Nota: Hola n.n. Antes que nada quiero agradecer todo el apoyo brindado por aquellas personas que muy amablemente me dejaron un review; mil disculpas por tardarme tanto en actualizar, pensaba hacerlo ayer pero con todo esto de las celebraciones por el día del padre, no he tenido tiempo ni siquiera de prender el cpu. Espero que disfruten este chapter.
Elena: Tu misma lo has dicho, ese fue el capitulo de las confesiones, aunque aun quede un poco mas por descubrir n.n. Espero que sea de tu agrado este chapter, cuídate y muchas gracias por tu lindo review. Un beso.
HADA: n.n Antes que nada quiero felicitarte por el fic que subiste hace poco, esta súper bueno, y también quiero agradecerte por tu lindo comentario. Jeje, concuerdo contigo en cuanto a lo de Anghella, también a mi me cae muy bien… y no te preocupes, ya llegara la hora en que patee olímpicamente el trasero de Giuseppe por lapa, jeje. Espero que este chapter sea de tu agrado, mil disculpas por la demora y por favor cuídate mucho. Un beso.
Lady Palas: Muchísimas gracias por tu lindo comentario; y n.ñ… creo que tienes razón, el titulo y el summary son poco atractivos, pero ya te imaginarás que soy algo escasa de imaginación para esas cosas n.ñUuU. De cualquier forma, me alegra mucho que te haya gustado el fic, y en cuanto a lo de la cultura egipcia, bueno ya somos dos, a mí también me gusta mucho. Espero que este chapter sea de tu agrado, cuídate mucho y disculpa la demora. Un beso.
Abby Lockhart¡Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Jeje. Abby, me alegro mucho que te haya gustado el chapter; y no te preocupes, esa disculpa será temporal, lo prometo. Pues… mmm… no concuerdo contigo mucho en lo del cuidador de tumbas, aunque ya mas adelante te irás dando cuenta porque. n/n En cuanto a Alessio, te doy toda la razón, ese chico es un pan de Dios, y te debo a ti la maravillosa idea de crearlo. Perdóname por la demora, pensaba actualizar ayer como te dije, pero ya sabes como es mamá cuando anda de malas -.-U. En fin, espero que este chapter haya sido de tu agrado, ya sabes que cualquier cosita puedes decirme, agregar o cambiar puedes decírmelo ya sea mediante reviews o msn. Por cierto, ya leí el primer chapter del fic de DM y esta bunisisisisisisimo, ya ni puedo esperar a que sea mañana para verlo actualizado. Cuídate mushio, te bañas, comes bien y no hablas con extraños xD (adoro esa frase!). Un besososososososososososososososote.
Aisha-ladimoon¡Hola! Jajaja, pues a decir verdad no había tenido esa mentalidad con respecto al castigo de Kiki, aunque parece ser provechosa para una idea sobre su futuro. Pues… n.ñ supongo que algo le tenía que pasar, pero descuida, mente positiva ante el mal tiempo. Muchas gracias por tu review, estuvo muy lindo. Espero que este chapter sea de tu agrado, por fis cuídate mucho y disculpa la demora. Un beso.
Lady Arien: Hola. n.n Pues muchas gracias por tu comentario y... ¬.¬ creeme, no eres la unica que tiene ganas de ahorcar al engreido ricachon. Espero haber despejado tus dudas sobre Mu es este chapter, y que este sea de tu agrado. Cuidate mucho y mil disculpas por la demora. Un beso.
Arien Lautrec: Hey¿Qué comes que adivinas? Jeje. Pues si, no solo será con la egipcia sino que planeo mezclar un par de culturas antiguas más con la griega, créeme soy una fanática de estas. También yo te vi en los foros la semana pasada y descuida, no tengo ningún problema en que tomes mi nick para el nombre de un personaje de tu futuro fic, al contrario, seria todo un honor. Bueno pues, como ves van 'los chicos malos': 1 'Mu': 0, aunque prometo que eso cambiara pronto. Cuidate mucho y muchas gracias por tu review. Espero que este chapter sea de tu agrado. Un besote.
Shiarize: Jeje, gracias n/n. También me encanta Alessio, y descuida, tal vez vuelva a aparecer en unos fics futuros. En cuanto a Mu, pues los problemas tenían que pasar… pero dont worry, procurare que terminen rápido. Descuida, déjame tu mail y te agregare en cuanto me conecte al msn, será un placer hablar contigo n.n. En fin, espero que este chapter haya sido de tu agrado, cuídate mucho y muchas gracias por tu review. Un beso.
