CAPÍTULO III GRINGOTTS

16 de agosto

-¡Una gran noche la del 31 julio!-le comentó Harry a Remus sentados en el salón de Elyon.

-¿Conociste alguna chica?-dijo mirando de reojo a Elyon, que se encontraba con ellos. Harry e puso momentáneamente rojo.

-Sí, bueno, conocí a Edna, amiga de Elyon, estuvimos hablando sobre el nuevo curso escolar, también va a entrar nueva a Hogwarts a sexto.

-Vendrá dentro de un momento, así la podrás conocer, Remus. Harry le estuvo hablando algo de ti cuando hizo un repaso de los profesores de DCAO.- Remus sonrió, echaba de menos no dar clase.

-¿Y qué hicisteis?- Elyon fue la que contestó.

-No eso que estas pensando. Estuvimos escuchando y bailando música; algunos intentaron hacer magia sin varita, todavía no sabemos si resultó, pero comenzó a llover dentro de la casa.

Remus se estaba riendo de ellos, recordaba que él, unos cuantos años atrás, había intentado lo mismo junto a sus tres amigos.

El timbre de la puerta sonó, Elyon se levantó a abrir y saludó efusivamente a una chica.

-Buenas. – Contestó la chica, debía ser Edna pensó Remus.

-Bueno, este es Remus Lupin, antiguo profesor de Hogwarts, ahora trabaja para Dumbledore.

-¡Ah! En la Orden del Fénix.

-Sí, ahí exactamente, veo que ya todos sabéis que es eso de la Orden. Bueno, hola Edna.

Remus le tendió la mano, pero la chica le dio dos besos, dejándole cortado. Edna se sentó junto a Remus y Harry y Elyon se sentaron enfrente de ellos.

-Me gustaría haceros una pregunta-comentó Remus- ¿cómo es que vais a ir a Hogwarts?

-Es muy fácil, profesor- respondió Edna.- Elyon vivía en Irlanda del Norte, y yo en la República de EIRE. Íbamos al mismo colegio, por eso nos conocemos.

-Ahora- añadió Elyon.-han trasladado a nuestros padres a las sedes ministeriales de Liverpool (a los de Edna) y Londres (al mío).

-Entonces os tendrán que seleccionar para las casas, me gustaría saber cuál os toca.-comentó Remus.

-¿Dumbledore no te deja ir, profesor?-preguntó Harry.

-No lo sé, bueno, de todas forma, si no puedo estar me podríais mandar una lechuza. ¡Ah! Una cosa importante, ¿a qué casa queréis pertenecer?

-¿Qué casa de qué?- preguntó confundida Edna.

-Harry ¿no le has dicho nada sobre Hogwarts?-preguntó Remus.

-Eso, precisamente, se me olvidó- contestó el chico.

-Bueno, Hogwarts está dividido en cuatro casas: Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin y Gryffindor. En Hufflepuff, están los más equilibrados; en Ravenclaw, los más estudiosos; en Slytherin, los más ambiciosos y en Gryffindor los más valientes.

-Se te ha olvidado algo -dijo Harry

-¿El qué?-contestó el más mayor.

-De Slytherin es de donde salen todos los mortífagos.

-Eso no es del todo cierto-replicó Remus

-Profesor, la mayoría de los mortífago fueron de Slytherin y ahora sus hijos también pertenecen a Slytherin.- La cara de Harry era de rencor, y a Remus le entró miedo por un segundo.

-También han salido buenos aurores y medimagos de esa casa; aunque, la verdad, son un poco prepotentes.- observó Lupin

-Y no se os ocurra juntaros con Malfoy- ordenó Harry.

-No creo que tuviéramos intención de ir con él- dijo Elyon.

-¿Lo conocéis? –dijo Harry

-Sí, su padre trabajaba en el ministerio, a mí siempre me ha caído mal, era un salido de mierda.- explicó Edna enfurecida.

-Bueno, yo me marcho ya. Dentro de una semana quedaremos para ir al Callejón Diagon, ya sólo quedan quince días para que comiencen las clases.

Remus se levantó dio dos besos a las chicas y un fuerte abrazo a Harry.

-Cuídate ¿vale?- le murmuró Remus- aunque creo que ella lo hará bien.- Harry se volvió a poner rojo- Os mandaré una lechuza para saber cuándo y cómo quedamos.

-¡Hasta luego! Dijeron todos antes de que se cerrara la puerta.

-¿Qué tal te ha caído?-le preguntó Elyon a Edna.

-Bien, parece simpático; aunque se le ve un poco mayor ¿cuántos años tiene?

-Treinta y cinco, aunque tiene algunos problemas – repuso Harry preocupado

-¿Por eso las canas?-preguntó curiosa.

