Hola a todos

Finalmente les traigo el epílogo, espero que les guste.
Gracias a todos por leer y gracias a todos los que me hicieron reviews, me han hecho muy feliz.


Epílogo: Díganme TIO SANO!

Kiriko estaba enojada, rabiosa mas bien. Durante las últimas dos semanas su padre y su hermano pasaban cada momento libre juntos. Cuando se enteró que su hermano estaba aprendiendo el estilo de su padre, se enojó pero no le dio mas importancia, pero a medida que los días pasaban se sentía mas y más ignorada, hasta llegar al punto en el que estaba ahora.

Todo esto pasaba por la mente de la pequeña mientras peinaba (o mas bien masacraba) el cabello de la muñeca que 'Hiko-jiisan' le había regalado. De pronto sintió risas entrar por la puerta del dojo, y las reconoció como la voz de los hombres que más despreciaba en ese momento (tanto desprecio como se puede sentir a los ocho años).

La cara se le puso colorada, tiró la muñeca y se dirigió con pasos fuertes hacia los pelirrojos.

Kenshin miró a su hija acercarse y notó que la pequeña no estaba de buen humor, es más, reconoció en su hija la mirada asesina que su esposa tiene justo antes de golpearlo con el bokken.

"HOLA FEA" dijo Kenji cuando la vio acercarse. Luego que el peligro del secuestro hubiera pasado, las cosas entre los hermanos volvieron a la normalidad, ella era la FEA y él era el SAPO, entre otros.

La furia de la niña aumentó, olvidándose de momento que su intención era hablar con su padre, se lanzó sobre su hermano.

Kenshin los ignoró y se fue en búsqueda de su esposa.

X x x

Ese día, luego de una larga pelea que fuera disuelta por la llamada a cenar de su madre, Kiriko olvidó sus celos de momento.

La siguiente mañana, Kenshin se levantó temprano como siempre, preparó el desayuno y fue a buscar a sus hijos. Suavemente entró a la habitación de su hijo. Kenji estaba con el cuerpo la mitad salido del futon, sus piernas enredadas en las sábanas en una posición que no parecía nada cómoda. Boca abierta y una hilera de baba en la comisura de su labios. A cualquier otra persona le hubiera parecido una vista grotesca. Kenshin, como cualquier otro padre se sonrió y pensó en lo maravilloso de ser padre, luego prosiguió a llamar al pre adolescente.

Unos minutos después entró al cuarto de Kiriko. Boca abierta vio que la niña estaba levantada y vestida (el obi al revés). Estaba colocándose el moño justo cuando su padre entró. Como tenía el pelo todavía muy corto, consecuencia del corte que le hizo la malvada mujer que la tuvo secuestrada, la cola de caballo era muy difícil de hacer, apenas unos pocos cabellos se asomaban del nudo del moño rosa.

"Kiriko-chan, no me esperaste para que te peinara" dijo Kenshin algo decepcionado.

"SOY GRANDE!" dijo la niña tercamente "Me puedo peinar SOLA" levantó la barbilla para acentuar su punto. Su moña torcida, mechones caían desordenados al costado de su cabeza.

Escondiendo lo decepcionado que se sentía, Kenshin simplemente asintió y le dijo que el desayuno estaba pronto.
Al llegar a la cocina Kaoru estaba terminando de servir. La mujer levantó la mirada y vio que su esposo llevaba una mueca poco feliz en el rostro.

"Que sucedió Kenshin?"

"ORO? Nada Kaoru-koiishi"

Kaoru levantó una ceja

"KENSHIN?" dijo alargando el nombre de su marido lo más posible.

Antes de que el pelirrojo pudiera decir algo, su hijo mayor entró en el comedor, ojos pequeños de sueño, saludó a su madre y se sentó; por poco se queda dormido en el lugar.

Le siguió Kiriko, quien con paso seguro y despierta del todo se sentó "Buenos días Okaa-san" Kaoru se sorprendió cuando su hija le dijo Mamá en lugar de mami, como siempre. Luego la observó bien y se dio cuenta del desorden de su cabello y su ropa. Puso uno más uno, y encontró la causante de las penas de su marido.

