La obra perfecta
Capítulo 6: conociendo un nuevo hogar
Cuando aquella puerta se abrió no pude evitar sentirme incomoda, la Dama Blanca me contemplaba sonriente, de pie junto a su esposo, Elrohir, Elladan, y Glorfindel memiraban extrañados, mientras una extraña sonrisa nacía en los labios del primero.
"bienvenida a Lothlorien, querida Tinwel"- susurró Galadriel con su voz suave y casi musical
"Espero puedas disfrutar de tu nuevo hogar"- coincidió Celeborn indicándome que me sentara a su lado en la mesa que ya estaba dispuesta, el señor del bosque de oro se ubicó a la cabecera de la mesa, su esposa a su diestra, y yo del otro lado, junto a mí se encontraba Glorfindel, quien tomo mi mano con preocupación por debajo de la mesa, frente a él Arwen y Elladan, y Elrohir a su lado
Miré a mi mentor con preocupación, su expresión era devastadora, podía notar la tristeza emanando de su cuerpo tome su mano entre las mías, para demostrarle que todo estaría bien.
"Buena sorpresa nos diste a todos- comentó Elrohir con esa traviesa sonrisa que conocía tan bien- ahora si pareces una damita, y no la cosa molesta que daba vuelta por toda la casa"- se burló para romper el pesado silencio que había caído en la mesa luego de que un grupo de elfos sirvieran la comida
"Qué quien dijo eso?- comenté con cinismo- Elrohir! Eres tu! Quien lo hubiera dicho, no te reconocí sin tanta mugre encima, te hace bien, deberías bañarte más seguido"- mi hermano me miró molesto, yo sabía perfectamente cuanto odiaba aquellas ropas elegantes, solía preferir su cómoda ropa de montaraz, con la que podía andar de un lado a otro sin problema. Galadriel y Celeborn rieron divertidos, hacía mucho no veían a su nieto colorado como en ese momento
"Estas algo colorado hermanito"- murmuró Arwen sonriendo traviesa, pura y exclusivamente para ponerlo más nervioso
"No me molesten"- bufó haciendo una cara por demás de divertida
"Tinwel, Elrond envió un mensajero unas horas antes de que ustedes partieran- anunció la Dama Galadriel con una sonrisa- eso nos anunció de tu llegada, pero hay algo que no termino de entender, por qué esperó tanto tiempo para enviarte con nosotras?"- Glorfindel la contempló extrañado
"Ocurrió algo que ninguno de nosotros esperábamos"- murmuré con suavidad, intentando que la tierra me tragase, no dudaba que la Señora de los Galadrim sabía perfectamente que era lo que había ocurrido, no terminaba de comprender por qué me torturara de aquella forma, fue entonces cuando entró en mi mente y me explicó
"Es importante que él sepa que sos conciente de que algo cambió, aunque él lo desconozca, confía en vos, si él siente que vos estas segura de esto no temerá dejarte, aunque su corazón se despedace"- asentí en silencio, intentando retomar la charla que continuaba en la mesa, entre risas y comentarios la cena pasó, luego de despedirnos de los Señores del Bosque Dorado Glorfindel y yo nos dedicamos a disfrutar del hermoso paisaje nocturno de Lorien
"Estas segura de todo esto?"- preguntó con seriedad- "aún puedo quedarme si así lo deseas"
"Me encantaría que pudieras quedarte- murmuré con una sonrisa melancólica- pero sé que no podes quedarte, tenés muchas responsabilidades en Rivendel que no podes dejar, Elrond te necesita"
"Supongo que es cierto"- suspiró guiándome hasta un banco en medio del jardín- "no estoy muy seguro de todo esto princesita- me explicó mientras nos sentábamos- tengo mucho miedo de dejarte aquí, no me gusta la idea de estar tanto tiempo separados"
"No te preocupes por eso- le expliqué- en cuanto cumpla dieciocho años podré volver a Rivendel, o al menos eso fue lo que me dijo Elrond, además podes venir a visitarme de vez en cuando"
"No tan seguido como quisiera- me retrucó- viendo que no puedo convencerte de volver conmigo prométeme una cosa- asentí con la cabeza- todas las semanas un mensajero parte de Lorien para llevar los mensajes y noticias a Rivendel, promete que me escribirás y lo enviaras con el mensajero cada semana entendido?"
