Décimo capítulo

Esa noche era la fiesta de cumpleaños sorpresa de Remus. La iban a celebrar en el dormitorio de los chicos, que previamente había sido preparada con unos cuantos hechizos e insonorizada, no querían que apareciera McGonagall en medio de ella. Lily, al final, había accedido a ir a ella, pero como insistió varias veces, "no voy a ir como invitada de Potter (él la había invitado) sino como acompañante de Carolina". Remus, que sabía perfectamente que sus amigos le iban a hacer una fiesta, se hacía el longui, y accedió sin ningún problema a "ayudar" a Peter en los deberes de pociones, aunque supiera que ya los tenía hecho desde hacía tiempo:

-¿Y qué es lo que pasa cuando mezclamos diente de dragón con colmillos de león?-preguntaba inocentemente Peter.

-No, es colmillo de dragón y dientes de león. Y no son colmillos enteros, sino polvo.

-Aaaaaaah ¿y qué pasa?

En ese momento vieron a Susana y a Marcus:

-¡felicidades, Remus!- dijo Susana.

-¿qué tal estáis?- preguntó Marcus.¡Genial! Estáis viendo los deberes de pociones.¿me podéis echar una mano? Esa asignatura me desespera ¿cómo cuernos es alguien capaz de aprenderse las 152 tipos de pociones en las que el ingrediente principal son los dientes de león con polvo de colmillos de dragón.

Peter y Remus se miraron, y aguantaron una carcajada:

-Bueno, en realidad no son tantas, hay unas cuantas pociones principales, las otras no son nada más que especializaciones, por ejemplo: hay una que sirve para curar las heridas más rápidamente en general, y luego hay otras que se especializan en las de la cara, en las de los brazos en la de los pies, en los raspones, en los tajos profundos, etc-explicó Remus.

-Pareces un diccionarios con patas –dijo Susana, causando las carcajadas de los cuatro.

Remus se puso a ayudar a Marcus en pociones, y Peter, viendo que ya no tenía que seguir fingiendo, se puso a leer un libro, mientras, Susana, a su lado hacía sus tareas.

-Hacéis un buen grupo.-dijo Susana de repente.

-¿qué? Perdona, no te estaba prestando atención, dijo Peter.

-Nada, que hacéis un buen grupo los cuatro. Remus, James, Sirius y tú. Se nota que estáis unidos.

-Sí, supongo. Aunque algunas veces me gustaría hacer cosas grandes como ellos. Yo siempre soy el último, el que se une pero no propone... ¿pero sabes qué? Algún día sorprenderé a todos, y seré el más grande-finalizó Peter con una gran sonrisa.

De repente una lechuza entró en la biblioteca y se dirigió a Carolina. Ella la reconoció enseguida, era la de Severus. Carolina la cogió y la leyó intentando no llamar mucho la atención. Cosa que no le fue muy difícil, ya que Peter estaba leyendo, y Susana y Marcus estaban atendiendo a las explicaciones de Remus. En la carta, Severus la citaba para esa noche en el tercer pasillo detrás de una estatua. Con un poco de sentimiento de culpa, Carolina tuvo que responderle diciendo que esa noche no podría. Después de darle la carta a la lechuza, se quedó pensativa. Esperaba hablar pronto con su novio, últimamente no lo veía mucho, el otro día porque estuvo hablando con Sirius, y hoy por la fiesta de Remus, esperaba que no se enfadara.

Severus esperaba impaciente la carta de Carolina. Esperaba poder verla esa noche. Necesitaba hablar con ella, y oír de su boca que no tenía nada con Black. No cesaba de acordarse del otro día, cuando a ella se le olvidó acudir a una cita con él por estar hablando con Black. En ese momento llegó la respuesta. Severus la leyó, y luego tiró la carta al fuego, y se sintió muy triste y celoso. Carolina le decía que no podía acudir a la cita porque le habían invitado al cumpleaños de Lupin. Pero ella no tenía tanta confianza con él, seguro que iba porque quien le había invitado era Black, seguro. Necesitaba hablar con ella, esto no podía quedar así.

