He subido todos los capítulos que tenía, y son unos cuantos. No sé cuando voy a seguir actualizando, mi ritmo a la hora de escribir es bastante irregular, pero prometo acabar la historia (entre otras cosas porque mis amigas me matan si no la acabo).

Noveno capítulo

A la mañana siguiente, Lily se levantó muy temprano, y bajó a la Sala Común, allí se encontró a Potter esperándola, afortunadamente no la vio:

-A ver cuando baja Evans, tengo que hablar con ella. No me pudo dar esa bofetada en serio, vamos, se nota que está coladita por mí. Con todo lo que me dijo el día del baile...-hablaba para sí mismo James.

"Viva el rey de la modestia" pensó Lily, "a ver si puedo pasar por detrás de esos sillones sin que Potter me vea". Dicho y hecho, Lily procedió a pasar agachada por detrás de los sillones mientras Potter seguía con su charla en voz alta. Tuvo suerte y no la vio. Cuando llegó al Gran Comedor, vio que no había casi nadie en la mesa de Gryffindor todavía, de hecho, tan solo había diez personas en total en todo el Comedor. Como no le apetecía desayunar sola, se sentó al lado de los dos chicos, cuando lo hizo, se dio cuenta de que eran dos amigos de Potter: Remus Lupin y Peter Petigrew.

- Hola Evans, ¿Qué tal?- preguntó Lupin.

-Bien, por fortuna pude esquivar a vuestro amigo James en la Sala Común, me estaba esperando para hablar.

-¡Ah!- exclamó Peter sobresaltando a Remus y a Lily- ¿tú eres la misteriosa chica de la que habla en sueños?

-¿James habla en sueños?-preguntó Remus tan sorprendido como Lily.ç

-Bueno, el otro no era capaz de dormir, y James no paraba de hablar en sueños, y por lo que pillé, estaba soñando con una chica a la que decía algo así como "estamos hechos el uno para el otro, creo que deberíamos pasar el resto de nuestra vida juntos".

-¡Ja! Pues como siga en el plan de anoche, va apañado –dijo Lily con una risa despectiva.

-¿plan?¿en qué plan estaba anoche?-preguntó Remus muy interesado.

Por fortuna para Lily, no tuvo que responder a esa pregunta, porque sus dos amigas aparecieron detrás suya y se pusieron a hablar de otros asuntos:

-Lily – le susurró Carolina en un momento en que no les estaban prestando atención- Potter preguntó por ti cuando bajamos a la Sala Común, como sé que no te cae muy bien, no le dije nada, pero te advierto que va a venir para acá pronto.

-Gracias Carolina. Hazme un favor, y si te pregunta por mi, no le digas donde estoy.

-¿qué te pasa con...? si quieres evitarlo te aconsejo que salgas corriendo de aquí, porque está entrando ahora mismo.

En efecto, en esos instantes, James Potter entraba en el Gran Comedor. Se dirigías a la Sala Común de Gryffindor, una de las chicas le había dicho que en el dormitorio no estaba, así que seguramente se habría dirigido al Gran Comedor. Por eso, se llevó una gran decepción cuando al llegar a la mesa de Gryffindor no vio a su pelirroja en ella.

-Hola chicos –saludó a Peter y a Remus-¿no habréis visto a Lily?

-Pues está aquí...¿dónde se ha metido? Te juro que estaba aquí hace dos minutos.-respondió Remus.

-Ha ido a la biblioteca, tenía que hacer un trabajo y no podía dejarlo para más tarde.

-Ya –dijo James al tiempo que se metía una tostada en la boca.

-¿por qué no utilizas el mapa para buscarla?-preguntó Peter cuando las chicas se fueron.

-No lo tengo, Sirius lo cogió esta mañana.

Mientras tanto, Carolina y Susana habían vuelto a la Sala Común. Susana estaba cogiendo su cartera, y estaba metiendo sus libros en ella. Carolina la miraba extrañada, ¿adónde iba?

-¿adónde vas con los libros, Susana?

-Es que he quedado con Marcus en la biblioteca, ¿no te importa, verdad?

-No, no, ve tranquila.

En realidad, le venía muy bien que Susana hubiera decidido irse a la biblioteca ese día. Había quedado con Snape junto al invernadero, como era sábado no habría nadie por allí. Y con una sonrisa, se dirigió para allá.