Flor del Nilo
Capitulo V - Atentado
Al poco tiempo de ingresar, no tardaron mucho en reubicarse gracias a las marcas dejadas por el caballero de Aries la noche anterior. Caminaron por un largo rato, aunque fueron pocas las palabras que intercambiaron, cada uno estaba sumergido en sus propios pensamientos.
Anghella estaba pálida. Por más que intentaba distraer su mente pensando en otras cosas, no podía dejar de pensar en su padre, y en lo que ocurrió en aquel trágico accidente que se había llevado a cabo años anteriores en ese mismo lugar. Era como recorrer el ultimo lugar que recorrió su padre antes de morir. De repente, algo paso caminando frente a sus pies a gran velocidad; Anghella soltó un grito del espanto, retrocediendo un par de pasos hasta chocar con el caballero de Aries, quien caminaba tras de ella por el estrecho camino.
Said volteó sorprendido.
¿Qué ocurrió?- preguntó Mu, dándose una vaga idea de lo que había visto.
Vi algo moverse enfrente mío… parecía un insecto…
No es un insecto – dijo Said, iluminando hacia todos lados -, es un escorpión. Deben tener cuidado, son muy venenosos y la tumba esta infestada de ellos… y los antídotos no los conseguiremos sino hasta llegar al pueblo...
¿Y tu no vives aquí?- preguntó Anghella asustada.
Si, pero por nosotros no te preocupes, convivimos tanto con ellos que es casi imposible que nos ataquen- sonrió -. Creo que ese pequeño ya se fue, será mejor que sigamos avanzando…- dijo mientras retomaba su camino.
Anghella reprimió un suspiro.
¿Estas bien?- preguntó Mu, preocupado, al notar la alteración de Anghella.
Ésta asintió con una leve sonrisa.
¿Quieres descansar?
No, no… tan solo quiero llegar cuanto antes a esa bendita recamara
No se retrasen- se escuchó el eco de la voz de Said, quien ya había avanzado buena parte del camino -. Podrían perderse…
Ambos asintieron y continuaron el camino.
Tengo miedo…- susurró Anghella mientras avanzaba -… tengo el presentimiento que algo malo va ha ocurrir…
Mu poso una mano sobre su hombro y se estremeció al ver que la chica frente a él temblaba.
Tranquila- dijo de igual manera -, nada malo va ha ocurrir, ya lo veras…
Tan solo espero que tengas razón…
Dense prisa, por favor- insistió la voz de Said desde el final del pasadizo.
Ya vamos- respondió Mu
Se volvió rápidamente, como por una reacción, y miró detenidamente a todos lados, aunque la verdad no podía distinguir nada debido a la oscuridad tras de él; por unos instantes sintió como si alguien caminara tras de ellos.
¿Qué ocurre?- preguntó preocupada Anghella
No, es tan solo que… nada –sonrió tranquilamente –tan solo fue mi imaginación, continua avanzando…
Anghella asintió e hizo lo indicado.
Mu se volvió una vez mas para mirar detenidamente y, al igual que la vez anterior, no vio nada mas que una total oscuridad, por lo que continuó avanzando antes que Anghella se percatara, no quería causarle mas temores de los que ya tenía.
Continuaron avanzando y no muy adelante encontraron al equipo de siete arqueólogos, parados frente a una enorme pared hecha de ladrillos. Mu parpadeó confundido, se trataba de la misma pared que Anghella había destruido la noche anterior. Anghella, por su parte, caminó hasta la pared y al tocarla se sorprendió al ver que estaba hecha a presión… no habían rastros de ninguna especie de pegamento y ninguna de las paredes a su alrededor estaba construida de la misma forma: alguien debía haberlo hecho durante la noche.
¿Intentaron destruirla?- preguntó la chica.
No, señorita- respondió uno de los arqueólogos –. Nosotros no tenemos orden de destruir ni tan solo una pared mas… muchos jeroglíficos se perdieron en la última expedición...
Pero la recamara se encuentra del otro lado… ¿verdad Mu?
Mu asintió, seguro de que se trataba de la misma pared, e incluso las marcas llegaban hasta ella.
Said¿tu no sabes que pudo haber ocurrido?- preguntó Anghella insistente.
