La obra perfecta

Capítulo 5: Lothlorien

Después de aquel anuncio sobre la mesa cayó un profundo silencio, los gemelos parecían incrédulos, contemplando a su padre con molestia, Glorfindel, a mi lado, estaba petrificado, al parecer no terminaba de asimilar aquella noticia, cerré los ojos un instante, cuando oí aquella voz furiosa como nunca

"no podes ordenar eso!"- le increpó mi tutor perdiendo totalmente la compostura y casi a los gritos- "no tiene razón de ser, es una locura Tinwel..."- en ese momento lo interrumpí poniéndome de pie

"Si me disculpan- anuncié- acabo de perder el apetito, iré a mi dormitorio a preparar mis cosas para partir"- dicho esto salí camino a mi habitación, intentando ordenar la confusión que había en mi interior. Luego de cerrar la puerta me senté tras ella, probablemente Wilwarin y yo éramos las únicas en conocer el porque de aquella decisión, no es que estuviera de acuerdo con ella, sino que simplemente comprendía la situación en la que había sido tomada, y eso en cierta forma me reconfortó, hasta aquel día había sido criada por Glorfindel, secundado por Elrond y sus hijos, y no habría existido problema alguno si fuera un hombre, pero no lo era, era una chica, y eso había quedado en claro con lo ocurrido ese mismo día, a pesar de ser algo totalmente normal en las mujeres a mí nadie me lo había prevenido, y no es de maldad, pero perteneciendo al sexo masculino, ellos simple y sencillamente no lo sabían; fue entonces cuando Elrond se dio cuenta que no estaban preparados para cuidar de una mujercita y en lugar de encargarme al cuidado de una elfa y mantenerme a su lado hizo lo que haría con cualquier elfa perteneciente a su familia, y eso me honraba, aunque la idea de viajar a Lothlorien no me gustaba, era allí donde moraban las únicas dos mujeres de la familia, bajo las que quedaría mi cuidado.

Sabía que esa era una gigantesca muestra de cariño, aunque no lo pareciera, Elrond me contaba como parte de su familia, y no estaba dispuesto a que nadie ajeno a ella se hiciera cargo de mí.

Me puse de pie con calma, buscando un baúl donde meter las pocas cosas que llevaría a mi nuevo hogar, tome los pocos vestidos que tenía, solo para ocasiones especiales ya que prefería los pantalones para entrenar, y sabía a partir de ahora debía ir olvidando, fue en ese instante en el que alguien golpeó la puerta y sentada desde la cama le indiqué que pase, obviamente ya sabía quien era

"Se puede saber que estas haciendo?"- me increpó observando el baúl frente a mí y los vestidos a mi alrededor- "no importa lo que Elrond diga, vos estas a mí cargo, no al de él, y no vas a ir a ningún lado, te vas a quedar aquí, o nos vamos los dos"

"Glorfindel- suspiré- entiendo lo que sientes, pero cuando decidí quedarme aquí acepté seguir todas las ordenes del Señor de esta casa, y si lo hice todo este tiempo, en el que me fueron beneficiosas, no puedo desobedecerlas ahora porque no me agraden, él me permitió quedarme en su casa y si ahora me pide que vaya a Lothlorien porque considera que es lo mejor para mí así lo haré"

"Entonces yo me voy con vos"

"Glorfindel, este es tu lugar, te necesitan aquí, tenés responsabilidades, yo voy a estar bien, no te preocupes por eso"

"pero yo...- suspiró con frustración- tenés razón, al parecer las tres edades que ya he atravesado no me sirvieron para prepararme para una cosa así, sos una hija para mí, y nunca creí que fuéramos a separarnos, esta noticia fue demasiado extraña para mí y no puedo entender cuales son los motivos que impulsaron a Elrond a tomarla"- sentí las lágrimas caer por mi rostro mientras él me abrazaba, no quería irme de su lado, él era demasiado importante para mí, era el ser que me había dado todo su cariño y atenciones, era mi familia

