Las Navidades III: Lori
Lori volvió al Gran Comedor para el desayuno después de haber despedido a sus amigas que partieron en el tren rumbo a sus casas. Al entrar vio a los tres hermanos Burns charlando con Tavers y Jessi-Jenni mientras comían en la mesa y la Profesora Princesti sentada en otro lado removiendo su comida. Entre esa elección, la joven se sentó junto a su profesora que la saludó con un movimiento de cabeza.
- ¿Le ocurre algo profesora Princesti? - preguntó Lori mientras se servía algo de leche.
- Ay señorita Galdir, pero qué perspicaz es usted. ¿No se ha enterado? - Lori negó con la cabeza - pues verá.... ¡H se ha ido!, le ha llamado un tipo horrible de no sé qué ciudad para que le ayudara con un caso... y ahora, sólo me queda volver a las viejas costumbres. Y ya ni Sev está libre...
Lori casi se atragantó al escuchar la última parte y se quedó mirando a su profesora que bajó la cabeza casi metiéndola en el cuenco donde tenía los cereales. La joven continuó desayunando intentando ignorar a su profesora; cuando las puertas se abrieron para dar paso al director que venía sonriendo como siempre y se sentó junto a Lori, y justo cuando se preparaba para someter a la joven a uno de sus interrogatorios, su tío apareció por una de las puertas laterales y se la llevó disculpándose con el anciano, que se quedó bastante enfurruñado.
- Gracias - dijo la chica a su tío una vez que estuvieron fuera del Comedor.
- Si Albus llega a preguntarte todo lo que vamos a hacer estas Navidades... lo hubiera tenido dos semanas persiguiéndonos - contestó el hombre - Bien. Vamos, la carroza nos espero fuera.
Salieron del colegio y atravesaron los terrenos, una vez en las puertas subieron a la carroza que les esperaba sola. Severus se sentó junto a Rella (que ya estaba dentro) y la joven se sentó frente a ellos sacando el libro que su tío le regaló para su cumpleaños y continuó con su lectura.
- ¿Qué libro está leyendo? - preguntó Rella amablemente.
Lori levantó la cabeza del libro, puso un dedo entre las páginas que iba y enseñó la portada a su profesora.
- "Resultados de una búsqueda" - leyó la mujer - Ya, y... ¿de qué trata?
- Pociones - respondió Lori.
- Ahhh, ¿te gustan?
- ¿Las pociones? - la maestra asintió.
- Sí - contestó la chica.
La carroza volvió a quedarse en silencio y así continuó hasta que paró en seco y dejo a sus tres pasajeros frente a Las tres Escobas en Hogsmeade. Cogieron las maletas del portaequipajes y fueron calle abajo hasta una zona en la que había pequeñas casitas de piedra y teja. Severus se paró en el número 5 y atravesó la verja y el jardincillo que rodeaba la casa; abrió la puerta y dejó pasar a las dos jóvenes delante de él. Se dedicó el resto del día a enseñar la casa a Rella y Lori subió a su habitación y allí se encerró.
Sacó un pergamino, lo puso sobre su mesa y comenzó a escribir:
"Sidney: ¿recuerdas eso que hablamos el otro día? Pues por favor, si no te importa, házlo. Saludos. Lori Galdir."
- ¡Kringsten! - llamó la chica- llevale esto a Sid ¿vale?
Se quedó sentada mirando por la ventana, abstraída en sus pensamientos; recordando todo lo que les había ocurrido en lo que llevaban de curso y no pudo evitar sonreír.
Era 24 de Diciembre: Kringsten entró por la ventana de la habitación de Lori y lanzó dos cartas sobre la dormida muchacha. Que cayeron al suelo; poco después la joven despertó y las cogió. Abrió la primera y comenzó a leer.
"Lori: ya está hecho; aquí te lo envío. Besitos y abrazitos cursis. Sidney McNeill".
- Bien, Ash ya tiene regalo; sólo falta encontrar el de Eras, bah, luego saldré a buscarlo -abrió la otra carta y de pronto una figura salió de ella y se plantó en la habitación de Lori que cayó en la cama del susto.
- Hola Lori - dijo la figura que la joven reconoció como su amiga Sidney - verás, sólo quería decirte que estoy orgullosa de invitarte en mi casa el día de Nochevieja para luego ir al drinki-drinki por Paguí. ¿Ok? Respóndeme mandando un mensaje al 666 con la palabra clave nochevieja un espacio y tu nombre (upps... jeje creo que esto no es pero bueno...) besitos. Sidney - la figura desapareció y Lori aún seguía mirando el lugar en el que su "amiga" había estado.
