CAPITULO 10: EL CAMPEONATO

A la mañana siguiente, en el Santuario, se corrió una noticia, la cual no fue nada agradable para las amazonas y para las chicas en general.

¿Qué dices?- dijo Lily, alzando una ceja.

Lo que escucharon- dijo Milo con una enorme sonrisa- esta tarde iremos a ver el fútbol, pues Shura nos consiguió entradas gratis para todos...-

Yo paso- dijo Selene, haciendo una mueca de disgusto.

Yo también paso- dijo Milekha, cruzando los brazos- no me gusta mucho el fútbol...-

Lo lamento, señoritas- dijo Aioria con la misma sonrisa maliciosa de Milo- pero por órdenes de Saori, todas ustedes tienen que acompañarnos...-

...como nosotros las acompañamos al centro comercial- añadió Mu.

Pero...- comenzó a reclamar Marín.

Pero nada- dijo Camus- son órdenes de Saori, y tenemos que cumplirlas...-

Las chicas suspiraron, derrotadas.

Y pónganse algo cómodo- dijo Milo sin dejar de sonreír- porque estaremos ahí un buen rato...-

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En el hospital, Isis despertó alrededor del mediodía. No podía creer lo que había sucedido el día anterior. Y se sentía deprimida.

Por fin despiertas, bella durmiente- le dijo Shura. El caballero estaba sentado en una silla junto a su cama.

¿Desde cuándo estás aquí?-preguntó Isis.

Desde temprano- dijo Shura- ¿lista para la fuga?-

No iré al juego- dijo Isis, cabizbaja.

¿Qué dices?- dijo el caballero.

Que no iré- dijo Isis- este asunto ya me ha traído muchísimos problemas... además, no podré ganar ningún partido con este brazo así

Isis, el fútbol se juega con los pies- dijo Shura.

Y no trates de convencerme, Shura- dijo Isis- ya tomé mi decisión. Y lo siento por Ramsés, pero prefiero que viva así como está a que otra loca llegue y...-

Está bien, está bien, yo no te estoy presionando para que juegues- la interrumpió Shura- por cierto, hay alguien que te vino a visitar... otra compañera de tu equipo, creo-

Dile que pase- dijo Isis, pensando que sería Roxana.

Las dejaré solas para que hablen más comodamente- dijo Shura, saliendo- estaré aquí afuera, por si quieres algo...-

Shura salió, mientras Isis esperaba a que su compañera entrara. Pero para su desgracia, no era su mejor amiga Roxana, sino su rival Yareli.

¿Tú?- dijo Isis, abriendo los ojos como platos.

Sí, yo- dijo Yareli. La corpulenta jugadora rubia cruzó los brazos de mal humor- ¿y bien? ¿piensas quedarte todo el día ahí tirada nada más?¡tenemos un partido que ganar!-

Pero...yo...- comenzó Isis, poniéndose roja.

Nada de peros- dijo Yareli, con rostro duro- y levántate de una vez por todas...-

Yo no voy a jugar, Yareli- dijo Isis.

¿Y quieres que perdamos por no presentarnos completas?- dijo Yareli- éramos doce, y sin Zugheire y sin ti seremos solo 10... y se necesitan once para que nos permitan jugar...-

Pues busca a otra chica- dijo Isis- yo ya no jugaré...-

Como quieras- dijo Yareli con una mirada astuta- entonces iré a decirle a todas que yo tenía razón. Y yo que comenzaba a considerar que eras buena jugadora, pero veo que no eres más que una perdedora con suerte...-

¿Qué dijiste?- dijo Isis, encendiéndose de enojo.

Lo que oíste- dijo Yareli- por cobarde y llorona vas a abandonarnos, no solo a nosotras, sino también a la entrenadora Palikov y a tu hermano, y por eso sé que nunca llegarás a ninguna parte...-

Retira lo dicho...- dijo Isis, ya roja de furia.

