Distortion
By Cathain

Epilogo.

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Un gruñido rasgo el cargado silencio seguido por varios gemidos. Voldemort sonrió ante la entrega de Potter, aun inocente. Era Harry mirándolo con aquellas gemas verdes nubladas por el deseo, era Harry aferrándose a su cuello como si la vida se le fuese en ello mientras sus labios rojos y húmedos mordían los suyos con morbosa lentitud y sus caderas hincándose contra las suyas en un movimiento casi salvaje, necesitado. Quería penetrar sus sentidos, su alma, su carne y marcarlas para siempre. Siempre y cuando necesitase descargarse.

Ah! Sacrilegio, Eso es lo que significa desear a Harry Potter de esa forma tan profunda.

Gimió nuevamente al sentir como Tom aumentaba de forma casi brutal el ritmo frenético de cada embestida haciéndole aferrarse celosamente a su cintura con ambas piernas. Entonces sonrió al presentir la cercanía de su orgasmo, al sentir las manos de su amante aferrar tan fuerte sus caderas, rasgando su piel, la sangre manchando la piel de sus caderas. Sonrió de forma melancólica ante el claro pensamiento, nunca nadie en su vida iba desearlo tanto como lo hacia Voldemort. Nadie.

ooOoo

Abrió los ojos a la oscuridad recibiendo lentamente las brumas que cubrían sus ojos verdes sin sus lentes.
Se estiro percibiendo el roce frío de las sabanas de seda contra su piel desnuda, bostezo y tomo los lentes de la mesa de noche para luego observar bien la habitación, Voldemort no estaba. Con pereza aparto las sabanas y camino desnudo hasta la ventana y visualizo los jardines cubierto por completo con hojas amarillas y cobres moviéndose suavemente contra la tierra cubriéndola con un manto primaveral, eran extraños esos paisajes.

Gustaba mas del azul en esos momentos.

Sin mucha ceremonia tomo del suelo su camisa roja, con la cabeza de un león dorado estampada, completamente arrugada y se la puso encima para luego recoger sus jeans que estaban tirados junto a la cama, al estar vestido sacudió un poco su ropa y por ultimo tomo su túnica negra que estaba prolijamente colgada sobre un perchero, Tom no tenia mucho aprecio por su ropa muggle.

Salió de la habitación en busca de su amante, feo apelativo. Lo sentía lejos así que se escurrió en su estudio privado sin mucha dificultad, atravesó el escritorio y se sentó en el elegante y cómodo sillón de cuero negro, acurrucándose un rato contra el en una breve meditación de lo que aun tenia por hacer.

Suspirando ruidosamente se levanto y se dirigió a una pintura que estaba al fondo a la izquierda del estudio y se quedo largo rato observándola. Algo mas que una diosa, acabados tan perfectos y tan reales, oro y piel de porcelana, mitad sierpe mitad mujer, profundos y hermosos sus rasgos humanos. Silbido melodioso, una Lamia. Su figura favorita en ese lugar. Con disgusto observo la desagradable mancha de sangre que salpicaba uno de sus hombros de nácar.

"Otra vez manchada de sangre." -susurro con ternura a la vez que quitaba la mancha con un simple hechizo.- "Voy a extrañarte." -se despidió observando encantado los movimientos tras los ojos velados de la pintura y escuchando su silbido componer una hermosa y profunda melodía.

Al adentrarse en la biblioteca oculta del Dark Lord sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo, la habitación encerraba demasiado poder, cuatro paredes y demasiada energía, demasiada concentración de polvo antiguo.

Recorrió cada uno de los estantes hasta obtener los 7 libros que buscaba, los apilo en el centro haciéndolos sostenerse en el aire para luego prenderles fuego. Observo el espectáculo sonriendo de forma enigmática, una sonrisa que a pesar de la situación le divirtió.

Harry Potter ya no era Harry Potter, pero eso no importaba.

Todo había cambiado, había llevado todo a otro nivel, talvez incorrecto, pero lo había hecho. El tiempo cambia, las personas cambian. Solía pensar, y jugar en su mente con este pensamiento, que su vida estaba predestinada, alguien había profetizado su nacimiento y su encuentro con su estrella oscura, pero no por eso debía haber afecto. Disfrutaba la relación que tenia con el asesino de sus padres.
Había aceptado ser el juguete del Dark Lord, convertirse en una mas de sus múltiples pertenencias y había entendido que Voldemort le tenia aprecio a sus posesiones, por lo menos el suficiente como para no dañarlas... demasiado.

