Histeria
Una desconocida me mira fijamente. Su pelo cae lacio a la altura de los hombros, sus ojos verdes me miran melancólicos, la única prueba de todos sus siglos de existencia. Sus labios se muestran incapaces de esbozar una sonrisa por fingida que sea.
Faye Valentine me mira desde las profundas aguas azules del muelle. Una autentica desconocida.
Tiro una piedra, mi reflejo se evade expandiéndose entre las ondas del agua alterada. Suspiro. Saco el transmisor que con tanta desesperación busque por mi apartamento y presiono el botón rojo. Silencio. Nadie me contesta. Se que ya no encontraré a Jet.
Miro al horizonte, ya se empieza a hacer de día. Me levanto lentamente y me pongo en marcha con paso pausado, sin destino alguno. Abandono los propósitos impulsivos que juré cumplir a penas unas horas antes. Por que buscar a los dragones rojos? Por que vengar la muerte de Spike? En que demonios pensabas, Faye? Tú no puedes. Eres débil, jamás encontrarás en ti la fuerza de Giulia. Aquella fuerza que logró conquistarle…
Frío. Hace frío. Un frío glacial que recorre cada parte de mi cuerpo, erizando mi piel y quebrando mi alma a pequeños pedazos. A este paso las lágrimas que se deslizan ahora por mi rostro acabarán congeladas. Y así, una vez sólidas, podrán romperse. Romperse como mi corazón, tan rotas como mi alma, tan destrozadas como mi frágil mundo…
El subconsciente me ha traído hasta el bar de Hudge, está cerrado. Sigo caminando hasta mi casa.
Me he perdido durante dos semanas en mí misma. Aquella noche huí, animada a cumplir más de mil promesas imposibles que hice al fantasma de Spike. Un día después, me encontraba frente al muelle, sin esperanza alguna de ser fiel a mis propósitos y dispuesta a volver a mi monótona vida.
Me he evadido durante dos semanas del mundo, liberándome de tensiones que desde hacía tiempo acumulaba en mí a través de lágrimas. Una vez estas se secaron, una vez que el viento se las llevara de un solo soplo, decidí volver a vivir la misma vida que Faye Valentine a vivido durante los últimos dos años.
Ingenua. Eres demasiado ingenua. Tu maldita ingenuidad acabó con tu vida. Su maldita tozudez acabó con su vida. Llevándose la tuya con ella.
Golpeo la pared. Lo único resistente de la habitación. Lo vuelvo a hacer. Otra vez. Otra más. Ahora más fuerte. Un rastro rojizo se dibuja en la pared blanca. No me importa.
Vuelvo a golpearla. Una vez tras otra, hasta que mis nudillos ya no pueden más, hasta que acabo sin fuerzas.
Imbécil. Por que te fuiste, porque? Vuelve, maldito cabrón, vuelve, quieres volver de una vez! Porque te fuiste, porque me hiciste esto! Si querías morirte, si pensabas dejarme sola, no haber aparecido en mi vida! Porque?
Cierro la puerta que alguien ha arreglado durante los días que no estado de un fuerte golpe, me da igual que se vuelva a romper. Lo he hecho para alejar a los curiosos que vienen a mirar como una joven chilla histérica y desesperada, llamando la una presencia incierta que la abandonó. Que la dejo sola. Mis gritos agudos te llaman, porque no vuelves? Los ahogo entre gemidos y sigo gritando rabiosa, golpeando todo aquello que se interpone en mi camino.
Mi puño impacta contra la ventana. Otra vez. Vamos Faye, déjalo ir. Deja de reprimir los sentimientos que te consumen por dentro. Eres débil, Faye. No puedes ocultar tus sentimientos, no te puedes mostrar indiferente a todo, porque no te da igual, Faye. Te duele. Arde en tu interior el deseo de venganza, te quema ese amor no saciado, ese amor no correspondido que por culpa de tu orgullo, si Faye, que por culpa de tu estúpido orgullo no fue correspondido, porque nunca llegaste a expresarlo con palabras, y a sabiendas de que Spike no sabía interpretar tus sentimientos los sellaste por siempre con aquellos silencios cada vez que surgía el tema del amor. Los sellaste por siempre con aquel beso que no te atreviste a darle, con aquel tiro que no te atreviste a dispararle, con aquellas palabras, que aún siendo tan sencillas no te atreviste a confesarle. Tan difícil era unir aquellas dos palabras para expresar un te amo? Tanto cuesta pronunciar te quiero?
No Faye, sabes que no. Que fuiste una cobarde toda tu vida. Que nunca te atreviste a hacer nada que hubiera podido lastimar tu maldito orgullo, sí , el culpable de tu soledad ahora, en estos días grises en los que no haces más que gritar y gritar, buscando señales de su existencia, que no encuentras, porque tu relación con él fue precaria, fue efímera, y ahora no encuentras en ningún lugar el rastro de aquel hombre que amaste, aquel hombre por el cual estás perdiendo ahora la razón.
He roto la ventana. Otra cosa más quebrada en mi vida. Me llevo las manos a las sienes y me las aprieto intentando controlar en vano mis acciones. Clavó las uñas. Duele. Pero no tanto como aquel adiós que no te dije…
Me siento en el suelo. Me tumbo. Respiro. Inspiro a la vez que sigo sollozando. Espiro dejando caer lágrimas inexistentes que solo están presentes en mi corazón. Inspiro. Expiro. Inspiro. Expiro. Cálmate Faye, así, muy bien. No llores, Faye, no vale la pena. Relájate Faye, así, muy bien. No te lamentes Faye, no vale la pena.
Me ha llevado más de cinco horas calmarme. Ya me he callado, no vale la pena gritar a alguien que no va a escucharme. Ya no lloro, no vale la pena derramar lágrimas por alguien que te dejo sola ya hace tiempo. Sigo respirando el aire a grandes bocanadas, como si estuviera falta de él, como si supiera que mi último aliento está cerca.
Me miro al espejo. Una desconocida me devuelve la mirada. Una desconocida envejecida por la melancolía que lleva dentro, envejecida por ese tiempo ya distante que pasó aletargada. Abro el grifo, sale el agua. Meto mis manos bajo el agua helada, intentando limpiar la sangre de la histeria que me consumió horas antes. Está llena de cortes. Duele. Pero no tanto como el saber que te he perdido para siempre…
Nota de la autora:
Las clases siguientes fueron tan aburridas que seguí pensando en una continuación, asi no es mi culpa, es de mis profesores, que si hicieran las clases algo más amenas... O si no nos expulsaran por hablar...O solo con que no las dieran... en, fin criticas, dudas, si por increible que parezca les ha gustado y demás a lovelyneko Reviews