En el dormitorio de los merodeadores todo eran prisas. Remus llegaba dentro de diez minutos, y todo tenía que estar preparado. Los regalos sobre la cama, las cosas para la fiesta en una mesa que habían sacado "desolodiossabedonde" los chicos. Lily se encargaba de colgar un póster donde se leía "¡¡¡Felicidades Remus! a la vez que intentaba no acercarse demasiado a James. Misión imposible por otra parte, ya que este aprovechaba cualquier oportunidad para rozarla, cosa que ponía muy nerviosa a la chia, aunque aún no había decidido si era porque en el fondo le gustaba o por lo mucho que le molestaba la arrogancia con lo que lo hacía. Sirius, estaba preparando un grifo que estaba conectado a un barril de cerveza de mantequilla que habían comprado la semana pasada con el dinero que habían ganado a Carolina en una apuesta (por primera vez había perdido). James, aparte de acosar a Lily, estaba acomodando a todos los que iban a la fiesta (ya habían llegado Marcus, Susana, Carolina, dos chicas de sexto y dos chicos que jugaban en el equipo de quidditch):

-Tú colócate ahí, junto a la cama, tú. Detrás de la cortina, tú agáchate, no así no, se te ve la cabeza, se supone que no nos puede ver cuando entre. Bien, así está bien.

-Esto ya está listo –dijo triunfante Sirius- ahora no intentéis emborracharos con la cerveza de mantequilla.

-¿emborracharse con cerveza de mantequilla?¡estás de broma!-dijo Susana.

-Es posible –intervino Marcus- si tomas cantidades industriales de ella.

-Pero no hay nadie aquí tan irresponsable, ¿no?- preguntó Carolina.

Nadie respondió a la pregunta de Carolina, pero Sirius se quedó mirando pensativo el cartel.

De repente, todos se agacharon y se colocaron en sus puestos. Remus se acercaba. Abrió lentamente la puerta, y al encontrarse todo oscuro, realizó un hechizo lumus. Inmediatamente, sus amigos salieron de sus escondites, y gritaron a una '¡¡¡¡FELICIDADES REMUS! Después del grito, a todos les dio tiempo a fijarse que Remus no había entrado solo en la habitación, sino que lo había hecho con una chica perteneciente a Huppleffut.

-Muchas gracias chicos, no hacía falta que os molestara. Esta es Johana Voulet, me he tomado la libertad de invitarla, espero que no os moleste.

-No, no, por supuesto que no –dijo James rápidamente después de haberse repuesto de la sorpresa. Pero luego se quedó rumiando las palabras de Remus, ¿se habría olido algo de la fiesta? Porque eso de invitarla daba mucho que pensar...

-Hola chicos –saludó Johana tímidamente.

Y la fiesta empezó, Susana, a la que gustaba mucho bailar, había instalado un aparato de música, y haciendo desaparecer las camas de los muchachos, había quedado una minipista de baile. Marcus estaba bailando con ella, y había resultado ser un magnífico bailarín. Lily, había bailado un poco, pero ante los intentos de James de bailar con ellas las canciones en las que había que bailar más agarrados (en un momento de despiste, en el que se habían puesto unas canciones románticas, luego el disco había sido sustituido por unas canciones más moviditas) al final había decidido sentarse, y ahora estaba hablando con Johana, pero tampoco pudo estar mucho tiempo con ella, porque Remus se la robó enseguida.

Carolina, por otro lado estaba con Peter, mirando los dos divertidos los intentos de James por acercarse Lily, y las escapadas de esta. De repente se dio cuenta de que Sirius había estado muy silencioso, en su puesto detrás del barril de cerveza de mantequilla.

¿qué haces aquí tan solo Sirius?

Pensar. ¿quieres mucho a tu novio?

¿qué? No... no tengo novio.

Ya, supongo...

Y nada mas decir estas palabras se dirigió a la pista de baile, y cogió a Susana y se puso a bailar con ella. Marcus, al ver como le robaban a su pareja (de baile), no dijo nada, se limitó a mirar al suelo con ojos tristes y se sentó en el sofá. Carolina, vio la reacción de Marcus, y se quedó pensativa. De repente pareció darse cuenta de algo.

Mientras, Sirius bailaba con Susana. Esta lo notaba raro, muy raro.

