La obra perfecta
Capítulo 17: un fugaz encuentro
En el momento en que estuve frente a ellos no podía comprender su pasividad, todos en el lugar me miraban extrañados, como si de un bicho raro me tratase, fue entonces cuando lo descubrí, en mi desesperación había utilizado la lengua a la que más estaba acostumbrada, que casualmente no era la lengua común, aún agitaba di una gran bocanada para que la mayor cantidad de aire llegara a mis pulmones- "Los orcos se acercan"- grité con la mayor fuerza posible, todos me contemplaron espantados- "vienen por el sur, no tardarán mucho"- en ese mismo instante se desató una histeria colectiva, todos corrían y gritaban de un lado para el otro
"Las mujeres y los niños enciérrense en los hogares!- gritó desde una plataforma el alcalde- todo el que pueda pelear que vaya por sus armas"- sin dudarlo di la vuelta y corrí hasta la casa, las madres llamaban a gritos a sus hijos, todos corríamos en un caos irrefrenable, finalmente abrí la puerta de golpe y subí las escaleras, abrí el baúl y revolví las cosas de su interior, un ruido en la entrada me dijo que las demás ya habían llegado
"espero que esta no sea una bromita tuya prima"- gruñó Eliara una vez que bajé las escaleras, mientras mi tía y Ariela me contemplaban sorprendidas, llevaba aquella cómoda ropa de montar y un cinturón del que colgaba la espada, en mi espalda un carcaj repleto de flechas y el arco en mis manos, había recogido mi cabello en una coleta dejando mi rostro libre, suspiré con cansancio
"Te parece que esté bromeando?"
"Qué demonios!"- casi gritó mi tía
"No oíste lo que dijo el alcalde, todos los que puedan pelear deben hacerlo!"- le espeté
"Se refería a los hombres! Donde se ha visto a una mujer luchar!"
"Yo sé hacerlo y puedo asegurar que tuve los mejores maestros en cada especialidad, no te preocupes"- anuncié tomando el picaporte cuando escuché aquellos alaridos –"ya están aquí, traben la puerta y no salgan de la casa por ningún motivo"
"Por todos los dioses Galatea es una locura!"- me rogó Ariela, y podría jurar que Eliara tenía expresión preocupada, cuando aquellos cuernos sonaron sentí un escalofríos invadir mi cuerpo, genial, más problemas, conocía muy bien aquel sonido, era un cuerno de Rivendel.
"No se preocupen por mí, voy a estar bien, he luchado con orcos innumerables veces- mentí- apaguen todas las luces y hagan el menor ruido posible, no salgan por ningún motivo a no ser que yo misma se los diga entendido?"- ellas asintieron aterrorizadas y pude escuchar como trababan la puerta una vez que me encontraba fuera
Todo lo que veía a mi alrededor era destrucción, los orcos, humanos y algunos elfos peleaban por doquier, fue entonces cuando lo vi frente a mí, conocía perfectamente esa maravillosa espalda, aquel orco estaba casi encima de él cuando una flecha cantó desde mi arco, el asqueroso ser cayó en el instante, un disparo perfecto le había atravesado el cuello, Glorfindel volteó sorprendido ante aquel ruido, contempló en silencio al orco a sus pies y posó en mí sus profundos ojos, nos contemplamos unos segundos, como si el mundo se hubiera detenido, finalmente tomé en un movimiento una de mis flechas y disparé
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Timpinen sonó el cuerno como Glorfindel lo había ordenado, en medio de la batalla, los aldeanos los habían visto llegar rodeados de esa magnífica luz que despedían, atacaron a todos y cada uno de los orcos que se cruzaban por su camino, con un extraño temor invadiendo sus corazones, se dispersaron por el pueblo, y poco a poco estaban totalmente inmersos en aquella lucha que no era la propia, Glorfindel desmontó de un salto a la carrera, luego de enviar a Asfaloth a los lindes del bosque, peleaba mano a mano con aquellos inmundos seres, con una sola idea en la cabeza, debía protegerla, encontraría a Tinwel y la protegería de esos nauseabundos seres; su espada parecía tener vida propia en aquella batalla interminable, los malditos Yrch eran muchos más de lo que habían pensado.
Uno tras otro se amontonaban a su alrededor para caer muertos segundos después, estaba tan concentrado en la batalla que no percibió a aquel ser hasta que cayó pesadamente a sus espaldas, volteó sin dudarlo, el inmenso orco tenía una flecha atravesando su garganta en una trayectoria perfecta, levantó la vista para agradecer al arquero, pero sus ojos no pudieron creer lo que vieron.
