Confesiones de una sangre sucia

A la mañana siguiente, Sidney se encontraba tumbada en su cama. Mientras contemplaba el dosel, susurraba:

- Debo contar lo que vi ¿o no? Pero tal vez, no asimilé bien... quizás me equivoqué.

En esas estaba cuando Hermione Granger entró como un huracán en el dormitorio.

¿Se puede saber que haces, tía?

Sidney la miró con cara de tristeza, bostezó, y se dio la vuelta. No quería ver a nadie en esos momentos, y menos a la pija número uno de griffindor.

- Jo tía, muevete, tía. ¿Es que no oyes los ruidos?

- Tengo cosas más importantes en las que pensar - le replicó mordaz.

Hermione le miró con cara de sorpresa. Era la primera vez que Sidney le hablaba con ese tono. Aunque a los pocos segundos se recuperó de su estupor, y rápidamente se sentó en la cama de la chica.

- Bueno, aunque no te interese, te lo voy a contar.

Su compañera resopló. ¿Es que no se daba cuenta de que quería estar sola?

- A Saar se le han perdido una de sus uñas de porcelana. Y a ofrecido una recompensa de cinco galeones aquel que la encuentre. Todo el gran comedor se ha puesto a buscarla como locos, incluso el viejo.

¡No¿De verdad- le contestó con ironía.

- Si, tía. Te lo juro por Snoopy. Jo, podías emocionarte más por esta fabulosa noticia. ¿En que estas pensado?

- Eso son cosas mías, no te interesan ni a ti ni a nadie.

Y diciendo esto la chica se levantó y salió del cuarto con aire decidido. Hermione se quedó con cara de tonta por la escena que acababa de contemplar y dijo:

- Jo, tía, que fuerte tía, pero si sólo le he preguntado que le pasaba tía.

Mientras hacía estas meditaciones en voz alta, Sidney volvió sobre sus pasos y...

- Por si no te has dado cuenta estoy bastante enfadada.

Y diciendo estoy volvió a salir, esta vez dando un portazo para dar más credibilidad a sus palabras.

Ashley y Lori caminaban por el pasillo en silencio, las dos parecían sumidas en sus propios pensamientos. De repente al doblar una esquina se encontraron con el poltergeist.

¿A dónde dirigen sus pasos estas preciosas señoritas- exclamó Peeves, con una sonora carcajada.

- Vamos a desayunar, porque necesitamos... - comenzó a decir Ashley, pero Lori la interrumpió.

- Si sabes lo que te conviene Peeves desaparecerás de nuestras vistas en dos segundos.

- Vaya, vaya la serpiente está echando veneno por la boca.

Tras decir esto sacó de su camisa tres bolsas de hielo, que comenzó a lanzar a las dos amigas. Lori agarró a Ashley de un brazo y la apartó de la trayectoria de la primera bolsa. Cuando las dos chicas se incorporaron comenzaron a correr por el pasillo al más puro estilo Matrix. Mientras Pevees que debía de haber visto Rambo gritaba:

- Ratata, ratata (está imitando el sonido de una ametralladora, por si no os habías dado cuenta).

A consecuencia de la emoción con la que perseguía a las chicas el hielo, se iba clavando en las paredes. Las armaduras que se encontraban a su paso se apartaban gritando. Para sorpresa del poltergeist las dos chicas apoyandose en la pared lograron dar una triple voltereta mortal y sacando sus varitas del bolsillo gritaron:

- Champiñoñeti.

Al instante el lugar donde antes se encontraba Peeves apareció un lindo champiñón, que cayó al suelo. Las dos chicas se echaron a reír y el poltergeist, comenzó a correr por el pasillo, con sus cortas piernecitas. Pero la diversión de las dos amigas no duró mucho, al instante el señor Filch y su inseparable gata aparecieron delante de ellas.

¿Se puede saber que están haciendo?

- Peeves nos atacó - le respondió muy seria Ashley.

- Creo señorita que sufre alucinaciones, yo no veo por ningún lado a nadie.

- Pero si está ahí, junto a sus pies - señaló Lori.

- Aja - exclamó sonriente el conserje - así que haciendo magia fuera de las aulas. Ahora mismo me acompañarán a ver a sus respectivos jefes de sus casas.

- De eso nada, Peeves nos atacó primero. Fue en legitima defensa - chilló Lori.

Pero el conserje no dejó que la chica se explicará y comenzó a chillar más alto aun que la alumna. En ese momento apareció, con su capa ondulando detrás de él, el profesor de pociones.

- Argus¿se puede saber que está pasando aquí?

- Por supuesto profesor, ahora mismo iba a verle. He pillado a estas dos jóvenes practicando magia fuera de las clases.

