CAPITULO 8: UNA NOCHE MUY LARGA
Marín despertó al escuchar el sonido de un motor. Abrió los ojos, y se encontró rodeada de oscuridad. ¿Dónde estaba? De pronto lo recordó todo. ¡Ese sujeto había vuelto! Y no le daba precisamente gusto volver a verlo.
Recordó que René Gressus era el asesino más temido de toda Alemania, y que había sido contratado hacía tiempo por un rico alemán llamado Henrich Kohn para secuestrar a Melody del Santuario.
La amazona miró a su alrededor. Estaba encerrada en una habitación, y su máscara estaba hecha añicos en el suelo. Sabía exactamente lo que había sucedido. Trató de encender su cosmo, pero no pudo. No se sorprendió de ello, pues algo semejante le había sucedido la última vez que había visto a ese hombre.
Cuando se inclinó hacia delante, vio a una chica rubia profundamente dormida en el suelo junto a ella. Era esa chica Giselle, la misma que había llegado al Santuario con Aioros. Si ella supiera el enorme peligro que ambas corrían, no estaría dormida.
Marín sacudió ligeramente a Giselle, para hacerla despertar. Esta tuvo la misma reacción. Tardó unos segundos en recordar lo que había sucedido.
¿Te encuentras bien, Giselle?- dijo la amazona. La chica asintió- bien, mantente alerta, porque tenemos que tener cuidado...-
¿Porqué nos trajeron aquí, Marín?- preguntó Giselle- ¿quiénes son esos sujetos?-
Marín sabía bien de quien se trataba, pero se encogió de hombros. Si Giselle tenía la más remota idea de quien se trataba, tendría un ataque de pánico, pues Marín recordaba bien que la chica era alemana.
No lo sé exactamente, Giselle- dijo Marín - lo que no sé es porque te trajeron a ti también, pues tú no perteneces al Santuario...-
¿Qué haremos?- preguntó la chica rubia, comenzando a ponerse nerviosa.
No tengas miedo- dijo Marín como para tranquilizarla- tenemos que tener cuidado, porque estos sujetos son peligrosos...-
Ya se dará cuenta ella sola, mein Schartz- dijo una voz fría y cruel. Una voz que Marín conocía muy bien. La amazona pelirroja se colocó entre Giselle y la puerta, por la cual entraron dos hombres y una mujer.
¿Qué demonios te propones ahora, René Gressus?- dijo Marín entre dientes. El hombre sonrió, y Marín recordó como la fea cicatriz le deformaba el rostro. Un leve grito de sorpresa escapó de los labios de Giselle.
Yo me vengaré de lo que me hiciste hace un par de meses, ¿lo recuerdas?- dijo René Gressus- tú y tu noviecito Aioria se portaron muy valientes...-
¿Eso es todo tu plan maligno?- dijo Marín en tono sarcástico- entonces deja ir a Giselle; tu asunto es conmigo...-
Eso ya lo sé- dijo René- pero esa chiquilla tiene un asunto pendiente con alguien de mi familia...-
¿Tu familia?- dijo Marín, alzando una ceja, incrédula- ¿acaso tienes más familia que los dos dinosaurios que tienes por mascotas?-
René Gressus soltó una fuerte risotada, que hizo que ambas chicas sintieran un escalofrío.
Sí, claro que tengo familia- dijo René, una vez que dejó de reír. El chico que estaba detrás de él dio un paso adelante- les presento a mi sobrino, Michael Gressus...-
¡Pero si eres tú!- exclamó Giselle.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
Aioros, Aioria, Mu y Shura llegaron al das Kaffe Haus. Shaina se había quedado en el Santuario, y casi había tenido que encadenar a Lily y a Milekha para evitar que los siguieran, pues ninguna de las dos chicas quería ser dejada atrás.
Bien, ese sujeto dijo que las habían traído aquí- dijo Aioros, forzando la puerta del local. Los cinco entraron, pero no encontraron a nadie.
¿Hola? ¿hay alguien aquí?- dijo Aioria
Oh, sí, claro, te van a contestar- dijo Shura, poniendo los ojos en blanco.
Separémonos y busquemos- dijo Mu, para calmar los ánimos.
Los cinco se separaron por todo el local. Aioros y Shura revisaron en el segundo piso, mientras que Aioria y Mu buscaban en el mostrador, la cocina y entre las mesas del primer piso.
Nada arriba- dijo Shura.