Said se quedo helado, a decir verdad no esperaba que se le interrogara de esa forma. Sabía lo que había ocurrido, pero no podía delatar a su padre así como tampoco podía dejar que aquellos 'extranjeros' llegaran hasta la recamara.
Yo no se nada, señorita- se excusó nerviosamente el chico, cosa que no paso desapercibida ni para Mu ni para Anghella, quien tras cuestionárselo varias veces en su mente, decidió no continuar preguntándole.
Muy bien- dijo la muchacha, resignada a no encontrar una mejor solución -¿alguien podría conseguirme algo con que destruir esta pared? Tal vez un pico o una lampa…
Con todo respeto, señorita- intervino Said, pálido ante tal reacción –no creo que sea correcto destruir de esta manera un monumento histórico. Lo mejor será que lo discuta con más calma…
No lo creo, Said. Estoy completamente segura que la cámara se encontraba tras esta pared, lo que significa que lo único que se interpone entre nuestra misión y nosotros es esta pila de ladrillos – señaló la pared -. Además, es la señorita Kiddo y Giuseppe los que solventan esta investigación, así como mi padre antes del accidente –hizo una pausa -estoy segura que estarán muy satisfechos cuando sepan que encontramos la recamara principal…
¿y que si no es así?- preguntó Said, en un desesperado intento por hacerla caer en la duda.
Anghella se encogió de hombros mientras recibía una especie de tubo metálico con el cual podría golpear la pared.
Pues… que la responsabilidad recaiga sobre mi- dijo buscando las miradas de todos.
Todos los arqueólogos asintieron gustosos, mientras Mu sonrió inconcientemente, aquella chica no sería como las amazonas del Santuario, pero si era de armas tomar.
Said se llevó una mano a la cabeza preocupado, y tras unos cuantos golpes de Anghella y los arqueólogos a la pared, esta por fin cayó desecha, dejando a la vez la entrada hacía lo que habían estado buscando literalmente toda la mañana y gran parte de la tarde.
¡Voilà!- exclamó feliz la chica mientras se sacudía las manos
Los arqueólogos comentaron entre ellos sorprendidos de la seguridad de la chica, pero mayor fue su sorpresa una vez que ingresaron en la oscura recamara.
Esto es…- dijo a medias uno estupefacto
…la tumba de un noble…- culminó con la oración de igual modo, otro de los arqueólogos
Ni Anghella ni Mu pudieron ocultar su sorpresa; era la segunda vez que estaban ahí, pero la primera que la veían las ruinas con tanta claridad, y mas aún la semejanza que tenía con el sueño que la chica italiana había tenido.
¡Empecemos a leer jeroglíficos!- exclamó emocionado otro de los arqueólogos.
Olvida eso, necesitamos encontrar el sarcófago primero- le refutó otro de ellos.
Señores, vamos por partes, por favor- puso orden Anghella -. Lo primero que necesitamos hacer es colocar antorchas por toda la recamara, la luz que tenemos ahora no nos es suficiente para trabajar.
Rápidamente todos asintieron, y en menos de quince minutos la habitación ya estaba completamente iluminada; tal y como ella la recordaba en su sueño.
Said…- se volvió rápidamente al egipcio, quien observaba la escena con cara de 'esto es un verdadero desastre' -¿te importaría avisar al resto?
Said asintió, resignado, y girando sobre sus talones emprendió camino a la salida. Aún no sabía como le explicaría todo eso a su padre.
Mu lo vio alejarse para luego volverse sonriente hacia Anghella.
¿Crees que les informe?
Anghella se encogió de hombros.
No creo que le quede de otra –sonrió, mientras sujetaba sus cabellos castaños en una cola-. Hay mucho trabajo que hacer por aquí, muchas cosas que desempolvar y esto a penas es la antecámara… ¿me ayudas?- dijo mirando de reojo a los arqueólogos, quienes emocionados, no terminaban de ver una cosa y empezaban a concentrarse en otra.
Con mucho gusto…
.-.-.-
No pasaron muchas horas desde que recuperaron sus camellos antes que llegaran al pueblo. El lugar no tenía nada de extraordinario; pequeñas y sencillas casas hechas de material noble, abundantes comerciantes y miles artesanías por doquier. Apenas el camello paró, Netef bajo de un brinco del mismo, y hubiera emprendido una desenfrenada carrera de no ser porque cierto muchacho la detuvo en el aire.
