":.No Me Enseñaste.:"
Disclaimer
Shaman King no me pertenece, es propiedad de Hiroyuki Takei.
Capitulo 6:
Me Enseñaste a Creer.
Suspiro resignado, le temblaban las piernas al caminar y unas cuantas gotas de sudor le escurrian lenta y desesperantemente por el rostro. Debia tener valor, ya no podía seguir huyendo de lo inevitable. La verdad estaba las puerta frente a él, cerrada y oculta como habia permanecido esos ultimos días, semanas...
Alzo una mano dudosa. La bajo. ¿Y si se enteraba de algo que no quisiera? Hay cosas que es mejor olvidar, dejar atrás y nunca saber; verdades y razones que es mejor no pronunciar al viento. Trago saliva y tocó el timbre el dedo tembloroso, sólo una vez.
Pasaron cinco minutos, y aun que se escuchaban ruidos dentro de la casa, al parecer no habian oido el sonido del timbre. Volvio a tocar, espavilandose otro poco, y esa vez fue efectiva.
"¿Yoh, ¿acaso ya son las siete?" pregunto Anna al verlo, aparentemente se le habia ido el tiempo.
"Si, algo así" respondio sonriente, "¿puedo pasar? Es que quiero ver a Kousuke..." pidio permiso, y ella asintio con la cabeza.
"¿Ya terminaste con lo que tenias que hacer?" era más bien una pregunta un tanto obligada por la situación que por gusto. Él se limito a mover la cabeza de arriba a abajo, sin dejar de lado su sonrisa finguida. "Es por aqui" y lo guio hacia una habitación con una pequeña cama enmedio, en la cual jugaban felizmente dos niños.
"¡¡Papi!" dijo emocionado el más pequeño de los dos y se le lanzo encima a Yoh, rodeandole por las piernas ya que sus cortos brazos no alcanzaban llegar más alto. Y esa vez la sonrisa del Asakura fue sincera de verdad. Tomó al pequeño en sus brazos y lo cargo a la altura de sus hombros.
"Hola" fue lo unico que le dijo, pero la calidez de sus palabras hicieron el efecto de que Kousuke le abrazará por el cuello. "Te extrañe"
"¡Yo tambien!" dijo el niño en tono algo caprichoso, mientras Yoh le jalaba una mejilla. "Tienes ojeras" dijo, casi picandole un ojo.
"Papi ha tenido mucho trabajo" respondio, "pero promete descansar más". El pequeño sonrio, y su padre lo puso de vuelta en el suelo, " y tambien promete llevarte a su casa mañana y comprarte un juguete" ofrecio.
"¡¡Siiiii!" Kousuke estiro los brazos hacia el techo y empezo a saltar. Una mueca en el rostro de Hanna hizo saber lo que vendría a continuación.
"A ti tambien te compraré lo que quieras, Hanna" apresuro a decir el Asakura antes de que querido hijo abriera la boca en señal de objeción, y en lugar de eso sonrio satisfactoriamente.
"Te advierto que no será nada barato" y una sonrisa perversa se diviso en el rostro del niño rubio, "despues de todo, ya no uso juguetes de bebés" señalo a su hermanito.
"¡No soy un bebé!"
"¡Pero si apenas sabes ir solo al baño, ¿como vas a ser un niño grande si haces eso?" replico el mayor de los dos, ante lo cual Yoh estallo a carcajadas.
"¿Vendrás por Kousuke mañana?" pregunto Kyouyama, cruzada de brazos en el marco de la puerta.
"Ajá". ¿Era ese el momento preciso, Yoh bajo la vista al suelo. En realidad, ¿habia un instante apropiado para recibir en la cara una respuesta así? Probablemente no, así que luego de un incomodo silencio en la habitación, sólo amortiguado por las risitas de los hermanos peleando, por fin se decidido. "Anna, ¿puedo hablar contigo?" pregunto.
"¿Cómo llamas a lo que estamos haciendo en este momento?" aquel sarcasmo no sonó tan frio como otros que habia oido venir de la rubia, y ella le indico que lo siguiera a la sala. Hanna se puso de pie para seguirles, pero su madre puso la mano frente a él. "Conversaciones de adultos. Juega con tu hermano" no habia más que explicarle a un niño de su edad, aunque era obvio su enojo al pensar que le estaban ocultando cosas.
Caminaron en silencio, y se sentaron en los sillones, uno frente al otro.
"Y, ¿de que querias hablarme?" directo al punto, así era aquella mujer. Yoh lo sabia.