El desayuno fue un poco tenso, sobre todo para Kenshin, que era abiertamente ignorado por su hija.
Ese día, Kenshin tenía que ir a trabajar, estaban tratando de seguir todas las pequeñas ramas de la banda que había secuestrado a sus hijos hacía no más de un mes, y tenían pensado un allanamiento ese mismo día.

Despidiéndose de su familia se fue, pero no tan feliz como otras mañanas.

Como todavía era verano, los chicos no tenían clase. Pero mientras Kaoru daba instrucciones de Kendo en las primeras hora de la mañana, los tenía ocupados practicando su kanji.

Cuando Yahiko llegó a media mañana a darle clase a los grupos más avanzados Kenji se unió a ellos.

Kaoru fue a buscar a su hija. Encontró a la pelirroja castigando a su pobre muñeca. Últimamente parecía que la niña en lugar de jugar con ella la maltrataba.

"Kiriko-chan" dijo Kaoru firmemente

"Hai okaa-ch-san?" titubeó la niña.

"Ve a cambiarte, vamos a practicar, tu y yo".

Sin mucho entusiasmo la niña hizo lo que se le pidió. Quince minutos después estaban enfrentadas una a la otra, boken y shinai en alto. Hicieron un poco de sparring, y a medida que los minutos pasaban Kaoru notó que su hija volvía a su comportamiento activo de antes.

Kaoru paró cuando vio que su hija había tenido suficiente,

"Muy bien, 500 golpes" dijo Kaoru.

La niña protestó inaudiblemente pero comenzó con el conteo.

"Quieres decirme porqué estas tan molesta con tu padre Kiriko-chan?"

"No estoy molesta" mientras decía esto perdió la estancia totalmente y la punta de su shinai tocó el piso.

"HIMURA KIRIKO!" dijo Kaoru. La niña tragó saliva

"Ano... Okaa-chan..." empezó Kiriko "porqué papá prefiere estar con Kenji mas que conmigo? Es porque es niño?"

Kaoru respiró hondo, sabía que habían algo de celos, después de todo su esposo e hijo pasaban toda la tarde juntos.

"Porqué dices eso Kiriko? Sabes que tu padre te quiere mucho, tanto como a tu hermano"

"Entonces porqué le esta enseñando a Kenji y no a mi?"

Kaoru respiró hondo "Tu padre decidió que Kenji era lo suficientemente maduro para aprender su estilo"
"PERO YO SOY GRANDE TAMBIEN!" Kaoru hizo un gesto y guió a su hija a que se sentara junto a ella.

"Es por eso que echaste a tu otou-chan del cuarto hoy en la mañana?"
"Hai" dijo suavemente la niña.

"Sabes, puedo decir que a tu otou-chan le dolió mucho que no quisieras estar con él. Es su parte favorita de la mañana" dijo Kaoru con una sonrisa
"De verdad?" dijo la niña, ojos llenos de inocencia.

"Claro que sí. Sabías que edad tenía Kenji cuando empezó a utilizar un pequeño bokken?"

"Iie" respondió la niña.

"Tres años, la misma edad en que comenzaste tu" Kaoru pausó un momento "A los seis empezó con Kamiya Kashiin, la misma edad que tu. Kenji sabe todos los movimientos excepto el Ougi. Tu hermano te lleva dos años de ventaja, y es algo que no puedes evitar porque es mayor"

"Hai" dijo la niña.

"Pero tal vez" dijo Kaoru sonriendo "Si te esfuerzas, para cuando tengas diez años serás mejor que él ahora. Y tal vez tu padre decidirá que es tiempo de entrenarte"
"De verdad okaa-chan?"

"Hai" dijo Kaoru con una sonrisa.

"Pero recuerda que no es mi decisión"

"Hai" dijo la niña "Voy a hacer a otou-chan muy orgullozo" su sonrisa muy parecida a la de su madre.

"Kiriko-chan, tu padre esta muy orgulloso de ti"

La niña sonrió más. Kaoru se levantó y dijo "Bien, aún me debes 485 golpes"

La niña se quejó suavemente pero luego recordó que quería ser mejor que su hermano. Con una mirada determinada y energía renovada comenzó con sus ejercicios. Kaoru sonrió.

