9.-
Estaba todo tan oscuro.
Miró a su alrededor.
Estaba tan oscuro que no podía saber si tenía los ojos abiertos o cerrados.
.- La oscuridad nos ha alcanzado al fin.- dijo una voz.
Leo se volvió en su dirección.
Era el sujeto del traje beige, justo frente a él, con el perro en sus brazos como la vez anterior.
.- ¿Esto es un sueño otra vez?- el viejo asintió en silencio.
.- Pero todo está más oscuro que la ultima vez... aunque no lo sepas, lo presientes¿no es verdad?.- dijo el viejo, volviéndose a mirarlo con una mezcla de tristeza y compasión. Leo trató de ignorarle.
.- ¿Quién es ella?.- le preguntó, bajando la mirada.
.- La viuda.- respondió simplemente el viejo.
.- No... quiero decir... – Leo alzó la vista.- ¿Quién es ella realmente?.
El viejo desvió la mirada.
.- Recordar algunas cosas podría ser tu única oportunidad... O tal vez no y sólo empeorar las cosas.
Leo le miró sin comprender.
.- ¿Quieres saberlo? tengo el poder de hacerte recordar...
.- No sé lo que quieres decir, no entiendo qué es lo que debo recordar... pero sé que tras todo esto hay mucho más de lo que puedo ver... cuando la vi, supe que... supe que había algo más.
El viejo dejó ir una carcajada, aunque sin nada de humor.
.- Hay más, mucho más...- su mirada seguía clavada en el piso.
De pronto Leo avanzó hasta él.
.- Quiero recordar.- dijo de pronto. El viejo negó con la cabeza.
.- No creo que te des cuenta de lo que estás pidiendo, chico...
.- No me importa... quiero toda la verdad... quiero saber por fin por qué me he sentido de esta forma por tanto tiempo, qué es esta sensación que se revuelve dentro...
.- ¿Tristeza, dolor, angustia... nostalgia?
.- Si...
.- Puede ser doloroso...
.- Quiero la verdad.
.- No sé si te servirá de algo.
El viejo se volvió a mirarle con expresión grave. Finalmente terminó asintiendo.
.- Esta bien. Si quieres la verdad, te daré toda la verdad...- su expresión volvió a ser de tristeza.- pero no estás preparado para esto...
Leo le miró en silencio.
.- Despierta ahora.- sintió la voz del anciano, antes de que la oscuridad se disipara y a su alrededor apareciera un escenario familiar, caras familiares.
.- ¡Leo!
Leo parpadeó confundido. Estaba en el sofá de la sala, Muffy sonreía a su lado... a su alrededor estaban sus hermanos.
.- Estoy bien...- les dijo de inmediato, incluso antes de pensarlo. Se había convertido en su respuesta inmediata para muchas ocasiones, incluso cuando no era verdad... como en ese momento.
Se puso de pie.
.- Debí darme un golpe fuerte...- dijo tratando de sonreír. Era difícil. Por dentro tenía la confusión más grande de su vida.
Caminó alejándose de las miradas preocupadas de los demás. Tal vez le hablaron, tal vez trataron de detenerle...
Tal vez, pero en ese momento, ellos no existían para él...
Estar solo.
Realmente necesitaba estar solo.
A sus espaldas sintió a Muffy seguirlo.
"No", le atajó al instante. "Por favor, no vengas ahora..."
.- Pero...- se quejó la chica, dando otro par de pasos hacia él. Esta vez fue detenida por Raphael, quien interpuso su brazo frente a su pecho.
.- Déjalo.- le dijo cortante. Haciendo un esfuerzo, Raphael suspiró e intentó darle a su voz un tono más suave.- Déjalo por ahora... sé que estás preocupada...- dijo en un murmullo, desviando la mirada.- Pero déjalo un segundo. Algo... algo le pasó...
Muffy le miró con angustia.
Leo no le dejaba acercarse, ni física ni mentalmente.
¿Por qué?
¿Qué había pasado?
Algo había cambiado en su interior, podía sentirlo con fuerza.
De pronto sintió una fuerte angustia en su interior.
Quiso correr hasta él y estar cerca...
Abrazarle.
Sacudió la cabeza.
¿Por qué?
¿por qué esos pensamientos?
Descubrió que Raphael le miraba, taladrándole con los ojos.
Él también se había percatado.
Algo acababa de cambiar en ella también.
Pero no podía ser.
Dando media vuelta, se alejó rápidamente, casi corriendo.
Raphael le siguió con la mirada hasta que desapareció.
.-
Leo pensaba usar el bokken.
Pero a ultimo minuto lo desechó.
Su alma estaba demasiado perturbada para que una simple espada de madera pudiera calmarla.
Cogió ambas katanas.
El filo de las hojas silbaba en el aire, pasando sobre su cabeza, girándolas a su lado...
Con la vista fija en el horizonte y la cabeza perdida dentro, muy dentro.
Guió su cuerpo por una serie de complicados movimientos... un solo error y se quedaría con un dedo o una mano menos...
La soledad de la sala de prácticas le garantizaba que nadie más saldría herido...
Pues esos movimientos sólo se practicaban cuando la intención era matar.
Pero por más violentos que fuesen los movimientos, por más mortales las katas, nada lograba calmarlo...
Nada.
Recordaba...
Recordaba un día de lluvia, una chica que huía en la noche...