"Anna" se escucho una voz como en murmullo interrumpir los molestos ruidos del televisor, y aparentemente las palabras fueron pronunciadas por el chico de 19 años que recargaba su barbilla sobre la mesa del comedor.
No dijo nada más.
"¿Qué?"
"..." guardo silencio un rato, y finalmente anuncio, "¿no le puedes cambiar de canal? Esa pelicula aburre..." Yoh Asakura bostezo, un tanto adormilado.
"No" aclaro, y siguio mirando con atención la proyección.
"Anna" otra vez, la voz susurrante, que parecia no querer ser escuchada. Siendo esto asi, estaba llamando el nombre de la persona equivocada.
"¿Qué?" pregunto ella otra vez, ahora con algo de fastidio.
Hubo otro silencio.
"¿No crees que ya deberiamos planear nuestra boda?"
Más silencio.
"Si, tienes razón" concuerdo la chica, cambiando el canal.
"Pensé que querias ver esa pelicula"
"Ahora me doy cuenta de que es aburrida", concuerdo con Yoh y siguio apretando el botón.
No hablaron en un buen rato.
"Anna" ese murmullo familiar de la voz que quiere esconderse. Ese sonido Kyouyama llevaba años sin escucharlo.
"¿Qué?"
"... ¿Me das un vaso con agua?" desvio la pregunta."Es que camine mucho, y me muero de sed. Hehe" risita nerviosa, y sonrisa encantadora. Sin decir más, la mujer se levanto y cinco minutos despues llego con un par de vasos llenos de liquido amarillo en las manos, y los deposito en la mesita de centro.
"Deberias comprarte un auto" aclaro.
"Supongo... pero sabes que nunca me han gustado esas cosas" recordo. Si, ella lo sabia.
"Ya me canse de andar a pie. Compremos un automovil", la voz fria de la rubia contraresto con la calida brisa primaveral y con el canto de los pajarillos en el arbol del patio.
"No sé conducir" comento Yoh, riendo entre dientes.
"Yo si. Te enseñaré" arreglo Anna, agarrandose el cabello que era movido por el viento hacia su rostro.
"Esta bien. Compraremos un auto..." Asakura siguio mirando sonriente al cielo azul y despejado, "... pero será sólo para ti. Yo no quiero conducir uno" agrego.
"¿Por qué?"
"Por que sientes que alejan al ser humano de su verdadera naturaleza, ¿cierto?" le dio un sorbo a su jugo de naranja, "nunca escuche una excusa más extraña para el miedo a la carretera" complemento.
"Hehe. Todas mis excusas son extrañas, pero nunca te perjudican" explico el castaño.
Era verdad.
"Annaaaa----" se escucho una voz relajada pero con reproche seguir los pasos de una atractiva mujer rubia por el centro, "ya haz comprado mucho. Volvamos a casaaaa----" insistio por tercera vez en el dia. Eran las cinco de la tarde, el sol de verano estaba en su punto alto y quemaba todo lo que se encontraba a su paso. Esa época en Japón era siempre de lo peor.
"No, hasta que encontremos esos zapatos" respondio por tercera vez la chica, mientras su esposo cargaba todas las bolsas en ambas manos; las compras eran tantas y tan pesadas que le costaba trabajo caminar.
"Pero me duelen los pies..." se quejo Yoh, "además, el sol esta que quema..."
Anna lo pensó un poco. Luego, suspiro resignada.
"Bueno, mañana vendremos a buscar los zapatos" dijo, y se dirigio al lugar donde habia dejado el auto estacionado.
"Hehe" el chico simplemente rió.
"Bueno, ¿de qué querias hablarme?" otra vez, directo al punto.
Yoh junto ambas manos en su regazo, y tomó algo de valor. Las palabras salieron tranquilas y a velocidad normal de sus labios.
"¿Por qué pediste el divorcio?"
Silencio incomodo.
La rubia no sabia como responderle. Sabia que no era suficiente razón despues de todo... era probable que sólo se tratará de una estupida excusa (esta vez de su parte) para no admitirse a sí misma que en realidad ya no sentia hacia Yoh Asakura más que un profundo aprecio y confianza, limitandose esto a la frontera de la amistad.
"Por que nunca actuaste como mi esposo"
Los ojos de Yoh se abrieron de par en par. ¿Qué no habia actuado nunca como su esposo? ¡¡Esa era la última razón que habria esperado oir!