-Déjalo, Edna.-opinó Elyon mirando preocupada al chico.- Si queremos llegar al parque puntuales, nos tendremos que preparar ya, cogeremos algo de beber. Allí está todo muy caro-comentó mirando a Edna de manera específica.

-Ya lo cojo yo, vosotros esperad aquí.- Se ofreció Edna guiñándole un ojo a su amiga.

-¿Te encuentras bien?- Le preguntó a Harry una vez que se quedaron solos.- Pareces muy preocupado.

-No es nada.- Repuso Harry sonriendo levemente.- una tontería.

-Puedes confiar en mí.- Prometió Elyon sentándose a su lado.

-Es Lupin, no tenía buena cara, ¿verdad?- La chica asintió.- Las ojeras en él son comunes, pero creo que estaba peor; muy cansado. Parece que le ha afectado más que a mí.- Harry la miró un poco asustado.- ya sabes, la muerte de... mi padrino.

Elyon asintió triste. Harry le había contado hacía unos días lo de Sirius, pero sin especificar en que su padrino era Sirius Black, uno de los mayores asesinos de la actualidad. Pensaba que se asustaría, aunque la mayoría de las veces se convencía para contárselo; pero no tenía valor.

Contarle lo que de verdad ocurrió, la batalla en el ministerio, la profecía, el velo... Sería volverlo a vivir y ella no tenía por qué enterarse. Sería hacerla sufrir; todos los que sabían algo, acababan luchando contra la oscuridad, o dejaban de hablarle, lo miraban atemorizados o terminaban con Sirius. Además, sabía que se lo iba a contar, Elyon siempre le escuchaba y contaba sus cosas.

-Ten en cuenta, que era uno de sus mejores amigos, tardará mucho en superarlo.-opinó Elyon en tono tranquilizador.-Lo que tienes que hacer es apoyarle. Sabes cómo se siente. Lo normal sería que confiarais el uno en el otro. Deberías verlo otro día, a solas, y hablar con él seriamente.

-Sí, pero ¿cuándo?-bufó molesto.-me ha contado que Dumbledore le tiene ocupado, que no debería verme mucho. Siempre acabo igual: encerrado, sin mis amigos y sin poder hacer nada. ¡Les prohíbe que vengan a verme!

-Lo cierto es que eso es bastante fuerte, pero creo que ahora no te puedes quejar, al menos no demasiado.-Ironizó Elyon para alegrarle.-Sé que mi casa es un asco, la compañía absurda y las noticias de El Profeta, ridículas; pero mírale el lado positivo: la comida tampoco está tan mala.

-¡Qué! No, por favor, aquí me lo estoy pasando genial. Eres maravillosa y... – se puso rojo como un tomate.- me... me gusta mucho la casa.

Elyon se rió también un poco ruborizada y ambos agradecieron que Edna llegase en ese momento con las bebidas.

Esa tarde fue perfecta para Harry, como las anteriores, se divertía mucho con los amigos de las chicas y se entretenía siempre que Edna y él charlaban a parte.

Pero, lo mejor era Elyon, siempre encontraba algo para hablar con ella, le encantaba su sonrisa, le entretenían sus extrañas historias...

Le gustaba ella.

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20 de agosto. 10:00 a.m.

-Hermione, sal ya.- Gritaba el pelirrojo dando golpes a la puerta.- Llevas ya una hora ahí dentro. Los demás también tenemos derecho a entrar.

La puerta del baño se abrió de golpe y la chica salió enfurecida.

-No llevo una hora, Ron. Si acaso media, pero para eso te pregunté si querías pasar tú antes.

-Cuando lo preguntaste no pensé que montarías un fuerte de perfumería.- Replicó Ron desde dentro.- ¿sabes que tanta colonia puede quemar el pelo?

-No sabía que conocías la palabra colonia.- Contraatacó Hermione.

-Tranquila, parejita, todavía queda una hora para que veamos a Harry. Tendrás tiempo para arreglarte, Ron.- Objetó Ginny saliendo de su cuarto.

-¿Arreglarme? Sólo quiero ducharme cinco minutos, aunque no creo que quede agua caliente.

-Claro que queda.- Se defendió Hermione.

-Ya. Dos días que llevas aquí y no puedo ni ir al baño.- Murmuró casi inaudible Ron.

Hermione se encerró con Ginny en el dormitorio que ambas compartían. Se deshizo de la toalla y comenzó a vestirse.

-Está pesadísimo, la adolescencia se le ha subido a la cabeza a tu hermano, Ginny. Se está volviendo completamente loco.

-Te prometo que jamás lo diré ante él, Hermione, pero la verdad es que has estado cerca de cincuenta minutos en el baño.

