Llueve sobre mojado

Hoy llueve.

Caminamos lentamente, completamente empapadas, pero no nos importa. Nuestros pies entran en contacto con el suelo mojado, produciendo un sonido que sin sabe por que me envuelve de nostalgia. Ella camina dos pasos por delante de mí. Vivimos en lugares opuestos, ella se aloja en el norte y yo lo hago hacia el sur. Pero me da igual, quiero saber el motivo que le impulsó a volverse contra Giula, porque gritó histérica y porque la odia tanto como yo. Quiero saber porque la creía muerta, y porque hizo lo que yo deseaba más que nada en este mundo. Hacerle daño. Dañarla hasta que agonizara envuelta por el frío silencio de la muerte. La muerte que creía que los dragones rojos le habían dado hace más de dos años atrás.

Lou-Lou se para, sabe que quiero hablar con ella. Nos dirigimos al interior del portal de un piso abandonado, a punto de caer en ruinas, más o menos como el mío.

Ella se sienta y yo la imito, nos quedamos mirando como las gotas de agua caen verticalmente a consecuencia de la gravedad, deshaciéndose más tarde en el relevo irregular del oscuro pavimento.

Me pongo nerviosa y enciendo un cigarro torpemente. Me lo llevo a la boca, mientras las manos me tiemblan del frío y de las excesivas emocionas que me consumen es estos últimos meses. Lou-Lou me pide uno, no sabía que fumara. Se lo ofrezco y ella lo enciende con mayor habilidad que yo. A ella las manos no le tiemblan.

- Omitiste alguna parte de tu pasado? – Le pregunto sin rodeos

- Quizá tan solo lo olvidé

- Olvidar no es fácil

- Parece que para ti lo fue

Maldigo su capacidad para dar donde más duele.

- De que la conocías?

- A esa zorra? – Responde con desprecio – Alguna vez fue mi hermana

No me sorprendo. No se porque, pero debería haberlo imaginado. Nada tienen en común, esa rubia de ojos grises con la chica de pelo ondulado y morena que está sentada ahora a mi lado. Pero los silencios inquietantes, las miradas glaciales y las expresiones siempre impasibles de sus rostros me tendrían que haber caer en cuenta de que algún lazo de sangre las unía a las dos.

- Te acuerdas de lo que te expliqué? – Me pregunta mientras aspira el cigarro como si de aire se tratara- Ella tuvo la culpa de todo. Se fue de casa cuando tenía mi edad y cuando volvió, lo hizo junto a Vicious y sus secuaces dos años más tarde. Ya te expliqué lo que hizo con mis padres, pero yo aquel día no huí. Me cogieron y me llevaron con ellos, decían que les hacía falta una chica joven. Aquella noche conocí a Spiegel. Aquella noche, conocí el amor. Me convertí en una mercenaria de los dragones rojos. Me hacía pasar por una prostituta de la clase alta y todo aquel que pasara por mi cama, a la mañana siguiente aparecía muerto y yo, simplemente desaparecía. Creerías que estoy loca si te confesara que aquello acabó por gustarme. A mí misma me remuerde la conciencia.

Su aspecto de inocencia es solo una fachada. Eso ya lo sabía antes.

- A mí también me gustaría olvidar mi pasado. – Prosigue con su historia- Recuerdo todas y cada una de las caras de los hombres a los que maté. Recuerdo todas y cada una de las diferentes formas que utilicé para hacerlo. Recuerdo todos y cada uno de los gritos y suplicas que me hicieron, pidiendo piedad, arrodillándose ante mí solo con tal de que la espada, o la pistola en su defecto, que sostenía entre mis manos no acabara con su vida aquel día… Pero yo tan solo me limitaba a cumplir órdenes. Las ordenes que Giulia me daba.

Sigue lloviendo. Gota tras gota, vuelven a caer de nuevo, encogiéndome el corazón cada vez que tocan el suelo. Para más tarde acabar junto a las demás, y ser arrastrada por el viento hacia cualquier lugar incierto

- Tú… querías mucho a Spike? – Me pregunta Lou-Lou en un hilo de voz.

Toma mi silencio como obvia afirmación

- Y tú? – Me atrevo yo a romper el hielo

Tomo su silencio como obvia afirmación

- Sin embargo… - Dejo yo en el aire

- Él prefirió a Giulia – Acaba Lou-Lou está frase que por más que la repita me sigue haciendo un nudo en la garganta.

Ella y yo tenemos mucho en común

- Por que te fuiste? – Lo quiero saber

- Les vi un día hablando. Besándose, abrazándose. Amándose. No me pude quedar allí más tiempo. No para ver como el hombre de mi vida se escapaba de mis manos. No para ver como aquella arpía me lo arrebataba sin que yo pudiera remediarlo. No sabiendo que él nunca podría ser mío…

Lou-Lou y yo tenemos demasiado en común.

-Vas a volver a la taberna? – Se interesa Lou-Lou

Me encogió de hombros, yo solo necesito pensar. Siento mi mente nublada y no se que voy hacer ahora. Lo que el destino me depare, supongo

- Yo no – Me contesta Lou-Lou – Dile a Hudge, si le ves, que no volveré al antro. No si él sigue vivo…

Lou-Lou se marcha, envuelta en los mismos pasos que ha heredado de su hermana, se aleja entre las gotas de lluvia que ahora caen.

Yo sigo sentada, paralizada, en parte por el frío, en parte por las palabras de Lou-Lou que al parecer si que me han afectado más de lo que pensaba. Suspiro. Saboreo cada una de las caladas que lo doy al cigarrillo, ya prácticamente consumido, mientras veo como se incrementan los problemas en mi vida. Viendo como, hoy, llueve sobre mojado.