Syaoran Li/Saga Darklight

Kaleido Star

Un fantástico amor - Compromiso

Nota del autor:

No sé quien está más emocionado, si ustedes al leer mi historia o yo por ser quien la escribe. Nuestra historia está cerca de culminarse, hasta el momento creo que está claro lo que puede ser el amor; lo que nos brinda y recibe por la ilusión de compartir nuestra vida con esa persona especial. En mi opinión, esta es la pareja más hermosa que he visto en mi vida (hablando del Yuri).

Que no los aburran más mis palabras, sigan disfrutando de esta historia.

- Trama -

Disipadas las dudas del corazón; Layla y Sora están listas para regresar a Kaleido y enfrentar su destino, una prueba más es lo que deberán superar para que las puertas del mañana se abran completamente.

Un corazón sanado, un corazón herido, un lazo fortalecido. Esas fueron las consecuencias que trajo la decisión de Sora, quien finalmente aceptó sus sentimientos por Layla, porque era su corazón quien creía posible compartir su vida con ella. Los preparativos para su regreso estaban listos, las maletas en el porta equipaje del Jeep, así como sus tripulantes. Con Kalos al volante, las demás se limitaron a observar como el Gran Cañón se hacía más y más pequeño conforme se alejaban de él. Manteniendo su promesa, Layla y Sora guardaron las apariencias durante el trayecto, no era el momento adecuado para ello, pues un deber por cumplir les aguardaba.

-Crees que él guarde el secreto – murmuraba por lo bajo Layla, dándole a entender a Sora de quien estaba hablando.

-Confió en Ken, sé que nos ayudará mientras encontremos el momento correcto – fue la respuesta de Sora ante la cautela de Layla -. Lo que me preocupa en este momento es tu hombro, ¿te duele?

-Un poco, creo que puedo soportarlo.

-En cuanto lleguemos a Cape Mary le pediré a la señorita Kate que atienda tu lesión – sentenció Sora al tiempo que se aferraba al asiento debido al mal tramo de carretera por el cual atravesaban.

-Lo que en verdad me preocupa es Fool. Sigue sin reconocernos como dignas aspirantes.

-No tengo la menor duda en que nos aceptará, ya lo verás – aprovechando las condiciones del camino, Sora deslizó su mano para tomar la de Layla -. Tengo fe en que lo haremos.

El resto del camino hasta la pista de aterrizaje fue calmado. Ken, quien salió antes para tener todo listo en el avión, les esperaba frente a la escalinata del hidroplano que los conduciría directamente a su destino, el escenario Kaleido. Cuando abordaron Sora y Layla, Ken no pudo disimular muy bien el dolor que aún sentía dentro de sí, por más que lo intentara; así que se colocó sus gafas oscuras, hizo un par de señas a la torre de control y entró en la aeronave, cerrando la puerta con un golpe seco. Kalos llevaba en sus manos unos documentos que de seguro eran importantes porque no les quitaba la vista de encima, los leía una y otra vez. Ken por su parte fue directamente a la cabina del piloto para darle instrucciones de la ruta que tomarían y de paso aprovechó para quedarse en el lugar del copiloto. Anna, Mya, Charlote y Julie aprovecharon el tiempo del viaje para tomar una siesta, puesto que no arribarían a su destino hasta entrada la tarde. Layla y Sora ocuparon los asientos del final con la intención de poder tratar un poco el hombro de Layla sin que los demás lo notaran. Sora consiguió calmar un poco el dolor, aplicando suaves masajes sobre el músculo que estaba desgarrado, siendo esto un alivio para Layla. Fool les miraba de vez en cuando, en su semblante reflejaba un dejo de satisfacción al ver que sus dos estrellas encontraron el camino que las estaba conduciendo hasta su meta final. En un abrir y cerrar de ojos pasaron seis horas, el sol iniciaba su descenso por el oeste indicando el anochecer que se avecindaba; trayendo consigo la señal de que estaban llegando a su destino. Minutos más tarde el hidroplano redujo su velocidad para realizar su aterrizaje sobre las aguas del océano pacífico, despertando a las chicas de su siesta.