¿así que tu eres la mejor amiga de Carolina?

Sí –respondió sintiéndose un poco incómoda, y el hecho de que Sirius se pegara más a ella contribuyó a ello.

Ya, entonces te contará todos sus secretos, ¿no?

No sé. Supongo- toda la vida soñando con que Sirius Black se fijara en ella, y ahora que estaban bailando juntos...algo fallaba. No se sentía bien.

Si te lo cuenta todo, sabrás con quien bailó en el baile de San Valentín.

¿el baile de San Valentín? -¿pero por qué una parte de ella se sentía culpable por estar con Sirius?¿y por qué la otra parte no se sentía a gusto?¿realmente le conocía?¿había estado todo ese tiempo enamorada de una persona real?

Entonces no te lo contó- y se separó de Susana, permitiendo a la chica fijarse en sus ojos. Los tenía vidriosos ¿estaba borracho?

¿contarme qué?

¿y dices que es tu amiga?¿y no te ha contado nada de su novio? – y diciendo esto se fue. Pero se fue también del dormitorio, diciendo a James ( que le preguntó cuando pasó por su lado) que estaba cansado, y que iba a intentar dormir en los sillones de la Sala Común. Esta declaración extrañó a James, pero enseguida volvió al que había sido objetivo durante toda la noche, es decir, acosar a Lily.

MIENTRAS TANTO-----

Carolina se sentó al lado de Marcus, en el sillón. Él tenía su mirada fija en Sirius y Susana, que estaban bailando.

Es guapa, ¿eh?-preguntó Carolina.

Sí –dijo Marcus con un suspiro. De repente, se dio cuenta de con quien estaba hablando- es decir... yo...

déjame hablar a mi. ¿vale? – Marcus asintió con la cabeza- Supongo, que como todos, sabes que una de mis aficciones, es hacer apuestas sobre asuntos amorosos. Y sabrás también que nunca fallo, ¿no? No sé como no me di cuenta antes de que te gustaba Susana –dijo Carolina moviendo la cabeza a los lados con gesto de disgusto- Y no me lo intentes negar. Susana te contó lo que le pasó en el baile de San Valentín. Y que recibió cartas de un admirador secreto, que de repente se interrumpieron, y justo después, apareciste tú.

Sí. Tienes razón, yo era aquel chico. Me gusta Susana desde hace tiempo. Pero ella...ella está coladita por Sirius Black, nunca se fijará en mí. Míralos – y Marcus señaló a Sirius y Susana, que justo en ese instante se encontraban muy pegados.

Si no se lo preguntas nunca lo sabrás. A veces hay que arriesgarse. Conozco a Susana. Sé que está desde hace mucho tiempo por Sirius, pero lo ha idealizado. A ti te conoce, en muy poco tiempo te has convertido en su amigo, en un buen amigo. Y desde que estás con ella ha dejado de fijarse tanto en él. Deberías intentarlo. Si no lo haces siempre te estarás preguntando qué hubiera pasado si te hubieras atrevido.

Marcus miró a Carolina, era una mirada llena de gratitud, y a la vez de determinación. Se levantó con firmeza, a la vez que musitaba en voz baja un gracias, y se dirigió a Susana, que en ese momento estaba sola en la pista, porque Sirius había salido de la habitación.

En otro lado de la habitación, al mismo tiempo que Marcus se dirige a Susana, Lily y James mantienen una conversación:

Pero Lily, entiende que tú y yo estamos hechos el uno para el otro. Si en el baile coincidíamos en tanto. Conectamos tan bien.

Y tú lo arruinaste. Entiende que no puedes ir por la vida como si fueras su dueño. Yo no voy a ser tu novia solo porque tú lo digas. Entiéndelo.

¿pero por qué? Yo soy perfecto, y tú eres muy buena chica...

Así que tú eres perfecto –dijo Lily con tono peligroso- James, ¡¡¡madura! Y no seas tan arrogante, ¡eso es lo que más odio de ti!

Y diciendo esas, palabras, e imitando a Sirius, Lily salió de la habitación. Carolina, al verla decidió seguirla, para ellas dos, se había acabado de la fiesta.