Y nada abajo- dijo Aioria, no muy contento- ese idiota nos mintió...-
Aioros se dejó caer sobre un escalón, y se llevó las manos a la cabeza. No podía creer lo que estaba sucediendo. Ahora Giselle estaba en peligro con ese maniático de René Gressus, y todo por su culpa.
No del todo- dijo Shura de pronto, mirando por la ventana. Señaló al edificio frente al local donde se encontraban- miren... hay una luz dentro de la fábrica abandonada-
¿Una fábrica abandonada? ¿Y había una luz encendida dentro? Todos sonrieron.
Ahí están- dijo Aioria- vamos...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
¿Qué rayos quieres?- dijo Giselle.
Muy sencillo- dijo Michael Gressus- que vengas conmigo de vuelta a Alemania y que seas mi esposa...-
¿Qué yo que?- dijo Giselle- tú eres el sujeto que me ha estado siguiendo por todas partes... y hablaste con Frida para que me convenciera de...-
Exactamente- la interrumpió Michael- y le pagué muy bien por ello. Pero basta de charlas... ¿aceptas?-
Giselle estuvo a punto de gritar que prefería dar un paseo dentro de un barril por las cataratas del Niagara, pero se contuvo, pues sabía delante de quien estaba.
Pero...- dijo Giselle para ganar un poco de tiempo- ¿qué pasará con Marín?-
No sé que quiera hacer mi tío con ella- dijo Michael, mientras René Gressus sonreía malévolamente de nuevo- pero si no quieres que él haga otro tanto contigo debes aceptar mi propuesta...-
Giselle frunció el entrecejo. No podía creer lo que estaba sucediendo, mucho menos que hacía veinticuatro horas todo había parecido perfecto. De pronto recordó a Aioros.
Estás loco- dijo la joven alemana con convicción- si crees que con amenazas me vas a convencer...-
Veo que la chica que elegiste no es muy brillante, Michael- intervino René Gressus- no sabe lo peligroso que es articular esas palabras juntas...-
Con estas breves palabras, Marín comprendió lo que sucedía. Giselle estaba en una situación parecida a la de ella hacía unos meses. De pronto, sintió el cosmo de Aioria aproximándose, y sonrió levemente. Tal vez tenían aún una oportunidad de escapar sanas y salvas, pero tenía que ganar un poco de tiempo.
Él tiene razón, Giselle- dijo Marín- deberías aceptarlo...no te conviene hacerlo enojar-
¿Qué dices?- dijo Giselle, sorprendida por el comentario de Marín. Si bien es cierto que no la conocía bien, no creía que hubiera dicho eso en serio.
No importa lo que le digas a la chica para ganarte nuestro favor, Marín- intervino René Gressus- de todas formas, tú ya estás perdida...-
Marín frunció el entrecejo y trató de encender su cosmo. Lo logró, aunque muy débilmente. La amazona del águila sonrió. Ya era hora.
Ahora verás lo que hago con quieres ven mi rostro sin mi consentimiento- dijo Marín en tono amenazante, colocándose de nuevo entre Giselle y los dos hombres. René Gressus encendió su cosmo también.
Marín...- dijo René- sabes bien que en el momento en que mi piel toque la tuya volverás a caer... ¿porqué vuelves a retarme, si sabes que no puedes ganarme?-
Tal vez ella no puede- dijo una voz masculina- pero yo sí...-
¡Aioria!- exclamó Marín.
¿Cómo demonios nos encontraron?- gruñó Michael.
Uno de tus sirvientes nos lo dijo- dijo Aioria.
¿Qué?- dijo Michael- pero ninguno habla otra lengua más que el alemán...-
Y por suerte, Milekha habla ese y otros seis idiomas más- dijo Aioros en tono alegre, quien había entrado al edificio junto a su hermano. Detrás de ellos venían Shura y Mu.
Aioros...- murmuró Giselle.
Así que este es el caballero que me ganó el cariño de Giselle- dijo Michael, tronándose los nudillos- bien, bien, creo que este es el momento en que midamos fuerzas, para ver quien la merece más, ¿no?-
Tengan cuidado- dijo la mujer que estaba con René y Michael- saben bien de lo que son capaces los caballeros...-
Los caballeros apenas entonces notaron su presencia.
¿Y tú quien demonios eres?- dijo Marín. Todos pudieron ver la sonrisa de la mujer. O mejor dicho, su blanca dentadura, pues estaba cubierta por la oscuridad.
No es tu asunto- dijo cortantemente René Gressus.
