CAPITULO 2: LA APUESTA DE SHURA
Isis había salido corriendo detrás de un hombre que le había robado su teléfono celular. Fácilmente lo alcanzó: sus habilidades y su velocidad como jugadora de medio campo le facilitaron eso. Lo siguió dentro de un oscuro callejón, y de una zancadilla lo hizo caer al suelo. El teléfono celular cayó de las manos del ladrón y se desplazó a medio metro del hombre. Isis levantó el aparato del suelo.
Lo lamento mucho, pero tengo que hacer una llamada de larga distancia muy importante- dijo ella, tomando el celular.
Me las vas a pagar, mocosa- dijo el hombre, poniéndose de pie de mal humor.
La chica palideció. El sujeto era al menos veinte centímetros más alto que ella, corpulento, y tenía una gruesa varilla de metal en su mano derecha. Además, no había por donde escapar: ella misma se había metido tras él a un oscuro callejón
Inconscientemente dio un paso atrás y sintió su espalda contra la pared. Sintió una gruesa gota de sudor en su frente mientras el hombre avanzaba hacia ella y alzaba amenazante la varilla. Cerró los ojos, esperando el golpe, pero éste nunca llegó. Abrió los ojos y no podía creer lo que veía.
Dos chicos altos habían llegado. Uno, de cabellos negros, le había quitado la varilla con la mano derecha, y con la izquierda lo había golpeado, sacándole todo el aire. El otro, de cabellos castaños, solo miraba la escena, como pensando que sería demasiado abuso ayudar a su compañero.
El teléfono celular era de la señorita, ¿no es así?- dijo el chico de cabellos negros- no tiene nada que pagarte, así que vete de aquí o te rompo algo...-
El delincuente no dudó de sus palabras, palideció y salió huyendo tan pronto como el otro lo soltó. Isis se quedó mirando la escena, sorprendida, y sintió un ligero escalofrío al darse cuenta de lo que pudo haber pasado si los dos chicos no hubieran llegado.
¿Está bien, señorita?- dijo el chico de cabellos negros.
Sí, gracias- dijo Isis, aún sorprendida.
No debería hacer de perseguir ladrones una costumbre- dijo el mismo chico- algunos delincuentes pueden llegar a ser muy peligrosos...-
Lo sé, lo siento mucho- dijo Isis, algo apenada- me di cuenta de ello demasiado tarde...-
No importa- dijo el otro chico, el de cabellos castaños- al menos estamos tranquilos de que no te ocurrió nada malo...-
Muchas gracias a los dos, chicos- dijo Isis.
No fue nada- dijo el chico de cabellos castaños- además, Shura hizo todo el trabajo...-
Gracias- dijo la chica de nueva cuenta- yo me llamo Isis...-
Yo soy Shura- respondió el caballero- y él es mi amigo Aioros-
Un gusto conocerlos, Shura, Aioros- dijo Isis, mirándolos alternadamente. Luego se llevó las manos a la cabeza- ¡por Alá! Debo volver pronto al restaurante, o mis compañeras o se preocuparán por mí o me asesinarán, una de las dos...-
De acuerdo- dijo Shura- te veremos luego-
Cuídate- añadió Aioros con una sonrisa- y no sigas persiguiendo delincuentes...-
Lo tomaré en cuenta- sonrió Isis- gracias, chicos...-
Después de despedirse de los dos, Isis volvió corriendo al restaurante, y a su plato de arroz con pollo.
¡Isis! ¿Dónde habías estado?- preguntó su amiga Roxana- tardaste siglos...-
Larga historia- respondió ella- y créeme que no quieres saber...-
Pruébame...- dijo Roxana, levantando el plato de Isis- ¡mesero! ¿Podría volver a calentar este plato?-
Pero la comida china recalentada no borró una peculiar sonrisa que Isis tenía en los labios.
