6.
¿Por qué?
Esa tarde Harry descubrió algo que nunca imagino, se dio cuenta de que en los ojos de Clarissa había tristeza y melancolía. No entendía como esto era posible, era algo casi impensable, ¿cómo aquellos ojos que le daban esperanza ahora se encontraban sumidos en la más inmensa e inexplicable de las melancolías?. Esa era otra de las muchas preguntas que ahora rondaban en la cabeza de Harry.
La clase de Dudley había empezado hace unos 15 minutos y Harry todavía seguía ahí mirando y contemplando a Clarissa, todavía no podía entender la calma y la tranquilidad que le producía. Estaba idiotizado mirando como le explicaba algo a Dudley que parecía chino, Harry no entendía ni una palabra de lo que ella decía y al parecer Dudley tampoco, porque a cada rato se agarraba la cabeza como signo de desesperación, mientras Clarissa muy pacientemente le volvía a explicar las veces que fuera necesario. Clarissa definitivamente sabia que Harry estaba ahí mirándola pero no hacia nada para que él supiera que ella sabia, actuaba con la misma naturalidad de siempre cosa que a Harry le encantó porque eso significaba que él no la estaba intimidando en ese momento tal como lo había hecho la noche anterior. Eso era importante, ella era una de las pocas personas que conocía, que no sabían nada de él, ni de su cicatriz y mucho menos de todas las veces que se había salvado de morir a manos de Voldemort; si, se notaba que ella no sabia nada de magia ni de hechizos, ella era una de las personas que no sabia más sobre Harry de lo que él sabia sobre si mismo.
Seguían pasando los minutos y Harry seguía ahí, absorto en Clarissa, cosa que le estaba agradeciendo a la vida, él estaba ahí, grabando cada característica, cada centímetro, cada mirada, cada gesto de Clarissa, en su mente para recordarla cuando se sintiera alterado y así poder calmarse. Estaba pensando en eso cuando su voz lo saco de sus pensamientos con una sola palabra.
Ehh... Dudley, ¿será que podemos cerrar un poco las ventanas? Es que tengo un poco de frío
Inmediatamente Dudley se puso muy nervioso, no sabia que decir, no sabia como decirle a Clarissa que todos los vidrios estaban rotos. No se quería imaginar la cara de Clarissa al oír esto y mucho menos se quería imaginar lo que ella podría pensar de todo eso. Harry que estaba ahí junto a ellos, tampoco sabia que hacer, no sabia que inventarse y el solo hecho de pensar que Dudley le iba a decir a Clarissa que el había sido el causante de ese desastre, le helaba la sangre.
ess... te, no... no puedo- contestó Dudley en un susurro- no puedo porque...
porque están cambiando las ventanas...- interrumpió Harry. Dudley se volteó y lo miro con cara de desconcertado, él no se había dado cuenta de que Harry estaba observándolos desde hace un rato. Por su cabeza no pasaba ninguna idea para tratar de remediar la situación por lo que se tuvo que aliar de alguna manera a su primo para salir de ese lío, obviamente eso lo hizo porque no tenía más alternativa.
Si, las están cambiando...ee..eso es- musito y se dirigió a ver a Harry nuevamente para ver, a él que más se le ocurría decir.
Es que, van a poner vidrios de... de seguridad, tu ya sabes como es de peligroso todo hoy en día, y... pues mis tíos quieren evitarse dolores de cabeza- dijo al tiempo que se sorprendía de la excusa que se había inventado, también pensó en que esa era la primera y quizá la única vez en que él y Dudley serían cómplices en algo.
Ahhh, bueno entonces no hay problema, igual ya se me está pasando el frío- dijo Clarissa al tiempo que los miraba extrañada.
Dudley estaba todavía muy asustado para musitar palabra alguna; Harry se había dado cuenta de la cara que le hacía Clarissa y se sentía como un tonto. ¿cómo se le había ocurrido decir eso?-pensó. Clarissa hizo como si nada y prosiguió con la clase, aunque ahora el ambiente estaba un poco extraño, ya que Dudley si antes no ponía atención, ahora menos después del susto que acababa de tener, y por otra parte Harry todavía se encontraba en la sala observándolos, lo cual hacia la situación más extraña aun.
Harry se limitó a contemplar nuevamente a Clarissa, que ese día estaba especialmente linda. Tenía una camiseta blanca y unos jeans, y su pelo estaba recogido en una coleta, aunque estaba vestida muy sencillamente, se veía muy bien. Harry la siguió mirando largo rato y se dio cuenta que seguía con frió porque a cada rato se tocaba y se frotaba los brazos tratándose de calentar, tambien notó que tenía una extraña cicatriz en su muñeca derecha.
Clarissa, estás temblando, ¿seguro que no tienes frío? Si quieres te traigo un saco para que te calientes un poco, o te puedo preparar algo caliente para tomar- dijo esperando una respuesta y esperanzado en que Clarissa le dijera que sí. Clarissa se volteó y lo miro a los ojos por primera vez en la tarde, Harry sintió como un chispazo recorría todo su cuerpo mientras su corazón se aceleraba considerablemente. Esos ojos, pensó, ¿por qué razón esos ojos me producen esto? Mientras él pensaba esto, Clarissa le contestaba.
Este, no, no te preocupes- respondió, mirando a Harry a los ojos y mostrándole una pequeña sonrisa forzada.
Harry no fue capaz de responderle nada. No sabia como interpretar la mirada de Clarissa, esa mirada reflejaba un profundo y desgarrador dolor, ese día había algo en ella que Harry no había notado ayer. El descubrir eso le aterro y al mismo tiempo lo fascino. ¿cómo alguien puede transmitir al mismo tiempo esperanza y fragilidad, pero sobre todo cómo es que puede estar llena al mismo tiempo de esperanza y de dolor? ¿será que le paso algo y por eso hoy está así? Si eso debe ser porque ayer no estaba así, ayer sonreía y me hablaba- pensó, mientras sostenía su mirada sobre la de Clarissa. Ella trataba de mirarlo sin expresión alguna, trataba de no reflejar nada más que esa pequeña y desgarradora sonrisa forzada. Pasaron unos cuantos segundos antes de que Clarissa desviara la mirada y dejara a Harry más y más confundido.
Harry, ¿por qué no te vas, creo que ya está claro que Clarissa no quiere, ni necesita nada de ti- interrumpió Dudley al tiempo que miraba desdeñosamente a Harry.
Si ya me voy, no te preocupes ya no voy a seguir molestándolos- le contesto Harry mientras veía como Clarissa estaba ahí inmóvil e indiferente ante lo que estaba pasando, le estaba empezando a doler y a molestar la indiferencia de Clarissa, no sabia bien lo que estaba sintiendo pero sabia que nunca había sentido algo así. Era un sentimiento de amargura, de abandono, de desespero y de melancolía matizado con un poco de solidaridad y de entendimiento. Con esos sentimientos en su alma y con todas las preguntas que ahora le suscitaba el comportamiento y la actitud de Clarissa, se dio media vuelta y se fue.
