La mayoría de los personajes pertenecen a J. K. Rowling y a Warnner Bros

5. El descubrimiento

- Mi señor, mi señor respóndame por favor ¿qué le sucede?. ¡por favor! Respóndame- gritaba una voz aguda y desesperada, mientras veía un rostro demacrado y pálido. Un rostro que pertenecía a un cuerpo envuelto en una túnica negra como el azabache; un cuerpo que yacía en el frío y duro suelo desde hace 2 horas. El dueño de ese cuerpo era el mismo dueño de un nombre impronunciable e innombrable que aterrorizaba y helaba la sangre de aquellos que conocían la magia; Lord Voldemort se había desmayado sin razón alguna, en ese instante él, uno de los hombres más poderosos y más temidos en el mundo mágico había mostrado flaqueza y debilidad ante sus súbditos.

Esta era la escena que Harry tenía guardada en su cabeza cuando volvió a recuperar la conciencia. Se encontraba tirado en el suelo, la cabeza y los ojos le dolían intensamente y no entendía bien porque estaba pensando en eso. La luz que se colaba por la ventana sin vidrio lo cegaba un poco, se sentía pesado y cansado sin razón alguna. Ya más consciente de si mismo se levantó del suelo y se sentó en el borde de la cama. Tenía la boca seca y la garganta adolorida, evidentemente necesitaba tomar algo. Se paró y decidió ir a la cocina por un poco de agua, mientras sus piernas respondían por él, su cerebro se hallaba enfrascado en un mar de confusión, todavía no se acordaba del por qué de su cansancio, ni del por qué de los vidrios rotos. Llegó a la cocina y antes de que se hubiera servido algo un grito lo saco de su ensimismamiento.

¡Potter, mira lo que has hecho, mira en lo que has convertido la casa¡tú y tu anormalidad casi nos cuesta la vida a mi familia y a mí! Exijo que me digas en este mismo momento qué fue lo que hiciste... ahhh y tambien qué me digas como demonios vas a hacer para pagarnos los daños- gritaba desde el otro lado de la sala un enfurecido y enrojecido Vernon Dursley.

Harry se volteó y vio a contraluz la redonda silueta de su tío, trató de pensar la respuesta que le daría pero estaba muy confundido cuando logró asimilar que él había sido el causante de semejante desastre. Rápidamente le echo un vistazo a todo su alrededor y se dio cuenta que los cuadros se encontraban en el piso, la sala estaba toda revuelta, los vidrios estaban rotos, todas las cosas estaba fuera de su lugar, mejor dicho en la casa reinaba un desorden inmarcesible, esa no parecía la casa de los Dursley. Pensó y se dio cuenta de que todavía no sabia que responder ni tenía idea de cómo él había sido capaz de hacer todo eso.

¡Potter, es que acaso no me escuchas¡respóndeme que te estoy hablando!

- yo eee..sste.- no tenía ni idea que responderél estaba más confundido y más sorprendido que tío Vernon- Yo para empezar no... no soy un fenómeno- fue lo primero que se le vino a la mente, luego comenzó a decir con un tono más amenazador y un poco más seguro de si mismo- segundo¡no sé como pasó todo esto! Y tercero, tu bien sabes que no tengo dinero para pagarte los daños, querido tío. Aunque si quieres y tu bien sabes que es la única solución que te puedo dar, es arreglarlo todo de la única manera en la que puedo¡con magia- terminó de decir al mismo tiempo que sacaba su varita del bolsillo y miraba a tío Vernon con una sonrisa de triunfo.

Vernon ahogo un bufido apenas vio la varita de Harry y rápidamente empezó a imaginar como quedarían enfrente de los vecinos si se dieran cuenta de todo lo que había pasado ese día en su casa.

¡NO, no te atrevas arreglar nada con esa cosa, no, prefiero pagarlo todo, en mi casa no se va a hacer magia, no, eso.. eso nunca- terminó de musitar con cara de terror y de rabia al mismo tiempo.

- Bien como quieras, esa era la única manera en la que podía responder y como tú no quieres mejor me voy- contestó y dio media vuelta.

Su tío no tuvo otro remedio que dejarlo ir, no sabia como obligarlo a responder por lo que había hecho, no se le ocurría una manera, Harry no tenía dinero eso él lo sabía y tampoco lo podía obligar por las amenazas que le habían hecho los anormales en la estación, además de que ni porque estuviera loco se atrevería a aceptar que Harry arreglara todo con ayuda de una varita y de unos hechizos.

Cuando Harry estaba a mitad de la escalera alcanzó a oir que su tió le decía

- Ya vas a ver Potter¡esto no se queda así!.

Subió y se encerró en su cuarto, necesitaba pensar, muchas dudas inundaban su cabeza, no se acordaba de lo que había pasado, no sabía por qué y cómo había hecho que la casa quedara en tal estado¿qué pasó¿será que nos atacaron y yo me desmayé?. Pensó.