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Un par de días después, todo siguió su curso normal en el Santuario. Selene, Lily y Milekha habían comenzado sus lecciones bajo la instrucción de Marín, porque Shaina se negaba rotundamente a enseñarles. A pesar de que Marín era su amiga, eso no significó que el trato sería especial para ellas.
Bueno, para empezar, tienen que dar doscientas vueltas al Santuario- dijo Marín.
¿Qué?- exclamaron las tres.
Ya me escucharon- dijo Marín con un tono que no admitía excusas, poniéndose las manos en la cintura- y sin hacer trampa, Lily-
Lily hizo una mueca. Ya había comenzado a flotar un par de centímetros en el aire. Las tres chicas suspiraron, resignadas. Si querían aprender a tener un cosmo como el de sus novios, tenían que practicar. Y hablando de los chicos, ellos las observaban desde la entrada al recinto de las amazonas.
¿Ya les vieron las caras?- dijo Milo con una sonrisa algo malvada.
Claro- dijo Camus con la misma sonrisa.
Esta es una buena venganza por arrastrarnos al centro comercial endemoniado...- dijo Milo. Mu sonrió ligeramente.
¿Qué hacen, chicos?- preguntó Aioria. Con un gesto, Milo señaló hacia las chicas, y el caballero de Leo sonrió- ¿no creen que es un poco cruel?-
Mmm... no- dijeron Milo, Mu y Camus al mismo tiempo. Aioria sonrió.
Al menos mi novia ya es amazona...- dijo Aioria.
¿Qué hacen, chicos?- dijo Aioros, llegando con Shura, pues los dos se habían encontrado cuando Máscara Mortal y Afrodita los relevaron de sus puestos de vigilancia.
Ver a sus novias sufrir- dijo Aioria antes de que los otros pudieran responder- Marín les está enseñando a usar sus cosmos...-
Uy...- dijo Aioros- van a tener algunos problemas con ello. Tal vez Lily no, pero Selene y Milekha sí los tendrás, porque ellas no habían estado en contacto con los cosmos...-
Bueno, eso nos da más tiempo...-dijo Milo.
Yo no contaría con ello- dijo Aioros seriamente- cuando terminen su entrenamiento de hoy, no van a estar muy contentas que digamos con ustedes...-
Exageras- dijo Milo.
Shura alzó las cejas al ver a las chicas corriendo. Aioros tenía mucha razón: ellas no iban a estar nada contentas cuando terminaran de correr, y mucho menos si a Milo se le ocurría reírse de ellas. El caballero de Capricornio sonrió al imaginarse a Lily convirtiendo a Milo en un caracol o algo parecido.
Es sábado- dijo Aioros a Shura, sacándolo de sus pensamientos- ¿tienes algún plan para esta noche?-
¿Bromeas?- dijo Shura- hoy es sábado de fútbol. Iré al estadio a ver el equipo de Atenas contra el de Bilbao...-
Creí que tu equipo era el de Madrid- dijo Aioros.
Sí, pero ellos fueron eliminados por Atenas- dijo Shura- sin embargo, Bilbao también es de España, y les dará su merecido...-
Como sea- dijo Aioros, poniendo los ojos en blanco.
¿Quieres venir?- dijo Shura con una sonrisa maliciosa- te apuesto un café a que tu equipo pierde- añadió poniendo énfasis en las palabras 'café' y 'tu'.
¿Mi equipo?- dijo Aioros- oye, ¿desde cuando la rivalidad? Todo el mundo sabe que Atenas es el mejor equipo del mundo...-
¿Apuestas?- dijo Shura, extendiendo su mano. Aioros sonrió y la tomó.
Un café- dijo Aioros- pero te advierto que será el más caro...-
Estoy conforme, porque de todas maneras vas a perder- dijo Shura- te veré más tarde... iré a comprar las entradas-
Oye, Shura- dijo Aioros, un tanto indeciso.
¿Qué pasa?- preguntó el caballero de Capricornio.
¿Crees que pueda... llevar a una amiga al juego?- dijo Aioros.
