Notas Iniciales: ¿Qué? ¿Pensaban que se habían librado de mi tan rápido? No señores, yo soy como una plaga y acá hay "engaños" para rato.
Pero vamos a lo realmente importante. Responder reviews!!!
(primero que nada quiero darles las gracias por ser "niñas buenas" y hacer "la tarea", porque me dejaron más reviews, como yo les había pedido. Y llegue a los 99!!!! No pierdan la costumbre!!!!)
Haru-Darkdi-Lisun: Solo una pregunta, ¿cual de las tres lo esta leyendo? Es que me gustaría saberlo. ¿Con qué pareja pienso terminar? ¡¡¡Secreto de Estado!!!!
Conny-B: Bonita charla la que tuvimos el otro día. ¡¡¡¡Aguanten las escritorAS latiniamercanAS!!!!! Acá esta el capítulo y nop, yo no creo que Mimi sea hueca (si, quizás parece un poquito en el fic, pero en este cap. Traté de no hacerla tanto) ¡¡¡Nos vemos!!!!
Carla morgendorffer: me alegro de que te guste…. ¿y así que piensas que si no termina en Sorato no tendría trama? Jeje, ya veremos (mejor dicho, ustedes verán, porque yo ya tengo planeada toda la historia, ¡¡¡¡hasta escribí el último capítulo!!!!!) ¡¡¡Sigue leyendo!!!!
SoR@- IsHiDa: la verdad es que me "gusta que te guste" (válgame la redundancia ¬¬), porque por lo que se ve y vos me has dicho en reviews de otros fics, te gusta el Sorato. ¡Gracias por el comentario!
Leticia: me halaga que hayas elegido mi fic para volver a leer Digimon pero dime, ¿por qué dejaste de hacerlo? ¡¡¡¡Suerte!!!!
Dragon: ¡¡¡¡Amiga!!!! ¿Así que tus clases de Diseño gráfico te están "chupando la vida" (según tus propias palabras)? No te quejes, te apuesto lo que quieras a que, en 1º de secundaria, vos no tenías que lidiar con materias como Latín, Griego y Francés. En lo personal, lamento horrores tu alejamiento de la red (me faltan nuestras charlas, tus historias, tus comentarios), pero espero que, cada tanto, puedas hacerte un "huequecito" para nosotras. Gracias, de todas formas, por el e-mail. Cuídate mucho y te dejo sufriendo con la historia ^^.
ENGAÑOS
CAPITULO 5: Jugando con el genio, pensando en el Dios
Sora esperaba a Mimi en el pequeño Fiat color blanco. Esa semana, Naomi Takenouchi se quedaba en casa, ya que se tomaba unas vacaciones de su trabajo en la floristería, y había dado permiso a Sora de conducir el coche, para ir y volver del colegio. Después de un tiempo que parecía interminable, la pelirroja hizo sonar la bocina.
Al oír ese sonido, Mimi salió abruptamente de la casa y se sentó al lado de su hermanastra. Se había puesto una minifalda color celeste y un suéter con escote en V, haciendo juego.
Sora lanzó una mirada ansiosa a su reloj y luego salió con cuidado por el sendero.
- Siempre estás apurada, So- comentó la pelirrosada- ¿Por qué no haces como yo? Saca de tu muñeca esa pequeña bomba de tiempo y tírala. De verdad no tiene importancia si llegamos al colegio después de que suene la campana.
- Tal vez para ti sea así- respondió Sora- pero no para mí.
- Tal vez si ellos me dejaran conducir…- ese "ellos" se refería a los "padres" de las chicas, que habían prohibido a Mimi conducir debido a que aún no había llegado a la mayoría de edad.
- Pero ellos no te van a dejar conducir- señaló la colorina, con voz calma- Así que si quieres ir en coche, tienes que hacerlo conmigo. Y será mejor que estés lista cuando yo lo estoy.
- ¡Oh, So! Por la forma en la que hablas podrías ser una abuela o algo parecido. No sé que es lo que te sucede.
- A mi no me pasa absolutamente nada. Para tu información…
- Para la tuya- interrumpió Mimi- todo el tiempo estás nerviosa, estás actuando como si fueras un monstruo de la disciplina. Y espero que no nos encontremos con Matt. Es muy probable que lo espantes (sí, sé que la hago parecer hueca hablando siempre de él, pero prometo que esta vez tiene un buen punto)
- Eso no tiene absolutamente nada que ver conmigo- dijo Sora con enojo.
- Eso te puede parecer desde tu lugar. Pero para mi…- Mimi abrió la cartera para sacar un cepillo, ya que con la agitación, el cabello comenzaba a salirse de su prolijo recogido- …me parece que cada vez que mencionó a Yamato me quieres cortar la cabeza.
