Hiya!!!

Bien, heme aquí escribiendo sobre mi pareja yaoi favorita (para mayor info chequen mi bio), pues ya quería escribir una historia compleja y no puros one-shot... Como sea, hago mención especial a Mónica Felton porque AL FIN dejó de desperdiciar su valiosa vida con un patán como... él. God knows. Recuerda que tú eres más de lo que él jamás tendrá, y que todas las cosas, por dolorosas que sean, siempre dejan algo bueno (Remember the times, together we swore to NEVER give up this life).

El título ("The One I Love") es una canción de... The Rasmus. ¿Sorprendidos? No veo por qué XD Y conste que no le puse ese título porque sí, pues la historia tiene matices del significado de la canción. ¿No me creen? Lean, lean...

Btw: dedico estos dos caps de entrada a Oro Makoto, por haberme dado la idea. Thanx!!

Haven't slept in a week

my bed has become my coffin

Cannot breathe, cannot speak

My heart's like a bomb, still waiting

Capítulo 1: Un chico llamado Tala

-Aquí es- dijo Kai desde adentro del auto señalando una mansión de respetables dimensiones-. Esta es mi casa.

Takao bajó del Alfa Romeo con la boca a medio abierta. Era una vista impresionante, a pesar de que la oscuridad de la noche ocultaba parte del paisaje. Primero el auto, luego la casa... Le iba a costar trabajo acostumbrarse al ambiente.

-Ven, te mostraré la casa. Es decir, PARTE de ella porque nos tardaríamos mucho viendo todos los cuartos.

Kai puso su brazo alrededor de Takao y lo dirigió a la entrada. Por supuesto, alguien les abrió la puerta.

-Bienvenido a casa, señor- dijo un mayordomo.

-Gracias, lósiv. Por cierto, ¿puedes bajar las maletas y preparar un cuarto para el nuevo huésped?

-Sí, señor.

Habían entrado en una especie de salón, que estaba adornado con elegantes columnas de mármol. Al fondo se apreciaba una escalera con alfombra que daba al primer piso. Era una casa hermosa, impecable, y no parecía haber el menor signo de desorden. A pesar del endemoniado frío del país, la mansión tenía una temperatura agradable.

-Ven, te mostraré las habitaciones- dijo Kai. Había subido un escalón cuando una voz lo detuvo.

-¿Kai-sama?

Por alguna razón, el chico de cabellos azules puso los ojos en blanco y se detuvo al pie de la escalera. Dio media vuelta con una clara expresión de fastidio.

-¿Sí?- dijo Kai con una amabilidad fingida.

-Retrasó su llegada.

-Sí, ya lo sé. Atravesar la mitad del mundo en avión no es fácil.

-Se supone que llegaría en la tarde, pero son más de las once de la noche.

El que hablaba con Kai era un chico pelirrojo al parecer de su misma edad, tenía un porte muy formal y sus ojos azules tenían una mirada fría, aunque tenía una expresión que le daba cierto aire de autoridad. Estaba recargado en una pared con los brazos cruzados, y su voz era algo grave para su edad. Parecía que se daba a sí mismo demasiada importancia.

Kai subió un segundo escalón, pero nuevamente fue detenido.

-¿Sabe cómo va el proyecto?- inquirió el chico.

-¿Qué proyecto?

-Tomaré eso como "no". Permítame decirle que tiene algunos asuntos pendientes, ya que por lo que veo, durante su estancia en China no se molestó en preguntar cómo iban los negocios.

-No, no lo hice- respondió Kai en forma cortante. Subió un segundo escalón.

-¿Y su amigo es...?

Su mirada se fijó en Takao, quien sintió un escalofrío. Trató de responder, pero su voz le falló. Genial. Acababa de llegar y ya lo estaban intimidando.

-Ya lo dijiste, es un amigo. Por el momento no creo que te interese- contestó Kai. Dio media vuelta, pero cuando iba a subir el tercer escalón, el chico pelirrojo lo atrapó con una nueva pregunta.

-¿Sabe que los negocios se están atrasando? Me voy a tomar la libertad de hacer unas llamadas en su nombre, Kai-sama. La corporación está esperando su respuesta desde hace... dos meses, me parece.

-Sí, como quieras.

Kai parecía fastidiado con la presencia de ese chico de ojos azules, sonrisa torcida y mirada inquisidora.

-Y tiene otras cosas que hacer, por cierto.

Kai puso los ojos en blanco.

-¿Vas a dejarme subir? Llevo cinco minutos tratando de subir tres escalones, y la escalera aún tiene muchos más- luego se dirigió al japonés-. Ven, Takao, vámonos.

-¿Takao?- inquirió de nuevo el muchacho, ya que había oído a Kai-. Mucho gusto. Mi nombre es...

-Cuando le interese te preguntará- lo cortó Kai.

-Tenemos mucho por conocernos, Takao- dijo el chico al fin, con su tono de superioridad-. Definitivamente mucho- dicho esto desapareció por una puerta.

-Vámonos- susurró Kai a Takao y lo llevó hasta el primer piso.

-¿Quién es?- preguntó Takao.

-Es el administrador de los negocios de aquí. Trabaja para una compañía que se dedica a la industria del Beyblade, y él quiere que yo entre en esa industria para su beneficio personal. No soy estúpido, pero no lo puedo correr de aquí, su contrato me lo prohíbe- dijo Kai abreviando sus pensamientos.

-No, me refiero a su nombre- dijo Takao-. ¿Cómo se llama?

-Es Tala. Tala Ivanov.

-No me agrada- dijo Takao.

-A mí tampoco, créeme. Pero tengo que soportarlo todos los días.

-¿Vive aquí, en la misma casa?

Kai no respondió.