-Esa no es razón para que aporree la puerta durante cinco minutos.- Dijo mirándose al espejo.- Desde que volví de Bulgaria no hay quien le aguante, ¡parece que le molesta que sea feliz! Sólo porque él no tenga novia no tiene porque fastidiarme por lo de Víctor.

Ginny disculpó a Ron por encima sin poder creerse que su hermano y su amiga pudieran ser tan cortitos. Le dio el visto bueno al vestido azul de Hermione y bajaron a la cocina para desayunar. Para desgracia del ego de la castaña, Ron ya estaba terminando su plato y presentaba un aspecto recién limpio.

-Sentaos, chicas. El profesor Lupin bajará enseguida, iba a arreglarse.- Anunció la Sra Weasly poniendo delante de las jóvenes unos platos con tostadas, huevos y tocino.

-Espero que tarde poco, tengo muchas ganas de ver a Harry.- Comentó Ginny mirando a sus hermanos. Estaban Ron, Bill y Charlie.

-Tranquila, seguro que tarda menos que vosotras.- Bromeó Ron, quien se encontraba protegido por las risas de sus hermanos.

Remus llegó en ese momento, por lo que aumentaron las risas. Saludó a los chicos y a la Sra Weasly y dejó en el cajón de una cómoda un manojo de papeles que llevaba bajo el brazo.

-En cuanto terminéis de desayunar nos vamos, chicas, yo ya estoy listo.

-Entonces saldremos de aquí en dos horas.- Murmuró Ron al oído de Charlie.

Hermione se levantó de golpe de la silla y miró al chico con furia:

-Deja de comportarte como un crío, "Ronnie". Madura.

Dicho esto salió de la cocina tranquilamente dejando atrás un coro de risas y al pobre Ron con la frente colorada. Ginny se rió una vez más de su hermano, aunque le entristecía, el muy simple, y salió detrás de su amiga.

Mientras los chicos se reían del 'lapsus' que le había dado a Hermione, Ron recapacitaba en lo que había dicho. Ya todo el mundo se preparaba para salir cuando él maldecía a Víctor Krum, al torneo de los tres magos y a su maldita vergüenza.

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Harry se apoyó tambaleante a la mesa de 'El Caldero Chorreante'. Acababa de salir de la chimenea y estaba mareado, polvoriento y se había vuelto a dar golpes. Definitivamente, aquél no era su medio de transporte favorito. Ya le había dicho a Elyon que no era su fuerte, pero ella insistió en llegar al Callejón Diagon por ese método.

La nombrada apareció entre un rayo verde en la chimenea y caminó hacia él con paso elegante. Aguantando la risa, se paró frente a él y le sacudió el polvo del pecho y los brazos.

-Es cierto que los Polvos Flu te matan.- Harry no pudo evitar reír nervioso, cada vez que Elyon se acercaba a él sentía lo mismo.- Por lo menos esta vez has aparecido en el lugar apropiado, es un buen paso.

Le pasó decidida y salió hacia el Callejón. Como no, él la siguió como un perrito.

-¿A qué hora te dijo Remus que vendrían?- Le preguntó Elyon.

-Sobre las once, pero sabiendo que tenía que recoger a Ron, Hermione y Ginny, se le ha podido hacer tarde sin problemas.

-De acuerdo, sólo pasan diez minutos, así que les esperaremos, no pueden tardar.

-¿No va a venir tu amiga?- Le preguntó Harry sentándose en una esquina de la calle.

-¿Cuál de ellas?- Dijo pícaramente Elyon.

Harry suspiró.- Edna.

-Sí, la esperaremos sobre la hora de la comida. Tenía que quedarse esta mañana en su casa, con su hermano, no me dijo nada más.

-Espero que éstos lleguen antes...

-Lo siento por el retraso.- Dijo la voz de Lupin a su lado.- Hemos tenido algún problemilla...- Añadió mirando de reojo a Ron y Hermione.

-No se preocupe, profesor Lupin, acabamos de llegar.

-Bueno, y bien, ¿qué tenéis que comprar?

-Bueno, Remus, será mejor que antes nos presentéis, ¿no creéis?- Dijo Elyon en tono reprochador.

-Eh... sí, claro.- Respondió.

-Me llamo Elyon, este año estudiaré en Hogwarts, en vuestro curso.

-¡Ah, sí!- Exclamó Ginny.- Harry nos dijo que estaba en tu casa. Mi nombre es Ginny, Ginny Weasly. Éste es Ron, mi hermano, y ella es Hermione, su 'amiga'. Ha pasado el verano con nosotros.

-¡Oh! Su amiga...- Dijo Elyon sonriendo al tiempo que se acercaba a cada uno de ellos y les daba dos besos.

-¿Cómo es que este año entras nueva en Hogwarts?- Preguntó Ron.

- Han destinado a mi padre al Ministerio de Londres, antes vivía en Irlanda.

