Capítulo número 11 – carta a Clara Jones

Una lechuza volaba sobre Nueva York. Conocía su destino, y lo había hecho varias veces, estaba contenta, esta vez había tardado un día menos. Ahí estaba su ventana, la tercera de aquel enorme bloque de pisos contando desde arriba, y la segunda a la derecha. Tan solo dos toques fueron necesarios para que una chica pelirroja, idéntica a la que le había dado la carta allá en Hogwarts, le abriera la ventana y le quitara la carta. Si la lechuza no hubiera hecho ese viaje más veces, y conociera a las dos hermanas, se habría asustado al encontrarse a su dueña allí en Nueva York.

-Espérate Galatea, que te tengo que dar la respuesta cuando termine de leer la carta.

"Querida Clara:

Espero que tu, papá y mama estéis bien. Por aquí hay buenas y malas noticias. Tú ya conoces a mis amigos magos por lo que te cuento en las cartas (aunque seguramente te duermes cuando las lees, no es divertido que te cuenten tantos detalles de personas a las que no conoces), así que te acordarás de Susana, Lily, Marcus y compañía.

¡Marcus resultó ser el chico de la fiesta! El que le mandó luego cartas a Susana, y que estaba loquito por ella. El otro día en la fiesta de cumpleaños de Remus se le declaró (yo me lo perdí, ya te cuento más abajo por qué). Ahora están saliendo juntos. Espero que les vaya bien, aunque Marcus es un poco inseguro, y teme que Susana se acabe enamorando de otro chico. No me hace caso cuando le digo, que de momento, él es el único chico a quien hace caso, que su amorío por Sirius, es agua pasada.

Lily salió corriendo de la fiesta tras una conversación con James (yo la seguí, y por eso me perdí la declaración de Marcus). Se fue a su habitación y se puso a llorar diciendo que era un idiota, que nunca cambiaría y que le odiaba.

Supongo que te estarás preguntando por qué te cuento tantas cosas de los amoríos de mis amigos no te digo nada de los míos. A veces pienso que es una suerte tenerte, aunque cuando yo estoy en Hogwarts nos separe una gran distancia. Eres la única que sabes que salgo Severus, y a la única que le cuento los que nos pasa y que me entiende. Lily y Susana pondrían el grito en el cielo, y luego intentarían comprobar si tengo fiebre o me han hechizado.

El otro día discutimos. Dice que no es bueno que me relacione tanto con los Merodeadores, porque son sus enemigos. Quizás le hubiera podido hablar con calma y convencerle de lo estúpido que era eso, pero ese día yo ya estaba enfadada con él. Por la mañana, los Merodeadores le habían gastado una broma de mal gusto (levantándole en el aire y enseñando sus calzoncillos a todo el mundo), y Lily salió a defenderlo. Seguramente más por fastidiar a James que porque le diera lástima mi pobre novio. ¡Le llamó sangre-sucia!¡Y delante de mis narices! Así que cuando me dijo los de los Merodeadores, le recordé yo lo del "amistoso" mote que le había dicho a mi amiga. Y claro, por supuesto, él me dijo que tenía que guardar las apariencias, que se suponía que como era Slytherin, tenía que odiar a todos los que no tuvieran sangre pura. "Así que tienes que odiar a los sangre-sucia, ¿no?"le dije "Te recuerdo que yo soy una de ellos. Ya no sé si ocultas nuestra relación porque temes que tus amigotes Slytherin me hagan algo a mi, o mis amigos Gryffindor algo a ti,como me dijiste en su momento, o porque temes que nuestra relación manche tu reputación. Un Slytherin con una sangre-sucia, no sería una buena propaganda para ti, ¿no? Si me quieres de verdad ¡demuéstralo!

Eso pasó hace dos semanas, y desde entonces no nos hablamos ni nos escribimos. Estoy enfadada con él, pero... le quiero. No sé qué hacer. Os envidio a ti y a Larry, podéis estar los dos juntos sin problemas.

Y hablando de otra cosa, ya hemos hecho los exámenes de los TIMOS, y nos queda poco tiempo por quedarnos este año en Hogwarts, ahora este mes y medio, de relax. Espero que a ti te vayan bien los exámenes en tu instituto.

Se despide

Tu gota de agua

Clara miró pensativa la carta después de leerla. Luego, se apresuró a escribir una respuesta, no era la mejor, pero era la única que se le ocurría. La carta tardaría una semana en llegar a Hogwarts. Esperaba que su hermana solucionara sus problemas con Severus,. Por lo que Carolina le contaba en las cartas, era evidente que le quería. Ella lo sabía, y Carolina también, pero ¿Severus lo sabía también? Pero sus reflexiones se vieron interrumpidas por el sonido de un timbre. ¡Era Larry! Clara se apresuró a coger algunas cosas y le abrió corriendo.

A veces Clara sentía envidia de su hermana, porque ella no era maga, pero entonces venía Larry, y se decía a ella misma, que no hacía falta magia para ser feliz.

Larry y Clara fueron al cine, y estuvieron charlando toda la tarde de cosas banales. De repente, Larry le preguntó a Clara:

-¿y no se lo vais a contar?

-Ella es feliz sin saber nada. Sería muy infeliz si supiera los riesgos a los que nos enfrentamos todos los días. Además, de momento no ha pasado nada.

-Pero, ¿y si pasa? Sería duro para todos, pero al menos nosotros sabemos que lo que hacemos es muy peligroso, y tenemos medio asumido lo que puede pasar, aunque eso no se termina de asumir, pero ella, no sabe nada.

-No es solo decisión mía, mis padres tampoco le quieren contar nada. Quizás más adelante, mientras tanto, que Carolina solo tenga las preocupaciones de una adolescente maga corriente.