"Pase lo que pase- murmuré entre sollozos- quiero darte las gracias por cuidarme tanto"

"Ya no llores mi pequeñita- me calmó- todavía te queda aguantarme todo el viaje a Lothlorien"- una sonrisa nació en mis labios al escuchar aquello- "yo mismo voy a ponerte bajo la custodia de la Dama Blanca y la Estrella de la Tarde"- luego de darme un beso en la mejilla salió de la habitación no sin antes dedicarme una melancólica sonrisa

Volví a concentrarme en mi equipaje, tomé el pequeño joyero y mis libros favoritos, miré a mi alrededor y descubrí mis armas contra la pared, sabía que a partir de ahora debía comportarme como una dama, pero no dejaría de hacer las cosas de las que disfrutaba, vacié el baúl por completo, para esconder entre mis ropas, mi espada, junto al arco y su carcaj, volví a meter el resto, dejando en el gran guardarropa todos los pantalones, camisas y demás que hasta aquel día habían constituido mi ropa de diario, finalmente me descambié y disfrute de un buen baño como todas las noches, en medio del agua caliente mil dudas surgieron sobre mi nueva vida, pero si había algo que había logrado comprender entre aquellos elfos, era que el mañana no tiene importancia alguna si no lo construimos hoy, y que todo llega tarde o temprano, aunque yo no tenía toda la eternidad para esperarlo.

Luego de un rato salí del baño y luego de ponerme mi camisón caí profundamente dormida, de una forma en la que no lo había hecho en años

El sol acariciaba mi rostro con suavidad, era cálido y dulce, abrí los ojos cansada y con sorpresa descubrí que ya había amanecido, no solía dormir hasta tan tarde, por lo que me levanté de un salto y comencé a cambiarme a toda velocidad, tropezando con el baúl, fue entonces cuando caí en la cuenta de que aquella era mi última mañana en Rivendel y quería retrazar el momento de mi partida lo más posible, nunca había pensado en alejarme de ese lugar, de mi hogar, sentí un nudo en el estomago mientras caminaba en dirección al comedor donde los demás me esperaban para desayunar un invisible manto de tristeza parecía cubrir el lugar, comíamos en silencio, nerviosos, fue entonces cuando les increpé

"lindo recuerdo me voy a llevar de Rivendel viéndolos con esas caras"- todos levantaron la vista sorprendidos, Elrond comenzó a reír entonces

"Tienes razón querida Tinwel, a pesar de la tristeza que nos causa a todos tu partida, no podemos permitir que te lleves un recuerdo tan triste"- los gemelos asintieron en silencio apoyando a su padre

"cuéntenme como es Lothlorien"- les rogué a lo que ellos comenzaron a narrarme sus aventuras en el bosque de oro, poco a poco el ambiente se fue distendiendo, finalmente nos pusimos de pie y nos dirigimos a la entrada, un espectáculo increíble se apareció frente a mí, un gran grupo de guardias montados en sus caballos rodeaban a Nimloth, Asfaloth y dos caballos más que reconocí de inmediato, volteé a ver a los elfos que me acompañaban, una sonrisa traviesa apareció en sus labios

"No pensarías que te dejaríamos ir sola o si?"- me explicó Elladan pasando a mi lado para llegar a su caballo, Elrohir, lo siguió sonriendo mientras yo lo miraba incrédula, Glorfindel montó en su caballo mientras contemplaba incrédula al Señor de los Elfos

"Es muy peligroso que cruces las montañas sin escolta alguna, ya sabes que están plagadas de orcos, tenés que llevar alguna protección"- explicó con calma

"Protección?por favor Elrond, es la mitad de los elfos de Rivendel"- murmuré entre risas abrazándolo

"Tanto vos como yo, sabemos lo que es perder a tus seres queridos cruzando aquellas montañas, y no quiero que eso vuelva a ocurrir"- murmuró a mi oído, asentí con la cabeza con una sonrisa- "Muy buen viaje Tinwel, que los valares cuiden tus pasos"