-¿Si?- Preguntó Hermione.- Entonces tienes que contar un montón de cosas. ¿Sabes los misterios que tiene Stonehenge? Yo he leído algo en los libros, pero nunca te resuelven nada y...

-Bueno, yo también estoy aquí, ¿no?- Objetó Harry haciéndose el enfadado.

-Hola, amigo.- Le dijo Ron cuando fue a estrecharle la mano, que Harry guardó en el bolsillo. Ron comenzó a preocuparse, temía que su amigo estuviese enfadado.- Yo...- Comenzó a decir.

-¡Qué tonto eres!- Exclamó Harry.- Te has creído que hablaba en serio.- Los dos se acercaron y se dieron un fuerte abrazo.

-Los demás también queremos saludarle, Ron.- Le reprochó Hermione, que se acercó a Harry y le dio un fuerte beso en la mejilla.

Ginny se acercó y le dio dos besos en las mejillas y le preguntó qué tal el verano.

-¿Va a venir alguien más?- Preguntó Remus interrumpiendo a Harry.

-¡Qué pesaditos estáis con eso de si va a venir alguien más! Sí, va a venir Edna a eso de las dos.- Respondió Elyon bromeando.

-Bien, entonces será mejor que aprovechemos el tiempo en algo.- Expuso Hermione.

-¿No puedes estar un momento sin hacer nada?- Le dijo el pelirrojo. Ella lo miró con aire de desprecio.

-Yo tengo que comprarme una nueva varita.- Se apresuró a decir Elyon al olerse una posible discusión.- La mía se rompió el año pasado.

-Yo tengo que ir a por recipientes de pociones.- Objetó Hermione.

-Está bien. Harry, Elyon y yo iremos a Ollivander.- Propuso Remus.- Tú, Ron y Ginny id a por los recipientes, nos veremos en la puerta.

Todos quedaron deacuerdo y se separaron. Harry se colocó al lado de Elyon y comenzó a hablar con ella al tiempo que observaba a los magos del callejón.

-¿Cómo se te rompió la varita?- Preguntó con curiosidad.

-Jugando al quidditch con las chicas. Me caí de la escoba una semana después de terminar el curso y dio la casualidad que estaba en el bolsillo.

-¿De qué era?- Preguntó Remus.

-De olivo, 32 cm. de larga y con núcleo de cabello de sirena.- Respondió Elyon recordando.

-Esa es una combinación bastante extraña, muy poderosa, según recuerdo.- Comentó Remus dejándola pasar primero a la tienda.- Una compañera mía tenía una parecida y era la mejor en Encantamientos.

-Supongo que soy algo parecida.- Rió Elyon inspeccionando la tienda.- Soy bastante buena en Encantamientos, además de en Artes Oscuras. Esas materias me...

Cortó la conversación cuando el Sr Ollivander apareció por una estantería. Harry le saludó un poco intimidado, Remus hizo tres cuartas de lo mismo y Elyon se presentó. Su anterior varita la compró en Irlanda, sólo había escuchado rumores sobre esta tienda de varitas.

-Bien, Srta Wilcox,- Dijo el Sr Ollivander tendiéndole una caja de cartón.- Pruebe con ésta: Abedul, 22 cm., núcleo de pluma de fénix.

Elyon cogió la varita, pero antes de poder agitarla Ollivander se la quitó de las manos como si la hubiese dañado.

-Abeto, 17 cm., cola de unicornio adulto.- Informó tendiéndole una nueva.

Elyon repitió la misma operación de antes y Ollivander, lo mismo.

-Encina, 43 cm., corazón de dragón de Rumania.

Nada tampoco. Ollivander se la quitó con una gran sonrisa, pues le apasionaban los retos. Elyon empezaba a enfurecerse, mientras que Remus y Harry sonreían por lo bajo.

-Difícil, muy difícil. Estos retos son muy entretenidos. Me recuerda a la vez que vino su madre. O a las veces. Tuvo que comprarme tres varitas.

-¿Mi madre compró en esta tienda?- Preguntó Elyon sonriendo débilmente. Harry se puso serio al recordar que su madre había fallecido.- Sabía que estudió en Londres. Sí, lo suyo hubiese sido suponer que su varita era de aquí.- Cogió la varita que le tendía Ollivander.

-Pruebe esto, señorita.- La varita era color rojiza, más bien larga. Una ola de calor se extendió desde su mano en cuanto la tocó con los dedos. El señor Sonrió.- Agítela.

Cuando Elyon agitó suavemente su varita, de ella salieron chispas doradas y plateadas. Sonrió orgullosa, se notaba que la varita era muy poderosa.

