ENGAÑOS

CAPITULO 3: Solo por una vez

Sora no podía creer lo que oía. ¿Yamato Ishida, enamorado de ella? Contuvo la respiración, y luego dijo:

- Pero ni siquiera me conoces.

- Eso no importa. Me enamore de ti en el momento en que te vi.

- ¿Allí, a la luz de la Luna?- pregunto Sora, y Yamato asintió. Ella rió, despreocupada- la Luz de la Luna produce cosas extrañas. Mañana te vas a sentir diferente.

- Me voy a sentir exactamente igual- insistió el rubio- Trata de comprender.

- Pero, Yamato…- Sora se detuvo, porque no deseaba herirlo. Pero tenia que decirle la verdad.- Ya tengo novio. Taichi Yagami. Tu lo conoces.

- ¿Tai Yagami?- pregunto Yamato. Trato de buscar en su memoria, entre el torbellino de gente que había conocido los últimos días. Hasta que su cerebro consiguió fijar un par de ojos chocolate.- Claro- dijo- Moreno, buen mozo. ¿Juega al fútbol, no?

- Si. Es el mejor jugador del equipo. Espera a que lo veas en el partido del campeonato.- los ojos de Sora brillaban de orgullo- Entonces vas a ver…

- Yo no veo nada- respondió Ishida con terquedad.

Sora suspiro y le tomo una mano.

- Tu me caes muy bien. En serio. Pero no creo que pueda enamorarme de ti.

- ¿Cómo puedes estar tan segura? ¡Si ni siquiera me conoces!

- Porque lo se- respondió, aturdida, la pelirroja.

- ¿Por que?- la presiono -¿Soy tan poco atractivo.?

Los ojos de Sora se agrandaron por el asombro. ¿Acaso Yamato Ishida no sabia que era muy (N. de la A.:MUUUUUUUUUUUUUUUUYYYYYYYYYYYY) apuesto?

Como ella no respondió, Yamato repitió la pregunta.

- ¿Soy tan poco atractivo de verdad, de verdad? ¿Frankestein, tal vez?- torció la cara en una mueca horrible. Daba vuelta los ojos y ladeaba la boca de un modo horroroso.

- ¿O soy como Drácula?- dejo escapar un gemido sordo.- ¿o el jorobado de Notre Dame?- se inclino y curvo la espalda, como si tuviera una joroba.

Se lo veía tan ridículo que Sora no pudo contener la risa. Luego lo miro con aire critico.

- Bueno, no tienes tornillos en el cuello, así que no puedes ser Frankestein. Y no tienes colmillos, así que no puedes ser Drácula.

- Y tengo dos ojos, así que…

- No puedes ser el monstruo con un solo ojos.- completo Sora. Ladeo la cabeza, mientras lo examinaba.- Déjame pensar…- de pronto, chasqueo los dedos- ¡Tienes que ser Yamato Ishida!- exclamo- Y, de verdad, eres uno de los muchachos mas atractivos que he conocido.

- ¿No te va a dar vergüenza si te ven conmigo?

- ¡Oh, no lo creo!- bromeo la pelirroja- No eres totalmente perfecto, por su78puesto, y puedes tener unas cuantas fallas de carácter…

Yamato cambio el peso de su cuerpo hacia el otro pie.

- ¿Pero, además?

- Además, creo que puedes pasar la prueba.

El corazón del rubio se lleno de ilusión.

- Entonces, ¿por que no me das una oportunidad, Sora? Vamos, acepta.

Ella sacudió la cabeza, otra vez con rostro serio.

- Lo siento, Matt- preciso con suavidad-, pero ya te lo dije, salgo con Tai.

- Pero solo tienes diecisiete años- argumento Yamato- Eres muy joven para atarte a una sola persona.

En ese momento, Sora oyó la voz de Mimi, que se despedía de algunos amigos en la puerta principal.

- Yo también tengo que ir a despedirme- advirti

- No hay problema. Estar esperándote.

Le sonrió, pero con un aire tan triste que Sora tuvo que consolarlo con una promesa.

- Volveré en un minuto.

Mientras se alejaba con rapidez, sintió la mirada del joven que no la abandonaba.

Llego a la puerta al mismo tiempo que Akara Sasaki, del brazo de Daisuke.

- So- dijo con entusiasmo- esta fiesta fue fabulosa.

Daivis, con la simpatía y el buen humor que aun lo caracterizaban, hizo eco de su comentario.