- Gryffindors - suspiró - siempre tienen que quedar por encima de todo.
Cogió una túnica y salió de la casa para ir a buscar el regalo de eras. Bajó al pueblo y paseó mirando los escaparates de las tiendas cercanas: "Honeyduekes (no creo que quiera chuces, sobre todo ahora que está a dieta) Zonkos (¿bromas? ¿para eras? Mejor que no) Tiendas de ropa... (uhmmm je, je, vamos a verla)"
Lori entró a la tienda y empezó a mirar las túnicas que había hasta que encontró algo que le gustó: era un kimono color azul oscuro con flores rosas y rojas. Esta vez no se lo pensó, lo cogió pagó los 15 sickles que costaba y salió de la tienda.
Siguió vagando por Hogsmeade viendo las demás tiendas: "Tienda de animales (mejor no o Lavaroy tendrá envidia); el Apotecario..." Lori entró a la tienda olvidándose de Eras por un tiempo mientras miraba los libros de Pociones.
- Lori - gritó alguien - Hola.
La joven se volvió y vio a su compañera de casa Anander Aitsel sonriéndole desde una estantería donde buscaba ingredientes de pociones.
- Hola Anander - respondió la chica - ¿qué haces aquí?
- He venido para completar mis ingredientes de pociones porque se me han gastado, pero no encuentro nada - dijo la chica llevándose las manos a la cabeza.
- ¿Vives aquí?¿En Hogsmeade? - Anander asintió - te ayudaré - decidió Lori al fin.
Cuando acabó de buscar los ingredientes para Anander salió de la tienda y fue a las tres escobas para tomar algo y descansar un rato de su paseo. Entró al bar y se acercó a la barra; pidió una cerveza de mantequilla y se sentó en una de las mesas sacando el libro que había estado leyendo y continuó mientras tomaba la cerveza.
- Lori - levantó la cabeza del libro y vio a su tío acercarse a ella sonriente - ¿ya has acabado las compras?
- No - dijo la chica guardando el libro.
- Pues date prisa nos iremos pronto.
- Tranquilo, sólo me queda una cosa, no me costará mucho.
- Bien, gracias - dijo a Rella que acababa de sentarse junto a él con las bebidas.
- Bueno, yo me voy. Hasta luego - dijo Lori mientras salía corriendo del bar, dejando a los otros dos sorprendidos por la reacción de la joven.
- Creo que no le gusto... - empezó Rella.
- No, no lo creo. Siempre ha sido muy sobreprotectora conmigo. No es por ti- dijo el hombre acercándola a él.
- Pero siempre actúa raro en mi presencia, en estos días ha sido como si yo no existiera y eso le ha hecho ignorarte a ti; yo no quiero romper vuestra familia.
- No estás rompiendo nada Rella. Es sólo que le cuesta entenderlo, siempre hemos estado solos desde que sus padres murieron no sé, supongo que piensa que la dejaré de lado. No es tu culpa, en todo caso es la mía. Vamos, prepararemos las cosas - se levantaron y salieron del bar dirigiéndose a la casa.
Lori volvió a casa poco antes de las 12 y Severus y Rella la esperaban sentados en el sofá.
- Voy a cambiarme y a recoger a Kringsten y nos vamos - dijo entrando a su habitación.
Dejó la túnica que llevaba sorbe la cama con los regalos de Eras, sacó otra túnica, unos guantes de piel de dragón, su bufanda de Slytherin y salió de la habitación seguida por Kringsten.
- Bien, ya estamos todos. ¿Polvos flú? - preguntó el hombre a ambas chicas que asintieron - bien, vamos, yo iré primero. Nos vemos al otro lado - dijo Severus desapareciendo por la chimenea.
Lori se adelantó para coger polvos, pero la voz de Rella la detuvo.
- Señorita Galdir, sólo quiero decirle que no pretendo "robarle" a su tío, y menos aún interferir en su relación con él; ni tener que estar así con usted. No espero que se emociones por esto solo que por lo menos le de su aprobación a su tío, él está preocupado por usted Señorita Galdir.
- Lori - murmuró la joven sin darse la vuelta.
-¿Cómo ha dicho? - preguntó Rella.
