Segundo capítulo, el trabajo

- Señorita Jones, es la segunda vez que le llamo la atención en la clase por no prestar atención. Se está buscando un castigo.

- ¡Oh no, profesor Snok! Puedo explicarlo...

Pero no pudo continuar la frase, porque un caldero explotó en ese momento.

Señor Snape, su conducta me tiene intrigado, normalmente es el mejor de la clase, pero últimamente sus pociones son horribles, ya es el tercer caldero que explota en tres semanas, creo que la señorita Jones y usted necesitan repasar los principios básicos de pociones. Para la próxima clase me traerán un trabajo de un pergamino sobre los ingredientes más utilizados en pociones con sus características y sus usos. Y lo harán JUNTOS.

¿Alegría? ¿Tristeza? ¿Qué sintieron Carolina y Severus al enterarse que tendrían que pasarse toda una tarde juntos con la persona en la que habían estado pensando esas tres semanas? Sintieran lo que sintieran esa tarde acudieron los dos a la biblioteca a realizar el trabajo.

Bien, Snape, creo que podemos dividir el trabajo de esta forma, tú buscas la lista de ingredientes, me la pasas y yo busco sus aplicaciones.

- De acuerdo.

Mientras tanto, Susana estaba sola paseando por los alrededores de Hogwarts. Carolinas estaba cumpliendo el castigo y Lily estaba ayudando a unos de primero en un trabajo. Estaba un poco melancólica, pensaba en Sirius Blak. Le gustaba mucho, pero él no se fijaba en ella. Podría haberle pedido salir. Era bonita, y tenía buen cuerpo, seguramente hubiera aceptado, pero hubiera sido su novia hasta que se hubiera cansado, lo que podía ser de una semana a quince días. Y ella no quería eso, quería a alguien que la quisiera y a quien le importara.

Susana suspiró y echó un vistazo a un álbum de fotos que tenía. En él aparecía Sirius Blak saludando en todas las fotos, en la Sala Común, en una visita a Hosmeadge... sus amigas no sabían que tenía ese álbum, seguramente le hubieran tomarían el pelo si se enteraran. De pronto escuchó un ruido detrás de ella y se apresuró a guardar el álbum, era Lily:

Susana, estás aquí, te he estado buscando.

-¿qué querías?

-Tienes que ayudarme, ¿tú sabes dónde guardé mi cuaderno de apuntes el otro día?

-Ahora mismo no. Venga, vamos al castillo que te ayudo a buscarlo.

En la biblioteca, Carolina y Snape habían empezado el trabajo.Les llevó más tiempo del que se imaginaban, y a medida que se iba haciendo de noche la gente se iba yendo de la biblioteca hasta que se quedaron los dos solos. " Los dos solos en la biblioteca, ¿qué va a pasar? Ni siquiera sé si quiero que ocurra algo, o no, mientras no me mire con esos ojos..." meditaba en silencio Carolina mientras escribía en el pergamino. " Te quiero tanto, pero sé que tú a mi no". (no hace falta decir a quien pertenecía este pensamiento, ¿no?).

Bueno, creo que esto ya se ha acabado, ¿quién se lo queda para llevarlo mañana a clase?- dijo Carolina.

- tú mejor, seguro que lo cuidas mejor. Entonces, ¿hasta mañana?- y empezó a andar hasta la puerta. Pero no consiguió llegar hasta ella, porque Carolina le cogió del brazo.

¿Sí?

que... ¿por qué...?¿Por qué me diste el beso?

- Creo que me he enamorado de ti.

Y cuando terminó de decir esto se calló, muy sorprendido, pues no comprendía cómo había sido capaz de pronunciar esas palabras.

No me digas eso, por favor, no quiero que me hagas daño.

- ¿por qué crees que te iba a hacer daño? ¿Me quieres tu también?

Cualquiera que se hubiera asomado en esos instantes se hubiera encontrado con una insólita situación. Por las ventanas de la biblioteca se veían las estrellas y la luna reflejada en el Gran lago. Carolina y Severus los dos solos, uno enfrente de otro y tan solo iluminados por la tenue luz de un candil situado en la mesa. Carolina rehusaba la mirada de Snape y se iba poniendo progresivamente más roja.

- No me has contestado, ¿te gusto?

Y Carolina, sin mirarle todavía a los ojos y con la cabeza gacha asintió lentamente.

"¡No puede ser! ¡Le gusto! Pero no puede ser verdad. Estoy soñando, y me voy a despertar de un momento a otro. ¡Que no me despierte todavía nadie y me dejen disfrutar de este sueño tan hermoso!

En esos instantes Carolina levantó la mirada y mirándole fijamente a los ojos se fue acercando lentamente a Snape. 10 centímetros... 5 centímetros... 4 centímetros... 3... 2... 1...

Muy cortito, lo sé. Pero no salía más largo.

Los capítulos de esta historia no son muy largos, pero no voy a juntarlos para hacerlos más largos. No quedaría bien.

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