"Te escribiré todos los días si es necesario para que te quedes tranquilo"- susurré mientras él acariciaba mis cabellos y besó mi frente- "Cuando partirás?"- murmuré con un nudo en la garganta
"Mañana mismo, no puedo retrazarme más, dejé muchas cosas pendientes, no tuve tiempo de planificar nada"- me explicó con tristeza
"Supongo que no me queda de otra que aceptarlo"- anuncié poniéndome de pie- "pero aprovechando que este es el último día que pasaremos juntos en quien sabe cuanto tiempo, supongo que podemos aprovecharlo"
"Qué tenés pensado?"- preguntó con una sonrisa cómplice
"No lo sé, pero quiero aprovechar este rato"- susurré mientras él tomaba mi mano dirigiéndose a los establos
"Muy bien- aceptó- entonces te llevaré a conocer Lothlorien"- Asfaloth nos saludó encantado al igual que Nimloth en el instante en que los sacamos de las caballerizas, fue entonces cuando nos encontramos con el primer pequeño inconveniente
"Se puede saber como podré montar con vestido?"- pregunté frustrada mientras intentaba levantar esa cantidad de tela para encontrar mi pie y ponerlo en el estribo. Glorfindel se paró a mi lado y luego de agarrarme por la cintura me sentó sobre el lomo de Nimloth en un movimiento, lo miré extrañada mientras él montaba a Asfaloth y se colocaba a mi lado
"Las damas no montan igual que los caballeros- me anunció, la verdad se estaba acordando un poco tarde, aunque mejor tarde que nunca- a partir de ahora, viendo que deseas transformarte en una deberás montar de costado, tu torso derecho y las piernas a un lado"
"No me lo digas en tono de reproche- le espeté- soy una mujer, y tarde o temprano iba a tener que actuar como tal"- él estalló en una carcajada de asentimiento
"Tienes razón pequeña, no puedo evitarte crecer- un dejo de amargura nació en su voz- aunque no lo quiera no puedo prohibirte que te conviertas en lo que realmente sos"- fue en ese instante en el que aquel árbol apareció frente a él, y obviamente su vista élfica le sirvió de poco, no pude evitar reír cuando lo tumbó aquella rama
"Ese árbol salió de la nada!"- bufó de una forma demasiado graciosa
"Si claro, como no, ahora los árboles de metros de altura nacen de un segundo para otro"- me burlé risueña mientras le extendía la mano para que se levantase, para mi sorpresa él me dio un tirón y terminamos ambos en el suelo, mientras me retorcía de la risa a causa de sus cosquillas
"Promete que te cuidarás y no harás ninguna locura"- susurró Glorfindel besando mi frente con tristeza, acepté con la cabeza mientras lo veía montar en su caballo- "y prométeme..."
"Que te escribiré todas las semanas"- continué yo su frase- "no te preocupes, prometo portarme como la nena buena que soy"- fue entonces cuando puse una de mis famosas caras de angelito que bien sabía eran irresistibles para aquel elfo, él puso los ojos en blanco y meneó la cabeza
"No tienes cura princesita"- murmuró mientras se alejaba por el camino con la caravana
Sentí un nudo en la garganta en el instante en que lo vi partir, había compartido con aquel noldo la mejor parte de mi vida, y ahora lo veía alejarse por un tiempo indefinido, me había prometido a mi misma no llorar, pero no pude evitar aquella lágrima que se perdió en mis labios.
"Él va a estar bien"- me informó Arwen posando su mano en mi hombro
"Lo voy a extrañar"- susurré
"No me preguntes por qué, pero algo me dice que esto es necesario de alguna forma, yo no tengo los poderes de mi abuela, pero puedo asegurarte que esto es lo mejor para los dos"
"Ojalá no te equivoques"- concluí intentando recobrarme de todo aquello- "Y bien, cual es mi primer actividad del día?"
"Actividad? A qué te refieres?"- preguntó extrañada
"Tu padre y Glorfindel tenían un cronograma de horarios y clases que debía tomar- expliqué- Historia, Literatura, Matemáticas, Arte, Esgrima, Arquería, Artes de Curación y demás"
"No hay nada de eso aquí- anunció para mi felicidad- simple y sencillamente basta con que digas que quieres aprender para que te lo enseñemos mi abuela o yo, o a lo sumo alguna de las doncellas"
"Genial!"- murmuré entre risas mientras veía a dos elfas acercarse con expresión preocupada
"Dama Arwen, la Dama Galadriel nos envía para medirles los vestidos a usted y a la Dama Tinwel para la fiesta de esta noche"- murmuró una de las doncellas
"fiesta?"- pregunté extrañada, mientras la elfa me miraba como si hubiera visto a un bicho raro
"Como es posible que una humana conozca nuestra lengua?"- murmuró la otra sobresaltada como si fuera un criminal, Arwen rió con ganas mientras la miraba incrédula
" Qué es lo que les dijo mi abuela en cuanto a Tinwel?"- preguntó risueña mientras yo no entendía a que venía con todo esto
"Qué era la hija de Lord Glorfindel de Imladris, y debíamos considerarla como vuestra hermana"- anunció recobrando la compostura una de las doncellas
"Supongo que se le olvidó el detalle de que Glorfindel es soltero y los hijos no salen de un repollo- murmuré con cinismo mientras esas dos elfas seguían pensando que era un bicho raro, Arwen simplemente se dedicó a largar otra carcajada- "se ve que estas muy risueña"- le espeté con el mismo cinismo