"Siempre hiciste lo que te dije, nunca me contradecias... incluso en la casa cumplias con los deberes que a mi me correspondian sin objetar una sola palabra. Nunca lloraste frente a mi, ni de tristeza ni de felicidad. Y aunque varias veces me lo demostraste, nunca me dijiste con tus propias palabras que me querias". Todo este mensaje fue transmitido de Anna a Yoh sin interrupciones siquiera para respirar.
Se nos muere el amor,
Tiene fiebre de frio,
Se nos cayó de la cama
Cuando lo empujo el astio.
"Al final, acabe por darme cuenta de que la manera en la que actuabas hacia mi era igual que la que usabas con tus amigos".
Cada segundo y minuto que pasaba, esa conversación tomaba menos sentido. Él habia estado sufriendo tanto tiempo por no tenerla a su lado... ¡Y ahora resultaba que Anna creía que no la queria!
Esta enfermo de muerte,
Él mismo que era tan fuerte;
Eso tenía que ser mentira. ¡No podía resultar verdad una situación tan ridicula e ironica como esa!
Tiene anemia de besos,
Tiene cancer de olvido,
Y por si fuera poco
Tiene ganas de morir.
Todo ese tiempo...
Ay amor con el tiempo te nos haz oxidado,
Ay amor suceptible, ay amor delicado.
... él estuvo creyendo...
Ay amor no te mueras, o muerete de un trancazo,
Pues no hay peor agonia que la que es de paso en paso.
... que Anna tenía cualquier otra razón menos esa.
Ay amor implacable,
Yo ya no se qué prefiero:
¿Aun tenía remedio?.
Yoh se levanto en silencio de su asiento, y se acerco a Anna, que en aquellos momentos no podía tener una expresión de mayor seriedad.
Que me odie de corazón,
O que me ame sin amor.
Y la golpeo con un beso. Por fin, habia visto en los ojos de su ex-esposa aquella razón verdadera que tanto lo habia torturado, y aunque le extrangulaba el corazón, sabia que no habia vuelta atrás. Que habian terminado, aunque él no lo quisiera así.
Si todo era tan bello, dime amor qué nos pasa,
Hoy ya no somos ni amigos, no cabemos en casa;
Se aparto de ella sin decir más, esbozo una sonrisa y se dirigio a la habitación para llevarse a Hanna. Al menos en ese momento, ambos comprendieron una cosa...
Ay amor tan ingrato, quitame solo una duda:
Si eres tu el que te mueres, o soy yo el que te mato.
... que aquella era sólo una excusa para los dos. Si, para los dos.
De Anna, para no admitirse que ya no amaba a Yoh.
Y de Yoh, para seguir creyendo que aun podía volver a ser todo como antes.
Se despidio de Kousuke con un beso en la frente, y tomó a Hanna; justo en el marco de la puerta, miro a Anna sentada en el sillón, en lo que parecia un profundo estado de shock. En sus ojos se reflejaba un ligero aire de tristeza. Pero cuando Yoh Asakura la miro sonriente desde el marco de la puerta y agito la mano en señal de despedida, no pudo evitar que una sonrisa se dibujara tambien en su rostro.
Las heridas de la carne sanan, pero las del alma puede que nunca cicatricen.
Aunque quién sabe. Miró al cielo azul despejado, con su habitual expresión de despreocupación.
"El tiempo dirá".
(suspira) Si, primer fic que termino de publicar. ¡Jo, me ha costado trabajo escribir el final. No queria que terminara, y menos así, pero no le vi otra forma. Aunque termino por gustarme ese final... no sé por que. Supongo que es que por que soy una persona mala y retorcida, ¡wuahaha!. No, ya, en serio, aunque es un final triste, imagino que Yoh saldrá adelante...
... creo...
... espero...
¡Ya, vale!. Es sólo un fic. Es el primer dramatico con final pseudo triste que he escrito en mi vida, así que quisiera ver los resultados. Este es el ultimo capitulo, aunque he considerado la idea de hacer un final alternativo para los que no quedaron muy conformes con este (y me incluyo en la lista. ¡Sé que puedo escribir algo menos deprimente, maldición!).
Dejen review, y bailare de felicidad en mi silla de rueditas frente al ordenador (aunque me duele el trasero de tanto estar sentada escribiendo).
Madoushi Akai Kiri,
Junio, 2005.
Nota: Lean mi biografia para encontrar "Muxias razones para dejarme un review!".
Nota 2: ¡¡Graxias, Arjona-sama, por escribir esa canción! Amo sus canciones (absolutamente todas n.n)... ToT ¡Sé que en algún lugar puedes oirme, Ricardo Arjona, lo sé!
