CAPITULO 3: LAS DOS CITAS
No puedo creerlo- dijo Aioros al ver a la jugadora que Shura le había indicado.
¿Qué sucede, Aioros?- preguntó Giselle, un tanto sorprendida de la reacción de los dos caballeros.
Aioros le explicó lo que había sucedido hacía un par de días después de que ellos habían salido del café, y como Shura le había dado su merecido al tipo que había querido robarle el teléfono celular a la chica que ahora sabían que era la jugadora estrella del equipo de Atenas.
Ya veo- dijo Giselle. No pudieron proseguir con su conversación, porque el comentarista siguió hablando al terminar de acomodarse las jugadoras en sus posiciones.
Ya la capitana Ana Sánchez del Bilbao, y Zugheire Fitler, del Atenas, se han dado la mano- dijo el comentarista- la árbitro es la señorita Gabrielle Desailly, de Francia, ya está en el campo. ¡Y el partido comienza!-
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Ese sábado en la noche hubo una reunión de caballeros dorados, de bronce y amazonas en el templo de Atena. Saori se percató de la ausencia de dos de los caballeros dorados.
¿Dónde están Shura y Aioros?- preguntó Saori.
Salieron, Atena- dijo Shion- hoy era su día libre, y fueron al fútbol...-
¿Fútbol?- dijo Saori, haciendo una expresión de disgusto- ¿a quien se le ocurre perder el tiempo en esa tontería?-
Los presentes reaccionaron de manera diferente. Todos los caballeros hicieron una mueca. Lo que no darían ellos por pasar una noche en el estadio de fútbol. Las amazonas se aclararon la garganta, como queriendo decir: "¿A quién se le ocurre perder el tiempo en esa tontería? ¡A ellos dos y al resto del sexo masculino en el mundo!"
Bueno, no vinimos a quejarnos sobre lo que están haciendo Shura y Aioros, ¿cierto?- dijo Shaina de mal humor- ¿porqué nos llamaste?-
Tenemos algo importante que discutir- dijo Saori- dentro de un mes habrá un gran baile aquí en el Santuario...-
Todos la miraron sorprendidos, incluso Shion.
¿Disculpe?- preguntó el Patriarca.
Como escucharon- dijo Saori- habrá un gran baile, al cual asistirán Julián Solo, Hilda, otros representantes de los dioses en la tierra, varios de mis socios y gente importante de alta sociedad. Por esa razón- continuó la diosa- quiero que el Santuario esté impecable para ese día. La fecha es el día primero de septiembre...-
Su cumpleaños...- murmuraron los caballeros en voz baja. Shion se llevó la mano a la frente. Les gustara o no, tenían que obedecer a la diosa.
Algo más- dijo Saori- los caballeros dorados tendrán que conseguir parejas, porque van a abrir el baile, y...-
¿Qué?- la voz de Máscara Mortal resonó sobre los murmullos de los demás. El caballero de Cáncer cruzó los brazos de mal humor- yo no bailaré...-
Más te vale que sí lo hagas- le dijo Saori en un tono que no aceptaba reclamaciones. El caballero de Cáncer la miró con verdadero odio, como si quisiera cortarle la cabeza y hacer una nueva colección comenzando con ella.
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Mientras tanto, en el estadio...
El equipo ateniense va perdiendo tres goles a dos, favor el equipo de Bilbao- dijo el comentarista- y quedan quince minutos de juego. Pero no hay que olvidar que el equipo de la entrenadora Palikov tiene buena experiencia en dar la vuelta al marcador, como lo hizo con el equipo de Portugal...-
Creo que perdiste tu apuesta, mi estimado amigo Aioros- dijo Shura con una gran sonrisa- el equipo de Bilbao va ganando...-
Esto no se acaba aún, mi estimado Shura- dijo Aioros en el mismo tono, haciendo una pausa en la conversación que tenía con Giselle, y señalando hacia la cancha- tu nueva 'amiga' puede echarte a perder tu momento...-
Shura le lanzó una mirada de incredulidad, y volvió su vista al partido. La joven egipcia tenía el balón, y se lo pasó a una chica rubia muy cerca de ella.
Isis Mohamed pasó el balón a Zugheire Fitler. La talentosa chica alemana, igual que la griega Yareli Milonet, hace perfecto equipo con la egipcia. Zugheire pasó el balón a Yareli... Isis está libre, pero Yareli prefiere tirar por su cuenta y... ¡falla!-
Hubo un fuerte abucheo en el estadio.
¡Yareli!- gritó la entrenadora Palikov, visiblemente enfadada con su delantera- ¿qué demonios te sucede? ¡Hay otras diez jugadoras dentro del campo, no solo tú!-
La corpulenta jugadora lanzó una mirada furiosa a la entrenadora, y luego otra a Isis. Esta no se inmutó y siguió jugando.