- No definitivamente no, me hubieran hecho algo, me hubieran ma...tado, o por lo menos herido y hasta ahora no me dado cuenta, no me duele nada aparte de la cabeza que se me va a explotar- terminó de decirse a si mismo mientras se tocaba la cabeza.- No, no tengo nada, no estoy sangrando ni nada por el estilo. ¿pero entonces qué pasó?.

Ensimismado estaba en sus pensamientos cuando de pronto sintio como un pequeño pico le picaba suavemente la mano. Volteo y vio a una lechuza que nunca antes había visto, era gris, casi color plata y tenia unos hermosos ojos amarillos. Tambien se dio cuenta de que tenía una carta amarrada a su pata, la desató y comenzó a leerla.

Harry:

Por favor hagas lo que hagas¡no te vuelvas a enojar, lo que acabó de pasar es muy peligroso para ti y para las personas que te rodean. Tu ira sobrecargó tus poderes con una intensidad que nunca antes había visto y por eso es que la casa está casi destruida. Tu ira se descontrolo de tal manera que los vidrios se rompieron, la casa comenzó a temblar y el cielo se nubló, eso fue algo increíble, nunca había visto algo igual, extraordinario pero peligroso y espeluznante.

Creo que ya te diste cuenta de lo que el odio puede hacer, creo que ya estás descubriendo la razón del poder de Voldemort, los motivos de nuestro miedo hacia él y sobre todo creo que te estás dando cuenta de que nuestra única esperanza para derrotarlo eres tú. Créeme que con lo que pasó está tarde Voldemort debe temerte ahora más que nunca.

PD¡por favor tranquilízate muchacho!

Remus Lupin.

Harry no lo podía creer, por fin entendía lo que había pasado. Se sentía muy confundido, por un lado estaba aliviado al saber que había pasado; por otro se sentía sorprendido y asustado de sus poderes y sobre todo de su capacidad de odio, y por ultimo se sentía presionado y acorralado al saber que todos lo ven como su única esperanza.

- Como puede ser posible que ya tenga tantas responsabilidades encima mío¡no es justo! Tengo 15 años y ya soy consiente de que o soy victima o soy asesino. No puede ser que mi vida sea asi¿yo que carajo he hecho para merecerme esto¿por qué esto me tiene que pasar precisamente a mí? Definitivamente mi vida está maldita, siempre ha estado maldita. Pensaba mientras se alteraba lentamente, su cabeza iba a estallar, eso no era nada nuevo, ya se estaba acostumbrando a tener dolor de cabeza, ahora ya se preocupaba porque no le dolía. Trató de calmarse, empezó a respirar más lentamente, trató de pensar en algo que lo calmara e inmediatamente los ojos de Clarissa aparecieron en su mente, sus ojos verdes y llenos de vida. Pensaba y lentamente una pequeña sonrisa se empezó a dibujar en su cara, a esa altura de la vida hasta sonreír le costaba un gran esfuerzo. Poco a poco se empezó a calmar, el pensar en Clarissa le ayudaba mucho, le dio alegría acordarse de que ya la vería más tarde, ya no faltaba mucho para que ella llegara. Harry estaba frente a la ventana, una cálida brisa de verano le acariciaba el rostro, ya estaba mucho más calmado cuando volvió a abrir los ojos y vio a Clarissa acercándose lentamente a la casa 4 de Privet Drive, apenas la vio su corazón se volvió a acelerar pero con un ritmo diferente, sus manos comenzaron a sudar y su respiración empezó a agitarse, era una sensación muy extraña y muy agradable al mismo tiempo. Clarissa cada vez estaba más cerca, ya podía ver bien su cara, no entendió porque ahora la estaba viendo más linda de lo que la había visto la primera vez. El sol la iluminaba de una manera increíble parecía un ángel, su pelo y sus ojos se veían mucho más brillantes, Harry estaba pensando en esto cuando oyó el timbre. Quiso bajar a toda velocidad para poder ver a Clarissa, pero sabia que lo mejor era no arriesgarse con sus tíos después de lo que había pasado en la mañana. Pensó y pensó en eso durante unos minutos y no le importo, no le importaba tener que aguantarse otro regaño y otro reproche, tenía que ver a Clarissa. Se acercó a la puerta y lentamente la abrió, bajó las escaleras y ahí estaba ella, tan radiante y tan bella como la recordaba. Ella apenas lo vio le dio una pequeña sonrisaél le correspondió mientras se iba acercando de repente se detuvo, no podía seguirse acercando porque Dudley se había acabado de sentar al frente de Clarissa. Se quedó ahí paralizado, como le hubiera gustado desaparecer a Dudley en ese momento. Contemplo a Clarissa detallándola hasta lo más mínimo, estaba igual que ayer, estaba como él la esperaba, Harry la miraba y la miraba como embrujado, llevaba ahí 3 minutos mirándola cuando se dio cuenta de algo y se sorprendió por lo que descubrió en esos ojos que tanta esperanza le daban; ese día esos ojos llenos de vida estaban teñidos con un dejo de melancolia.