X x x x

Esa noche Kenshin llegó muy tarde. Kaoru le esperaba con una lámpara encendida en la puerta del dojo. Los niños dormían desde hacía horas.

"Koishii" dijo Kenshin, mirada cansada. Su esposa lo recibió con un cálido abrazo.

"Hola anata, día difícil?" Preguntó la hermosa mujer, Kenshin asintió y junto a ella se dirigió dentro del dojo.

"Te preparé un baño... con unas sales especiales" Dijo Kaoru sonriendo y dirigiendo a su esposo hacia el cuarto de baño. "Y luego tienes la cena"
Kenshin asintió. Kaoru era tan atenta. Él no sabía que haría sin ella.

Luego de sumergirse en la cálida agua con sales relajantes, mientras su muy hermosa esposa le masajeaba los hombros, las preocupaciones del día y los dolores de viejas batallas iban desapareciendo. Sólo una cosa quedaba

"Me preocupa Kiriko-chan" comenzó el pelirrojo. Kaoru sonrió "Solucionado" dijo la mujer, con una sonrisa "Mañana en la mañana ve a peinarla como siempre, seguro que estará todo bien".

Kenshin se quedó en silencio un momento "Koishii" dijo.

"Mmmmh Kenshin?" Kaoru dijo mientras seguía con sus amorosos masajes.

"Te amo koishii" dijo simplemente el pelirrojo.

"Yo también anata" si las palabras no alcanzaban, el beso que compartieron a continuación lo decía todo.

x x x x

La siguiente mañana Kiriko estaba esperando a su padre. Ambos siguieron la rutina sin decir nada, pero antes de que Kenshin se fuera del cuarto Kiriko dijo

"Otou-chan"

"Si Kiriko?" ojos violetas mirando ojos violetas.

"Te gusta más estar con Kenji que conmigo?" dijo la niña. A pesar de la conversación con su madre, Kiriko tenía que escuchar por ella misma. Era una niña muy directa.

"Sabes Kiriko-chan? Tu eres mi hijA favorita" dijo Kenshin con su famosa sonrisa.

Kiriko sonrió de lado a lado. Luego de que su padre se fuera hacia el comedor se dio cuenta de las palabras exactas que utilizó el pelirrojo. Si ella era su HIJA favorita entonces kenji era el HIJO favorito, Kiriko suspiró, a veces su padre tenía la gran habilidad de responder cosas, sin responder nada al mismo tiempo.

Pero por ahora, alcanzaba.

X x x

Seis meses después...

El hombre que había bajado del barco desde china hacía no más de una hora llevaba una sonrisa de lado a lado en el rostro,

"Japón, AL FIN" escuchar las conversaciones en su lenguaje nativo en el aire de la mañana le confirmaban que finalmente estaba en casa. No podía esperar a ver a todo el mundo. El Akabeko quedaba en la trayectoria de su destino, pero decidió pasarlo por alto, después de todo, la gente que más tenía deseo de ver no se encontraba allí.

Su gran capa marrón le abrigaba del frío aire de ese invierno que todavía no quería irse del todo. Siguió el camino de los familiares árboles de sakura y vio que aún no habían florecido.

TAN CERCA, estaba tan cerca. De pronto, sus pies en lugar de ir más rápido comenzaron a enlentecerse.

Y si algo horrible había pasado mientras no estuvo? Y si otro enemigo de Battousai había aparecido y el no estuvo allí para ayudar a sus amigos?

'KENSHIN, amigo, mas vale que estés vivo hermano' pensó el barbudo hombre mientras se hacía camino hacia el dojo. Bandana asomándose de sus largos cabellos. Seguro, él había mandado varias cartas en el correr de los años, pero nunca estuvo mucho tiempo en ningún lado como para obtener respuesta.

Finalmente llegó a la puerta.

KAMIYA DOJO, el letrero nuevo y reluciente. Mirando la entrada el viajero podía notar que todo tenía un aire de nuevo.