Gabriela Serrano recupera el balón para Atenas- continuó el comentarista- lo pasa a Zugheire Fitler. La delantera alemana mira a su alrededor. Isis Mohamed está marcada por la número ocho del equipo de Bilbao, y Yareli Milonet está libre... ¿pero qué hace? ¡Mandó un centro a Isis! El pase es demasiado largo, será difícil que... ¡no puedo creerlo! ¡Gol de Atenas!-
Shura se quedó mirando con la boca abierta. Jamás había visto nada parecido, ni siquiera en el fútbol masculino. La chica había logrado alcanzar el balón con su impresionante velocidad, y rematarlo justo en la esquina superior de la portería. Luego recordó el incidente con el bandido y el teléfono celular.
Increíble- murmuró Shura.
¿Cómo te quedó el ojo, amigo?- rió Aioros.
Aún no ganas tampoco, Aioros- dijo Shura- es un empate, no cantes victioria...-
Pero ¿qué sucedió?- dijo el comentarista- la defensa de Bilbao cometió una falta sobre Isis Mohamed. El equipo de Atenas tiene el penalti...-
¡Rayos!- dijo Shura. Aioros y Giselle sonrieron. Si Atenas metía ese gol, tomarían la delantera.
La delantera Yareli Milonet va a cobrar- dijo el comentarista- se perfila y... ¡gol! ¡Atenas va ganando cuatro goles a tres!-
¡No!- exclamó Shura, y sus dos acompañantes se echaron a reír. Pasaron unos minutos sin que ocurriera nada importante en el partido.
La árbitro ha marcado el final del partido- dijo el comentarista por fin- ¡Atenas gana cuatro goles a tres sobre Bilbao y pasa a la final del campeonato!-
Las chicas del equipo ateniense gritaron de alegría, y fueron corriendo con la entrenadora, quien también estaba feliz. Shura, por su parte, se dejó caer en su asiento con el entrecejo fruncido y los brazos cruzados.
Creo que perdiste una apuesta, amigo- dijo Aioros.
Si quieres pagarla en el café donde trabajo, tal vez pueda hacerte un descuento- añadió Giselle, riendo y haciendo reír a Aioros. Shura frunció el entrecejo aún más.
Ya, fuera de mi vista, los dos- dijo Shura, malhumorado- ya me las arreglaré con ustedes más tarde...-
Aioros se echó a reír, y acompañó a Giselle fuera del estadio. Tras un par de minutos en los que el orgullo del caballero de Capricornio se sentía herido, Shura dejó caer la bolsa de palomitas al suelo y se levantó de mal humor. Iba a salir del estadio cuando una voz lo detuvo.
Oye, tú, espera- dijo la voz- yo te conozco...-
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¿Y adonde dijiste que iba a ir Giselle?- preguntó un hombre joven a la cajera del das Kaffe Haus. No iba solo, lo acompañaba un hombre algo mayor, calvo y que llevaba un parche en uno de sus ojos. Frida alzó una ceja.
Un chico la invitó a salir- dijo fastidiada la cajera, mascando con fuerza su chicle.
¿Un chico?- dijo el hombre joven, alzando ambas cejas al escuchar eso- ¿el chico que vino hace rato?
Sí, así es- dijo Frida, mascando ruidosamente su chicle- esa niña bonita salió con un muchacho que viene aquí a este negocio muy seguido, y es bastante bien parecido...-
El hombre joven que tenía delante frunció el entrecejo.
¿Y cómo se llama?- dijo el hombre.
Mmm...- pensó Frida- empieza con la letra 'a'. Era Aiono, Aioko, Aio...-
¿Aioria?- dijo el hombre mayor, frunciendo el entrecejo también.
No, Aioros- dijo Frida por fin- se llama Aioros, estoy segura...-
Ya veo- dijo el hombre mayor. El otro, el joven, le echó una mirada interrogante que fue ignorada. Ambos agradecieron a la cajera y salieron del local.
Esto es muy interesante- dijo el hombre mayor.
A ver si me dices de que se trata esto, René- dijo el joven.
¿Acaso no lo sabes, Michael?- dijo el hombre mayor- ¿no te suena ese nombre?-
¿Conoces de casualidad...- dijo Michael- a ese hombre llamado Aioros?-
Debe ser su hermano- dijo René.
¿El hermano de quién?- demandó Michael.
Creo que te ayudaré- dijo René tras guardar silencio y meditarlo por un par de minutos- podré recuperar lo que perdí- sacó un teléfono celular y marcó unas teclas.
¿Qué fue lo que perdiste?- dijo Michael, desesperado.
René lo ignoró.
¿Hola?- dijo el hombre mayor, hablando por teléfono- ¿cómo están Sandie y Maggie?-
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Eres Shura, ¿cierto?- dijo una voz femenina.
Shura se volvió, para encontrarse cara a cara con la joven egipcia que había sellado la pérdida de su apuesta contra Aioros.
Cierto- dijo Shura- Isis Mohamed, ¿no es así?-
Sí- sonrió ella- me da mucho gusto volver a verte, en serio...-
Sí, a mí también- dijo Shura- juegas excelente. Me da gusto que hayan ganado- añadió con un toque de amargura en su voz.