Shura lo miró incrédulo, y Aioros se sonrojó ligeramente. Un partido de fútbol no era el mejor lugar para una cita, pero...
Está bien- dijo Shura- pero con una condición-
¿Cuál?- preguntó el caballero de Sagitario.
Que me acompañes a comprar las entradas- dijo Shura- que me cuentes que sucede con esa chica... ¡y nada de mentiras!-
Aioros dejó escapar un suspiro y asintió. Ya lo había ocultado bastante tiempo.
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Ese día en das Kaffe Haus, Giselle seguía trabajando. Miró el reloj con una sonrisa. Faltaban cuarenta minutos para las cinco de la tarde. En menos de una hora sería libre por el fin de semana.
Recogió los trastos sucios de una de las mesas y limpió un poco de café que se había derramado sobre ella.
Ya casi terminamos- dijo Giselle al pasar junto a la barra.
Eso quisiera yo- dijo Frida, dando un bostezo.
En ese momento un hombre entró al local. Al verlo, Giselle hizo una mueca. Era el mismo hombre de hacía dos días, que había estado regresando a diario, a la misma hora y no dejaba de mirar a Giselle.
Ahí viene tu cliente favorito- dijo Frida.
El sarcasmo no te va, Frida- dijo Giselle, mandándole una mirada de hielo. Se introdujo a la cocina para evitar ser vista por ese hombre. El sujeto no le agradaba para nada, y no creía que tuviera buenas intenciones para con ella.
¡Giselle!- gritó Frida desde fuera de la cocina, un par de minutos después- un chico quiere verte-
Giselle la ignoró, y abrió la llave del agua, pretendiendo que no escuchaba porque estaba lavando los trastes sucios. Un par de minutos después, Frida entró a la cocina, cerró la llave del agua y casi sacó arrastrando a Giselle de ahí.
No, Frida- dijo Giselle, mientras trataba de evitarlo- no quiero ver a ese...-
No es ese sujeto, Giselle- dijo Frida- es otro...-
¿Otro?- dijo Giselle, sorprendida- ¿entonces quien...?-
Mucha fue su sorpresa cuando no se encontró con el joven rubio que se la había pasado los dos días anteriores siguiéndola con la mirada, sino vio a Aioros sonriente en la entrada de la cocina.
¡Aioros!- exclamó Giselle.
Buenas tardes- sonrió el caballero- ¿es un mal momento?-
No- dijo Giselle, ahora con una amplia sonrisa, secándose las manos con su delantal y quitándose un rubio mechón de su rostro, para luego llevarse las manos a la cintura- no, para nada...-
Menos mal- sonrió Aioros- yo... em...quería- se aclaró la garganta- bueno, si tu quieres, y si sales temprano hoy, no se si pudieras...-
¿Qué dices?- sonrió Giselle- ¿me... estas invitando a salir?-
No, bueno, sí- dijo Aioros algo nervioso- Shura me pidió que lo acompañara a ver el fútbol, pero... me gustaría mucho si tú nos acompañas. Entiendo si no quieres- añadió rápidamente- pero... la verdad me gustaría mucho que fueras...-
Está bien- dijo Giselle, interrumpiéndolo- me encantaría ir contigo...-
¿Lo dices en serio?- dijo Aioros, sin dar crédito a sus oídos.
Claro- sonrió ella- de hecho...- se volvió a ver el reloj. Ya eran las cinco de la tarde con cinco minutos- ya estoy libre. Solo dame un par de minutos para...- y señaló su delantal.
Por supuesto, yo te espero-le respondió Aioros. Giselle sonrió y entró a la cocina a lavarse las manos y a quitarse el delantal. Una vez que lo hizo casi salió corriendo. Frida le lanzó una mirada de desaprobación que la chica rubia ignoró por completo.
Lista- dijo Giselle a un sonriente Aioros- vamos-
Aioros sonrió y le ofreció su brazo. Ambos salieron del 'das Kaffe Haus' con una enorme sonrisa. Mientras lo hacían, alguien los siguió con la mirada.
