La obra perfecta

Capítulo 3: Un nuevo comienzo

Ya no sentía frío, estaba recostada y cubierta por unos suaves edredones, había personas a mi alrededor, pero no podía identificarlas, aunque no entendía sus palabras de alguna forma sabía que estaban hablando de mí. Quería abrir los ojos, pero el cansancio me lo impedía, deseaba decirles a aquellos hombres que estaba bien, pero mi cuerpo al parecer no tenía ganas de obedecer, siguieron discutiendo en alguna lengua extraña por un rato, mientras yo sentía un extraño calor invadir mi cuerpo, poco a poco fui abriendo los ojos para encontrarme con la espalda de un hombre de largo cabello rubio, que contemplaba la puerta, al parecer los otros habían salido, el ser se dio vuelta, todavía recuerdo la sensación que inundó mi cuerpo, calma, total y absoluta calma, algo en mi interior me decía que no debía temer mientras me encontrara junto a él

"Aiya Tinwel- susurró con una voz suave, casi angelical sentándose a mi lado- "es bueno ver que ya despertaste"

"Hola"- murmuré con temor, aun sorprendida por el extraño ser que tenía frente a mí

"Hola- me sonrió- como te sientes?"

"Bien, algo cansada, pero bien"- susurré bajando la cabeza, sin comprender del todo lo que ocurría- "donde estoy? Lo único que recuerdo es que estaba en el bosque y llovía mucho"

"Estas en Imladris, en Rivendel- me explicó con calma acariciando mi mano- te encontré en el bosque hace tres días, estabas muy enferma, Elrond y yo estuvimos muy preocupados"

"En Rivendel?- pregunté aun sorprendida aquello no era posible- en la morada de los elfos?- el hombre asintió con una sonrisa, en el instante en que pude ver sus extrañas orejas- entonces usted es un elfo"- concluí mientras él asentía con una musical carcajada

"Así es mi nombre es Glorfindel, y estaré a cargo tuyo mientras estés aquí Tinwel"- me explicó mientras se acercaba a la puerta, dijo algunas palabras que no pude comprender a alguien que estaba fuera y volvió a dirigirse a mi

"Qué es Tinwel?"- pregunté con curiosidad

"Es el nombre que te di yo mientras estabas aquí dormida, no me gustaba referirme a ti como pequeña o niña, así que decidí llamarte Tinwel"- me explicó revolviendo mi cabello

"No debió molestarse por mí- murmuré con pena, por haber causado tantas molestias a alguien tan importante- yo no valgo nada, no debió preocuparse usted tanto"

"Sabes lo que significa Tinwel?"- me preguntó con seriedad clavando en mi sus perfectos ojos verdes- "Estrellita celeste, en estos días te has transformado en la estrellita de este lugar"- no pude evitar sonrojarme ante aquel comentario, y bajar mi cabeza, en el instante en que alguien golpeó la puerta, Glorfindel se dirigió hacia allí para volver con una inmensa bandeja repleta de comida que dejó a mi lado- "debes comer, después de tantos días debes tener hambre"

"muchas gracias"- susurré tomando una de las tantas galletas, mientras él me miraba gustoso

"puedo preguntarte algo?- asentí en silencio saboreando aquella delicia- qué hacía una niña como tú en el bosque bajo la lluvia, donde estaba tu familia?"

"Yo no tengo familia- expliqué en un susurro recordando lo que mi tía me había contado desde que tenía memoria- mis padres murieron en manos de los orcos cuando yo tenía seis meses, ellos me protegieron con sus cuerpos para que no me lastimaran, finalmente me descubrió un soldado, bajo sus cuerpos, y me llevo a casa de mi tía, quien se hizo cargo de mi"- pude ver una tristeza asomarse en sus ojos, aquel elfo frente a mí parecía comprender y compartir mi dolor

"Entonces te llevaré con tu tía en cuanto estés bien, enviaré un mensajero para que no se preocupe"

"No, por favor- rogué- no quiero volver allá, me escapé y si regreso me castigará"- anuncié con desesperación

"Te escapaste?"- repitió entre preocupado y extrañado

"Sí, ella me tenía como a una esclava, debía hacerme cargo de todo lo de la casa, las compras, los animales, la ropa y no lo aguanté más, por favor, no quiero volver"- susurré nerviosa- "permítame quedarme- pedí con desesperación mientras unas lágrimas comenzaban a bajar por mi rostro- puedo trabajar muy bien, sé hacer las cosas de la casa, pero por favor no quiero regresar"- Glorfindel me abrazó con fuerza para consolarme, acarició mi cabello y susurró con suavidad

"no llores, no vas a volver si no lo deseas- me calmó- y no tenés que trabajar, yo prometí hacerme cargo de ti, sos solo una niña, las niñas deben jugar y divertirse, pero no trabajar"