- Es Lori, no señorita Galdir - repitió la joven.
- Lori... - volvió a decir la profesora.
- Sí - asintió la joven antes de desaparecer por la chimenea.
A la mañana siguiente, Lori despertó pronto para encontrar a Niss (el kneazle de su tío) arañando la puerta. Lo cogió suavemente y bajó con él a la sala, donde encontró a Alexander desayunando y se sentó junto a él.
- Lor - murmuró el hombre.
- Al, ¿qué tal el día?
- Genial, tengo un dolor de cabeza... horrible.
- Se nota, tienes muy mala cara.
- Gracias - dijo el hombre sarcástico - por cierto Tapsy dijo que había algo para ti ahí fuera.
- ¿Para mí?
El hombre asintió y Lori salió a los terrenos de la mansión y vio la cosa más extraña que había visto en su vida: era una especie de caja con dos tubos atados a ella, lo miró durante un rato y se acercó a ella buscando alguna nota (aunque se le venía a la cabeza cierta Gryffinfor que adoraba sobresalir entre los demás) y al no encontrar nada decidió encogerlo y lo guardó en su bolsillo.
Volvió a la casa y se acercó al árbol donde su abuela buscaba frenéticamente sus regalos mientras Tapsy intentaba llevarla a su habitación. Cuando por fin lo consiguió, Lori se acercó al árbol y retiró un par de paquetes y unas cartas y subió a su habitación con todo para abrirlo.
Tomó lo primero que agarró y lo abrió.
"Feliz Navidad, Lori, bueno espero que no te hayas asustado con la vaina, ya te explicaré para qué sirve en Hogwarts; y espero que disfrutes con ese libro. Nos vemos, Sid" abrió el otro paquete y encontró el libro, leyó el título de la portada: "Aprende a maquillarte. Los 100 trucos, por Ruby Burns". Lori chilló y lanzó el libro por la ventana de la habitación mientras pensaba en formas para torturar a su amiga. Cogió la siguiente carta y la abrió.
"Espero que disfrutes con mi regalo", rezaba la carta de Eras "sólo tienes que decir el nombre del lugar, y te transportarás allí. Estarás toda una semana, con los gastos pagados. Además el tiempo que pases allí, no contará en la vida real.Esto te conducirá a High Mansión, una retirada mansión entre bellos montes europeos, ya que buscas tranquilidad y paz, tendrás excursiones organizadas, amplios banquetes, y atención personalizada" lo guardó en la túnica y tomó el siguiente paquete; sacó una tarjeta y la leyó: "Espero que te venga bien, al menos así podremos acordarnos de todas las 'frases míticas' de nuestra querida Eras. Y el otro regalo, bueno supuse que te gustaría, así podremos vengarnos de las pijas. Feliz Navidad, tu amiga Ashley Catherine Wastecott". Abrió el paquete y una pequeña libreta de lo que Lori reconoció como papel muggle cayó en sus manos, la inspeccionó y reconoció en la primera página la letra de su amiga, que había puesto con colores brillantes 'Libreta Filosofal'. La guardó en la túnica y continuó con el paquete de Ash, y sacó algo que nunca se habría imaginada: ¡una capa invisible! 'Gracias Ash' pensó Lori dejándola con mucho cuidado sobre su cama.
Cogió el último paquete y guardó una última carta que según leyó era de Matt; abrió el paquete y sacó un libro antiguo encuadernado en piel marrón oscura con letras plateadas que formaban el título en la portada: ""El albor de los tiempos: la evolución de las pociones a lo largo de la historia". Pasó las páginas del libro y abrió la carta que lo acompañaba: "Feliz Navidad, esperamos que te guste el libro, fue difícil de encontrar, pero de seguro que te gusta. Severus Snape y Rella Turner".
Lori se quedó mirando a libro que estaba sobre su mesa aún sorprendida hasta que Tapsy llegó y le dijo que debía bajar a comer; llegó al Comedor y se sentó junto a Alexander que leía el profeta sin darse cuenta de la presencia del resto de los invitados. La chica se inclinó hacia su tío y Rella y les agradeció el regalo.
- Tiene que ir a comer; la señora tiene que comer, Tapsy se asegura de que la señora coma - decía la pequeña elfina mientras arrastraba a Madison dentro del Comedor.
- No. No. No. No. No quiero comer.
