KudoeEdogawa presenta...
Sentimientos

De Takagi

Bueno, ¿por dónde empiezo?

Supongo que fue cuando entré por primera vez en el departamento de policía, y ella fue asignada para ser mi compañera para que pudiera aprender cómo llevar diferentes cosas en situaciones reales de crímenes. Entonces su belleza me había atontado, y también aquello me hizo sentir que era inútil. Ella era mi profesora, no en cuanto a edad, sino en experiencia. Éramos más o menos de la misma edad, aunque ella se había graduado en la escuela de policía más pronto que yo, y su rango también era más alto que el mío.

Primero pensé que me bastaba con ser su compañera, con ser capaz de estar a su lado cuando necesitara ayuda y con sólo mirarla cuando ella no lo hiciera. Más tarde me di cuenta de que no era suficiente...No desde que él vino.

Shiratori.

"Ahh, Takagi-san." Oh vaya, aquí viene, "Demasiado mal el caso de ayer...lo cogisteis, ¿no? Oh espera...Creo que escuché de alguien que dejaste tu vigilancia y permitiste que el criminal escapara. Tsk tsk. ¡Qué pena!...no pareces el tipo de persona que cometería un error así, siendo el compañero de Miwako."

Él puso una mano en mi hombro con conocimiento y me miró fijamente, "¿Sabes?, pareces muy cansado... Creo que deberías descansar durante una semana o dos...para recobrar tus fuerzas. Me alegraría rellenar tu puesto mientras no estás."

Y entonces qué, ¡¿quedarte con Satou-san toda para ti?! "No gracias," dije, cogiendo su mano con la mía y apartándola, "Me va bien, gracias."

"¡TAKAGI-KUN! ¡¡QUÉ ESTÁS HACIENDO, VEN AQUÍ!!" El rugido de Satou-san se repitió por todo el pasillo procedente de la habitación contigua a la nuestra.

"¡Ya voy!" contesté, y me giré hacia Shiratori, "Me tengo que ir, ya nos veremos." Dije y entré en la habitación, cerrando la puerta detrás de nosotros, aguardando la inevitable condena de ser reprendidos por Megure-keibu.

Respiré profundamente y comencé a recitar lo que Megure-keibu tenía que decir, mentalmente: "¡Mírate, Takagi! ¡Otro criminal se escapó por tu culpa! ¡Es por eso por lo que nunca promocionas, Takagi! ¿No te importa? Otros hombres de las fuerzas policíacas son mucho más fuertes que tú y se puede confiar más en ellos que en ti..."

Bla, bla, bla. Aunque respeto mucho a Megure-keibu, él puede llegar a ser realmente molesto a veces--como un hombre viejo que regaña a su nieto. Suspiré y él continuó.

"...Veo un gran potencial en ti, chico; eres brillante y estás en el estado correcto de corazón y mente, ¡podrías fácilmente ser promocionado si prestaras suficiente atención y trabajaras más duro! Si alguna vez te casases y tuvieras que mantener a una familia, ¡no veo cómo sobrevivirían!"

Una flecha atravesó mi corazón cuando dijo esto. Él tenía razón; soy un inútil, y aunque quiera mucho a Satou, una familia no puede sobrevivir sólo de amor y amor, ¿no? Eso es algo en lo que no había pensado antes: su felicidad. Claro, le quiero, y ella ha estado dispuesta a darme una oportunidad...Pero siendo el oficial de ranking más bajo, si nos casáramos... ella sería probablemente la que mantendría a la familia... y eso sería mucha presión para ella. ¿Y qué puedo hacer? Nada. Probablemente pronto me despidan si cometo algún error más, y entonces... comenzaría una vida como el asistente de Mouri-san.

Suspiré al pensar en todo aquello y recibí un tortazo enorme en la mano. "¡¿Estás escuchando, Takagi?!" Megure-san rugió, cubriéndome de saliva.

"Sí, jefe."

Me las ingenié para estar concentrado durante un rato, pero acabé pensando en nuestra relación de nuevo. Quizá no nos llevaríamos bien... quizá acabaríamos como Mouri-san y Kisaki-san... quizá.... Quizá Shiratori es la mejor elección para ella. Él es más elegante, más rico, y un oficial con un ranking mucho más alto, y está claro que él le quiere, también. Él probablemente pueda darle todo lo que ella quiera: coches, casas, joyas, y una buena familia, mientras que las únicas cosas que puedo darle yo son mi apartamento alquilado, mi coche alquilado, y un manojo de anillos falsos y anticuados que llevaba mi madre. La única cosa cierta que puedo prometerle es amor: el mayor amor que cualquier hombre podría darle.

...¿Pero de qué sirve si no puedo darle más aparte de eso?

"¡Si sigues así, mejor que empieces a buscar un nuevo trabajo!" Megure-keibu concluyó, y se giró hacia Satou. "Satou-san, espero que le vigiles más a menudo desde ahora en adelante."

"¡Sí señor!" contestó Satou, y Megure-keibu se fue.

Quizá sea hora de que me rinda.


Próximo capítulo: Satou

Notas de la traductora: Este es mi capítulo favorito del fanfic junto con el siguiente . Espero que os guste como a mí. Hasta el próximo!