¿Es eso cierto- preguntó con ira contenida Severus.

Las dos chicas asintieron, mientras en sus caras se reflejaba el orgullo de haber realizado bien el hechizo.

- Está bien Filch, yo me encargo del asunto. Y ustedes acompañenme.

Cuando llegaron al despacho del profesor, nada más cerrar la puerta Severus se puso a chillar.

¡Se puede saber en que estabais pensando cuando decidisteis hacer eso!

- Bueno... profesor... verá... sólo tratábamos de defendernos...

Pero Ashley se calló al instante al ver la cara de enfado del hombre. Lori sin darse cuanta de esa expresión se puso a decir:

- Estoy hasta los piii de ese piii de Peeves. Siempre se mete con nosotras. Tío ¿no podrías matarle?

- Haré como que no he oído ese último comentario, señorita Galdir. y ahora salgan de mi despacho y no se les ocurra volver a meterse en más problemas.

Las dos chicas salieron, y se dirigieron hacia el gran comedor.

Unziel salía de su sala común cuando se encontró con el Fraile Gordo.

- Buenos días - le saludó alegremente el hibrido.

- Oh, muy buenos días nos de Dios. ¿Has rezado ya tus tres aves marías, como le correspondían?

- Desde luego - le contestó muy convencido - ahora mismo se lo demuestro. Ave María, cuando seras mía...

El Fraile Gordo espantado por los sonidos que producía la garganta de Unziel huyó despavorido. Eras, alarmada, salió de la sala común.

¿Dónde está el fuego?

Su amigo dejó de cantar y la miró con cara de sorpresa.

¿Pero que fuego, de que hablas? No hay fuego sólo estoy cantando un poco.

- Ah, menos mal, que susto. Pensaba que era una alarma de incendios, por lo mal que sonaba. Además no se como puedes cantar sin mi. Es que no tienes corazón.

Y diciendo esto comenzó a correr con los ojos llenos de lagrimas. Pero antes de llegar al gran comedor ya se había olvidado por que lloraba y estaba otra vez feliz y sonriente.

Sidney salió de la sala común de griffindor pensando en sus cosas. Cuando salió de su ensimismamiento ya había llegado al comedor, y se dirigió hacia su mesa. Decidió sentarse junto a Harry y Ron, ya que no le apetecía hablar con nadie. Los dos chicos no parecieron notar su presencia, por el contrario continuaron comiendo. Ron era el que parecía más hambriento, tenía los dos carrillos llenos de comida y lo mismo ocurría con sus manos. En esos momentos atacaba sin compasión a una desvalida galleta maría fontaneda.

- Ron será mejor que no comas tanto. Si tienes el estomago tan lleno no podrás elevarte del suelo con tu escoba. Y en eso consiste el entrenamiento en volar con tu escoba.

- Chrankilo... juarry to conchrolao - le contestó alegremente con la boca llena. Y al hacerlo unos cuantos perdigones fueron a parar a la cara de su amigo - pefdona... juarry.

Sidney abstraída cogía un cremoso rollito de chocolate mientras pensaba:

"¿Por qué los más idiotas tienen que estar en griffindor?"

Mientras en otro extremo del comedor Draco Malfoy le hacía señales a Lori para que se sentara con ellos.

- Buenos días ¿qué tal estás- le preguntó a la chica.

¿Qué hay Drake?

- Había pensado que igual querrías acompañarnos a insultar a los leoncitos en su entrenamiento.

- Por supuesto.

- Espero que vayas preparada - y al decir esto le enseño una insignia, que ya brillaba en las camisas de los slytherin, en la que se leía "a Weasley vamos a coronar".

Jack sentado dos asientos más alla miró a Draco con cara de desprecio, al notarlo este le preguntó:

- He dientes largos, tu también te apuntas ¿no?

- No gracias, tengo mejores cosas que hacer, como afilarme los dientes - y diciendo esto se levanto y salió por la puerta.

- Vaya chico tan simpático - comentó Draco a Lori.

- Si desde luego, yo también creo que los Tornados ganará la liga - le respondió ensimismada, mientras mordisqueaba una ensaimada.

Mientras en otro extremo del comedor Eras, que ya había olvidado su disgusto con Unziel, salía del comedor. Para realizar esta difícil maniobra se dedicó a saltar por entre los alumnos de primer año, estos la señalaban con el dedo y uno de ellos comentó:

- Mirad, es una friki. Yo pensé que se habían extinguido.

Eras ignorando los comentarios que surgían a su paso cantaba.

