Capítulo segundo
- ¿Ah!? – la chica se despertó sobresaltadamente, y rápidamente se llevó su mano hacia su cuello. Todavía le dolía... Miró a su alrededor. Estaba en una habitación bastante pequeña. Sólo había un futón y un recipiente con agua - ¿Dónde estoy? – se preguntó. Recordó lo que le había pasado y se reprochó el haber sido tan confiada – Maldita sea – dijo y se levantó un poco tambaleante. Se dirigió a la puerta e intento abrirla. Nada... la puerta estaba cerrada con llave. Llevó su mano hasta su cadera. Nada nuevamente. Su wakizashi no estaba. – Demonios – volvió a maldecir -
En ese momento abrieron la puerta y Sakura pudo ver a su captor. Tenía en sus manos un plato de comida, que, Sakura supuso, era para ella. Efectivamente, el chico sin decirle una sola palabra se lo entregó. Ella sólo lo tomó y, sin decir palabra tampoco, se dispuso a comer. Probó el primer bocado y se sorprendió de lo bueno que estaba. Cuando terminó de comer, el chico tomó el plato y se fue. Al rato volvió con unas ropas. Se las pasó a Sakura.
- Ponte esto – le dijo – Creo que es de tu talla – y se fue -
- ¿Qué será esto? – tomó la ropa y se la puso. Era un hermoso Kimono negro con pequeñas flores rosas y verdes pasteles - ¿Para qué me lo habrá dado? – Se encogió de hombros – que va, no importa... – se tendió en el futón y rápidamente se quedó dormida. Le pareció haber dormido solo unos minutos, cuando sintió como alguien la zarandeaba. Abrió los ojos y vio otro par ámbar - ¿Qué quieres? – le preguntó. Él no le respondió. Sólo la levantó del brazo y la arrastró hasta afuera de la habitación – ¡Oye! – le dijo. Él la empujó hasta un sillón. Sakura miró a su alrededor y vio a un hombre de mediana edad que la miraba con expresión asombrada -
- No puede ser... tú... – dijo el hombre con asombro. Sakura inmediatamente lo reconoció –
- Okashira!! ¿Usted? -
- Sakura, ¿puedes decirme que demonios hacías? -
- ¿Yo? ¿Pues que cree? Trabajando... lo que yo me pregunto es que hace usted del lado de los enemigos del gobierno Meiji -
- Sakura... – suspiró – lo siento... – se levantó y miró al chico – Shaoran, por favor, encárgate de ella -
- ¿Yo? Pero... -
- Hazlo – le dijo en un tono que no admitía réplica -
- S... sí Okashira – hizo una reverencia -
- Nos vemos, dentro de poco me comunicaré contigo -
- Como usted diga – Cuando se quedaron solos, el chico miró a Sakura -
- ¿Shaoran? ¿Así que te llamas Shaoran? – le dijo. Él no le respondió – Te estoy hablando... – se puso enfrente de él - ¿Qué relación tienes con el Okashira? ¿Por qué hizo esto? ¿De qué lado estás? -
- Hablas demasiado – y le dio la espalda -
- OYE!!! No seas grosero – lo tomó del hombro, y él reaccionó inmediatamente y la lanzó contra el piso -
- No vuelvas a tocarme – le dijo en un tono helado, y la soltó -
Sin embargo ella no se rendía fácilmente. Nuevamente se puso delante de él.
- Grosero!! – y antes de que él pudiera decir o hacer algo, ella le pegó una cachetada, y se fue a 'su' habitación -
- Maldita sea... – dijo él llevándose la mano hacia la mejilla golpeada – chiquilla... – murmuró -
NOTAS DE LA AUTORA:
Lo sé, lo sé, MUY corto el capítulo, pero en compensación el próximo va a estar más largo, se los prometo.
Muchas gracias por apoyarme en este fic!!! Arigatosss a: serenity-princess, Ciliegia, YaShi-mgj, Magdalia Daidouji y Kaoru Takeda
Y las únicas dos cosas que tengo que aclarar: la primera es que Wakizashi es una de las dos espadas que llevan los samuráis en su cinturón, siendo la otra la Katana (Más larga que la wakizashi), la segunda es que Futón es esa especie de colchón en la que duermen los japoneses.
HANA