Sora se inclinó hacia delante, concentrándose en la carretera. Mimi permaneció en silencio, pero la pelirroja ni siquiera lo notó. Seguía tan preocupada por la cada vez más cercana fecha de la cita con Ishida, que no podía pensar en ninguna otra cosa.
Las mismas preguntas seguían resonando en su mente, y había comenzado a considerarse como una especie de disco rayado, detenido en el mismo surco, girando y girando sin cesar. ¿Cómo iba a contarle a Tai lo de Yamato? ¿Y que pasaría si alguien descubriera esa cita y se lo contaba a Mimi? Eso podía destruirla.
Sora confiaba en que, para entonces, Mimi ya se hubiera olvidado de Yamato. Sin embargo, ahora tenía la sensación de que su hermanastra no tenía otro tema de conversación que no fuera él…
En ese momento, Tachikawa anunció:
- ¿Sabes una cosa, Sora? Voy a encontrarme con él después de clase.
La mente de Sora estaba tan perdida en sus pensamientos que no había notado cuando su hermanastra había comenzado a hablar. Pero al oírla, se enderezó de golpe en el asiento y le dirigió una mirada de asombro.
- ¿Yamato Ishida?- preguntó.
- ¡Sora!- reclamó enfuruñada Tachikawa-, no oíste una palabra de todo lo que dije. Acabo de decirte que tengo un asunto muy serio para tratar con Koushiro Izzumi, después de clase, así que no voy a volver a casa contigo.
- Por mi no hay problema- respondió Takenouchi. "Pero pobre Kou", agregó para si misma. Porque para el muchacho eso significaría solo problemas.
Koushiro esperaba a Mimi a la salida del Colegio Secundario de Odaiba. El muchacho miraba con ansiedad hacia todos los lados y luego controlaba su reloj. Cinco minutos más tarde, volvió a consultarlo. Cuando finalmente diviso a la pelirrosada, que se acercaba sin ningún apuro, una expresión de alivio apareció en su cara. La saludo con la mano y esperó a que ella se acercara.
Mimi le dedicó una sonrisa, cuidadosamente calculada. Luego comenzó a hablar a toda velocidad.
- ¡Oh, Izzy! Es absolutamente maravilloso que te tomes todo este tiempo y todo este trabajo, para mostrarme como funcionan las computadoras.
Parecía tan entusiasmada, que el corazón del pelirrojo casi se detuvo. Su rostro cambió de color hasta un súbito escarlata, y murmuró, con incomodidad:
- Vamos, Mimi, es… esto no es nada.
- ¡Koushiro!- lo reprendió ella con asombro- ¡No digas eso! ¡No es así!
Se acercó al joven y apoyó la cabeza en su hombro. Él se retorció y se hizo a un lado, más incómodo de lo que había estado en toda su vida.
- Entonces, vamos- dijo, tragando saliva- Será mejor que empecemos de una vez.
Mimi rió amargamente para sus adentros. En realidad, se sentía algo apenada por el pelirrojo. Era un buen chico y todo, pero… imaginarse que ella estaba interesada en él era demasiado. La pelirrosada sintió una punzada de culpabilidad al darse cuenta de que lo estaba usando.
Pero Mimi lo necesitaba en ese momento, así que subió al coche de Kou. Mientras el muchacho conducía hasta su casa, Tachikawa le lanzó una mirada de adoración. Conversaba con él, pero su mente estaba ocupada en Yamato…
- Es tan ridículo- insistió- Estoy viviendo en el siglo XX y no sé ni una sola palabra sobre computadoras.
- Vamos Mimi. Lo mismo dice un montón de gente. Te vas a sorprender cuando veas que sabías muchas cosas.
- ¡Koushiro! Ya te dije que apenas puedo multiplicar…
- Eso no tiene ninguna importancia con las computadoras- continúo Izzy, obstinado.
- Bueno… no sé que pensara la computadora- sonrió Mimi, con auténtica timidez- Pero yo sé lo que sé y lo que no sé.
Koushiro detuvo el coche ante su casa.
- Vamos a averiguarlo- dijo-
Entraron en la casa, y luego de saludar a la Sra. Izzumi, se dirigieron a la habitación del muchacho. Había una cama contra la pared, una silla al costado. También había un placard y una biblioteca, pero la mayor parte de la habitación estaba ocupada por lo que el pelirrojo llamaba su "centro de trabajo": una computadora, un escáner, una impresora y demás accesorios. En un escritorio adjunto, descansaba una Pineapple amarilla.
- Es bastante bonita, ¿verdad?- acarició con orgullo la computadora, de la misma manera en que la mayoría de los chicos de su edad acarician a sus autos.