Hey¿A dónde crees que vas?- preguntó Alessio, enarcando una ceja.
Solo quería ver- respondió Netef, poniendo su mejor cara de inocencia.
Asher rió por lo bajo.
Puedes ir a lo mucho cinco pasos delante de nosotros¿entendido?- impuso el chico.
Netef resopló resignada.
Pues que me queda…- respondió haciendo un puchero antes que sus pies tocaran por fin la arena -. ¿Puedo comprar lo que quiera?
Si, pero no abuses- respondió el muchacho, al mismo tiempo que ayudaba a bajar a Asher.
Netef asintió mientras se alejaba a brincos del lugar.
¿Y ahora que?- preguntó Asher, mirando a todos lados, no sabía siquiera que era lo que Alessio quería comprar.
Primero lo primero… busquemos un puesto de alimentos, me muero de hambre- dijo llevándose una mano al estomago.
Asher rió antes de tomarlo del brazo.
Es por aquí…- dijo jalándolo por entre la gente.
.-.-.-
La tumba, a pesar de ser pequeña y sencilla, estaba repleta de riquezas asombrosas. La primera parte a la que accedieron antes de encontrar el sarcófago fue la antecámara. Estaba muy desordenada por culpa de los ladrones que habían intentado saquear la tumba exactamente un año después de la defunción de la noble, pero los guardianes de la misma la habían vuelto a sellar. En su interior, ante la cámara funeraria sellada, se encontraron dos estatuas de tamaño natural de algún faraón que a la chica se le hizo sumamente familiar, de madera recubierta con resina negra y láminas de oro. También multitud de objetos personales de gran riqueza: cofres, sillas y tronos de gran valor, un lecho funerario con forma de la cabeza de vaca de la diosa Hator, vasijas de alabastro, carros reales desmontados, etc. El inventario de esta antecámara era muy amplio y valioso.
Con enormes dificultades y un poco de ayuda del equipo al cual Said informó, consiguieron acceder a la Cámara Funeraria, cuyo paso estaba impedido por una enorme pila de escombros. La cámara funeraria era la única sala de la tumba que contenía pinturas murales en las que se mostraban escenas funerarias y la entrada de la difunta al Más Allá, seguida por su ka (espíritu), recibida por el dios Osiris. Dentro estaban cuatro sepulcros dorados encajados uno dentro de otro, con un magnífico sarcófago. Encontraron un enorme sepulcro, más bien parecido a un gran baúl de madera, sin embargo, por ser poco llamativo, este paso desapercibido por casi todo el equipo.
Es extraño… se supone que por aquí debería estar el sarcófago- pensó en voz alta Anghella, recordando las escenas de su sueño.
Mu asintió distraídamente; estaba seguro que alguien los observaba detenidamente, pero por más que miraba a todos lados, no encontraba más que objetos de valor, inscripciones y los fascinados rostros de los arqueólogos inspeccionando cada centímetro del lugar.
« El calor comienza a afectarme » pensó aún sin dejar de inspeccionar los pasadizos oscuros, algo no le daba tan buena espina, tenía casi la seguridad que algo estaba por ocurrir.
Señorita Devietti, por favor venga a ver esto- se escuchó la voz de uno de los arqueólogos.
Anghella y Mu intercambiaron fugaces miradas antes de encaminarse hacia donde provenía aquella voz.
Tras un pasaje abierto, descubrieron una pequeña estancia a la denominaron 'Sala del Tesoro'. Dentro había maravillas. Una majestuosa estatua de Hator, la diosa del amor y de la alegría, vigilaba la entrada a la sala.
Al otro lado había un enorme sepulcro dorado, protegido por las estatuas de las diosas Isis, Neftis, Neith y Selkis. En él se guardaban los cuatro vasos canopos (donde se depositaban algunos órganos internos del cuerpo a la hora de momificar al difunto). También había cofres, cajas que contenían joyas, amuletos, altares que contenían estatuillas de oro de los dioses y de la misma difunta.