Finalmente había logrado doblegarlo, una victoria que no podía quitarle y no dudaba que el otro ya había trazado planes, calculando mas muertes y vidas y respuestas. Y mientras su amante calculaba todas esas cosas el también tenia sus propios planes porque nada era gratis, la vida de su padrino un precio demasiado alto. Voldemort solo pensaba en una forma efectiva para presentarlo a la causa, para que se uniera a su causa, el solo podía reírse presionado por algo insano que crecía en su interior, venenoso.

Sirius muerto bajo la varita de Bellatrix Lestrange, fiel death eater.

Una vida por otra vida.

Ni el pasado ni el futuro estaban determinados en su mundo, solo el presente, solo sus seres queridos eran lo único importante, y Voldemort definitivamente no era uno de esos seres, por lo menos nunca le había evocado de esa manera. Sus seres queridos eran su punto débil.

Y quizás...

Al observar el pequeño túmulo de cenizas que dejaron los libros quemados levanto su varita y con otro hechizo las guardo en una pequeña bolsa de cuero, no podía arriesgarse a que se restauraran. Guardando la bolsa en los pliegues de su túnica desapareció sin siquiera darle un ultimo vistazo al lugar.

ooOoo

Se apareció en el baño de hombres situados al fondo del Caldero Chorreante, con ansiedad seco sus manos sudadas sobre sus pantalones tratando de deshacerse de la culpa. Una culpa que por mas que se esforzara no podía evitar sentirla completamente satisfactoria.

"Harry! Al fin te encuentro." -saludo la voz gruesa de Ron dando una palmada amistosa sobre el hombro de su amigo, sobresaltándolo.- ¿Todo bien?.- cuestiono frunciendo el ceño ligeramente.

"Seguro compañero". -contesto escuetamente, alejándose de su amigo, en dirección al Callejón Diagon. A esperar un poco más.

ooOoo

Desde arriba observo el cuerpo de Voldemort precipitarse contra el suyo sonriendo de esa forma torcida que tanto amaba, en un movimiento de capas logro desaparecer reapareciendo de pie sobre una de las casitas que componía el callejón Diagon y desde allí contemplo la soberbia figura de su enemigo. Era el momento. Sonrió tranquilo, una sonrisa oscura tan parecida a las del Dark lord, y ladeo la cabeza observando divertido a los death eaters atacar a las personas que disfrutaban de su paseo. Sintió el impacto de la oscuridad golpear contra sí haciéndolo caer hacia atrás observando de pie, donde él estaba antes, a Voldemort, y volvió a sonreír antes de tomar nuevamente control de sus miembros entumidos y lograr caer de rodillas sobre la calle provocando el pánico entre los magos y brujas que corrían para salvar sus vidas, patéticos.

"... Faltos de concentración el día de hoy..."-Voldemort apunto, quedando frente al niño-que-vivió.- "O quizás te estas retractando de tu pequeño juego."

"Jamás." -contesto divertido.- "Es solo que los Dioses me han desilusionado."

Lord Voldemort arqueo una ceja mirándolo interesado.

Sintió los ojos escarlatas fijarse en los suyos regalándole una sonrisa hambrienta a la cual Harry respondió con otra. A pesar de los cientos de pensamientos conflictivos que aun se atrevían a embargar su mente se acerco con un peligroso andar. Cerro los ojos y relajo su posición.

"No estoy jugando Voldemort." -expreso con frialdad.

"Entonces quieres morir."

"¿Juegas?." -termino dirigiéndole una sonrisa felina para alzar su varita y apuntarle con frío simplismo.

ooOoo

Ron observo preocupado a Hermione, mientras se preguntaba por Harry. Su mejor amigo aun seguía distante, tan distante que hasta los miembros de la orden había comenzado a cuestionar su lealtad.

"No creerás lo que dijo Dumbledore?." -pregunto molesta la chica ante la repentina concentración de su amigo.

"Claro que no Hermione, desde la muerte de Sirius eh estado muy preocupado, con un mal presentimiento respecto a Harry..."

"Y con lo que hizo hoy te deja aun más preocupado." -asevero la castaña.- "No solo a ti Ron."

