Felicitaciones chicas, por sus nuevos capítulos... yo aquí, bien, pasándola.
Pues no sé, Ksky, si la decisión de Leo fue cobarde (estúpida tal vez, pero no cobarde). Pues claro, para salvar a todo el mundo debía sacrificar sus sentimientos, y para hacerlo se requería de valentía, pero desafiar sus propios principios y sacrificar en vez de a sus sentimientos a sus propios hermanos, que lo son todo para él... de alguna forma podría decirse que es una decisión , digamos, valiente (o estúpida)... en cualquier caso, difícil. La idea era que Leo renunció a matar a la chica no porque no se atreviese a matarla, sino porque no resistía perderla... (salvarse él y que ella muriese)... así que cortó por lo sano y se condenó junto con ella... y de paso al resto del mundo...
Lo que me pareció entretenido, es que no es la clase de decisión que un héroe tomaría ...
Claro que mi interpretación no es la verdad, me gusta más cuando la gente tiene distintas ideas...
Samara, que onda nenita ¿que pasho¿tienes penita?... se desprende de por ahí que andas aproblemada... ¿qué te puedo decir? Animo flaca, que todo pasa... ¡cheers! Jejeje
Y si, la verdad es que me la pensé si Leo debía quedarse con Muffy o con la otra... y bueno, la decisión ya quedó clara ¿no? jejeje... (a menos que vengas, lo hipnotices y lo conviertas en tu esclavo sexual).
Bien, vamos a lo nuestro...
20.-
Miguel retrocedió resollando, dándose un tiempo para recuperar el aliento y darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
Llevaban horas peleando y aunque resistían... los monstruos no parecían disminuir en número. Aparecían de la nada de entre los árboles, desde los edificios, de las calles, pasando por encima de autos y escombros... como un gran enjambre descerebrado con la única idea de destruir y devorar en la cabeza...
Su espalda chocó contra la del gigante que había aparecido para ayudarles.
No había tiempo para las presentaciones, pero cualquier enemigo de sus enemigos en ese momento era su mejor amigo... entonces, ese gigante lo era, como también el extraño viejito amigo de Don.
Lo que fuera, en ese momento no estaban para hacerse los difíciles...
Casey rodó por el suelo a su lado, extendió un brazo para ayudarle... tenía un brazo todo ensangrentado y apenas respiraba, no tanto por la herida como por el cansancio... como no se les ocurriera algo pronto, caerían sin necesidad de golpes.
.- ¿Cómo está?.- preguntó Miguel a la masa de músculos a su espalda.
.- Bien... sólo fue un golpe.- Oke se volvió a ver a Abril, sujeta por la cintura entre su brazo.- Uno muy fuerte, pero estará bien...en un par de horas...
.- Genial.
.- No te preocupes, yo te la cuidaré.- dijo el gigante con voz profunda. Miguel le lanzó una mirada de reojo.
.- ¿Preocupado¿quién está preocupado?.- preguntó con fastidio.
La pobre de Abril había recibido más golpes de los que pudo soportar... de no haber sido por Oke, no habrían alcanzado a ayudarla... al menos estaría a salvo por un tiempo entre los trozos de tronco que llamaba brazos.
Miguel volvió a mirar a su alrededor.
Había perdido de vista a Don, al viejito y a Raphael... Casey resistía apenas... Oke era una gran ayuda, pero no podría solo contra la horda que se lanzaba sobre ellos en oleadas...
Su cuerpo se tensó al ver a la siguiente manada correr hacia ellos.
De pronto le asaltó una duda: habían escuchado las historias de Casey y Abril... ¿qué tal si todos esos no eran más que ciudadanos transformados? Tal vez sólo fuera gente inocente...
No es que eso fuera a evitar que se defendiera, pero de todas formas era un punto.
Bueh, se dijo, ya tendrían tiempo de sentirse culpables, primero tenían que asegurarse de estar vivos para eso.
Además, había otra preocupación más urgente...
Hacía horas que había perdido de vista a Leo...
Como casi siempre, las cosas estaban dependiendo de él.