Tapsy la llevó junto a Lori y la sentó retirándose a las cocinas.
- Maddie - gritó la mujer - por fin has vuelto cuánto tiempo, te he echado mucho de menos. ¿por qué no has venido antes? - preguntó cogiendo una mano de Lori entre las dos suyas; la joven sonrió como pudo a su abuela que tenía la misma mirada perdida que la última vez.
- Nicholas. ¿a qué esperas? ¿no pretenderás que yo haga todo? - chilló la mujer dirigiéndose a su hijo mayor - y deja de "agarrar" a esa mujer. Y tú, Severus - le dijo a Alexander - deja de leer y ayuda a tu padre ¡vamos! ¿a qué esperáis?
Los dos hermanos se levantaron y fueron a la cocina para ayudar a Tapsy.
- Me voy. No sé como puedes sobrevivir a esto, Maddie - dijo la mujer saliendo del Comedor.
La comida transcurrió sin más incidentes, y por la tarde Lori, Severus y Rella volvieron a Hogsmeade tras despedirse de Alexander y Madison.
Los días siguientes pasaron sin ningún hecho digno de resaltar, y llegó el día en el que Lori tenía que partir a casa de su amiga Sid.
Se levantó a las ocho y se metió en el baño antes de bajar a desayunar, al acabar volvió a la habitación y abrió el armario. No tenía ni idea qué iba a preparar Sid y si debía llevar algo especial así que se puso unos pantalones negro, un jersey verde y las botas; no estaba mal pensó, así que sacó la túnica negra, su capa, la bufanda de Slytherin y los guantes y salió de la habitación seguida por Kringsten.
- Bueno, yo me voy, volveré mañana.
- Bien, ten cuidado, y si necesitas algo...
POM
La joven salió dando un portazo sin dejar acabar a su tío la frase y fue hasta las tres escobas para usar la red flú hasta Londres.
Poco más tarde apareció en el Caldero Chorreante y fue al Callejón Diagón para pasear y ver las tiendas, pero el tiempo ose le pasó volando mientras miraba los libros de Pociones de Flourish & Blotts. Cuando volvió a mirar el reloj, eran las 5:30.
- Las 5:30, upps, je, je quedamos a las 4:30 en Heathrow, para coger el avión... bueno, bueno. A ver veamos, salía a las 5:000 llegará... ¿sobre las 6:00? Mejor irse. Kringsten ¿irás volando? - el cuervo salió y Lori se desapareció de la tienda para aparecer segundos después en un váter del aeropuerto de Orlando, en París.
- Je, je, si Eras me viera... - dijo quitándose la capa, para no llamar tanto la atención, y cogiéndola en la mano salió del servicio para esperar junto a los lavabos (estaba segura de que Eras acabaría yendo al baño) y unos 20 minutos más tarde, Eras entró al baño corriendo y se encerró en uno de los váteres. Lori se puso delante de la puerta esperando a que saliera su amiga que parecía bastante enfurruñada. La puerta se abrió y Eras la volvió a cerrar rápidamente al ver a Lori.
- Hubiera bastado "Hola Lori", pero... no puedo quejarme.
- ¿Qué haces aquí?, creímos que te quedaste en Londres.
- Y me quedé, pero lo he solucionado. Te estaba esperando.
- Genial. Vamos, ahora hay que encontrar la casa de Sid ¿sabes dónde vive?
- Sí, pero no sé llegar hasta allí.
- Entonces mejor será que nos vayamos cuanto antes.
Se encontraron con Ash fuera y las 3 echaron a andar por París, mientras se relataban sus Navidades.
Sobre las 9:30 encontraron la Mansión McNeill y Lori se acercó a la puerta que se abrió sola para dejar paso a alguien que arrolló a las tres chicas que se cayeron unas encima de otras.
Sidney saludó a sus amigas que se quedaron mirando la decoración como tontas ante la escéptica mirada de Lori (para ella era demasiado muggle) y mientras Sid enseñaba algunas cosas a Ash y Eras, mientras Lori se quedaó allí plantada, pero pronto se enzarzó en una interesantísima conversación con Françoise, la hermana de Sid.