"Harry jamás estaría con quien-ya-sabes, jamás se aliaria a él, muy a pesar de todas las cosas que han sucedido... Harry jamás nos traicionaría, jamás, jamás." -rezo como un mantra el pelirrojo.

"No estaría tan seguro de eso." -murmuro una voz con frialdad.

"Malfoy!." -gritaron Ron y Hermione al mismo tiempo.

"Que haces aquí?." -pregunto la chica apuntándolo con su varita, aun sintiéndose débil por el ataque que había recibido.

"Yo puedo estar en donde yo quiera, cuando yo quiera Granger." -respondió el rubio sonriendo de forma ladina.

"Lárgate." -gruño el pelirrojo enfrentando su mirada sin titubeos.

"No lo creo, por lo menos no hasta que me respondas un par de preguntas."

"Que preguntas?." -curioseo Hermione lanzando miradas a ambos chicos.

"Sabias que Potter se acuesta con el Dark Lord?." -pregunto en tono medio enserio y medio en burla por lo irónico y fantasioso que podía sonar la situación.

"Imposible!." -jadeo Ron asustado.

"Potter se acuesta con el Dark Lord, el Dark Lord piensa que maneja al niño-que-vivió." -dijo con naturalidad, satisfecho ante el desconcierto de los dos mejores amigos de Potter.- "Harry va a matar hoy a Voldemort, el profesor Snape y yo le ayudamos a prepararse." -confió con una sonrisa extraña.

El rubio se recostó contra la sucia pared analizando a los dos gryffindors frente a el. Le gustaba mirarlos, le gustaba mirar esa absurda y mortal camaderia que tenían entre ellos.

"No..." -murmuro Hermione aferrándose al pelirrojo sintiéndose aun mas débil por la maldición que le habían lanzado.- "No te creo, es imposible..."

"Sabes si Harry..." -miro a la chica con pesar antes de mirar fijamente a Draco.- "Sabes sí el mato a Bellatrix Lestrange?."

Esta vez fue el turno de sorprenderse para el Malfoy. Entendió en la mirada celeste que ya lo sospechaba todo.

"Maldito Weasley!" -insulto irritado.- "Ya sabias de lo que era capaz!."

ooOoo

Lo observo de forma exacta a la de un ave de presa, sonriendo en silencio, disfrutando claramente de la humillación de Potter a sus pies, como debía ser. Como siempre debía ser.

"Estoy esperando Harry." -siseo el Dark Lord.

Desvío su mirada de la escarlata para hundirla en los pliegues de la túnica de Voldemort. Gimió de forma rota para acabar en una mueca sollozante y dolorosa. Entonces se arrastro con cansancio hasta él, astillando sus piernas con la madera y los vidrios rotos en el piso, y se arrastro hasta lograr alcanzar la seda de la túnica negra, tocando al Dark Lord de la misma manera en que un fiel tocaría a un santo, acurrucándose a sus pies, temblando.

"Mátame." -suspiro derrotado, consciente de que había sido escuchado con toda claridad por el otro hombre.

Y la risa cruel y entretenida invadió el lugar.

"Espera, espera, no hemos terminado Harry..."- Voldemort sonrió ampliamente, sus ojos centelleando en maldad y placer satisfecho - "Tu mataste a Bellatrix?."

El niño-que-vivió se tenso ante la pregunta.

"Si." -fue su vacía respuesta.

"¿Porque Harry?."

"No es lo suficientemente obvio, Tom?." -pregunto con frialdad.

Voldemort se tenso ante el tono de Harry. El chico no había dicho nada sobre la muerte de su padrino, ninguna palabra molesta, ningún silencio comprometedor. Había esperado 4 años en silencio, observando a sus mortifagos, observándole, aprendiendo magia negra en su propia biblioteca personal, convirtiéndose en un arma poderosa, haciéndole dependiente de su cuerpo, de su inocencia. Conoce a tu enemigo.

Con que morbosa paciencia había planeado su venganza, y ahora le pedía la muerte arrepentido.

Sin mucho esfuerzo pateo al muchacho contra la pared

"Mucho esfuerzo para nada Harry." -susurro con suavidad alzándolo por el cuello de su túnica hasta ponerlo a su altura.- "Y ahora no me dejaras mas remedio querido niño¿no es cierto?." -pregunto con un tono dulzon el Dark Lord.- "Comprendes que debo matarte, aunque la necesidad me mueva a salvarte, comprendes que te has revelado a mi generosidad Potter."