-Una curiosa combinación. Es una varita de parénquima de cerezo, 37 cm., con núcleo de ave fénix, un pelo de cola de unicornio y, lo que es menos frecuente, fragmentos de piedra de fuego. Sin duda una varita muy poderosa y excelente para Artes Oscuras y Transformaciones. Espero que la utilice con inteligencia, Sra Wilcox.- Comentó con los ojos fijos en ella.

-No le quepa la menor duda, Sr Ollivander.- Contestó Elyon un poco incómoda, pero sin que la voz le temblara. Pagó la varita y se marcharon de la tienda.

Fueron calle abajo hasta llegar a la tienda de pociones. Allí les esperaban ya los otros. Para variar, estaban discutiendo.

-Hola, chicos,- Saludó Harry interponiéndose entre las chicas y Ron.- ¿qué ocurre?

-Resulta que tu amigo se ha olvidado de la lista.- Contestó Ginny enfadada.

-Bueno, no todos tenemos esa mente privilegiada.- Masculló Ron.

-No, Ron, eso es evidente.- Replicó Hermione.- Pero si no llega a ser por 'mi mente privilegiada', 'tu mente inútil' no hubiese podido contar con los objetos que he recordado.

Harry notó la tensión que había entre ambos. Lo cierto es que había tenido la esperanza de que tras el verano se trataran mejor, pero viendo los ojos centelleantes de Hermione no tuvo dudas.

-Esto... chicos, ¿por qué no...?

-¡Eh!- Exclamó una voz a sus espaldas.- ¡Harry, Elyon!

-Los chicos voltearon para ver acercarse a una joven de melena negra y ondulada, de ojos con reflejos verdes, y una cara un tanto preocupada.

-¿Edna? ¿Qué haces aquí? Te esperaba dentro de una hora, creo que eres demasiado puntual.- Edna trató de hablar, pero Elyon se volvió hacia Hermione y los Weasly.- Os presento a Edna Cooke, mi amiga del Glenffidich. También jugaba al quidditch, pero ella estaba en el equipo de los Redskins y yo...

-Espera Elyon, luego les cuentas mi vida.- Interrumpió Edna justo después de darle dos besos a Ginny.- Me he enterado, hace una media hora, de que Mark, nuestro Mark Twain, va a venir a Diagon, con Roger y éstos.- Anunció.

-¿Mark? ¡Oh...! ¿Sí?- Titubeó sorprendida.

-¿Quién es Mark?- Preguntó Harry.

-Es... un antiguo amigo nuestro.- Explicó Elyon algo azorada.- ¿A qué hora dices que va a venir?- Preguntó.

-No lo sé.- Respondió dejándola algo decepcionada.- Supongo que por la tarde.

-Bueno, al menos estaré tranquila un par de horas más.- Murmuró Wilcox.

-Hermione, también tienes la lista de los libros, ¿verdad?- Dijo Ron irónicamente.

Ya se iban a poner a discutir cuando Harry optó por exponer que la lista la tenía él. Los chicos pararon de pelear, pero se miraron con ojos furiosos.

-Yo necesito comprar algunos ingredientes, Harry, pero no me acuerdo si eran 300 gr. de moco de gusarajo y 125 de polvos troceados, o al revés, y... Bueno, un lío total de nombres extraños.- Expuso Ron.

-No te preocupes, yo me sé esa lista de memoria.- Lo tranquilizó Edna. El chico la miró como si tuviera delante un extraterrestre.- Sí, ya sé que es muy raro, pero la asignatura me encanta y no quería olvidarme de ninguno. Además, es muy fácil: para las pociones que necesitamos este año son necesarios los ingredientes de clase 'c', aunque continuaremos utilizando los de clase 'b'. También tengo esperanzas de utilizar las de grado 3º y...

-Deacuerdo, tigre.- Bromeó Elyon.- ¿Por qué no vais los dos a por los ingredientes? El resto ya tienen todo. A mí cógeme esta lista, por favor.- Elyon puso ojos de corderito y Edna cogió el papel que le tendía.

-Vale, pero me acompañarás a comprar los libros.- Elyon aceptó y Ron y Edna se alejaron camino a la tienda hablando animadamente.

-¿Qué lugar ocupas en tu equipo de Quidditch?- Preguntó el pelirrojo con las manos en los bolsillos.

-Soy guardiana.- Contestó la chica escogiendo algunos botes extraños y metiéndolos en una bolsa que llevaba Ron.- Al principio me gustaba el puesto de buscadora, pero ya en 2º comprendí que no era mi fuerte, mientras que parando lances soy bastante buena. Conseguimos el 2º puesto.

-¿En serio? ¡Qué casualidad! Yo también soy guardián, desde el año pasado. No me lucí mucho en los primeros partidos, pero en el último paré algunos lances impresionantes. Conseguimos la copa, aunque no fue sólo gracias a mí, el equipo, aún sin Harry, supo arreglárselas bien.