Escuchó ruido de pelea, era un sonido que recordaba bien, shinai contra shinai. Asomó la cabeza por la puerta del dojo, y lo que vio le paralizó el corazón. Con ojos grandes, vio, no a uno, sino a tres Kenshins; dos miniatura y uno 'grande' haciendo sparring con shinais.

No queriendo interrumpir, se quedó así, semi escondido mirando la acción.El más grande de los Kenshins esquivaba los golpes de los dos más pequeños, quienes a pesar de sus esfuerzos no podían siquiera hacer un contacto.

De vez en cuando el kenshin grande les daba la satisfacción de chocar shinais con ellos. Se podía decir que el Kenshin mediano era algo más rápido que el pequeño, aunque los tres se movían con mucha gracia.

De pronto Kenshin, el original supuso Sanosuke, desapareció totalmente. El ex gangster se sonrió, su amigo parecía estar bien de salud. Cuando finalmente Kenshin apareció otra vez, lo hizo detrás de los otros dos pelirrojos, agarró a cada uno de ellos en una especie de abrazo de oso.

"LOS TENGO (de gozaru)" Sanosuke se sonrió al escuchar la clásica forma de hablar de su amigo.

"ORO!" dijeron los niños que lucharon un poco para escaparse pero su padre comenzó a hacerles cosquillas. Pronto estaban pidiendo piedad.

Sanosuke se sonreía a si mismo como un idiota, todos sus temores desaparecieron y se sintió muy feliz por su amigo. Iba a hacer su entrada cuando sintió algo presionar en su espalda. Algo muy filoso, se podía decir.

"Tienes diez segundos para decirme que hacías escondido espiando a mi familia" Sanosuke intentó mirar por el rabillo del ojo al hombre que le apuntaba en la espalda. Pero lo único que consiguió fue que la persona presionara más la katana.

"Che. No se puede visitar viejos amigos sin ser amenazado?" preguntó, quien una vez tuviera cabeza de gallo. Ahora su cabello marrón caía sobre sus hombros.

Yahiko reconoció esa voz al instante "S...SANO?" dijo el muchacho transformado en hombre bajando su sakabatou. Sanosuke se dio la vuelta y se encontró cara a cara con un hombre "Yahiko-CHAN!" dijo.

"A QUIEN LE DICES CHAN!" gritó el muchacho. Se miraron unos momentos y sin decir más compartieron un cálido abrazo. Al escuchar voces, Kenshin y sus hijos pararon de jugar. El mayor de los pelirrojos se acercó a la puerta del dojo.

"S a no su ke?" dijo Kenshin asombrado.

"Oi Kenshin!" dijo el hombre barbudo soltando a Yahiko. Kenshin y Sano se contemplaron unos momentos.

A Sanosuke le parecía raro ver al ex hitokiri sin su característica colita, el pelirrojo llevaba el pelo corto por arriba de los hombros.
A Kenshin le parecía raro ver a Sano con el pelo largo. Todos estos pensamientos duraron solo unos segundos, luego se dieron un cálido abrazo. Sano golpeó la espalda de su amigo con la palma de su mano en señal de afecto.

Se separaron y Sanosuke con una sonrisa dijo "Te ves bien amigo"

Kenshin sonrió "Tu no tanto" dijo. La verdad que el barbudo Sanosuke parecía un vago con su capa marrón, la barba y los cabellos largos. Sano se río, sabía bien que lo que decía su amigo no era para nada con malicia. De pronto, por detrás de Kenshin se asomaron dos cabecitas pelirrojas.

Sanosuke miró a los niños de cerca, su mirada primero se fijó en Kenji, eran esos los ojos de Jou-chan? Pensó. El niño era casi el calco de su padre, excepto que su cabello era un tono más oscuro.

Miró al otro muchacho, cabello suelto por los hombros y un tanto desordenado un tono más claro que el de Kenshin. Pobre niño, pensó Sanosuke al contemplar al pequeño vestido con la clásica ropa de kendo, si Kenshin parece afeminado por momentos, a este niño más vale declararlo gay hoy mismo.