Pero aquí no terminaron los hallazgos. Tras un lecho de la antecámara, había un pequeño agujero a ras de suelo. Cuando uno de los arqueólogos se introdujo por él descubrió una nueva sala: el Anexo. Esta fue la última sala en vaciarse y era la más pequeña. Encontraron más de 2000 objetos apilados unos sobre otros: 236 figuras ushebti (sirvientes de la nobleza para el Más Allá); arcos, flechas, palos para lanzar, armaduras y escudos; tres lechos sencillos y una camastro de campaña plegable; tableros y fichas del juego del senet; trono y escabel; 116 cestas de comida y 30 tinajas de vino; cosméticos y otros elementos para el cuidado de la piel.
Anghella no pudo evitar cubrirse la boca de la impresión, realmente eso era todo un descubrimiento. Estuvo paralizada por un par de minutos antes de sentir que la emoción le embriagaba hasta el último de sus cabellos; era como si el sueño de su padre se volviese realidad ante sus ojos. Apenas si podía creerlo.
Mu, por su parte, no se quedaba tan atrás en el asombro que sentía. Ni con todo el oro, plata y bronce del Santuario llegarían a obtener todo lo que captaba con su mirada, sin embargo, la recamara de Atenea y la habitación del patriarca le dejaba algunas dudas al respecto.
Mire esto…- dijo uno de los arqueólogos, no menos emocionado que ella mientras la conducía hacia las paredes.
Todo parece indicar que se trató de una importante mujer que vivió alrededor de los años 1368 o 69 antes de Cristo…- dijo la única mujer del equipo mientras con una brocha sacudía suavemente los jeroglíficos -. Y por lo que veo fue una noble muy querida por su pueblo…
Acababa de llegar con el equipo de apoyo que había mandado a traer Said y, sin embargo, tomo el mando de la excavación en poco tiempo. Era una mujer de contextura delgada, piel pálida y una talla promedio; profundos ojos verdes y cabello pardo. Tenía una apariencia inofensiva, sin embargo la fortaleza de su voz hacía notar lo contrario.
Anghella no pudo evitar sonreír al ver que no era la única mujer en aquel espacio tan cerrado, y no era porque se sintiese incomoda, sino mas bien porque ya empezaba a extrañarse de ser la única entre un numeroso grupo de varones.
¿Qué piensan hacer?- preguntó emocionada
Tenemos que clasificar y enumerar los objetos cuanto antes. Pero para ello si necesitamos la directa aprobación del señor Gal'Lino y la señorita Kiddo…- respondió el arqueólogo.
Entiendo- dijo Anghella pensativa -¿Irán todos?
Si, señorita- asintió el hombre -, tenemos que traer mas utensilios y toda la ayuda necesaria –dijo pasando la vista por toda la habitación –este lugar esta repleto de objetos de valor… ¿viene con nosotros?
No, gracias, yo me quedaré aquí- respondió la joven, para luego mirar significativamente al joven lemuriano, quien le asintió sonriente -… junto con Mu- finalizó su oración devolviendo la sonrisa.
De acuerdo, señorita, pero por favor tenga mucho cuidado… no sabemos en que estado puedan estar las paredes de esta recamara…
Viven personas aquí y jamás les ha ocurrido nada, dudo que a mi si –hizo una pausa –pero de todas formas, muchas gracias por la preocupación
El arqueólogo asintió con una leve inclinación para luego dar aviso al resto del equipo. La mayoría, no muy contentos con la orden, tuvieron que salir a regañadientes a conseguir los implementos necesarios, a decir verdad ni ellos mismos se imaginaban que obtendrían tanto material para estudio. Una vez solos, Anghella y Mu permanecieron en silencio por un par de minutos.
¿Y ahora que?- preguntó Mu
Anghella sonrió cómplicemente.
Vamos a encontrar sarcófago
.-.-.-
Una vez terminada la comida, Alessio y Asher se pusieron a recorrer los puestos de comercio, teniendo una ejemplar atención con la pequeña niña, quien inquieta y emocionada, quería comprar todo lo que le ofrecían.
Muchos ambulantes se les acercaban para que compraran figuras, papiros, bisutería, etc. Insistían mucho, empezaban a pedir por una cantidad muy elevada y poco a poco iban bajando los precios dependiendo de su interés por comprar.
Bueno, bueno, basalto bueno, papiro bueno, autentico alabastro- decían casi todos en coro.
¿Es alabastro?- dijo boquiabierto Aleesio mientras se acercaba a uno de los ambulantes.
Este sonrió satisfecho.
Asher y Netef siguieron al joven, la primera no muy convencida de lo que escuchaba decir al comerciante y la segunda atraída por la cantidad de joyas que el comerciante tenía.
