdad, la verdad.- respondió Alisse.- Es que tú también me vuelves loca...
- ¿En serio?
- Sí. Me encantas... .- a Alisse el alcohol le quitaba la vergüenza.
- Ya lo sabía.
- ¿En serio?
- Sí. Lo supe cuando te pusiste celosa por Hazel...
- Yo no me puse celosa por Hazel...
- ¿Qué no? Debiste de haber visto tu cara ...
- ¿Quieres saber la verdad?
- Sí.
- Sinceramente, yo tenía ganas de sacarle los ojos...
Taro sonrió ante esta respuesta tan sincera por parte de Alisse. Su Alisse...
- ¡Qué bueno que Touya jugó contigo!.- exclamó él, de pronto.
- ¿Qué cosa?.- gritó Alisse, a punto de vaciarle al pobre de Taro su vaso de vino tinto en la cabeza.
- Sí. Es que de lo contrario tú no habrías venido a Cancún y yo no te habría conocido...
- Ah... Es cierto...
El sol ya se había puesto. La luna llena iluminaba el firmamento y también a los jóvenes enamorados...
- ¿No te parece que es una noche perfecta?.- inquirió Alisse, algo romántica y un tanto cuanto ebria.
- Ya se te subieron las copas (de vino), ¿verdad?.- Taro soltó la carcajada.
- ¿Por qué dices eso?
- Tú nunca eres tan cursi...
- Ni me conoces del todo...
- Yo creo que sí te conozco...
Taro se acercó y besó con intensidad a la chica. Ésta le echó los brazos al cuello y ambos se dejaron caer sobre la arena. Pronto, las manos de cada uno comenzaron a acariciar al otro... Después de una buena sesión de arrumacos, Alisse se separó de Taro, algo agitada.
- ¿Qué ocurre?.- preguntó él, algo extrañado.
- ¡Válgame! Es que de tierno e inocente no tienes nada.- Alisse respiraba entrecortadamente.
- Tú tampoco me conoces del todo... No sabes lo mal que controlo mis instintos cuando tengo entre mis brazos a la mujer que amo...
- ¿Qué cosa?.- a Alisse casi se le bajó lo ebrio con esta declaración.- ¿Dijiste a la mujer que... ?
- A la mujer que amo.- reafirmó Misaki.- O sea, tú... Te amo, Alisse.
La chilena se quedó sin habla. Taro no la dejó reaccionar, nuevamente la abrazó y la besó, esta vez con más pasión que antes... Alisse se dio cuenta de que ella también se había enamorado...
Los dos pasaron así la noche, sin llegar al amor pero sin dejar de amarse (ojalá y se entienda esta expresión). Se acariciaban mutuamente, se daban besos tiernos que se convertían en apasionados bajo la suave luz de la luna... Ambos deseaban llegar más allá, llegar al extremo que culminaría su declaración de amor... Pero el vino tinto hizo su efecto. Sobre la cálida arena, con el suave murmullo de las olas del mar y bajo la protectora luz de la luna, se quedaron dormidos, uno en brazos de la otra...
Ya muy avanzada la mañana, Misaki despertó sobresaltado.
- ¡Válgame! ¿Qué hora será?.- gritó.- ¡Alisse, despierta!
La chica se removió entre sus brazos.
- ¿Qué pasa?.- preguntó, aun entre sueños.
- ¡Ya es tardísimo! ¡La boda de Touya será en unas cuantas horas!
- ¡Ah! ¿Y eso qué? Ya no me interesa...
- ¡Ya lo sé, pero debemos hacer algo para impedir que Hotaru cometa el peor error de su vida!
- ¿Y se te ocurre hasta este momento?.- protestó Alisse.- ¡Tuvimos quien sabe cuántas semanas y hasta ahorita se te ocurre!
Pero inmediatamente la chica se levantó.
- Pero tienes razón. No podemos dejar que Touya se salga con la suya.- Alisse se sacudió la arena que traía pegada a la ropa.- Ugh, por algo odio la playa...
- ¿Aún después de lo de anoche?.- preguntó Taro, con picardía.
Por respuesta, Alisse sonrió.
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Touya llegó a su habitación completamente destrozado. No podía sacarse de la mente la imagen de Lily en los brazos de Genzo...
Touya se paró frente al espejo y lo golpeó con fuerza, haciéndolo añicos.
- ¿Por qué? ¿POR QUÉ?.- gritó.- ¿Por qué él se tuvo que quedar con ella?
"No dejes que te venza", le dijo una voz maligna, al oído. "No dejes que se quede con ella. Si no es tuya no será de nadie...".
Touya contempló su imagen rota. Por unos momentos, su mente le gritó miles de planes malévolos para separar a Lily de Genzo...
(Y de aquí podría sacarme otros cuatro capítulos más para este fic... Pero se saldría de la idea original de la historia...)
- No lo haré.- se respondió Touya, a sí mismo.- Podré ser un desgraciado y mujeriego, pero no soy un asesino.
Había llegado el momento en que Touya por fin debía de reconocer su derrota. Era momento para que él se hiciera a un lado y dejara a su hermano encontrar la felicidad.
Touya se casaría con Hotaru. Se casaría con ella, se la llevaría a Japón e intentaría iniciar una nueva vida, lejos de todo y de todos. Había perdido a Lily pero aun le quedaba Hotaru...
Pero... ¿En verdad Touya se saldría con la suya tan fácilmente?
Después de todas las desgraciadeces que había hecho, Touya no podría alcanzar la felicidad, jamás. De eso se encargaría la vida...
(O la autora de esta historia).