Harry solo le devolvió una mirada molesta, impregnada por el denigrante deseo, ansiosa. Voldemort se inclino un poco mas, volviendo el agarre al cuello expuesto del muchacho de forma más agresiva, asfixiándolo, enterrando sus uñas hasta hacerlo sangrar, hasta hacerlo gemir. Y entonces sus labios tomaron posesión de los del niño-que-vivió con el inconfundible sello de la costumbre.

Cerro los ojos entregándose al beso de su amante, con la clara conciencia de que no había nada mas que odiase en el mundo que estar cerca de Voldemort, que sentir sus experimentadas, siniestramente perfectas, caricias despertar su cuerpo. Moldearlo a su antojo, hacerlo gemir sin reparo alguno, jadear, humillarse por más.

Lanzo un gemido quedo contra labios de Voldemort al enterrar profundamente aquella daga de piedra. Le sonrió con ternura, después de todo algo del fuego le quedaba aun dentro: -Te amo... - Dijo, y es que no había otra forma de expresar el odio que le quemaba el alma. Cuanto lo había cambiado después de todo.

"Maldito."- siseo el Dark Lord apartándose de Harry, sacando la daga maldita que el muchacho había enterrado en su costado quebrando las barreras protectoras de su túnica.

Nada le gustaba mas que la mirada escarlata que lo devoraba en ese momento, una mirada capaz de congelar el infierno pero que a él solo le hacia estremecerse de placer, después de todo ya no era la mirada lujuriosa de su amante, era la mirada de su enemigo. Todo había cambiado en un abrir y cerrar de ojos, se había cansado de masturbarse con el cuerpo de su Némesis, porque realmente aquello no había sido mas que un obsesivo deseo sexual. Simple Necesidad.

"Estoy harto." -dijo Harry mirando fijamente a Voldemort.- "Estoy harto de odiarte Tom. Harto de temerte."

Voldemort ya no iba a matarlo. Voldemort ya había consumido a Harry Potter.

ooOoo

Tomándolo por el cuello de la túnica Draco lo golpeo contra la pared.

"Por tu maldito silencio Weasley, Potter esta loco por si no lo has notado." -siseo contra los labios del pelirrojo.

Ron solo esquivo su mirada. Era culpable. Pero el no quería ver a su amigo morirse lentamente en San Mugo. Harry nunca había sido feliz y cuando se había recuperado lo había visto tan contento, tan satisfecho.

"Porque te quedas tan calladita comadreja?." -se burlo el rubio.

Ron lo miro cansado, no podía ser el mejor amigo de Harry sin no notar sus cambios de animo, era inevitable no leer la mirada tormentosa del otro chico cuando buscaba apoyo. Harry estaba perdido desde hace mucho tiempo solo que el no lo aceptaba, no podía aceptar que ese que vivía en el cuerpo de Harry ya no era su amigo. - "Que quieres oír Malfoy?."

Hermione boqueo intentando decir algo, pero estaba sorprendida. Se había engañado a sí misma todo ese tiempo, deseando que Harry estuviese bien, que Ron estuviese bien. No se hallaba sin ninguno de los dos.

"Nada." -respondió esta vez el rubio venenosamente, soltando al pelirrojo.- "No hay nada que puedas decirme ya. Me da asco tu ingenuidad."

"Eso no es nada nuevo Hurón." -bromeo tristemente Ron.

"En efecto, Potter mato a Bellatrix."

"Que sucederá ahora Malfoy?. -pregunto finalmente Hermione bastante perturbada ante las recientes revelaciones.

"Yo cumplí." -respondio arrogante, alisando su túnica.

"Te iras?." -pregunto Ron como por decir algo. Como por cambiar de tema.

"Que crees idiota?." -fastidio Draco.- "Claro que me voy, a cambio de toda la comunidad mágica yo no confió en el niño dorado, puedo apostarte por mi vida que él va a dudar en el ultimo momento y no quiero estar ahí cuando las cosas salgan mal."

Dicho esto desapareció.

"Que será de nosotros Ron?." -volvió a preguntar la chica.

El pelirrojo soltó el aire ruidosamente acercándose a su amiga para cargarla.

"Nada mas nos queda esperar Hermione." -respondió con suavidad antes de también desaparecer de ese callejón.

ooOoo

Estaba paralizado. Sentía un hormigueo en todo su cuerpo y su sangre comenzando a fluir en un ritmo cada vez mas lento, espesándose, abandonándolo a través de la herida con morbosa lentitud. El aire se hacia cada vez mas denso y el tiempo susurrante.