Y no tenía idea de cómo le estaba yendo.
Y no podía olvidar la promesa que le había hecho.
No pudo evitar el vacío en el estomago.
La verdad era que no tenía idea de como podía ayudarle fuera de contener a los monstruos en el exterior...
Por más que tratara, mucho temía que la promesa se iba a quedar en palabras vacías...
Los monstruos ni siquiera intentaban atacar la iglesia, sólo los atacaban a ellos.
Pero no podían sacárselos de encima.
Como siempre, Leo estaba por su cuenta...
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la explosión de golpes y dentelladas que le rodeó.
Tendría que dejar las divagaciones para más tarde.
Solo una cosa debía reconocer primero.
Las cosas se les estaban saliendo de control...
Lo supo en cuanto sintió los tambores.
Volteó en todas las direcciones sin conseguir ver nada más que los mismos malditos demonios.
.- Prepárate chico...- sintió la voz profunda del gigante junto a él.
.- Te preguntaría porqué... pero me tinca que lo sabré pronto... .- murmuró.
.-
.- ¿Qué eso?- preguntó Don al viejo.
.- Ya lo verás.- contestó éste con una sonrisa.
Don le miró extrañado, olvidando por un momento ese sonido que hacía retumbar el piso.
A pesar de que apenas si estaban aguantando, el viejo no había dejado de sonreír en todo el rato como si nada le perturbase...
Cierto que no había tenido ningún problema en deshacerse de cuanta bestia se le cruzaba con facilidad, pero aún así... era extraño.
Los tambores volvieron a atraer su atención.
Provenían de...
De la iglesia.
De dentro de ella.
.- Las puertas ya están abiertas...- murmuró el viejo, poniéndose serio por primera vez.- Ya no hay limite a lo que puede cruzar por ahí...
.- ¿Qué se supone que quiere decir eso?
.- Que hay que comenzar a prestar atención a aquello que salga por esas puertas...
Don fijó la vista en las dos puertas descerrajadas de la iglesia...
Sólo había oscuridad, una boca negra que se habría ante ellos...
Y ese retumbar incesante cada vez más intenso.
Retrocedió inconscientemente a pesar de que estaba a metros de ella.
Ni siquiera había visto lo que estaba por asomarse a esas puertas y ya estaba aterrorizado...
Quizás fuera porque incluso los mismos demonios comenzaban a retroceder...
Y a correr espantados, tratando de alejarse de las puertas...
.-
.- ¡Suéltame!
.- ¡Quédate quieta, mierda¿a dónde piensas ir?
.- ¡Lo matará!
Ya era difícil pelear con las bestias esas sin tener que intentar retener a Muffy.
La preocupación le devoraba por dentro, pero no iba a dejarla sola...
En cuanto pudiese librarse de las criaturas iría de vuelta a la iglesia a sacar a Leonardo de ahí.
Pero iría solo, sobre todo después de escuchar esos horribles golpes provenir de las puertas...
Sin embargo, la linda señorita tenía otras cosas pensadas..
A pesar de que la tenía agarrada firme por la cintura, la chica había desarrollado la fuerza suficiente como para soltarse...
Eso y el mordisco que le pegó en el brazo habían ayudado a que Raphael finalmente la soltase.
.- Pendeja de mierda...- exclamó con furia, frotándose el lugar donde la chica le había clavado los dientes: le había dejado sus buenas marcas y un hilillo de sangre.- A pesar de que esto podría haberme gustado bajo otras circunstancias...
Se volvió hacía la chica: casi había alcanzado las puertas...
Nadie había tratado de detenerla, incluso las bestias habían escapado del lugar.
.- Que bien...- se dijo, comenzando a correr en su dirección.- La matarán antes de que pueda hacerlo yo.
Corrió lo más rápido posible...
Fue capaz de alcanzarla en un par de segundos.
La chica podía haber mejorado sus marcas...
Pero estaba lejos de mejorarlo a él.
Pero Muffy ni siquiera había notado su presencia...
Sólo le importaba avanzar, nada más...
Tampoco estaba prestando atención a la enorme sombra que se cernía sobre ella...