- Claro que si- aseguro.

Sora acepto todos los cumplidos con elegancia y le otorgó todo el crédito a su hermanastra.

- Mi hermanita menor esta vez hizo realmente un buen trabajo

- ¿Por que no?- la secundo Mimi- Nada es demasiado bueno para mi hermana mayor.

Estaban despidiéndose de algunos invitados con esa alegría cuando Sora capto algo que le llamo la atención. No era mas que un destello plateado que salía de una melena castaña, pero le resulto extraño. Al fijarse mejor, se dio cuenta porque le era extraño. Esa melena pertenecía a Iori Hida.

- Iori- lo llamo, con un tono que dejaba entrever un poco de reproche.

El chico se volvió, algo asustado. Su rostro perdió las tensiones cuando se dio cuenta que era la pelirroja quien lo había llamado

- ¿Qué sucede, Sora?

"Pobrecito. Tiene tan solo doce años, es solo un niño. Debe sentirse cohibido, por no decir aterrado, entre tanta gente mayor"

- Me estaba preguntando porque no me mostraste tu ultima adquisición. ¿Era por eso que querías dejarte el pelo largo, verdad?

El chico Hida miro a todos los costados, para asegurarse de que nadie les prestaba mayor atención, antes de correr el cabello que le cubría las orejas.

Sora pudo contar una serpiente y una calavera en la oreja izquierda y un brillantito en la derecha. (Especialmente para CoNn-B, que pidió un Iori muy rebelde ^^)

- ¿Qué ha dicho tu madre?

- Aun no lo sabe.

- Pues díselo. No tardara en enterarse y es mejor que lo haga por ti y no por otro lado.

- Gracias Sora. Eres un amor.- el menor le brindo un afectuoso abrazo a la pelirroja

Mientras el castaño de ojos verdes se marchaba, los pensamientos de Sora volvieron A Yamato Y su afirmación de que era demasiado joven para tener una relación estable. Había oído la misma cosa millones de veces de parte de su familia, desde que estaba de novia con Taichi. Sora quería mucho a su madre y a su padrastro y sabia que le deseaban lo mejor y trataban de protegerla, pero ese era un tema en el que nunca se ponían de acuerdo. Se sentía tan feliz con Tai, que estaba segura de que nunca iba a ver otra persona en su vida. "Ni siquiera Yamato Ishida", pensó, mientras cerraba la puerta tras sus invitados y regresaba a buscar a Yamato.

Tenia miedo de que volviera a sacar el tema, pero ya tenia un argumento diferente.

- Tu tienes miedo, Sora. Ese es todo el problema.- sus ojos buscaron los de ella- ¿No es así?

Sora sacudió la cabeza.

- Por supuesto que no.

- Entonces, ¿por que no quieres salir conmigo? ¿Solo por una vez? Eso es todo lo que pido.

- No puedo, Yamato.

- No eres justa. Ni siquiera me conoces y ya tomaste tu decisión. ¿Por que?

Sora vacilo. Luego, pregunto con angustia.

- ¿Y que pasa con Tai?

- ¿Y que pasa conmigo?

Los ojos miel de Sora se llenaron de lagrimas. No le parecía justo que ella tuviera que cargar con la responsabilidad de la felicidad de Yamato. Quería ser leal con Tai, pero también quería mostrarse compasiva con Yamato. Y ahora estaba confundida y no sabia que hacer.

Lanzo una mirada a la habitación, luchando por contener las lagrimas que pujaban por salir. Luego volvió a concentrase en Yamato, mientras el insistía.

- Déjame llevarte a cenar, So. Pasa un par de horas conmigo. Realmente es un pequeño favor el que te pido.

La ironía del asunto la conmovió. La mitad de las chicas de Odaiba venderían sus almas por la posibilidad de comer con Yamato Ishida (N. de la A.: ¡¡¡Yo me anotoooooooo!!!), y allí estaba ella, vacilando.

"Tal vez debería salir con Matt", pensó.

Después de todo, el muchacho era nuevo en el pueblo y ella quería conocerlo mejor. Porque, sin lugar a dudas, no deseaba que se sintiera inseguro a causa de su rechazo. Y en realidad, racionalizo, eso no era una verdadera cita. Mas bien seria una comida entre amigos.

Hasta que por fin se estremeció y acepto, brindándole una sonrisa luminosa.