-¿Ya llegamos? – preguntó Mya en un vago intento por quitarse el sueño de encima.

-Velo tu misma – contestó Kalos haciendo a un lado los documentos -. Hemos llegado.

En efecto, a través de las ventanas del hidroplano alcanzaba a verse el escenario Kaleido, tan radiante como siempre. Cuando la nave por fin se detuvo junto al muelle anexo a la entrada principal, Ken salió de la cabina del piloto aún con los lentes oscuros. Abrió la puerta, descendió la escalera y bajó por ella. Los demás imitaron su ejemplo, siendo Kalos el último en bajar, agradeció al piloto por el viaje, tomó sus documentos para luego unirse al grupo de chicos que se encaminaban rumbo al escenario Kaleido. Pocos metros les separaban de la entrada principal cuando vieron a una gran multitud que los esperaba. Casi en su totalidad, el elenco que alguna vez compartió escenario con ellos les aguardaba, encabezando a este grupo estaba Jean (el padre de Marion).

-Bienvenidos a casa.

-Sean bienvenidos – se escuchó por parte de todos los chicos -. Los estábamos esperando.

-Finalmente nos dimos cuenta que el escenario Kaleido que Yuri administra es falso, porque nada más podrá reemplazar lo que antes lográbamos conseguir – fueron las palabras de uno de los trapecistas que estaban al frente del grupo, mientras que sus compañeros le apoyaban con una sonrisa.

-Chicos… "Sora"

-Ustedes… "Layla"

-Así que finalmente han regresado.

Todos voltearon para saber a quien pertenecía esa voz fría y sarcástica. No era nadie más que Yuri.

-Díganme – insinuó en tono sarcástico -. ¿El espíritu del escenario les ha dado su aprobación? – No hubo respuesta de nadie, hecho que hizo sonreír aún más a Yuri -. Lo sabía, la técnica fantástica no es más que un mito.

-Pase lo que pase llevaremos a cabo la técnica fantástica – exclamó tajantemente Layla, desafiando a Yuri con su mirada.

-¿Acaso no lo ves? Kalos sólo las utiliza para recuperar su escenario Kaleido, no le importa en lo absoluto lo que pueda pasarles.

-Cierra la boca.

-¡Admítelo! – vociferó Yuri levantando su brazo izquierdo señalando a Kalos -. No te importa arriesgar la vida de Layla o la de Sora, tal y como lo hiciste con la vida de mi padre. ¡Admítelo!

-¡Ya basta Yuri!

-De igual forma, no importa lo que hagan, el escenario Kaleido llegará a su fin.

-¿Qué dices? – musitó Layla, conteniendo su rabia.

-Sin importar que logren completar la técnica fantástica, después de la función de mañana el escenario Kaleido llegará a su final. No vale la pena que arriesgues tu vida Layla, no lo vale…

-¡¡Cállate!

Ante la mirada incrédula de todos los presentes, Yuri recibió una fuerte bofetada por parte de Layla, enviándolo directamente al suelo. Sin embargo el golpe fue más doloroso para Layla, quien no midió sus actos y utilizó su brazo derecho para abofetear a Yuri, provocándole un intenso dolor en el hombro. Como le fue posible, hizo un esfuerzo para no reflejar ese dolor en su rostro, en cambio, le devolvió una mirada fulminante a Yuri.

-Digas lo que digas, Sora y yo realizaremos la técnica fantástica – Yuri no podía creer que Layla lo había golpeado, contemplando como ella no le quitaba la vista de encima -. Sora, el día de mañana mostraremos nuestra fuerza, ¿entendido?

-De acuerdo – respondió ella, sabiendo que el hombro de Layla estaba soportando más castigo.

Después de ese frío recibimiento, Layla tomó camino a su camerino seguida por Sora. Como era de esperarse, encontró muchos arreglos florales a su nombre, la mayoría de admiradores que le deseban éxito en la interpretación del día siguiente. Ya estando solas en el camerino, Layla se desplomó contra la pared a causa del intenso dolor que le provocaba el hombro.

