Bien, este cap quedó un poco grande para mi gusto... odio que me queden capítulos largos... En fin, espero que lo disfruten. La última palabra siempre la tienen ustedes así que espero sus críticas.
The one I love
(striking me down on my knees, drowning me in my dreams)
over and over again
Dragging me under...
Capítulo 4: Celos que destruyen
Llevaba varios minutos afuera del cuarto de Kai, sin decidirse a tocar la puerta.
"No me va a abrir", pensaba Takao nervioso. "No me va a abrir, me va a correr, me va a ignorar, no me va a abrir..."
La luz matutina se filtraba por las múltiples ventanas de la mansión Hiwatari, lo que indicaba que eran alrededor de las diez de la mañana. Takao quería hablar con Kai para aclarar algunas cosas sobre la discusión del día anterior, pero estaba nervioso. La sola idea de ver a Kai siempre lo hacía ponerse así.
Finalmente ya no pudo más y llamó a la puerta.
-Pase- dijo Kai desde adentro.
-Hola, Kai- dijo Takao mientras cerraba la puerta detrás de él.
Kai no respondió. No sabía que decir, pues momentos antes había estado pensando en el japonés.
-Mira, sólo quiero disculparme por... lo de ayer- dijo Takao con timidez-. Estaba molesto por lo que me dijiste sobre Tala, por eso me enojé y...
-No importa- dijo Kai tranquilamente-. Ya no importa. Discúlpame tú también por no haberte dejado las cosas claras. Debí habértelo dicho desde el principio, para que de una vez supieras que Tala es sólo alguien del negocio, nada más.
Sin embargo, Kai no había podido dormir por culpa de lo que había sucedido en la oficina de Tala. Rogaba porque al pelirrojo no se le ocurriera contar lo que había sucedido la noche anterior.
Hubo un breve silencio.
-No quiero volver a discutir contigo. Perdóname... - dijo Kai. Se levantó de la cama y abrazó al japonés en forma de disculpa. Éste correspondió al abrazo y así se quedaron durante algunos minutos, al cabo de los cuales Kai llevó a Takao afuera del cuarto. Ya era hora del desayuno.
El ruso pasó su brazo alrededor de los hombros del otro chico, pero cuando estaban por bajar las escaleras, una voz hizo que Kai se parara en seco.
-¡Kai-sama!- la voz de Tala resonó por toda la estancia.
El bicolor le dirigió al pelirrojo Tala una mirada desafiante.
-¿Qué quieres?
Tala miró a Takao, quien tenía el brazo de Kai alrededor suyo. Eso hizo que el pelirrojo sintiera una oleada de celos.
-Vissari llamó hace poco y pide comunicare con usted lo antes posible, dice que es sobre las inversiones del proyecto.
-Gracias. Yo le hablaré después- dijo Kai como si no hubiera pasado nada la noche anterior. Dicho esto Tala se retiró.
Ya en el comedor, Kai y Takao estaban tranquilamente desayunando, cuando Tala apareció de nuevo.
-Acaba de hablar Vissari otra vez, pide que se comunique con él de inmediato porque es urgente.
De un golpe, Kai dejó sus cubiertos en la mesa, lo que hizo bastante ruido considerando que los cubiertos eran de metal y la mesa de vidrio. Le molestaban las interrupciones, y más aún viniendo de Tala. Salió del comedor y se perdió de vista.
"Por fin solos", pensó el pelirrojo, mientras ocupaba el lugar vacío de Kai.
-¿Así que tú eres Takao?- preguntó con el mismo tono con el que había recibido a Kai, autoritario y sarcástico.
-Sí, mucho gusto- respondió Takao de buen modo
-El gusto es mío- dijo Tala más sarcástico aún. El japonés lo notó.
-¿Cuál es tu problema?-
-"¿Cuál es tu problema?"- repitió Tala burlándose del japonés-. ¡Qué idiota te oyes! ¿Y Kai me cambió por eso?
Takao ya entendió el jueguito. Se trataba de Kai, y no iba a dejarse vencer tan fácil.
-¿Pues qué no ves? Al parecer sí.
Tala achicó los ojos. Tendría que probar con otra cosa si quería interferir en la relación del japonés con Kai.
-¿Y, por cierto, Kai te dio a bienvenida?- inquirió el pelirrojo usando doble sentido.
-¿Qué te importa?
-Sólo lo decía porque Kai es TAN espontáneo que suele hacerlo la primera noche.
"Soy muy espontáneo en esas cosas...", la voz de Kai vino a la mente de Takao, quien no supo responder.
-Oh, qué triste, no lo hizo- dijo Tala, sin dejar sus sarcasmos-. Por eso anoche no estuvo contigo.
-¿Qué dices?
-Vaya, por Dios, no lo sabías. Ayer Kai fue a buscarme, niño, y me dijo que ya lo estabas hartando.
-Sí claro...- dijo Takao. Tala sólo lo estaba diciendo para hacerlo enojar... Aunque era verdad, Kai no había ido a buscarlo anoche... Por lo visto esos pensamientos se reflejaron en el rostro del moreno
-¡Ya lo entendiste!- dijo Tala, viendo la expresión de Takao-. ¿Es que no te das cuenta? ¡Kai sólo te está usando!
-¿En serio?- dijo el japonés, ahora también siendo sarcástico-. ¿Es mi imaginación o acaso estás celoso?
La pregunta tomó a Tala por sorpresa, quien para ese punto ya estaba furioso. Kai era suyo y de nadie más.
-¿Celoso, dices? ¿De quién?
-Engáñate a ti mismo, Tala. Sé lo que hubo entre Kai y tú, y él ya me dijo que eso ya no es nada. Pasado, ¿entiendes?
-Lamento decírtelo, pero esa no es la verdad.
-Claro que lo es- dijo Kai, quien acababa de entrar en el comedor.
-¿Ah sí?- preguntó Tala. El asunto ya había llegado demasiado lejos-. Entonces explícame qué hacías ayer, en la noche, en mi oficina privada, Kai. Hasta donde yo recuerdo, me besaste.
-¿Qué dices? ¡No digas tonterías, Tala! ¡Fuiste tú el que me besó!
-¡¿QUÉ?!- gritó Takao. No podía creer lo que acababa de oír. Simplemente no podía.
-¡No, Takao, escúchame!- dijo Kai tratando de arreglar las cosas-. ¡Fue Tala, él me besó, lo juro! ¡Además cerró la puerta con llave!
-¿Y cómo se supone que llegaste a su oficina, en primer lugar?
-Él... yo... se supone que tenía que firmar un documento...
Sin que se dieran cuenta, Tala se había ido. Estaba disfrutando el placer de haber creado una discusión entre Kai y Takao, y vaya que lo había logrado. Pero hubo una parte de la discusión que ya no alcanzó a oír.
-No me hagas esto, Kai- dijo Takao desolado, derrotado nuevamente por Tala-. Dime que no es cierto...
-Yo no quería, te lo juro. Era más fuerte que yo... Créeme...- dijo Kai con su dignidad por los suelos-. Confía en mí, él me besó a la fuerza, te juro que esa es la verdad...
-¿Cómo me pides confiar en ti si cada vez que lo intento haces algo que me lastima?- preguntó Takao, ahora con lágrimas de frustración en los ojos.
-Yo... Yo te amo...-dijo Kai a media voz.
-Déjame creer en eso, Kai. Déjame creer en ti, en lo que se supone que hay entre nosotros...