- Voy a la biblioteca para estudiar. Conseguiré sumar uno y uno y aprenderé a restar. (N/A esto debe cantarse igual que "el patio de mi casa")

Ese día era sábado, y ya que era fin de semana todos los estudiantes salieron alegremente a realizar sus aficiones preferidas. Así pues podemos observar como Ron, Hermione y Ginny se dirigen hacia el bosque prohibido.

- Ya verás como es muy divertido - le explicaba alegremente Ron a su hermana - Grapi está avanzando mucho. Hoy vamos a intentar enseñarle la diferencia de grande y pequeño.

- Jo tío, que guay, podríamos utilizar los videos de Barrio Sesamo.

Los otros dos magos se la quedaron mirando con cara rara. Aunque la pelirroja iba bastante asustada. Había oído que al gigante le encantaba lanzar cosas, sólo esperaba que no fuera a ella. Mientras pensaba esto, a su lado Ron y Hermione mantenían una acalorada discusión por el último modelito de esta.

Los slytherins se encaminaban hacia el campo de quidditch. Por extraño que pareciera Lori no participaba en el alboroto, y no hacía los coros de a Bulería, bulería. Iba sumida en sus pensamientos, reflexionaba sobre lo que había pasado la noche anterior. Pero como era la mayor cotilla de todo el colegio, decidió que de esa noche no pasaba sin que se enterara de todos los detalles. Pero unos gritos hicieron que se olvidara de estas ideas. Alguien gritaba con fuerza su nombre.

- Galdir... digo Lori, Lori amor mío ¿a dónde vas?

Lori lo miró con cara de sorpresa y gritó a sus compañeros:

- Es el chungo, tapadme y corred.

Todas las serpientes siguieron el consejo de la chica mientras, Matt corría detrás de ellos con sus bermudas hawaianas.

- Lori, no me abandones...

Ajenos a la escena que se desarrollaba a unos metro, Ashley y Unziel caminaban junto por el borde del lago.

- Te quiero - le dijo amorosamente Unziel.

- No, yo te quiero más - replicó Ashley, mirandole con ojitos de cordero degollado,

- Que no, te he dicho que yo te quiero más.

Y así continuaron hasta que el calamar gigante harto de tantas tonterías les empezó a lanzar agua. La pareja agarrada de la mano, tuvo que correr, aunque cuando llegaron al colegio estaban tan empapados como en un día de lluvia.

Después de la charla de Harry sobre el entrenamiento, todos los componentes del equipo saltaron al terreno de juego. En cuanto lo hicieron los slytherins se pusieron a gritar como locos.

- No me lo puedo creer - le dijo Matt a Sidney - Lori también está en las gradas.

- Bueno chicos que eso nos os distraiga - les dijo Harry - y tu McNeill a ver si hoy estamos más pendientes de la pelota.

La chica hizo un movimiento afirmativo con la cabeza. De pronto de la nada surgió Ron gritando:

- Esperadme, no podéis empezar sin mi.

Los serpientes comenzaron a abuchearle y se oyó claramente como Draco decía:

- Con lo malo que eres no se ni como te atreves a presentarte...

Pero no pudo acabar sus insultos ya que se encontró con una bufanda de griffindor en la boca. Mientras intentaba sacarsela de la boca, Lori se agacho he intentó taparse con su abrigo.

¿Pero se puede saber que estas haciendo- le reprendió el chico.

¿Yo, nada. Es que tenías mal atado un cordón de los zapatos.

- Pero si llevo mocasines.

Lori para salvar la situación, lanzó un hechizo a Ron. esto hizo que el chico perdiera el equilibrio y todos los slytherins comenzaran a gritar. Matt vio que Lori estaba mirando hacia el campo de juego y comenzó a hacer piruetas con su escoba.

- Lori, amorcito, mira lo bien que vuelo, cariño.

Pansy miro a la chica con cara de asco y le preguntó.

¿Pero que está diciendo ese?

- Nada, nada, que está un poco obsesionado conmigo.

Pero no pudo seguir poniendo excusas, ya que una bludger golpeó a Matt en la cabeza. Este cayó al suelo inconsciente, la bola había sido lanzada por uno de los hermanos Creevey. Harry descendió y ayudó a Matt a levantarse. Los slytherins gritaban emocionados por lo que acababa de ocurrir.

- No les hagáis caso, tenemos que seguir entrenando - exclamó Harry.

- Pues lo siento, pero yo tengo una herida en la cabeza, así que ahora mismo me voy a la enfermería. O mejor llevadme, porque estoy malherido y me merezco un desmayo.

Y diciendo estoy Matt se cayó en el césped del campo. Sidney y Ginny descendieron y sujetaron al chico como pudieron. cuando estaban a punto de irse Ron le preguntó a su hermana:

¿No tenías que estar enseñandole barrio sésamo a Gripi?