No estaba prestando atención a la enorme figura que se aproximaba a ella a velocidad sorprendente, directamente desde el interior de la iglesia, desde la oscuridad del lugar, a pesar de que los tambores parecían ser una advertencia para todos...
Para todos excepto para ella, cuya única idea era volver a entrar...
No había nada que hacer y lo sabía.
Nada que hacer.
Lo que más había temido era quedarse sola a enfrentar todo eso...
Y era precisamente lo que había pasado.
Leo le había prometido quedarse con ella, y le había creído...
¿Por qué prometió algo que no podía cumplir?
¿Por qué?
¿Por qué no podía quererla como ella le quería a él?
Pero a pesar de todo eso...
La idea de perderlo le hacía pedazos por dentro...
Estúpida, estúpida, no se puede perder lo que no se tiene...
Ni la vida de los demás ni la suya propia le importaban ya...
Las lagrimas cayeron por su cara a lo que corría...
¿Por qué la había hecho a un lado de esa forma?
Por más que luchaba no lograba alcanzarlo...
Quizás nunca podría.
Era muy estúpido de su parte...
Nunca lo tendría.
Pero si lograba entrar nuevamente, al menos estaría vivo...
Al menos...
De pronto, un pensamiento le paralizó.
Se detuvo en medio de la carrera.
Era tan absurdo como cierto...
¿Cuál era el punto?
Correr y salvarlo...
¿Cuál era el punto?
Él no quería ser salvado.
Estúpida, estúpida, él no te lo agradecerá...
Él mismo había decidido morir...
Lo supo... pero sólo ahora lo entendía.
No veía otra forma de estar con ella.
Intentar salvarlo sólo sería prolongar su sufrimiento.
En verdad...
Ya lo había abandonado todo...
Leo renunció a todo en el momento en que la mandó de vuelta con Raphael.
Al intentar salvarlo no le iba a hacer ningún favor.
Todo lo contrario...
Estúpida, estúpida, jamás serás nada para él...
Se detuvo, pasado ya el umbral, de cara a la oscuridad.
¿Qué más daba después de todo?
¿Cuál era la puta idea de seguir luchando?
Era cuestión de tiempo antes que los demás cayeran...
Era cuestión de tiempo antes que el demonio acabase con Leo, tal y como él quería.
Leo se había rendido.
La mujer se había rendido mucho antes.
¿Porqué debía ella resistir?
¿A quien pretendía salvar?
¿A un mundo en el que ya no le interesaba vivir?
Por otro lado...
La idea de que todo volviese a comenzar... de que todo fuese borrado de un plumazo...
Ya no parecía tan mala.
Olvidar todo y volver a comenzar...
Tal vez en un mundo donde Leo la viera a ella con los mismos ojos con los que miraba a esa maldita mujer...
¿Por qué no?
Sonrió, dejando caer los hombros.
.- Ahora entiendo...- dijo a la nada en un susurro.- Y ya no hay nada aquí que me interese salvar... nada que pueda salvar...
A pesar de su sonrisa, las lagrimas seguían cayendo...
.- Perdón... si alguna vez prometí algo que no podía cumplir... perdón por todas las promesas hechas... perdón por haber creído que podría luchar, perdón si todo este tiempo estuve equivocada o si lo estoy ahora...
Alzó la cabeza...
Frente a sí tenía a un ser de unos cuatro metros de largo, de piel azul pálido, como seda... con la cara llena de ojos de distintos tamaños...
Le observaba fijamente...
Su cuerpo era como el de un hombre, sólo que en vez de piernas, sus extremidades acababan en una gran cola, como una serpiente... sus manos eran dos arpones afilados...
A pesar de la horrible visión...
Muffy no se movió, sólo se le quedó mirando con los ojos nublados.
.- Y perdón por rendirme ahora...- dijo al final, con un hilillo de voz, cerrando los ojos.- Y por creer que tal vez la muerte presente mejores opciones...
La criatura alzó uno de los arpones y lo dejó caer sobre su cuerpo.
Fin del cap.