La cena transcurrió sin ningún problema (quitando la exhibición del hermano pequeño de Sid), y al acabar las cuatro salieron de la casa para aparecerse en el Callejón Sacre Coeur, donde Matt las esperaba, y rápidamente comenzó su "juego" de perseguir a Lori, ésta estaba harta del joven, pero sabía que debía disculparse con él así que dejó que fuera con ella contándole sus vacaciones. Ya eran las 11:30 cuando llegaron al "Goyto's Maison" y Sid se fue a pedir las bebidas. Se sentaron en una mesa. A eso de las 11:45, Eras, su whisky y Ash estaban en el baño mientras Sid buscaba frenéticamente a Jack por toda la pradera que se extendía a sus pies. Lori estaba sentada en la mesa, jugando con la botella de cerveza de mantequilla que ni siquiera había probado (estaba demasiado perdida en sus pensamientos), lo que Matt aprovechó para agarrar a la chica del brazo y sacarla de la pradera en la que estaban
- Matt, ¿qué...? - preguntó la chica intentando soltarse.
- Tenemos que hablar. Vamos, ven - dijo el joven guiándola fuera del local.
Una vez fuera atravesaron todo el callejón, hasta salir al París muggle, donde entraron al único café de la zona que estaba abierto.
El chico pidió unos cafés y sentó a Lori en una de las mesas más apartadas. Se sentó frente a ella, tomó la taza entre sus manos y se quedó mirándola.
- Creí que querías hablar. Pero visto que no es así, me voy no necesito perder el tiempo - dijo la chica con dureza levantándose de la silla, cuando Matt la agarró del brazo y la obligó a volver a sentarse.
- Sí, tenemos que hablar - dijo él despacio - bueno, no, soy yo quien debe hablar - se quedó mirando los cafés, y levantó su mirada para encarar a Lori - Yo... verás, Lori... yo, lo siento. Siento lo que ocurrió pero... yo no tuve la culpa. No les dije nada y no sé por qué estaban allí, aunque creo tener una ligera sospecha... pero no fui yo quien se lo dijo, te lo prometo, tienes que creerme Lori.
- Ya, entonces, si no tenías nada que ver con eso como tú dices, ¿por qué fingiste estar desmayado? - preguntó ella enfadada.
- Pues... porque... te... te preocupaste por mi - dijo el joven en un susurro.
-¿Disculpa?
- Sí, cuando vistes que yo estaba, bueno... cuando creíste que yo estaba herido... pues vi que yo te importaba, aunque sólo fuera para no meterte en líos, pero... por las barbas de Merlín fui un maldito estúpido, lo sé, pero no puedo remediarlo Lori, yo ahora sólo espero que por lo menos podamos estar juntos en la misma habitación y que no empieces a soltar indirectas sobre mí, sólo eso. Sólo eso - murmuró el chico levantándose de la mesa y acercándose a la joven que aún lo miraba bastante mal - Feliz año nuevo, Lori - murmuró Matt en su oído, la besó suavemente en la mejilla y salió corriendo del café rojo de vergüenza.
La chica se quedó allí, mientras la voz de Eras resonaba en su cabeza con su ya mítico 'qué patético'. Se quedó mirando la puerta por laque el chico había salido y dejó caer su cabeza hasta la mesa.
- Encima se ha ido sin pagar el muy jeta. ¿pagar?. Upps... esto es un café muggle y... je, je, je. Nadie por aquí - dijo mirando a la izquierda - y nadie por allí.
Un suave plop se escuchó en el local y la joven se desapareció, apareciendo en un parque solitario. Eran las 12:00 y todo el mundo debía estar en sus casas o celebrando el año Nuevo con sus amigos y seres queridos, y allí estaba ella, sola, en medio de París. Caminó por las desiertas calles parisinas pensando en lo que Matt le había contado, sí, él tenía razón, ella se había preocupado por él, pero ¿hubiera actuado de la misma forma si hubiera sido cualquiera de sus otros amigos, o lo había hecho por él? Sacudió la cabeza porque sabía que no conseguiría sacar una respuesta en claro y se dirigió hacia la casa de su amiga.
Muchas vueltas por París después, consiguió encontrar la casa de Sid, y apareció dentro de ella, dirigiéndose lentamente hacia la habitación que le habían asignado donde cayó rendida en la cama y cuando escuchó levantarse al hermano pequeño de Sidney a eso de las 9:00 cayó en un profundo sueño.
Al día siguiente, las 3 chicas se despidieron se Sid y su familia y fueron al aeropuerto de Orlando, y tras arrastrar (literalmente) a Lori dentro del avión consiguieron partir a Londres. Tras tres ataques más de Lori y las protestas de los pasajeros por tener un cuervo en el avión, llegaron a Heathrow sanas y salvas.