Scheisse...-
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¡Aioros, llegas tarde!- dijo Shura, con los brazos cruzados y tres boletos en su mano derecha.
Lo siento- dijo el caballero de Sagitario, revisando su reloj- ¡espera! No llegué tarde, llegué a tiempo...-
Menos mal- dijo Shura.
¿Y qué me dices?- dijo Aioros- ¿conseguiste buenos asientos?-
Excelentes- dijo Shura- ¿y qué me dices de ti? ¿Sigue en pie la apuesta?-
¿Qué apuesta?- preguntó Giselle.
Si pierde Atenas, Aioros tendrá que invitarme un café- dijo Shura- si pierde el equipo español, cosa que es imposible que suceda, yo se lo invitaré a él-
Giselle rió en voz baja. Los tres entraron al estadio, y fueron a los asientos que Shura había conseguido. La verdad, los lugares eran muy buenos. Podían ver desde ahí la banca del equipo de Atenas.
¿Y qué quieres para ver perder a tu equipo, Aioros?- dijo Shura- ¿palomitas, refresco, cerveza?-
Nada, gracias, amigo- sonrió Aioros- y mi equipo no va a perder...- y se volvió hacia Giselle- ¿tú quieres algo?-
Giselle sacudió la cabeza con una sonrisa, que el caballero de Sagitario le devolvió.
¿Porqué tardan tanto?- dijo Shura, impaciente, mirando alternadamente el reloj y el campo- ¿porqué las mujeres tardan tanto tiempo en cambiarse, aún en ponerse un uniforme de fútbol?-
¿Mujeres?- dijo Aioros, abriendo los ojos desmesuradamente- no me digas que este campeonato es de mujeres-
¿No lo sabías?- dijo Giselle a su vez, un tanto sorprendida- es de lo que todo el mundo está hablando. El equipo de Atenas es el favorito para ganar esta noche- añadió.
No me digas...- dijo Aioros, lanzándole una mirada de burla a Shura.
En tus sueños, Aioros- dijo el caballero de Capricornio.
Buenas noches, damas y caballeros- dijo el comentarista por el micrófono- bienvenidos al Estadio Nacional de Atenas. Esta noche se lleva a cabo el partido de semifinal del torneo femenil... el Deportivo Bilbao contra el Atlético de Atenas. Un aplauso por favor...-
Vaya, esto va a estar bueno- dijo Shura, aplaudiendo.
Démosle la bienvenida al equipo Deportivo de Bilbao- dijo el comentarista una vez que dejaron de aplaudir. Una vez que las once jugadoras entraron al campo, continuó- y ahora, el Atlético de Atenas, bajo las órdenes de la entrenadora Palikov: Alejandra Villa, Yareli Milonet, Roxana Bregma, Edna Maltos, Zugheire Fitler, Felicity Ramos, Isabel Lesboa, las hermanas Emily y Ashley Selmont, Carolina Johnson, Gabriela Serrano, que es la portera suplente, y la nueva estrella del equipo: la egipcia Isis Mohamed-
Shura miró a las jugadoras, sorprendido, mientras caía la oleada de aplausos y ovaciones. Sintió el leve codazo que Aioros le propició, pero el caballero de Capricornio no reaccionó de manera alguna.
Shura- dijo Aioros en voz baja, al ver la expresión sorprendida de su amigo- ¿que te sucede?-
Es ella, Aioros- dijo Shura, sacudiendo la cabeza para volver en sí y tallándose los ojos- Isis Mohamed... es la chica del otro día...-
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CONTINUARÁ...
¡Hola! No, no inventé sus nacionalidades... se supone que Camus es francés y Máscara Mortal italiano, ¿no? ¡No me vuelvan más loca, por favor! De hecho, el caballero de Cáncer es siciliano... ¿y adivinen quien estará en Sicilia en agosto?
Espero que les haya gustado este segundo capi, aunque sé que estuvo más cortito. Se agradecen bastante los reviews.
Abby L. / Nona