"Dime Harry, que pretendes con este hechizo barato?." -pregunto con sorna.- "Tiempo... ¿para qué?."

Harry sonrió ante las palabras de su amante, disfrutando de su imagen reflejada en las pupilas escarlatas, de aquellos pensamientos malditos que se generaban en la mente del Voldemort, mientras terminaba de trazar alrededor de él un pentagrama con la sangre de este.

"Quería probar que no eres un Dios Tom." -susurro con cariño de pie frente a el, acariciando levemente la daga ceremonial.

Voldemort hizo una mueca de desagrado, en vez de respirar se estaba comenzando a asfixiar, sentía su pecho a punto de explotar. Se sintió impotente entendiendo finalmente que era lo que había planeado su juguete. Había subestimado a Harry Potter por segunda vez en la vida.

"Ambos moriremos." -sonrió de forma superior.

Harry suspiro cansado y levanto sus manos hacia la oscuridad, como si intentara abarcarla toda entre sus brazos y comenzó a pronunciar un conjuro en una lengua confusa, muy similar al parsel, su voz se torno como una letanía. Entonces funciono; un aura oscura rodeo ambos cuerpos, abrazándolos, colándose entre la tela de sus túnicas, entre la sangre de las heridas abiertas. Finalmente obtuvo toda la esencia, todo el poder del Dark Lord.

Voldemort ahora era suyo.

Con una sonrisa embriagada acariciando sus labios y sus ojos alucinados se acerco hasta el hombre frente a sí, encarándolo.

"Ahora tu magia es mía Lord Voldemort." -dejo las palabras danzar en el aire polvoroso, acercado sus labios hasta rozar los del otro hombre, lamiendo ligeramente un pequeño hilo de sangre que los manchaba.- "Ya no nos ata ningún lazo mágico Tom... Nunca mas." -advirtió con una mirada afectada.

Y por segunda vez en el día la risa enloquecida del Dark Lord invadió el lugar, adhiriéndose a la mente de Harry como especie de cacofonía. Sintió las lagrimas mojar su rostro en contra de su voluntad y susurro suavemente el 'Avada kedavra' como ultima ofrenda para un asesino.

Sintió la realidad golpearlo de forma brutal al ver el cuerpo rígido caer al piso duramente. Sintió aquel miedo asfixiante nuevamente recorrerlo por segunda vez ese día, paralizándolo. Su estomago se revolvió y se inclino sintiendo las arcadas invadir su cuerpo hasta que finalmente vomito.

La muerte era espantosa.

Harry cerró un momento sus ojos, abandonándose a los pensamientos que lo invadían de forma frenética, se excito al sentir una ola de poder recorrer su cuerpo. Y comenzó a reírse, apoyado sobre manos y rodillas en el piso.

Estaba a salvo de todos menos de sí mismo.

Mors ultima ratio.


Reviews?

Mors ultima ratio: La muerte es la ultima razon de todo; El odio, el dolor, la envidia, todo se borra con la muerte.

Que puedo decir sobre esto, la cuestion esta en que comence a escribirlo casi al mismo tiempo en que termine con el cap. 8. Luego tuve un severo bloqueo mental y me estanque, entonces finalmente me decidi a terminarlo, pero ya no sentia la misma inspiracion que me impulsaba cuando comence con este fic, perdi la esencia de Distortion y me harte de Harry despues del 5to libro, asi que finalmente eso fue lo que me salio. No puedo evitar sentirme extraña ante este epilogo cuando pudo ser lo que ya no sera.

El intercambio entre Draco y Ron es solo que quiero hacer un Draco/Ron jeje pero eso no pasa en este fic asi que no se preocupen. Quizas hay dos cosas que deberia aclarar:

1- Ese Harry salio muy fuera de caracter, pero en eso se convirtio Harry despues de sus muchas noches con Voldemort. Desde el ultimo capitulo al epilogo han pasado 4 años.

2- Harry y Voldemort no se amaban, este no es un fic precisamente romantico, aunque si se sentian atraidos y hasta algo se querian. Mas que amor era simplemente deseo.

Nuevamente muchas gracias por todos sus reviews y su apoyo, tambien gracias a los que me han escrito al mail y la gente del msn.