- Como comprenderás hermanito no puedo estar en dos sitios a la vez. Además Hermione se las apaña muy bien sola.

Y como para negar las palabras de Ginny, un chillido procedente del bosque prohibido llenó el aire.

- Pues si, llevas toda la razón, se las apaña muy bien - replicó mordaz Ron.

Hermione corría por el bosque, gritaba pidiendo auxilio, el dulce y pequeño Grapi no se había tomado demasiado bien la clase de no se puede combinar un Lacoste con un Prada. Pero de repente la huida de la chica fue frenada con la aparición de un centauro.

¿Pequeño potro, se puede saber por que interrumpes nuestra paz con tus gritos- y diciendo esto Bane la agarró por el cuello y la arrastró fuera del bosque. Pero por suerte Fang apareció de pronto y atacó el centauro huyó y la chica toda emocionada se abrazó al perro.

- Gracias Fang, o sea, te lo juro.

Y los dos se encaminaron hacia donde habían dejado a Grapi.

Lori se encontraba en el dormitorio de Sidney, ya había registrado todos sus cajones. La ropa se encontraba en desorden sobre el suelo. Pero por fin había encontrado lo que quería. Ya tenía el diario en sus manos. Así que realizó un conjuro y toda la ropa volvió ordenadamente a sus cajones.

- Será mejor que vaya a mi habitación a leer esto detenidamente.

Cuando llegó a su dormitorio, Lori rompió con cuidado el candado que sujetaba las tapas del libro.

- Je, sólo un simple candado para proteger un diario. Sid, pensé que tendrías un poco más de cuidado, cualquiera podría leer esto - murmuró.

Al abrir la primera página del libro una neblina inundó sus manos y unas palaba aparecieron.

"Si este diario intentas abrir la contraseña de tus labios debe surgir. Para que llegues hasta el corazón del mismo diario, debes encontrar primero la luz en las tinieblas. Sólo así podrás ver mediante una vela lo que en este sitio se encuentra. Ya que en ausencia de la luz la oscuridad permanece"

Lori decidió seguir los consejos del diario. Se dirigió a una mesa cercana donde descansaba un candelabro y lo acercó al libro. Al hacerlo y relieves quedaron al descubierto, era una cueva que parecía que se hundía en las tinieblas.

- Je, je, je esta es Sidney cuando no ha tenido un buen día. Bueno vamos a intentarlo. Alohomora.

Pero el hechizo no surgió efecto. Lori por el espacio de una hora continuó lanzandole hechizos, pero sin ningún resultado.

- Está bien, vamos a ver Lori eres una chica inteligente piensa - se dijo a su misma - debo decir una contraseña. Bolso de Prada. Jo, Sid es cursi pero no para tanto. Corazones ardientes.

Así sin desistir fue anocheciendo sin que Lori encontrara la contraseña. Desesperada lanzó el diario lejos de si, y el libro volvió a decir:

"Si este diario intentas abrir la contraseña de tus labios debe surgir. Para que llegues hasta el corazón del mismo diario, debes encontrar primero la luz en las tinieblas. Sólo así podrás ver mediante una vela lo que en este sitio se encuentra."

Lori se levantó el libro había dicho tinieblas, y en el relieve del diario había una cueva en tinieblas.

- La cueva de las tinieblas - exclamó entusiasmada.

Pero no surgió efecto, la chica no se desanimó y continuó probando.

¿Luz y tinieblas¿Diario de tinieblas? que asco ¿cómo conseguiré llegar al corazón del maldito diario- una sonrisa iluminó la cara de la chica - claro ya está. Corazón de las tinieblas.

Inmediatamente el diario se abrió y una vocecilla resonó por todo el dormitorio.

- Para hacer una nueva anotación pulse uno.

Para rectificar algún dato pulse dos.

Para hacer una lista con sus enemigos pulse tres.

Para consultar alguna fecha digala en voz alta.

Gracias por utilizar el servicio de diarios secretos.

Después de recuperarse de la impresión, por la tontería que acababa de escuchar, Lori dijo la fecha. Las hojas comenzaron a pasar a toda velocidad, mientras la chica comentaba:

- Vaya cursilada de contraseña, es que sólo se le podía haber ocurrido a ella. ¿No podía haber sido miedo negro o pie oloroso? Esas si que son buenas y no el corazón de las tinieblas, si es que dan ganas de vomitar.

Pero ya no pudo seguir hablando una gran niebla inundó la habitación. Y unas oscuras imágenes aparecieron ante sus ojos.