René tiene razón- dijo la mujer, y se volvió hacia los dos alemanes- me voy, tengo un asunto pendiente que atender en la ciudad. No tarden mucho, y no sean tan malos con los dos de atrás, acaban de llegar de Egipto... te estaré esperando allá, tío-
Mu y Shura se miraron entre ellos. Efectivamente, acababan de volver de Egipto con Isis y su familia. Pero ¿cómo lo sabía ella?
¿Cómo...?- comenzó Shura, pero la mujer ya había desaparecido.
Es hora de ver quien merece más a las chicas- dijo René, encendiendo su cosmo. Michael hizo otro tanto.
Lo haremos nosotros- dijo Aioria, volviéndose a Shura y Mu- este asunto es mío y de Aioros...-
Tienes razón- dijo Mu, dando un paso atrás. Shura lo imitó.
Además, dudo mucho que necesiten de nuestra ayuda- dijo Shura, apoyándose en la pared.
La batalla comienza ahora- dijo Michael.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
Milo y Camus se quedaron haciendo guardia en la entrada del recinto de las Amazonas, para asegurarse de que ningún otro intruso se acerque, y de paso, enterarse de lo que había ocurrido.
Que extraño- dijo Camus, una vez que hubo escuchado el relato de Milekha- ¿recuerdas a René Gressus, Milo?-
Desgraciadamente sí- dijo Milo, reprimiendo un escalofrío- esa vez terminé inconsciente. Además, ese malvado tenía dos cocodrilos sobrealimentados...-
Milekha y Selene rieron por lo bajo.
¿De qué se ríen las dos?- dijo Milo- es cierto. Ese hombre estaba loco...-
Ojalá todo salga bien, y que Marín no esté lastimada- dijo Selene- Aioria la quiere mucho...-
Milo y Camus asintieron, de acuerdo con ella, y pensando en lo mal que se sentirían si un maniático como René Gressus se atrevía a poner uno de sus dedos sobre Selene y Milekha, respectivamente.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
La pelea entre los dos alemanes y los caballeros de Leo y Sagitario fue muy breve. La ira de Aioria y el poder de Aioros pudieron mucho más que todo el cosmo de los dos Gressus.
Scheisse- murmuró René Gressus, levantándose del suelo con esfuerzo y apoyándose en una de las paredes.
No seas grosero- dijo Aioros con su casi inextinguible buen humor.
Me niego a perder...- dijo Michael Gressus- me niego...-
Ya perdiste, amigo- dijo Shura, quien junto con Mu solo miraron la masacre que los dos hermanos habían propiciado al par de engreídos alemanes.
Cantan victoria muy pronto- dijo René Gressus, deformando su rostro de nueva cuenta con su horrenda sonrisa y dando algunos pasos hacia la salida- nosotros estamos vencidos, sí, pero aún tenemos una última carta que jugar...-
¿De qué estás hablando?- dijo Aioria.
Ya verás- dijo René Gressus.
Y tengo un mensaje para ti, caballero- jadeó Michael Gressus, dirigiéndose a Shura y caminando también hacia la salida de la fábrica- tu querida amiga egipcia no podrá jugar el partido de mañana...-
¿Qué dices?- dijo Shura, apretando los dientes- ¿cómo...?-
Ya lo verás- dijo Michael.
No, mi querido Michael, no lo verán- lo corrigió René. De su bolsillo, sacó un extraño control remoto, y se arrastró hacia la puerta junto con su sobrino- no vivirán para verlo.. hasta nunca, caballeros...-
El mercenario oprimió un botón y salió corriendo del edificio. Dentro de él, ocurrió una enorme explosión. Aioria y Aioros cubrieron a las dos chicas con sus cuerpos, aunque sabían que las armaduras doradas no serían suficientes para detener la onda explosiva.
¡CRISTAL WALL!-
Mu los había salvado, haciendo aparecer una pared de cristal.
Y ese lunático de René Gressus volvió a escapar...- dijo Marín, una vez que el humo de la explosión se dispersó.
Gracias, Mu- dijo Aioria, y luego se dirigió a Marín- ¿estás bien?-
Marín sonrió y abrazó a Aioria con fuerza, como si su vida dependiera de ello.
Muchas gracias por salvarme, Aioria- dijo Marín- y perdona por haberme enojado contigo por esa tontería...-
No te preocupes- sonrió Aioria- gracias a los dioses todo esto ya terminó...-
Aún no ha terminado- dijo Aioros, dirigiéndole una mirada a Shura- amigo, deberías ir a su casa para ver como está ella...-
Shura asintió.
¿Ella?- preguntaron Marín y Aioria al mismo tiempo.