Tinwel estaba ahí frente a él con el arco en sus manos, llevaba un magnífico traje de montar y la espada ceñida a su cintura, tan hermosa como siempre, tan segura, como un ángel vengador había acudido a su auxilio, sus morenos ojos tenían una profunda seguridad que no hacían otra cosa que enamorarlo aún más, como era posible que un ser pudiera parecer tan dulce y desprotegida en algunos momentos y en otros demostrar aquella fuerza y decisión incontenibles, dio un paso hacia ella, aún hechizado por esos arrebatadores ojos, cuando la joven en un movimiento preparó el arco apuntando hacia él; sería posible que ella le disparara? Tanto la había lastimado como para que fuera capaz de ello?
El arco volvió a silbar, cerró los ojos esperando aquel impacto que nunca llegó, sintió la ligera vibración del aire sobre su hombro, aquella flecha ni siquiera lo había rozado, pero había impactado en la garganta del orco que estaba a sus espaldas, había estado tan inmerso en sus sentimientos que ni siquiera lo había percibido, giró su vista hacia el lugar en el que estaba la joven, para encontrarse con un terrible vacío, la buscó con la vista pero no llegó a distinguirla
"Por los Valar"- se dijo a si mismo mientras acababa con aquella bestia que se arrojaba sobre él, ella estaba allí, no solo en esa aldea sino en esa batalla, estaba luchando. Una incontenible furia comenzó a brotar en su interior, debía encontrarla y ponerla a salvo, era una locura, las damas no debían pelear! (N.A: que contradictorio no? El le enseñó y ahora quiere que se quede quietita ¬¬) suspiró con cansancio y salió a la carrera, terminando en un movimiento con la vida de todos los orcos que se interponían en su camino
La buscaba con desesperación, no podía permitir que nada malo le ocurriese, la encontraría a cualquier costo, la tomaría en sus brazos y por mucho que protestara la encerraría en el primer lugar que considerara seguro
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Corrí a la máxima velocidad que me permitía mi cuerpo, maldiciendo mi suerte en voz baja, de todos los elfos que habitaban en Rivendel, justo a ese me había tocado salvar? Bueno, al menos ahora estábamos a mano, él había salvado mi vida cuando me rescató en el bosque y yo le había salvado la vida con aquellos orcos, sin deudas, sin rencores, que él siguiera su vida que yo vería como reconstruir la mía. Pero sabía muy bien que las cosas no eran así, esos elfos no estaban allí por nada, por lo que intenté mantenerme lo más alejada posible de ellos.
Ver a Glorfindel de nuevo había derrumbado el pequeño orden que se estaba estableciendo en mi estantería de sentimientos, y otra vez me encontraba inmersa en aquel caos que era mi corazón, pero de una cosa estaba segura, no volvería con él bajo ningún motivo, me prometí, mientras atravesaba con la espada al orco que se encontraba delante mío, aquellos seres eran aún más asquerosos de lo que hubiera imaginado jamás, su inmundo hedor parecía colmarlo todo, fue entonces cuando reconocí aquella voz sobre el resto, no se encontraba muy lejos, varios orcos estaban sobre él, y si no hacía algo ponto terminarían por despedazarlo
Llegué hasta él lo más rápido que pude, con la espada en alto, atravesé primero la pierna de uno y degollé a otro, mientras los demás se escabullían espantados
"Estas bien?"- pregunté a Elian que permanecía aún en el piso, abrió los ojos con sorpresa al reconocerme, y susurró despacio mientras lo ayudaba a levantase
"Por un momento creí que eras uno de esos elfos- me informó en el instante en que un cuerno sonaba a la distancia, los orcos se retiraban, habíamos vencido- no deberías estar aquí"
"Si no estaría aquí vos ya estarías muerto"- murmuré abrazándolo con alegría, para luego ir juntos hasta la plaza y separarnos para comprobar el que todo estuviera bien en nuestras casas – "Ya todo terminó"- murmuré golpeando la puerta con fuerza- "Salgan, que al parecer estamos todos enteros"- anuncié antes de alejarme en dirección a la plaza, probablemente habría heridos que atender y estaba segura que sería útil para aquello.
