Disclaimer: Hellsing es propiedad de Kohta Hirano

Nihao a todos, aquí estoy de nuevo con mi primera actualización.

Ahora, quisiera agradecer a Rei y a Ángelus (Umi) les agradezco muchísimo por sus reviews espero que este capitulo sea también de su agrado, muchas gracias por leer es realmente gratificante para mi el hecho de que se hayan tomado el tiempo de dejarme un comentario, domo arigatou

Aclaraciones: El capitulo anterior me faltó hacer algunas especificaciones para hacer más entendible el escrito, me disculpo y aquí dejo las aclaraciones necesarias:

" ": Dialogo
- -: Pensamientos
Itálica: Citas textuales


CAPITULO II
Disturbo

Llamas, enormes llamaradas de color rojo, anaranjado y amarillo cubrían toda la ciudad; Londres estaba rodeado en llamas, se quemaba lenta y espectacularmente, las tropas de Millennium no habían desperdiciado su tiempo desde el inició de la guerra que habían declarado contra Hellsing y la ciudad entera, el ejercito de Iscariote tampoco se quedaba atrás, dos enemigos poderosos contra los que Hellsing tenía que combatir esta vez, sin embargo era obvio el hecho de que Millennium representaba un peligro mucho mayor que la propia sección XII, Alucard simplemente se burlaba en silencio de la situación, cumpliría la orden de su ama, pero era inevitable no burlarse de lo que le sucedía a la jefa de Hellsing, era realmente cómico para el vampiro, la rubia había pasado la ultima semana elaborando exactamente la misma orden, día tras día, era como si intentara auto convencerse de que Iscariote no los había traicionado, era como si se hubiese estancado en aquel día en el que se le informo de el ejercito inquisidor de Enrico Maxwell, parecía vivir ese día una y otra vez sin poder pasar de él, le hacía gracia,

"Es increíble que los humanos se compliquen tanto la vida, simplemente no los entiendo"

comentó Alucard para si en voz alta, ya casi llegaba a su destino, la orden que le había dado su ama ya había sido cumplida un par de horas atrás, había debilitado lo suficiente al ejercito de Iscariote como para dedicarse al cien por ciento a detener a las fuerzas de Millennium, sinceramente le había resultado más entretenido luchar contra Rip van Winkle que contra el montón de basuras del Vaticano, si por lo menos Anderson estuviese entre las filas de dicho ejercito, pero no era así, por lo menos Yumiko le era interesante, caminó un poco más entre los edificios sobre los cuales las llamas bailaban de forma cautivadora hasta que diviso su objetivo a lo lejos, sonrió maquiavélicamente, soltando una risa ahogada para luego comenzar a acercarse lenta pero seguramente, su diversión había comenzado.

El sonido de los cubiertos moviéndose sobre su platillo en la mesa no dejaban de escucharse por todo el cuarto, lo escuchaba perfectamente e incluso con más detalle de lo normal, estaba totalmente ensimismado en el sonido, era mejor así, no quería pensar en nada más, parecía perdido, tan perdido como horas antes cuando aún se encontraba en la pequeña oficina del orfanato, simplemente se llevaba cada bocado mecánicamente a los labios, como si se tratara de un robot, finalmente el rechinido de la puerta en la habitación lo sacó de su ensimismamiento, volvió el cuerpo completamente hacía ella, entrecerrando un poco los ojos cuando el hombre junto a ella encendió una pequeña lámpara que se encontraba en el lugar, había estado comiendo en silencio y en la oscuridad, ni siquiera se había percatado de ello, abrió la boca para pronunciar unas palabras pero el hombre frente a él habló primero

"Monseñor, tiene una llamada"

anunció el padre Renaldo, ciertamente el actual comportamiento del arzobispo lo tenía preocupado pero él no era nadie para meterse en los asuntos de su superior por lo tanto se limitaba a hacer su trabajo, era lo mejor y lo único que podía hacer en esos momentos;