Lo haría- dijo Yareli- pero tengo razón, y lo sabes... jamás llegarás a ninguna parte con esa actitud que tienes...-

¡Basta!- dijo Isis, apartando las sábanas y sentándose sobre la cama- te demostraré que estás equivocada. Iré...-

Yareli cambió su expresión dura por una sonrisa, y Shura se asomó, sonriendo también.

Eso era lo que quería escuchar- dijo Yareli, saliendo de su habitación, sin voltear a verla- y mi venida entonces no fue una pérdida de tiempo... así que puntual a las seis de la tarde...-

Ahí estaré- dijo Isis.

¿Y bien?- dijo Shura- ¿lista para escapar?-

Lista- sonrió Isis.

Esto es lo que necesitamos- dijo Shura, señalando una silla de ruedas y su maleta de entrenamiento. Isis alzó una ceja. No veía cómo podía escapar con esas dos cosas. No pudo preguntar nada, porque Aurora entró.

Tu amigo te va a bajar a una radiografía- le informó la enfermera, colocándole una férula diferente en su brazo lastimado- y no quiero que te muevas mucho en el trayecto...-

Isis asintió, y se sentó en la silla de ruedas cuando la enfermera terminó. Shura colgó la maleta en la silla y la condujo hacia los elevadores.

¡Un momento!- bramó una enfermera de muy mal carácter al verlos- ¿a dónde creen que van ustedes dos?-

Pues... yo...- comenzó Shura un poco nerviosa. La enfermera no se veía nada amistosa.

Van a una radiografía- intervino Aurora- la ordenó la doctora Clara Sonette-

¿Sonette?- dijo Isis, alzando los ojos hacia Shura.

¿Una radiografía?- dijo la enfermera malhumorada- ¿y para qué?-

Tu trabajo es seguir las indicaciones de los médicos, Marilú, no cuestionarlas- le dijo Aurora. Luego se volvió hacia ellos y les guiñó el ojo- vamos, apúrense, el radiólogo los está esperando...-

Shura condujo a Isis a los elevadores. Ambos esperaron a que hubiera uno vacío.

¿Y ahora qué?- dijo Isis, una vez que estaban ellos dos solos dentro de un elevador.

Cámbiate- dijo Shura, señalando la bolsa- si estás vestida con la bata del hospital no te dejarán salir...-

¿No querrás que me cambie...delante de ti?- dijo Isis, sintiendo algo de calor en sus mejillas.

No delante de mí- dijo Shura, volteándose hacia la puerta del ascensor- yo estaré viendo hacia el otro lado y evitaré que se abra la puerta del ascensor, y prometo no voltear a verte...-

Si volteas, tendré que darte una patada...- dijo Isis.

No será necesario- dijo Shura- te doy mi palabra-

Isis lo miró sospechosamente, pero luego asintió. El tiempo apremiaba. Se quitó su bata de hospital, y se puso la ropa que sin duda su madre le había enviado: sus shorts y playera del equipo, tenis, calcetas, unos pants y una chaqueta.

Listo- dijo ella, corriendo hacia arriba el cierre de su chaqueta y tomando la maleta en su mano derecha- ya puedes voltear-

Ya era hora- dijo Shura- ya estaba harto de parar el elevador...-

Los dos salieron del elevador y del hospital como si nada. Ningún guardia los detuvo, pues creían que ambos eran visitantes. El plan malévolo de Clara había funcionado.

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Buenas tardes, damas y caballeros- dijo el comentarista- nos encontramos aquí para la gran final del campeonato de fútbol femenil. El equipo de Atenas, Grecia, contra el de Hidelberg, Alemania...-

Espero que lleguen a tiempo- dijo Aioros.

¿Isis está bien?- preguntó Giselle.

Dice Shura que sí- dijo Aioros- así lo espero... que esté en condiciones de jugar hoy-

En el estadio estaban presentes casi todos los caballeros dorados, excepto Máscara Mortal, Shaka, Dokho y Afrodita. La madre de Isis y sus hermanos estaban ahí también.