Iré contigo- se ofreció Mu- tal vez necesites ayuda...-
Nosotros dos pondremos a salvo a Marín y a Giselle en el Santuario- dijo Aioros con una mirada significativa a su amigo- espero que tengan suerte, Shura...-
Yo también- dijo Shura- vamos a casa de Isis, Mu...-
Los dos caballeros desaparecieron, teletransportándose gracias al poder del caballero de Aries. Aioros y Aioria se miraron entre sí.
¿Quién es Isis, Aioros?- preguntó Aioria. Aioros y Giselle se echaron a reír.
Estoy seguro que Shura les contará todo pronto- dijo Aioros.
Bueno, ¿qué esperamos?- dijo Aioria, resignado a que su hermano no le diría nada- volvamos al Santuario...-
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
Isis abrió los ojos, sin moverse. No podía dormir. No sabía si era por los nervios del próximo partido o por alguna otra razón. Había sido un ruido, proveniente de la calle, quizá, lo que provocó que despertara de pronto.
La joven egipcia se sentó sobre el sofá en el que estaba durmiendo y miró a su alrededor. Sonrió. Estaba en su habitación. Sobre su propia cama dormía a pierna suelta su hermanita Amenet. Desde el día que la pequeña nació, había sido un consuelo para toda la familia.
Isis lo recordaba muy bien. Después de la muerte de su padre Senakhtenre y de las graves heridas de su hermano Ramsés, su familia había sufrido una desgracia tras otra, sobre todo por problemas económicos. Cinco meses después, un pequeño rayo de luz los iluminó: esa fue la pequeña Amenet.
Amenet era morena como sus hermanos, de ojos grisáceos, y era la viva imagen de su padre y por consiguiente también de Isis. Tenre a menudo decía que el Ka de su padre había vuelto a nacer en el cuerpo de la niña, aunque a Ramsés le parecía absurda esa teoría. A Amenet le enorgullecía que le dijeran lo mucho que se parecía a su padre, a pesar de que ella no lo había conocido.
Isis se levantó del sofá, y se inclinó hacia su hermanita. La besó en la frente con ternura. Después de ello, salió de su habitación a la contigua, la de huéspedes, y vio a su madre profundamente dormida. Isis había heredado de ella solo los ojos de color azul verdoso, semejante al lapislázuli que adorna los objetos antiguos que los arqueólogos extranjeros hallaban en las tumbas de los faraones egipcios.
Salió a la sala, y en los dos sofás vio a sus hermanos. Tenre abrazaba uno de los cojines con fuerza y hundía el rostro en él. Ramsés dormía en un sillón junto a su silla de ruedas. Isis se sentó en ella y acarició los cabellos negros de su hermano más querido.
No sé de donde hallas la fuerza para vivir de esta manera, Ram, atado a una silla de ruedas- dijo Isis, más para sí misma que para su hermano- pero sé que esa misma fuerza habita dentro de mi, y la usaré mañana para ganar...-
No la necesitarás- dijo una voz femenina. Isis se puso de pie de golpe. ¿Quién estaba en su casa?-
¿Quién eres?- preguntó la joven egipcia, al identificar la sombra de una mujer delante de ella. De pronto se corrigió. No estaba sola, había un hombre detrás de ella- ¿quiénes son?-
Una compañera tuya- dijo la misma voz- y ya no te preocupes por tu hermano, yo me encargaré que sean dos y no uno los que estén atados a una silla de ruedas...-
¿A qué te...?- comenzó Isis, pero se interrumpió al ver una pistola automática que le apuntaba a ella- ¡por Alá!-
Me refiero a que no jugarás mañana, porque la estrella de ese juego seré yo- dijo la mujer en tono duro, dando un paso adelante y permitiendo que la escasa luz de luna que entraba por la ventana la iluminara. Isis se llevó las manos a la boca para no gritar.
La persona que la amenazaba con la pistola era una de sus compañeras del equipo, una chica alta y rubia.
¿Tú? ¿Por qué?- dijo Isis, sin creer lo que veía.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
CONTINUARÁ...
¿Suficientemente heroico? Mmm tal vez no. Pero bueno, ese villano recibirá sus pataditas más tarde. Lamento haber cortado aquí, pero bueno. Antes digan que actualicé antes de lo planeado.
En cuanto al fic de Shaka, sí, ya tengo la idea en la cabeza, y una querida amiga me hizo el favor de diseñar un personaje para él. Ya después verán de que se trata, pero por lo pronto, faltan dos capis de este fic, y luego sigue el de Máscara Mortal.
Saludos
Abby L. / Nona