¿Me lo permite?- preguntó Asher extendiendo la mano. El comerciante asintió gustoso mientras le alcanzaba una pequeña estatuilla de la diosa Isis -. ¿Seguro que es alabastro?
Señorita, podría apostar…- dijo alargando la ultima silaba mientras pensaba en algo, pasando su vista rápidamente por toda su mercancía –lo que la niña quiera –sonrió confiado, mientras posaba la vista el la pequeña infante.
De acuerdo- alcanzó a decir Asher antes de lanzar con fuerza la pequeña estatuilla al suelo, haciéndola mil pedazos.
Los tres presentes quedaron atónitos.
No es alabastro- dijo Asher sonriendo astutamente –es una imitación…
El comerciante se puso rojo de la cólera y la vergüenza.
Alessio la miró pasmado, sin embargo ella tan solo le sonrió segura.
¿Entonces puedo escoger lo que quiera?- intervino emocionada Netef.
El comerciante se llevo una mano a la cabeza, preocupado por lo que puso en garantía, sin embargo, había dado su palabra, por lo que no le quedo otra que asentir.
Netef contuvo un suspiro de alegría, pero al ver la cara de preocupación del hombre, tan solo tomo un collar con una cruz egipcia como dije; muy simple en comparación con el resto de la mercancía y también probablemente uno de los más baratos, sin embargo, no por ello dejaba de ser hermoso.
Quiero esto- dijo alegremente la niña.
El comerciante suspiró, aliviado de que la mitad de su mercancía no se haya ido con aquellos jóvenes que previamente había intentado estafar.
Otra vez piense antes de estafar a otra persona- dijo Asher como moraleja, antes de tomar de la mano a la pequeña niña y abandonar junto al comerciante.
¿Cómo sabías que era falso?- dijo Alessio, alcanzando a su acompañante al paso rápido que iba.
Ambas chicas rieron.
Casi te estafan, Ale- dijo burlonamente Netef.
Alessio se sonrojó levemente al comentario.
Si, pero no todo lo que tenia era falso, Netef- dijo aún sin parar de reír Asher –, ese collar que elegiste, por ejemplo, es de oro puro
Bueno, al menos alguien salió beneficiado con todo esto- dijo Alessio, aun sin disminuir el rubor en sus mejillas -. Por cierto¿adonde estamos yendo?
Ya lo veras…- dijo la chica, mientras aceleraba el paso aún mas y mas.
Se dirigieron a una tienda de objetos; la mas discreta en cuanto a decoración, pero a su vez grande en tamaño. A la entrada había unas personas trabajando unas extrañas piedras, según Asher, al estilo de los antiguos egipcios, por lo que se había convertido en el centro de atención para todos los turistas que circulaban por esa zona.
Cuando entraron en la tienda los recibió un árabe; se puso a hablar con Asher y después se dirigió a Alessio en una inclinación, para luego invitarlo a pasar en su tienda, con un ademán. La tienda era grande y espaciosa, los objetos los tenían todos expuestos alrededor del local, solo tenía unas cuantas sillas y dos mesas colocadas una en cada esquina, en una de ellas, la más cercana a la puerta se sentó Asher mientras Alessio compraba. El dueño le empezó a enseñar los diferentes objetos, había cantidad de figuras, grandes, pequeñas, bustos de faraones, de dioses, escarabajos, etc.
Tras un largo rato de indecisión por parte del joven, el dueño le invitó a sentarse, invitandole cortésmente un té rojo.
Alabastro, puro alabastro- dijo cogiendo una pequeña figura, esta vez de la diosa Hator, y alcanzándosela al joven a continuación para que calculase el peso.
Si que pesaba.
Es muy amable…- dijo Alessio mientras se la devolvía –pero creo que ya tuve suficientes problemas con figuras de alabastro por el día de hoy…- culminó, no pudiendo hacer nada por impedir las risitas de Asher y Netef.
En ese momento el dueño sonrió y la tiró al suelo. Sonó como una bomba, pero no se rompió; la cogió del suelo y la volvió a tirar aún con más fuerza, pero seguía sin romperse.
Alessio le quedo mirando atónito.