- Es impresionante- convino Mimi- Pero todavía no tengo idea de cómo funciona. Lo que quiero decir es que me parece que debe de ser muy difícil, ¿no?. Con todos esos aparatos y todas esas cosas de las que estar pendiente…
- Es fácil, Mimi. Ven, deja que te muestre- Koushiro, encendió la computadora, sacó un disquete, y comenzó a explicarle con tanta concentración que casi ni se fijaba en la pelirrosada. Mimi pensó que era la primera vez en su vida que debía competir con una máquina.
Tachikawa estaba muerta de aburrimiento mientras escuchaba. Las computadoras no le interesaban en lo más mínimo. Sin embargo, si aprendiera bastante como para impresionar a Yamato y hacer que la invitara a salir, iba a valer la pena. ¡Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por Yamato!
Koushiro no tenía idea de lo que pasaba en la mente de Mimi. Así que continúo en sus explicaciones, usando palabras como FORTRAN y CP/M. Luego sugirió que Mimi hiciera ella misma un programa.
Lo hizo con tanta facilidad que el pelirrojo estaba fascinado.
- Ves- le dijo con una de sus típicas sonrisas tranquilas- Te dije que podías. No necesitaste mucho tiempo, y mira todo lo que aprendiste…
Mimi lo premió con una sonrisa tan cálida que casi lo derrite.
- Nunca hubiera podido hacerlo si no fuera por ti- declaró con completa sinceridad. Pero le pareció que era poco, así que continuó.- Tú lo haces tan fascinante. Apuesto a que si tu fueras el profesor de matemática en el secundario, nunca tendría problemas.
Los ojos negros de Koushiro brillaban con afecto.
- También puedo ayudarte en Matemática- sugirió con esperanza.
- Nadie puede- respondió la pelirrosada, con un suspiro desgarrante. Sacudió la cabeza, pensando en los problemas que tenía en esa materia- Absolutamente nadie.
- ¡Deja eso en su lugar!- gritó Sora, mientras Mimi salía del placard de su hermanastra llevando el nuevo enterito color blanco de esta- ¡Ese es mío!
- Ya s que es tuyo, So - comentó Tachikawa, caminando hasta el espejo. Levantó el enterito y se lo puso delante para mirarse.- No estaría en tu placard si no fuera tuyo.
- Pero a mí me da la impresión de que va a terminar en tu placard.- comentó Sora.
Estaba acurrucado en su cama, con un libro abierto frente a ella. Al bajar la vista, se dio cuenta de que hacia diez minutos que no daba vuelta la página.
Cerró de golpe el libro y lo dejó caer al piso.
- De todos modos, ¿para qué lo quieres?
- Quiero usarlo- respondió Mimi, agitando la cabeza.
- Eso es lo que había pensado- gruñó la pelirroja
- ¿No te parece que me quedaría absolutamente grandioso?- preguntó encantada la pelirrosada.
- Podría ser- admitió Takenouchi- si te dejara usarlo.
- Pero antes siempre me prestabas tu ropa-argumentó Mimi.
- Eso era antes- murmuró Sora- Pero ahora es distinto.
Mientras colgaba el enterito en el placard de su hermanastra, Mimi era la imagen de la sorpresa. Luego, se sentó en la cama de la pelirroja, le apoyo una mano en el hombro, y le preguntó, con tono afable.
- ¿Qué es lo que sucede contigo, So?
Sora sacudió la cabeza.
- No lo sé- dijo apática. Se le humedecieron los ojos.- Lo siento Mi-chan. No quería actuar así. Por supuesto que puedes usar mi enterito. Y, de todos modos, es probable que te quede mejor a ti que a mi.
- ¡Oh, Sora!- la pelirrosada le echó los brazos al cuello- Eres la persona más buena, más generosa y de mejor corazón en el mundo entero. (Cerca, cerca…)
Takenouchi la miró con una sonrisa triste.
- ¿No estás exagerando un poquito?- preguntó.
- Pero es verdad- insistió Mimi- Y también eres la mejor escritora. Esa última nota que escribiste para el periódico, enloqueció a todos.
- Gracias- respondió Sora, con simple modestia.
La nota era sobre la computadora que Masaharu Ishida, padre de Takeru y de Yamato, había regalado para la Secundaria de Odaiba. Era para que la usaran para tener al día las calificaciones de los alumnos. Según el artículo de Sora: "Esta nueva computadora será una bendición para el equipo de profesores y la Administración. Ya no habrá fichas perdidas, informes incorrectos., ni demoras para entregar las calificaciones. La escuela Secundaria de Odaiba se lanza a la ola del futuro."
El consejero estudiantil del periódico, se había entusiasmado tanto como Mimi.
- Este fue tu mejor artículo- le aseguró a Sora, confiando en que ese elogio la sacaría del humor sombrío en que esta se encontraba.
Pero la pelirroja solo había sonreído sin ganas.
- Gracias Sr. Flecher. Me alegro de que le guste- luego, al recordar otra vez la cita con Yamato, volvió a sentirse apesadumbrada.