-No era necesario sobrepasarse con Yuri – le reclamó Sora mientras retiraba con cuidado el saco para ver en que condición se encontraba el hombro -. ¿Duele?

-Creo que el ligamento se ha roto – respondió débilmente Layla, comenzando a sentir como le fallaba la vista -. No iba a permitir que insultara nuestro trabajo, nos entrenamos por más de tres semanas para saber los pasos de la técnica fantástica, que Fool no nos haya aprobado aún no significa nada. ¡Ayyy!

-Tengo que llamar a la señorita Kate para que la revise.

-No lo hagas Sora – le suplicó Layla.

-Pero si no lo hago…

-Te lo suplico, no lo hagas; quédate a mi lado, ahora más que nunca necesito que estés a mi lado – casi con lágrimas en sus ojos, Layla le pedía que cumpliera con ese capricho. Esto hizo que Sora recordara las palabras de Fool, darle la espalda en ese momento era lo mismo que destrozar su corazón. Atendiendo a sus impulsos, no tuvo más remedio que acomodarse junto a Layla para poder abrazarla; en ese momento ella la necesitaba, y no iba a defraudarla.

-Gracias Sora…

-Layla, Layla, ¡Layla! – el cansancio llevó a Layla al desmayo, quedando en brazos de Sora.

Fool era un simple espectador de aquella escena; a pesar de lo conmovedora que fuera, no era tiempo todavía para aceptarlas. Desconsolada ante aquella situación, teniendo a Layla entre sus brazos, Sora no pudo hacer más que contemplar su hermoso rostro, esos ojos azules parecidos a dos luceros, su largo cabello que la hacía ver más atractiva. Era frustrante estar inmóvil, no tener la fuerza y la capacidad de hacer algo por ella, por Layla, por que no decirlo abiertamente, por la persona que amaba con todas sus fuerzas y que ahora estaba atravesando por un momento muy delicado. Quizás Yuri estaba en lo cierto, estaban arriesgando demasiado por conseguir un sueño… ¿valía la pena? Después de permanecer así por más de una hora, Sora decidió que lo mejor era llevarla al hospital, ya no le importaba nada más que el ver recuperarse satisfactoriamente a Layla. La pregunta era como, ya que ella sola no podría hacerlo. Sin embargo su respuesta estaba a punto de llegar. Alguien llamó a la puerta.

-Señorita Layla, ¿está usted ahí?

-Ken… - exclamó Sora al reconocer la voz de su amigo -. Ken, ayúdame por favor.

-Eres tú Sora, ¿qué está pasando? – preguntó el chico intentando abrir la puerta.

-Espera, enseguida te abriré – Cuando Ken entró al camerino de Layla, vio que ella reposaba recostada contra la pared junto a la marquesa -. Es Layla, no se encuentra bien.

-Oh no, tenemos que llevarla con un médico inmediatamente.

Con cuidado, Ken tomó entre sus brazos a Layla, mientras que Sora le colocaba una frazada encima.

-Muchas gracias Ken.

-No me lo agradezcas todavía, debemos llegar al hospital lo antes posible.

-Por favor, no le digas a nadie sobre la condición de Layla, o de lo contrario, se decepcionarán.

-Pero Sora – viéndola a los ojos, Ken entendió lo que pasaba en el corazón de Sora -. De acuerdo.

-Significa mucho para mí.

-En marcha.

Procurando que nadie los viera, Sora y Ken, con Layla en sus brazos, salieron del escenario Kaleido en el auto de Jean, ya tendrían tiempo de dar explicaciones, lo importante era llevar a Layla a un hospital para que fuera atendida de su lesión. Sora estaba resignada por completo, Layla era lo más importante en su vida y no iba a permitir que le pasara algo malo.

-Lo siento mucho.

-"Despierta mi pequeña niña, o de lo contrario…"

Continuará…

Un capítulo más y habremos terminado.

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