Sus pensamientos duraron solo un par de segundos, la voz de su amigo le interrumpió "Sano, te presento a mis hijos, Himura Kenji" dijo Kenshin apoyando la mano sobre el hombro de su hijo mayor "y Himura Kiriko". Ambos niños agacharon la cabeza en cortesía.

"El es Sagara Sanosuke," dijo Kenshin.

"El de las cartas?" dijo Kiriko.

Sanosuke continuó "El mismo".

"El EX cabeza de gallo" dijo Yahiko riéndose.

"OI NIÑO; MOCOSO MALCRIADO" A Sanosuke se le deformó la cara. Yahiko comenzó a reír.

"Maa maa" dijo Kenshin "Yahiko ya no es un niño Sano, no, ya no. Mucho pasó mientras no estabas, porqué no entramos y te damos la bienvenida oficialmente?" el pelirrojo llevaba una sonrisa mientras entraba a su casa acompañado de sus dos hijos.

"Koishii, tenemos invitados!" dijo Kenshin mientras entraba en la casa.

A Sanosuke se le deformó un poco la cara y miró a Yahiko con una mueca "Koishii?" dijo riéndose.

Yahiko rió también "Ahhh Sano, te has perdido de muchas cosas" dijo Yahiko. Los dos hombres pararon antes de entrar a la casa. Sanosuke miró la sakabatou que Yahiko llevaba con soltura en su cintura "Es costumbre apuntarle a tus invitados con esa cosa?" dijo el ex gangter apuntando la singular katana.

"Sólo a los que tienen un kenki tan fuerte como el tuyo" dijo el joven. De pronto se escuchó un QUEEEE?

Por la puerta de la casa apareció Kaoru, quien se paralizó al ver a su viejo amigo.

"JOU-CHAN!" Sanosuke la miró unos momentos. Recordaba a Kaoru como una hermosa muchacha. Ahora esa muchacha era una espectacular mujer. Que suerte Kenshin, pensó.
Un segundo después tenía a Kaoru en los brazos.

"Que bueno que estés bien!" dijo la mujer, un par de lágrimas de alegría se escaparon de sus ojos.

"Hey Jou-chan acaso no recibiste mis cartas?" dijo Sano.

"Si, pero igual nos preocupábamos por ti"
A Sanosuke se le enterneció el corazón. Realmente estaba en casa y se sentía muy bienvenido.

Rápidos preparativos se hicieron para hacer una fiesta de bienvenida. Kenji y Kiriko fueron a buscar a Megumi, Tae y Tsubame.
"Entonces... Megumi volvió de Aizu?" preguntó Sano cuando escuchó que la doctora estaba en la clínica. Kaoru bajó la mirada y sus ojos se tornaron tristes.

Kenshin decidió hablar "El doctor Gensai murió el año pasado... y Megumi vino a trabajar en la Clínica. Ayame-chan es su asistente"
"Ohh", dijo Sanosuke lamentando la pérdida del amable doctor.

"Sano, seguramente tienes muchas cosas que contarnos, porque no compartes alguna aventura?" dijo Kaoru intentando levantar el humor.

"Ahh, ya habrá tiempo para eso Jou-chan, primero los regalos!" dijo Sanosuke que de pronto produjo unos paquetes.

Le dio uno a Kaoru. La mujer exclamó maravillada cuando vio de que se trataba el regalo. La suave seda se sentía exquisita, y el estampado de flores amarillas sobre rojo era simplemente espectacular.

"Sano... esto es seda de China... debió costar una fortuna" dijo maravillada.

"Ahh Jou-chan, es más que merecido" dijo Sanosuke. "Además" de pronto produjo unos extraños billetes verdes que aparecieron por montones en sus manos.
"el dinero no me falta!" Kaoru, Kenshin y Yahiko no sabían a cuantos yens equivalía ese extraño dinero extranjero, pero sabían que eran muchos.
"De dónde sacaste tanto dinero?" dijo Yahiko con cara de desconfiado.

"No creerías la clase de recompensas que dan en américa! Detuve unos bándalos y me pagaron muy bien por ello! Un tipo Billy The Kid fue especialmente duro de derrotar" Para aclarar la explicación Sanosuke levantó su capa y reveló su abdomen. Dos cicatrices circulares podían verse claramente.
"S..Sano.." dijo Kenshin con cara de horror "Esas son heridas de bala" Kenshin había visto pocas, pero sabía bien como eran.