Una pequeña multitud se había reunido en el lugar en el que se había llevado a cabo la fiesta, incluso las mesas y los instrumentos de los músicos se encontraban en el lugar, me perdí entre la muchedumbre intentando pasar desapercibida para los élficos visitantes, aunque supe que no serviría de mucho en el instante en que aquella fuerte mano tomó mi muñeca y me obligó a girarme
"Lo que acabas de hacer es una locura"- me espetó Glorfindel, tomándome por los hombros, clavó sus profundos ojos en mí y pude saberlo, estaba furioso
"Sí supongo que debí dejarte morir en manos de esos orcos"- le espeté- "me hubiera ahorrado unos cuantos dolores de cabeza"
"No debiste arriesgarte- anunció esta vez un poco más calmado- volvamos a casa"
"Yo ya estoy en casa"- murmuré con seriedad, en el momento que la multitud se abría a nuestro alrededor
"Lord Glorfindel"- murmuró el alcalde llegando hasta nosotros acompañado de Timpinen, quien probablemente le habría informado el nombre de su comandante- "Es un placer recibirlos en nuestra aldea..."- aproveché ese momento de distracción para escabullirme entre la gente, y lentamente me fui alejando en dirección a casa
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Glorfindel suspiró aliviado, aquel cuerno significaba la retirada de los malignos seres, pero, a pesar de su aparente calma estaba aterrorizado, la sola idea de que algo pudiera haberle pasado lo paralizaba, miró a su alrededor, al parecer no había bajas, y las heridas eran todas superficiales, inconscientemente comenzó a seguir a los aldeanos, para encontrarse en la hermosa plaza en la que se había llevado a cabo la fiesta, se mezcló entre la multitud, buscándola con ansias sobre las cabezas de los seres que poblaban el lugar, bajó la vista resignado, para encontrarse con un extraño par de botas, esas eran las botas de un elfo, y también la ropa, pero aquel arco de Lorien y la delgada figura la delataron, caminando ahí frene a él como si fuera lo más normal del mundo, en un movimiento tomó aquella muñeca y la obligó a girarse para quedar cara a cara con él, sintió una corriente eléctrica atravesando su cuerpo cuando esos ojos volvieron a posarse en los suyos
"Lo que acabas de hacer es una locura"- murmuró con seriedad, para pronto darse cuenta de su error, no estaba allí para regañarla, sino para amarla
"Sí supongo que debí dejarte morir en manos de esos orcos, me hubiera ahorrado unos cuantos dolores de cabeza"- le desafió ella, tomo aire intentando ordenar la mezcla de sentimientos, el alivio por verla a salvo, con el temor a perderla, y el comprender que esa mujer simple y sencillamente lo tenía apresado
"No debiste arriesgarte- murmuró con dulzura, tenía tantos deseos de besarla en ese instante- volvamos a casa"
"Yo ya estoy en casa"- por más que sus labios pronunciaran esas palabras él podía leer la tristeza de esos ojos, ambos habían estado sufriendo por ese amor, por qué no se permitían ahora ser felices juntos? Estaba a punto de preguntárselo cuando escuchó a aquel hombre llamándolo mientras se acercaba junto a Timpinen
"Lord Glorfindel es un placer recibirlos en nuestra aldea, hace mucho tiempo que la hermosa gente no nos visita"- le aseguró haciendo una reverencia- "más aún cuando podemos contar con su ayuda contra los orcos"
"Siempre es un placer ayudar a aquellos que lo necesitan- murmuró el noldo notando que la joven había desaparecido, maldijo su suerte e intento poner la mejor de las sonrisas- espero que ustedes puedan ayudarnos en una misión que nos trajo a esta aldea"
"Será un placer desde luego!- murmuró el alcalde sonriente- pero por lo pronto nosotros estábamos en una celebración, y podemos sumarle la llegada de tan grata compañía"- el pueblo aplaudió con alegría, y una extraña música comenzó a sonar en sus oídos, contempló a la gente sin encontrarla, mientras el alcalde lo guiaba hasta la mesa principal
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Llegué a la casa con cansancio, aquel no había sido el mejor de mis días, y para mal de males Glorfindel estaba en el pueblo, lo mejor sería que me quedara encerrada hasta que ellos se marcharan, o mejor aún hasta que viajaran hasta el oeste, para asegurarme de no cruzármelo en mi vida, tomé el picaporte con desgano, para voltearme al escuchar mi nombre
"No vas a quedarte en la fiesta?" me preguntaba Elian sorprendido mientras yo negaba con la cabeza- "no lo entiendo, vos siempre fuiste la que quiso conocer elfos y te perdes esta oportunidad"
"No quiero ver un solo elfo más en mi vida- murmuré con pesar- me desencanté"
"pero..."
"Esta bien- lo corté en seco- querés saber por qué me confundiste con un elfo antes?- mi amigo me miró sorprendido ante mi arranque- porque visto ropas élficas, llevo armas élficas y peleo como los elfos"
"Todo este tiempo viviste con los elfos?"- me preguntó sorprendido- "entonces tu tutor era..."
"Un elfo, mi tutor era un elfo, y también el chico que se enamoró de mí, todos ellos eran elfos"- suspiré con pesar mientras él ponía una mano en mi hombro y me sonreía con picardía
"Y ni siquiera por conocer a Lord Glorfindel del que hay tantas historias y aventuras?"- dijo intentando de convencerme, pobre...