Y aquí está el equipo de Alemania, entrando a la cancha- dijo el comentarista. Once chicas entraron al campo, todas usando un uniforme blanco con negro.

¿Porqué no llega Shura?- dijo Saga entre dientes. Clara le apretó la mano.

Le dejé instrucción a Aurora de que los ayudara a salir del hospital- dijo Clara- no sé porqué tardan tanto...-

Y ahora- continuó el comentarista- demos un fuerte aplauso al equipo de Grecia-

Diez chicas entraron al campo, usando uniformes color azul celeste.

Pero, ¿qué es lo que veo?- dijo el comentarista- falta una jugadora en el equipo de la entrenadora Palikov. Si no llega Isis Mohamed o Zugheire Fitler en cinco minutos, el equipo ateniense estará descalificado...-

¿Dónde está Isis?- dijo nerviosamente Roxana- ¿no dijiste que ya venía, Yareli?-

Vendrá- dijo Yareli con seguridad. La pelirroja la miró, extrañada.

Queda un minuto- dijo el comentarista- y... ¿pero que veo? Isis Mohamed acaba de presentarse en la cancha...-

¿Qué?- todos los caballeros se inclinaron hacia delante, para conocer a la chica de la que Shura les había hablado. La chica se unió a sus diez compañeras, quienes formulaban su plan de juego. El caballero de Capricornio tomó asiento con sus compañeros.

¿Porqué tardaste tanto, Shura?- dijo Aioros.

Nada más- dijo Shura- llegamos a tiempo, de todas maneras...-

Bien- dijo la árbitro- el partido comenzará ahora mismo...-

¿Estás bien, Isis?- preguntó Roxana, mirando un tanto insegura la férula color marrón que tenía en su mano izquierda.

Perfectamente- dijo Isis- vamos a jugar-

¿Listas, chicas?- dijo Yareli- recuerden: tenemos una delantera menos, y estamos con una suplente, así que lo que puedan, mándenlo con Isis o conmigo, ¿vale?-

Hecho- dijeron todas

Y también protejan a Isis si pueden- añadió Yareli- sé que estas chicas alemanas son muy tramposas, y pueden lastimar más su brazo. ¿Quién está del lado izquierdo?-

Yo, yo me encargaré de eso- dijo Emily.

Carolina y Gabriela, cubran el lado derecho- añadió Yareli, y las dos chicas asintieron-¡vamos a ganar, chicas!-

Las jugadoras se acomodaron en sus sitios.

¡Y el partido comienza!-

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Mientras tanto, en el Santuario, Saori daba vueltas por todos lados. ¿Dónde estaban sus caballeros?

¿Shion?¡Shion!- gritó la diosa. El Patriarca apareció frente a ella, un poco agitado.

¿Me llamó, Atena?- preguntó Shion.

Así es- dijo Saori, un tanto molesta- ¿dónde están los demás?-

¿Los demás?- dijo Shion.

Sí, el resto de los caballeros dorados- dijo Saori.

Pues aquí en el Santuario- dijo Shion- cada uno en sus templos, donde deberían estar... ¿o no?-

Saori lo miró sospechosamente.

¿Seguro?- dijo la diosa.

Muy seguro- dijo Shion- ¿dónde más estarían?-

Está bien, Shion- dijo Saori- puedes retirarte...-

Shion suspiró aliviado, y se teletransportó de ahí. Lo que Saori no sabía es que no había aparecido en sus habitaciones, sino en el estadio de Atenas.

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Este partido está muy reñido- dijo el comentarista- mucho muy reñido...-

'Reñido' no era la palabra que todos usarían. Isis y Yareli había anotado un gol cada una, y las alemanas también habían metido dos goles. Roxana, la jugadora pelirroja, había salido porque una jugadora alemana la lesionó. La alemana, claro, fue expulsada, así que ambos equipos tenían diez jugadoras.