"Che... Si, el bastardo era muy rápido, pero se requieren más que un par de balas para detenerme". Los otros tres ocupantes de la habitación tenían una pequeña gota en la cabeza.

Kaoru se excusó y fue a preparar algo de comer.

"Pensé que ya no peleabas por dinero" dijo Yahiko levantando una ceja.

"Y no lo hago. El tipo era un criminal buscado y yo necesitaba el dinero. Pero suficiente de mí. Kenshin debo felicitarte hombre, tienes unos hermosos hijos".

"Y talentosos también" dijo Yahiko "Kenji acaba de ganar un torneo de Kendo... dos categorías superior a él".

"Wow" dijo Sanosuke, quien pausó un momento, pensativo. "Y el otro niño?"
"Te refieres a Kiriko-chan?" dijo el pelirrojo

"hai, si, Kenshin, lamento decirte esto amigo pero tu hijo es más afeminado que tu" Sanosuke seguía teniendo el mismo tacto que hace 12 años. Ninguno.-

"Sano" comenzó Kenshin, su cara desformándose y los nudillos blancos "si no estuviera tan feliz que hayas vuelto te golpearía. SI lo haría. Primero que nada, Kiriko-chan es NIÑA" Kenshin pausó y Sanosuke puso un poco de cara de pánico. "y segundo...NO SOY AFEMINADO!" una vena se podía ver en la frente del rabioso pelirrojo. Dos segundos después su rostro volvió a la normalidad, y tomó un sorbo de té. Apareció su famosa sonrisa.

Sano tenía una gota grande y gorda en la frente "Me alegro que sea niña entonces! Tienes una hermosa hija Kenshin... por Kami que carácter".

Yahiko rio "Sano, si hay algo nuevo que debes aprender acerca de Kenshin es, bueno, no digas nada remotamente negativo de sus hijos, si sabes lo que te conviene."

La conversación terminó al sonido de un TADAIMA femenino. Sano no reconoció la voz pero Yahiko aparentemente sí. Con una sonrisa el muchacho se levantó y salió de la habitación. Un par de segundos después apareció acompañado de dos mujeres y un pequeño niño en los brazos.
"Sano, te presento a Miohyn Shinra" dijo orgulloso mirando al niño-bebé en sus brazos. El infante tenía el pelo lacio y negro, acompañado de ojos alertas grandes y marrones.

Una adulta Tsubame tímidamente agachó la cabeza "Bienvenido Sanosuke-san" dijo la niña convertida en mujer. Tae que estaba al lado de ellos también saludó.

Sano quedó perplejo, es verdad, muchas cosas habían pasado mientras no estuvo, y ver a Yahiko obviamente casado y con hijo lo hacía sentir viejo.

Conversaron animadamente durante un rato. Kaoru trajo unas bolitas de arroz, todo el mundo se sirvió y comenzó a comer como si nada. Sano las miró sospechosamente "Las hiciste tu?" preguntó.

"Y si las hice yo que" dijo Kaoru con una mueca. No queriendo insultar a su amiga, con temor se llevó una a la boca, la mordió suavemente y una gota le apareció en la cabeza.
"Sabe... bien" dijo Sanosuke perplejo.
"Claro que sabe bien, BAKA, crees que después de tantos años no he aprendido una cosa o dos?" dijo Kaoru algo ofendida.
Se escucharon ruidos afuera y Kenshin suspiró, sus hijos habían llegado, y estaban peleando, como siempre.
"CARA DE SAPO!"

"FEA"
"ENANO!"

"A quien le dices enano, PETIZA!"

"NO SOY PETIZA!"
"SI LO ERES!"

"NO"

"SI"

"NO!"

"NO TE ESUCHO NO TE ESCUCHO! LA LA LA"

Kaoru se puso colorada y explotó "KENSHIN" dijo cara gigante y deformada "ve a detener a TUS hijos!" señaló hacia el patio.