Sirius había utilizado el mapa para ir a Hosmeadge, lo necesitaba para entrar por el pasadizo de la bruja jorobada cuando no hubiera nadie por el tercer piso. Gracias al mapa, pudo aprovisionarse de cerveza de mantequilla y un montón de gominolas en Honeykudes. Las estaban reservando para la fiesta sorpresa de cumpleaños de Remus. Iba a ser una gran fiesta, y necesitaban provisiones. Como si las hubieran guardado en su dormitorio, Remus se hubiera dado cuenta, habían buscado un refugio para esconderlas más disimuladamente. El refugio se encontraba cerca de los invernaderos, y hacia ellos se dirigía ahora. Cuando estaba llegando, vio a Carolina.

-Hola, ¿qué haces?

-Nada, me gusta venir aquí a relajarme, es un lugar muy tranquilo?¿y tú qué haces?

-¿Prometes no contárselo a Remus?

-Prometido.

-Tenemos un alijo de comida y bebida para celebrar una fiesta por el cumpleaños de Remus. Pero es secreta él no sabe que lo vamos a hacer. Si quieres, puedes venir, y tus amigas también.

-Sí, será divertido, y tengo unas ideas. Deberías haber visto la fiesta que montamos mi hermana Clara y yo en nuestra casa para celebrar nuestro cumpleaños. Y eso que lo hicimos sin magia, que si llegamos a utilizarla...

Carolina se puso a hablar animadamente con Sirius, la verdad, es que la inminente fiesta le había hecho olvidar el motivo por el que estaba allí. Pero una persona que no olvidó fue Severus Snape. Su corazón se llenó de celos cuando vio a Carolina (SU Carolina) hablando con Blak. ¡Y cuando se suponía que tendría que estar ellos dos juntos!

Sirius, por otra parte, era muy feliz. É sí se había percatado de que Snape les estaba vigilando a lo lejos, así que se aproximó más a la chica y tornó una actitud un poco más cariñosa. Carolina se dio cuenta, pero como Sirius era así con todas las chicas de Hogwarts no le dio importancia, sin embargo, cuando Snape vio esto, echó a correr hacia su Sala Común.

Mientras tanto, Susana estaba en la biblioteca con Marcus. Ya hacía tiempo que habían acabado los deberes, y ahora estaban hablando. Era increíble lo bien que habían conectado conociéndose desde hacía tan poco tiempo. Susana estaba por contarle lo de la carta, era cierto que no le conocía desde hace mucho, pero... algo le decía que podía confiar en él. Cuando se había decidido a contarlo, apareció Lily corriendo por la puerta, y se metió de en plancha debajo de la mesa donde estaban. Segundos después, aparecía James Potter por la puerta, girando rápidamente la cabeza como buscando algo.

-¿habéis visto a Lily?-preguntó a Susana.

-Pues- pisotón por parte de Lily- no, no la hemos visto, ¿por qué no pruebas por los territorios?

-Sí, buscaré por allí, gracias.

Cuando Potter salió por la puerta de la biblioteca, y Lily de debajo de la mesa, Susana y Marcus se la quedaron mirando con la boca abierta.

-Emm, chicos, ¿qué tal va vuestra tarea de Transformaciones? Yo no acabo de entender bien los efectos del último hechizo.-dijo Lily como si todos los días se escondiera debajo de las mesas para que Potter no la viera.

Susana parpadeó varias veces, y luego fue capaz de responder:

-Sí, claro, la tarea de Transformaciones, si quieres puedes mirar nuestros apuntes.

-No gracias, creo que voy a ir a mi dormitorio. Creo que estaré más tranquila allí.-y diciendo esto se fue.

Marcus y Susana se quedaron durante unos segundos mirando la puerta por la que había salido Lily, y luego, los dos a la vez empezaron a reír:

- Voy a tener que interrogar a Lily con profundidad esta noche para enterarme de qué es lo que pasa aquí.-dijo Susana con una gran sonrisa en los labios.

- ¿Por qué crees que Potter la perseguía? Es un poco raro que se haya fijado en ella. Normalmente sale con chica con bastante menos materia gris en el cerebro.

- No sé- respondió Susana encogiéndose de hombros. Pero pienso enterarme.