- De acuerdo, Yamato .Voy a salir contigo.

La premio con una sonrisa de felicidad tan intensa que avergonzaría al Sol.

Pero una vez que Sora pronuncio estas palabras, una nueva preocupación cruzo por su mente. ¡Tai! Iba a tener que contarle sobre esta comida con Yamato. Eso no podía evitarlo.

Por supuesto, no iba a pedirle permiso. Taichi no era su dueño, así como ella tampoco era la dueña de el. Pero siempre habían sido honestos el uno con el otro. Y la actitud decente era que le contara lo que iba a suceder. No tenia intenciones de engañarlo.

¿Pero como se lo podía decir? ¿Y cuando?

Lo mas pronto posible, decidió.

Lanzo una mirada por la habitación. Tai no estaba por allí, pero sus ojos se detuvieron en Mimi, que charlaba con Koushiro Izzumi. Sora se pregunto cual seria la causa ya que, por lo general, su hermanastra no le daba ni la hora.

Sora sabia que Koushiro era un encanto, pero no era la clase de chicos que Mimi prefería. Delgado y paliducho, con los ojos de un negro profundo y el cabello rojo encendido, Izzy no era feo, pero con seguridad tampoco era super buen mozo. Y cuando se trataba de relacionarse con chicas, en general se quedaba mudo o tartamudeaba, como le había sucedido a Yamato esa noche, cuando la conoció. Sin embargo, era un genio en Matemática. Y Sora había oído que con las computadoras era un verdadero mago.

Y ahora podía oír parte de la conversación que Mimi mantenía con Koushiro.

- Estoy simplemente fascinada por las computadoras. Totalmente fascinada.- Mimi agito las pestañas y encandilo a Izzy con una de sus sonrisas mas seductoras.

Sora se quedo con la boca abierta. ¿"Fascinada con las computadoras"? Mimi jamás había mencionado eso antes.

Entonces, el corazón de Sora se agito, al darse cuenta de que su hermanastra se traía algo escondido bajo la manga. Sora no estaba segura de cuales serian sus intenciones, pero en cambio, tenia la total seguridad de que, fuese lo que fuese, solo beneficiaria a Mimi. "Oh, Mi-chan," pensó "¿Cómo puedes hacer eso?"

Pero le resultaba muy difícil estar enojada con Mimi durante mucho tiempo. De hecho, en realidad, hasta sentía una puntada de melancólica envidia. Si al menos pudiera ser un poco como su hermanastra, pensó, la vida seria mucho mas simple. Entonces no tendría que preocuparse por herir los sentimientos de Yamato Ishida ni tampoco los de Taichi.

Pero ella no era como Mimi. Así que se obligo con firmeza a enfrentar los hechos. Tenia que decírselo a Tai, aunque estaba segura de que eso no iba a gustarle a su novio. Sin embargo, si la amaba y confiaba en ella, "y el lo hace", se dijo, iba a entenderla.

Sora estaba tan ensimismada en sus pensamientos, que no oyó lo que Yamato le estaba diciendo. Levanto la vista y vio que el muchacho la miraba, pendiente de su respuesta.

- Lo siento- le dijo- Me parece que estaba soñando despierta.

- No importa- respondió el rubio, mientras caminaban hacia la puerta-, solo quería saber si el sábado próximo te parece bien.

Sora negó, moviendo la cabeza

- No, no es posible. Esa es la noche de Tai. Siempre salimos los sábados.

- ¿Entonces el domingo?

Sora pensó durante unos minutos y luego asintió.

- Es el cumpleaños de la madre de Taichi- explico- El va a pasar todo el día con su madre.

- ¿Entonces?- insistió Yamato, mientras llegaban al final del hall.

- El domingo esta bien- acepto

- El domingo- dijo Yamato, abriendo la puerta. Antes de salir, la beso en la mejilla- es grandioso. Y te llamare el miércoles por la noche, ¿de acuerdo?

- Si- respondió Sora- llámame el miércoles- pero tan pronto como dijo estas palabras, se apodero de ella una terrible premonición. "No va a salir nada bueno de esta cita" pensó "¡Nada bueno!"

No obstante, había hecho la promesa y la cumpliría. Lo único que podía esperar era que sus temores fueran infundados.

PROXIMO CAPITULO: "Celos y confesiones"

¿Comentarios? A mi e-mail: eowyn_soyyo@hotmail.com o en un review.

¡Sigan leyendo!