La mayoría de los personajes pertenecen a J. K. Rowling y a Warnner Bros.
7.En el parque
La tarde estaba cayendo lentamente, ahora los últimos rayos de sol del día se colaban por las ventanas dejando el ambiente sumido en una tibieza aterciopelada. Harry había subido a su habitación hacia 15 minutos, con la cabeza hecha un nudo luego de todo lo que había pasado ese día. La carta que había recibido de Lupin; el incidente con su ira; el haber descubierto el aura melancolía que ahora envolvía a Clarissa; el no tener todavía noticias de sus amigos; el acordarse de Sirius, eran los temas que envolvían y revolvían su ya muy agitado cerebro. Los problemas que tenía que soportar en ese momento consumían la mayoría de sus energías y la gran mayoría del tiempo se la pasaba pensando sumido en el ambiente depresivo que generaba su cabeza y que sentía su corazón.
Ese día definitivamente había sido uno de los más extraños que había tenido en mucho tiempo, todo lo que había acabado de pasar, ahora contribuía a aumentar considerablemente su enorme lista de problemas. Lo que había sentido ayer después de haber conocido y hablado con Clarissa, se había desvanecido casi por completo; la esperanza se había esfumado como una nube de humo. Todo lo que había sentido ayer había sido tan efímero, que ahora se estaba desvaneciendo tan rápido a como había aparecido.
De nuevo se encontró solo en su habitación, más solo que nunca, sus ojos se estaban empezando a sumir en su taciturnidad habitual y su corazón de repente estaba volviendo al ritmo que tenía desde que se había enterado de su fatal e inevitable destino. Su mente estaba en estado de aletargamiento y de soledad, cuando sus ojos se dieron cuenta de que por su ventana todavía rota entraban los últimos y agonizantes rayos de un sol inmensamente anaranjado alojado en el occidente. Tenía que arreglar la ventana él, porque si fuera por sus tíos la dejarían así, igual no era ni su problema ni su culpa, que su querido sobrino se hubiera enloquecido y hubiera tratado de destruir la casa. Tomo su varita y se acercó a la ventana.
Reparo!- ordeno y poco a poco los pedazos de vidrios regados por el suelo se volvieron a unir y regresaron al marco de la ventana. Harry se dirigió a esta, necesitaba distraerse un poco así fuera mirando la calle, las casas estaban igual que siempre, la calle tambien. Todo permanecía igual- ojalá fuera así, ojalá nada hubiera cambiado- dijo, hablando muy bajo. Nuevamente dirigió su mirada hacia la calle y vio a Clarissa, no pudo evitar sentirse como se sentía cuando la miraba. Clarissa estaba caminando lentamente por la acera, se detuvo repentinamente y volteo a ver hacia el numero 4 de Privet Drive, mientras unas pequeñas y brillantes gotas se resbalaban por sus mejillas; cuando Harry vio esto lo primero que pensó era que tenía que saber el por qué de las lagrimas de Clarissa. Sintió un impulso de salir corriendo detrás de ella y abrazarla para calmarla, necesitaba que Clarissa estuviera bien para que él tambien pudiera estar relativamente bien y tal como lo había hecho la noche anterior, salió corriendo detrás de ella. Bajó las escaleras rápidamente y cuando llegó a la puerta Dudley lo detuvo.
Y ¿se puede saber para donde vas?. Sabes que no puedes salir de la casa sin el permiso de mis papás, además yo no me puedo quedar solo con todas las ventanas rotas¿qué tal si aprovechan eso para robarnos?- decía Dudley temblando- tú mismo dijiste eso.
¡Tonto! Como te pudiste creer eso de los ladrones, eso me lo invente para responderle a Clarissa. Créeme que en este vecindario nadie es capaz de robarle nada a nadie, y no es porque no quieran o porque no necesiten¡es porque tienen que guardar las apariencias de que son gente decente y no un montón de patéticos y malditos hipócritas envidiosos¡es por eso que no son capaces de robar, por miedo a ser descubiertos y juzgados por los de su misma clase¿qué acaso no te das cuenta de que estamos rodeados de ratas¿O mejor acaso tú no te das cuenta de que también eres una rata despreciable e inmunda?- grito Harry descargando toda su ira y frustración contra Dudley, se dio la vuelta y abrió la puerta de la casa dejando adentro a su querido primo incapaz de pronunciar palabra alguna.