En ese momento apareció Carolina por la puerta y se dirigió a ellos:

- Me he cruzado con Potter en los terrenos de Hogwarts y me ha empezado a interrogar sobre Lily. ¿qué les pasa a esos dos?

- Nada, nada, solo que Lily huye de él, llegando a esconderse debajo de las mesas de la biblioteca y Potter la busca.

- Entiendo. ¿te apuestas algo a que estos dos acaban saliendo juntos?- dijo Carolina, una cosa que Carolina le gustaba era apostar sobre las parejas del colegio. Tenía un olfato increíble para descubrirlas, lo que hacía que cada vez que apostaba tuviera que buscarse a una nueva persona. Pero esta vez Susana estaba convencida de que iba a ganar, ¿Lily y James Potter juntos? Un síntoma inequívoco de que el mundo iba a acabarse.

-Hecho, quince sickles y veinte knuts.

- No Me habíais dicho que erais unas pequeñas ludópata –dijo Marcus con expresión dolida- yo también quiero apostar, diez sickles a que no forman pareja

- De acuerdo, dejadme que saque el libro de cuentas- Dijo Carolina mientras sacaba un librro y apuntaba las apuestas. Hecho, os lo recordaré en su momento, y me tendréis que pagar. ¡ah! Se me olvidaba, si queréis estáis los dos invitados a la fiesta de cumpleaños de Lupin.

-¡Genial! Yo me apunto, ¿cuándo y dónde?-dijo entusiasmada Susana.

-En el dormitorio de los chicos el próximo sábado. Ey, Susana, podrás ver a Sirius.

Susana se puso roja, es cierto que Sirius ya no le gustaba tanto como antes, y que sentía mucha curiosidad por saber quién era el chico de la carta, pero... no podía evitar que se le dibujara una sonrisa al imaginarse en la fiesta cerca de Sirius.

-¿y tú Marcus?¿vas a venir?- preguntó Susana todavía un poco roja.

-Sí claro, será genial- pero por algún motivo su voz sonaba un poco triste.

Aquella noche Lily intentó hacerse la dormida cuando sus dos amigas subieron al dormitorio para evitar que le interrogaran sobre lo sucedido en la biblioteca

-Oye Susana, ¿tú crees que Lily estará dormida?-dijo Carolina haciéndole un guiño.

-No sé. Yo creo que sí, y es la ocasión perfecta para husmear en su diario.¿tú crees que aquí tendrá escrito algo sobre el baile de San Valentín?

-¡Ni hablar!¡mi diario no se toca!-saltó toda indignada Lily de la cama.

-Si estás despierta.-dijo Susana simulando sorpresa. En ese caso creo que podemos preguntarte sobre lo que te ha pasado hoy con James.

-Eee...yo...-respondió Lily al darse cuenta de que había picado. Bueno, supongo que os merecéis saberlo, sois mis amigas. Pero me tenéis que prometer que no se lo contaréis a nadie.

-Prometido.

-Bueno, ¿os acordáis del baile de San Valentín?

Y tanto que se acordaban, allí fue cuando Susana descubrió a su admirador secreto, al que quería encontrar, ¿o seguía enamorada de Sirius Black? También allí Carolina pudo ir con Snape y besarse sin ningún miedo a que los descubrieran, ¡Snape! Hoy había quedado con él y se le había olvidado. Maldita sea. Intentaría hablar con él otra vez y explicárselo.

-Bueno, el caso es que estuve toda la noche con un chico. Era muy amable y descubrí que teníamos muchas cosas en común. Pero tenía puesto un antifaz y no podía ver quién era. Poco antes de dar las doce campanadas, dimos un baile, y me besó. Cuando acabó, ya era medianoche, y el hechizo se estaba desvaneciendo, así que él me vio. Yo a él también le vi, porque se quitó la máscara. ¡Era James!

-¿James Potter?-chilló Susana.

-¡¿y dices que teníais muchas cosas en común?¡Pero si sois polos opuestos!¿Estamos hablando de la misma persona?

-¡Sí! Y ese es el problema. Me gusta, y mucho, cuando se comporta como una persona sensata y deja de hacerse el arrogante, porque entonces lo odio.

Susana y Carolina se le quedaron mirando con los ojos como platos.

-¿qué pasa, chicas?

-Acabas de decir que te gusta James Potter –dijo completamente alucinada Susana.