"No me lo nombres- le espeté con furia- tendría que haberse quedado en Rivendel con todas las elfitas sirviéndole, aún mejor quedarse en Aman con la estúpida de Niniel en lugar de venir a complicarme la vida"- Elian me miraba incrédulo, para luego hacer esa pregunta que tanto le dolía hacer y que respondí antes de que fuera formulada- "él fue mi tutor, por Glorfindel estoy aquí"- sentí el asombro de mi amigo mientras abría la puerta y me encerraba en casa, por qué las cosas tenían que ser tan difíciles?
Ya saben, para amenazas, insultos y comentarios me puden dejar un review, ya saben que no me enojo, hablando en seriolo admito, me encantó escribir este capi, se me hizo super fácil y es uno de mis favoritos¿ que opinana ustedes? me gustaría conocer sus opiniones, por lo pronto perdonen la demora, pero llevo desde el lunes queriendo actualizar y no me deja, en lo que a mí respecta ayer corregí el último capi, por lo que tienen el final asegurado, basta de mi parloteo incoherente, espero que lo hayan disfrutado, y recuerden
lengua común>
élfico>
Por lo pronto a responder los reviews ( es una de mis partes favoritas :P)
Hada: Aiya Mellon! como veras los orquitos cumplieron su funcion perfectamente en el capi, como ya sabras no soy del tipo de personas a las que le gustan las historias absolutamente románticas sin aunque sea un poquito de acción, por lo que poner a los orcos me pareció totalmente necesario, como tampoco me gustan las protagonistas tipo "Damiselas en apuros" son demasiado aburridas, por lo que tenémos a una linda Tinwel que no duda un segundo en salir a rebanar cabezas y atravesar gargantas, ni hablar espero que te haya gustado el capi, si me demoré en actualizar fue porque ff. net no me dejo ;; espero lo disfrutes, nos leemos pronto. ahh me olvidaba excelente el ultimo capi de tu fic
4everGlenda: ya vez que nuestra chica salió a pelear y lo hizo muy bien, en cuanto a las primas, sí se sorprendieron, pero el tragarse las palabras, eso para más adelante :P espero que disfrutes el capi, nos leemos
Sonia 11: personalmente tengo una filosofía, me gustan los finales felices, por lo que por mucho que torture durante la historia a los personajes me gusta que las cosas terminen bien, ya vez que Tinwel terminó enterita todo esto, espero disfrutes el capi, nos leemos pronto
The Dark Angel x2: mil gracias por tus dos reviews, me alegra que te guste mi historia, en caunto a los elfitos, ya vez así salieron, en lo que a Glorfindel respecta, todavía le va a tocar sufrir un poco más, pero es necesario, espero que disfrutes este capi, es bueno ver que gente se va sumando a la historia a pesar que ya está por terminar, nos leemos!
Ely-chan: hay muchas de las cosas de las que me planteas en tu fic de las que no te puedo contar porque te arruinaría la historia, en cuanto a lo que al pobre de Leggy se refiere creo que todos pasamos alguna vez por una situación en que nuestro padres les cuentan nuestros peores papelones a la persona que menos queremos que se entere, por lo que me pareció un toque gracioso. Lo del nombre de GAlatea... es cierto, pero si llevás 12 años llamandola de otra forma y escuchaste su verdadero nombre una sola vez porque todos la llaman Tinwel es posible que te olvides, (al menos yo tengo un amigo al que todo el grupo le dice ezequiel, pero él se llama nicolas, y cuando le dicen así muchas veces nos olvidamos que es la misma persona :P) en cuanto al ataque al pueblo, simple y sencillamente azar, si leiste el hobbit o alguno de los otros libros de Tolkien, puede verse que los orcos no atacaban solo en epocas de guerra, si no que tambien invadían y saqueaban aldeas para reabastecerse de comida y demás, por lo que si eras un pequeño pueblo humano sin ningún tipo de guardia establecida, cerca de las montañas nubladasera muy probable que de tanto en tanto los atacaran los orcos, en cuanto al resto creo que podes leerlo vos misma, espero que te haya gustado el capi, nos leemos!
Kempi: bienvenida al grupo! me alegra que te guste mi fic, es bueno ver que gusta lo que escribo, más estando tan avanzada la historia, espero que disfrutes el capitulo, nos leemos pronto
Andraya TheLat: Ya vez esos elfitos llegaron en el momento justo, espero que disfrutes del capi, nos leemos prnto! por cierto, espero que actualices pronto, me muero de ganas por ver como sigue tu fic, namarië!