Bajo la promesa de no volver a montar en un avión más, las tres se dirigieron al baño y cada una se desapareció rumbo a sus casas. Lori entró a la casa y fue a su habitación para dejar la ropa en su sitio y salió al salón, donde Severus y Rella estaban dormidos en el sofá. Lori sonrió y decidió dejarlos solos y subió a su habitación para continuar leyendo el libro que le regalaron por Navidad.
- ¿Ya has vuelto? - preguntó Severus desde la puerta.
- Sí, hace un par de horas, estabais durmiendo, preferí no despertaos.
- Bien hecho. Comeremos pronto, ¿vale?
- Claro.
- ¿Qué tal te ha ido?
- Genial ha estado muy bien.
- Me alegro. Hasta luego.
Era 4 de Enero y Lori preparaba su maleta cuando de pronto, Wicket, apareció en su ventana dejó una carta en la mesa de la joven y volvió a salir volando. Lori cogió la carta y la leyó.
"Lori necesito ayuda:
Ya sabes que hace varios años, cuando estuviste en mi casa, te enseñé unos libros. Eran los diarios de mi antepasada ¿recuerdas? Te comenté que mi preferido era el de una chica de 18 años llamada Evelyn. Cuando era pequeña intenté averiguar cosas sobre ella, pero todos mis esfuerzos fueron inútiles. Pero ahora he podido acceder a más libros al ser bruja. Te adjunto un trozo de pergamino sobre el 31-12 de 1788, escrito por el aquel entonces ministro de magia Marald:
'Ya ha habido cinco ataques contra muggles sin que sepamos la causa. Todas las víctimas son mujeres y tienen los mismos síntomas: sus caras reflejan una gran serenidad, no sintieron dolos al morir, muestran en su cuello dos marcas paralelas no muy separadas entre sí, no hay sangre en sus venas, pero tampoco en el lugar donde fueron hallados los cuerpos. Hasta ahora hemos podido ocultarlo ya que las víctimas han sido plebeyas, pero esta noche la joven Evelyn Delacroix, hija del conde Delacroix de Moragneis ha aparecido muerta. Hoy como todas las nocheviejas el conde organizaba una fiesta en su casa (en la que yo estuve presente). La joven se ausentó un tiempo con un joven saliendo al jardín, y al alba fue encontrada ahí por su hermana pequeña. Nuestros hombres llegaron enseguida pero no sacaron nada en claro ...'
¿Crees que ha podido ser un vampiro? He buscado al hombre que acompañó a Evelyn (creo que era su prometido), per no aparece ningún nombre; es como si se le hubiera tragado la tierra. Lo más extraño es que la última fecha que aparece en el diario de Evelyn es del día de su muerte. En ella aparece una descripción detallada del salón del baile. Incluye una lista de invitados a la cena, así como el menú, además de un dibujo del vestido que lució esa noche. He mirado esa lista pero no parece nadie conocido, sólo muggles importantes de la época (y el ministro de magia francés, que no sé que pintaba allí, pero bueno dejemos eso para otro momento). Yo decoré el salón de mi casa tal y como estaba descrito y el vestido que yo llevaba era un acopia exacta del que ella había llevado. Y ahora viene lo extraño: Jack vino a mi casa; estaba como siempre (ya sabes, misterioso), pero cuando entró en la mansión tembló y me preguntó cosas extrañas. Al final le conté como había descubierto todos los diarios y le dije el nombre de Evelyn. Desencajó la mirada y salió corriendo, arrollándoos en su desesperada huida después de haber vuelto a repetir su nombre unas cuantas veces.
Estoy asustada, Lori, tengo miedo. ¿Qué puede significar esto? Por favor, ayúdame.
Espero que nos veamos pronto.
Tu amiga
Sidney Disney Evelyn McNeill
P.D.: ¿Podrías preguntar a tu tío, o a Rella, si le suena de algo un tal Jacques Sainter? Averigua todo lo que puedas sobre él. Por favor. Saludos."
Lori salió corriendo de su habitación y entró en la de Severus, donde Rella acababa la maleta para la vuelta a clases.
- Rella - gritó Lori.
- ¿Sí?¿Ocurre algo?
- ¿Sabes algo sobre los vampiros del siglo XVIII? - preguntó la chica que estaba bastante agitada.