"ORO? Kaoru mis hijos?" dijo Kenshin con rostro estúpidamente confundido.
"SI TUS HIJOS!" Kenshin tragó saliva y salió corriendo al patio. Se escuchaba un "Maa Maa" del pelirrojo y en el fondo de eso una feroz pelea.

"DILE ESO A LA PUNTA DE MI SHINAI!"

"CLARO; SI QUIERES BESAR EL SUELO!"
La pelea no paraba. Kaoru se levantó y salió por la puerta, dos segundos después los gritos se calmaron.

"Otra cosa que debes saber de Kenshin" dijo Yahiko.

"Nunca pierde la paciencia con los chicos. AUNQUE se lo merezcan. Kaoru es quien lleva la disciplina y obviamente eso le molesta"
La conclusión de Sanosuke, muchas cosas habían pasado, pero sus amigos eran básicamente iguales.

Los chicos dijeron que Megumi estaba muy ocupada y que dijo que iría esa noche. Sanosuke se mostró un poco decepcionado.

Esa noche Tae y Tsubame se encargaron de llevar mucha comida y sake del Akabeko para festejar la vuelta de su amigo. Los chicos que habían estado detenidos dentro de sus respectivas habitaciones obtuvieron permiso para ir a la celebración.

La charla feliz hacía eco en el dojo cuando una hermosa mujer entró por la puerta acompañada de dos muchachas.
"Megumi-dono, Ayame-chan, Susume-chan" anunció Kenshin.
Sanosuke no daba crédito a sus ojos. Las dos pequeñas niñitas eran hermosas jovencitas. Pero lo que le detuvo el corazón fue la bella y alta morocha.

El ex Tori Atama y la Kitsune se miraron fijamente, de pronto, la tensión en el ambiente podía sentirse y el grupo quedó totalmente callado.

"Qué te tomó tanto tiempo?" susurró Megumi.

"Lo siento... fui un estúpido" dijo Sanosuke.
Nadie entendía nada. Sanosuke se levantó y caminó hacia la doctora.

"Yo también... nunca debí decirte esas cosas... y nunca debí irme para Aizu" Sanosuke le puso un dedo en los labios para que no siguiera hablando. El resto del grupo estaba perplejo.

Sano habló nuevamente, casi susurrando "Y yo debí haberte seguido a Aizu... Pero fui un cobarde" Cuando escuchó esto una lágrima cayó de los ojos de la hermosa mujer.
"Baka tori-atama" dijo la mujer. Sano rió suavemente antes de besarla.

El resto del grupo estaba paralizado, en un segundo con la cara totalmente roja Kaoru le tapó los ojos a sus hijos. Tsubame escondió su enrojecido rostro entre sus cabellos, Kenshin sonreía tontamente, Yahiko se veía sorprendido y Tae parecía tener unos banderines y estar dando porras.

Separaron los labios y la mujer se lanzó en los brazos del ex gangster.
Sanosuke levantó la mirada hacia sus amigos y como pidiendo perdón dijo "Parece que Kitsune y yo tenemos mucho de que hablar. Sigan la fiesta sin nosotros por ahora"

Ambos desaparecieron por la puerta, esa noche no volvieron.

Kenshin seguía sonriendo tontamente "Ahh, que bueno por ellos" dijo.

Kaoru levantó una ceja y miró a su sospechoso marido "KENSHIN?" preguntó "Sabías algo de todo esto?"

El pelirrojo comenzó a reír y se colocó la mano detrás de la cabeza "Je je je" dijo.

Kaoru lo tomó por el gi y lo empezó a sacudir "KENSHIN, dinos que pasó antes que Megumi-san se fuera para Aizu!"

"Kaoru-koishii eso es solo de Sano para contar, si lo es" dijo el pobre hombre que era sacudido.

Yahiko interrumpió "Aunque ese mal educado tenga la descortesía de irse de su propia fiesta porqué no aprovechamos y la pasamos bien?" dijo el muchacho mientras su esposa le vertía sake.

"SI!" dijeron los niños. "Fiesta!"

"Puedo?" dijo Kenji tomando un platito de sake y presentándoselo a su onii-san. Inmediatamente Kaoru y Kenshin interrumpieron su juego-pelea y miraron seriamente a su hijo. "NO" dijo la morocha.