"Es que supongo que se le olvidó mencionar que sos humana - las elfas ante mí abrieron los ojos como platos y Arwen les explicó- Glorfindel adoptó a Tinwel luego de encontrarla en el bosque, ella es una humana y se crió entre nuestro pueblo en casa de mi padre"
"Mil perdones- se apresuraron a disculparse aquellas elfas- no lo sabíamos, y no estamos acostumbrados a la presencia de hombres en este lugar"
"No hay problema- acepté- aunque todavía nadie me explica que es eso de la fiesta"
"No lo sabías?- comentó Arwen enganchando mi brazo al suyo- creí que te había avisado de tu fiesta de bienvenida"
Luego de que aquellas elfas marcaran los últimos arreglos de mi vestido, dejé a la Estrella de la Tarde discutiendo algunas cosas sobre los preparativos de la fiesta para disponerme a conocer Lorien en plena actividad, extrañamente mis pasos me llevaron a un lugar que no había conocido la noche anterior, la galería de tiro, estaba vacía, bueno, casi, un solitario elfo de cabellos dorados disparaba una y otra vez, flecha tras flecha dando siempre en el blanco, me dediqué a contemplarlo, cada movimiento, cada centímetro, suspiré, me hubiera gustado poder ser tan buena como él con el arco para que Glorfindel estuviera orgulloso, fue en ese instante en el que él volteó hacia mí, clavando su profunda mirada
"qué haces aquí?"- preguntó con voz grave
" Te observaba tirar- murmuré con calma- dicen que contemplar a un buen tirador ayuda a mejorar a los novatos, por el tema de la postura y todo eso"
"Y me vas a decir que a vos te interesa aprender a tirar"- dijo irónico contemplándome
"En realidad ya sé tirar, pero tengo muy mala puntería"- anuncié poniéndome de pie y limpiando la hierba de mi vestido, mientras el elfo me miraba incrédulo, extendí la mano- "Quieres creerme? Dame el arco"- este asintió en silencio poniendo con extrañeza su arma en mis manos- "Es más grande que el mío- expliqué mientras acomodaba la flecha en el arco- y también un poco más duro"- en ese instante la saguita voló a toda velocidad para clavarse en el círculo exterior del blanco- "Lo ves? Tengo mala puntería"
"Nunca había visto a una chica disparar así- murmuró- ni siquiera saben como sostener el arco"
"Ya vez siempre hay una primera vez para todo no"- reí contemplando su incrédulo rostro
"Te gustaría aprender?"
"De verdad me enseñarías?- pregunté entusiasmada a lo que él asintió con la cabeza- Genial!"
"Soy Haldir, tu nuevo maestro"- me sonrió
"Mucho gusto, yo soy Tinwel"- fue en ese instante en que apareció Arwen nerviosa mirándome preocupada
"Se puede saber donde te habías metido!"- me preguntó llegando hasta mí ignorando totalmente a mi acompañante
"Estaba aquí hablando con Haldir"- le anuncié señalando al elfo
"Haldir, disculpa no te vi- anunció la elfa mientras el arquero hacia una reverencia – si me disculpas debo llevarme a esta damita para terminar los preparativos de la fiesta de esta noche"- así fue como Arwen me llevó a la rastra hasta el talan más próximo
Suspiré entre risas, al parecer debía soportar aquella terrible prueba de protocolo, conocer a todos los nobles y señores del reino, uno tras otro me fueron presentados hasta el punto en que olvidé sus nombre y quienes eran, ya le pediría a Arwen que me lo recordara luego, fue entonces cuando otro elfo hizo una reverencia frente a mí
"Tinwel, este es el General de las fuerzas de Lorien"- murmuró Celeborn- "Haldir"- cuando oí ese nombre levanté la cabeza sorprendida mientras el elegante elfo me contemplaba sonriente
"Supongo que se te olvidó contarme algunas cosas"- susurró entre risas
"Ya vez, es que Arwen no me dio tiempo"- me excusé- " aunque que todo el mundo deba considerarme una dama no quita que voz sepas la verdad"
"Qué sos un arquero frustrado?"
"Shhh... pero que nadie se entere"
"Tranquila, esas clases serán nuestro secreto"
mmmm... no es el mejor de los capis, pero era necesario, de todas formas espero que les haya gustado yhagan un pequeño esfuerzo y me dejen sus reviews, ya saben que no cuesta mucho
Hada: esos elfitos son bien machos, pero Tinwel sabe que ella es una chica, por lo que no va a estar tan complicado, aunque como veras va a seguir con algunas de sus viejas costumbres, en cuanto a los enredos... eso a partir del próximo capi...P por cierto, muy buen capi, espero que le pongas ganas porque quiero mas!
Sonia 11: Tinwel no va a sufrir mucho en Lorien, yo diría que todo lo contrario...
Mely Black: me alegra que te guste mi historia, y como escribo, espero disfrutes este capi, y en lo posible intento actualizar una o dos veces por semana ( escribir es mi terapia, por lo que suelo necesitar hacerlo seguido), nos leemos!
Andraya TheLat: ejejejej, supongo que Elrond no quiere perder más seres queridos cruzando esas montañas, me pareció divertido ponerle tamaña escolta a la niña, en cuanto a Lorien, ella no va a sufrir su estancia, yo diría que todo lo contrario...ahh no te olvides de actualizar en cuanto puedas, ya sabes que me encanta tu fic