¿En serio?- dijo Isis- no lo parece...-
Lo siento- dijo Shura, algo apenado- acabo de perder una apuesta con mi mejor amigo...-
Uy, lo siento mucho- dijo Isis, llevándose la mano a la frente, como si hubiera olvidado algo- debí haberlo sabido... creo que debí haber dejado que el otro equipo ganara...-
Shura rió.
No, no es para tanto- dijo Shura- solo un café...-
¿Y tanto circo por un café?- dijo ella.
No por el café- dijo Shura- me dieron en mi orgullo-
Pues entonces no seas tan orgulloso- dijo la chica, dándose un amistoso golpe en el brazo- iré a darme una ducha y a cambiarme, te veré luego, supongo-
Sí, supongo- dijo Shura. Antes de que Isis entrara a los vestidores, Shura la llamó- oye, espera-
¿Sí?- dijo ella.
Acabas de llegar a Atenas, ¿no?- preguntó Shura, y ella asintió- supongo que aún no conoces la ciudad...-
Isis parpadeó, y luego sonrió y sacudió la cabeza.
No, no la conozco- dijo Isis- solo sé el camino del estadio a mi casa y de regreso-
¿Te gustaría salir ahora?- dijo Shura- quiero decir, cuando termines de cambiarte... mi amigo Aioros está saliendo con una chica, y no me gusta mucho que digamos ser su chaperón...-
Isis acentuó su sonrisa.
Claro que sí- dijo ella- dame unos minutos...-
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Un baile, un baile- murmuró Aldebarán- nos traerá de meseros, marquen mis palabras...-
No creo que sea tan malo, Aldebarán- dijo Kanon con una sonrisa un poco extraña.
Así es- dijo Saga, entre dientes- Kanon solo escuchó que Julián Solo también vendría, y no hay nada que le quite esa sonrisa de idiota que tiene...-
¿Y tú de que te quejas, Saga?- dijo Afrodita- al menos tú sí tienes pareja-
Y casi todos nosotros- dijo Milo- excepto tú, Máscara, Shura, Aioros y Alde...-
Gracias, Milo, eres de gran ayuda para tus amigos- dijo Aioria, poniendo los ojos en blanco.
Esa idea del baile es una porquería- dijo Shaina de mal humor.
¿Y no será porque no tienes pareja?- dijo Milekha en tono burlesco, abrazando a Camus por la cintura. La amazona le lanzó una mirada asesina, y se fue.
¿Sabes? No debiste decir eso- dijo Melody.
Tal vez no- dijo Milekha- pero se lo merecía...-
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Shura miró al reloj, impaciente. Eran ya las nueve.
Lamento mucho la tardanza- dijo Isis. Shura quedó con la boca abierta al verla. La joven egipcia llevaba puestos unos jeans y una blusa roja de manga larga. Traía un suéter color negro y zapatos del mismo color. Se había secado el largo cabello color negro, y sus mejillas estaban dulcemente sonrojadas.
Vaya...- dijo Shura, aún con la boca abierta.
¿Vaya qué?- dijo Isis, algo nerviosa, mirando asustada al caballero- ¿me veo rara?-
Shura salió de su asombro y se aclaró la garganta.
Te ves muy linda- dijo Shura.
Bueno, gracias- sonrió Isis- ¿nos vamos?-
Shura asintió, y salieron a reunirse con Aioros y Giselle, quienes platicaban muy animados mientras los esperaban.
Listo, chicos- dijo Shura.
Hola, Isis- dijo Aioros, sonriendo al verla- me da gusto verte de nuevo...ya no has perseguido bandidos, ¿cierto?-
Desistí- dijo Isis.
¿Tú eres Isis Mohamed?- dijo Giselle, abriendo los ojos desmesuradamente al ver a la acompañante de Shura. La joven jugadora asintió- juegas genial...-
Gracias...- dijo Isis, un tanto apenada.
No, muchas gracias a ti- dijo Aioros- nos ayudaste a ganar una apuesta...-
Tras esto, Aioros y Giselle se echaron a reír, haciendo que Shura frunciera el entrecejo. Isis no pudo evitarlo y también rió por lo bajo.
Traidora- dijo Shura, cruzando los brazos y fingiendo molestia- por tu culpa perdí un café, y ahora te ríes de mí...-
Eso los hizo reír de nuevo.
Bueno, basta de tonterías- dijo Aioros- vamos a cenar, porque me muero de hambre... Shura se acabó todas las palomitas...-
Mientras las dos parejas se alejaron caminando en la noche, un par de ojos azules los miraba a través de unos binoculares.
Vamos... ríe todo lo que quieras... pero pronto recuperaré lo que me quitaste...-
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CONTINUARÁ...
¡Hola! Perdón por la tardanza... planeaba actualizar desde ayer, pero no me dejaba...
Bueno, espero que les esté gustando el fic hasta ahora, y agradezco bastante los reviews recibidos hasta ahora.
¡Gracias por seguir leyendo!
Abby L. / Nona