Pero ese artículo también hizo que Mimi recordara a Yamato. Y el párrafo sobre que no habría demoras con las calificaciones, le hizo acordar de sus malas notas en Matemática. La "ola del futuro" de la que hablaba Sora, pensó con amargura, la iba a borrar del grupo de las animadoras, ya que una de las reglas para pertenecer a este grupo era que, si tenían un aplazo, las echaban del grupo.
Mimi había perdido prácticamente todas las esperanzas, cuando, esa tarde, tomó el periódico. Y leyó otro artículo sobre computadoras. Hablaba sobre unos chicos a los que llamaban hackers que se habían metido en las terminales de las computadoras a través de todo el país. Incluso se sospechaba que habían alterado datos almacenados en ellas.
Tachikawa se preguntó como serían esos chicos. Era probable que fueron unos genios en matemática. Y unos antisociales, como Koushiro Izzumi.
Entonces, una idea la golpeó con tanta fuerza que la hizo tambalearse.. si ellos podían entrar en las computadoras, ¿no podría hacerlo Koushiro?
No lo sabía. Ni siquiera sabía si se iba a animar a preguntárselo.. no obstante, valía la pena intentarlo. Y, por cierto, que sería mucho mejor que no anulara su cita con Kou esa noche, para quedarse en su casa sola, enfuruñada y sollozando.
Se alegró de no haber cancelado su cita cuando él fue a buscarla en su coche y la llevo a un restaurante de las cercanías.
- ¿Sabes?- dijo Kou, mientras comía su cena-, realmente eres fantástica.
Mimi río, quitándole importancia.
- Apuesto a que le dices eso a todas las chicas- le respondió con una vieja y muy usada frase.
- No, no lo hago, Mimi. Porque-se sonrojo violentamente, y sus mejillas tomaron el tono de su cabello- no salgo con chicas.
Tachikawa le sonrió tristemente. Se estaba empezando a cansar. Quizás, en otras circunstancias, podrían haber sido buenos amigos. Pero no ahora. Le dolía en el alma lastimarlo.
- Entonces tengo el honor de ser la primera.
- Además- continuó el pelirrojo, bajando la cabeza, apenado- es realmente increíble la forma en que captas todo lo que te explique sobre la computadora.
Mimi sacudió la cabeza y clavó la vista en la mesa.
- Pero casi no sé nada- dijo afligida
- No es así, Mimi.
- ¡Oh si lo es!- suspiro para demostrar su desesperación, por el rabillo del ojo, espió la expresión de Izzumi.
Era una mezcla de felicidad y amor. La conciencia de la pelirrosada le daba retorcijones.
- Has sido maravilloso conmigo, Kou.- susurró.
El pelirrojo clavó en los ojos miel su profunda mirada azabache.
- Vamos, Mi-chan. Sabes que haría cualquier cosa por ti.
- ¿Lo harías?- quiso corroborar la pelirrosada.
- Claro. ¿Hay algo que quieres?
- Si, hay algo- bajo la vista, sinceramente avergonzada.- Pero detesto pedírtelo.
- Te dije que haría cualquier cosa.
- Pero tal vez ni tú puedas hacer algo en este asunto.
- Puedo intentarlo- se ofreció Izzumi.
- ¿Enseñarme matemáticas? ¿Y hacer que pueda pasar este curso?
De pronto, Koushiro se irguió y adquirió un aspecto de gran seguridad.
- ¿Eso es todo? Claro, puedo hacerlo. Y también garantizar los resultados.
A pesar de que él había sonado tan convincente, Tachikawa habló con cierto mal humor.
- Es demasiado tarde para eso.
- Vas a sorprenderte. ¿Quieres que veamos matemática el jueves?
La mirada de Mimi prometía eterna gratitud.
- ¿Podemos hacerlo, Kou?
- Claro, ¿a qué hora?
- No lo sé. ¿Por qué no me llamas mañana y nos ponemos de acuerdo?
- Esta bien- asintió el pelirrojo.
- Discúlpame un momento- pidió Mimi- Voy al lavabo.
En cuanto estuvo fuera del campo visual de Izzumi, Tachikawa echó a correr. Iba a vomitar de culpa si permanecía un instante más en su presencia.
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Notas de la Autora: ¿Qué tal? ¿Qué les pareció? ¿Le dejará la conciencia de Mimi seguir con esto hasta el final? ¿Y que es lo que quiere en realidad al pedirle a Kou que la ayude en Matemática? ¡¡¡¡Todo esto en los próximos capítulos!!!!
P.D.: Como Ya les dije, llegue a los 99 reviews y solo me falta 1 para llegar a 100. Hay una sorpresa para quien sea que lo deje.
¡Gracias por leer!
Estrella de la Tarde