-Estupendo. Oye, y, según tú, ¿qué escoba es la más adecuada para el guardián? Yo tengo una Black Mountain, pero a veces frena algo brusco, ¿no crees?

Ron se aclaró la garganta dispuesto a declararle su opinión a esa chica. Resultaba entretenido encontrar a una chica con la que hablar del tema.

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Todos se dirigieron a Flourish y Blotts para comprar los libros, ahí Hermione les entregó la lista del próximo curso:

-Hierbas y brebajes: Lisa Belt

-Criaturas mágicas: Jhon Polish

-Transformaciones, nivel superior: Kevin Coltrane

-Guía de Defensa y Protección a las Artes Oscuras: Lesley McCallham

-Historia Moderna de la Magia: Pet Valens

-Encantamientos para expertos: Lucy Starr

Ron, Harry y Ginny salieron rápidamente del establecimiento con la bolsa llena, pero dejaron atrás a las demás chicas y a Remus.

-¡Ay va!- Exclamó Edna.- Con la prisa de decirte lo de Mark se me ha olvidado ir a sacar dinero. No tengo para pagar todos.- Susurró contando lo que tenía.- ¿No tendrás de sobra?- Preguntó a Elyon.

-No, llevo casi lo justo, y no tengo ganas de ir al banco, pero puedo dejarte para los del colegio.

-¿Y dejar el nuevo que ha sacado Isaac Voyle sobre las pociones del mundo oriental y sus propiedades?- Exclamó con indignación.

-Ya te lo pago yo.- Le dijo Remus.- Después de comer te acompaño a Gringotts y me lo devuelves.- Convino sacando los galeones.

-Muchas gracias, profesor.

Salieron tranquilamente de la tienda y se unieron al grupo de fuera. Charlaron un rato, pero al rato Ron preguntó por Elyon y Hermione.

-No sé Hermione, pero a Elyon habrá que irla a buscar. Si no se la dice nada es capaz de tirarse horas entre libros.- Propuso Edna.

-De acuerdo, yo voy por una parte y tú por la otra, no hay manera de que escapen.- Bromeó Ron acercándose a la puerta.

Pero no hizo falta, ya salían las dos chicas con una bolsa complementaria cada una de libros. Iban comentando los libros que se habían leído.

-Resulta muy extraño encontrarse con una bruja que lea libros muggles, ¿sabes? Ya es bastante complicado encontrar algún mago que lean los suyos... ¡imagínate!- Comentaba Hermione.

-Mi madre siempre fue una fanática de la literatura, a mí me ocurre lo mismo. Me he leído la mayoría de libros de mi biblioteca-

-Me encantaría tener una biblioteca.- Comentó Hermione ilusionada.

-Si ordenaras tus libros podrías acumular una entera, y de las grandes.- Se burló Ron. Los demás rieron confiados, pero Hermione lo adelantó con la cabeza alta.

-Déjame adivinar, Hermione.- Imploró Elyon situándose a su lado.- Vas a Runas Mágicas, ¿cierto?

-Sí, es una de mis asignaturas favoritas.- Se apresuró a contestar Hermione sin ocultar su alegría.- Saqué un extraordinario en los TIMOS. ¿Tú también das esa clase, te gusta?

-Por supuesto. Muchos libros antiguos están codificados con runas, por no hablar de algunas tesis misteriosas. Soy entusiasta de la asignatura, una de mis metas es descifrar el mensaje de Cryla.

-Interesante meta, aunque yo prefiero los retos prácticos y más reales, esa leyenda es fantástica, no está demostrado que signifiquen nada y...- Su conversación no bajó de intensidad.

Mientras, Ginny y Edna iban hablando sobre quidditch:

-¿Y en qué equipos jugabas?

-Yo en los Redskins, Elyon jugaba en los Jaguar's. Ella es cazadora y yo guardián. Espero que este año pueda jugar en la casa que me toque. ¿Y tú nunca has jugado?

-Sí, mientras que Harry estuvo expulsado el año pasado yo jugué en su puesto, en Gryffindor, de buscadora. Muchos de mis hermanos han jugado al quidditch, excepto Bill y Percy. Ron es ahora el guardián de nuestro equipo, y uno muy bueno, he de añadir.

-Ya me había enterado.- Dijo Edna con una extraña sonrisa en el rostro.

-Bueno, chicas,- dijo Harry.- dejad la charla, vamos al Caldero Chorreante.

La hora de la comida pasó entretenida y fugaz. Estuvieron hablando de todo tipo de cosas, desde la comida hasta de Voldemort.

Sobre las cuatro, un chico rubio, con el pelo largo ondulado y de ojos azules, entró en el Caldero. Parecía que buscaba algo con la mirada, mientras que eso que buscaba se escondía.