"Yo.. yo no deseo ser una carga"- murmuré entre sollozos

"No digas tonterías princesita, no lo sos"- me informó con una sonrisa- "y ya no quiero más lágrimas, o voy a enojarme"- me advirtió haciendo poniendo cara de enojado, a lo que no pude evitar reír- "a todo esto aun no me haz dicho tu nombre"

"Galatea"- dije luego de terminar otra galleta

"Parece que tenías mucho hambre Galatea"- me informó entre risas

"como me llamaste cuando desperté?"-volví a preguntar con una idea en mente

"Tinwel"- me informó el elfo extrañado

"podrías llamarme así a partir de ahora, Galatea murió el día que decidí escaparme de mi casa"- pedí mientras él asentía con la cabeza

"El cambiar el nombre para empezar una nueva vida es una buena decisión- me explicó- significa que dejas todo lo viejo atrás y estas dispuesta a cambiar tu lugar en el mundo, a partir de ahora serás Tinwel para todos en esta casa"- no pude evitar sonreír agradecida, mientras él me miró entusiasmado- " te gusta montar?"

"No lo sé- le pregunté extrañada- en casa había un caballo, pero nunca me dejaron montarlo"

"Muy bien, yo voy a enseñarte a hacerlo en cuanto te recuperes"- me sonrió, fue entonces cuando en mi mente asomó aquella pregunta, aunque ahora que lo pienso, Glorfindel tuvo razón al regañarme por ser por demás de obvia, pero una niña de seis años, que no podía creer la suerte que había tenido estaba en su claro derecho a hacerla.

"Me enseñarás a hablar en élfico?"- pregunté ilusionada, una carcajada salió de sus labios, mientras lo observaba confundida

"Por supuesto que sí- me explicó- todos aquí hablan esa lengua, y te sería muy difícil vivir aquí si no lo hicieras"- una sonrisa nació en mis labios mientras el me revolvió el cabello antes de dirigirse a la puerta- "Voy a avisarle a Elrond que ya despertaste, no me tardo"- murmuró mientras salía y se encontraba con una elfa de rubios cabellos, Glorfindel salió, mientras la elfa entraba en el cuarto, con una sonrisa se llevó la bandeja con los restos de mi gran comilona, y acomodó los edredones a mi alrededor, intente entablar conversación con ella, pero como supe después, muchos de los elfos de esa casa no hablaban la lengua común, por lo que debería esforzarme por aprender rápido

Intenté hacer una recapitulación de todo lo ocurrido, si Glorfindel había dicho la verdad ya habían pasado cerca de cinco días desde que me fuera de casa de mi tía, tres en Rivendel y dos sola vagando por el bosque, el recuerdo de aquellos días vino a mi mente de improviso, había pasado hambre, y frío, a causa de aquel estúpido impulso, tendría que haberlo planeado mejor, de todas formas, las cosas no habían salido tan mal, habían salido mejor de lo que hubiera podido llegar a imaginarlo en mis monótonos días en la aldea, no solo conocería elfos, sino que viviría con ellos! Eso era más de lo que en los más ambiciosos de mis sueños podría haber anhelado, y Glorfindel había prometido enseñarme a montar y hablar esa hermosa lengua propia de su pueblo en realidad había tenido mucha suerte

Glorfindel recorría los pasillos con alegría desbordante, los elfos lo miraban admirados, pues la luz que emanaba noldor era magnífica y contagiaba a cualquiera que pasase por su lado, y aunque muchos lo presentían nadie sabía el motivo de tan inmensa alegría. El elfo sonrió para sí mismo, no podía creer que aquella pequeña hubiera decidido quedarse a su lado, así lo deseaba él, pero se había hecho a la idea de que la pequeña tenía una familia con la que debía volver, pero no la tenía, aquella hermosa criaturita estaba sola en este mundo y al parecer ya había sufrido mucho, pero él no permitiría que eso vuelva a ocurrir, la protegería con su vida de ser necesario, no sabía muy bien como o porque, pero aquella niña había despertado un extraño sentimiento paternal en su corazón. La cuidaría como si fuera su hija, una hija que los Valar le habían enviado para consolar su amarga soledad

El escritorio de Elrond estaba vacío, conociendo a su amigo se dirigió a los jardines, para encontrarlo sentado junto con Gandalf en aquel pequeño kiosco rodeados de maravillosas flores, el mago lo saludó con la cabeza mientras él acortaba la distancia hacia aquel lugar

"Algo me dice que la pequeña Tinwel ya despertó"- murmuró el mago cuando Glorfindel llegó a su lado

"Así es Mithrandir, ella ya despertó, e incluso ya comió un poco"

"qué pudiste averiguar de ella?"- preguntó Elrond poniéndose de pie al igual que Gandalf

"Su nombre es Galatea- explicó comenzando a andar tras Elrond hacia la habitación- es huérfana, y se escapó de la casa de su tía porque la obligaban a trabajar, no desea volver, esta dispuesta a trabajar aquí si es necesario para quedarse"

"Trabajar?"- preguntó el señor de la casa incrédulo- "pero si es tan solo una niña"