La noche estaba muy fresca, más fresca de lo normal en esa época del año. Harry salió a toda prisa de la casa en busca de Clarissa, miro por todas partes y no la vio, no sabia por donde podría estar, la única alternativa que se le ocurrió fue ir hasta su casa, tenía la esperanza de acordarse en donde quedaba. Comenzó a caminar tan rápido como sus piernas se lo permitían, se sentía desesperado,- ¿por qué Clarissa está así¿qué problemas tendrá, tiene que ser algo grave porque nadie se pone así de un día a otro porque sí-. Pensaba mientras caminaba rápidamente por el paseo Glicina, hasta que llegó a la esquina que unía el paseo con la calle Dawson, no sabía por donde seguir, no sabia si debía seguir derecho por Glicina o si debía voltear a la derecha, o voltear a la izquierda; de repente entendió que debía voltear hacia la izquierda como si fuera para el parque, no supo de donde sacó esa idea simplemente la siguió, volteo hacia la izquierda caminando tan apurado como lo venía haciendo. Llegó al parque y no vio nada, se desesperó pero siguió caminando y poco a poco comenzó a oír unos pequeños sollozos, se acercó un poco más y vio a alguien sentado sobre una de las bancas del parque, no pudo evitar sentir curiosidad por saber quien era aquella persona, siguió caminando con el corazón en la garganta hasta que por fin estaba lo suficientemente cerca como para descubrir quien era aquella persona que lloraba tan amargamente, con su corazón visiblemente alterado y con sus manos sudorosas encontró lo que estaba buscando, encontró a Clarissa sentada llorando en la banca que tenía al frente de él.
Harry se sentía paralizado, no sabia que hacer, no sabia como podría reaccionar Clarissa al verlo ahí. Estaba tan conmocionado y a unos pocos centímetros de Clarissa, sin palabras, sin soluciones, sin motivos; todo era tan extraño, no sabia como había llegado hasta ahí, no sabía que lo había hecho girar hacia la izquierda, no sabia que lo había guiado, no sabía que hacer. Todo era tan confuso y tan difícil, no entendía por qué estaba comportándose de esa manera con una persona a la que solo había visto 2 veces en su vida. No entendía por qué sentía la necesidad de ayudarla, de consolarla, de abrazarla, de estar cerca de ella; esa era una sensación que nunca había sentido en su vida y aunque lo asustara, al mismo tiempo lo llenaba de una felicidad inexplicable. Lentamente se empezó a acercar, no le importaba no tener una solución para lo que iba a pasar, había decidido arriesgarse, había decidido dejarle todo al azar; su corazón se iba a salir de su pecho, su respiración se agito rápidamente y su espalda empezó a ser recorrida por una serie de escalofríos. Cuando Harry estaba a punto de tocar el hombro de Clarissa los sollozos cesaron. Al parecer Clarissa se había dado cuenta de que había alguien mirándola, sin saber que hacer y como reaccionar, comenzó a girar su cabeza lentamente para descubrir a aquel que había interrumpido su tristeza. Lo primero que vio Clarissa fue la mano extendida de Harry a unos pocos centímetros de su hombro, sin descubrir quien era el dueño de esa mano continuo elevando su mirada hasta que se encontró con unos ojos color esmeralda, que la hicieron estremecer, porque pertenecían a quien ella menos se imaginaba.
Clarissa no pudo evitar sentirse cautivada por esos ojos, no podía apartar la mirada de ellos, ahora estaba sintiendo casi lo mismo que sentía Harry cada vez que ella lo miraba. Harry por su parte, tampoco podía mirar hacia otro lado y aunque los ojos de Clarissa en ese momento estaban llenos de tristeza, noto como aun le producían aquella cálida sensación que relacionaba con esperanza. Ninguno de los 2 podía desviar la mirada, ninguno de los dos quería desviar la mirada; rápidamente los segundos se fueron transformando en minutos y ninguno de los 2 reaccionaba, parecía que se podían quedar ahí una eternidad mirando los ojos del otro.
Clarissa empezó a invadirse de una sensación muy extraña, de repente su tristeza empezó casi a desvanecerse, Harry se sentía igual mientras se acercaba más a Clarissa y ponía una de sus manos en una de sus mejillas. Cuando su mano toco la piel de Clarissa, un calor extraño comenzó a extenderse por todo su cuerpo, ya no tenía más miedo; Clarissa al sentir la mano de Harry se estremeció un poco y no pudo evitar cerrar los ojos e inclinar levemente la cabeza, este gesto hizo que Harry entendiera que a ella le había gustado lo que él acababa de hacer; sin embargo cuando Clarissa abrió los ojos, movió bruscamente su cabeza y se levantó de la banca, y justo cuando se iba a ir, Harry la detuvo cogiendo su muñeca derecha en donde ahora sentía con sus dedos la cicatriz que sus ojos habían visto por la tarde.
Este capitulo me quedo un poco raro, pero bueno espero que les guste. Gracias a todos lo que me han dejado reviews y a los que no también, espero que algun día se decidan y me dejen uno, sobra decir que dejen reviews.
PD: hay alguien que me quiera recomendar algunos FF?