Monté mirando a mis amigos a mi alrededor que me contemplaban sonrientes, mientras las voces de los elfos entonaban una dulce canción de despedida, poco a poco, las voces se fueron extinguiendo, y nuestro camino continuaba hacia el este

Cabalgábamos tranquilos mientras mis amigos narraban historias sobre la Dama Galadriel y Arwen, y demás cosas sobre el pueblo de Lothlorien que creían podían llegar a interesarme, contra todo lo que pudimos imaginar el viaje fue tranquilo, al parecer los orcos no se atreverían a atacar una compañía tan grande de elfos.

Dos semanas después de nuestra partida nos encontramos en el pórtico del Bosque de Oro, los inmensos árboles que según me habían explicado eran mallorns, con hermosas hojas doradas; la comitiva se detuvo de repente, mientras un grupo de guardias de ropas grises nos miraban sorprendidos

"Venimos a hablar con mi abuela Haldir, es sobre algo muy importante"- le anunció Elladan, al serio elfo de cabellos rubios que se acercó a nosotros, este afirmó con la cabeza a sus compañeros y susurró entre dientes

"Hacía mucho tiempo que no veía llegar una comitiva tan grande desde Rivendel, espero que no esté pasando nada grave"- Sonreí al oír aquel comentario, al parecer no era la única en creer que aquella guardia era demasiada, me gustaría saber que opinaría al enterarse de que simplemente estaban protegiendo a una simple humana

Continuamos nuestro camino hasta Caras Galadon, aquella misma tarde, la hermosa ciudad me recibió con sus aromas, me sentí extraña, bajo aquellos árboles enormes, y los inmensos flets ubicados en ellos, la ciudad completa parecía labrada en oro y plata, los árboles y las flores parecían hermosas joyas en un paisaje deslumbrante, Glorfindel y los gemelos rieron ante mi expresión con gusto, según me explicaron después todos los seres que llegaban al Lothlorien por primera vez se sorprendían por la belleza de aquel maravilloso lugar

Sentí también, aquella extraña mirada en mi interior, una voz suave y cariñosa retumbó en mi mente

"Bienvenida al Bosque de Oro, pequeña Tinwel, espero poder conocerte pronto, a la pequeña de la que me han llegado tantas noticias"

Suspiré, ya me habían advertido mis hermanitos favoritos que la Dama de los Galadrhim solía hacer eso, tendría que acostumbrarme aunque me gustaba un poco de intimidad, una elfa de largos cabellos morenos nos contemplaba sonriendo, no necesité que nadie me lo dijera, aquella era Arwen, la Estrella de la Tarde de su pueblo, y pude comprender en ese instante que lo que decían de su belleza era cierto, aún era poco para describir a aquel hermoso ser que nos esperaba al lado del camino; me pregunté entonces como sería mi vida con ella a partir de ahora, al fin y al cabo, no nos conocíamos de nada, por muy importante que fuera yo para el resto de su familia, para ella era una completa y total extraña

Desmontamos junto a ella, y luego de saludar a su hermanos y a Glorfindel, me sonrió con ternura, y para mi sorpresa me abrazó con cariño

"Llevo mucho tiempo queriendo conocerte"- murmuró con suavidad- "espero poder ser para ti como una hermana mayor, como lo fueron antes mis hermanos, pues para mí te has transformado en mi pequeña hermana a través de las noticias que de ti me han llegado"

"Espero nunca defraudar el cariño y la amistad que me estais ofreciendo"- murmuré en forma respetuosa, mientras los demás me miraban sorprendidos

"Ay! Ya se te pegó lo payaso para hablar!"- se lamentó Elrohir burlándose, lo fulminé con la mirada y murmuré

"Yo sé ser educada no como otros"- Arwen conexo a reír de buena gana al oír la discusión que siguió a continuación, aunque finalmente nos interrumpió

"Qué haya paz – murmuró aún riendo- veo que obviamente ustedes dos no han madurado en nada- se burló de sus hermanos- pero por lo pronto la abuela quiere verlos a todos y nos espera para cenar en una hora, llevaré a Tinwel a su dormitorio, Narwain y las demás les dirán donde acomodar a los soldados y el dormitorio de Glorfindel, por ustedes dos ni me preocupo"- anunció tomando mi mano mientras veíamos como los guardias bajaban el baúl con mis cosas y lo llevaban hasta un talán amplio en el mayor de los árboles.