Vamos a perder- dijo Ashley- Isis no rinde igual, y somos solo diez. Nos vamos a cansar...-

No será así- dijo Yareli- concéntrense...-

Mientras, la entrenadora alemana gritó unas instrucciones a sus jugadoras en su propio idioma.

Schlagen Sie die ägyptischerin Mädchen auf der Arm!- les dijo la entrenadora.

¡Camus!- exclamó Milekha- la van a lastimar...-

¿Qué dijo?- preguntó Shura.

Que la...- comenzó Milekha.

Pero no terminó su frase, porque las tres defensas alemanas rodearon a Isis, mientras ella corría con el balón hacia la portería. Rodeada, alzó la vista para pasar el balón a Yareli, y una de las defensas le dio un codazo justo en su brazo herido. Sintiendo el agudo dolor, Isis se dejó caer al suelo.

La entrenadora alemana les dio la instrucción de que la golpearan en el brazo herido- dijo Milekha.

¡Isis!¿Estás bien?- preguntó Yareli, tendiéndole la mano para ayudarla a levantarse. La joven egipcia asintió, aún apretando los dientes del dolor.

Sí, estoy bien- dijo Isis.

Esfuérzate solo un poco más- dijo Yareli- ya casi se termina... solo necesitamos un gol...-

Lo tendremos- dijo Isis.

Faltan cinco minutos, y el equipo de Atenas vuelve a tener la posesión del balón- dijo el comentarista- este es el tiempo más peligroso para el de Hidelberg, pues el equipo griego aprovecha los últimos minutos para meter los goles decisivos...-

Gabriela lanzó el balón a Isis, quien de nuevo comenzó a correr hacia la portería, esta vez protegiendo su brazo herido. Las tres defensas trataron nuevamente de golpearla, pero Isis se detuvo bruscamente y pasó el balón a Edna. Ésta rápidamente lo pasó a Ashley, y luego a Yareli.

La griega Yareli ya está prácticamente sobre la portera- dijo el comentarista- se prepara para tirar... ¿pero qué veo? Yareli se detuvo y pasó el balón a Isis Mohamed... ¡y anota! El equipo de Atenas va ganando tres a dos...-

¡Sí!- gritaron todos los caballeros, levantándose de sus asientos. Las chicas no gritaron tanto ni se levantaron, pero sonrieron. Shura era el más alegre de todos. Junto a ellos, Tenre y Amenet saltaban como locos sobre las gradas. La madre de Isis estaba tan feliz que lloraba, y Ramsés cruzó los brazos satisfecho.

¡Esto se acaba!- dijo la árbitro.

¡La árbitro ha finalizado el partido!- dijo el comentarista- ¡Atenas gana la copa!-

¡Lo logramos!¡Lo logramos!- gritaron todas las jugadoras, junto con la entrenadora.

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Después del partido, Aioros había acompañado a Giselle a su departamento.

No sé si este lugar será seguro para mí...- dijo ella, un tanto triste.

Yo tampoco lo sé- dijo Aioros- pero quiero creer que sí. Se que los Gressus son gente malvada, pero espero que hayan aprendido su lección...-

Giselle dejó escapar una risita de incredulidad.

Oye- continuó Aioros- siento mucho lo que sucedió. No debí haberte dejado sola esa noche...-

No fue tu culpa- dijo Giselle- ese lunático había estado acechando desde hacía tiempo. De todas maneras hubiera sucedido lo mismo...-

Aioros sonrió.

¿Y a pesar de todo quieres seguir saliendo conmigo?- preguntó seriamente el caballero.

Por supuesto que sí- dijo Giselle. Aioros acentuó su sonrisa y abrazó a su chica.

No dejaré que nadie te haga daño- le dijo Aioros.

Lo sé- dijo Giselle- eres mi caballero dorado...-

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Unas horas más tarde, Isis ya estaba de vuelta en el hospital. No sabía como lo habían hecho, pero lo había logrado. Y cumpliendo la promesa que le hizo a Clara, Shura la devolvió a su cuarto del hospital, donde ahora estaba sentada sobre la cama.