"Voy enseguida"

respondió Enrico a la vez que comenzaba a ponerse de pie para luego seguir al padre Renaldo en dirección al teléfono, no preguntaría de quién era la llamada, solo había dos personas más fuera del orfanato que sabían donde se encontraba, así que no era necesario cuestionar nada, él sabía perfectamente quién le llamaba,

"Heihke ¿Qué sucede?"

preguntó irritado una vez colocó el auricular del teléfono en su oído,

"¿Jefe?"

preguntó confundida la mujer al otro lado del auricular, era obvió que se trataba de Enrico pero le había sorprendido la forma en la que el hombre había contestado la llamada,

"Jefe"

repitió una vez más, esta ocasión de una forma segura

"Las tropas están un tanto debilitadas, Yumiko y yo nos preguntábamos si regresará pronto"

comenzó por decir la mujer a modo de introducción, su voz sonaba expectante y estaba por pronunciar un par de palabras más cuando su interlocutor la interrumpió rudamente,

"¡Son un par de idiotas, acabo de regresar a Roma hoy ¡Es obvio que no regresare pronto! Regresare cuando lo crea prudente, ahora, no quiero que vuelvan a molestarme con una idiotez de este calibre ¡Vuelvan a su misión, YA!"

espetó furioso y sin esperar respuesta colgó el auricular, no estaba de humor para discutir con sus subordinadas.

Una sombra se divisaba correr a través de un largo pasillo llenó de pinturas, hermosas pinturas que detallaban episodios de batallas, guerras, luchas, modelos a escala de bombarderos y metros y metros más de pasillo pasaban frente a sus ojos, no podía parar de correr o él la alcanzaría, cargaba entre sus manos esas dos bayonetas, esas dos que ya había usado contra Seras y Alucard, no deseaba ser alcanzada, lagrimas cubrían sus ojos, su orgullo por los suelos y su dignidad y valor tirados a la basura, como podría entonces considerarse una buena líder para la organización ¿Cómo? Si en ese preciso instante estaba huyendo de aquel demonio, de aquel regenerador ¿Pero era realmente de él de quien huía, Realmente todas aquellas lagrimas que amenazaban con derramarse de sus ojos ¿Eran a causa de él, de repente, una brecha en el caminó que había surgido de la nada la hizo tropezar, detuvo la caída con ambas manos quedando hincada sobre el gélido piso, levantó ligeramente el rostro y pudo ver como un par de zapatos se acercaban a ella, abrió los ojos grandes y ahogo un grito al reconocerlos al instante, no deseaba subir aún más su cabeza, no deseaba ver el rostro del dueño de ese par de zapatos, sin embargo no podía permitir que la humillasen aún más, no a ella, ella era la líder de la institución Hellsing, Sir. Integra Wingates Hellsing no sería doblegada de esa manera, con ese pensamiento comenzó a alza la vista, estaba en lo correcto, ahí estaba erguido, con esa sonrisa cínica en su rostro y tras él, el paladín Alexander Anderson, ambos observándola con desprecio, desprecio que ella correspondió, tan solo fingía, a pesar de ello el dueño de aquellos zapatos extendió una mano, ofreciéndosela como apoyo, ella lo observó por un par de segundos y con recelo comenzó a mover la propia, insegura, faltaban escasos centímetros para que ambas se unieran, pero un remolino de colores se interpuso entre ellos y ella abrió los ojos, había sido interrumpida en su sueño.

"¿Integra-sama?"

se escuchó una voz en el fondo de la oficina de la jefa de Hellsing, la joven subió la vista y pudo divisar junto a la puerta la figura de un hombre que la observaba con preocupación, eran ya pasadas las doce de la noche y la situación no había mejorado en lo absoluto, tanto para la organización como para la capital Inglesa;

"¿Qué ocurre Walter?"

preguntó la mujer secamente, seguía de mal humor.


NA: Son capítulos realmente cortos, me excuso por eso, espero poder subir capítulos más largos más adelante, podría echarle la culpa a la universidad pero pues yo me metí en este lió así que ahora me aguanto de quejarme XDD en fin, espero actualizar lo más pronto posible y nuevamente les agradezco el que se tomen el tiempo de leer