Antes se rompe el suelo que la figura…
.-.-.-
Aún sin poder creer lo despistados que habían sido tanto ella como todos los del equipo de arqueologos, Anghella, sonreía feliz de haber hallado su principal objetivo: el sarcófago. Dentro de lo que parecía ser el 'nada llamativo' gran baul estaban cuatro sepulcros dorados encajados uno dentro de otro, con un magnífico sarcófago. Dentro de este sarcófago se contenía tres más, también uno dentro de otro. Y en el último estaba la momia, que llevaba una máscara de oro, irónicamente similar a la de otro faraón egipcio, pero con evidentes rasgos femeninos.
Es… igual a la tumba de Tutankhamon…- exclamó Anghella maravillada una vez removido el último sarcófago -. Debió ser alguien muy cercano a él…
¿Tutankhamon¿El faraón mas célebre de nuestras épocas?- preguntó dudoso, a decir verdad, Mu no tenía exactamente un amplio conocimiento en cuanto a faraones egipcios.
Anghella asintió sonriente.
Pese a ser muy conocido mundialmente, se sabe muy poco de Tutankhamon y casi nada acerca de su niñez o sus orígenes. La mayor parte de su historia esta basada en suposiciones que los historiadores han hecho partiendo de otros factores esclarecidos…- paso ligeramente los dedos sobre la máscara de oro –si esta persona es tan cercana al faraón como supongo, tal vez podamos encontrar cosas que podrían convertirse en un radical cambio en la historia a como la conocemos…- dijo recordando vagamente la teoría de su padre; al igual que ella, el también suponía que dentro de esa tumba reposaban los restos de alguien muy cercano al faraón.
Mu sonrió, atraído por la pasión que había demostrado la chica con cada descubrimiento en las últimas horas.
Oye, Anghella…- dijo el muchacho, sorprendido por notar algo que no había hecho antes en la chica.
Anghella alzó la mirada sonriente.
¿Si?- alcanzó a decir antes de que un estruendoso ruido los pusiera alertas a ambos -¿Qué fue eso?
Vino desde la antecámara- dijo preocupado -, quédate aquí hasta que regrese…- fue lo ultimo que dijo antes de encaminarse al lugar, sin darle oportunidad siquiera a la chica de refutar la orden.
Cauteloso se acercó hasta la antecámara, tan solo para esquivar con gran dificultad, los pedazos de roca que se desprendían del techo.
Mu¿estas bien?- preguntó preocupada Anghella, desde la otra habitación.
Mu se volvió para responderle, y en su distracción, no se percato sino hasta que recibió el pequeño piquete de un escorpión, el cual misteriosamente había caído de la nada en sus ropas.
Mu hizo una pequeña mueca de dolor después de sacudirse violentamente al peligroso animal.
¡Mu!- se acercó corriendo Anghella, aunque se quedo plasmada, tras ver la salida totalmente obstruida por el derrumbe y la mano de su compañero sangrando por montones.
Se dejo caer de rodillas al suelo, recordando escenas de su pasado que hubiera preferido dejar en el olvido.
¿Estas bien?- preguntó preocupado Mu, dejando de lado su herida y acercándose cuidadosamente a la chica hasta ponerse a su altura.
Anghella comenzó a acelerar su ritmo respiratorio, como si contuviera el llanto.
No quiero que pase lo mismo con nosotros, Mu- dijo mientras lo abrazaba fuertemente -… no quiero…
.-.-.-
Habían pasado ya algunas horas desde que salieron de la ultima tienda, y ahora se disponían a regresar al campamento.
Veamos, tenemos comida, recuerdos, algunas túnicas… no creo que nos falte nada- dijo Alessio, haciendo un repaso de lo que habían comprado hasta ahora.
Asher asintió, antes de buscar con la mirada a Netef, quien había palidecido alarmantemente.
¿Qué tienes, nena?- preguntó preocupada.
Alessio se volvió de la misma manera.
Regresemos… creo que algo malo paso en el campamento- dijo la pequeña, notablemente asustada, antes de abrazar fuertemente al muchacho.
Ambos jóvenes intercambiaron confundidas miradas.
¿Qué hacemos?- susurró el joven italiano.
No se, pero a decir verdad yo también tengo un mal presentimiento –hizo una pausa- ve alistando todo para volver, mientras yo traigo un par de cosas pendientes. No me tardo…
Alessio asintió, mientras abrazaba fuertemente a la niña en su regazo; no quería decirlo, pero a decir vedad, la sola idea de pensar que algo pudo ocurrirle a su hermana en el campamento le había causado un escalofrío por todo el cuerpo, y un agudo dolor en el corazón.