- Sí ¿por qué?
- Esto... pues... por... curiosidad. Verás, es que mi bisabuelo, eh... es... escribió libros sobre vampiros y... bueno, los leí hace tiempo y... eh... me... me gusta el tema.. - dijo la joven no muy convincente.
- Ya, claro. Tendrás que esperar a que lleguemos a Hogwarts, allí tengo unos cuantos archivos de cuando trabajaba en el Ministerio, y creo recordar que tengo algo sobre vampiros... no sé, en el libro de John se hablaba sobre todo de Thomas Kent y creo que algo más de algunos otros ¿no? - preguntó la profesora a la chica.
- Eh... pues sí, sí hablaba de ellos y también de... de... de... este que era de...
- Tokvac, Kurt.
- Sí, eso es. Je, je no me salía el nombre, como es tan raro...
- Yo que tú repasaría los tres tomos del libro, Lori.
- Eh, sí, creo que será lo mejor. Gracias Rella. Ah, sí. ¿Podrías averiguar algo sobre Sainter?
- Claro, le pediré a Jeff que me envíe los informes ministeriales sobre vampiros.
- Muchas gracias Rella - dijo la joven acercándose a la puerta de la habitación.
- Aitsel, Moloca y Carreiro, Horacio. Mozambique y Argentina- dijo Rella antes de que Lori saliera de la habitación.
Cuando salió de su cuarto, se dirigió a la biblioteca de su tío y sacó los tres tomos del libro de su bisabuelo John Snape "Vampiros históricos y vampirillos del viejo continente conocido como Europa escrito en la abadía de Chesterfield, con anotaciones a pie de página. Tomos 1-3", y "La historia monumental de los grandes señores de la oscuridad o vampiros situados en zonas más o menos deshabitadas de África, Asia, América, Oceanía, cualquiera de los polos o quizás otro planeta del Universo del principio de los tiempos hasta mi muerte." Y fue a su habitación para sacar algo en claro y poder contestar a Sidney rápidamente y poder tranquilizar a su amiga. Cuando acabó de escribir la carta se la tendió a Kringsten que aún estaba bastante cansado y le acarició las plumas suavemente mientras le hablaba tranquilamente.
- Llévale esto a Sidney ¿de acuerdo? - el cuervo se lanzó encima de la chica y se acomodó entre su brazos - Vamos, Krings, súbete en el avión y no des guerra, no tardarás mucho tiempo, apenas una hora de vuelo en avión, y de aquí a Heathrow no hay mucho, luego busca la casa de Sid y dale la carta. No dejes que nadie te la quite. Buen suerte- dijo poniendo al cuervo en el alféizar de su ventana.
Lori durmió mal aquella noche, soñando con vampiros del s. XVIII que mataban a su amiga y luego ésta volvía como una fantasma asustando a Lori y culpándola de su muerte por no haberla protegido de aquellos horribles vampiros que llevaban colmillos de plástico; y con Matt que la odiaba por no perdonarlo. Al levantarse recordó la carta que Matt le había enviado por Navidades y se la encontró en el bolsillo de su túnica, aún intacta. La puso en la mesa y se quedó mirándola un buen rato.
Aún seguía ahí, cuando su tío le dijo que tenían que irse a Hogwarts. Cogió la carta en la mano y salió la entrada de la casa, donde la carroza les esperaba; subió y una vez dentro sacó el pergamino de Matt y comenzó a leer:
" Lori:
Realmente no tengo muchas esperanzas de que llegues a leer esto, y te entiendo; seguramente yo hubiera hecho lo mismo en un momento así, y en esa situación. No sé si aún estaré vivo o si ya habré muerto o si ya será demasiado tarde cuando leas esto, y tampoco creo que pueda hacerte cambiar tu forma de verme, pero espero al menos que me comprendas un poco mejor. Sólo quiero hacerte saber que siento mucho lo ocurrido, y que ni mucho menos lo que pretendía yo era reírme de ti, fue una tontería lo que hice. Espero que alguna vez (aunque sea en mi lecho de muerte) puedas perdonarme por lo que te hice.
Feliz Navidad, Lori.
Siempre tuyo.
Matt
La joven guardó la carta en su mochila y se quedó mirando el paisaje; cuando vislumbraron Hogwarts, Lori tomó una decisión: hablaría con Matt y ayudaría a su amiga para no perderlos, a ninguno de los dos.