¿Y bien?- dijo la enfermera Aurora, mientras volvía a conectar todos los sueros a la chica- ¿cómo les fue en la 'radiografía'?-

Genial- sonrió Isis.

Oye, Aurora- dijo Clara, asomándose junto con Saga- ¿se permiten visitas?-

Ya sabe las reglas, doctora- dijo Aurora- solo tres por paciente...-

¿Y no se podría hacer una excepción?- dijo Clara, poniendo cara de inocencia- ¿solo unas cuantas personas más?-

Aurora evaluó las miradas de Clara y de Saga, y luego se volvió a Shura e Isis, y asintió dejando escapar un suspiro.

Bueno, supongo que sí- dijo la enfermera. Clara sonrió.

Genial- dijo la doctora, y se volvió a Isis- todo tu equipo y los caballeros quieren verte...-

¿Qué?- exclamó Aurora.

Llegarán en un rato...- añadió Clara.

Oh, por Dios- dijo Aurora, saliendo de la habitación

Te lo dije, Aurora- dijo cortantemente la otra enfermera, desde afuera- a esta doctora Sonette no le agrada seguir las reglas...-

¿Sonette?- dijo Isis, abriendo los ojos de nuevo. Shura y Clara asintieron- ¿tu papá es médico?-

Era- dijo Clara- era un cirujano muy brillante...-

¡Yo lo conocí!- exclamó Isis- el doctor Sonette, era pelirrojo como tú, y fue el que atendió a mi hermano cuando el accidente...-

Clara sonrió y asintió.

Bueno, tengo que hacer unas llamadas- dijo Clara- tengo dos amigos, Pedro y José, que son cirujanos muy buenos, les comentaré sobre tu hermano para comenzar de inmediato...-

Vamos, Clara- dijo Saga- a ver si lo podemos encontrar ahora...-

Los dos salieron, dejando solos a Shura y a Isis. Estuvieron en silencio un par de minutos.

Estuviste fantástica- dijo Shura, rompiendo el silencio- a pesar de que esas locas alemanas hicieron trampa...-

Gracias- dijo ella- y quiero agradecerte por... por salvarme de Zugheire anoche, y también ayudarme a escapar de aquí...-

No fue nada- dijo Shura- Mu hizo la mayor parte del trabajo, y tu hermano, y tú también te defendiste bien-

De todas maneras- dijo ella- quisiera agradecértelo...-

Pues... hay algo que puedes hacer- dijo Shura.

¿Qué es?- dijo Isis.

En un par de semanas habrá un baile en el Santuario- dijo Shura- y quisiera invitarte...-

Ella sonrió, sonrojándose ligeramente.

Por supuesto...- dijo Isis.

Y otra cosa- dijo Shura- cierra los ojos...-

Isis miró a Shura sospechosamente, pero luego sonrió y cerró los ojos. El caballero se inclinó hacia la chica hasta que sus labios hicieron contacto con los de ella. Mientras se besaban, Isis pasó sus dedos por los cabellos de Shura. Un ruido en la puerta los hizo separarse, sonrojados.

Llegaron tus amigos- dijo la enfermera Aurora, asomándose con una sonrisa, sin tener idea de lo que había interrumpido- te recomiendo que los hagas pasar pronto, ahora que Marilú no está...-

Gracias- dijo Isis, y pasó su mirada a Shura.

No te preocupes- dijo Shura- hay mucho tiempo para nosotros...-

Mucho tiempo- sonrió Isis.

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FIN

¡Yaaaaa! Por fin acabé! Primero que nada una disculpa por mi alemán chafoso, pero solo he estudiado tres meses de alemán, no pueden exigirme mucho...

Bueno, espero que les haya gustado esta historia... y ahora sí, a lo que nos truje... mañana lunes subo el primer capi del fic de Máscara Mortal.

¡Muchas felicidades a los papis de todos! Hoy va a ser un día muuuuuuuy largo para mí.

Abby L. / Nona