-¡Ese es Mark!- Le informó Edna a Harry.- El ex-novio de Elyon.

A Harry se le descompuso la cara. Elyon le había dicho que era sólo un amigo. Ese papanatas ¡era mayor que ella! Tendría unos 19 años, seguro que habría acabado la escuela hacía tiempo. Mientras hacía estas cavilaciones, Edna volvió a hablar:

-Estuvieron saliendo durante todo el año pasado, rompieron después de un partido de quidditch. Él era el capitán de mi equipo y, el muy capullo, se intentó liar con una de nuestras cazadoras. Claro está que Elyon se enteró y no dudó en romper con él.

-Será imbécil. ¿Cómo pudo hacerle eso?- Exclamó él.

-Y lo peor es que ella...- Edna se tuvo que callar porque Mark ya se acercaba a la mesa.

-Buenos días.- Saludó cordialmente.- Hola, Elyon. Me gustaría hablar contigo, si no te importa. Podríamos ir a dar una vuelta por el Callejón y de paso lo conozco, es la primera vez que vengo.

-Pues da la casualidad de que no quiere y...- Edna se vió interrumpida.

-Claro, tardaré poco, ya os buscaré.- Elyon miró a todos los de la mesa, especialmente a Harry, y disculpándose salió con Mark, que la cogió de la cintura fuera del bar.

-Ya que hemos terminado la comida,- Dijo Ginny.- me podríais acompañar a comprarme la mascota que me deben mis padres.- A Ginny la habían nombrado prefecta, para orgullo de los Weasley.

-Id vosotros, yo tengo que ir a Gringotts. Me podéis esperaren la puerta, yo todavía no domino bien esta calle.- Pidió Edna.

-Está bien.- Dijo Hermione levantándose y caminando detrás de los demás.- Nos reuniremos con vosotros dentro de una hora.- Añadió a Edna y a Remus, que la acompañaba.

Remus y Edna salieron al poco y echaron a andar. Llevaban la mitad del trayecto en silencio cuando ella preguntó:

-¿Por qué estuviste dando clases un año? Todos dicen que eras un magnífico profesor, me habría gustado asistir a alguna de tus clases.

-Gracias por el peloteo.- Bromeó Remus. Edna puso cara de incredulidad.- Hubo unos problemas a final de curso y decidí renunciar, además de que no me llevaba muy bien con Snape.

-¿Snape? ¿Quién es ese?

-Es el maestro de pociones. Ya puedes tener cuidado con él, no es muy agradable que se diga.

-Bueno, mientras que dé pociones está bien.- Remus la miró curioso.- Las mejores notas las saqué en pociones, con un Supera Expectativas, además de en DCAO. Después están Transformaciones y Encantamientos, que eso depende de como esté ese día.- Bromeó.

--De todas formas, a menos que te toque en Slytherin...

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-¿Qué os parecen Elyon y Edna?- Preguntó Ginny a los demás.

-Elyon es muy simpática.- Contestó Harry.- Me lo he pasado bien en su casa. Además juega al quidditch.

-¿Y Edna?- Volvió a preguntar.

-Parece un poco más callada.- Comentó Harry.- Pero parece buena persona, me llevo bien con ella. ¿Y a vosotros?

-Bueno, no hemos estado mucho tiempo con ellas, pero no me caen mal.- Opinó Hermione.-Tal vez Elyon... ¿quién era ese chico? Quiero decir, si es su ex-novio, ¿por qué se ha ido con él?

-Dejemos ese tema, ¿vale?- Objetó Ron mirando de reojo la mala cara de su amigo.- A mí me caen bien, y, Harry,- Dijo dándole palmadas en el hombro.- están bastante buenas.

-¡Ron!- Le reprochó su hermana.- ¡Qué superficial eres! De acuerdo que puedes fijarte en eso, pero podrías haber dicho que son inteligentes, simpáticas, jugadoras de quidditch,...

-Encima que soy el único que apoya a Harry. Porque... ¿Te gusta Elyon?

Los tres chicos soltaron una carcajada cuando Harry, rojo de vergüenza, se adelantó azorado por la calle con una expresión que no dejaba lugar a dudas.

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-A ver, Mark, no has venido aquí para que te enseñe la tienda de animales, ¿verdad?- Preguntó Elyon un poco mareada.

El olor de los animales, sus gritos, graznidos, aullidos,... junto al hecho de estar junto a su ex-novio, que mostraba su cara más interesante, no era lo que se imaginaba como día libre.

-Sigues tan directa como siempre, es lo que más me gusta de ti. Aparte de la boca, claro.- Confesó Mark acercándose sin prisa, pero sin pausa.

-Ya empezamos.- Suspiró Elyon dando un paso hacia atrás.- Mira, Mark, estoy cansada. Me gustaría irme con mis amigos, así que date prisa, por favor.