"Nos vemos a la hora de la cena"- se despidió Arwen llevándome con ella, el talán era magnifico, una hermosa habitación con una gran cama, a su lado una gran biblioteca repleta de libros que parecían cada uno más interesante que el anterior y un armario gigantesco, un poco más allá un escritorio con una inmensa ventana por la que entraba la hermosa luz del ocaso, una pequeña mesa y cómodos sillones coronaban la decoración del lugar.

"Espero que te guste"- murmuró Arwen mirando mi sorpresa con agrado- "El baño está ahí"- me indicó sonriente señalando la inmensa puerta del otro extremo, la miré agradecida

"Dos semanas si un baño no es vida para nadie"- le comenté con cinismo, a lo que las dos reímos, ella asintió en el instante en que me metía en el baño pensando que al fin y al cabo no estaba siendo tan malo.

Cuando salí del Baño Arwen me esperaba sonriente desde uno de los sillones, había tres vestidos sobre mi cama que jamás había visto

"Espero que te queden"- me comentó invitándome a probármelos, eran hermosos, uno de un profundo color azul marino, uno blanco con detalles celestes y uno verde oscuro, con bordados en un tono más claro

Luego de que eligiera el azul, Arwen me ayudó a luchar con mi enrulado cabello, hasta dejarlo con unas finas y delicadas hondas, abrí el baúl y saqué el joyero, tomé una sencilla cadena de plata con un hermoso dije con una extraña forma y llevaba engazado un zafiro azul, Arwen sonrió ante mi elección y asintió con la cabeza mientras me ayudaba a colocármelo, entre risas salimos del dormitorio, para dirigirnos por la pequeña escalera a otro talan que se encontraba un poco más arriba en el mismo árbol, la Dama Blanca nos esperaba para comer, me pregunté entonces que opinaría ella de estar a cargo de una humana, criada por elfos, que no tenía ni idea de lo que ser mujer significaba

Ya les dejo otro capi, espero que lo disfruten, no pido mucho, solo que me dejen un bonito reviews, con sus comentarios, dudas, insultos y demás, no es muy costoso, los dejo...

Sonia 11: que bueno que te guste el capi, aquí tenes un poco más de las locuras de Tinwel

Edhelren-Ar-Feiniel: gracias! me has sacado una duda que se me presentó cuando comencé a escribir este fic, no estaba segura si era noldo o noldor, pero no encontré nadie que me lo aclarara, mil gracias por hacerlo, me alegra que te guste mi historia, y espero disfrutes de este capi

HAda: me alegra que te guste el capi, aunque yo creo que los 13 es una buena edad, a mí me vino antes... ni hablar nunca es igual para todas, a excepcion de lo molesto, pero a todas nos llega, en cuanto a Tinwel, muchos enamorados, quien dijo eso? yo no dije nada... jejjeje, a vos no puedo engañarte, ya sabes como me gusta complicar las cosas y muchoooo... esta historia no va a ser la excepcion , espero poder leer pronto tu capi maratónico, que ya me tenes picada, nos leemos pronto, besis

Andraya TheLat: en realidad Tinwel tuvo una infancia genial junto con los elfitos de Rivendel, pero ahora le toca convivir con las mujeres de la familia, por lo que va a tener que aprender muchas cosas nuevas, en cuanto a Glorfindel, él sí va a sufrir mucho, pero no podía ser de otra forma