"Eso mismo le dije yo- rió el elfo de cabellos dorados- desea quedarse aquí, si estas de acuerdo obviamente, incluso desea cambiar su nombre por Tinwel, como muestra de ese cambio en su vida"

"Ya veremos"- murmuró el Señor de los elfos tomando el picaporte de aquel dormitorio.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no noté que alguien abría la puerta hasta que tres seres se encontraron en la habitación, salte de la cama e hice una reverencia a esos seres que venían con Glorfindel, pues algo en mi interior me decía que eran importantes

"Es bueno ver que estas bien pequeña"- pronunció con voz profunda y calma el elfo de cabello oscuro, había algo en el que me obligaba a bajar la cabeza, tenía un aire de majestad que inclusive a una niña como yo no le pasaba desapercibido- "Soy Elrond, bienvenida a mi casa"

"Muchísimas gracias a usted por recibirme- murmuré haciendo otra reverencia- y cuidado de mí en estos días, no tengo palabras ni gestos para agradecer todas sus atenciones ni las molestias que les he causado"

"Al parecer nos encontramos frente a una damita muy educada"- aseguró el hombre de larga barba blanca- "es un placer conocerte pequeñita, mi nombre es Gandalf"

"Es un gusto mi señor"- susurré mientras sentía como unos fuertes brazos me levantaban y me depositaban en la cama

"Aun estás muy débil Tinwel- me aseguró Glorfindel cubriéndome con las colchas- no debes esforzarte"

"Glorfindel tiene razón- me explicó Elrond- es cierto que deseas quedarte en esta casa?"- aquella profunda mirada parecía estar viendo a través de mí, una extraña sensación invadió mi cuerpo mas las palabras salieron del fondo de mi corazón

"Si usted me lo permitiera, no dudaría en quedarme, pero si no es ese su deseo continuaré mi camino, pues no pretendo molestar a nadie y eso significaría que no es este mi lugar, sino otro, que debo continuar buscando"- los tres seres me miraron sorprendidos

"Son sabias tus palabras- concedió Elrond- no sé muy bien el por qué de todo esto, pero algo en mi interior me dice que es lo correcto, puedes quedarte en esta casa el tiempo que lo desees, estarás a cargo de Glorfindel y al igual que él serás considerada parte de mi familia, serás para nosotros Tinwel, la pequeña estrella celeste y vivirás como si hubieras nacido en nuestro pueblo"

"muy generosos sois mi Señor- murmuré emocionada mientras Glorfindel presionaba mi mano- haré lo posible para no defraudar vuestra confianza y amabilidad"

"Descansa ahora- dijo poniéndose de pie- mañana ya podrás levantarte y conocer nuestra hermosa ciudad"- finalizó desde la puerta- "bienvenida a casa pequeña Tinwel"

Elrond caminó unos metros por aquel pasillo y se volvió a contemplar al mago que venía detrás de él

"Tu que crees?"- preguntó con preocupación

"Esa niña es mucho más de lo que aparenta- le informó Gandalf inseguro- pero creo que tomaste la decisión correcta"

"Hay mucho poder en ella, no es un simple ser humano"- murmuró con seriedad

"Pero no creo que ella lo sepa, y no percibo mentira ni maldad en su corazón"

"Dejemos que el tiempo pase, tal vez algún día descubramos lo que ocurre"

Espero que disfruten el capi y me dejen sus reviews, ya saben no toma mucho tiempo, y no es dificil, ahhh me olvidaba, ya van varios que me lo preguntan, esta historia es antes de la guerra del anillo, y si bien van a aparecer muchos de sus personajes no tiene nada que ver con la historia del anillo, ahora si los dejo, bye...

Hada: comprendo total y absolutamente tu frustracion con la universidad, yo empecé este año y tengo 200 hojas por día que leer, y en parte es por eso que puedo actualizar rápido, cuando siento que la cabeza me va a explotar escribo un poco para distraerme, cuando ya estoy lo suficientemente dispersa vuelvo a estudiar, jejjejeje . por otro lado, cuando dejé yo un capi con un fin picado? (imaginame con cara de angelito)- la verdad es que si uno no pone suspenso es muy aburrido, aunque si te voy a seguir tirando las orejas para saber como sigue tu historia, porque sabes que me encanta, quiero más! hacía mucho que no leía una historia tan original y complicada, como sigas así vas a superarme amiga! nos leemos prontito!

Andraya TheLat: supongo que a todas nos gustaría estar perdidas, solas y abandonadas en el bosque y que no encuentre uno de esos elfitos que tan bonitos están, pero no todas tenemos la misma suerte, en cuanto a que no le complique la vida, lo veo dificil, porque es mi especialidad en los fics, admás sino no tendría gracia, de todas formas no te preocupes porque no me gustan los finales tristes, espero que actualices rápido tu fic, me dejaste picada

Sonia 11: me alegro que te haya gustado mi fic, espero que disfrutes este capi, y no te preocupes, que no suelo dejar los fics inconclusos