-¿Es que no me vas a perdonar nunca?- Imploró el chico.- Fue un error. Yo no quise hacer nada y...- Le pasó la mano por la mejilla.- te he echado tanto de menos...

Se inclinó hacia la confundida chica y la besó. Elyon tardó dos segundos en reaccionar, pero lo apartó de sí y se alejó.

-Hemos terminado, Mark, si quisiera volver contigo, lo sabrías. Pero no quiero. Te perdono, y todo lo que tú quieras, pero no voy a volver.- Iba a marcharse, cuando se volvió.- Que se te dé bien.

Y sonriendo amablemente salió al Callejón, donde la gente pasaba de largo si mirarla. Decidió buscar a los chicos cuando Ginny la tocó el brazo.

-¿Qué hacéis aquí?- Preguntó sorprendida y asustada al ver que salían de la tienda de animales.

-Estaban acompañándome.- Explicó Ginny.- Me acabo de comprar un cuervo, un regalo de mis padres.- Le enseñó el magnífico animal.

-¿Estabais... dentro?

-Sí, pero preferimos no molestar.- Hermione parecía molesta.- Vamos hacia Gringotts, Remus y Edna deben haber salido ya.

Elyon los siguió percatándose de que Harry no la miraba. Seguro que los habían visto cuando él la besó. Harry la miró y sonrió, aunque se le veía triste. Elyon deseó que no estuviese muy enfadado, no quería estropear su relación.

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-Esta es la primera vez que vengo.- Comentó Edna entrando en el banco.- En las fotos parece más grande.

-Te aseguro que bajo tierra es enorme. Dicen que las cámaras más valiosas son custodiadas por dragones búlgaros.

-¿Es cierto que se baja por carromatos?- Preguntó algo temerosa. Remus asintió con la cabeza.- Me dan miedo las montañas rusas, me mareo si van muy deprisa.- Explicó con preocupación.

-¿Te da miedo eso y aguantas estar a metros de altura en una escoba?- Remus sonreía divertido.- ¡Qué rara eres!

-Sí, eso ya me habían dicho.

Se dirigieron hacia una de las ventanillas que estaban libres.

-¿Tienen llave?- Preguntó el gnomo malhumorado. Edna revolvió en uno de sus múltiples bolsillos de su pantalón.

-Sí, tenga.- Respondió entregándole una llave reluciente.

-¡Plumbick!- Gritó el gnomo.- Lleva a estos jóvenes a la cámara 1979.

El gnomo los guió por una puerta hasta una vasta caverna, sólo alumbrada por antochas. Estuvieron ahí un momento, hasta que apareció un vehículo de madera, estrecho y algo antiguo. Edna se puso a temblar. El gnomo subió en la parte delantera, Remus subió sin contratiempos y la chica le siguió respirando mal. El vehículo se puso en marcha.

La morena iba con los ojos semi cerrados y los puños apretados. El coche comenzó a ganar velocidad en la 1ª bajada, luego volvió a subir, y a bajar, giró a la izquierda, Edna creía que se moría, giró a la derecha... de pronto disminuyó la velocidad, estaban subiendo una rampa de unos 25 m. Y luego bajó a la velocidad del rayo...

-¡Ahh!- Gritó la chica tirándose al cuello del hombre. Ya no aguantaba más sin gritar.

Remus se quedó sorprendido ante el acto de la muchacha, y se puso tenso; pero al momento se relajó. Al terminar la cuesta abajo, el coche se detuvo en la cámara 1979.

Se bajaron, Edna algo mareada y ayudada por Remus.

-¿Estás bien?- Preguntó Lupin.

-He estado mejor otras veces, profesor. ¿Para volver hay hacer el mismo recorrido?

-Me temo que sí,- Respondió sonriendo.- aunque siempre te quedará mi cuello para soportarlo.

-¡Qué "majo" eres.- Dijo irónica mientras entraba en la cámara.

Al cuarto de hora salieron de Gringotts, los demás les esperaban en la puerta. Edna estaba un poco verde, a causa del mareo, pero poco a poco se recuperó al salir al aire libre.

-Bueno, chicos,- Dijo Remus.- yo me tengo que ir ya, Dumbledore me espera. Dio dos besos a las chicas y la mano a los chicos y subió por el callejón hacia la salida.

-¿Alguien quiere comprar algo más?- Preguntó Harry. Nadie contestó.- Bueno, podríamos ir a la heladería, ¿qué os parece?

Todos estuvieron más que deacuerdo. Pasaron allí el resto de la tarde, hasta que los Weasly llegaron y, después de charlar un rato con ellos, se llevaron Ron, Ginny y Hermione. Edna acompañó a Elyon a Harry hasta la casa de la chica, y después se despidió.

FIN DEL CAPÍTULO