"Pero Kaoru-busu, si bien no recuerdo yo tenía la misma edad que Kenji cuando me dejaron beber" dijo Yahiko con una sonrisa atrevida.

"Eso es diferente, si lo es" dijo Kenshin serio.
"Porqué?" dijo Yahiko desafiando a su mentor.
"Porque no éramos tus padres" dijo Kaoru.
"NO ES JUSTO" dijo Kenji indignado. "otou-san" dijo mirando a Kenshin fijamente. Su padre por lo general era fácil de persuadir.

Kenshin se vio tentado en decirle que sí, y dejar a su hijo aprender la lección por si mismo, ya que el sake le caería muy mal y ni siquiera le gustaría. Pero... considerando que ahora su hijo era también su aprendiz. El pelirrojo suspiró "NO, y si vas a cuestionar cada cosa que digo entonces será mejor que no sigamos el entrenamiento" dijo severamente.

Kiriko quedó paralizada, su padre había sido firme con su hermano? Riéndose le sacó la lengua al otro pelirrojo.

Kenshin fijó la vista en su hija "Difícilmente el comportamiento de una dama Kiriko-chan" le dijo. Kiriko guardó la lengua, y se sonrojó.

El resto del grupo quedó paralizado. Kenshin impartiendo disciplina? Sano y Megumi besándose? El mundo seguro acabaría pronto.

La siguiente mañana en el río.-

Kenshin miraba fijamente a su hijo. El chico peleaba contra la corriente mientras intentaba al mismo tiempo intentaba seguir un complejo Kata.

"Hiten Mitzurugi Ryu?" Kenshin escuchó la voz de su amigo desde atrás de su espalda, pero no se sorprendió, había sentido la presencia de Sano antes que su voz.

"Hai" dijo Kenshin simplemente.

"Pensé que no lo ibas a pasar" dijo el hombre más alto.

"NO PIERDAS LA CONCENTRACIÓN!" el maestro de Hiten dijo gritándole al muchacho en el río. Continuó en tono normal "Muchas cosas malas sucedieron a causa de esta técnica... pero muchas cosas buenas también".

"No tienes miedo que tu hijo... tu sabes, cometa tus errores?" Sano dijo sin quitar la mirada de Kenji.

"Si, claro que si... pero no sé si ese es un sentimiento común de todos los padres. Solo espero poder inculcarle suficientes valores a mi hijo para que las decisiones que tome, sean las correctas"

El joven luchando contra la corriente parecía medio ahogado mientras intentaba seguir con el ejercicio, pero a su padre-maestro esto no le preocupaba.

"Y Kaoru como lo tomó? Siempre pensé que tus hijos estudiarían Kamiya Kashyin" dijo Sano.
"Aunque Kaoru parezca un poco violenta en el exterior, en realidad es una persona muy comprensiva. Además, Kenji ya terminó con su entrenamiento, excepto por el ougi".

Sano se veía realmente sorprendido "De verdad? A los diez años?"
"Hai" dijo el pelirrojo "Kenji empezó oficialmente a los seis, pero antes de eso ya manejaba un bokken. Además... a ese muchacho basta con mostrarle una técnica una vez y queda grabada en su corazón. Su espíritu es muy fuerte para contentarse con Kamiya Kashiyn. Es por eso que espero que las enseñanzas de Mitzurugi Ryuu lo guíen en buen camino."

Sanosuke asintió "Dicen que el fruto no cae muy lejos del árbol"

Kenshin rió "Ahhh Sano, pero no cambies de tema, que sucedió con Megumi-dono?"

"Ahh, eso Kenshin, era precisamente lo que había venido a contarte. Estas invitado a nuestra boda el mes entrante!" dijo con una gran sonrisa mientras le golpeaba el hombro a su amigo.
Kenshin por poco cae de cara al piso.

"OROROROOOOOO!"

FIN.-


AHORA SI GENTE!

Espero que les haya gustado. Hey, espero algun review para saber si les gustó!

Mi próximo fic, la secuela de este

Ikijigoku: El infierno en la tierra

Nos vemos!