.-.-.-
Habían pasado ya muchas horas y, a Mu, se le hacía cada vez mas difícil, tanto respirar como mantener las cosas equilibradas a su alrededor. Empezaba a ver borroso, y sentía que se sofocaba con cada exhalación. Pero no era su estado de salud lo que más le preocupaba, Anghella, quien hacía horas no pronunciaba ni una sola palabra, tan solo se había dedicado a abrazar sus rodillas y llorar silenciosamente desde que se separó del caballero de Aries. Ignoraba por completo por lo que el pasaba, y él, por su parte, no encontraba las palabras necesarias para dirigirse a ella. No entendía porque se había puesto así.
De pronto, se le ocurrió: su padre. Había olvidado por completo las circunstancias en las que había perecido aquel hombre, y ahora que relacionaba, todo parecía coincidir; ella temía morir de la misma manera.
« Soy un imbecil » pensó, mientras con gran dificultad, se acercaba a la chica.
Anghella…- la llamó suavemente.
La chica alzó su llorosa mirada en respuesta.
No llores, vamos a salir de esta…- dijo mientras la abrazaba contra su pecho.
Anghella se dejo llevar, recostándose por breves, antes de percatarse de la elevada temperatura que elevaba el cuerpo del caballero guardián del primer templo zodiacal.
Dios santo, Mu, estas ardiendo en fiebre- dijo, separándose y posándose rápidamente una mano sobre la frente del caballero. Efectivamente padecía aquella enfermedad, y su temperatura no era nada prudente. De pronto fijó su mirada en la mano del chico -. Dime que no es lo que pienso…
Mu soltó un suspiró.
Si te lo hubiera dicho, te hubieras preocupado aún más…
¡Maldición! Tengo que sacarte de aquí, estas ardiendo en fiebre… puedes morir…- finalizó con la voz quebrada.
Mu negó con la cabeza.
No… yo voy a sacarte de aquí, Anghella- dijo con la respiración agitada, ante la mirada de sorpresa de la chica -. Pero por favor, tienes que prometer que no le dirás a nadie…
Anghella parpadeó, aún confundida. Dudando de la lucidez del caballero.
Mu, creo que ya empezaste a alucinar…
Mu negó con la cabeza antes de tomarla de la mano y encender su débil, aunque visible cosmos.
Anghella se quedó admirada por aquel brillo dorado que emanaba del caballero. Trató de soltar su mano de la impresión, pero Mu se lo impidió, tomándola firmemente. Cerró los ojos, embriagada por aquella cálida aura que juraría, la había sentido antes, en algún lado, y para cuando los abrió, pudo aspirar el aire 'fresco' del exterior, salvo que ahora, se encontraban del otro lado opuesto al campamento.
Mu¿pero que…?- alcanzó a preguntar a medias, pues el caballero de Aries cayó inconciente sobre la arena -. Dios mío…- exclamó con los ojos llenos de lágrimas mientras lo sacudía –Mu, por favor, despierta…
Pero no hubo respuesta.
¿Qué pasa aquí?- preguntó Tatsumi, quien tan sorprendido como Saori, que lo seguía, observaban la escena.
Oh no…- susurró Saori, temiendo lo que en realidad ya era un hecho: alguien había descubierto el 'pequeño' secreto de Mu.
Esta muy mal, Saori, un escorpión le picó- explicó la chica, muy alterada, mientras lloraba a mares.
¡Tatsumi!- dijo Saori tras una corta reflexión –, regresaremos a casa…- se quedo mirando a la joven, quien aparentemente mas tranquila, acariciaba la mejilla de su caballero, rogándole en susurros que abriera los ojos -… y tu Anghella, vendrás con nosotros
El mayordomo captó de prisa la orden de su señora, mas no se fijo en la mirada que observaba la escena desde lo más algo de la pirámide.
.-.-.-
¿Todo salio bien?- preguntó Giuseppe a su interlocutor, con el cual se comunicaba por medio de su móvil.
Todo salió de acuerdo al plan, jefe¿ahora que?
Asegúrate que ella este bien… el equipo de rescate llegara aquí en unas horas, tiempo suficiente para que – soltó una carcajada –tan solo los que estén en un buen estado de salud se salven…- hizo una pausa -. Quédate ahí y aguarda mis instrucciones
Si, señor
Continuara…