Un cabello negro y largo...
Un cuerpo frágil y asustado.
Cerró los ojos con fuerza.
"Ellos no me dejarán"
"Me han seguido por años"
"No hay nada que puedas hacer"
Las frases se repetían una y otra vez en su cabeza, siempre la misma voz, siempre la misma angustia...
Siempre los mismos ojos amarillos.
Distintos escenarios, distintos momentos...
La lluvia, el agua cayendo, un disparo en la oscuridad, una mujer corriendo por los túneles del drenaje hacía tantos años ya...
Y ese cuerpo contra el suyo, pidiéndole que le protegiese...
Las katanas cayeron al suelo estrepitosamente...
Enseguida cayó él, de rodillas, de un tirón se arrancó la bandana de la cara, respirando como si de pronto le faltase el aire.
Se inclinó sobre sí mismo, tan profundamente que llegó a tocar el suelo con la frente.
Temblaba.
.- Oh Dios mío... lo recuerdo todo... lo recuerdo todo... lo recuerdo todo...
Rabia, tristeza, ira...
La sensación de haber perdido algo muy querido.
Ahora todo tenía su explicación.
.- No... yo no quise, yo nunca... No... no puede ser... ¿cómo pude...¿cómo...?...
Golpeó con los puños el suelo, lleno de frustración...
Tenía los dientes apretados, las lagrimas caían por sus mejillas.
Temblaba.
La había conocido hacia tanto tiempo.
Había intentado ayudarla tantas veces...
Y siempre había fallado.
La había visto llorar con desesperación.
Dios, la había visto morir...
¡Y no había podido hacer nada!
Y luego la había olvidado por completo.
¿Por qué?
¿Quién se había creído con el derecho de borrarla de su memoria de esa forma? de eliminarla así...
Jamás podría perdonarse el haberla olvidado...
La extrañaba...
La extrañaba de una forma tan dolorosa que apenas si podía respirar...
¿Dónde estaba¿dónde estaba ahora?
Tenía que encontrarla, tenía que verla de inmediato...
¿cómo pudo olvidarla!
Si había sido todo para él.
Inclinó la cabeza hacia atrás y dejó ir todo.
Todo su dolor y frustración, en un largo y furioso grito... sin que pudiera hacer nada para detenerle... salió con fuerza, hasta lastimarle la garganta...
Todos volvieron sus cabezas hacia la sala de práctica.
De inmediato se congelaron en el umbral.
Leo estaba de rodillas en el piso, temblando... sus hombros se estremecían, mientras ocultaba su rostro entre sus manos.
Nadie se atrevió a acercarse.
Miguel musitó su nombre, pero Leo no le escuchó.
Raphael dio dos pasos al frente, intentando acercarse.
.- No...- le habló Leo.- No te me acerques. ¡Nadie! ... por favor, nadie se me acerque... por favor...
Su voz temblaba.
Con dificultad se puso de pie. Y comenzó a caminar hacia la puerta de la guarida, seguido por la mirada atónita de los demás, dejando atrás espadas y bandana.
Cuando ya estaba por traspasarla, Muffy llegó hasta él.
.- Leo¿qué...?
.- No puedo.- contestó cortante.
.- ¿qué?
.- No puedo ayudarte a matar a esa mujer. La única forma de detener la reencarnación es acabando con ella y no voy a ayudarte.
.- Leo...
.- Lo siento, pero no puedo... No lo haré.
Leo continuó avanzando hacia la puerta.
.- ¿Me dejarás sola entonces? prometiste estar conmigo¿recuerdas? que pasara lo que pasara estaríamos juntos¡¿recuerdas!
.- ¡NO PUEDO!.- contestó casi furioso.- Ahora por favor, déjame en paz...
.- ¡Lo prometiste!.- volvió a gritar la chica, casi llorando.
.- ¡Déjame solo!
Sin hacer caso a nada más, Leo salió por la puerta, dejando a la chica llorando en el suelo.
Los demás se miraban entre sí, tratando de entender lo que acababa de pasar, tratando de darle algún sentido al comportamiento de su hermano...
Ninguno llegó a una respuesta.
A la par, e involuntariamente, escuchaban la voz de la comentarista de TV a través del aparato encendido, dando cuenta de los múltiples desastres y destrozos que estaban quedando en varios puntos de la ciudad, todo protagonizado, al parecer, por un grupo de monstruos...
A Miguel se le ocurrió que tal vez que Leo perdiese el control era la ultima de las señales del Apocalipsis.
Pero no dijo nada.
.-
Fin del cap.
Que tal muñecas. Gracias por continuar en nuestra sintonía (aplausos)...
Kskabell, si, de ahora en adelante entramos en tierra derecha... van a pasar hartas cosas de aquí en más... haber que te parecen... (si que me has hinchao con el capitulito aquel, haber si te gusta jejejeje...)
Samara, si déjate de fumar esas cosas y pásamelas a mi y para con eso de lamerte los labios y guiñarme los ojos, que ya me da calor... jejeje que pervertida... ¿aún está confuso para ti? Espero que los próximos caps lo aclaren todo, pero si no, pues nomás me preguntas...
¿Y que diablos fue eso de chusma, chusma¡me lleva el chanfle! Jejejejeje me encantas, eres un tiro al aire...
Nos vemos dentro de poco.
